lali
En el momento en que puso mi cabello detrás de mí oreja,
supe que me encontraba en problemas.
Era tan atento y amable. Por un segundo realmente pensé que
iba a inclinarse y besarme. En mi mente, casi deseaba que lo hiciera. ¿Qué tan
tonta era? Sé que sólo me cuida porque soy la hermana de Gaston. No hay manera
de que un tipo como él esté interesado en mí. Gaston se equivocaba totalmente.
Estoy tan lejos de su liga que era irreal.
Peter se sentó en el otro extremo del sofá y apoyó mis
piernas en su regazo. Bueno, no realmente, porque puso una almohada entre él y
mis piernas. Debo admitir que sentí un dejo de decepción cuando lo vi hacerlo. Pablo
nunca se habría sentado así en el sofá. Decía que no podía tocarme porque sólo
lo hacía desearme más. Tal vez no quería tocarme porque nunca fui deseable para
él. Para ser honesta, nunca habría estado lista para hacer cualquier cosa con Pablo.
Apenas nos habíamos besado alguna vez y eso fue todo. Supongo que sentía lo
mismo. En realidad, nunca me quiso.
Nunca serás querida por nadie…
—Oye, ¿por qué frunces el ceño? ¿Quieres cambiar la
película? ¿Los autos no te gustan, cariño? —preguntó, acariciando mis piernas.
Oh. Dios. Mío. Necesitaba dejar de hacer eso. Este chico
debe tener magia en las yemas de sus dedos… ¡Mierda santa! ¡Ahí va esa presión
en medio de mis piernas de nuevo!
—No, está bien. Sólo pensaba en todo lo que sucedió con Pablo
hoy. Lo siento —dije, tratando de relajarme mientras enviaba sacudidas de
electricidad por mis piernas. El rostro de Peter cayó inmediatamente y parecía
que quería hacerle daño a alguien. Dejó de acariciar mis piernas y se pasó
ambas manos por su desordenado cabello. De inmediato extrañé su toque y lamenté
haber nombrado a Pablo. Al verlo pasar las manos por su pelo, lamí mis labios.
Qué no hubiera dado por estar a horcajadas sobre él en ese momento, y pasar los
dedos por ese cabello. Me pregunté si era tan suave como parecía.
¡Oh, diablos! ¡Necesitaba parar! Traté de despejar mi cabeza
de los pensamientos que tenía y levanté la mirada para encontrar a Peter
mirándome. Empezaba a volver incómoda la forma en que nos mirábamos fijamente
el uno al otro.
—Oye, eh, Peter, ¿te puedo preguntar algo? —dije, sentándome
un poco para conseguir una mejor vista de él. Jesús, realmente era impresionante.
Me sonrió.
—Claro.
Sí, nunca olvidaría esa sonrisa mientras viviera. Las
sensaciones que enviaba a través de mi cuerpo no se parecían a nada que hubiera
experimentado antes.
—¿Por qué sigues llamándome cariño?
¡Mierda! Tan pronto como pregunté, su sonrisa cayó un poco.
—No me había dado cuenta de que te lo decía tanto. Lo
siento. Si deseas que deje de hacerlo, o te molesta, voy a tratar a ser más
consciente de ello —dijo mientras se volvía a mirar la televisión.
Oh, no... ¡Joder! Creo que acabo de herir sus sentimientos.
¡Diablos! ¡Diablos! ¡Diablos!
—No, no, por favor, no te detengas. Quiero decir, me gusta.
Es decir, eh, bueno… —Dios santo, ¿qué estaba tratando de decir?—. Es sólo que
me llamaste así la primera vez que me tocaste, cuando me apartaste de Gaston y Pablo.
Supongo que estoy sorprendida de oír a alguien que no sea Gaston utilizar un
apodo cariñoso conmigo. Eso es todo —dije, recostándome sobre la almohada.
Jesús, ahora me sentía como una completa perra. Aquí este Dios de hombre se
quedaba en casa esta noche, cuidándome, y yo iba y lo insultaba. ¡Mierda!
Verdaderamente apestaba en estas cosas.
—¿Pablo nunca te llamó cariño o algo así? —preguntó Peter,
su voz llena de sorpresa.
—¡Já! No… la única cosa que siempre me llamó era Ell o La.
Eso debería haber sido otra señal —dije la última frase casi en voz baja.
—Bueno, puedo decirte esto, Lali, si fueras mi novia, te
haría saber cada día lo mucho que significas para mí, a través de palabras, y
mucho más —dijo con una voz muy sexy.
Quería decir: ¡Muéstrame ese mucho más y muéstramelo ahora,
por favor!
Bueno, eso despertó todo mi cuerpo, incluyendo mi libido.
Guau… Nadie, jamás, me había dicho nada parecido. Quienquiera que enamore a
este chico va a ser una maldita perra con suerte.
—Eso es lo más lindo que alguien alguna vez me ha dicho.
Gracias, Peter, en serio. Estoy segura de que vas a hacer muy feliz a una mujer
algún día —le dije con la mejor sonrisa que pude conseguir.
El pensamiento de otra chica en sus brazos casi me
enloqueció. ¿Qué sucedía conmigo? Que Dios me ayude… Volví mi atención a Cars.
Antes de darme cuenta, acariciaba mis piernas de nuevo y me
dormí. Soñé que caminaba por la orilla del río. Era yo caminando, pero también
estaba de pie, viendo todo desde afuera. Lo único que podía ver era mi espalda
alejándose de mí. Entonces un hombre llegó corriendo a mi lado, me levantó en
sus brazos y me hizo girar. Me dio el beso más amoroso que alguna vez había
visto. Susurró algo en mi oído, inclinó la cabeza hacia atrás y se rió. Se dio
la vuelta y pude ver la parte delantera de su cuerpo… era Peter. Tenía los
pantalones blancos de lino enrollados para que el agua no los mojara y una
camisa gris. Se veía como el cielo. Tenía aquella torcida sonrisa de la que me
enamoré al instante que la vi y por la que haría lo que fuera para verla todos
los días. En ese momento, me giré junto a él para empezar a caminar de regreso
en la dirección en la que veía en mi sueño… había algo diferente en mí, pero no
pude ver qué era. Apenas podía ver mi cara o cuerpo. Todo se veía borroso. Peter
me soltó la mano y empezó a alejarse de mí. ¡Espera! ¿A dónde iba? ¿Por qué…?
Se veía tan triste.
Oí que alguien me hablaba. Era mi madre… Despierta, Lali…
nunca serás amada así, querida Lali… Él no te quiere, Lali, despierta... No te
quiere… ¡No! Eso no era cierto. Vi la forma en que Peter me miraba en mi sueño…
me amaba, tenía que hacerlo.
Lali, cariño, despierta…
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Otro porfa!?
ResponderEliminaroh mier*da por culpa de su madre ali siente que nadie la va ha querer que triste ..
ResponderEliminarseguila !!!
puchaaaaaaa jjajajja
ResponderEliminarpobre lali y peter que no se hga el histerico jajja
seuila