Peter
Cristo todopoderoso… conducir durante tres horas y escuchar
a Rochi hablar y hablar fue suficiente para volverme loco. Recibió una llamada
de Jason y, por supuesto, la cogió. En el momento en que dijo el nombre de
Jason,
Gas se puso los auriculares y no se los quitó por una hora. Ese estúpido
hijo de puta se encontraba a punto de renunciar a la chica que quería.
Volví a mirar a Lali y la sonrisa en su rostro mirando por
la ventana me dijo todo lo que necesitaba saber. Ya amaba estar lejos de la
ciudad. ¿Amaría el rancho tanto como yo lo hacía? ¿Podía verse a sí misma
viviendo allí? ¿Sería esposa de un ranchero? Joder, espero que así sea.
Bajé la carretera comarcal que llevaba al rancho y mis manos
empezaron a sudar y mi ritmo cardíaco se aceleró. ¿Qué carajos? Nunca estuve
nervioso por llegar al rancho.
Volví a mirar a Lali y parecía a punto de salir de su
asiento. Gas se quitó los auriculares y se volvió para mirarla.
—¿Estás emocionada, cariño? ¡Esta es tu primera vez fuera
del país y en un rancho de ganado!
No sabía qué tipo de sonido acababa de hacer Lali, pero
sonreía de oreja a oreja.
—Mierda. ¡Estoy tan emocionada que estoy temblando!
—Jesús, Lali… son sólo un montón de vacas, por el amor de
Dios. Estoy más preocupada por el hecho de que no he tenido señal en mi celular
en los últimos cuarenta cinco minutos —dijo Rochi mientras movía su teléfono en
la parte trasera de la camioneta, buscando señal.
Gas soltó una carcajada. —Sí, se puede sacar a la chica de
la ciudad, pero no se puede sacar a la ciudad de la chica. No vas a morir si no
puedes hablar con tu novio por unos pocos días.
—Vete a la mierda, idiota.
—Ustedes dos. ¿Pueden, por favor, parar por lo menos durante
dos días? Tengo muchas ganas de disfrutar de este momento, todos juntos, antes
de que Peter y Gas tengan que volver a la práctica de fútbol. ¿Bien? ¿Podrían
intentar llevarse bien… por mí?
Gas se dio la vuelta y no dijo una palabra; Rochi le dijo Lali,
que por supuesto, se comportaría. Bien, no creía que la charla que dijo Lali
sirviera.
Paramos en la puerta. Era una gran puerta de hierro negro y
encima de ella decía: Lanzani Cattle Co.
Oí a Lali dejar escapar un grito ahogado cuando marqué el
código de la puerta y nos dirigimos por el camino rural que nos llevaba a mi
sueño. El camino siguió como por tres kilómetros antes de llegar a la casa del
rancho. Una vuelta más y la gran casa blanca estaría en frente de nosotros.
Joder, me encantaba esa casa. La casa tenía cuatro
dormitorios; el dormitorio de mis abuelos se hallaba en la planta baja y otras
tres habitaciones, arriba. Tanto el primer piso como el segundo, tenían
envolventes pórticos por todo el camino alrededor de la casa. Cada habitación
tenía acceso al pórtico y en las noches frescas se abrían todas las puertas y
ventanas para refrescar la casa.
El columpio del pórtico que daba hacia el oeste era mi parte
favorita de la casa. Recuerdo que todas las noches me sentaba en ese columpio
con el abuelo mientras me decía lo que hacía falta para ser un ranchero. Sonreí
ante el recuerdo. Me volví para mirar a Lali. Me miraba con una sonrisa. Mi
corazón empezó a latir más rápido y le guiñé un ojo. Me sentía jodidamente
nervioso.
Y ahí estaba… la casa del rancho… y mis abuelos de pie al
frente, esperándonos. Me pareció oír a Lali decirle a Rochi que se sentía nerviosa
por conocerlos. Nos detuvimos, salí de la camioneta de un salto y me dirigí
directo hacia mi abuela. Llevaba un ramo de margaritas en la mano. Me agaché y
la levanté suavemente, dándole un pequeño abrazo mientras la besaba en la
mejilla.
—¡Oh, gran Hulk, bájame ahora mismo, Juan Pedro!
—Sí, señora. Te extrañé, abuela, te extrañé tanto. —La bajé
lentamente y me volví para darle a mi abuelo un apretón de manos. Sacó la mano
y me dio un abrazo de oso, como siempre.
—¿Cómo te va, Juan Pedro? Te extrañamos mucho, hijo. Este
hijo de puta se pone cada vez más grande; lo que es bueno para el trabajo del
rancho —dijo el abuelo.
Gas se acercó, se inclinó y le dio un beso y un abrazo a la
abuela y luego estrechó la mano del abuelo. Lali y Rochi se quedaron justo
detrás de él. Gas se dio la vuelta y tomó la mano de Rochi en la suya y la
llevó hasta la abuela y el abuelo.
—Señor y señora Lanzani, esta es Rocio Igarzabal, la mejor
amiga de Lali. —La abuela miró a Rochi, sonrió y luego levantó la mirada hacia Gas
y enarcó una ceja. Siempre sabía cuándo alguien escondía algo.
—Oh, sólo la mejor amiga de Lali, ¿eh, cariño? —dijo la
abuela cuando miró a Rochi. Se acercó, le dio un abrazo y susurró algo en su
oído que hizo que su cara se sonrojara al instante. Rochi soltó una carcajada
cuando miró a Gas.
Mi abuela no se guardaba nada.
—Rocio, querida, eres una cosa tan bonita… por favor,
llámame Emma.
—¡Muchas gracias por recibiernos, es absolutamente
impresionante! Y por favor, llámeme Rochi.
El abuelo se acercó y le dio un pequeño abrazo a Rochi,
dándole la bienvenida. Ella le dio las gracias y le contó sobre el rancho de su
abuelo, donde pasó casi todos los veranos a caballo en las carreras de barril
de rodeo local. Gas la miró, sorprendido. Esta chica nunca dejaba de sorprenderme
de una manera u otra.
Lo siguiente que supe era que el abuelo me estaba mirando.
—Ahora, ¿dónde diablos esta la chica que le ha robado el corazón a nuestro Juan
Pedro? —Tenía una gran sonrisa en su cara, la misma sonrisa que llevaba cuando
la abuela entraba en una habitación.
Ya era hora… Mis manos empezaron a sudar de nuevo y mis
rodillas se sentían como si se fueran a doblar en cualquier momento. Me limpié
las manos en mis pantalones vaqueros y suavemente tomé la mano de Lali en la
mía. Me acerqué al abuelo primero, ya que parecía que no era capaz de apartar
sus ojos de ella.
—Abuelos, me gustaría presentarles a Lali Esposito, la
hermana de Gas y bien… eh… la chica que me ha robado el corazón y el alma —dije
yLali me miró. Poco a poco, me dio esa maldita sonrisa que hacía que mi corazón
se derritiera todo el tiempo. Sus hermosos ojos azules parecían aún más
hermosos aquí afuera, bajo el cielo de Texas.
Dios, la amaba.
Lali se acercó al abuelo y cuando se inclinó hacia abajo, la
envolvió en sus brazos y la levantó. Lali echó a reír. —Bueno, ¿no es la cosa
más bonita que he visto en mi vida aparte de Emma?
El abuelo bajó a Lali y sus mejillas se pusieron de un color
rosa precioso. Le sonrió y juro que él se balanceó un poco. Supe en ese momento
que lo había embrujado tanto como a mí.
Lali se volvió hacia mí y me dio un guiño. —Ahora veo de
donde lo conseguiste.
Puse mi mano en su espalda y la llevé hacia la abuela. Me
pareció sentir un escalofrío en el cuerpo de Lali. A medida que nos acercábamos
a ella me pareció ver lágrimas en sus ojos. ¿Qué sucedía?
—Lali, esta es la mujer más importante en mi vida, la adoro
y sé que también tú lo harás. Abuela… esta es mi Lali. —Podía escuchar mi
corazón latir en mis oídos. Miré a mí alrededor para ver si alguien más podía
oírlo también.
La abuela se acercó y le entregó las margaritas. Lali sonrió
y le dijo que las margaritas eran sus favoritas. La abuela echó la cabeza hacia
atrás y se rió, y le dijo que lo había oído de una pequeña hada. Puso ambas
manos sobre sus hombros y la miró. Su sonrisa era todo lo que necesitaba ver
para saber que ya la amaba. La abrazó y le susurró algo al oído también. Lali
no se rió como Rochi hizo. Se echó hacia atrás y miró conmocionada a la abuela,
luego se volvió para mirarme.
—Confía en mí, Lali, querida, confía en mí —dijo con un
guiño. Sonrió mientras la abuela colocaba su brazo alrededor de Rochi y los
brazos de Lali en el hombro de ella y entraban en la casa. Las dos chicas
empezaron a reírse de algo que les dijo. Lali se dio la vuelta y me dirigió una
sonrisa. Se la devolví con un guiño cuando volvió a prestar atención a lo que
decía la abuela.
Al verla entrar en la casa por primera vez con la abuela
casi hizo que mi corazón estallara. No podía apartar los ojos de su cuerpo
mientras se retiraba. El abuelo cerró la puerta y se dirigió hacia nosotros.
—¡Bueno, estaré maldito! Mierda, ¿cómo diablos hicieron para
conseguir esas bellezas? —dijo el abuelo con una carcajada.
»¡Hijos de puta afortunados! Ahora, vamos a bajar a la
granja y encontrar a Drake, creo que necesito una cerveza o diez. Haré que
Dewey lleve las maletas de las chicas a su habitación.
Gas y yo nos miramos y sonreímos. Caminamos con el abuelo
hacia el granero mientras nos ponía al día con todo el trabajo que tenía
reservado para nosotros mientras estuviéramos allí. Gas se inclinó y me susurró
al oído.
—No me importa cuántas malditas vallas necesiten reparación…
Sólo quiero ver a Rochi en un bikini.
Solté una carcajada y sacudí la cabeza. De ninguna manera
iba a admitir que quería ver a su hermana en uno también.
Gas me guiñó un ojo y palmeó mi espalda… el bastardo ya
sabía lo que pensaba.
—Vamos, muchachos… tenemos que ponernos al día.
jajjajjjajjaaj
ResponderEliminarseguila
amo como peter putea a gaaston ajajjajajaj
seguila
Mas!
ResponderEliminarMasssss
ResponderEliminarMARATÓN!!!!!!! MARATÓN !!!!!
ResponderEliminarQue será lo que le dijo la abuela de Peter a Lali ?!
ResponderEliminaray quiero saber ya
Seguila !!
massss
ResponderEliminarMaassssss
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