Datos personales

domingo, 29 de junio de 2014

Capitulo: 37


Lali
¡Hoy era el día! Salí de la cama y fui directo a mi cuarto de baño. Había resultado perfectamente vivir en la casa de invitados de la propiedad de los padres de Rochi.
Ambas teníamos nuestras propias habitaciones y baños y lo mejor de todo… ¡No teníamos que pagar alquiler para vivir aquí!
Había pasado la noche anterior en casa de Peter de nuevo. Por lo que ya eran tres noches las que había pasado allí ahora. No creo que Gaston estuviera muy contento con esto, pero le aseguré que no sucedía nada. Rochi superó lo de haberse despertado con Gaston. Me contó que por un momento, estuvo emocionada al sentir su erección presionada contra ella y tuve que detenerla antes de entrar en más detalles. Lo último que quería era escuchar acerca de la erección de mi hermano. Agh.
Escuché a Rochi moler café y me di prisa en vestirme. Me puse un par de pantalones cortos y una camiseta de fútbol de la Universidad de Texas. Las sandalias fueron mi elección para el viaje hasta el rancho. Estaba increíblemente nerviosa por lo de conocer a los abuelos de Peter. Me di cuenta de que apenas hablaba de sus padres. Podía haber mencionado a su madre de vez en cuando, pero jamás hablaba sobre su padre. Justo entonces, sonó mi teléfono. Corrí y lo cogí de la mesilla de noche. ¡Justo a tiempo!
—¡Buenos días, Juan Pedro! ¿Qué tal dormiste? —Había cogido el hábito de llamar a Peter por su nombre real cada mañana.
—¡Buenos días, cariño! Dormí bastante mal sin ti. ¿Qué tal dormiste tú? —Dejé escapar una risa.
—Dormí bien, pero dormir contigo un par de noches me ha consentido. Extraño despertarme con tu sonrisa.
—Jesús, yo igual. Eres todo en lo que pienso cuando me voy a dormir y todo en lo que pienso cuando me levanto —dijo Peter con ternura.
Me había hecho sentir apreciada cada uno de los días. Realmente esperaba que el suelo se abriera. Cosas como estas simplemente no me pasaban a mí.
—¿Estás emocionada?
—¡Sí! ¡Ya tengo hechas las maletas y estoy lista para salir! Definitivamente no puedo esperar para irnos. ¿Cuánto tiempo nos llevará llegar? —pregunté mientras veía a Rochi caminar por la habitación con su taza de café.
—Depende de cuantas paradas quieran hacer, pero normalmente dos horas y cuarenta y cinco minutos.
—Estoy realmente nerviosa por conocer a tus abuelos. ¿Qué sucederá si no les gusto? ¡¿O si desaprueban que lleves chicas allí?! Oh, Dios, eso ni siquiera se me había pasado por la cabeza, Peter —dije mientras me empezaba a entrar el pánico.
Peter se rió. Podía imaginarlo sentado en el sofá ahora mismo, su cabeza hacia atrás mientras reía. Mmh… ojalá estuviera allí justo ahora.
—Lali, les pregunté a ellos antes de incluso invitarlas a Rochi y a ti. Mis abuelos tienen un enorme rancho con cuatro habitaciones. Gas y yo estaremos en una y tú y Rochi en otra. No te preocupes. Mi abuela se muere por conocerte, cariño, así que no te preocupes.
Dejé de contener el aliento. Me preguntaba cómo serían sus abuelos. Ni siquiera sabía si eran los padres de su padre o de su madre. Era algo que necesitaba saber antes de conocerlos.
—¿Son los padres de tu padre o madre? —le pregunté a Peter mientras veía a Rochi pasar por mi puerta. Estaba hablando con alguien por teléfono y no parecía nada feliz.
—¿Nunca te lo he dicho? Lo siento, Lali. Son los padres de mi padre. Pasé casi cada verano en su rancho. Amo el lugar. Mi padre tiene un hermano que tiene tres hijas con quienes me reunía en verano para hacer travesuras. Eran unos marimachos mientras crecíamos. Solía encantarnos ir a nadar al río Llano, observar a la abuela preparar sus famosas tartas demanzana y atender sus flores y huerto. Mi abuelo me enseñó todo sobre el ganado.
—¿Tienen ayuda en el rancho? Quiero decir, deben necesitar ayuda, sólo puedo imaginar cuánto trabajo debe ser. ¿Tu padre o tu tío van a ayudarles? —Peter se rió.
—Sí, tienen ayuda. Drake es el capataz y lo ha sido desde que tengo memoria. Sus dos hijos, Aaron y Dewey, son sus manos. Son un buen grupo de hombres que harían cualquier cosa por mis abuelos. Drake no se lleva bien ni con mi padre ni con mi tío Tim. La hija mayor de Jim, Shannon, se va a casar este otoño aquí en Austin.
—¿Por qué Drake, tu padre y tu tío no se llevan bien?
—No estoy muy seguro, pero creo que tiene que ver con el hecho de ambos se fueron justo después del instituto y nunca miraron atrás. Dejaron bastante claro que ninguno de los dos quería el rancho ni nada que tuviera que ver con él. Drake y mi padre solían ser mejores amigos. Mi padre se unió a la armada justo después del instituto, dejando todo atrás, incluido a su mejor amigo.
Me senté allí. Esta era la mayor referencia a su padre desde que lo conocí.
—Bueno, Gas y yo vamos a ir para allá en unos minutos. Asegúrate de llevar un par de vaqueros, una sudadera y botas, ¿vale? —dijo Peter mientras escuchaba a Gas hablándole en el fondo. Decía algo de Rochi no llevando su bañador de cuerpo entero.
—¿Debería llevar el bikini nuevo que compré ayer en Victoria’s Secret? —dije tímidamente.
—Joder, sí, deberías llevarlo, o no… siempre podemos nadar desnudos —dijo Peter con una risa malévola.
—¡Ya quisieras! Te veo en un rato. Ten cuidado conduciendo.
—Siempre, cariño, hablamos pronto.
Entré en la cocina y Rochi todavía hablaba por teléfono. Rápidamente me di cuenta de que hablaba con Jason. Su cara no tenía precio.
—No estoy segura de sí voy a tener cobertura ya que estaremos en el puto culo de Egipto. Jason, en serio, soy una chica grande, creo que estaré bien… sólo seremos Lali, Peter y yo… No estoy segura al cien por cien de que Gas vaya… Al rancho de sus abuelos… Sí, sólo por cuatro o cinco días, creo… Está ayudando a su abuelo a arreglar un par de cosas en el rancho… está bien, pásalo bien haciendo senderismo… Sí, tú también… Adiós…
Miré a Rochi mientras vertía café en una taza. Alcé las cejas y giré la cabeza para darle una mirada de madre.
—Gracioso… parecía que tenías que dar un montón de explicaciones.
—Que se joda Jason… cree que puede decirme a dónde, qué y con quién puedo pasar tiempo. No… Lo siento, hombre, pero esa posición está reservada sólo para mi padre y dejó de hacerlo hace años. El hecho de que esté molesto porque Gas estará allí me jode.
Empecé a reírme. Dios, adoraba a Rochi. Su madre nos había hecho ver más películas de Katharine Hepburn la otra noche y había llenado nuestras mentes con sus sermones sobre el poder femenino. Entendía porque Rochi era tan cabezota.
—¿Por qué se enfadaría si supiera que Gas va a estar allí? —pregunté, más por curiosidad que por otra cosa. ¿Cómo podía Jason saber incluso acerca de Gaston y Rochi?
Rochi se detuvo y me miró, confundida.
—Sabes, ni siquiera estoy segura de por qué preguntó sobre Gas. Es un poco raro, ¿no? —dijo Rochi mientras se sentaba y comía un plátano.
—Quizás sabe que Peter y Gas son compañeros de piso, ¿le has hablado de ellos? —le pregunté mientras Rochi leía un mensaje que acababa de llegarle. Lo pensó por un momento.
—Puede ser… ¿cómo si no lo sabría? Quiero decir, le hablé de Peter por ti, pero honestamente, no recuerdo haberle hablado de Gas. Bueno, ¿qué más da…? No estoy segura al cien por cien de que Gas vaya hasta que vea su bonita cara sentada en la camioneta —dijo Rochi con un guiño mientras se levantaba e iba hacia su cuarto.
»Me voy a vestir. Gas acaba de mandar un mensaje diciendo que están de camino. —Justo entonces, mi móvil vibró con un mensaje de Peter.
Querida Lali… estamos de camino. No puedo esperar para verte ;-).
Dejé salir un pequeño grito y corrí hacia la habitación para coger mi maleta. La llevé a la sala y Rochi salió con su maleta. Llevaba unos cortos… cortos pantalones azules con una camiseta sin mangas negra. Tenía sandalias puestas y se estaba haciendo una coleta.
—¡Eso es todo! ¿Parezco lo suficientemente de campo? Quiero decir, sé que Gas esperará que vaya como una muñequita y probablemente queriendo llevar cuatro maletas conmigo, así que lo estoy llevando al mínimo.
Miré su gigantesca maleta y después a ella. Llevaba muy poco maquillaje y se había borrado el pintauñas.
—Bueno, sé lo difícil que fue para ti llevar sólo una maleta, Rochi… ¿estás segura de que lo tienes todo? —dije con sarcasmo.
—Mierda, no tienes ni idea de lo difícil que fue para mí hacer una maleta tan ligera. Realmente tuve que pensar en mis conjuntos y las situaciones que pudieran surgir en un rancho. Fue una tortura. ¡Joder… ya quiero que empiece lo divertido!
Me reí. No podía creer que estuviera hablando en serio. Rochi me miró, confundida.
—¿Qué diablos es tan gracioso? —dijo mientras ponía las manos en sus caderas y me miraba.
—Tú. Esa maleta es gigante y, ¿por qué te borras el pintauñas? Estoy bastante segura de que las chicas que viven en el campo llevan pintauñas. ¿Llevas vaqueros? Peter me dijo que llevara bastantes.
—Por supuesto que llevo vaqueros, ¿qué diablos, Lali…? ¡He estado en el campo antes!
Justo entonces, escuché la camioneta de Peter entrando y la música a todo volumen. Jesús, si ponía Truck Yeah lo mataría. Nos acercamos a la ventana y los vimos aparcados. Ambos salieron de la camioneta a la vez, riéndose de algo. Sentí mi estómago caer y el corazón latir como loco.
—Joder… —dijimos Rochi y yo a la vez. Nos miramos y empezamos a reír.
—Jesús, María y José, ningún chico debería verse tan jodidamente sexy en un puto par de vaqueros y botas de vaquero. Creo que voy a tener un orgasmo sólo mirando su culo en esa cosa.
—Mierda, Rochi, vamos. Es mi hermano… ¡Agh! —dije mientras la golpeaba en el hombro.
—Joder Lali, ¿no ves a Peter? Mierda santa… el cabrón está ardiente.
Sonreí mientras los veía caminar hacia la casa. Peter iba más caliente que ardiente. Tuve que juntar las piernas para aliviar el dolor que se presentó… de nuevo… con sólo mirarlo. Llevaba un par de pantalones vaqueros y una camiseta blanca. Una ajustada camiseta blanca como la que llevaba el día que lo conocí. Podía ver su tatuaje a través de ella y una parte salía de la manga. Todavía no lo había visto sin camiseta y memoría de ganas. Quería trazar su tatuaje tribal con el dedo y después con la lengua.
¡Argh! Lali deja de pensar así. Oh Dios mío, ¿qué pasaba conmigo? Tuve que sacudir la cabeza para aclarar mis pensamientos.
—Mmh… veo el tatuaje de Peter…. ojalá Gas llevara una camiseta blanca, estúpido cabrón. Apenas llegué a ver sus tatuajes la otra mañana —dijo Rochi mientras movía las cejas de arriba abajo.
—¡Cállate, puta! Vamos, antes de que nos vean babear. —Gas llamó a la puerta, pero luego la abrió y entró. Se quedó estático cuando vio a Rochi.
—¿Vas a llevar eso? —preguntó Gas mientras la miraba de arriba abajo y se pasaba las manos por el cabello. Rochi se encogió de hombros y miró lo que llevaba.
—Sí, ¿por qué, qué le pasa a lo que llevo, gilipollas?
Peter entró y se inclinó para envolverme en sus brazos y levantarme para darme un beso.
—Estás preciosa, La. ¿Has cogido suficientes pares de pantalones, cariño? —dijo mientras me bajaba lentamente al suelo. No había nada que me gustara más que él cuando hacía eso. Estar tan cerca de su cuerpo era increíble. Me preguntaba cómo sería tener sexo con él.
Espera… ¿qué? ¿De dónde jodidos salió eso?
—No pasa nada si vas a la playa o supongo que al centro comercial así. Por Dios, Rochi, vamos a un puto rancho. Si te inclinas un poco, probablemente pueda verte el culo en esos pantalones cortos. —Rochi miró a Gas y le dedicó una de sus sonrisas patentadas.
—Bueno, entonces está jodidamente bien que este culo no te pertenezca. No tienes que preocuparte por él. —Rochi se dio una palmada en el trasero con la mano y le guiñó el ojo a Gaston.
—Lo que sea, ardilla. Si quieres que los chicos te miren como si fueras algún tipo de puta, es tu elección. Déjame adivinar, ¿la maleta gigante es tuya?
Rochi sonrió y se acercó a Gaston mientras cogía la maleta. Se paró a su lado y se puso de puntillas para susurrarle—: ¿Estás celoso de que los otros vaqueros vayan a mirarme y fantasear sobre la buena amazona que podría ser? —Gaston dejó caer la maleta de Rochi, que casi aterriza en su pie izquierdo. Rochi todavía estaba inclinada cerca de Gaston mientras le guiñaba.
»Ten cuidado, Gas… tengo artículos muy importantes en esa maleta que necesito para encargarme de… ciertas… necesidades.
Gaston nos miró a Peter y a mí y negó con la cabeza como si estuviera tratando de borrar una imagen. Rápidamente cogió la maleta y la llevó fuera. Peter empezó a reírse tan pronto como la puerta se cerró. Realmente creía que Rochi entretenía a Peter. Le golpeé el hombro y miré a Rochi.
—¡Rocio! Eso no tenía sentido. Tú y yo sabemos que no tienes ninguno de esos artículos. Y tú… Peter, deja de reírte. No es gracioso. Le vas a provocar al pobre Gaston un ataque cardiaco para cuando termine la semana —dije mientras los miraba. Ambos trataban de no reírse, pero realmente hacía un mal trabajo.
—¿Qué? Tengo mi plancha y mi secador de pelo en esa maleta. Son artículos muy importantes para mí. Dios, Lali… tienes una mente muy sucia, pervertida.
Peter se agachó y cogió mi maleta, llevándola fuera. —Vamos, chicas… terminemos con esto.
Estaba tan emocionada que apenas podía soportarlo. Cogí mi bolso y metí el iPod y los cascos en él tan rápido como podía. Seguí a Rochi fuera de la casa y cerré la puerta al salir. Rochi se inclinó y me susurró al oído—: No me hagas sentarme en el asiento trasero con Gas o te mato. —Empecé a reír cuando vi a Gaston saltar en el asiento delantero de la camioneta de Peter.
—Creo que lo acongojaste… no se sentaría a tu lado ni aunque le pagaras.
Rochi miró a la camioneta y después de mí y rompimos a reír. Peter se acercó y me levantó, dándome vueltas. Dejé escapar un pequeño grito mientras me daba otro beso. Me sonrió y se inclinó hacia mi oído.
—¿Quieres sentarte en el asiento delantero conmigo, cariño? Puedo patear a Gas al asiento trasero con la puta. —Empecé a reír y le golpeé la espalda.
—¡Bájame y, no! Me sentaré con Rochi en el asiento trasero. Creo que si Gaston y Rochi tuvieran que sentarse el uno al lado del otro tanto tiempo terminarían matándose y eso arruinaría mi primer viaje al campo.
—Estoy de acuerdo. Vamos, nena. —Peter se acercó a abrir la puerta de la camioneta para mí
Oh… secretamente deseaba que me llamara nena todo el tiempo. No estaba segura de por qué me gustaba tanto. Quiero decir… la forma en la que salía de su boca sonaba tan…
—Joder, es caliente cuando te llama nena —dijo Rochi con un guiño.
—Sí, lo es, ¿no?
Rochi saltó a la camioneta y se deslizó detrás del asiento de Peter. Peter me sostuvo el brazo mientras entraba. Mierda, la descarga eléctrica que me recorrió el cuerpo cuando me tocó era irreal. ¿Alguna vez me acostumbraría? Me dio un último beso en la mejilla, sonrió y cerró la puerta. Corrió alrededor de la parte delantera del coche y entró. Miró a Gaston y sonrió.
—Muy bien, salgamos de la puta ciudad y tomemos algo de aire fresco de campo —dijo Peter con una sonrisa. Se giró para mirarme, guiñándome y sonriendo.
—Tenemos que escuchar algo de música para ponernos a tono. —Peter pulsó reproducir y Banjo de Rascal Flatts empezó a sonar. Gas y Peter hicieron un choque de puños y dijeron al mismo tiempo—: ¡Infiernos, sí!
Miré a Rochi y ella a mí. Sonrió y negó con la cabeza.
—Hombres… —dijimos al mismo tiempo.

10 comentarios: