There was love all around
But I never heard it singing
No I never heard it at all
Till there was you.
THE BEATLES,
Till there was you
La calma después de la tormenta.
Así sería como Peter describiría la situación entre él y Lali
después de decirle que había decidido aceptar el puesto de capitán del puerto
de Barcelona.
Lo odiaba, prefería mil veces que ella lo gritase o lo
insultase, o que le dijese que no quería verlo más, a esa total y educada
indiferencia.
Lo estaba matando.
Tal como le había dicho a Lali, Peter estuvo unos días en
Madrid para ocuparse del papeleo del traslado y para resolver cuantos temas
pudiese de la capitanía de Cádiz, como por ejemplo, encontrar su sustituto. Al final
redujo la lista a tres candidatos y los presentó al Ministerio con su
recomendación personal; eligiesen al que eligiesen, de lo único que tenían que
asegurarse era de que Domingo y Márquez seguían en el equipo, y también Agus.
De nuevo en Cádiz, lo primero que hizo Peter fue organizar
una cena con sus hermanos para contarles sus intenciones.
—No veo bien que tengas que irte, Peter —le dijo Valentina,
y Peter tuvo ganas de abrazar a su hermana—. Lamento mucho que tú y Lali no
hayáis arreglado las cosas, pero no veo qué tiene que ver eso con que te vayas
a Barcelona.
—De momento, es mejor así, Valentina —le explicó Peter—. Si
me quedo, no podré mantenerme alejado de Lali y tarde o temprano terminaremos
haciéndonos daño.
—Podrías quedarte aquí y no mantener ningún contacto con
ella —sugirió Martin.
—Me he pasado doce años en Chile y el océano ha sido lo
único que ha impedido que viniese a buscarla —ejemplificó Peter—. Creedme, si
me quedo, iré a verla, a hablar con ella. No podré evitarlo.
—¿De verdad crees que no podéis arreglar las cosas, Pitt?
—De verdad, Valentina. Además, lo de Barcelona es una gran
oportunidad y podemos vernos por vacaciones y casi todos los fines de semana.
—Ya lo sé, pero me da mucha rabia —sentenció, demostrando
que apenas tenía dieciocho años.
—Si crees que es lo mejor para ti, cuenta con nosotros, Peter.
—Gracias, Martin. Te aseguro que lo es.
—Bueno, pues más te vale buscarte un apartamento bien grande,
porque los fines de semana que no vengas a Cádiz, Maligno y yo iremos a
Barcelona.
—Me parece bien, Valentina, en realidad, es una gran idea.
Martin y Valentina se tomaron la decisión de Peter mucho
mejor que Domingo y Márquez. Claro que ellos sabían la verdad, y eso
probablemente ayudaba bastante.
—No puedo entenderlo, Peter —le dijo Domingo sin ocultar que
no le hacía ninguna gracia que Peter se fuese a Barcelona—, ¿por qué diablos
tienes que irte?
—El puerto de Barcelona tiene que renovarse, y creen que soy
la persona adecuada para sacar adelante el proyecto.
—Mira, no es que lo ponga en duda, pero, ¿no puede hacerlo
otro? Tú aquí haces falta, Peter. Es la primera vez en muchos años que esta
capitanía funciona bien de verdad, y apenas hace unos meses que llegaste.
—Gracias, Domingo.
—No me las des, no te estoy haciendo la pelota, Peter, de
hecho, ahora mismo tengo ganas de estrangularte, capitán.
Peter sonrió.
—Lo sé, Domingo, y no sabes cuánto te agradezco que te
contengas.
—Yo también lamento mucho que se vaya, Peter —dijo Márquez
con su habitual educación.
—¿No te parece que podrías tratarme de tú, Luis?
—Por supuesto, Peter. Si te quedas, te trataré de tú.
Domingo soltó una carcajada.
—Vaya, vaya, Márquez, al parecer resulta que tienes sentido
del humor.
—Solo a veces, Domingo. Solo a veces.
—Todavía no han elegido a mi sustituto, pero como les he
mentido como un bellaco y les he dicho que vosotros dos solos podéis llevar la
capitanía, no creo que se den mucha prisa.
—Vete a la mierda, Peter, dime que no has hecho eso —dijo
Domingo—, ahora seguro que tardarán una eternidad en mandarnos a alguien que
pueda firmar los malditos permisos.
—Coincido con Domingo, Peter, vete a la mierda.
Los tres hombres se rieron por lo surrealista de la conversación
y cuando Lali oyó las risas provenientes del despacho de Peter se sintió
tremendamente culpable. Peter se iba por su culpa, porque creía que si se
quedaba ninguno de los dos sería feliz. Pero ella... ella no lo tenía tan
claro. Desde un principio Peter la había abrumado, le había saturado los
sentidos hasta tal punto que era incapaz de pensar con claridad. Cuando lo
conoció, con tan solo quince años, estuvo días sin poder quitarse de la cabeza
la sonrisa del chico que se había encontrado en el puerto cuando miraba los
cangrejos. Y cuando la miró a los ojos y le dijo con total sinceridad que había
sido un delincuente y un drogadicto, supo que jamás encontraría a nadie tan
valiente. Ni tan sincero. Cierto, en aquel entonces ella tenía dieciséis años y
no entendía nada de lo que le estaba sucediendo, pero una parte de su corazón,
de su alma, supo sin lugar a dudas que Peter Lanzani iba a ser la persona más
importante de su vida.
Él tenía un pasado horrible, había pasado por unas
situaciones por las que ninguna persona debería pasar y había sobrevivido. Y se
había convertido en un hombre increíble, un hombre arrollador que como tal le
pedía que fuese igual de valiente que él.
Lali lo amaba, de eso no tenía ninguna duda. A él no se lo
había dicho porque... porque cómo le dices a alguien que lo amas pero que
tienes miedo de ser feliz. ¿Cómo le dices que no quieres estar con él porque
sabes que si sale mal, que si algún día te deja, no podrás volver a
recomponerte y que esta vez, no podrás seguir adelante sin él?
La respuesta es: no se lo dices.
Oyó la puerta del despacho y comprobó que no tenía
escapatoria.
—Hola, Lali, no sabía que todavía estabas aquí —le dijo Domingo
al verla—. ¿Te has enterado de que Peter nos abandona?
Oh, Dios. Los dos se miraron a los ojos sin saber qué hacer.
—Sí, me he enterado —contestó al fin Lali—. Felicidades,
capitán.
Peter entrecerró los ojos y le suplicó que no lo torturase.
—Gracias, Lali. La verdad es que lamento mucho tener que
irme. —Dos podían jugar a ese juego.
—¿Necesitabas algo, Lali? —le preguntó entonces Márquez.
—No, gracias, ya me iba. Buenas noches a todos.
—Espera, te acompaño —se ofreció Márquez—, me gustaría
preguntarte algo.
—Por supuesto. Te espero abajo.
Márquez cogió sus cosas y mientras lo hacía les explicó a
Domingo y a Peter que quería preguntarle a Lali sobre una cámara fotográfica
que quería comprarse. Peter se relajó, aunque al mismo tiempo se recordó que él
no tenía derecho a estar celoso. Ya no, y quizá nunca lo había tenido.
Cuando Domingo y Peter se quedaron a solas, el primero no
perdió ni un segundo en atacar al segundo.
—Es Lali. Lali es la mujer misteriosa de la que estabas
enamorado hace años, y ella es el motivo de tu traslado a Barcelona.
Peter no intentó disimular, sabía por propia experiencia que
jamás conseguiría ocultar lo que sentía por Lali.
—Sí, así es.
—Joder, Peter. Ahora entiendo muchas cosas.
—¿Ah, sí? Pues empieza a explicármelas, si no te importa,
porque yo hace tiempo que no entiendo nada.
—Por eso pidió Lali la excedencia justo antes de que
llegaras —siguió Domingo.
—Sí, por eso.
—¿Tanto os odiáis que no podéis comportaros como dos
personas civilizadas y trabajar en el mismo sitio?
Aquella descripción de su relación con Lali dolió mucho a Peter
y miró al otro hombre a los ojos.
—Yo no odio a Lali. Jamás podría odiarla. La amo.
—Entonces, ¿por qué te vas? —le preguntó como si fuera
idiota.
—Porque es mejor así.
Domingo le dio una colleja.
—¡Au!, ¿por qué me pegas?
—¿Desde cuándo te has convertido en un adolescente, Peter?
Si la amas, lucha por ella.
—No es tan fácil —suspiró Peter—. Lali y yo nos conocimos
cuando vine a Cádiz hace años —resumió—. Nos enamoramos y yo me fui sin decirle
nada. Y ahora he vuelto. Doce años más tarde.
—Y ahora has vuelto. El pasado, por horrible que haya sido,
es pasado. Ahora estás aquí y ella también. Y ahora que sé la verdad, no me
cabe ninguna duda de que Lali también siente algo por ti. Dios, si Marcela
lleva años buscándole novio y ella nunca ha accedido a cenar con ninguno de
nuestros amigos. Marce siempre ha tenido la teoría de que era porque Lali
estaba enamorada de alguien en secreto, y ahora veo que no iba desencaminada.
—Las cosas se han complicado, Domingo. Digamos que por ahora
lo mejor para los dos es que estemos un tiempo sin vernos.
—Ya, claro, porque los últimos doce años que habéis pasado
sin veros os han sentado tan bien que queréis repetir. No digas estupideces.
Dicho así, pensó Peter, realmente parecía una estupidez.
—Te agradezco que estés de mi parte, y me alegro de que por
fin sepas la verdad.
—Y yo, podrías habérmelo contado antes, ¿lo sabes, no?
—Lo sé... —reconoció Peter encogiéndose de hombros—, pero cuando
deduje que Lali no le había contado a nadie que me conocía, opté por seguir su
ejemplo.
—Te entiendo, yo también hago siempre lo que me dice Marce
—añadió Domingo con una sonrisa para quitarle algo de hierro al asunto—. Vas a
irte a Barcelona.
No era una pregunta, pero Peter la respondió.
—Sí, voy a irme a Barcelona y tú vas a cuidar de Lali hasta
que yo consiga encontrar el modo de volver.
—De acuerdo, pero no tardes demasiado.
Había llegado el día de la despedida. El lunes lo esperaban
en Barcelona y Peter había decidido ir con sus hermanos a pasar el fin de
semana en la Ciudad Condal; así podrían estar juntos y él les enseñaría el
apartamento que había alquilado pensando en cuando fueran a visitarlo. Cogían
el avión el sábado, a primera hora, lo que significaba que a Peter solo le
quedaban unas horas para despedirse de Lali. E iba a despedirse de ella; le
había prometido que nunca más volvería a irse sin decirle adiós. Los dos
estaban en capitanía; Lali había pospuesto la excedencia y había retomado con
todas sus fuerzas el proyecto Erizo, y Peter estaba recogiendo sus cosas.
Domingo se había pasado toda la mañana insistiéndole para que hablase con Lali,
haciéndole gestos nada sutiles cada vez que Lali cogía el teléfono o se
levantaba para ir al baño. La técnica de Domingo dejaba mucho que desear, pero
su amigo tenía razón en algo; se le estaba acabando el tiempo.
Cerró el último expediente y se puso en pie. Respiró hondo y
salió del despacho en busca de Lali. «Esto no es un adiós, volveremos a vernos»,
se repitió en su mente para darse ánimos.
—La —le dijo al detenerse junto a su mesa—, ¿podemos hablar
un momento?
Ella tenía la cabeza agachada como si estuviese leyendo
algo, pero cuando la levantó Peter vio que no tenía ningún papel entre las manos
y que tenía los ojos húmedos.
—Claro, Peter. Te vas mañana, ¿no?
—Sí, de eso quería hablarte. —Tuvo la sensación de que todo
el mundo los estaba mirando y se sintió como cuando era un adolescente—.
¿Podemos quedar luego? —Qué raro se le hacía hablarle de esa manera a Lali,
como si fuera de lo más normal.
—He quedado con mi madre y mi hermana para cenar. —De hecho,
la cena la organizó ella en cuanto se enteró de que Peter se iba ese sábado—,
pero podemos hablar antes.
—De acuerdo —aceptó él.
—¿Dónde quieres que nos veamos?
Peter no tuvo que pensarlo ni un segundo.
—Donde bailaban los cangrejos.
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jjajjaja pobre peter todas lo odian y eso que en este es uno de los ibros en el cual el hombre no tiene la mayor culpa jjajaj pero las entiendo yo tambien pensaba igual que ustedes xD,
Bienvenida creo Monilu :)
A veces alejarce, te acerca mas ;D
A veces alejarce, te acerca mas ;D
Maaaaas como te gusts dejarnos con intriga eh jeje
ResponderEliminarJajajaj soy media malita >:)
EliminarSera que lali le creera ? ...... lo dejara irse asi sin mas le dira al finsl lo que siente por el la verdad de su amor por el? Le seguira o se quedars y confisrs en su pslabrs que regresara?
ResponderEliminarPor que pitt escogeria ese lugar a caso le ara en ese lugar especial de ambos una promesa ? Que respuesta le dara lali ?
ResponderEliminarEl lugar de los cangrejos es donde ellos se conocieron :3
EliminarMe encanto uy le vio llorando pobre como tomara lali lo que pitt tiene por decirle ? Espero que bien y ojala lali le crea esta vez y el no se demore en volver ojal esto les ayude a aclarar su mente y a decidirse y de paso escuchar su corazon y ser felices aun que lali sabe que el es para ella peto tiene miedo y es por eso aun que tuvo su oportunidad no lo dijo e hizo por como el la trato o le dijo antes ojala e algun o en ese momento dr lo hsga saber y adi el tenga algo por que volver aun este tiempo lejor le ayudara aclarse al igual que ella aun ya tiene una parte clara ojal se mantengan en contacto o que ambos se enteren por otro asi hagan creer que no quieran saber nada el uno del otro
ResponderEliminar👍😄 muy cierto ;)
Eliminarno, no no , me mataste con la frase: A veces alejarce, te acerca mas
ResponderEliminarcreo que peter se va ir, lali lo va a extañar y va air a buscarlo..
fin
cierto?? o no que es asi?? dime que si jajajajaajjaja me encanta
seguila
Hay ale seguila me dejas con la intriga massss
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