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lunes, 30 de junio de 2014

Capitulo: 41



Lali
Peter aguantó la respiración hasta que le dije que yo también quería niños algún día. Me pregunto lo que estaría pensando. De hecho, lo vi dejar escapar el aliento que retenía cuando le dije que sí. ¿Pensaba que quería tener niños conmigo?

Sólo podía soñar. La idea de tener los hijos de Peter era demasiado para siquiera pensarlo. Podía imaginarlos corriendo por el rancho con Peter persiguiéndolos. Apuesto a que sería un padre genial para nuestros hijos.
Oh, vaya… ¿de dónde demonios vino eso? ¿Nuestros hijos? Me senté rápidamente y sacudí la cabeza. Maldición, ¿por qué seguía teniendo esos pensamientos?
Entonces, el tema de Lady Antebellum, Just a Kiss, comenzó a sonar. ¡Oh, Jesús, me encanta esa canción! Me levanté de un salto, asustanto a Peter.
—¡Oh, Dios mío, me encanta esta canción! ¿Puedo subirle?
Peter se rió.
—¡Por supuesto que sí, cariño!
Me levanté y comencé a caminar hacia el Jeep. Sólo entonces escuché algo. ¡Era alguien silbando muy alto! Luego escuché perros aullando. Dejé escapar un grito mientras me giraba para correr hacia Peter. Lo vi levantarse y antes de darme cuenta, estaba en sus brazos, enroscando mis piernas alrededor de su cuerpo y enterrando mi cara en él.
—¡Joder, Lali! ¿Qué sucede?
—¡Oh, Jesús! ¡Oh, Jesús! ¿Quién nos silbaba, y no oyes a los coyotes? ¡Vienen tras nosotros! —prácticamente grité en su pecho.
Entonces escuché el silbido otra vez. Mierda, sonaba como si perteneciera a la selva amazónica.
—¡Ahí está otra vez!
Peter echó la cabeza hacia atrás y se rió. Mantuve la cabeza en su cuello.
—Diablos, La… son chotacabras cuerporruínes. ¡Son pájaros! —Peter se reía con ganas mientras me abrazaba. No creo que pudiera tener las piernas más apretadas a su alrededor porque no era posible. Lo miré, confundida.
—Espera. ¿Qué? ¿Son pájaros? Por todos los cielos, ¿qué tipo de pájaro sale de noche? ¿Y cuán cerca están esos coyotes?
—No están tan cerca. En el campo el sonido viaja, La. Podrías estar a un kilómetro de mí, hablando, y sería capaz de escucharte. Está bien, no hay nada que temer.
Oh, rayos… Me siento como una idiota. Él tenía en su rostro esa hermosa sonrisa torcida. Instantáneamente sentí el dolor entre mis piernas. Ni siquiera me di cuenta al principio, pero empujé mis caderas contra él. Su sonrisa se desvaneció y se inclinó para besarme.
¡Y me besó! Maldita sea, este podría haber sido nuestro beso más apasionado. Agarré su cabello y lo apreté con fuerza, devolviéndole el beso con la misma pasión. Comenzó a caminar mientras me presionaba contra sí y lo próximo que supe es que me tenía contra el Jeep, ajustándome al sitio donde podía sentir su erección. Nunca rompimos el beso. El dolor entre mis piernas crecía mientras él, lentamente, movía sus caderas contra mí. Instintivamente moví las mías contra las suyas. Peter alejó su boca de la mía; la mirada en sus ojos era increíble. Nunca la olvidaré mientras viva.
—Lali, ¿puedo tocarte?
Oh. Dios. Mío…
—Sí.
Puso su mano tiró de mi camiseta lentamente. Comenzó a moverla sobre mi estómago hacia arriba y pensé que iba a explotar.
—Mierda, Lali… tu piel es tan suave.
No podía pensar. Su roce me volvía loca. El dolor entre las piernas creció aún más y comencé a sentirme rara. Me estremecí y Peter dejó de mover la mano.
—Tócame, Peter… por favor, sigue tocándome —supliqué. Dios sabía que no quería que se detuviera.
Se inclinó y comenzó a besarme nuevamente. Lo sentí mover mi sujetador y liberar mis pechos. Su mano se movió, acariciandolos indistintamente. Luego comenzó a jugar con mi pezón. Dejé escapar un gemido contra su boca y sentí sus caderas presionar con fuerza contra mí.
Allí estaba ese intenso sentimiento creciendo en mi cuerpo. ¿Qué diablos pasaba? Me apreté contra Peter y comencé a mecerme. Siguió jugando con mis pezones, retorciéndolos y tirando de ellos. Me apretó más contra el Jeep y con su otra mano agarró mi cabeza, profundizando el beso.
Maldito. Infierno…
Algo me sucedía… Me alejé de Peter mientras lo comprendía. Comencé a gritar su nombre mientras la sensación se intensificaba y pensé que moriría. Peter atrapó mis gritos con su boca.
Por un momento, dejé que mi cuerpo se hiciera cargo. Mientras las abrumadoras sensaciones pulsantes se desvanecían, Peter también ralentizó en ritmo de sus besos y dejó de jugar con mi pezón. Movió la mano alrededor de mi espalda. Me sentí tan débil que pensé que, si me bajaba ahora, colapsaría en el suelo.
Peter se alejó muy despacito de mi boca y abrí los ojos. Respiraba como si acabara de correr una jodida maratón, y él también. Inclinó su frente contra la mía y no nos movimos hasta que recuperamos el aliento.
—Nena, por favor, dime que ese fue tu primer orgasmo.
Maldición… acababa de tener un orgasmo. Iba a matar a Rochi por no decirme lo jodidamente increíble que eran. ¿Todos eran así de maravillosos? ¿Tal vez fue así porque Peter lo provocó? Ni siquiera sabía que se podía tener uno sin tener sexo… De acuerdo, sí, lo sabía, pero no sabía que con sólo unos besos y un poco de movimiento de caderas lo lograría.
—Peter… —fue todo lo que salió de mi boca. Lo miré mientras una sonrisa aparecía en su hermoso rostro.
—¿Otro primero, nena?
Comencé a reír.
—¡Sí! ¡Otro primero!
Peter agarró mi nuca y me besó como loco. Luego se retiró y besó la punta de mi nariz.
—Dios mío, Lali, si supieras las cosas que me haces, nena. Quiero hacerte sentir así de bien todos los días.
—¡Estoy de acuerdo con eso!
Peter inclinó la cabeza hacia atrás y se rió.
—Lali, gracias por dejarme hacer eso por ti. Has tenido un día lleno de “primeras veces”, ¿no?
Dejé escapar una risita mientras él comenzaba a ponerme en el suelo y yo me acomodaba el sujetador.
—¡Sí, pero creo que esa última es mi favorita! —dije, mirándolo. dios mío, era tan hermoso y sus ojos estaban llenos de… amor.
Peter me empujó hacia el Jeep y comenzó a besarme. Era el momento más mágico de mi vida y nada lo superaría.
Lentamente, alejó sus labios de los míos, pero los mantuvo rozándome.
—Lali… te amo…
No, estaba muy equivocada… ese era el momento más mágico de mi vida.
—Yo también te amo, Juan Pedro.
Peter retiró la cabeza y me miró, sorprendido. Yo también estaba sorprendida por haber dicho eso en voz alta. Aunque era cierto y parecía el momento adecuado para decirlo.
Luego, él sonrió. Sentí mi cuerpo deslizarse suavemente por el Jeep… mis rodillas no parecían capaces de sostenerme. Peter alcanzó mis caderas y tiró de mí, apretándome de nuevo contra el auto.
—Me acabas de hacer el hombre más feliz de la tierra, Lali Esposito. Te amaré por el resto de mi vida, nena.
Entonces me besó muy suave y dulcemente. Mi corazón se apretaba en mi pecho. Lo hice; le di mi corazón a alguien cuando juré que no lo haría otra vez. Recé para que Peter tuviera razón… ¿me amaría el resto de su vida? ¿Siempre me querría?
Nunca serás querida por nadie…
Una lágrima rodó por mi rostro. Peter también debió de haberla sentido. Se apartó y la limpió con el pulgar.
—Por favor, cariño, dime que es una lágrima de felicidad.
—Sí, sí, lo es. Prométeme que no me romperás el corazón, Juan Pedro. Prométemelo, ¿sí?
Me miró y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Oh, Dios…
—Lali, preferiría morir antes que romperte el corazón. En mi vida nunca me he sentido así. Dejaría mi vida por ti si tuviera que hacerlo. Te amo, nena.
Me alcé y rodeé su cuello con mis brazos mientras él me levantaba del suelo. ¡Quería quedarme así, aquí, para siempre!
En los brazos de Peter, yaciendo en el rancho, bajo las estrellas.
—¿Estás lista para regresar a casa, cariño?
Cada vez que me llamaba cariño o nena, mi corazón daba un vuelco. Me encantaba. Lo amaba. Sí… lo amaba, y si él estaba dispuesto a dar ese salto de fe, yo también lo estaba.
—De acuerdo, excepto que apenas comimos algo de lo que empacó tu abuela. ¡Me siento mal!
—No te preocupes por eso. Podemos llevarlo con nosotros mañana al río. Gas y yo tenemos un par de cosas del rancho de las que ocuparnos por la mañana, pero tenemos la tarde libre. ¿Qué dices si tú y Rochi se encuentran con nosotros en el río alrededor de las una? —dijo Peter y metió la cesta en el Jeep mientras yo doblaba la manta y la ponía en el asiento trasero.
—Suena bien, pero, ¿cómo encontraremos el camino hacia el río? Este sitio es inmenso.
Peter dejó escapar una risa y me dio un beso antes de salir al camino de grava y dirigirnos a la casa del rancho. Nunca en mi vida me había sentido tan feliz como en ese momento. No quería irme. Pensé que estaba emocionada con empezar en otoño en la universidad de Texas, pero me encontré soñando con comenzar una familia con Peter y vivir aquí, en el rancho. Qué sueño más tonto… él iba a la universidad para convertirse en arquitecto, no en ranchero.
Condujimos en silencio hasta llegar a la casa. Antes de que Peter saliera, toqué su brazo y lo detuve.
Se volvió y me miró con una sonrisa.
—¿Qué pasa, cariño?
No estaba segura de por qué necesitaba preguntarle esto, pero de pronto se volvió muy importante para mí.
—No pasa nada, es sólo… bueno, quiero decir, con esto de los niños y todo, yo sólo… bueno, sólo quería preguntarte… mierda… ¡Esto es difícil!
—Lali, cariño, ya te dije que podías preguntarme lo que quisieras. Nunca te esconderé nada.
—Sólo me preguntaba, ¿dónde te ves en el futuro? Quiero decir, sé que sólo te queda un año más de universidad y tendrás tu diploma de arquitecto, pero también te encanta el fútbol. Gaston mencionó que ya tenías equipos de la liga nacional interesados en ti. ¿Te ves jugando fútbol de manera profesional?
Peter se recostó en su asiento y se pasó las manos por el cabello. Diablos, me encantaba cuando hacía eso y comencé a sentir ese maldito dolor entre mis piernas otra vez. Tuve que moverme en el asiento para calmar el dolor. Mierda, ¿cómo se las ingeniaba para excitarme con tanta facilidad?
Me miró después de sentarse en silencio por casi un minuto.
Oh, mierda… aquí viene… Supe que diría que se veía jugando al fútbol profesional… ¿Quería estar con alguien que viajaba todo el tiempo? No pude imaginar la cantidad de mujeres que estarían detrás de él, intentando llamar su atención… y mi corazón se hundió.
—Honestamente, Lali, mi sueño desde niño era diseñar y construir edificios y dirigir este rancho. Pensé que podía hacer ambas, así que por eso estudié para arquitecto. Gas y yo seremos contratados, después de la universidad, en el sitio donde hemos estado trabajando como internos, pero yo ya definí hacia dónde enfocaría mi trabajo fuera de aquí. Mi sueño número uno es tomar el control del rancho. Me gustaría casarme aquí, tener hijos y criarlos en el rancho.
No esperaba que dijera eso. Sentí que al menos un centenar de mariposas levantaba vuelo en mi estómago. ¿Querría esa vida conmigo?
—Así que, fútbol profesional no, ¿aún cuando tienes tantos equipos intentando contratarte? —pregunté, jugueteando con mis manos.
—No, La, fútbol profesional no. No quiero estar lejos de la gente que amo. Especialmente de mis abuelos; están envejeciendo y quiero estar aquí para ellos. Quitarles la carga del rancho y si soy bendecido, espero darles bisnietos.
—Oh, vaya… eh… eso suena maravilloso, Peter. —Me di la vuelta para abrir la puerta y salir del Jeep, pero Peter me agarró la mano y me detuvo.
Comenzó a reírse.
—Eso no es justo. Me preguntas sobre mi futuro, ¿y qué hay del tuyo?
¿Qué iba a decirle? Oh, bueno, está bien… sólo te conozco poco más de un mes, pero quiero casarme contigo, ser la madre de tus hijos y vivir aquí, en el rancho de tu familia. Sí, eso lo asustaría un poco.
—Bueno, supongo que no estoy muy segura de dónde veo mi futuro. Pronto empezaré la universidad, así que supongo que eso es lo más lejos que pienso ahora. —Me encogí de hombros mientras lo decía.
Su rostro cayó, luciendo devastado. ¿Qué demonios? ¿Qué dije?
Lentamente, me obsequió una sonrisa y me soltó la mano. Salió del Jeep tan rápido que casi ni lo vi agarrar la cesta y dirigirse a la puerta principal.
¡Oh, mierda! Supongo que con eso le dije que no creía verlo en mi futuro.
¡Oh, no! ¡Joder!
—¡Peter, espera un minuto! Esa no es la verdad, para nada.
—Está bien Lali, tenemos ideas distintas sobre nuestro futuro, no es gran cosa —dijo mientras se volvía, alejándose. ¿Cómo podía decir eso? ¿Por qué diría eso?
—¡Peter, por favor, detente! ¡No te alejes de mí después de lo que pasó entre nosotros!
Se detuvo y se dio la vuelta para mirarme.
—Nunca me alejaría de ti, Lali. Jamás.
Caminé hacia él y me detuve en el pórtico, a su lado. Estaba asustada hasta el tuétano de decirle lo que realmente había visto, pero tenía que hacerlo. Por alguna razón, tenía que decirle que vi el mismo futuro y que rezaba con que fuera yo a quien viera en su futuro como lo había visto a él en el mío.
—Peter, esto va demasiado rápido para mí y… bueno… fue grande para mí decir lo que siento por ti. Estoy muy asustada; no tienes idea cuánto. ¡Te amo! Te amo con todo mi corazón y antes, en el momento en que salí de tu camioneta, todo lo que pasaba por mi mente era estar aquí, en este rancho; sentada en este pórtico contigo; mirando amaneceres y atardeceres contigo, viendo a nuestro hijos correr por todo el lugar y a Emma enseñándome a preparar tus comidas favoritas. ¡No he sido capaz de dejar de pensar en eso todo el día y me asusta! —barboté con Peter de pie allí, mirándome sin emoción alguna en el rostro. Tenía que sentarme.
Mierda… ¡Creo que voy a vomitar! ¡Oh, Jesuscristo, no puedo respirar!
Caminé hacia las sillas y me senté en una. Recosté la cabeza en mis manos y me maldije por ser tan estúpida. ¿Cómo podía exponer todo mi corazón así como así? ¡Dios mío!
Nunca serás querida por nadie…
Escuché a Peter poner la cesta en el suelo y caminar hacia mí. Se arrodilló y se quedó así. ¿Qué esperaba? ¿Qué hacía? Levanté la cabeza lentamente para mirarlo. ¿Qué vería? Probablemente la lástima en sus ojos… sólo porque dijera que me amaba no significaba que quisiera pasar el resto de su vida conmigo.
Cuando alcé la cabeza, di un respingo. ¡Las lágrimas bañaban su rostro! Infiernos…
—Peter… ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?
Lo siguiente que supe era que estaba poniendo su cabeza en mi regazo y sólo… lloró. Estaba anonadada. Alcé una mano y comencé a pasarla por su cabello. ¿Por qué demonios estaba enojado?
—Peter, lo siento mucho si te hice enojar. Yo… yo no sé por qué te dije todo eso… entiendo completamente si no te sientes del mismo modo sobre mí…
—Lali, deja de hablar.
Lo hice de inmediato. Me miró y tenía en el rostro la sonrisa más ladrona de alientos. No quería, pero sonreí de vuelta.
—Cuando antes me dijiste que me amabas… ni siquiera puedo comenzar a decirte lo feliz que me hiciste. Que me digas que en tu futuro te ves casándote conmigo, teniendo hijos conmigo y viviendo aquí… siento que puedo explotar de lo malditamente feliz que estoy ahora mismo. Sé que estamos demasiado verdes ahora mismo… es demasiado pronto para siquiera hablar de eso, pero maldición, Lali. No quiero hacer nada más que exactamente eso que dijiste y hacerlo solamente contigo, nena.
Estaba bastante segura de que nuestros corazones latían como locos. Me incliné, tomé su cara y lo besé.
—Te amo, Lali.
—Yo también te amo, y ya que estamos sincerándonos… ¿puedo decirte lo mucho que me excita cada vez que me llamas nena?
¡Peter echó la cabeza hacia atrás y se rió! Se levantó y tiró de mí.
—¡Eso lo voy a tener que recordar! Vamos, necesito levantarme temprano para ayudar a Drake.
Puso su mano alrededor de mi hombro y me guió hacia la casa. Cuando entramos, una débil luz estaba encendida en la sala de estar. Rochi estaba en su silla, durmiendo con un libro abierto. Parecía en paz y en casa. ¡Si no la conociera, diría que estaba hecha para ser la esposa de un ranchero! No una chica de club de campo, de esas que un idiota lleva del brazo.
—¿La despertamos o la dejamos? —preguntó Peter. Después de mi noche, tenía que despertarse para que pudiéramos hablar.
—Creo que debemos despertarla. Estaría más cómoda en la cama. —Entonces Gaston bajó las escaleras.
—Pensé haberlos oído. ¿Te divertiste mirando las estrellas, La?
—¡Sí! Fue increíble. Toda la noche fue increíble —dije con demasiado entusiasmo.
Gaston sólo me miró y luego a Peter, alzando una ceja.
—Vale, ¿cuán increíble fue?
Le golpeé el brazo.
—¡Gaston Esposito! ¡No pasó nada y deja de pensar así! ¡Peter es demasiado caballeroso para hacer semejante cosa!
Peter dejó escapar una carcajada.
—Jesús, amigo… dame un poco más de crédito.
Gaston miró a Rochi, dormida en la silla.
—¿Ha estado ahí todo el tiempo? El cuello la va a matar por la mañana y luego voy a tener que oírla quejarse al respecto todo el día.
—Justo iba a despertarla, pero a veces cuesta trabajo si duerme profundamente.
Intentamos hacerlo durante diez minutos. Finalmente, Gaston se dio por vencido.
—Al demonio, simplemente la voy a llevar a su habitación. —Se dobló y recogió a Rochi como si no pesara nada.
—Su cama es la más cercana a la puerta —dije mientras nos pasaba y se dirigía escaleras arriba con Peter y yo siguiéndolo.
Una vez en nuestra habitación, tiré de las mantas y Gaston comenzó a poner a Rochi sobre la cama. Ella abrió los ojos, lo miró y sonrió. Al instante, él dejó de moverse y sólo la miró. Rochi murmuró algo sobre que esto era el mejor sueño y Gaston le devolvió la sonrisa mientras la ponía sobre la cama. Entonces se inclinó y la besó en la mejilla. Rochi se llevó una mano a ella y sonrió. Entonces dejó escapar un ronquido… tuve que reírme.
—Típico —dijo Gaston mientras sacudía la cabeza y se daba media vuelta para salir—. Buenas noches, La —dijo y me dio un beso.
—Buenas noches, Gaston, duerme bien.
Peter me tomó en sus brazos y me dio un maravilloso beso de buenas noches. Tan hermoso como era, no quería que terminara. Se alejó de mí y sonrió.
—Piensa en mí esta noche, ¿sí? —dijo mientras le daba un rápido beso.
—¡Siempre!
Se dio la vuelta y salió, cerrando la puerta tras de sí. Caminé hacia mi cama y sólo me tiré en ella. Comencé a saltar como una colegiala que acababa de recibir su primer beso. ¡Santas campanas del infierno, este ha sido el día más maravilloso de mi vida!
Me senté rápidamente y miré a Rochi. ¡Tenía que decírselo o explotaría! Sólo entonces la escuché roncar. Mierda, no había manera de que despertara. Tendría que esperar al día siguiente.
Fui de puntillas hacia el baño, me cambié y cepillé los dientes. Tan pronto como me acosté, comencé a soñar.

Yo… Peter… y un campo lleno de gente mirándonos… no quería despertar.


5+

6 comentarios:

  1. OMG!! peter es demasiado caballeroso que le dijera eso fue como wow jajajaja pero que lindosss me muero!!!!!11
    mas!!!!!!!!!!!!!!1

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  2. awwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww, seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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  3. Atyyy por dios cada vez se pone más y más buena la nove !!!
    Seguila !!!!

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