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jueves, 26 de junio de 2014

Capitulo: 31


Rochi
Al segundo que Gas se dio la vuelta y alejó, quise ir detrás de él. Oh, Dios… ¡Sólo quería gritar “hijo de puta” tan fuerte como pudiera!
No quería llamar la atención, así que sólo permanecí allí, porque, bueno, ya sabes… estar parado en medio de su patio trasero con lágrimas cayendo por mi rostro no llamaba la atención para nada.
¡Joder!
Oh, santas campanas del infierno… La forma en que me abrazó durante esa canción… supe en el momento en que me pidió bailar lo que intentaba hacer. Era su manera de decir que lo sentía.
Siento mucho haberte herido, nena… Cariño, nunca podría odiarte…
He esperado ocho jodidos años para esto… ocho años para que me llamara algo más que “pequeña”, para que me abrazara como si jamás quisiera dejarme ir. ¡Maldita sea!
Oh. Dios. Mío. Lo jodí todo… Levanté la mirada hacia Lali, que ahora salía del regazo de Peter y caminaba hacia mí.
—Oh, Jesús, Rochi ¿qué te dijo? ¡Lo mataré por hacerte llorar otra vez, ese bastardo! —gritó Lali mientras miraba hacia la puerta por la que Gas acababa de salir.
Comencé a reírme. ¿Por qué? No tenía idea… No encontraba divertido nada de esta mierda. Lali me miró, confundida.
—Rochi, ¿qué demonios sucede?
—Oh, nada, La. Ya sabes, Gas acaba de hacer la cosa más jodidamente romántica que alguien jamás ha hecho por mí… y metí la pata. Jodí algo que he estado esperando por tanto tiempo. —Comencé a llorar otra vez. Maldición… ¡Era la segunda vez que iba a una de sus fiestas y lloraba! ¡Jesús, María y José!
—Ven, vamos a sentarnos en el pórtico delantero… —dijo Lali mientras se giraba hacia Peter, y señalaba el frente de la casa. Peter parecía preocupado, pero sólo asintió como si entendiera.
—Él está en la casa… no puedo dejar que me vea llorando, La —dije mientras entraba en pánico ante la idea de ver a Gas justo en ese momento.
—Pasaremos por la puerta, ¿de acuerdo? —Lali entrelazó su brazo con el mío y caminamos hacia el pórtico delantero.
Luego de contarle lo que me había dicho Gas y cómo le había contado la verdad sobre Jason, simplemente permaneció callada en su columpio.
—Rochi, claramente Gas tiene sentimientos por ti, cariño. Tienes que abrir los ojos. ¿Por qué no fuiste detrás de él?
—No sé por qué no lo hice, Lali. O sea, es como si él quisiera estar conmigo pero a la vez no. No sé cómo explicarlo de otra manera… Me siento como si estuviera atraído por mí, pero no hace nada para actuar en consecuencia. Tal vez sólo puede verme como la pequeña mejor amiga de su hermana menor. Incluso me llamó pequeña antes, cuando se dio la vuelta y alejó. Me mató cuando me dijo que funcionaba… que el que yo intentara herirlo, funcionaba.
—Bueno, por supuesto que funcionó. Debiste haberlo sabido cuando le dijiste que se molestaría. Dale tiempo, Rochi. Tal vez sólo necesita tiempo para acostumbrarse a la idea de que seas algo más que mi mejor amiga. Lo que necesitas hacer es demostrarle que eso no es todo lo que eres. Eres más que sólo Rocio, la mejor amiga de Lali. Eres más que sólo la pequeña mejor amiga de su hermana… necesitas hacer que te quiera, Rochi, ¡que te quiera realmente! ¡Necesitas demostrarle lo mucho que quiere estar contigo! —dijo Lali con una sonrisa maliciosa en su rostro. Ambas comenzamos a reír. Sólo Lali podía hacerme sentir mejor cuando me sentía mal.
»¡Bueno, tengo otras noticias! Mientras ustedes bailaban, Peter me preguntó si queríamos ir al rancho de su abuelo la próxima semana. Realmente quiero ir, pero necesito que vengas conmigo. ¡Por favor, di que vendrás!
¡Lali era tan jodidamente tierna cuando rogaba! —Por supuesto que iré contigo. Va, eh… ¿va a ir Gas?
Lali relució esa sonrisa suya. —¡Puedes apostar a que irá! Cinco días enteros en el campo con dos chicos realmente atractivos y el río Llano justo al lado… ¡Tal vez lo que Gas necesita es verte en tu bikini rojo!
—Bueno, cuando lo pones de esa manera… ¡Estoy dentro!
Ambas comenzamos a reír tan fuerte que no pudimos parar. Así que Lali pensaba que yo debía ir por Gas, ¿verdad? ¡Creo que estaba de humor para ese desafío! Justo entonces, la puerta delantera se abrió. Hablando del demonio… era Gas.
Abrió la puerta del todo y salió. —¿Está todo bien? ¿Por qué están sentadas aquí afuera?
—Bueno, sólo hablábamos de lo mucho que estábamos esperando ir al campo contigo y Peter —dije mientras me levantaba y caminaba hacia Gas.
Ahora fue su turno de parecer aturdido. Caminé hacia él y me incliné, así tenía que agacharse para escuchar lo que iba a decir a continuación.
—No puedo decidir si quiero llevar mi bikini rojo o el blanco. Puede que lleve ambos. ¿Qué piensas tú, Gas?
Parecía como si estuviera pasándolo realmente mal tragando y si no lo conociera mejor, diría que el Gran Jugador de Fútbol se acababa de sonrojar. Oh, sí… me gustaba el plan de Lali, pensé mientras dejaba que una sonrisa cruzara mi rostro.
Que comience el juego, Gas…



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