Al partir un beso y una flor,
un te quiero una caricia y un adiós
es ligero equipaje para tan largo viaje,
las penas pesan en el corazón.
NINO BRAVO, Al partir
Agus volvió a Cádiz con el corazón destrozado pero
convencido de que al menos había intentado hablar con Candela. Lástima que ella
hubiese estado demasiado ocupada con su trabajo y con los preparativos de la
boda como para hablar a solas con él.
Probablemente Agus podía haberse pasado semanas regodeándose
en lo desgraciado que era, pero cuando llegó al trabajo y se enteró de que la
madre de Lali volvía a estar enferma, se olvidó de sí mismo y se dispuso a
ayudar a su amiga.
—¿Por qué no me llamaste? —le preguntó Agus a Lali mientras
tomaban un café en un bar cercano a las oficinas de capitanía.
—Tú ya tenías bastante con lo tuyo —le dijo Lali—. Lamento
mucho que las cosas con Candela no hayan salido bien.
Agus asintió y entrelazó los dedos con los de ella.
—Y yo. Supongo que era pedir demasiado.
—No sé, Agus. Siempre pensé que tú y Candela terminaríais
arreglando las cosas.
—Le fui infiel, Lali. Me pilló en la cama con otra —se
obligó a decir Agus. Había tardado años en ser capaz de decir esa frase, se
había pasado bastante tiempo justificándose.
—Quizá Candela necesita tiempo.
—Han pasado seis años, Lali. Y Candela va a casarse con
otro, con un importante abogado de Barcelona. Les vi juntos y la verdad es que
hacen muy buena pareja. —Agus suspiró abatido—. Míranos, vaya dos. Es una
lástima que lo nuestro no funcionase.
Lali se sonrojó al recordar el único beso que Agus y ella se
habían dado. Ella no tenía hermanos, pero si los tuviera y los besara, probablemente
sentiría lo mismo que sintió al besar a Agus. Nada. O mejor dicho, vergüenza, y
la inconfundible sensación de que entre ellos no debería existir aquel tipo de
relación.
—Sí, bueno, supongo que fue lógico que lo intentáramos. Yo
te estaba consolando por lo de Candela —dijo Lali.
—Y yo por lo de tu misterioso desconocido. ¿Por qué no me
has dicho nunca quién era?
En aquel preciso instante entró Peter en el café y les vio
con las manos entrelazadas. Él habría querido irse, desaparecer de allí sin que
le vieran, pero Agus le saludó efusivamente.
—Buenos días, capitán.
—Buenos días, Agus. Me alegro de que haya vuelto.
—Y yo me alegro de haber vuelto —afirmó Agus sin soltarle la
mano a Lali.
—¿Cómo está tu madre, Lali? —le preguntó Peter al ver que
ella se esforzaba por no mirarle.
—Sigue estable, gracias.
—Me alegro mucho —se quedó en silencio un segundo antes de
añadir—: Os veré luego. Domingo me está esperando.
—Hasta luego, capitán —se despidió Agus observando la
reacción de su amiga, y en cuanto Peter desapareció, le dijo—. Es Peter.
—¿Qué? ¿De qué estás hablando?
—El misterioso desconocido del que has estado enamorada toda
la vida es el capitán. Dios mío, cómo no me he dado cuenta antes.
—Está bien, reconozco que Peter y yo nos conocíamos de
antes.
—Oh, vamos, Lali. Tú lo sabes todo de mí, empieza a hablar.
—Me enamoré de él como solo es capaz de enamorarse una niña
de dieciocho años.
—¿Y él?
—Él me dijo que me quería y yo le creí.
—¿Y qué pasó luego?
—Que se fue sin decirme nada y no volví a verle hasta hace
unas semanas. —Lali le contó una versión bastante resumida de los hechos, pero
su amigo no la dejó escapar tan fácilmente.
—¿Por qué se fue?
—Porque su madre le amenazó con algo de su pasado.
—Tuvo que ser algo muy importante.
—¿Por qué lo dices?
—Porque es obvio que ese hombre está loco por ti. Cuando ha
visto que nos estábamos dando la mano he temido por mi vida.
—¿Tú crees?
—Lo sé. Y si ha vuelto por ti, ¿por qué no estáis juntos?
—No es tan sencillo.
—Sí que lo es —afirmó rotundo Agus—. ¿Acaso se niega a
verte? ¿O va a casarse con otra?
—No —reconoció Lali confusa—. Tú y Alexia no podéis
entenderlo, no sabéis lo que sentí cuando vi que pasaban los años y yo seguía
sin recibir ni una carta suya.
—Mira, Lali. No tengo ni idea de lo que le pasó a Peter,
pero ahora está aquí y tú también. Y es evidente que los dos seguís sintiendo
algo por el otro.
—Sí, pero no sé si estoy dispuesta a volver a correr el
riesgo de que me rompa el corazón.
—Eres afortunada de volver a tener esa oportunidad. Si
Candela me quisiese, aunque fuera solo por un día, yo aceptaría sin dudarlo.
—¿Aunque después te rompiese el corazón?
—Exacto, al menos así sabría que estoy vivo. El mundo está
lleno de gente y probablemente algún día encontrarías a alguien con quien compartir
tu vida y ser más o menos feliz. Pero nadie podrá compararse jamás a Peter.
Créeme. Cuando le fui infiel a Candela, pensé que me aburriría toda la vida con
la misma mujer a mi lado, y ahora sé que lo que es de verdad aburrido es estar
con una mujer que no me llega al alma y que no tiene ni la más mínima
posibilidad de lograrlo. No importa con cuántas me acueste, jamás sentiré con
ninguna lo que sentí con Candela. Y fui un estúpido por no valorarlo entonces.
—Eras joven —Lali consoló a su amigo.
—Igual que Peter cuando se fue.
Agus siempre había tenido la habilidad innata de dar en el
clavo.
—Vamos, tenemos que volver al trabajo —le dijo Lali
incómoda.
—Claro, no queremos que el capitán se enfade —añadió Agus
con una sonrisa—. Prométeme que le explicarás que solo somos amigos. Todavía me
tiemblan las piernas por cómo me ha mirado antes.
—Te lo prometo —le aseguró Lali, a pesar de que no sabía
cuándo iba a tener la oportunidad, o la valentía, de volver a hablar a solas
con Peter—. Agus...
—¿Sí?
—¿Quieres que llame a Candela y le pida que hable contigo?
Probablemente podría convencerla.
Agus se detuvo en medio de la calle y miró a su amiga. Era
la primera vez que Lali se ofrecía a interceder por él, ella siempre se había
mantenido al margen porque se consideraba amiga de ambos. Y tanto Candela como Agus
la habían respetado por ello.
—No, gracias. De verdad, pero gracias por ofrecerte —le dijo
sincero—, significa mucho para mí.
—De nada. Y si te sirve de consuelo, a mí tampoco me gusta
el abogado con el que va a casarse. Es un engreído y se me ponen los pelos de
punta cada vez que Candela me cuenta algo de él. Es tan frío y distante que
cualquiera diría que están organizando una fusión de empresas en vez de una
boda.
Agus opinaba lo mismo. Candela necesitaba a un hombre que le
diese alas, un hombre que le recordase que no tenía que tomarse la vida tan en
serio. Un hombre que la hiciese reír y que la despertase con besos cada mañana.
Él habría podido ser ese hombre, pero lo había echado a perder.
—Si ella es feliz, supongo que no tienes más remedio que
apoyarla —le dijo Agus a Lali—, aunque te agradezco el comentario.
—Vamos, será mejor que aceleremos el paso.
Cuando entraron en capitanía, Lali vio que Peter estaba
encerrado en su despacho con Domingo y con Márquez. No sabía si era porque
había estado varios días sin verle, pero le pareció más delgado y cansado.
Seguía siendo el hombre más atractivo que había visto jamás, pero tenía ojeras
y su postura desprendía tristeza a pesar de que era evidente que estaba
prestando atención a lo que los otros hombres le estaban contando. Lali se dio
cuenta entonces de que probablemente ella era la causa del abatimiento de Peter
y se arrepintió de habérselo causado. No podían seguir así, el problema era que
ella no sabía si era capaz de enfrentarse a todo lo que sentía por Peter.
Lali se pasó el resto del día intentando terminar unos
informes que tenía pendientes, y esperando a que Peter fuese a buscarla para
hablar con ella. Pero no lo hizo. El reloj marcó las siete de la tarde sin que Peter
le dirigiese la palabra. Después de esa reunión, Peter había salido un rato y
cuando volvió se metió en su despacho y no despegó la nariz del ordenador. Lali
supuso que él por fin había aceptado que entre ellos no podía haber nada y que
había decidido mantener las distancias, y se dijo que era mejor así. Y se lo
repitió una y otra vez de camino a casa de su madre cuando ella y Agus fueron a
visitarla un rato. A Patricia Ávila siempre le había gustado mucho el amigo de
su hija mayor, y había creído que algún día terminarían siendo pareja. Ahora
sabía que eso no sucedería jamás, y también sabía el porqué.
Agus las hizo reír un rato y luego se despidió de ambas, y Lali
se quedó haciéndole compañía a su madre hasta que llegó Alexia.
—Mamá, ¿alguna vez piensas en papá? —le preguntó Lali a su
madre.
—No, ¿por qué?
—¿No?
—No, me parecería una pérdida de tiempo. Tu padre no se
merece que piense en él.
—Si él te pidiese perdón, ¿le perdonarías? —insistió Lali.
—¿Qué te pasa, Lali? —le preguntó su madre mirándola
preocupada.
—¿Le perdonarías?
—No, no le perdonaría, pero probablemente no por los motivos
que tú estás pensando. Tu padre fue un egoísta, pensó en él y solo en él. Y os
hizo daño a vosotras. Así que no, no le perdonaría. ¿Por qué me preguntas esto
ahora? ¿Has visto a tu padre?
—No, qué va. Hace años que no sé nada de él —respondió Lali.
—Es por Peter —le explicó Alexia a su madre—, la muy idiota
todavía sigue sin perdonarle.
—¡Alexia!
—No le grites a tu hermana, Lali. Además, creo que supe
antes que tú que estabas enamorada de Peter.
—¿Qué? ¿Cuándo?
—Ay, hija, ¿de verdad creías que no lo sabía? ¡Pero si se te
notaba a la legua! Oh, sí, tú intentabas disimularlo, eso seguro, pero hay
cosas que no se le pueden ocultar a una madre. Así que más os vale que dejéis
de intentarlo, señoritas —apuntó mirándolas a ambas.
—Si sabías lo de Peter, ¿por qué no me dijiste nada el otro
día, ni cuando era pequeña?
—El otro día no dije nada porque vi lo enfadada y dolida que
estabas con él y pensé que tenías que resolverlo tú sola. Y cuando tenías
dieciocho años no te dije nada porque pensé que ya vendrías a contármelo. Se me
partió el corazón al ver lo triste que estabas y creí que algún día me lo
contarías, pero entonces te volviste dura, distante, y la verdad es que no me
atreví a preguntártelo. Supongo que hice mal.
—No, mamá. En esa época no habría sido capaz de contártelo.
—¿Y ahora?
—Ahora ya no hay nada que contar.
—¿Estás segura? —la pregunta salió de los labios de su
hermana Alexia.
—Sí, estoy segura.
—Hijas, sé que vuestro padre y yo no hemos sido muy buen
ejemplo, pero os aseguro que hay amores por los que vale la pena luchar. Hay
historias de amor que duran para siempre.
«Para siempre. Peter me dijo en la playa que él y yo éramos
para siempre.»
—¿Cómo estás tan segura, mamá? —le preguntó Alexia—. Tú
misma has dicho que tú y papá no fuisteis una pareja modelo.
—Porque me niego a aceptar que no exista nada mejor de lo
que yo he vivido —contestó Patricia—. Las bibliotecas están llenas de novelas
sobre amores eternos. Casi todas las canciones que vale la pena escuchar están
dedicadas al amor, y lo mismo sucede con las películas y con las obras de arte.
Existe, niñas, hacedme caso. Y vosotras vais a encontrarlo.
—¿Y si no nos damos cuenta de que lo hemos encontrado? ¿Y si
lo perdemos porque cometemos una estupidez? —dijo Lali.
—Bueno, eso no sucederá.
—¿Por qué no? —preguntaron las dos hermanas al unísono.
—Porque yo no pienso irme de aquí hasta asegurarme de que
tenéis el amor de vuestra vida al lado.
—Mamá, ni siquiera tú puedes garantizar tal cosa —le recordó
Alexia enarcando una ceja.
—Por supuesto que puedo, espera y verás.
—Papá fue un imbécil —dijo de repente Lali admirando a su
madre por su valentía y optimismo.
—Sí que lo fue —convino Patricia—, así que no permitas que
lo que él nos hizo te marque para siempre, Lali. No todos los hombres son como
tu padre. Hay hombres que no escurren el bulto cuando hay un problema, y que
son capaces de sacrificarlo todo para proteger a las personas que aman. Vuestro
padre y yo nos conocimos porque vuestros abuelos se movían en los mismos
círculos y supongo que cuando él me pidió para salir vuestras abuelas ya empezaron
a hacer la lista de invitados a la boda. Nos casamos muy jóvenes y vosotras
nacisteis enseguida. No estoy buscando excusas, nadie me obligó a casarme con
él. Y a él tampoco le obligaron a casarse conmigo. Lo que quiero decir es que
fue un matrimonio muy práctico, muy conveniente para todos. Me gusta creer que
durante unos años fuimos felices, pero cuando vosotras os hicisteis mayores
empezamos a distanciarnos casi sin querer. Y cuando me diagnosticaron el primer
cáncer, vuestro padre decidió que ya no le compensaba seguir con la farsa. Y yo
no le obligué a quedarse.
—Si él se hubiese puesto enfermo, tú no le habrías
abandonado —señaló Alexia indignada.
—No, me habría quedado a su lado y le habría cuidado. Pero
no le habría amado.
—Aun así te habrías quedado —recalcó Lali.
—Tenéis que dejar de pensar en lo que hizo vuestro padre,
niñas. A veces no sé cuál de las dos es peor. Tú, Lali, te convertiste en un
témpano de hielo después de que Peter se fuese, pero con lo de tu padre
empeoraste. Y tú, Alexia, ¿qué voy a hacer contigo? Siempre eliges a los
hombres equivocados, es como si ya supieses quién es el correcto y estuvieses
buscando lo completamente opuesto a él.
—¿Yo? —Alexia se sonrojó—. No tengo ni idea de qué estás
hablando.
—Por supuesto que no —le otorgó su madre con una sonrisa—.
Me apetece acostarme un rato. Buenas noches, niñas.
—Buenas noches, mamá —las dos hermanas le dieron un beso en
cada mejilla y se fueron del dormitorio para pensar en todo lo que su madre les
había dicho.
Peter siguió en capitanía hasta pasadas las nueve. El y
Domingo aprovecharon que se habían quedado solos para seguir hablando de
algunos aspectos del nuevo programa informático que iban a desarrollar para el
puerto. Al terminar, Domingo no hizo ningún intento por levantarse de la silla
y se quedó mirando a Peter.
—Tienes muy mal aspecto —le dijo sin rodeos.
—Gracias —respondió sarcástico Peter.
—En fin, tú sabrás —le reprendió Domingo—. Yo me voy a casa.
—Lo siento, Domingo. No pretendía ser maleducado.
—Vete a casa, Peter. Duerme un poco —le aconsejó su amigo
con el cariño propio de un padre—. Mañana volverá a salir el sol.
Peter asintió y recogió sus cosas. Se había pasado el día
concentrado en su trabajo con la esperanza de borrarse de la mente la imagen de
Lali y Agus juntos, pero no lo había logrado. Le había dolido verlos charlando
tan relajados el uno con el otro, aunque quizás era lo que necesitaba para
reaccionar. Agus era un buen hombre y era evidente que Lali podía ser feliz a
su lado. Agus no la había abandonado de joven ni tampoco la había hecho sufrir
durante años. Agus no compartía un pasado con ella y podía ofrecerle un futuro.
Apagó las luces y se fue caminando a aquel apartamento que nunca llegaría a
convertirse en su hogar.
Al mediodía, Peter aprovechó para salir de capitanía y llamó
al Ministerio para decir que estaba inCandelado en la plaza que había vacante
en Barcelona. El secretario que le atendió prácticamente se puso a gritar de
alegría cuando le preguntó su nombre y Peter respondió. Peter le pidió al
hombre que todavía no comunicase a nadie su interés y le aseguró que solo había
llamado para preguntar si dicha plaza seguía libre. El secretario le dijo que
no se preocupase y que le guardaría el secreto unos días, pero Peter no terminó
de creerle.
Buscó la llave en el bolsillo y subió la escalera hasta su
piso. Abrió y al entrar observó las estanterías vacías. Fue a su dormitorio y
se sentó en la cama. En un acto reflejo cogió la fotografía que tenía de Lali.
La acarició con el pulgar y tembló al recordar lo mucho que la amaba. En todos
los años que había pasado lejos de ella jamás sintió flaquear su amor. Por
muchas mujeres que se acercaran a él, Peter nunca veía a ninguna. Por muchos
días o meses que pasasen, él jamás dudaría que amaba a Lali.
«Esa clase de amor solo se siente una vez en la vida.»
—Una última vez, Peter —se dijo a sí mismo en voz alta—, y
si te rechaza, encontrarás el modo de vivir sin ella.
Se puso en pie y buscó una caja que había viajado con él
desde Chile y que todavía no había abierto. Rompió el cartón y encontró lo que
buscaba. Ahora solo tenía que dárselo a Lali y después, bueno, después ya
decidiría lo que haría con su vida.
-----''''
Bienvenida Aldy!!!!!! Me encanto tu nove . Chicas se las Re recomiendo esta muy buena lecturalaliter18.blogspot.com
Gracias Araceli :) igual cuenta :)
Aqui hay mas crys y vsyasabslaliter(nome.setunombre.prf.dimelo) ;)
GRACIAS POR COMENTARR
-----''''
Bienvenida Aldy!!!!!! Me encanto tu nove . Chicas se las Re recomiendo esta muy buena lecturalaliter18.blogspot.com
Gracias Araceli :) igual cuenta :)
Aqui hay mas crys y vsyasabslaliter(nome.setunombre.prf.dimelo) ;)
GRACIAS POR COMENTARR
siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
ResponderEliminarvamos peter!!! , enfrentala y si te rechaza bue... jajja me da una risa porq, como que siempre los hombres ven competencia en el otro jjajajja celos lanzani ajajjaj
seguila...
estoy segura que lali va a dudar
aaa! me morii
ResponderEliminarmaass por favooorr
quiero el proximo!!
maas <3
Ayyyy por dios !!!!!!!!!
ResponderEliminarQue no se vaya Peter sin antes hablar con Lali...ya quiero que se arreglen
quiero mas !!!!
Hay pordiis ahora que hara
ResponderEliminar