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jueves, 26 de junio de 2014

Capitulo: 27

Lali
Habían pasado tres semanas desde la última vez que vi a Peter. Me llamaba cada mañana y nunca respondía. Pensé que después de los primeros días, renunciaría.
Fue lo mismo cada noche y siempre me dejaba un mensaje. Lloraba cada vez que lo escuchaba rogándome que le devolviera la llamada. Esta mañana, dejó el mensaje más largo, lo que me hizo pedazos.
Dijo que, ya que no lo llamaba, sólo lo dejaría en mi buzón de voz. Me contó lo molesto que estuvo porque lo hice bailar con Belen, que cerró los ojos e imaginó estar bailando conmigo. Siguió diciéndome cuánto lo lamentaba y que estaba tan enojado que ni siquiera notó cómo se veía… casi sonaba como si estuviera llorando mientras me suplicaba que lo llamara. Empezaba a sonar tan mal como me sentía.
Rochi golpeó y abrió la puerta del dormitorio. —Oye, nos estamos mudando a la cabaña hoy.
—Suena bien… sólo necesito empacar unas pocas cosas más —dije con una débil sonrisa. Después de buscar apartamentos cerca del campus las últimas dos semanas y decidir que tendríamos que trabajar a tiempo completo para pagar algo, tomamos la oferta de los padres de Rochi de dejarnos vivir en su cabaña de huéspedes de dos dormitorios.
Rochi se acercó y sentó a mi lado. —¿Llamó de nuevo, La?
Empecé a llorar y le tendí mi teléfono celular. Rochi escuchó el mensaje de voz.
—Santa mierda, Lali. ¿No puedes escucharlo en su voz? Dice que lo siente… ¡Está rogándote!
—¡No puedo sacar la imagen de él bailando con ella de mi cabeza, Rochi!
—Lali, dijo que pensaba en ti. ¿No crees que tal vez ese es el por qué se metió un poco de más en el baile? Saliste con Rich la semana pasada, e incluso dijiste que habías pretendido que era Peter casi toda la noche para pasar la cita. ¿Por qué es tan imposible que él tuviera que hacer la misma cosa? Cometió un error, Lali, y en cierto modo estoy segura de que lo confundiste mucho ofreciéndolo a esa perra de esa manera.
Miré a Rochi. Tenía razón. Me había convencido de ir en una cita doble con ella, Jason, y Rich, el primo de Jason. Pasé un mal rato y pensé en Peter todo el tiempo. Lo empujé a bailar con Belen… sabía eso. Mierda, sólo que era duro admitirlo.
—Rochi, es imposible para mí hacer esto. Estoy tan asustada de ser herida, y tengo sentimientos tan fuertes por él… ¡Estoy muerta de miedo!
Rochi dejó escapar una carcajada. —Voy a lanzarte una de Susan… “Nada es imposible. La palabra misma dice: Soy posible”, la gran Audry Hepburn, pero no le contemos a mamá que no citamos a Katharine. (Hace un juego de palabras con Impossible y I’m possible.)
Me eché a reír. Rochi siempre tenía una forma de hacerme reír cuando todo lo que quería hacer era llorar.
—¿Supongo que podemos usar algo de ayuda para mudarnos? —dije con una pequeña sonrisa en mi rostro.
—¡Sí, podemos! Jason se marcha a Europa hoy, así que tal vez Peter pueda ayudar… ¿eh? Llámalo, Lali… has sido miserable, dulce.
—¿Qué hay de Gaston? No lo he visto en dos semanas. ¿Estarías bien con que venga?
—¡Por supuesto que sí! Necesitamos que las cosas vuelvan a la normalidad entre nosotros. Además, soy feliz con Jason, así que estar cerca de Gas estará bien —dijo Rochi mientras intentaba darme una sonrisa sincera.
¡Mentira! No era feliz y me daba cuenta. Cuando estaba cerca de Jason, parecía perdida. Realmente parecía feliz cuando le dijo que se iba a Europa con su papá y hermano en un viaje de senderismo y no estaba seguro de cuánto tiempo sería hasta que regresara.
—Llámalo, Lali.
Cogí el teléfono y marqué su número. En el momento que escuché su voz, las lágrimas empezaron a rodar por mi rostro. Oh, Dios, cómo lo he extrañado.
—Lali… gracias por llamarme, cariño… —dijo mi nombre con tal tristeza que casi no pude hablar.
—P-Peter… —Fue todo lo que pude decir. Lo perdí y empecé a llorar.
—Oh, nena, no… por favor no llores, Lali.
—Lo siento tanto… yo… yo sólo…
—No… no te disculpes por nada, Lali. Por favor, todo fue culpa mía… No llores, nena, por favor.
Me senté ahí por otro minuto o dos y lloré. Peter esperó pacientemente a que me calmara lo suficiente para poder hablar. Esto era… Iba a entregarle mi corazón y pedir a Dios que estuviese a salvo con este hombre.
—Peter, estoy tan asustada… estoy tan asustada de los sentimiento que tengo por ti. Son demasiado fuertes, y tengo tanto miedo de que si te doy mi corazón, se hará añicos en un millón de pedazos si lo rompes, y me quedaré como mi madre. No puedo dejar que eso suceda… no dejaré que eso suceda. Pero… tampoco puedo vivir mi vida sin ti en ella. Estoy tan confundida.
Oí a Peter inhalar bruscamente. Lentamente, dejó salir el aire y pensé que lo escuché… llorar… No, ahora estaba escuchando cosas. Empezó a hablar, pero tuvo que aclararse la voz.
—Lali, nunca en mi vida… jamás, cariño… he experimentado estos sentimientos que tengo por ti. Entras en una habitación y tengo que contener el aliento al verte. Me das tu hermosa sonrisa y no hay una maldita cosa en este mundo que no haría por ti. Tu risa se desplaza por mi cuerpo como una descarga eléctrica. Tus ojos cautivan los míos; tus labios me ponen de rodillas. Quiero conocer cada parte de ti, Lali. Estoy tan confundido por estos sentimientos como lo estás tú, cariño, pero quiero que sepas algo. Nunca te presionaré o renunciaré a nosotros, te lo prometo. Por favor, Lali, por favor sólo déjame entrar. Déjame probarte lo mucho que quiero estar contigo.
Oh, mi… Ni en mis más profundas y ocultas fantasías soñé con escuchar a alguien decir cosas tan hermosas para mí. Nunca. Mi corazón se sentía como si fuera saltar por mi garganta. Sé que Rochi escuchó cadapalabra que Peter dijo, porque estaba sentada junto a mí, sosteniendo mi mano, y llorando tanto como yo. Ambas nos miramos, y Rochi sonrió y murmuró—: Te lo dije.
Quería reír, pero no deseaba que Peter pensara que me reía de lo acababa de decirme.
—Ehhh… Lali, ¿sigues ahí? —Rochi me golpeó en el hombro para sacarme de mi aturdimiento.
Aclaré mi garganta y traté de enjugar mis lágrimas. Tan pronto como las sequé, más lágrimas rodaron por mi rostro. —Sí, Peter, todavía estoy aquí. Yo… ni siquiera sé qué decir, pero… pero… eso fue la cosa más hermosa que alguien alguna vez me ha dicho. Temo que podría estar soñando y… —No podía decir una palabra más.
Mis ojos lo cautivan… mis labios lo ponen de rodillas…
La siguiente cosa que supe fue que Rochi tomó el teléfono de mi mano.
—Eh, sí, Peter, creo que la has dejado en un estado de felicidad sin palabras. Está mirando al vacío con una sonrisa aturdida en su rostro. —Sentí como si estuviera escuchando hablar a Rochi desde una burbuja.
Entras en una habitación y tengo que contener el aliento al verte…
—Hoy nos vamos a mudar a la casa de huéspedes en la propiedad de mis padres, ya que las últimas dos semanas de buscar apartamento nos tienen nada más que jodidamente deprimidas. No nos vendría mal un poco de mano de obra para ayudarnos a mudarnos. Sé que La mencionó que quería ver a Gas, así que, ¿está disponible también? ¡Genial! Vengan en cualquier momento. Déjame ver si es capaz de hablar ahora.
Rochi me pasó el teléfono y sonreí antes de incluso escuchar su dulce voz.
—Peter…
—Lali, estoy en camino justo ahora. —Tuve que dejar salir una risa. Las mariposas en mi estómago entraron a modo de híper velocidad. No lo había visto en tres semanas y estaba en camino justo ahora. Salté de la cama.
—De acuerdo… ¡Te veré pronto!
—Adiós, cariño —dijo Peter tan suave y dulce.
Empecé a llorar de nuevo… realmente lo hacía. Iba a darle mi corazón y rogar a Dios que lo cuidara con su vida.
—Adiós… se cuidadoso al conducir —fue todo lo que pude decir y apenas salió.
—Siempre. —Y luego colgó.
Me giré para mirar a Rochi, que voló y me envolvió en sus brazos.
—¡Oh, Dios mío! ¿Cómo… cómo puedo sentirme de esta manera por él, Rochi? Acabo de conocerlo y me siento como si estuviera… estuviera… —No podía decirlo.
Rochi iba a decirlo. —¡No! No lo digas. ¡No estoy segura siquiera de lo que esto significa! Por favor, no lo digas.
Rochi se rió y me guió hacia mi armario, que estaba prácticamente empacado. —¡Vamos a encontrarte un caliente traje de día de mudanza! —Ambas empezamos a reír y por primera vez en tres semanas, no me sentí como si hubiera alguien sentado en mi pecho. Podía respirar y podía sonreír.

Peter venía por mí…


Bienvenida Lau y Vanesa ¡ :)

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