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martes, 28 de enero de 2014

Capitulo:1 ¡¡¡

GANO: MUSIC OF THE HEART :D es un gran libro, aqui el primer capitulo
Perdon por no subir ayer pero no tenia internet :(

Mis  botas  vaqueras  resonaron  a  través  del  pavimento  picado mientras me deslizaba dentro y fuera de las filas de autobuses de  la  gira.  Los  gritos  del  rock  resonaban  a  mí  alrededor, haciendo eco a través del estrecho estacionamiento. Los roadies y técnicos pasaron rozándome con conversaciones ásperas emitidas desde sus diademas auriculares y walkie-talkies.
Una  vez  que  barrieron  su  mirada  sobre  el  pase  autorizado  colgando alrededor de mi cuello, no me preguntaron qué estaba haciendo ni me preguntaron si podían darme una mano.
El  intenso  calor  de  junio  golpeó  contra  mi  espalda  y  chamuscó  la  piel desnuda encima de los delgados tirantes de mi vestido de verano. Solté un gruñido y le di un tirón a la  maleta con ruedas detrás de  mí, mientras  que la caja de la guitarra que llevaba a mi lado derecho parecía que estaba cargada de plomo.
Rock Nation era uno de los más grandes festivales de música en el país. Un centenar de bandas tocaban durante tres días, y los espectáculos duraban todo el día. Los fanáticos de la música acampaban en el medio del desierto y algo recreado en Woodstock. Bueno, eso es lo que me habían dicho. No era como que hubiera pasado los últimos dos días con miles de apestosos, extraños cubiertos de barro. Yo acababa de salir de un 737 de Austin, Texas, y saltado al taxi más cercano a la arena.
Mi único interés real en estar en Rock Nation era ver a Jacob’s Ladder, la popular banda musical con una fusión de rock Cristiano. Los tres miembros, Jaime, Leòn, y Gaston, eran mis hermanos mayores, y la razón por la que estaba paseando por un estacionamiento en el medio del desierto.
Sudar profusamente, estar perdida y frustrada no era exactamente lo que había imaginado cuando mis hermanos me pidieron que me uniera a ellos en su gira de verano. No era la primera vez que había dado la vuelta al país con ellos, desde que habían irrumpido en el centro de atención hace dos años. Pero era la primera vez que tenía que decidir si la desarraigada existencia de un músico era realmente  para mí. Después  de  cantar jodidamente  bien, como mi hermano  Leòn afirmó  para  los  ejecutivos  de  la  disquera,  me  ofrecieron  el  lugar  de  cantante principal. El lugar estaba disponible porque mi hermano mayor, Gaston, salía de la banda para casarse y unirse al seminario.
Después  de  rodar  la  maleta  hasta  detenerla,  bajé  mi  caja  de  la  guitarra. Escudando  mis  ojos  del  deslumbrante  sol  con  la  mano,  eché  un  vistazo  a  los autobuses. Confía en mí, cuando has visto un autobús de gira, ya lo has visto todo.
Muy pocos se jactaban de que un grupo los había llamado a casa para salir de ella.
En este momento, me encontraba con una fila tras otra de ellos comprimidos juntos tan fuertemente que apenas podías moverte entre ellos.
Escudriñando  los  parabrisas,  busqué  el  usual  papel  multicolor  con  el número del autobús. Por mí vida, no podía recordar qué número se suponía que debía estar buscando. Saqué mi teléfono de mi bolso y miré el texto de Gaston.
 No podemos ir a encontrarte como lo planeamos. Estampida después del espectáculo de las 4am.
El pase estará en la taquilla. Vamos al autobús. Es el 419. Nos iremos a las 9am con o sin ti.
 Con un gruñido de frustración, empujé mi teléfono en el bolso. La mayoría de  las  veces,  los  chicos  eran  mucho  más  considerados  conmigo.  Supongo  que pensaron que ya que esta no era mi primera vez en el rodeo, por así decirlo, yo
debería ser capaz de cuidar de mí misma. Usualmente, trataban de tratarme como
si yo todavía tuviera diez años, en lugar de veintiuno.
—¿Dónde diablos está el autobús 419 ? —gruñí.
—Sí,  ¿durante  cuánto  tiempo  has  querido  ver  a  Blaine  Bennett?—preguntó una voz por encima de mi hombro.
Me di la vuelta para ver a un roadie sonriendo maliciosamente a una chica muy ligera de ropa. Ante la mención de acercarse a su ídolo, ella se apretó contra él. 
—Demasiado —ronroneó.
Oh, ugh. Era demasiado temprano para este tipo de mierda.
—Uhm, ¿disculpa? —pregunté.
Mientras que la chica me reconocía, el roadie me ignoró. 
—¡Hola, te estoy hablando a ti! Quiero decir, no me froté contra ti, pero te estoy hablando.
El  roadie  dio  un  gruñido  de  frustración  antes  de  darse  la  vuelta.  Su irritación se desvaneció un poco mientras me hacía una pervertida valoración de pies a cabeza. 
—¿Y qué puedo hacer por ti, cariño? 
La chica debe haber pensado que estaba perdiendo la oportunidad de ver a Blaine  fuese  quien  fuese,  porque  dio  un  paso  alrededor  del  roadie  y  trató  de bloquearme de su vista.
Estirando el cuello, le dije: 
—Mira, realmente necesito encontrar el autobús 419. Tengo que encontrar a Jacob’s Ladder.
Los ojos del roadie rodaron hacía atrás de su cabeza, y ni siquiera quería adivinar lo que la “Señorita Cosa” le estaba haciendo. Aparté la mirada y dejé quelas olas de disgusto me inundaran. Les iba a dar a los chicos un pedazo de mi mente cuando por fin los encontrara. 
Dándome cuenta de que no estaba llegando a ninguna parte con el roadie, pisoteé mi bota en el pavimento como la niña irritada como la que me sentía. 
—Mira, tengo un pase, y si yo no llego al autobús de Jacob’s Ladder lo antes posible,  van  a  estar  épicamente  enojados,  ¡y  yo  voy  a  darles  una  descripción completa  de  ti  para  que  puedan  conseguir  que  tu  totalmente  inútil  culo  sea  despedido!
El roadie volvió momentáneamente a la realidad y empujó un poco  a la chica. 
—Espera  un segundo,  nena. Ella  va a  irritar la  mierda de  mí hasta  que consiga ponerla en el autobús.
Los labios de la chica se curvaron en una mueca.
—¿Me prometes que volverás y me llevaras a ver a Blaine?
Él asintió con la cabeza con entusiasmo. 
—Mientras sigas haciendo lo que estabas haciendo.
Ella sonrió cuando se dio vuelta y caminó hacia mí. 
—Si yo no le consigo a Peter esa pieza de culo como premio, realmente me va a disparar   —murmuró el roadie.
—¿Eh ? —le pregunté, mientras me tiraba por el codo.
Nos deslizamos en medio de varios autobuses. Cuando llegamos a uno, él golpeó la puerta. El conductor apareció en la puerta con una galleta en una mano y un auricular en la otra. 
—¿Sí? 
—Se supone que ella esté en el autobús —respondió el roadie.
El conductor miró mi equipaje y la caja de la guitarra
—¿Estás seguro?
Resoplé exasperada mientras ondeaba mi pase alrededor del cuello frente a él.
—Uhm, sí, y  los chicos van a estar muy molestos, si se van sin mí  —le espeté.
El roadie resopló.
—Supongo que es el entretenimiento para el camino. 
—Yo soy su hermana, muchas gracias.
—Lo que digas, nena. Ningún juicio de mi parte —respondió el conductor.
Dejó la galleta y el auricular y se inclinó para tomar mi estuche de guitarra—. Los chicos están…
—Todavía dormidos. Sí, lo sé, y confía en mí, ¡sé también que no debes molestarlos! —le contesté mientras subía por las escaleras. Me di la vuelta mientras el roadie empujaba la maleta hacia mí—. Gracias. Has sido de mucha ayuda.
Él masculló algo en voz baja antes de alejarse. El conductor cerró la puerta antes de retroceder en su asiento.
Señalando a la sala de estar, dije: 
—Voy a ir a ponerme cómoda hasta que los chicos se despierten.
—Bien —murmuró antes de ponerse los auriculares. Supongo que estaba más que dispuesto a desconectarse.
Caminé por el pasillo y me dejé caer en la silla del capitán. ¡Uf, qué mañana absolutamente de mierda! Frotándome las sienes, intenté calmar el dolor de cabeza que ya se estaba formando. No solo era provocado por la estresante mañana, sino que yo no había comido nada, sin embargo, eso era un gran no-no para mí con mi hipoglucemia. Me quedé dormida y estuve en una carrera por llegar al aeropuerto por lo que me había olvidado de tomar la bolsa de merienda que mi madre, que todavía no podía comprender que tenía veintiún años no doce, había preparado para mí. No me atreví a echar un vistazo a los armarios para ver que suministrospodrían tener los chicos. Estaba bastante segura de que vivían de un restaurante de comida rápida al siguiente.
En cambio, me recosté y cerré los ojos, con la esperanza de que con una siesta rápida pudiera deshacerme de mi dolor de cabeza. No pasó mucho tiempo antes de que el suave balanceo del autobús rodando por la carretera me arrullara para dormir.
Cuando me desperté, mi cuello y cabeza me dolían por golpearse contra el gran ventanal. Subiendo mis manos por encima de mi cabeza, me estiré y bostecé.
La vista exterior se jactaba de campos de trigo abarcando tan largo y tan rápido como podría ver. Por Dios, ¿Cuánto tiempo había estado fuera? Un vistazo a mi teléfono mostró casi una hora. Me di la vuelta en la silla del capitán para encontrar que el salón del autobús seguía vacío y silencioso como una tumba.
Los chicos deben haber estado en uno de sus comas después de un fin de semana de aspirar  adrenalina.  A  veces  podían  ir durante cuarenta  y ocho  horas seguidas  sin  dormir,  pero  entonces  ellos  se  estrellaban  y  ardían  durante  un  día entero.
Agarré el teléfono y le envié un texto a Jaime: 

¡Despierta, dormilón! Me siento sola. ¡Mis hermanos apestan para dar la
bienvenida a su hermanita!

 Fue solo un segundo antes de que mi teléfono sonara:

Oye niña. Ven atrás a la habitación. Estoy muerto.
 Sonreí y le envié un mensaje
Estaré ahí

Me  empujé  fuera  de  la  silla,  haciendo  mi  camino  más  allá  de  las  literas donde  Leòn  y  Gaston  roncaban.  Abrí  la  puerta  del  dormitorio,  encontrando  la habitación bañada en oscuridad. 
—¿Jaime?
Me sorprendió no encontrar el televisor o a él jugando en la Xbox.
—Te acabo de enviar un mensaje, por lo que no creo que vayas a fingir que estás dormido o algo así. 
Un montículo de ropa me hizo tropezar hacia adelante, y me lanzó a un lado de la cama. 
—¡Gabriel Andrew Renard, si esta es tu idea de una broma, no es divertido!
Un  largo  gemido  brotó  de  debajo  de  las  sábanas  mientras  un cuerpo  se movía hacia mí. Cuando era pequeña,  los  chicos,  en  especial Jaime, solían amar asustarme.  Tenía  un  presentimiento  de  hacia  dónde  se  dirigía,  y  después  de  la mañana que había tenido, no estaba de humor. 
—Está bien, está bien. Si vas a ser un idiota, entonces voy a salir. —Solté un gruñido de frustración y comencé a izarme a mí misma fuera de la cama.
Un brazo se deslizó alrededor de mi cintura, sacudiéndome abajo sobre el colchón.
—Qué… —empecé antes de que la carne caliente del cuerpo de un hombre me  empujara  sobre  mi  espalda  y  me  cubriera  con  su  peso.  Me  tomó  toda  un segundo darme cuenta de que no era Jaime.
Abrasadores labios calientes se unieron a los míos, y me estremecí. Ellos se presionaron con entusiasmo y con intenso anhelo mientras los dedos se envolvían y  enredaban  en  su  camino  a  través  de  mi  cabello.  Cuando  abrí  mi  boca  para protestar, la lengua se lanzó dentro, bailando tentadoramente contra la mía.
Por un momento, mi  traidor  cuerpo  disfrutó las pulsantes sensaciones a través  de  mí. Entonces  me  di  cuenta de  que estaba  permitiéndole a  un  extraño pasar de primera base, mientras su mano comenzaba un segundo round. Con toda la fuerza que tenía, me empujé contra él.
—¡Suéltame ! —grité.
Me ignoró mientras sus dedos se empuñaban en el dobladillo de mi vestido. Una sonrisa perezosa surgió de él. 
—Paula, nena, ¿qué demonios estás haciendo con ropa de cama? 
¿Paula? Este idiota se estaba abalanzando sobre mí porque pensaba que era otra persona. Apreté los dientes y le golpeó el desnudo, y muy esculpido, pecho.
—¡Yo no soy Paula!
Las manos dejaron mi cuerpo, y lo escuché a tientas por encima de mí. La luz de la mesita de noche se encendió. Aspiré una bocanada de aire ante el hermoso rostro del punketo cernido sobre el mío. Su oscuro cabello estaba corto, y tenía varios  piercings  en  las  orejas.  Ojos  azules,  confusos  con  una  mezcla  de  falta  de sueño y deseo, me miraban. Bebió mí apariencia, deteniéndose para descansar en mi  agitado  pecho  y  cómo  mi vestido  se  había  amontonado  en  mis  muslos. Una sonrisa seductora se extendía por su cara. 
—No, definitivamente no eres Paula. La pones en vergüenza, Ángel.
Cuando empezó a inclinarse para besarme de nuevo, llevé mi mano delante de su cara.
—Mira, si Jaime te metió en esto, la broma ha terminado. Me has atrapado. Ja, ja.
Sus cejas se fruncieron, y noté el aro de plata en una de ellas.
—¿Quién diablos es Jaime? 

viernes, 24 de enero de 2014

Elijan

1) Music Of the heart

Para Mariana Esposito, el plan se suponía sería simple, unirse a la banda de sus hermanos en la última etapa de su gira de verano y  decidir  si  estaba  finalmente  lista  para  ser  el  centro  de atención  al  convertirse  en  el  cuarto  miembro.  Por  supuesto,  nunca  imaginó tropezar  con  el  autobús  de  gira  equivocado  en  Rock  Nation    donde accidentalmente aterrizaría  en la cama de Peter Lanzani, el muy conocido mujeriego y cantante principal de Runaway Train.  Cuando él la confunde con una de sus groupies, Lali rápidamente le deja saber que seguro como el infierno  no está en su cama a propósito.
Peter Lanzani nunca imaginó que el ángel que cayó en su cama resistiría sus encantos al darle rápidamente un rodillazo en las bolas. Por supuesto, el  hecho de que ella luzca como una remilgada chica de coro es todo menos su tipo. Así que está  más  que  sorprendido  cuando  después  de  apostar  que  Lali  no  duraría  una semana  en  su  autobús  de  gira,  ella  está  más  que  dispuesta  a  probarle  que  está equivocado.  Pero  mientras  la  vida  personal  de  Peter  empieza  a  derrumbarse alrededor de él, encuentra un aliado poco probable en Lali. Nunca había conocido a una mujer con la que pudiera hablar, bromear, o más importante hacer música.
Mientras la semana empieza a acercarse, ni Lali o Peter están listos para despedirse. ¿Pueden una adorable cantante de Country y un chico malo del Rock adN Roll tener en realidad un futuro juntos?

   
My fovoryte mistake

Lali Esposito  no sabe si quiere besar a su nuevo compañero de cuarto universitario, o darle un puñetazo.
Por un lado, Peter Lanzani es guapo, de ojos azules, todo un encanto. Por otro, está tatuado,  toca la  guitarra, todo un chico  malo.  Tal vez es por eso que lALI teme enamorarse de él, o de alguien más. Ella no quiere  quemarse,  y  a  pesar  de  que  sus  otras  compañeras  de  cuarto  lo adoran, quiere que él se vaya antes de que sea demasiado tarde.
Peter  se ha quemado antes, pero el hecho de que Lali le haga ver sus errores y tenga la risa  más sexy que jamás haya escuchado, hace que él decida que quizás el amor no es una causa perdida. Hacen una apuesta: si ella puede  convencerlo  de  que  realmente  lo  ama  o  lo  odia,  él  dejará  la habitación —y a ella. El problema es que cuanto más tiempo pasan juntos, ella menos lo odia, y más se mueve hacia el amor.
Pero  cuando  el  hombre  que  tiene  la  llave  del  miedo  de  Lali resurge y amenaza con arruinarlo todo, ella tiene que decidir: Confiarle a Peter su más grande secreto, o hacer todo lo que esté en su poder para ganar esa apuesta y alejarlo para siempre.

the bestfriend better lover

Mariana Esposito y Peter Lanzani  han  sido  los  mejores  amigos  desde  la niñez  y  ambos  han  aceptado  que  ellos  siempre  permanecerán solteros.  Lali  se  aproxima  rápidamente  a  los  treinta  y  decide convertirse en madre soltera, aunque ella necesite "un donante". 
Después  de  discutir  las  cosas  con  Peter,  pensando  y  manifestando cada  uno  de  ellos  que  nadie  es  lo  suficientemente  conveniente,  Peter ofrece sus servicios. 
Lo que comienza como un proyecto de hacer un bebé por "sólo negocio", pronto  se  convierte  en  días  y  noches  de  pasión  salvaje,  que  nunca supieron que ellos podrían compartir. Lali, la siempre lógica y estable, se pregunta  si  quedar  embarazada  de  Peter  era  una  buena  idea  ya  que ahora lo quiere en el papel de marido y padre también. 
¿Pero podrá Peter dejar su atormentado pasado destruyendo cualquier oportunidad hacia una vida familiar feliz?
Best Friends Better Lovers Kelly Wallace
Bookzinga
2
Sinopsis
revor Scott y Lil Campbell han sido los mejores amigos desde la
niñez y ambos han aceptado que ellos siempre permanecerán
solteros. Lil se aproxima rápidamente a los treinta y decide
convertirse en madre soltera, aunque ella necesite "un donante".
Después de discutir las cosas con Trevor, pensando y manifestando
cada uno de ellos que nadie es lo suficientemente conveniente, Trevor
ofrece sus servicios.
Lo que comienza como un proyecto de hacer un bebé por "sólo negocio",
pronto se convierte en días y noches de pasión salvaje, que nunca
supieron que ellos podrían compartir. Lil, la siempre lógica y estable, se
pregunta si quedar embarazada de Trevor era una buena idea ya que
ahora lo quiere en el papel de marido y padre también.
¿Pero podrá Trevor dejar su atormentado pasado destruyendo cualquier
oportunidad hacia una vida familiar feliz?
T
Best Friends Better Lovers Kelly Wallace
Bookzinga
2
Sinopsis
revor Scott y Lil Campbell han sido los mejores amigos desde la
niñez y ambos han aceptado que ellos siempre permanecerán
solteros. Lil se aproxima rápidamente a los treinta y decide
convertirse en madre soltera, aunque ella necesite "un donante".
Después de discutir las cosas con Trevor, pensando y manifestando
cada uno de ellos que nadie es lo suficientemente conveniente, Trevor
ofrece sus servicios.
Lo que comienza como un proyecto de hacer un bebé por "sólo negocio",
pronto se convierte en días y noches de pasión salvaje, que nunca
supieron que ellos podrían compartir. Lil, la siempre lógica y estable, se
pregunta si quedar embarazada de Trevor era una buena idea ya que
ahora lo quiere en el papel de marido y padre también.
¿Pero podrá Trevor dejar su atormentado pasado destruyendo cualquier
oportunidad hacia una vida familiar feliz?
T

jueves, 23 de enero de 2014

Capitulo: 23


Estuve en el hospital otra semana, pero no me importó. Tener a Peter  conmigo  todo  el  día  hacía  que  los  días  pasaran  más rápido.  Una  vez  que  me  permitieron  tener  más  visitas,  el señor Greg vino y

miércoles, 22 de enero de 2014

Capitulo: 22



Septiembre  terminaría  en  una  semana,  y  sabía  que  el  tiempo corría  tan  rápido  que  casi  me  alcanzaba.  Mis  calificaciones habían bajado, mantenerme despierta en las clases parecía un trabajo

Capitulo: 21



Sam no  pudo  dormir  por  la  noche.  Dormía  maravillosamente durante  el  día  mientras  yo  trabajaba,  pero  por  las  noches se quedaba  despierto.  Jessica  parecía  estar  en  algún  tipo  de depresión, y

Capitulo: 20


¿Estás bien? —Gas  llegó junto a mí y tocó mi brazo.
Miré  directamente  hacia  sus  grandes  y  preocupados  ojos,  y sonreí.

martes, 21 de enero de 2014

Capitulo: 19



La  Sra.  Mary  estaba  bien  conectada.  Por  tres  semanas,  había estado  haciendo  el  papeleo  en  la

lunes, 20 de enero de 2014

Capitulo: 18


Yo nunca había estado vacía y sin efecto antes. Incluso durante los  tiempos  difíciles,  había  tenido  un  sueño  para  mi  futuro.

viernes, 17 de enero de 2014

Capitulo: 17



La mañana del domingo, dormí hasta tarde otra vez. Podía oír a Jessica en la cocina. Me estiré antes de levantarme y tomar mi teléfono,  deslizándolo  en  el  bolsillo  de  los  pantalones  de  mi pijama.  Se  suponía

Capitul:16



Peter no  tuvo  que  despedir  a  Gas;  él  renunció.  La  Sra.  Mary dijo  que  era  lo  mejor  y,  para  que  no  me  preocupara,  Gas volvería  a  la  universidad  en  unas  semanas,  y  probablemente necesitaba  este

Capitulo:15



Peter me  hizo  prometer  que  no  iría  a  trabajar  la  mañana  siguiente,  después  de  quedarnos  hablando  hasta  las  tres.  El  sol estaba más brillante y mis pequeñas persianas blancas no

jueves, 16 de enero de 2014

Capitulo: 14




Gruñí  frustrada  por  mi  propia  estupidez.  Ya encontraría  la  forma  de  superar  esto.  Abotoné  mi  camisa  y  tomé  otro respiro tranquilizador, sólo en caso de que Peter aún se encontrara sentado en la cocina. 

miércoles, 15 de enero de 2014

Capitulo: 13

 ¿Podría  estar  allí  y  verlo  y  estar  en  su  casa,  amándolo  como  lo  hacía?

martes, 14 de enero de 2014

Capitulo: 11


La  Sra.  Mary  empezó  quejarse  de  mí  en  el  momento  en  que entramos por la puerta. Peter sonrió y lo disfrutó inmensamente mientras le aseguraba que Jessica y yo estábamos bien.

lunes, 13 de enero de 2014

Capitulo: 11



Cuando abrí la puerta, un Hummer familiar paró en la entrada.
Peter bajó y caminó a mi encuentro.

Capitulo: 10


  Cuando  llegué  al  trabajo  al  día  siguiente,  había  una  nota esperándome. 
La  Sra.  Mary  suspiró  y  me  la  dio  tan  pronto como entré. Miré a la mesa y una ola de decepción me golpeó cuando vi la silla donde había esperado que Peter estuviera sentado, vacía.

sábado, 11 de enero de 2014

Capitulo:9


Caminé  dentro  de  la  cocina  la  siguiente  mañana  y  colgué  mi mochila en el gancho antes de echar un vistazo hacia donde sabía que la Sra. Mary estaría trabajando en el desayuno de los Lanzani. 

viernes, 10 de enero de 2014

Capitulo: 8



Todo siguió igual. Mary aún me daba una sonrisa y el desayuno caliente todas las mañanas.El sr. Greg me contaba historias de su tiempo en la Segunda Guerra Mundial y la mayoría de los días me daba una paliza en ajedrez. Gas y yo todavía hablábamos de camino a casa por la noche

Capitulo:: 7


Me congelé, pero no me di vuelta para encontrar la razón.
—Parece que a mi invitado le gusta tu amigo —susurró Peter en mi oído.
 Volví la cabeza hacia él. —Es una persona interesante.

jueves, 9 de enero de 2014

Capitulo: 6




Tres días habían pasado desde mi viaje a la tienda de comestibles con Peter. Odié encontrarme a mi misma buscando vislumbres de él.En algún lugar, muy en el fondo, realmente pensé

miércoles, 8 de enero de 2014

martes, 7 de enero de 2014

Capitulo:4

Capitulo: 4



El miércoles por la noche, Gastón vino a buscarme al jardín.
— Hola, Lali, la familia Lanzani está cenando esta noche en casa de un amigo, así que voy a salir temprano. ¿Cuánto tiempo más hasta que te bajes?

lunes, 6 de enero de 2014

Capitulo: 3





Gaston esperaba por mí en la cocina, bebiendo té dulce y hablando con la Sra. Mary Se puso de pie cuando me vio.
—Bueno, ¿Cómo te fue?
—Él pensó que yo era una fan que se deslizó a través de las grietas, y quería saber cómo lo había hecho. Le informé que había reemplazado a mi madre debido a su embarazo, que no era una fan, y que no me di cuenta de que ésta casa le pertenecía a él cuando acepté el trabajo.
 Gaston frunció el ceño.
—¿Cómo te tuvo dándole explicaciones?
—No creo que haya ningún problema ahora que él sabe que no soy una fan loca a punto de resbalar mi número en una servilleta. Dudo que se dé cuenta de mi existencia a partir de ahora.
Gaston levantó sus cejas como si no me creyera. La Sra. Mary se acercó y tomó la bandeja de mis manos.
—Bien, sabía que ibas a trabajar muy bien. Ahora, ve a cambiarte el uniforme y vuelve a casa. No espero que regreses hasta las siete de la mañana. Corrí al cuarto de lavado para cambiarme. Una vez que estuve de nuevo en mi propia ropa, me dirigí a la puerta. La Sñr. Mary tarareaba mientras limpiaba, y Gaston estaba apoyado contra la puerta, esperando.
—Es tarde, ¿Conduces o caminas? —preguntó, cuando llegué junto a él.
—Vine en bicicleta.
Abrió la puerta, y salimos a la noche juntos.
—Déjame ponerla en la caja de mi camioneta y llevarte a casa. — Realmente parecía preocupado por mí.
 —De acuerdo.Gracias.
****
Una vez que los dos estuvimos en la camioneta, me relajé y me eché hacia atrás en sus asientos de cuero gastado.
—Así que, ¿Cuánto tiempo llevas trabajando en la mansión Lanzani?
Él me miró. —Comencé el verano pasado. Sólo trabajo los veranos aquí. Soy un local, pero actualmente estoy estudiando en la Universidad de Alabama. Este es un empleo de verano para mí.
—Obviamente es un trabajo de verano para mí también. Voy a empezar mi último año en el otoño. Nos acabamos de mudar aquí desde Tennessee.
Nos quedamos en silencio durante unos minutos, y yo miré por la ventana ya que las familias caminaban por las aceras, aún en su ropa de playa. Nunca había visto la playa antes de que nos mudáramos aquí. No podía dejar de estar fascinada observando las olas romper sobre la playa de arena.
—Pareces mucho mayor que una chica de último año de secundaria. De hecho, eres más madura que la mayoría de mis compañeras.
Sonreí para mis adentros. Pero aquella noche no era la noche para descargar mi vida con alguien que podría llegar a ser un verdadero amigo.
—Lo sé. Siempre he sido una mujer grande en el cuerpo de una niña. Eso pone a mi madre como loca.
 —Yo no diría que eres una mujer mayor, sólo eres más madura que el resto de las chicas de diecisiete años. Las adolescentes normales se reían y coqueteaban por las calles. El romance de verano no era algo que comprendiera, pero al parecer era una cosa muy grande por estos lados. Las chicas de aquí se referían a los turistas como chicos de verano .
Yo realmente no lo entendía, o sí lo hacía, pero no me parecía normal. Gaston se volvió hacia mí.
—¿He herido tus sentimientos? No quise hacerlo. Fue un cumplido, de verdad. Me canso de la estupidez y la superficialidad de las niñas. Eres como un soplo de aire fresco.
Volví la cabeza hacia atrás en dirección a él y lo vi sonreír. Realmente era un buen tipo. Deseé que mi interior se volviera cálido y cosquilleara cuando me miraba fijamente, pero al parecer mi cuerpo sólo se reservaba aquella respuesta para las estrellas del rock adolescente. El pensamiento de que tal vez fuera superficial en mi interior, me hizo sentir enferma.
—Gracias, nunca me han felicitado por mi personalidad extraña antes.
 Frunció el ceño y sacudió la cabeza.
—Yo no la llamaría extraña... más bien, refrescantemente única.
Me reí de su intento por hacer que suene mejor.
—Gracias. Refrescantemente única suena mucho más atractivo. Gira a la derecha en el siguiente semáforo, y es dos casas más abajo, a la izquierda.
Permanecimos en silencio el resto del camino hasta el apartamento.
—Ponla a un lado. No se nos permite utilizar la unidad del propietario. Son los dueños de la casa. Alquilamos el pequeño apartamento de abajo.
Gaston se detuvo en la puerta.
—Gracias de nuevo por traerme a casa.
Abrió la puerta, saltó, y tomó mi bici de la caja de su camioneta. Vi como él la bajó y la apoyó contra la pared de la casa, junto a la puerta.
 —Cuando quieras. Si te marchas al mismo tiempo que yo lo hago, siempre puedo darte un empujón.
Le di las gracias de nuevo. Él movió los pies y miró hacia mí.
—Puesto que eres nueva aquí, y estamos trabajando juntos este verano, ¿Por qué no salimos una noche después del trabajo, o el domingo durante el día, cuando los dos estamos libres? Te puedo mostrar lo que es divertido por aquí y presentarte a algunas personas. Ya sabes, como amigos.
Parecía divertido, pero me quedé un poco sorprendida por el comentario del domingo.
—¿El domingo? —pregunté.
Él frunció el ceño. —¿No sabes que todos tenemos libres los domingos, incluso la Sra.Mary?
—No, yo no lo sabía. Pero, sí, me encantaría ir a disfrutar de esta zona con alguien que sepa a dónde ir.
 Él sonrió y se pasó la mano por el cabello rubio.
—Genial. Voy a hacer planes esta semana y te haré saber lo que tengo preparado.
Nos despedimos, y lo observé entrar de nuevo en su camioneta. Saludé con la mano, y me volví para enfrentar a Jessica y sus indudables veinte preguntas sobré por qué me había tardado tanto. El apartamento estaba en silencio y oscuro.
Me asomé a la habitación de Jessica y la encontré dormida en la parte superior del cobertor, con el aire acondicionado encendido. Tomé una manta y la cubrí antes de ir a mi habitación y prepararme para una ducha. Ella había ido a dormir temprano.
No hubo veinte preguntas, y no tuve que cocinar la cena. Sonreí y me dirigí hacia el cuarto de baño. Necesitaba estar limpia y dormir. Me las había arreglado para superar mi mayor obstáculo. Mañana debería ser más fácil. No habría más encuentros con Peter y tener un amigo debería hacer las cosas aún más agradables.
La semana siguiente cayó en una rutina. Llegaba al trabajo e iba directo a la cocina con la Sra. Mary. Ella hablaba mucho más que Fran, y sus historias eran entretenidas. Me contó todo acerca de sus dos hijas y sus siete nietos. Una de las hijas vivía en Michigan, con cinco hijas a cuesta. La otra hija vivía en Georgia, y tenía una niña de nueve años de edad y un niño pequeño que era amado inmensamente por una familia llena de chicas. Su vida criando a sus hijas me hizo dar cuenta cuán disfuncional mi vida con Jessica sonaría. Me imaginé una vida completamente normal, como la de la Sra. Mary.
 Yo sabía que algún día podría tener una, tan llena de familia y amor como la que ella parecía tener. A menudo soñaba despierta con una vida como la que ella me contaba. Mis primeras tardes con el Sr. Greg comenzaron siendo un poco tensas, ya que a él no le gustaba tener una adolescente ayudándolo, pero después de un día de no tener que apoyar sus artríticas rodillas parecía apreciar mi presencia allí.
Después de mi cuarto día, el Sr. Greg y yo nos sentábamos y jugábamos al ajedrez en el mirador, cuando los días de trabajo terminaban. Me ganaba cada vez, pero estaba comenzando a gustarme y le prometí que mejoraría mis habilidades, y que un día lo vencería.
 Veía a Gaston en las noches, cuando todos nos sentábamos alrededor de la mesa y disfrutábamos de un plato de sopa y ensalada.
La Sra. Mary siempre enviaba un plato de comida a casa para Jessica, y yo sospechaba que ella lo hacía por mí. De alguna manera, sin que yo le dijera, ella parecía entender cómo mi vida de hogar funcionaba. Después de que Gaston salía del trabajo, nos llevaba a mi bicicleta ya mí a casa.La Sra. Mary contrató a otro sirviente que Gaston sugirió. Él estaba trabajando bien, y las cosas parecían funcionar sin problemas con el personal y la familia.
El domingo por la mañana llegó antes de que lo notara.
Me acosté en la cama, tapándome la cara frente a la brillante luz del sol que se colaba por las ventanas. Fue bueno no tener que saltar y prepararme para salir. Disfrutaba de mi trabajo, pero también me gustaba dormir hasta tarde. Bostecé y me estiré.
 Saldría con un amigo. Yo estaba más emocionada de lo que una persona normal estaría, pero no pude evitarlo. Me senté y me froté la cara, tratando de despertar lo suficiente como para ir a desayunar. La casa estaba muy tranquila todavía, ya que Jessica normalmente dormía hasta las once todos los días.
Fui a la cocina y me serví un plato de Crunchs de mantequilla de maní, y luego fui a sentarme en el pedazo de losa, saliendo por nuestra puerta de atrás. El sol brillaba fuera del agua, y me calentó mientras yo disfrutaba de mi plato de cereal. Ese día se sentía como mi primer día real de verano. Ese día sería capaz de ir y hacer algo que todos los chicos de diecisiete años suelen hacer.
 —¿Qué estás comiendo? —preguntó Jessica, mientras caminaba hacia la puerta, o mejor dicho, se contoneaba por ella.
—Cereales de mantequilla de maní —le contesté, y les di otro mordisco.
Se hundió en la silla de jardín a mi lado y suspiró: —¿Me amas? Puse los ojos en blanco, sabiendo las palabras que vendrían después.
—Sí —respondí, y tomé otra cucharada de cereal.
—Entonces, ¿Tendrías piedad de mí y mi enorme estómago, y me servirías un tazón cuando hayas terminado?
Ese era un viejo juego. Ella creía que era lindo preguntarme si la quería antes de pedirme que fuera a buscar algo. Me comí el resto de mi cereal y bebí toda la leche antes de ponerme de pie.
 —Voy a buscar tu cereal —le dije, caminando de regreso hacia la puerta.
—Gracias, cariño —respondió ella sin abrir los ojos.
Le serví un tazón grande, así no tendría que buscar un segundo luego, y se lo llevé. Tenía que decirle acerca de Gaston antes de que él llegara. Le di la taza, y ella se echó hacia atrás, reclinándose en una silla que no era reclinable, y tomó el tazón.
—Muchísimas gracias —dijo, sonriendo.
Volví a sentarme. —He hecho un amigo en el trabajo, y él viene a buscarme hoy para mostrarme los alrededores y pasar el rato. Jessica puso la cuchara llena de cereal hacia abajo.
—¿¡Un chico!? ¿Tù?
—Él no es un chico con el que estoy saliendo. Es de por aquí y quiere salir hoy.
 Ella sonrió y le dio un mordisco al cereal. Apenas había tragado cuando dijo: —No puedo creer que hayas hablado con alguien lo suficiente como para hacer un amigo. ¿O es un recluso también?
Me puse de pie, no me encontraba de ánimo para las bromas de mi madre. Le encantaba recordarme que carecía de habilidades sociales. Empecé a entrar, y ella se rió.
—Sólo estoy tomándote el pelo, Sadie. Me alegra que tengas un amigo. Pero no te olvides de mí y estés fuera todo el día. Me siento sola por aquí.
Odiaba cuando ella me hacía sentir culpable. Ve a un lugar y has algo. Ella dio un suspiro melodramático.
—Me hace falta ir a buscar una pedicura, ya que no puedo ver los dedos de mis pies.
Negué con la cabeza. Como dar un paseo por la playa. Rodó los ojos en ese momento, y entré. Hice una línea recta hacia el dinero escondido que había salvado de las facturas, y lo escondí en otro lugar. No tenía necesidad de llegar a casa y ver que había gastado todas nuestras reservas. Después de que el dinero estuvo asegurado, me fui a prepararme para mi día con Gaston. Tenía que lavarme el pelo y ponerme bloqueador solar. El sol aquí podría ser brutal. Pero primero, tenía que encontrar un traje de baño y algo de desgaste. Treinta minutos hasta que llegara a recogerme. Tenía que estar lista para que Jessica no respondiera a la puerta y encontrara una manera de avergonzarme.
—Buenos días —dijo Gaston cuando abrí.
—¡Buenos días a ti también! Espera sólo un segundo, voy a buscar mi bolso. —Me di vuelta, volví a entrar en la sala de estar, y tomé el bolso que había dejado sobre la mesa. —Me voy. Sal y ve a hacer algo —le dije a mamá antes de caminar hacia la puerta.
—¿Qué? ¿No lo traes adentro? —Todavía estaba vestida con su camisón negro, que se extendía por encima de su estómago. —No, mamá, no contigo vestida con tu camisa de dormir.
 Ella se rió, y me apresuré a volver a la puerta.
—¿Estás lista para ver este lugar desde una perspectiva local? —me preguntó con una sonrisa. Asentí con la cabeza, emocionada.
—Sí, lo estoy.
Abrió la puerta de la camioneta para mí, y me balanceé dentro. Saltó y se deslizó en un par de gafas de sol oscuras.
 —¿Comes ostras crudas?
—¡De ninguna manera!
 Él sonrió. —Debí haberlo adivinado: eres una niña de Tennessee. Pero está bien, también están asando hamburguesas, mazorcas de maíz, y costillas.
 —Me encantan las hamburguesas, el maíz, y las costillas.
—Ah, bien. Bueno, vamos a ir a la casa de un amigo. Están asando fuera hoy, con las ostras crudas en su concha como aperitivos.
Hice una mueca ante la idea de algo blando y viscoso sobre conchas que la gente realmente iba a poner en sus bocas. Él se rió en mi cara.
—Creo que cuando uno crece por aquí, no parece tan malo.
No respondí, porque no estaba segura de que alguien pudiera acostumbrarse a comer baba.
 —Rock ha sido mi mejor amigo desde la escuela primaria.Te gustara. Iremos a una parrillada, y luego a practicar esquí acuático. Ellos tienen un barco y vamos a ir a lanzarlo en el puerto deportivo.
— ¿Has hecho esquí acuático alguna vez?
—Me temo que no, pero me gustaría intentarlo. —Parecía que eso era lo que debía decir, porque una gran sonrisa estalló en su rostro.
—Te puedo enseñar. Estarás esquiando antes de que el día haya terminado. Llegamos a una casa de una sola planta, construida sobre pilotes, como la mayoría de las casas de por allí. No era lujosa, y parecía haber sobrevivido a algunos huracanes.
 El revestimiento había sido remendado unas cuantas veces. Gaston me encontró cuando salí de la camioneta y deslizó un par de gafas de sol en mi cara.
—Vas a necesitarlos. Sin ellos, el sol te dará dolor de cabeza.
—¿Siempre llevas gafas de sol de mujer por ahí? —le pregunté en broma.
Se echó a reír. —No, tengo una hermana.
Yo no sabía nada de su familia. Me gustó saber algo sobre él que no fuera lo obvio.
—Por favor, dime que te pusiste bloqueador solar. Incluso los más bronceados se queman con este sol.
—Sí, estoy usando.
—Ven por aquí —dijo, tirando de mí con él a través de un poco de hierba muy alta, que crecía en la arena. Un simple rectángulo de piscina se encontraba en el centro del patio, rodeado de chicos en traje de baño y chicas en bikini.
Ellos arrojaban barro de unas conchas, y me recordé a mí mismo que no debía hacer muecas cuando me hablaran y comieran esas cosas. Gaston me apretó la mano y tiró de mí hacia la fiesta.
—Gaston, ya era hora de que llegaras. Todos los depósitos están casi vacíos —llamó un tipo con rastas largas de color marrón.
Gaston sonrió y me susurró: —No voy a comer en frente de ti, te lo prometo. Negué con la cabeza.
—No, en serio, está bien.
Él se rió y me llevó hacia el grupo de chicos de pie junto al muchacho de rastas. Varias personas llamaron a Gaston, y él agitó la mano y asintió con la cabeza. Mi estómago se revolvió con nerviosismo cuando me di cuenta de que la mayoría me observaba.
—Hola, chicos, esta es Sadie, Lalieste es Rock —Un tipo musculoso, bastante grande, con la cabeza rapada—.Preston —a quien yo podría haber considerado un vagabundo de la playa, con el pelo largo y rubio, y la piel bronceada—.y Dwayne —el chico rasta, que también pasó a tener varios tatuajes y piercings—.Hemos sido amigos desde el segundo grado.
 Dwayne se sacudió las rastas de los ojos y sonrió.
 —Desde que Rock le dio una paliza a Preston y el viejo Gaston aquí saltó a defenderlo, entonces comenzó a recibir golpes de Rock, hasta que yo salté, y todos fuimos suspendido de la escuela. —Los cuatro se rieron de aquel recuerdo, y yo traté de representármelos como niños pequeños en combate. —Nuestros padres estaban muy orgullosos. Ellos tuvieron delincuentes de escuela primaria. —Dwayne sonrió y se comió otra ostra.
—Dwayne recordará todo el día si tú se lo permites. No actúes como si disfrutaras de sus historias. No se detendrá —sonrió Gaston. La amistad entre esos cuatro me hizo sentir calor en mi interior. No era algo con lo que estuviera familiarizada.
—Así que, Lali, ¿Cómo es que el feo culo de Gaston encontró a una hermosa muchacha ciega? —preguntó Rock, a tiempo que daba vuelta una hamburguesa.
 Eché un vistazo a Gaston sólo para ver como me sonreía.
—Trabajamos juntos. Él vino a mi rescate en mi segundo día allí, y mi vista es 20/20.
Uno de ellos lanzó un silbido, y el otro se rió malvadamente.
—Gaston es un habitual caballero de brillante armadura, te lo aseguro —dijo Dwayne con un movimiento de sus rastas. Gaston lo empujó juguetonamente, y Dwayne se echó a reír.
—Voy a llevarla a conocer a otras personas si ustedes tres no pueden comportarse.
—¿Qué he hecho?
Gaston le envió una mirada burlona antes de pasar a mí.
—¿Tienes sed?
Dwayne metió la mano en una hielera detrás de él y me ofreció un refresco. Lo tomé, le di las gracias, y los escuché hablar de un juego de voleibol de playa que tendría lugar el próximo fin de semana, entre ellos y un equipo rival. Me hacían preguntas, o me traían a la conversación de vez en cuando, pero la mayoría del tiempo simplemente planeaban y proponían estrategias. No tenía ni idea de que el voleibol de playa fuera un deporte serio.
Una rubia en un ardiente bikini rosado, que apenas cubría las cosas importantes, se acercó por detrás de Rock, le rodeó la cintura con sus brazos, y le besó el cuello.
—Sadie, ella es Trisha, la novia de Rock, y Trisha, ella es Sadie, una amiga mía.
Trisha me sonrió y luego pasó la mano por la cabeza de Rock.
—Si te aburres con la conversación de este grupo, eres bienvenida a quedarte conmigo y las chicas.
—Está bien. Gracias.
—¿Estás aburrida? ¿Quieres ir a nadar y refrescarte?
 Yo no estaba muy segura de querer quitarme el vestido de verano frente a todas esas personas. Mi bikini de color rojo no era tan escaso como los que las otras chicas llevaban, y no lo llenaba igual que ellas lo hacían. Pensé en mis piernas flacas y largas en comparación con las curvas y grandes torsos de las muchachas que yacían ahí afuera, y quise mantener mi ropa puesta. Sin embargo, también quería hacer amigos y no decepcionar a Gaston, así que necesitaba tirarme al sol o nadar. Dado que la natación me mantendría cubierta la mayor parte del tiempo, decidí que sería la mejor opción.
—Nadar me parece bien.
Él sonrió y tiró de su camiseta para revelar un pecho muy bronceado y musculoso. Tragué saliva y deseé no tener que hacer esto, pero yo sabía que debería tarde o temprano. Así que me quité el vestido y lo puse al lado de la camisa de Gaston. No quería hacer contacto visual con nadie, y deseé poder saltar en el agua sin tener que ir con calma hacia allí y entrar. Un silbido desde atrás me sorprendió y oí un "ouch".Me volví para ver a Gaston observando a Dwayne y Preston.
—Lo siento, Lali, estos dos no tienen modales. —Tomó mi mano de nuevo. Él siempre tomaba mi mano por casualidad.
 Nunca me había molestado antes, pero que estuviera semidesnudo lo hizo un poco incómodo.
—Vamos.Vamos a nadar-—Me sonrió sin siquiera prestar atención a mi cuerpo. Me sentí aliviada y avergonzada, al mismo tiempo.
No quería que Gaston me gustara como algo más que un amigo, pero tampoco quería ser tan varonil en mi traje de baño como para que él ni siquiera lo notara. Decidí dejar de pensar tanto en todo, y sólo lo seguí hacia el agua, a través de las escaleras. Nos unimos a un juego de baloncesto con un objetivo flotante en el centro de la piscina. Yo apestaba, pero nadie más que Gaston y un chico llamado Rick, parecía ser bueno, así que no me preocupé demasiado. Después de correr con Gaston en la longitud de la piscina, y ganar una de tres veces, salimos a buscar algo de comer. Me acerqué a mi vestido de verano, a tiempo que Gaston vino detrás de mí y me ató una toalla alrededor del cuerpo.
—Gracias.
Él sonrió. Nuestra amistad estaba yendo muy bien, y eso hizo que mi sonrisa brillara un poco más. Tal vez mi personalidad no era tan mala como Jessica decía.
Gaston se inclinó y me susurró al oído: —¿Hamburguesas, costillas, o ambas cosas?
Pensé en el lío que serían las costillas y todas las personas que había en el pequeño patio trasero.
—Hamburguesa —susurré.
Él asintió con la cabeza y se dirigió a la parrilla. Me consiguió una hamburguesa y unas costillas para él. Nos acercamos a una mesa repleta de cosas para poner en la hamburguesa, y añadí un poco de salsa de tomate y queso. Gaston nos consiguió unas bebidas, y nos dirigimos a una zona de sombra desocupada. Nos sentamos y comimos en silencio durante unos minutos. Lo vi usar por lo menos quince servilletas. Se echó a reír cuando llegó a más, y todas las que había ya no estaban limpias.
—Crees que mi desorden es gracioso, ¿Eh?
 Me encogí de hombros y solté otra carcajada que no pude contener. Fui a mi plato y le entregué la servilleta. —
Gracias —la tomó y se limpió
—.¿Te estás divirtiendo? —preguntó después de haber acabado con la barbacoa de su rostro.
—Sí. Me siento como la más joven de aquí, pero me estoy divirtiendo.
Gaston asintió con la cabeza.
—Tú eres la más joven de aquí. Olvidé que en mi viejo grupo, todos tienen mi misma edad.
—No, de verdad lo estoy disfrutando.
 Preston, cuya atención parecía estar centrada en nosotros, sacudió la cabeza.
—Me temo que a mi amigo de allá le gustas. Vas a tener que simplemente ignorarlo.
Fruncí el ceño.
 —¿¡Le gusto!? ¿Con todas estas mujeres mayores y atractivas por aquí?
Gaston dirigió sus ojos hacia mí, estudió mi rostro durante un minuto, y sonrió.
—De verdad lo crees, ¿Cierto?
—¿Creer qué?
—Que las otras chicas aquí son mejores que tú.
Yo me reí y encogí mis hombros.
—No soy ciega, Gaston.
Él levantó las cejas.
—O estás ciega o no tienes un espejo en tu casa. Sigue haciendo cosas tan dulces como sonrojarte, y vas a tener a Preston cantando baladas de amor fuera de tu ventana.
Volví a reír y sacudí mi cabeza.
 —Realmente espero que no.
 Gaston miró a Preston.
—Le gustan mucho las piernas, y resulta que tú tienes el mejor par que he visto en un largo tiempo. Pero creo que realmente lo tuviste cuando pestañaste tus ojos azules de bebé hacia él y sonreíste.
Fruncí el ceño. —No recuerdo haber pestañeado mis ojos hacia nadie, y mis piernas son largas y delgadas.
Gaston sonrió. —Espero que siempre te mantengas de esta manera. Dulce e inocente. Pero yo quiero ser quien te ilumine. Tus piernas son sexys como el infierno, y tus pestañas son tan gruesas y largas que al parpadear parece que los estás golpeando, y eso es muy atractivo. No estaba segura de creerle, pero le sonreí de todos modos.
—Eres un buen tipo. Gracias por tratar de hacerme sentir mejor.
—¿Eso es lo que estoy haciendo? —preguntó con una sonrisa burlona. Sonreí.
--Yo creo que sí.
Se echó a reír y sacudió la cabeza.
—Claro, lo que digas, Lali.

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El miércoles por la noche, Gastón vino a buscarme al jardín.
— Hola, Lali, la familia Lanzani está cenando esta noche en casa de un amigo, así que voy a salir temprano. ¿Cuánto tiempo más hasta que te bajes?
 Miré al Sr. Greg que parecía estar sufriendo realmente de su artritis hoy y sabía que no podía salir temprano. No me haría daño al montar mi bicicleta a casa esta noche.
 —Sigue adelante. Tengo trabajo aquí. Además, quiero hacer una parada en el supermercado y recoger unas cuantas cosas en mi camino a casa.
Gastón frunció el ceño como si estuviera tratando de decidir algo.
Finalmente, dijo: —Realmente no me gusta la idea de que regreses a casa por la noche, y luego tratando de andar en bicicleta con bolsas de alimentos.
Empecé a discutir con él y asegurarle que todo estaría bien, pero su mirada dejó la mía y aterrizó en algo detrás de mí...
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PERDON pero esque el capitulo me deore mucho en adaptarlo y cuando se los iva a subir en la compu no le pescaba el internet :/ y resion hoy me pesco resien el internet en la compu 

Voy a tratar de subir un capitulo todos los dias

Este lo hize mas largo por mi ausencia.

Espero que le haya gustado ;)