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jueves, 27 de febrero de 2014

Capitulo:18



Jadeé cuando el cuerpo de Peter se presionó en mi espalda.

capitulo:17



Lali
Dando  vueltas  por  la  ebria  declaración  de  Peter  sobre  sus sentimientos, nunca anticipé ser empapada en vómito. Me quedé  de  pie,  congelada  por  el  horror  mientras  Peter  tenía arcadas otra vez. Alejé mis manos de sus hombros y contuve mis arcadas.
Peter  alzó  sus  brillantes  ojos  hacia  los  míos.  Dolor  unido  con  vergüenza nadó en ellos antes de que se pusieran en blanco, y él comenzara a desmayarse.
—¡Hijo de puta! —gruñó Poli mientras agarraba la débil forma de Peter.
—Él está inconsciente —reportó Vico.
—Ugh, voto por que lancemos su apestoso trasero en  la  habitación  y lo dejemos dormir —sugirió Poli.
—Suena bien para mí. —Vico ayudó a Poli a arrastrar a Peter de regreso a la habitación. Cuando terminaron, cerraron la puerta.
—Lo  siento  tanto,  Lali  —se  disculpó  Nico.  Empezó  a  dar  un  paso hacia mí, pero luego arrugo la nariz y retrocedió.
—Sí, lo capto. Apesto. —Mientras iba hacia la ducha, los chicos me pasaron dirigiéndose hacia la salida del autobús.
—Oigan, esperen un minuto. —Ellos se detuvieron y dieron la vuelta. Miré a la habitación y luego a ellos—. ¿Quieren decir que van a dejarme sola con Peter?
—No, puedes venir con nosotros. Tenemos un lugar extra en nuestra mesa VIP ya que Peter no va —ofreció Poli. Él me dio un ligero guiño antes de agregar—: Y te compraré toda la Coca Zero que puedas tomar si prometes bailar una o dos veces conmigo.
Reí.
—Eso es muy tentador, pero creo que mejor me quedo aquí. Ya saben, para poder  estudiar  un  poco  o  limpiar  este  chiquero.  —Miré  abajo  hacia  mi  ropa manchada  de  vómito—.  Además,  ustedes  van  a  necesitar  irse  ya,  y  no  tienen tiempo para esperar a que me aseé.
Nico sonrió.
—Esperaremos a que te cambies, Lali.
—¡Aw, eso es muy dulce. ¡Ven aquí y dame un abrazo!  —ofrecí con una sonrisa burlona.
Alzando sus manos arriba con una mueca de rendición, Nico respondió:
—Tendré que rechazar la oferta.
—Me lo supuse. No, ustedes necesitan irse para mantener su reservación.
—¿Estás segura? —preguntó Vico antes de meterse en el baño para revisar su apariencia una última vez.
—Sí, estoy segura. —Lancé otra mirada preocupada a la habitación—. ¿Y ustedes están seguros que Peter estará bien?
—¿Querrás  decir  si tú  estarás  bien  con  Peter?  —preguntó  Poli  con  una sonrisa.
—No, eso no es lo que quise decir.
Vico se rio mientras caminaba fuera del baño.
—Estará  bien,  Lali.  Él  estará  inconsciente  por  horas.  Y  apuesto  a  que cuando  despierte,  estará  con  mucha  resaca  para  intentar  algo.  Tú  virtud  está  a salvo.
Resoplé cuando me guiñó.
—¡Bien.  Vayan  y  diviértanse.  ¡Yo  estaré  aquí  cuidando  del  cretino borracho y cachondo!
Los chicos rugieron con risas mientras salían del autobús y se dirigían a la camioneta esperando.
—Hombres —murmuré mientras iba hasta mi maleta y agarraba una muda de ropa limpia. Cuando entré al baño, trabé rápidamente la puerta. No le quería dar a Peter la oportunidad de espiarme.
Bajo el agua caliente, mi mente flotó de regreso a lo que Peter había dicho antes de desmayarse. No pude evitar el rubor de vergüenza subiendo por mi cuerpo por lo que había mencionado sobre nosotros teniendo sexo. Al mismo tiempo, un dolor quemó su camino a través de mí al pensar en lo que había sugerido, y por primera vez, sentí verdadero deseo y anhelo por un chico. No era como nada que hubiera experimentado con alguien que me hubiera gustara, o con quien hubiera saliera. Incluso aunque no estaba enamorada de Peter, lo deseaba. Mucho.
—¡¿QUÉ?!  ¡Has  perdido  la  cabeza!  —grité  a  las  paredes  de  la  ducha mientras frotaba los dedos en mi cabello. Luego sacudí mi cabeza frenéticamente adelante y atrás. ¿Qué me estaba pasando? No, no, no. No podía pensar en Peter de esa  forma.  Él  era  un  promiscuo  que  solo  usaba  a  las  mujeres.  Él  jamás,  podría amarme o darme lo que quería en la vida… ¿O sí?
Pero luego mi mente giró a mi anterior conversación con Frank y a lo que Peter había admitido después de todas las cosas atrevidas. Él quería que una chica como  yo  realmente  lo  quisiera  por  él.  No  era  la  primera  vez  que  hacía  esa declaración. La hizo antes, cuando lo estaba consolando. En el fondo, ¿podía Peter querer una relación y algo más con una chica… conmigo?
—¡Ugh! —gruñí mientras terminaba de lavar mi cabello. Había declarado que  quería  ganar  algún  tipo  de  experiencia  de  toda  la  situación,  y desafortunadamente, estaba consiguiendo  más de lo que había negociado. Había estado  en  el  autobús  casi  treinta  y  seis  horas,  y  mi  vida  ya  había  sido  puesta completamente de cabeza.
Mientras cerraba el agua y salía de la ducha, temblé ante el pensamiento de lo que el resto de la semana podía traer. Tratando de apagar los salvajes y locos pensamientos rondando por mi cabeza,  trabajé en secar mi cabello. Me rocié de loción hasta asegurarme que no hubiera ningún olor restante de vómito.
Ya que todavía no había ido de compras y mis pantalones de yoga y única camiseta estaban manchados de vómito, me deslicé en una camiseta de tirantes y un par de pantalones cortos. Después de destrabar la puerta, presioné mi oreja al marco, intentando escuchar a Peter roncando. Puse los ojos en blanco cuando me di cuenta cuan estúpida debía lucir. No sabía porque estaba tan paranoica. No es como  si  Peter  fuera  a  intentar  algo.  Creo  que  tenía  más  miedo  de  no  querer detenerlo, en lugar de no ser capaz de hacerlo.
Con un profundo respiro, salí del baño. Peter no estaba en ningún lugar a la vista, y solo  podía imaginar que estaba  muerto para el  mundo en la habitación.
Llevando las manos a mis caderas consideré qué hacer con mi noche. Estudiar y no atrasarme  mientras  estaba  de  gira  se  encontraba  en  la  cima  de  mi  lista  de prioridades, así que busqué mis libros en el bolso. Pero antes de sentarme, estudié el interior del autobús y arrugué la nariz. Estos chicos eran igual de malos que mis hermanos siendo haraganes. Tiré de mi cabello en un cola de caballo, supuse que no  había  forma  de  que  pudiera  concentrarme  en  estudiar  rodeada  por  toda  la suciedad.
Inclinándome,  agarré  un par de guantes de goma, limpiador,  y  esponjas debajo del lavabo. Mientras empezaba a limpiar las encimeras, me di cuenta que todo estaba muy quieto. Fui hacia el estéreo y empecé a revisar la colección de CDs de Poli. Cuando encontré los grandes éxitos de Michael Jackson, me detuve.
—Oh, sí, un poco de la vieja escuela de MJ estará bien.
La  melodía  de  apertura  sintetizada  de  los  80’s  de Beat  It  sonaba  por  los altavoces. Asintiendo con mi cabeza, empecé a cantar junto con la canción, usandomi esponja como un micrófono improvisado. Mientras limpiaba la mesa y sillas, empecé a mover y sacudir mi trasero alrededor del autobús. No había nada como limpiar con buena música, y se podía decir que estaba un poco  obsesionada con Michael Jackson.
Estaba tocando la guitarra en el aire con el solo de Van Halen cuando una mano sobre mi hombro  causó que  gritara.  Me giré,  dejando  caer  la esponja y el limpiador. Cayeron ruidosamente sobre el suelo.
Peter me dio una sonrisa burlona.
—Lindos movimientos, Ángel, ¿pero podrías bajarle el volumen a eso?
Sentí mis mejillas arder.
—Oh,  sí,  lo  siento  —murmuré,  apresurándome  a  apagar  el  estéreo.
Mientras trataba de calmar mi errática respiración, el silencio hizo eco a través del autobús mientras Peter y yo nos quedábamos mirándonos el uno al otro.
—¿Uhm, cómo te sientes?
Él hizo una mueca mientras rascaba su cabeza.
—¿Tú que crees? Desperté en el infierno con Michael Jackson golpeando en mis oídos.  —Cuando me reí, él agregó—: Sin mencionar, que  vine aquí para gritarle a los chicos solo para verte en ese atuendo —Él hizo señas a mi camiseta de tirantes y pantalones cortos—, sacudiendo tu trasero. —Alzo una de sus cejas—. Eso está totalmente fuera los parámetros de nuestra apuesta, Ángel.
Colocando una mano sobre mis caderas, le espeté:
—Lo siento, pero tengo que escuchar música mientras estoy limpiando, y en  cuanto  a  la  ropa,  bueno,  tú  vomitaste  sobre  mi  último  atuendo  poco provocativo.
—Oh, Cristo —murmuró. Fue como si el recuerdo de todo de lo que había ocurrido lo hubiera golpeado, y él tembló, cayendo de espalda contra la encimera.
Sus cansados ojos encontraron los míos. Pasó sus manos sobre su rostro y arrugó las cejas ante la sensación de la crujiente mancha de vómito—. Estaba tan jodido antes.
—Está bien. Siéntate.  —Mi instinto  comprensivo  corrió a toda máquina mientras lo empujaba sobre una de las sillas. Después de que saqué un paño limpio de los cajones, lo puse bajo el agua caliente tratando de no dejar mi mente vagar de cuál parte de nuestra anterior conversación él estaba más arrepentido: si el querer acostarse conmigo o querer que él me gustara.
En cambio, mojé el trapo y luego se lo extendí a Peter.
—Uhm,  ¿te  importaría  hacerlo  por  mí  ya  que  no  tengo  un  espejo?  —Cuando  le  di una  mirada escéptica,  él  se  rio—:  Esto  no  es  para  aprovecharme, Ángel. —Extendió su mano para mostrarme el ligero temblor—. No estoy seguro de confiar en mí para caminar hacia el baño.
—Bueno —murmuré. Con largos toques, empecé a limpiar su rostro.
Él cerró sus ojos y suspiró.
—Diablos, eso  se  siente  bien.  —Ladeé  su  cabeza  hacia  atrás  y limpié  su barbilla. Entrecerrando un ojo hacia mí, preguntó:  —¿Por qué siempre me estás cuidando?
—Siempre eres un desastre —argumenté.
—Lo sé —murmuró él. La tristeza pasó a través de su rostro—. Creo que eres una masoquista.
—¿Eh?
—Ya sabes, alguien a quien le gusta el dolor.
—¿Y por qué dices eso?
—Porque incluso aunque actúe como un cretino, eres amable conmigo y quieres ayudarme.
—No siempre eres… —Arrugué mi nariz antes de replicar—: Un cretino.
Peter me dio una sonrisa a medias
—La mayor parte del tiempo lo soy. Especialmente contigo. Y lo siento por ello. De verdad lo hago.
Me  quedé  inmóvil  a  medio  camino  de  su  barbilla  por  su  disculpa, definitivamente no era lo que esperada que  dijera, y cuando busqué  sus ojos, vi sinceridad en ellos.
—Gracias. Lo aprecio.
El silencio hizo eco alrededor de nosotros hasta que Peter aclaró su garganta.
—Después de todo, ¿de verdad no piensas que soy un idiota?
Me reí.
—Bueno,  no  todo  el  tiempo.  Fuiste  uno  gigante  esta  tarde.  —Ante  su mueca, agregué—: Pero también me diste pequeños indicios del hombre que eres en el fondo. También tienes tus buenas cualidades. —Lo dejé para ir a enjuagar el paño otra vez—.  Y no sé sobre eso de ser una masoquista. Pero sí sé sobre tratar de ser la buena persona que mis padres criaron.
La diversión reemplazó la angustia en sus ojos.
—Ah, sí, la chica buena con un corazón de oro, pero también con la boca de un marinero.
No pude evitar reír ante la descripción.
—Sip, eso es bastante cierto. Pero oye, no bebo ni ando acostándome con cualquiera. Debería ser capaz de tener un vicio, así que supongo que una boca sucia será. —Tracé el paño por su pecho, limpiando el vómito de los intrincados tatuajes pintando su piel—. Tantos tatuajes —murmuré.
—¿No te gustan?
—No,  me  gustan.  Mis  hermanos  tienen  algunos.  De  hecho,  estaba pensando en conseguir uno.
Peter se rio a carcajadas.
—No puedes estar hablando en serio.
—Bueno, lo estoy —resoplé, golpeando su brazo con el paño.
—Oh, Ángel, me encantaría ver eso.
—Bueno. Quizás me puedas llevar a conseguirlo
Un malicioso brillo parpadeó en sus ojos azules.
—¿Estás a punto de hacer otra apuesta conmigo?
—Quizás.
Él sacudió la cabeza lentamente.
—No lo creo, nena. Si regresas a tus hermanos con tatuajes, ellos patearán mi trasero.
Puse mis ojos en blanco.
—Deja a mis hermanos fuera de esto.
Peter alzó sus manos en señal de rendición.
—Bien, de acuerdo. Te llevaré a que te hagan un tatuaje.
Mis ojos se ampliaron.
—¿En serio? —chillé.
Él hizo una mueca y cubrió sus orejas.
—Jesús,  tranquila  con  los  gritos.  —Cuando  miré  hacia  él,  sonrió—.  Sí, realmente lo haré. Mi amigo Adam, es el único al que le confiaría tu delicada piel. Pero mejor no te acobardes conmigo.
Sabía que esperaba una reacción de mí por haber usado una palabra que odiaba. Pero mantuve mi comportamiento en calma.
—Estupendo.  —Luego  regresé  mi atención  a  limpiarlo. Cuando  rocé  la pretina de sus pantalones, él agarró mi mano.
—Puedo  encargarme  desde  aquí.  —Él  me  guiñó  un  ojo—.  Te  estás acercando mucho para mi comodidad, Ángel.
—Oh, uhm, lo siento —respondí. Tratando de esconder mi vergüenza, me giré para  ir de  regreso  a  la  cocina.  Mientras  intentaba  ocuparme  arreglando  los platos limpios, Peter se levantó de la silla.
—Probablemente debería ir a tomar una ducha rápida.
—De acuerdo
Mientras me entregaba el trapo, una mirada avergonzada vino a su rostro.
—¿Cuando salga, crees que puedes hacerme ese chili que le hiciste a los chicos?  
—¿Estás seguro de que tu estómago puede manejarlo?
—Oh,  sí,  una  vez  que  lo  vomito  todo,  normalmente  estoy  listo  y hambriento unas horas más tarde.
—Puaj—murmuré.
Él sonrió.
—Lo siento, pero esa es la verdad.
—Bien. Ve a bañarte y te prepararé algo de cenar.
—Gracias, Ángel —contestó antes de tirarme hacia él en un casto abrazo.
Cuando  besó  la  corona  de  mi  cabeza,  traté  de  no  estremecerme  con  la hormigueante sensación que envió corriendo por todas las partes de mi cuerpo. Mi boca colgó abierta de la sorpresa mientras él caminaba en silencio al baño y cerró la puerta.
—Las maravillas nunca cesan  —murmuré y luego me ocupé en calentar algo de cenar para Peter.
Ante el sonido de la puerta del baño abriéndose, me di vuelta. Peter estaba parado con solo una diminuta toalla envuelta alrededor de su cintura mientras el agua goteaba de su cuerpo. Echó un vistazo a su falta de atuendo.
—Lo lamento. Mi cerebro alcohólico olvidó traer mi ropa conmigo.
—Uhm, no, está bien. Solo estoy calentando el chili  para  ti. Estará listo para cuando te vistas.
—Genial.
A pesar que no debería hacerlo, me quedé mirándolo mientras caminaba por  el  pasillo  hacia  la  habitación.  El  aleteo  de  mi  corazón  y  la  agitación  de  mi estómago me hicieron comprender que estaba en serios problemas.
Volví mi atención de vuelta a poner la mesa para Peter. El apareció unos pocos minutos más tarde con una camiseta que era completamente muy pequeña para él, porque destacaba cada musculo ondulante que tenía, y un par de bóxers andrajosos.  
Congelada, me  quedé  mirándolo como  si  fuera una  visión  o algo así.  Su cabello aún estaba húmedo y unas gotitas brillaban en su rostro. Cuando me atrapó mirándolo, el calor quemó en mis mejillas.
—¿Estabas comiéndome con los ojos, Ángel?
—No, no lo estaba.
Él se rio por lo bajo.
—Creo que lo estabas.
Me giré alrededor y puse mis manos en mis caderas.
—Bien, estaba comiéndote con los ojos. ¿Estás feliz ahora?
—En realidad, lo estoy. Me gusta cuando me miras como si me desearas. Como si pensaras que soy… guapo.
Mis cejas se levantaron en sorpresa.
—¿Guapo? Eso no suena como la manera en que te describirías a ti mismo.
Con una sonrisa amplia, él preguntó:
—¿Y cómo me describiría a mí mismo?
—Mmm,  ¿sexy,  ardiente  como  el  infierno  y  fundidor  de  bragas?  —lo desafié mientras le entregaba una Coca.
—Sí, tienes razón. Esos realmente me describen mejor.
Puse un vaso con agua en la mesa.
—Asegúrate  de  beberte  todo  esto  y  la  Coca.  Probablemente  estés deshidratado.
—Sí, Dra. Esposito —contestó, la diversión centellando en sus ojos.
—La enfermera en mí te diría que no comas nada, mucho menos chili.
—Confía en mí, conozco mi cuerpo, Ángel.
—Lo que sea.
Después de tomar una gran cucharada de chili, cerró sus ojos y gimió en apreciación.
—Maldición, esto está realmente bueno.  
—Gracias.
—¿Así que también puedes cocinar?
—Un poco. Mi abuela es una texana acérrima, y esta es su receta secreta.
—Es jodidamente increíble.
Sonreí abiertamente.
—Me aseguraré de decirle exactamente eso.
Él resopló.
—Sí, claro. A pesar de que tienes una boca sucia, no puedo verte soltando la bomba-J frente a tu abuela.
—Cierto, muy cierto.
Nos sentamos en silencio durante  unos minutos  mientras él devoraba el chili  como  si  no  hubiera  comido  en  días.  Quizás  no  podía  ver  cómo  iba  a mantenerlo todo o cuán enfermo estaría mañana, pero mantuve la boca cerrada.
Finalmente, Peter me echó un vistazo.
—Lali, necesitamos hablar de lo de antes.
—¿Necesitamos?  —pregunté,  jugando  con  un  deshilachada  cuerda  de  la manteleta.
Él meció su cabeza.
—Sé que estaba totalmente jodido esta tarde y no recuerdo todo lo que te dije  —Él hizo una mueca como si estuviera adolorido—. Tengo una muy buena idea de que fui un irrespetuoso cretino contigo acerca de Paula. No debería haberla traído nunca al autobús contigo aquí. Lo siento.
Creo  que  mi  boca  cayó  muy  abierta  golpeándose  contra  la  mesa  por  él dándome una vez más una sincera disculpa. Justo cuando pensé que no podía tener ninguna sorpresa más, él continuó:
—Tú  no  has  sido  nada  más  que  bondadosa  y  compasiva  conmigo  aun cuando no lo merecía. Y créeme cuando digo que real y verdaderamente, lo siento.
—Gracias, lo aprecio.
—¿Entonces estamos bien? ¿Ningún resentimiento ni nada?
Me reí.
—¿Crees en un perdón instantáneo y sin rencores, eh?
—No exactamente, pero espero que no mantengas lo que pasó contra mí por mucho tiempo.
—Voy  a  intentarlo,  ¿de  acuerdo?  Quiero  decir,  no  puedes  actuar  de  la forma en que lo hiciste conmigo y exigirme que caiga en tus brazos abiertos.
Sus cejas se fruncieron.
—¿No puedo?
—Uhm, no, eso no funciona conmigo. Quizás con tu harem de admiradoras lo haga, pero yo soy diferente.
—Puedes decir eso otra vez —murmuró él. Mientras su cuchara raspaba el fondo de su tazón, me levanté para conseguirle más—. No, estoy bien.
—¿Estás seguro?
Él sonrió.
—No quiero excederme.
—Pensaría  que  aun  dos  cucharadas  era  excederse,  pero  no  conozco  tu cuerpo, ¿cierto?
Cuando  sus  ojos  se  abrieron  ligeramente  con  sorpresa,  supe  que  había hecho un error al mencionar inocentemente su cuerpo.
—Escucha,  necesito  preguntarte  algo  más  acerca  de  antes.  —Mi respiración se cortó ante la idea de volver a recordar, incluso remotamente, lo que sucedió más temprano—. ¿Te dije algo embarazoso antes de que vomitara y me desmayara?
—Peter…
Sus  ojos  azules  ardieron  con  emoción  cuando  finalmente  encontró  mi mirada.
—Recuerdo algo de ello. Sé que dije que quería follarte, pero, ¿no dije nada más? ¿Algo más… amable, espero?
—Sí —susurré.
—¿Qué fue? —incitó.
De alguna manera recordé literalmente todo lo que me había dicho, así que lo repetí. Los ojos de Peter se ensancharon y aspiró una respiración aguda.
—Pero no te preocupes por la parte de desear que alguien como yo ame a alguien como tú. Quiero decir, sé que estabas borracho —agregué rápidamente.
Salí de mi asiento como un muñeco de una caja de sorpresas y agarré su tazón. Después de apresurarme a la cocina, lo puse en el fregadero y abrí el grifo.
Jadeé cuando el cuerpo de Peter se presionó en mi espalda.
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+ 3

CAPITULO: 16


Un  largo  gemido  surgió  de  mis  labios  mientras  mis  ojos  se pusieron en blanco por el placer. Paula me estaba montando como una vaquera enloquecida.

martes, 25 de febrero de 2014

Capitulo:15


 No puedo hacer esto. No puedo mirar a Peter de nuevo, y menos quedarme en el autobús con él. Voy a ceder y perder la apuesta.

Capitulo: 14



Solo podía empujar la comida alrededor del plato después de que Peter se negó a sentarse en mi mesa. Traté de razonar que no era, realmente, un desprecio hacia mi.
 Tal vez necesitaba un poco de espacio después de la excavación d

jueves, 20 de febrero de 2014

Capitulo: 13

:(

No podía soportar estar con Lali un minuto más. Su sola presencia había enviado diminutas grietas por mi muro cuidadosamente construido de emociones. Ella estaba llegando a mi tan rápido y tan pronto.

Capitulo: 12




Deliciosa calidez serpenteó contra mí y cortó a través de los niveles  de  mi  subconsciente.  No  intenté  pelear  para despertarme  de  este  sueño  exquisito.  Después  de  todo,  yo había  ido  a  la  cama  solo,  ¿no?

martes, 18 de febrero de 2014

Capitulo:11


—Y eso es triste porque a pesar de algunos de tus fallos, realmente vale la conocerte y preocuparse por ti. 

Peter parpadeó un par de veces por mis palabras mientras pasaba el pulgar por mi pómulo. Se inclinó, y justo cuando tomaba aliento porque pensé que iba a besarme, plantó un tierno beso en mi mejilla. 

Capitulo: 10


Cuando  me  encierro  en  el  sucio  cuarto  de  baño  lucho  para mantener  mis  emociones  bajo  control.  Me  sentí  como  si estuviera  en  un  carrusel  defectuoso.  En  un  minuto  Peter  está mostrando interés en

Capitulo: 9


Me  incliné  cerca  de  ella.  Mi respiración acariciando el lóbulo de su oreja, y tembló. 
—Así  que  me  pusiste  caliente  y  duro.  ¿Vas  a  dejarme  ahora  tan insatisfecho?

Capitulo: 8



¿Qué demonios estaba  mal conmigo? ¿Por qué me importaba una mierda  sobre  Lali actuando con Poli? Quiero decir, ella dejó bastante claro que no iba a darnos la hora del día a ninguno de nosotros. 

lunes, 17 de febrero de 2014

Capitulo:7



Tan pronto como bajé los escalones del autobús, le marqué a mi mamá. Contestó al segundo timbre. 
—Hola cariño.

Capitulo: 6



Para mi horror absoluto, me caí a horcajadas sobre Peter.
Cuando llamé su atención, él sonrió y me guiñó un ojo. Mi cara enrojeció.

domingo, 16 de febrero de 2014

Capitulo:5



Vaya. ¿Cómo podría estar teniendo una reacción hacia él? ¡Era un idiota egocéntrico!

Capitulo:4


—Sí, pero no como lo imaginas.
—Ya veremos —murmuró él antes de darme un guiño.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Capitulo: 3



-Estás loca? —explotó Jaime en mi oído. Su voz se alzó una  octava  desde  que  había  tomado  el  teléfono  de Nicolas e informado sobre la apuesta. Me alejé de los chicos regresando a la habitación de donde había huido hace no menos de veinte minutos.

jueves, 6 de febrero de 2014

Capitulo 2

VOLVIII¡¡¡



—¿Quién diablos es Jaime? 
Mi corazón se estremeció un poco, y traté de calmar la picazón de miedo en mi cuerpo.

 —¿Mis hermanos no te metieron en esto? 
—No, nena, no lo creo.
—Oh Dios —me lamenté, llevando mi mano sobre mis ojos.
—¿Así que me estás diciendo que no te colaste en mi cama a propósito? 
Quité mi mano y lo miré a los ojos. 
—¡Por supuesto que no! Ni siquiera te conozco. 
—Bueno, dame la oportunidad de llegar a conocerte mejor.  —Se presionó en  mí  otra  vez,  y  por  un  breve  instante,  luché  contra  el  deseo  recorriendo  mi cuerpo. Después de todo, nunca había besado a un extraño o estado en la cama de un extraño. Yo nunca había estado en la cama de un novio. Mi experiencia con los chicos era prácticamente inexistente.
—No, me tengo que ir —murmuré contra sus labios urgentes.
—No tienes que luchar. Te prometo que no voy a pensar mal de ti en el futuro. Y te haré sentir tan jodidamente bien, que no pensarás mal de ti tampoco, Ángel.
Cuando fue muy claro que no me iba a dejar, mi deseo quedó rociado con ira. ¿Quién demonios se creía sujetándome abajo y tratando de llegar a conocermemejor? Sacando toda la fuerza que pude reunir, llevé mi rodilla contra su ingle.
—¡Joder! —gimió, rodando fuera de mí.
Aprovechando la oportunidad, me arrastré fuera de la cama. Abrí la puerta del dormitorio y pisé fuerte hacia el pasillo. 
—De acuerdo, chicos ya han tenido su diversión, ¡así que corten la mierda! ¡Será mejor que traigan su lamentable culo ahora mismo! —grité.
Tres pares de piernas colgaban de las literas. Casi al unísono, saltaron al suelo. Tres pares de ojos legañosos, de muy tatuados roqueros en varios estados de desnudez, me miraron con expresiones desconcertadas.
—Oh mierda —murmuré antes de que me lanzara hacia adelante y todo se volviera negro.
Peter:
Abrasador dolor destrozó mi entrepierna, y gemí de dolor. En un momento me había estado besando con un ángel salido del cielo y al siguiente un infernal incendio hizo estragos en mis bolas.
En mi bruma, oí al ángel gritando con su jodida cabeza moviéndose y luego escuché un fuerte golpe. Una vez pude ver bien de nuevo, apreté los dientes y me tambaleé fuera de la cama. Agarré mis adoloridas bolas a través de mis boxers y tropecé con la puerta del dormitorio.
El  ángel  que  se  volvió  una  perra  furiosa,  estaba  hecho  un  ovillo  en  el pasillo. Poli se sentó a su lado, sosteniendo su cabeza en su regazo, mientras que mis otros  compañeros  de  banda,  Nicolas  y  Vico,  se  arrodillaban,  mirándola  con asombroso silencioso.
Cuando Nicolas  me  vio en  la  puerta, entrecerró  sus  ojos  oscuros. Él se levantó  y  dio  un  paso  hacia  mí,  apretando  la  mandíbula  ajustadamente.  Su musculosa forma de 1.86 podría haber sido amenazante si yo no le conociera como lo totalmente tierno que era.
—Amigo, ¿qué carajo está pasando? 
Alcé las manos. 
—¿Cómo diablos voy a saberlo? Me desperté encontrándola en mí cama ¡y luego me clavó las bolas!
Poli sacudió su morena cabeza peluda y soltó una risita.
—Tienes que trabajar en tu juego, hombre.
Le di la vuelta antes de moler el sueño de mis ojos con los puños.
—Pensé que era Paula, quiero decir, ella siempre se cuela en mi cama en las paradas de la gira. Pero la chica estaba diciendo algo sobre un tipo llamado Jaime y sus hermanos poniéndome en mi lugar.
—Eso tiene total sentido. Quiero decir, ¿qué dulce chica, puritana como esta va a estar recibiéndote en tu cama? —comentó Vico, sus ojos azules brillando con diversión mientras hacía girar el pequeño diamante en su oreja.
Todos miramos a la chica. No, definitivamente no era material de groupie como Paula. Me recordaba a la esposa de Nicolas, Eugenia. Ellos habían sido novios desde la secundaria, y de alguna manera su relación había sobrevivido a los últimos ocho  años  de  locura  mientras  nuestra  banda  se  trasladaba  desde  el  garaje  a  los principales escenarios del país.
Rascándose la oscura barba en la barbilla, Poli sonrió con malicia.
—Hmm, con el vestido veraniego y la diadema, ella luce como del tipo de Sookie Stackhouse de True Blood. Pura pero sexy como el infierno.
Vico arrugó la nariz y sacudió la sucia cabeza rubia. 
—Oh diablos no. ¡Ella es cien veces más caliente en la cara que Sookie!     —Hizo un gesto al escote del ángel—. Y maldita sea, miren esos pechos.
Nicolas gruñó de frustración. 
—Chicos,  ¡podrían  dejar de  pensar  con  sus  penes durante  un  minuto,  y centrarse en el hecho de que tenemos a una pobre y desamparada chica desmayada en el suelo! 
—Has  estado  casado  por  mucho  tiempo,  Nic  —murmuré,  sin  dejar  de disfrutar de las características de la rubia. Se había sentido como el cielo presionada contra mí. Bueno, hasta que ella bloqueó mi polla dolorosamente.
Ante  su  gemido,  todos  saltamos  hacia  atrás  como  si  hubiéramos  sido sorprendidos  haciendo  algo  que  no  deberíamos  hacer.  Ella  parpadeó  un  par  de veces, llevando su mano a su frente. Sus cejas se fruncieron mientras frotaba sus dedos  en  su  cabello.  Luego  sus  ojos  se  abrieron,  y  ella  levantó  la mirada  hacia nosotros. Su cara se arrugó con la mortificación. 
—Oh Dios, no fue una pesadilla. 
Poli se echó a reír.
—Sabes,  las  chicas  están  generalmente  mucho  más  emocionadas  sobre conocernos de lo que tú lo estás.
Sus ojos azules se agrandaron. 
—Oh, lo siento si soné grosera. No quise decirlo de la forma en que salió.
Crucé los brazos sobre mi pecho.
—Clavarme en las bolas fue grosero, nena.
Ella inclinó la cabeza hacia un lado y me dio una mirada de muerte antes de tirarse a sí misma en una posición sentada.
—No dejarías de molestarme. ¿Qué otra cosa se supone que debía hacer? —espetó.
Nico se erizó mientras cerraba la brecha entre nosotros. 
—De  alguna  manera  te  las  arreglaste  para  dejar  ese  dato  fuera  de  tu historia. 
AJle tendió la mano.
—Vamos, Sookie, te llevaré arriba de ese sucio piso.
Ella le lanzó una mirada de perplejidad.
—Pero mi nombre no es Sookie. Es Mariana, bueno, Lali. 
Una vez que Poli tiró de ella, cayó sobre su pecho, tratando de no perder el equilibrio. Puse los ojos cuando el pareció estar disfrutando un poco demasiado de ella presionada contra él mientras sus manos agarraban con los puños su camisa para mantener el equilibrio.



Nico debe haberse  dado  cuenta también porque tomó a Lali por el brazo.
—Ven aquí y siéntate. —Hizo un gesto hacia una de las sillas del capitán.
—¿Te divertiste sintiéndola imbécil? —le susurré a Poli.
Sonrió.
—Ha sido un pedacito de cielo justo aquí.  —Cerró los ojos y extendió su mano a su corazón—. Diablos linda, esas tetas se sienten increíbles. Me gustaría metértelo hasta que estés gritando.
Lali se congeló en frente de nosotros. Ella se apartó de Nicolas y se dio la vuelta. 
—¡Ni te lo pienses sucio!
Los ojos de Poli se abrieron, y sus cejas se alzaron en estado de shock.
—¿Cómo diablos sabes español?
—Mis padres eran misioneros. Pasé la mayor parte de mis primeros años en el extranjero, México, América Central y Brasil. Mi portugués no es tan bueno como mi español sin embargo. —Ella inclinó la cabeza ante Poli—. ¡Pendejo!
—¡Ja! ¡Soy un imbécil por decir eso! —Él se echó a reír—. Mis disculpas, Sookie, quiero decir, Lali.—Luego extendió una de sus manos—. Soy Pablo. Pablo Martiez,  también  conocido  como  Poli,  el  extraordinario  baterista  de Runaway Train y tu potencial latin lover.
Lali sonrió mientras se acercaba para estrecharle la mano.
—Lali Esposito.
Los oscuros ojos de Poli se agrandaron. 
—No jodas, ¿Esposito, como Parroquia Esposito en True Blood? ¡Ves, podrías totalmente ser Sookie
—Todo un hombre encantador, ¿no es así Poli?—preguntó Lali con una risita.
—Lo que sea por ti, mi amor. Quiero decir, ¿sabes lo jodidamente bueno que es escuchar un fluido español viniendo de un par de labios como los tuyos?   
—Sus ojos rodaron hacia atrás en su cabeza de placer.
—No, pero estoy segura de que vas a elaborarlo para mí, ¿no?
No pude evitar reírme. Cuanto más hablaba Lali/Ángel del Infierno, más comenzaba a comprenderla. Ella no se impresionaba por estrellas como nosotros, y ella le dio un testimonio de eso tan bueno como pudo conseguir, a mis adoloridas bolas.
Vico dio un paso adelante y le ofreció su mano a Lali. 
—Soy Victorio  d'alessandro, bajista y si estás en busca de un hombre de verdad, una opción mucho mejor que ese idiota. —Él señaló con el pulgar a PABLO.
Pablo se llevó a los labios la mano de Lali.
—Solo recuerda. Los hombres latinos son los mejores. 
—Voy a tratar de recordar eso —murmuró. Mientras ella retiraba su mano de la de PABLO, la llevó a su cabeza.
—Uf, ¿por qué estoy todavía tan mareada? 
Poli se zambulló en el refrigerador por una botella de agua y se la dio a Lali mientras Nicolas se arrodillaba a su lado.
—¿Tal vez pon tu cabeza entre tus rodillas? —sugirió, en una voz tranquila y relajante. Al mismo tiempo, Vico arrebató una toalla de papel y corrió bajo el grifo antes de entregárselo a Lali.
Miré  a  mí  alrededor  a  mis  compañeros  de  banda  con  una  mezcla  de incredulidad. Fueron cayendo todos sobre sí mismos para impresionar a Lali con sus consideraciones. Eso nunca, nunca sucedió con una mujer en el autobús. Las chicas estaban allí para sorprendernos e impresionarnos con sus talentos sexuales.
Tan pronto como terminaban, eran enviadas fuera del autobús sin ceremoniasBueno, supongo que los motivos de Nicolas eran diferentes. Él era la figura del padre y cuidador de la banda, además de ser el padre de Jude de cuatro años y Melody  de  ocho  meses.  Y a pesar de las  tetas  y los culos  tirados  en  su cara las veinticuatro horas de los siete días, se mantenía fiel a su esposa. Aunque yo le daba una mierda sobre eso, realmente lo admiro por ser leal.
Lali dio un suspiro irregular. 
—Estoy bien. Realmente, no tienen que preocuparse por mí. —Se alisó el cabello  hacia  atrás  y  se  limpió  unas  motas  de  polvo  de  su  vestido—.  Soy hipoglucémica así  que a veces  me desmayo cuando  no como... que  junto con la adrenalina de estar en la cama de un extraño y verlos a todos en lugar de a mis hermanos me hizo desmayarme. 
Después de tomar  un indeciso sorbo de agua, Lali  acarició sus mejillas hacia abajo con la toalla de papel. Cuando levantó la vista, se encontró con todos mirándola. 
—Así que, uhm,  supongo que  se estarán preguntando  cómo acabé aquí, ¿eh?
Nicolas hizo un gesto al pase autorizado situado en su amplio escote. 
—Voy  a  tomar  una  salvaje  conjetura  y  decir  que  tienes  el  autobús equivocado.
Lali asintió.  A continuación, se lanzó  a una historia acerca de por qué estaba incluso en Rock Nation. Cuando explicó sobre el roadie y Jacob’s ladder, exhalé una respiración.
—Pensó que me estabas buscando.
—¿Eh ? —preguntó.
―Soy  Peter Lanzani(Jake  Slater nombre del personaje).  Es  probable  que  no  te    prestara  mucha  atención, ¿verdad?  --Ella asintió con la cabeza-Quiero decir, Jake Slater y Jacob’s Ladder juntos de corrido suenan un poco similares si el imbécil ni siquiera oyó nada más allá de la J él solo supuso que venías a verme. 
Las cejas de Lali se dispararon. 
—¿Y a menudo tienes chicas al azar llegando a tu autobús con equipaje y un estuche de guitarra? —respondió ella.
La sonrisa que le di causó manchas de color rosa en las mejillas de Lali. 
—No importa —murmuró, mirando lejos de mí.
El  sonido  de  su  teléfono  vibrando  en  la  mesa  nos  interrumpió.  Ella  lo agarró frenéticamente y se lo llevó a la oreja. 
—¡Jaime, oh Dios mío, es tan bueno saber de ti! 
La voz en la otra línea habló frenéticamente. Ella negó con la cabeza. 
—No, no, no he huido de la gira. Es que... Yo, uhm, me subí al autobús equivocado.
Ante su respuesta, su rostro se ensombreció por la furia.
—¿En  serio?  Bueno,  tal  vez  uno  de  ustedes,  imbéciles,  ¡debería  haber venido a encontrarme! —Con sus siguientes palabras, farfulló indignada—: ¡No me reprendas sobre maldiciones! ¡Soy una mujer adulta, y voy a decir lo que quiera! No puedo creer que me tengas en el altavoz.Leon, si no dejas de reírte, ¡voy a sacar la  mierda  de ti  en el  momento en  que  te vea!  ¡Y si  piensas  que no  puedo,  solo recuerda Costa Rica!
No  pude  evitar  reírme  de  su  ardiente  personalidad.  Los  otros  chicos  se divertían por igual con sus arranques frente a nosotros.
—¿Cómo sucedió esto? Había más de un centenar de autobuses ahí afuera, Jaime. Cuando pregunte por Jacob’s Ladder, pensaron que quería decir Peter(Jake Slater). 
La voz de Jaime gritó del otro lado tan fuerte que todos pudimos oír:
—¡¡¡¿Estás en autobús de Runaway Train?!!!
—Sí —respondió ella. Ante su siguiente respuesta, ella soltó un bufido—. Bueno, solo he conseguido hacerlo con el baterista y el bajista hasta el momento, pero estoy pensando que podría conseguir un trío e ir y golpear a los otros. ¡Tal vez haga un gang bang con los roadies cuando paremos para la cena!
Vico hizo un ruido ahogado en su garganta mientras Poli murmuraba: 
—No me jodas —en voz baja. Incluso yo no pude detener mi bajo vientre de agitarse ante su imaginativa sugerencia.
Ella puso los ojos en blanco. 
—Jaime, ¿podrías darme un poco de crédito? He mantenido mi virginidad durante tanto tiempo. Creo que la voy a mantener por un tiempo.
Todos  nosotros  intercambiamos  miradas  salvajes.  Vico  tiró  con  tanta fuerza de su diamante que se le salió de la oreja y cayó al suelo. Poli buscó la cerveza junto a él y la vació en un largo engullen, su pecho subiendo y bajando con fuerza mientras miraba a Lali. Incluso Nicolas parecía traumatizado por su declaración.
Todos nosotros teníamos que estar pensando lo mismo. ¿Cómo era posible que una chica tan caliente como la que estaba frente a nosotros sea… virgen?
Lali se dio la vuelta y vio nuestras expresiones. Un rubor entró en sus mejillas, y ella bajó la cabeza.
Se dejó caer en su silla y hundió la cabeza entre sus rodillas. 
—No  puedo  creer  que  haya  admitido  eso  en  una  habitación  llena  de hombres —susurró. 
Cuando Jaime dijo algo más, su voz se quebró por la emoción. 
—Mira,  solo  necesito  saber  cómo  vamos  a  arreglar  esto.  —Después  de sollozar durante unos segundos, levantó su cabeza y escaneó nuestros rostros—. Sí, un segundo. —Le pasó el teléfono a Nicolas—. Él quiere saber el horario de su gira, así voy a ser capaz de bajar del autobús y subirme a un avión tan pronto como sea posible.
Él  asintió  con  la  cabeza  mientras  tomaba  el  teléfono  y  se  alejaba  de nosotros. 
—Oye Jaime, soy Nicolas Riera, y no te preocupes, hombre, voy a cuidar bien de Lali hasta que podamos llevarla de vuelta con ustedes. —Él se echó hacia  atrás  como  si  hubiera  sido  sorprendido—.  Eso  no  fue  lo  que  quise  decir. Además,  soy  un  hombre  casado.  Ahora  aquí  es  donde  estamos...  —Su  voz  se desvaneció mientras caminaba por el pasillo.
Vico palmeó la espalda de Lali tranquilizadoramente. 
—Oye, no te preocupes. Todo va a estar bien.
Con la cabeza entre sus manos, murmuró:
—Gracias. Espero que sí.
Apartando  a  Vico  fuera  del  camino,  me  arrodillé  al  lado  de  Lali.
Tomando su barbilla en mis manos, saqué su cabeza para mirarla a los ojos.
—No te preocupes, Ángel. Tu hermano y Nico lo arreglarán. Te prometo que te pondremos de vuelta en tu pequeño mundo civilizado, tan pronto como sea posible y antes de que puedas quedar demasiado traumatizada por estar en nuestra presencia.
Ella golpeó mi mano.
—¿Qué quieres decir con civilizado? 
Me encogí de hombros.
—Solo quise decir que es obvio que estás acostumbrada a un cierto estilo de vida. 
Sus  rubias  cejas  se  dispararon  hasta  que  pensé  que  podrían  llegar  a  su diadema blanca.
—¿Estás insinuando que soy una mocosa mimada que está acostumbrada a que todo el mundo haga una reverencia a cada uno de sus caprichos?
—Tal vez
Lali entrecerró los ojos en mí.
—Mis  padres eran misioneros.  ¿Por lo menos  entiendes  lo  que  significa eso?
Una sonrisa curvó mis labios.
—Yo sé todo acerca de la posición del misionero, Ángel. De hecho, creo que yo estaba tratando de que te familiarizaras con ella antes cuando bloqueaste mi polla.
—¡Eres seriamente asqueroso! —gritó impulsándose fuera de la silla. Casi se vino abajo sobre mí antes de que pudiera ponerse de pie. Empujó su dedo en mi pecho—.  Voy  a  tener  que  hacerte  saber  que  no  soy  una  diva  que  no  puede sobrevivir sin alguien que me cuide. Las vidas de los misioneros y sus familias son muy simplistas, así que confía en mí cuando digo que he visto un montón de dura mierda.  Sí,  vivimos  en  grandes  ciudades  como  Río  en  Brasil  y  Guadalajara  en México,  pero  también  hemos  recorrido  a  través  de  las  selvas  y  pasado  días  sin duchas y menos teléfonos celulares y Wi-Fi. ¡Así que puedo asegurarte que no hay nada que tú y tu banda de felices malhechores puedan hacer para asustarme!
Puse los ojos.
—Oh,  por  favor.  Jodidamente  te desmayaste al ver  a  los  chicos,  por  no hablar de que te volviste loca y pusiste todas tus bragas de encaje en una torcedura cuando te besé.
—¿Estás  tratando  de  decir  que  yo  no  podría  lograrlo  en  este  autobús?            —respondió ella.
Incliné mi cabeza hacia ella.
—Vamos, Ángel. Podrías morir mil muertes si aún tuvieras que pasar una noche aquí con nosotros y nuestros impulsos furiosos, sexo, lenguaje atroz y malos modales en la mesa.
—Pareces  olvidar  que  tengo  tres  hermanos  mayores.  Estoy  muy familiarizado con los chicos revoltosos.
Cruzando los brazos sobre mi pecho, sonreí hacia ella. 
—¿Estás diciendo que si tuvieras la oportunidad de bajarte del autobús en las próximas horas, no lo harías?
Ella avanzó hacia adelante, de pie cara a cara conmigo.
—¿Me estás diciendo que no tengo el coraje para quedarme?
—Sí, lo hago.
Poli levantó las manos.
—Caray, ¿qué jodidos creen que están haciendo?
—¿Cuáles  son  las  condiciones  para  que  me  pruebe  ante  ti?  —preguntó Lali.
Sin pensarlo, espeté: 
—Una semana en el autobús. 
Su resistente —como clavos— voluntad flaqueó un poco. 
—¿Una semana? —chilló, con la voz quebrada.
Vico trató de empujarnos aparte. 
―Bueno, eso es realmente divertido, pero ustedes dos pueden parar ahora —argumentó.
Cuando ninguno de los dos nos echamos atrás, dijo:
—Permítanme  recordarles  que  Lali  tiene  una  gira  a  la  cual  unirse,  y tenemos una también. Nadie tiene que demostrarle nada a nadie, ¿de acuerdo?
Aparté mi mirada de Lali para mirarlo. 
—Esto no es nada contigo, hombre. Esto es entre Ángel y yo.
—Es Lali —gruñó.
Arqueé las cejas hacia ella. 
—Entonces, ¿qué va a ser, Ángel?
Furia destelló en sus ojos azules antes de que se diera la vuelta. Ella pisoteó juntó a Nicolas y le arrebató el teléfono. 

—Jaime, ha habido un cambio de planes.
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Chicas no podia subir porque estaban mis primos y mis tios y no podia dejar sola a mi primita porque se aburriria y ademas el media fire no me funcionaba, me gustaria que poder subirles mas cap hoy pero estoy un poco bajon y no estoy de animos

Gracias por leer y aguantarme :3