Capitulo: 21

Lali

Estaba temblando de pies a cabeza después de entrar de nuevo en la casa tras gritarle a Gaston.

En el momento en que Rochi me dijo lo que Gaston había dicho más temprano, pensé que iba a vomitar. Todo tenía sentido ahora. Me preguntaba por qué Rochi había estado bailando tan provocativamente con un par de tipos. Me había dado cuenta de que Gaston la había mirado varias veces, pero si hubiera sabido lo que dijo…

Oh. Dios. Mío… ¡Era un cretino! Estaba enojada conmigo, también. Si no hubiera cometido tal error y no le hubiera dicho a Gaston que Rochi seguía siendo virgen, nunca le habría dicho nada a ella.

Luego lo veo salir de su dormitorio con la prostituta con la que había estado toda la noche. No lo podía creer. Si él hacía ese tipo de mierda en cada fiesta, tal vez era mejor que esta fuera nuestra primera y última fiesta.

Tuve que parar para recomponerme. No sólo estaba enojada con Gaston, sino también con esa puta, Paula, que había estado colgándose por todas partes a Peter cuando entramos en la sala de estar. Parecía como si Peter estuviera tratando de empujarla, pero… si mi propio hermano podía hacerlo… Me dieron un vaso de agua y me lo bebí rápidamente. Me sentía mal del estómago. Rochi estaba sentada en el sofá, perdida en sus pensamientos.

¡Joder!

—Rochi, cariño, vamos a cambiarnos y acostarnos. No me siento muy bien —dije mientras me paraba delante de ella.

—De ninguna jodida manera voy a dormir en su cama, Lali. No. Prefiero caminar a casa si tengo que hacerlo. No… no después de lo que hizo allí con esa puta. ¿Viste la sonrisa que me dirigió cuando salió de su habitación? ¿La viste? Quiero decir… Oh, Dios mío… Realmente se regodeaba de todo esto. ¡Justo en mi jodida cara!

Rochi se llevó la mano a la boca. Mierda… Creí que estaba a punto de vomitar. Lo siguiente que supe era que volaba por el pasillo hacia el cuarto de baño de Gaston. En ese momento, Peter entró con Gaston. Ambos la vieron correr por el pasillo.

—¿Qué sucede? —preguntó Peter mientras entraba.

—Rochi está a punto de vomitar. ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¿Tienes una toalla que pueda mojar para llevársela? —le pregunté a Peter cuando me di vuelta y lo vi caminar hacia la cocina. Ya estaba caminando hacia el fregadero con una toalla pequeña y mojándola con agua tibia. Dios mío… ese chico era demasiado. Todo lo que hacía provacaba que mi corazón dejara de latir. Me acerqué y puse a su lado. Me dio un golpe en el brazo con su hombro.

—Realmente eres increíble, ¿lo sabes? —dije con una sonrisa. Peter me sonrió y pasó la toalla. En ese momento, oí a Rochi gritar.

—¡No me toques! ¡No. Me. Toques! ¡Aléjate de mí, maldito idiota!

—¡Mierda! —dijimos Peter y yo al tiempo que corríamos hacia el cuarto de baño. Gaston estaba de pie en el baño, sosteniendo una toalla para Rochi, tratando de mantener su cabello hacia atrás. Lucía como si estuviera en estado de shock.

Rochi estaba vomitando bastante, y cuando no lo hacía, le gritaba a Gaston que la dejara sola.

Me acerqué y saqué el pelo Rochi de las manos de Gaston. Gaston sólo dio un paso atrás.

—Peter, por favor, sácalo de aquí. Sólo está empeorando las cosas.

Peter asintió y sacó a Gaston del baño, llevándolo hacia el dormitorio.

Rochi seguía diciendo—: Oh. Dios. Mío… ¡Oh, Dios mío! —Una y otra vez. No estaba segura de si era por la idea de ver a Gaston salir de su habitación con otra chica o si era el alcohol que la ponía tan enferma. Probablemente ambas cosas.

Una vez que parecía que ya no podía vomitar, se echó hacia atrás y se apoyó contra la pared. Lágrimas se derramaban de sus ojos.

Se echó a reír. —Oh, joder, ese hijo de puta… ¿cómo pude ser tan estúpida? ¿Qué me hizo pensar que alguna vez estaría interesado en mí, La? ¡Fui tan estúpida, joder! —gritó Rochi.

Me agaché y le puse el pelo detrás de las orejas. —Deja de llorar, Rochi. ¿Qué diría tu madre si te viera en este momento? Estaría cabreada y probablemente te estaría diciendo alguna estúpida cita de Katharine Hepburn. Contrólate… Eres una mujer hermosa, joven e inteligente. Vamos… Vamos a llevarte a la cama. Ya verás, por la mañana te sentirás mucho mejor, dulzura.

Rochi se puso de pie y la ayudé a cruzar el pasillo hacia la habitación de Peter. Era la tercera vez que estaba en su habitación. Bueno, en realidad, la segunda vez estando plenamente en su habitación. ¡Todavía no podía creer que estuviera así de limpia!

Ayudé a Rochi a sacarse los zapatos y la camisa. Se sacó la camisa por encima de la cabeza y se metió bajo las sábanas. En serio, tan pronto como su cabeza estuvo en la almohada, se durmió.

Recogí la ropa y la dejé sobre una silla. Me acerqué al armario de Peter y miré las pocas fotos que tenía. Una imagen era de una pareja de ancianos. Se veían tan felices y enamorados. Apostaba a que eran sus abuelos. También había una foto de una familia. Un hombre joven y guapo, con uniforme militar, y una chica muy hermosa; debía estar en sus veintintantos o a principio de sus treinta, junto con un chico más que lindo. Debían ser Peter y sus padres. Sonreí ante la sonrisa torcida que tenía en ese entonces. Había otras fotos, pero sólo de la mujer. Era realmente hermosa. Tenía el pelo castaño hasta los hombros y unos hermosos ojos verdes. Peter había heredado su sonrisa.

Miré de nuevo a Rochi, que estaba profundamente dormida. Supuse que debería ir a limpiar el baño. Entré en la sala y me detuve cuando escuché a Gaston y Peter hablar. No debería haberlo hecho, pero puse mi cabeza en la puerta para poder oírlos.

—Gas, hombre, ¿cómo diablos terminaste acostándote con la puta de Kika? Ni siquiera la soportas —escuché a Peter tratando de susurrar.

—¡No lo sé, ¿de acuerdo?! Había bebido demasiado y ella seguía acercándose a mí, joder. El ver a Rocio prácticamente follando con cada maldito tipo con el que bailaba… No. Lo. Sé. Sólo me rompí. Estoy bastante seguro que no puedo tener a Rochi. Kika seguía insinuándose y supongo que sólo me rendí.

No podía creer lo que oía. Mi propio hermano… En todo lo que podía pensar era en cómo Pablo dijo casi exactamente lo mismo. Tal vez mi madre tenía razón… Todos los hombres sólo quieren una cosa.

No… no Gaston… No iba a creer que lo había hecho a propósito. Tenía que explicarme por qué acababa de romper el corazón de mi mejor amiga.

—¿Sólo te rendiste? Eso es mentira, y lo sabes. Estabas enojado con Rochi antes de que llegara, Gas. Lo hiciste a propósito, amigo. Puedes no darte cuenta de que lo hiciste a propósito, pero fue así. Invitaste a Kika aquí sabiendo que iba a estar colgada a ti toda la noche. Puede que no hayas tenido planeado dormir con ella, pero lo hiciste. Estabas tratando de alejar a Rochi, Gas, y creo que tuviste éxito por cómo acabo de oírla gritar en el baño.

—¿Crees que no lo sé? Me mató cuando me gritó que no la tocara, joder. Sabiendo que soy el que causó este… Oh, Dios… Me está destrozando por dentro, Peter. No soy mejor que ese hijo de puta que lastimó a Lali. Y lo peor de todo… no sólo perjudiqué a Rochi, sino también a Lali. Oh, Dios. ¿Has visto cómo me miraba, Pitt? La cagué con Lali a lo grande.

—Amigo, la jodiste con Rochi a lo grande, también. Sabes que a la chica le gustas… ¿Qué pasa contigo? ¿Es que ella no te gusta? —le preguntó Peter a Gaston.

—No sé lo que siento por Rochi. Me pone tan loco, todo el maldito tiempo. Me ha tenido así por lo menos los últimos cinco años. ¡Joder! —gritó Gaston tan fuerte que me hizo saltar, y mi codo golpeó la puerta.

—Adelante —oí decir a Gaston.

¡Maldición! Mierda. Poco a poco, abrí la puerta y vi a Gaston y a Peter sentados en el extremo de la cama de Gaston. Miré la cama y era un desastre. Al instante me sentí mal del estómago, sabiendo lo que había pasado allí no hacía mucho tiempo. Me llevé las manos a la boca en un acto de reflejo. Peter se levantó de un salto y corrió hacia mí.

—Lali, ¿qué sucede, cariño? ¿Estás enferma? ¿Necesitas vomitar? —me preguntó Peter mientras se inclinaba para mirarme a la cara. Negué con la cabeza y lentamente alejé la mano de mi boca. Sólo la sensación de las manos de Peter en mis hombros calmó mis nervios. Miré por encima del hombro de Peter, y vi a Gaston sentado allí, mirándome.

Oh, Jesús… Había lágrimas corriendo por su rostro.

Mi primer instinto fue correr hacia él. Nunca en mi vida lo había visto llorar. Le eché un vistazo a Peter, que seguía mirándome con preocupación en los ojos. Di un paso atrás para salir de su abrazo. Gaston comenzó a ponerse de pie y caminar hacia mí.

—¡No! Simplemente… No, Gaston. Lo que hiciste esta noche fue… fue… No quiero ni pensar en eso. Sólo quería hacerle saber a Peter que Rochi ya se durmió. ¿Necesitas que te traiga algo? Podría sacarlo por ti —dije mientras apartaba la vista de Gaston y miraba de nuevo a Peter.

—Eh, no, está bien, voy a usar un par de pantalones de Gas. —Peter se volvió para mirar a Gaston y luego a mí. Me condujo fuera de la habitación y se acercó a mí—. ¿Rochi está bien, La? ¿Qué le hizo mal? ¿Bebió demasiada cerveza? Porque me sentiría bastante mal si eso es lo que le hizo mal —dijo Peter con la mirada más preocupada en su rostro.

Jesús, cada vez que pienso que no puede ser mejor… va y hace o dice algo que sólo lo hace mucho mejor. El calor de su cuerpo y aliento en mi rostro causó al instante un dolor entre mis piernas. Sacudí la cabeza para aclarar mis descarriados pensamientos.

—No, Peter, no creo que haya sido la cerveza. Creo que fue ver a Gaston salir de su dormitorio, poniéndose la camisa mientras esa puta le miraba con una jodida sonrisa triunfante en el rostro. Eso fue lo que le hizo mal —dije, lo suficientemente alto como para que Gaston escuchara. Peter sólo cerró sus ojos.

»Voy a ir a limpiar el baño y luego me iré a dormir. Muchas gracias por la fiesta, Peter. La disfruté… la mayor parte del tiempo, de todos modos.

—Lali, deja el baño así, cariño, está bien. Gas y yo siempre hacemos que una empresa de limpieza venga y limpie la casa luego de una fiesta… Sólo ve a dormir. Por favor —dijo Peter, siguiéndome hasta el baño.

—Vale… Estoy agotada, de todos modos. Buenas noches y gracias de nuevo por permitirnos utilizar tu habitación. Realmente lo aprecio. —Me incliné y le di a Peter un beso en la mejilla. Él sonrió de oreja a oreja, lo que hizo que mi corazón dejara de latir.

Ni siquiera me molesté en decirle buenas noches a Gaston. Volví a la habitación de Peter. Sólo quería salir de esa ropa y dormir. Mi cabeza me estaba matando por toda la cerveza que había bebido. Dios, sólo quería esa noche terminara de una vez. Recordé haber visto una camiseta en el baño cuando estaba allí antes. Entré y la vi sobre la bañera. Me saqué la falda y la camisa, y me pasé la camiseta por encima de la cabeza.

Oh, joder… Olía como a Peter. Mmh. Inspiré con fuerza y hundí el rostro en la camisa. Sí. ¡Iba a dormir bien esa noche!

Me metí en la cama al lado de Rochi. Estaba roncando. Hombre… iba a lamentarlo mañana cuando se despertara. ¡Tal vez ni siquiera recordaría que Gaston se acostó con la puta de Kika! Oh, ojalá fuera así.

Dios… todo a mí alrededor olía como Peter; la almohada, las sábanas… Mmh… Podría dormirme así cada maldito día. Envuelta en su olor. Lo último que recordé antes de quedarme dormida fue estar bailando con Peter mientras cantaba en mi oído. Realmente tenía una voz hermosa.

Parecía que acababa de cerrar los ojos cuando escuché a Rochi hablando por teléfono. Abrí los ojos y me incorporé, bostezando. Por lo que pude escuchar, Rochi hablaba con sus padres. Estaba bien. Sí, la fiesta fue súper divertida, sí, fue sólo para nosotras dos, Gaston y Peter… dormimos en la habitación de Peter… Después de unos segundos, finalmente se despidió y colgó.

—¡Buenos día, cariño! ¿Has dormido bien? —dijo Rochi mientras salía de la cama. Diablos, no. Tiene que estar sintiendo algo, por todo lo santo. ¡Yo sí que me sentía mal y ni siquiera había bebido tanto como ella!

En ese momento, todos los recuerdos de la noche anterior empezaron a llegar. Gaston, lo que dijo acerca de su virginidad, y durmiendo con esa chica Kika.

—Buenos días, Rochi. ¿Seguro que estás bien? ¿Cómo te sientes? —le pregunté mientras la veía caminar hacia el baño de Peter. Oí la llave siendo abierta y su risa. Me levanté para entrar y ver lo que encontraba tan gracioso.

—¿Qué es tan divertido? —pregunté mientras miraba el mostrador.

—Esto… es divertido. —Rochi señaló mi falda y camisa, que estaban tiradas en el suelo del baño—. Nunca pensé que iba a ver tu ropa tirada en el suelo del baño de unos chicos calientes… O a ti vestida con la camisa de un chico caliente. Caliente, La... ¡muy caliente! —dijo Rochi mientras empujaba mi hombro con la mano.

Dejé escapar una pequeña risa y me agaché para recoger mi ropa. —¡Pensé que la había recogido anoche! Dios, estaba agotada. Eh, Rochi, ¿estás bien? Quiero decir, ¿quieres hablar de algo? —le pregunté mientras la veía recogerse el cabello en una cola de caballo.

Soltó su cabello y me miró. Por un breve instante, vi el dolor en sus ojos, pero se había ido tan rápido que me preguntaba si había estado allí en primer lugar. Esbozó una sonrisa y se encogió de hombros.

—No hay nada que hablar, La. Lo hecho, hecho está. Estaba enamorada de un chico que casualmente resulta ser un verdadero idiota.

¡Lo siento, sé que es tu hermano! Si quiere ir por allí, follándose a todas las chicas en el campus… me importa una mierda —dijo Rochi, girándose y saliendo del baño.

De acuerdo… Eso no era lo que esperaba de ella, pero estaba bien.

—Entonces, Rocio, ¿estás totalmente de acuerdo con lo que pasó anoche? ¿No te molesta en lo más mínimo que Gaston se haya acostado con otra chica? —le dije cuando empecé a quitarme la camisa de Peter y a ponerme mi ropa de nuevo.

—Nop… No me molesta en lo más mínimo, Lali. De hecho, Nico me dio su número y me invitó a salir anoche. Lo rechacé, pero… ahora que lo pienso, voy a llamarlo hoy.

Se dio la vuelta, me dio un guiño y se dirigió hacia la puerta del dormitorio. La vi enderezar los hombros y respirar profundamente mientras abría la puerta y se dirigía hacia la sala de estar. Pude oír a Peter y a Gaston hablando tan pronto como abrió la puerta.

Patrañas. Todo era mentira.