Peter
Acabé durmiendo en el sofá anoche, después de que Gas
finalmente se desmayara a las dos y media de la madrugada
. Una vez me senté en
el sofá, todavía podía oler a Lali en las almohadas. Probablemente parecía un
estúpido por la forma en cómo anoche abrazaba una maldita almohada.
Gas se levantó a las seis de la mañana, vestido y listo para
una carrera. No sabía cómo diablos se las arregló, pero lo hizo. Me levanté y
fui a una carrera rápida, antes de volver a hacer algunos de mis panecillos con
granos de arándanos.
Nunca tuve la oportunidad de darle su regalo de graduación a
Lali anoche, así que esperaba hacerlo esta mañana. Creía ciertamente que oí a Rochi
en el teléfono, y luego la escuché a ella y Lali hablando. Gas se había
ausentado durante casi dos horas. Empecé a preguntarme si se quedaba lejos para
evitar a las chicas.
Estúpido bastardo.
En ese momento, se abrió la puerta y Gas entró, luciendo
como si acabaran de golpearlo.
—¿Qué diablos te pasó, hombre?
—Fui por un par de rondas con un amigo del gimnasio. Tengo
que sacar todo el maldito alcohol de mi sistema —dijo Gas, al tomar un agua de
la nevera.
»¿Las chicas todavía están arriba?
Gas se sentó en uno de los taburetes de la barra y comenzó a
beber de su agua. El hombre parecía un desastre.
—Amigo, creo que trabajaste demasiado duro, te ves como la
mierda —dije mientras sacaba los panecillos del horno.
—Vete a la mierda, amigo… ¡No soy el que actúa como la
jodida mujer de Betty Crocker!
—En serio, Gas, ¿te sientes bien hoy, dormiste lo
suficiente? —pregunté al tiempo que le daba una buena mirada. Parecía cansado y
sus ojos lucían como un mar verde muerto.
—Sí, me siento bien. No puedo creer que bebiera tanto
anoche. Nunca bebí de esa puta manera —dijo Gas cuando alargó la mano y agarró
la botella de analgésicos que se hallaba en el mostrador de la cocina.
—¿Te, eh, acuerdas de todo lo que pasó anoche? —Mierda… No
me gustaba hacerlo, pero tenía que preguntar.
Gas me miró y juro que sus ojos se encubrieron con lágrimas.
—Sí amigo, me acuerdo de todo lo que pasó anoche. Créeme, desperté deseando
haber estado lo suficientemente borracho como para no recordarlo.
En ese momento, la puerta de mi dormitorio se abrió y Rochi
salió. Demonios… ella se veía tan bien esta mañana como lo hizo cuando entró
ayer por la tarde. Pude ver a Gas enderezarse.
—¡Buenos días! —anunció Rochi cuando llegó zumbando a la
cocina. ¿Qué demonios? Miré a Gas, que observaba todos sus movimientos.
—¿Hiciste panecillos de arándanos, Peter? ¡Dios mío! ¡No es
de extrañar que Lali esté caliente por ti! —dijo Rochi con una sonrisa.
—¡Rocio! —El sonido de la dulce voz de Lali hizo que mi
estómago hiciera algunos giros. Levanté la vista y mi aliento se atascó en mi
garganta. Se veía hermosa. Me preguntaba si despertaría cada mañana luciendo
jodidamente bien. Me dio una sonrisa tímida. Ahí apareció ese sonrojo… mierda,
sólo quería tomarla en mis brazos y besarla.
—Buenos días, cariño. ¿Dormiste bien? —pregunté mientras le
servía un vaso de jugo de naranja. Se sentó en el taburete junto a Gaston, que seguía viendo cada movimiento de Rochi.
Lali miró a Gas y su sonrisa se desvaneció un poco. Cuando
se giró hacia mí, me dio esa sonrisa que me haría prometerle cualquier cosa en
el mundo.
—Dormí bien, muchas gracias por renunciar a tu habitación
anoche por nosotras.
Gaston cerró los ojos por un segundo. ¿Pensaba decirle a Rochi
y Lali que se sentía apenado?
—Mira, Lali, Peter hizo panecillos de arándanos. ¿No es
dulce? Algunos hombres son así, preocupados… saben cómo las pequeñas cosas
hacen a una mujer tan feliz —dijo Rochi cuando se inclinó sobre el mostrador y
posó su mirada en Gas. Había estado enviando un mensaje de texto directo a
alguien antes.
No me gustaba a donde iba esto.
—Rochi, ¿puedo hablar contigo en privado, por favor?
—preguntó Gas mientras se levantaba.
—Eh, no… —dijo Rochi entretanto cogía un panecillo y
comenzaba a ponerle mantequilla.
Gas se pasó las manos por el rostro, claramente frustrado.
Dejó escapar un fuerte suspiro. —Por favor, realmente necesito hablar contigo…
por favor.
Rochi miró a Gas y juro que si las miradas mataran, Gas
habría estado en el suelo. —Todo lo que tengas que decirme, lo puedes decir
delante de mis amigos. Sabes lo que son, ¿no es así, Gas? Oh, espera… el tipo
de amigos que tú tienes, los jodes en tu habitación durante la fiesta de
graduación de tu hermana.
—Rochi, suficiente, lo único que quiere es hablar contigo
—dijo Lali al mirar entre Rochi y Gas.
Joder, esto no iba terminar bien en lo absoluto.
—No, esto está bien, Lali. Si es así como Rochi quiere
hablar, entonces está bien para mí. Iba a pedir disculpas por mi comentario de
anoche, se que te avergonzó. Fue muy insensible de mí parte traer a colación el
hecho de que sigues siendo virgen y que tu puto restriego a cada chico en la
fiesta podría darles la impresión equivocada —dijo Gas mientras bajaba de golpe
la botella de agua.
Esto era como un jodido choque de trenes que no podía dejar
de ver.
—¡Gaston! ¡Oh, Dios mío! ¿Cómo puedes decirle eso en este
momento, después de lo que le hiciste anoche? —dijo Lali cuando se levantó y se
acercó a Gas.
—¿Qué… qué hice, Lali? Trataba de pedir disculpas y ella
está siendo una perra al respecto —dijo Gas cuando volvió a mirar a Rochi.
Ella seguía allí de pie, con una expresión en blanco en la
cara. —Te acostaste con esa chica, Gaston. Sabías que le iba a doler a Rochi…
sabías que lo haría —dijo Lali, su voz rompiéndose.
—¿Es eso, Rochi? ¿Estás molesta porque me acosté con otra
chica? Porque la última vez que revisé, cariño… no tenía una jodida novia —le
gritó Gas a Rochi.
—No me llames cariño, hijo de puta —dijo Rochi a la vez que
una lágrima comenzaba a rodar por su mejilla.
—Gas, calmémonos por un minuto. Amigo, veo a dónde vas con
esto y lo entiendo, pero…
—¿Qué? —dijo Lali cuando se volvió y me dio una mirada de
muerte.
Oh, joder…
—Entonces, Peter, ¿crees que lo que Gaston le hizo a Rochi
estuvo bien porque no están saliendo? Tú y yo sabemos que tienen sentimientos
el uno por otro —dijo Lali a la vez que ponía las manos en sus caderas.
Mierda, era linda cuando se enfurecía.
—Espera un minuto, Lali; no te vayas encima de mí ahora. Eso
no es lo que iba a decir. Solo decía que es verdad, Rochi y Gas no están
saliendo y realmente podía ver o salir con quien quiera. No estoy excusando lo
que hizo, es sólo… es sólo… —Oh, ¿por qué diablos creo que acabo de meter la
pata? Deja de hablar, Peter.
—¿Puedo, por favor, decir que me importa una mierda lo que
este cabrón haga? Así que, Gas, puedes… joder a quien te dé la real gana porque
tienes razón, no tenemos nada juntos. Nunca lo tuvimos y lo dejaste muy claro
anoche, nunca lo tendremos. Recibí tu mensaje alto y claro —dijo Rochi y se
limpió una lágrima de su cara.
—Mierda, Rochi, por favor, déjame explicarte… No intentaba
hacerte daño anoche. Sólo me enojé y tú coqueteabas y…
Lali no había terminado conmigo y cortó a Gas.
—Espera… Peter. Significa esto que si hubiera estado
bailando con uno de los otros chicos durante toda la noche y te hubieras puesto
todo caliente y mojado, ¿te habrías ido y follado a Paula para ayudar a
satisfacer tu erección? ¿Debido a que es más o menos lo que hizo Gaston? —dijo Lali
mientras caminaba hacia Rochi, que se encontraba tan confundida como yo. ¿Cómo
demonios se volvió esto contra mí?
—¡No! Lali, no te haría eso, pero ellos no están saliendo.
—Tampoco lo estamos, Peter… ¡gracias a Dios por eso! —Lali
se volvió y caminó hacia mi dormitorio.
Oh, mierda… empecé a seguirla. ¿Cómo diablos acababa de
suceder esto?
—¡Lali, espera un minuto! ¿De dónde diablos vino todo eso?
—le pregunté cuando entré en el dormitorio. Lali se giró y me miró. Me lanzó
una de mis camisetas y gritó—: ¡Porque todos ustedes lo están jodiendo por
igual! Cada uno de ustedes… incluso mi propio hermano. Todo lo que hacen es
utilizar sus pollas para pensar.
Lali agarró su bolso y pasó junto a mí, volviendo a la sala
de estar. Rochi esperaba en la puerta principal. ¿Qué? ¿A dónde iban?
—Lali, déjame llevarlas a ambas a casa, cariño —dije en
cuanto Gas se acercó para tratar y preguntarle a Rochi si podía llevarla a
casa.
—No necesitamos un aventón, gracias, Peter; y no Gas, no me
puedes llevar a casa para que podamos hablar. No tenemos nada de qué hablar.
—¿Cómo piensas llegar a casa, Rochi? —pregunté entretanto
miraba a Lali, que ni siquiera me miraba ahora.
—Le envié a un amigo un mensaje de texto, preguntándole si
podía llevarnos a Lali y a mí de regreso a mi casa.
—¿Qué amigo? —preguntó Gas, claramente molesto.
—Nico, me dio su número anoche y me pidió salir a una cita.
Le dije que no anoche, pero parece que he despertado con una opinión distinta
—dijo Rochi al sonreírle a Gas.
—Joder, no lo harás. ¡No hay ni una maldita manera de que mi
hermana o tú vayan a entrar en un coche con ese imbécil! —dijo Gas sacando su
celular. Ya sabía lo que hacía.
—Nico, es Gas… sí, lo sé y quiero que me escuches, te
acercas a mi hermana o Rochi y te prometo que te romperé en dos jodidas piezas,
¿lo entiendes? Bueno, pierde su número… —Gas lanzó su teléfono al sofá, caminó
por el pasillo hacia su habitación y cerró la puerta.
—Genial, simplemente genial… Supongo que llamaré un taxi, La
—dijo Rochi, sacando su propio celular.
—¡Espera! Rochi, por favor, sólo dame cinco minutos. —Me
volví para mirar a Lali. Prácticamente le rogué que me dejara tener cinco
minutos con ella en privado.
Llevé a Lali de nuevo a mi habitación y me senté en la cama,
pero ella se quedó de pie cerca de la puerta.
—Lali, cari… eh, mira, no sé qué acaba de suceder ahí o lo
que dije o hice que no te gustó, pero tienes que creerme. No tengo
absolutamente ningún interés en ninguna otra chica más que en ti. Ya te lo
dije… No me voy a dar por vencido con nosotros, Lali. Esperaré por siempre si
eso es lo que hace falta para demostrarte lo que siento por ti. Sé que nos
acabamos de conocer y que me estoy moviendo demasiado rápido y te prometo que
no te presionaré, pero por favor, cariño… Dios, por favor, simplemente no me
alejes —dije y observé su cuerpo relajarse.
Levanté la vista y vi la caja de la joyería de James Avery.
Me puse de pie y me acerqué. La cogí y me acerqué a ella.
—Quería darte esto anoche, pero nunca pude encontrar el
momento adecuado para hacerlo —dije, entregándole la caja. Sus ojos se
iluminaron al ver que era el regalo de James Avery que recogí ayer. Supongo que
sumaba dos y dos ahora.
—¿Qu… qué es esto, Peter?
—Es tu regalo de graduación, cariño. Quería asegurarme de
que lo tuvieras esta mañana, antes de que te fueras —dije mientras empujaba un
mechón de cabello detrás de su oreja.
—Peter… ¡realmente no tenías que darme nada! —dijo Lali y
sus ojos azules capturaron los míos.
—Ábrelo… ¡por favor, antes de que te enojes conmigo de
nuevo! —dije con una sonrisa.
Lali dejó escapar una risita que acabó por viajar a través
de todo mi cuerpo. Podría escuchar su risa todo el día.
Empezó a abrir la caja y al ver el collar de margaritas,
alzó la cabeza y me miró. Se veía tan confundida. ¿Por qué?
—Cómo… quiero decir, cómo sabias… ¿las flores en casa de Rochi
y ahora esto? —Tomó el collar y me lo entregó para ponérselo.
—¿Cómo sé qué, cariño? —Abroché el collar y le di la vuelta
para mirarla.
—¿Gaston te dijo que las margaritas son mis flores
favoritas? —me preguntó Lali con una mirada confusa en sus ojos.
Bueno, que me condenen. ¡No lo puedo creer, son sus flores
favoritas! ¡Si tan sólo pudiera levantar mi puño en el aire ahora mismo!
Le sonreí, causando que ella me sonriera.
—Lali, cuando estabas en la camioneta de Gas, después de
todo lo de Pablo… Me incliné para susurrar en tu oído y pensé que olías como a margaritas.
Cada vez que veo una margarita pienso en mis abuelos, que tienen un jardín
entero de ellas, y ahora también pienso en ti, cariño —dije al tiempo que
trazaba el lado de la línea de su mandíbula con el dorso de mi mano.
Lali miró el collar y luego de nuevo a mí. Se arrojó a mis
brazos… ¡Joder, he muerto he ido al cielo otra vez!
—¡Oh. Jesús! ¡Te lo agradezco tanto, Peter! Gracias por ser
tan dulce conmigo y el hecho de saber cómo hacer que me sienta mucho mejor. ¡Me
encanta esto! No me lo quitaré… ¡nunca! —dijo Lali, aferrándose con fuerza a
mí. No quería dejarla ir. Quería retroceder unos pasos, ponerla en mi cama y
simplemente hacerle el amor despacio y con dulzura. Sentí que mi polla saltaba…
¡Perros! ¡Tenía que pensar en perros!
Lali empezó a soltar mi cuello. Dio un paso atrás y me
sonrió. Me incliné hacia ella y la besé suavemente al lado de sus labios. —Eres
más que bienvenida, mi Lali. Ahora, ¿puedo llevarte a ti y a Rochi a casa? ¿Por
favor?
Lali se echó a reír. Asintió y nos dirigimos de nuevo a la
sala de estar. Rochi ahora se encontraba sentada en el sofá, sosteniendo el
teléfono celular de Gas. Tenía una sonrisa enorme en la cara.
—¿Qué estás haciendo Rochi? —le preguntó Lali cuando se
acercó a ella.
—Oh, nada, simplemente eliminaba el número de Kika del
teléfono de Gas. —Puso el teléfono en la mesa mientras Lali y yo rompíamos a
reír.
Síp… ¡Gas se hallaba en un viaje salvaje lo quisiera o no!
MARATONNN!!!!!
voy a aser maraton por 2 dias, ustedes tienen que llegar a los 5 comentarios y les subo otro
MARATONNN!!!!!
voy a aser maraton por 2 dias, ustedes tienen que llegar a los 5 comentarios y les subo otro
Massssssssssssssssss
ResponderEliminarMassssssssssssssssss
ResponderEliminarMe gusta mucho mas gracias x maratón mas
ResponderEliminarSube otro, me muero por saber que pasará
ResponderEliminarMe encanto...por dios me muero de Amor con Laliter !!!
ResponderEliminarsiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
ResponderEliminarseguila