Lali
—La ceremonia fue hermosa, cariño. ¡Simplemente hermosa! ¡Y
tú, eres la cosa más preciosa que he visto en mi vida! —me dijo la tía Lacy
mientras seguía tirando de mí en un abrazo y luego me jalaba de nuevo para
hacerlo una vez más. Comenzaba a sentirme mal por el constante tira y afloja.
Finalmente fui capaz de librarme de ella y traté de escabullirme
para tomar un poco de té dulce.
—¡Lali!
¡Mierda! ¡Maldita sea! ¡Estaba a sólo cinco metros de mi té
dulce! Me di la vuelta para ver a Shannon y James. Oh, todavía me sentía tan
mal por todo lo que pasó. Peter en realidad se perdió su boda a causa del
accidente de coche. Sentí mi cara ardiendo.
Shannon se inclinó y me susurró al oído—: ¡Ni siquiera
pienses en ello, Lali! Sé lo que estás pensando y no tienes que sentirte
culpable, ¿me oyes?
Sonreí cuando se alejó y me dio un beso en la mejilla.
—¿Has conocido a mis hermanas ya? —dijo Shannon, poniendo su
brazo en el mío y llevándome lejos de mi té dulce. Busqué a Peter. ¿Dónde
diablos se encontraba?
Entonces lo vi. Jugaba con algunos de los niños más
pequeños. Me miró y nos sonreímos el uno al otro. Sólo deseaba irme, empezar
nuestra vida juntos, ¡y realmente quería un poco de ese maldito té dulce! Si
tenía que hablar con otra persona y darle las gracias por haber venido creo que
vomitaría.
Shannon me presentó a sus dos hermanas, Lynda y Clare. Hablamos
un poco y luego lentamente empecé a hacer mi camino de vuelta al té dulce. Lo
vi… ¡Oh, gracias a todo lo sagrado, mi boca se sentía tan seca!
Justo cuando me encontraba a punto de alcanzar un vaso y
llenarlo con el buen té helado dulce que sólo Emma puede hacer… Fui detenida
otra vez por alguien diciendo mi nombre. Hijo de puta, ahora sí que iba a
explotar.
—¿Lali?
—¿Mamá?
Espera, ¿qué?
Me di la vuelta para ver a una mujer de pie delante de mí.
Al instante la reconocí por las fotos en la habitación de Peter. Peter se
hallaba detrás de ella y poco a poco se dio la vuelta para mirarlo. Ella corrió
a sus brazos mientras él la levantaba y le daba la vuelta.
—¡Juan Pedro! ¡Oh, Juan Pedro! Te he echado mucho de menos.
¡Lo siento tanto, pequeño, lo siento!
Oh. Dios. Mío… Miré a mí alrededor en busca del padre de Peter,
pero no lo vi. ¡Bastardo! Me pregunto si ella acababa de llegar. Me sentí
triste al pensar en que lo hubiera hecho, ya que se habría perdido una hermosa
ceremonia.
—Mamá, ¿por qué no me contaste que ibas a venir? ¿Acabas de
llegar?
—No, Juan Pedro, estuve aquí para la ceremonia. Fue hermosa.
Luces tan guapo, y te ves como un hombre ahora, ya no eres mi pequeño… Oh, Dios
mío. —Comenzó a llorar cuando Peter la atrajo a sus brazos.
Mi corazón sufría. Pensando en todo el tiempo que ella
perdió debido al obstinado padre de Peter.
—Mamá, por favor no llores. No sabes lo feliz que me haces
porque vinieras. Muchas gracias.
—Juan Pedro, tu padre no vendrá, lo siento. Sin embargo, me
pidió que te felicitara —dijo, con tanta tristeza en su voz.
Peter se echó a reír. —¡Seguro que lo hizo, mamá! No quiero
hablar de él. Quiero presentarte a mi esposa.
Aspiré una bocanada de aire. ¡Oh, Dios, me encantaba oírle
decir eso!
—Mamá, te presento a mi esposa, la señora Lali Lanzani. Lali,
cariño, esta es mi madre, Grace Lanzani.
Extendí la mano para estrechar la de ella, pero se acercó y
me abrazó. Más bien, exprimió hasta la muerte. Se apartó y me miró de arriba
abajo.
—¡Tan hermosa! ¡Eres una chica tan hermosa!
—Gracias, señora Lanzani.
—No, por favor, Lali, cariño, llámame Grace. Muchas gracias,
Lali, por hacer a mi Juan Pedro tan feliz. Puedo ver por la forma en que te
mira, lo feliz y enamorado que está de ti —me dijo con una sonrisa.
Le devolví la sonrisa. Realmente era una mujer hermosa y
pude notar mucho de ella en Peter ahora que la veía en persona.
—Gracias, Grace. Siento lo mismo por él. Es el hombre más
increíble que he conocido.
Peter caminó alrededor de su mamá, me tomó en sus brazos, y
se inclinó y me besó. Antes de que se apartara de mis labios, sonrió.
—¿Quieres un poco de té dulce, bebé?
Tuve que dejar escapar una risita. ¡Me pregunto si había
visto mis muchos intentos fallidos de conseguir té!
—¡Dios, sí!
Peter me soltó y miró mientras me servía un vaso de té. Me
di la vuelta para mirar a Grace y ella sonreía hacia nosotros con una gran
sonrisa en su rostro. Realmente me sentía muy feliz por lo que hizo y sé que
significa mucho para Peter. Sólo deseaba que su padre hubiera venido.
—Mamá, ¿te acuerdas de lo bueno que es el té de la abuela?
¿Quieres un poco?
Grace se rió y negó con la cabeza. —Juan Pedro, acabo de
pasar casi una hora en la cocina de Emma con ella. ¡Me llenó con tres vasos de
té! Estoy bien, cariño, gracias.
Grace y yo tomamos asiento en una de las mesas y hablamos
por siempre. Me contó historias sobre Peter cuando era pequeño, de cómo se
metía en problemas en la escuela secundaria por las peleas. Era como si
estuviera tratando de compensar el tiempo perdido con el que tuvimos que
conocernos una a la otra antes de haberme convertido en su nuera. Habló sin
cesar sobre Emma, me dijo que aprendiera tanto de ella como pudiera si iba a
ser la esposa de un ranchero.
Jenny se acercó a nosotros y nos dijo a Peter y a mí que
realmente teníamos que tener nuestro primer baile. Ambos habíamos estado tan
ocupados paseando y hablando con todo el mundo que el DJ y la banda habían
comenzado sin nosotros. Asentí, me levanté y seguí a Jenny por el granero. Peter
hablaba con Jack, el DJ. Supongo que le decía qué canción poner. Vi a Jack
asentir hacia Peter y sonreí. Peter prácticamente dejó todas las decisiones de
la boda a mi criterio, excepto por la canción que quería para nuestro primer
baile. No tuve ningún problema con eso, ¡ya que tenía un buen maldito historial
con canciones!
Peter se acercó a mí y me tendió la mano. Jack anunció que
finalmente tendríamos nuestro primer baile. Todo el mundo gritó y aplaudió.
—Por favor, ¿me haría el honor, señora Lanzani? —dijo Peter
mientras besaba la palma de mi mano izquierda y empezaba a llevarme hasta el
centro del granero.
Me tomó en sus brazos, se inclinó y me susurró al oído. Su
cálido aliento envió a volar las mariposas en mi estómago y sentí un escalofrío
por todo mi cuerpo.
—Nunca olvides lo que siento por ti, nunca, nunca lo
olvides, cariño. Siempre voy a quererte y sólo a ti. Estaría perdido sin ti, Lali;
te amo más que a mi vida…
Luego se inclinó y me besó con tanta pasión que sentía el
amor brotando de su cuerpo directamente hacia el mío.
Entonces comenzó la canción. Oh, Dios mío…
Wanted de Hunter Hayes.
Peter nunca aflojó su beso ni siquiera cuando la canción
inició. Sentí las lágrimas rodando por mi cara, por lo que Peter me agarró y me
sostuvo fuerte mientras lentamente empezaba a hundirme. No estoy segura de por
cuánto tiempo me besó, pero comencé a sollozar. Alejó sus labios de los míos y
me sonrió. Alzó la mano y limpió las interminables lágrimas corriendo por mi
rostro.
—Bebé, ¿son lágrimas de felicidad?
No pude encontrar mi voz. Lo amaba tanto y acababa de hacer
el más maravilloso día mucho más especial. No creí que podría ser mejor, pero
de nuevo me mostró que me equivocaba.
Apenas podía hablar, pero de alguna manera me las arreglé
para hacerlo.
—Sí, Peter, son lágrimas de felicidad. Te amo tanto. Gr…
gracias… —Comencé a llorar de nuevo. Me atrajo hacia él y me abrazó mientras
empezaba a cantar suave y dulcemente la canción para mí.
Quería que este momento no terminara jamás. Nunca en mi vida
me había sentido tan amada y querida como en ese mismo momento. Amaría a este
hombre con todo lo que tenía en mí por el resto de mi vida. Haría todo lo
posible para hacerlo tan feliz como él me ha hecho a mí.
Lo miré y le sonreí mientras me sonreía.
—Juan Pedro, es otra primera vez.
Me miró, confundido. —¿Qué, bebé?
—Este… este sentimiento… es nuevo para mí.
—Dime, Lali.
—Nunca en mi vida, nunca me sentí tan completamente amada… y
querida.
Peter se inclinó y volvió a capturar mi boca con la suya.
Era perfecto.
No, era… el cielo.
La noche ya había llegado y las luces de los árboles fueron
encendidas por alguien. Probablemente Jenny, por la forma en que la pobre
muchacha corría por todo el lugar.
Peter y yo nos encontrábamos agotados. Nunca había bailado,
comido y reído tanto en toda mi vida. Todo llegaba a su fin.
—Así que, ¿vas a cambiarte o te vas a quedar en ese vestido?
—preguntó Rochi con sus ojos moviéndose.
Peter se acercó y me susurró al oído que me quedara el
vestido. Quería quitarlo lentamente en el hotel en Austin.
—¡Creo que me quedo con el vestido!
Rochi dejó escapar una risa y golpeó a Peter en el hombro.
—Si piensas que se ve hermosa en el vestido, espera a ver lo
que tiene debajo de él. O todos los pequeños conjuntos que lleva en su maleta.
Peter me atrajo hacia él y empujó sus caderas contra mi
espalda. ¡Oh, Jesús! Creo que es hora de irnos…
—Rochi, siempre supe que había una razón por la que me
gustabas tan condenadamente mucho.
—Has dado en el clavo y mejor que no estropees su luna de
miel o te voy a golpear en las bolas y no lo pensaré dos veces.
Con eso, Rochi se volvió y alejó. Me tuve que reír. La amaba
tanto. Pensé en toda la situación con Gaston. Rochi no lo sabía, pero Jenny trabajaba
el doble de tiempo esta noche. Con nuestra boda y también la transformación de
la cabaña del cazador en un paraíso romántico así Gaston podría pedirle a Rochi
que se casara con él esta noche. Me di cuenta de ella entrando y saliendo de su
camioneta durante las últimas dos horas corriendo de ida y vuelta.
—Tenemos que hacer algo especial para Jenny y Aaron por todo
lo que han hecho, Peter.
—Bebé, ya estoy un paso por delante de ti. Les reservé una
habitación en el Marriott en Austin para las próximas dos noches. Le pedí a Gas
que les dejara algunas tarjetas de regalo para un par de restaurantes y el
abuelo contrató todo un equipo para venir, limpiar y llevarlo todo también.
¡Jenny no tiene que preocuparse de nada!
Me di vuelta y lo miré.
—Realmente eres demasiado malditamente bueno para ser
verdad, ¿lo sabes?
Peter echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.
En ese momento, Gaston se detuvo con la camioneta de Peter.
Estaba completamente cubierta con latas y cintas y cada ventana tenía algo
escrito en ella.
Peter agarró mi mano y me atrajo hacia él.
—¿Está lista para irnos y empezar nuestra luna de miel,
señora Lanzani? —dijo Peter moviendo sus cejas de arriba abajo. Luego levantó
la mano y acaricio mi cara.
Podía sentir el calor en mis mejillas simplemente al pensar
en cómo iba a ser esta noche. La idea de hacer el amor con Peter, como su
esposa por primera vez, me hizo ruborizarme como una loca.
—Voy a tomar eso como un sí.
Jenny se acercó y nos llevó a la casa del rancho. Dijo que
Emma y Garrett querían hablar con nosotros en privado antes de que nos
fuéramos. Entramos en la casa y Emma tenía en la mano un ramo de margaritas y
una sonrisa muy grande. Garrett tenía en la mano un sobre y su sonrisa era aún
más grande que la de Emma. Por supuesto, miró a Peter y le guiñó un ojo, lo que
me hizo sonrojarme de nuevo. Emma me entregó las flores y me abrazó.
—Bienvenida, mi dulce y querida Lali, a nuestra familia. Te
amé desde el momento en que saltaste de la camioneta de Juan Pedro y me
sonreíste. Absolutamente no puedo esperar para que te mudes al rancho.
Realmente eres la hija que nunca tuve, cariño. Te quiero.
Había perdido las palabras, otra vez. La abracé tan fuerte
como pude y le susurré al oído lo mucho que la amaba y cuán maravillos trabajo
hizo ayudando a criar a un hombre tan increíble.
Ella se echó hacia atrás y sonrió. —Lo es, ¿verdad?
Asentí. Miré a Peter, que tenía una lágrima corriendo por su
rostro. Extendí la mano y la limpié.
—Una lágrima de felicidad, espero.
—Sí, bebé, más feliz de lo que nunca te podrás imaginar.
Garrett se aclaró la garganta y se acercó a nosotros.
Parecía que estaba a punto de llorar, lo que me hizo empezar a llorar.
—Juan Pedro, sigues haciéndonos sentir tan condenadamente
orgullosos. No puedo comenzar a decirte lo feliz que estoy por ti, hijo. Lo
hiciste muy bien, sobre todo con esta linda señorita aquí.
Peter me atrajo hacia él. Puse mi brazo a su alrededor y
sentí su cuerpo estremecerse.
—Sabía que tenías toda tu luna de miel planeada y que no
dejarías que tu abuela y yo te ayudáramos con nada, así que este es nuestro
regalo para los dos. Quiero que lo abras ahora, antes de que se vayan.
Emma hacía sonar sus manos como si estuviera muy nerviosa.
Peter tomó el sobre y lo abrió. Parecían un montón de
papeles legales, un cheque y ¿era eso el título de propiedad de algo? El rostro
de Peter cayó mientras me entregaba el cheque y miraba a su abuelo.
Miré el cheque y casi me caí. ¿Leía bien? ¿Quinientos
cincuenta mil dólares…?
—Abuelo, ¿qué estás haciendo? No puedes permitirte el lujo
de darnos este tipo de dinero. No voy a tomar esto.
Miré a Emma y Garrett y ambos parecían molestos. Di un paso hacia
atrás.
—Juan Pedro, nunca vuelvas a decirme que puedo o no darme el
lujo de hacer. Esa casa en la que viviste durante cuatro años en Austin, bueno,
un señor me llamó hace cuatro meses preguntándome si la quería vender. Le dije
que podía tener la casa en el momento que tú y Gas se graduaran y se mudaran
aquí al rancho. La vendí hace seis días con el acuerdo de que te diera hasta el
quince de julio para mudarte. El dinero es de la casa. Emma y yo queremos que
tú y Lali comiencen de inmediato en la construcción de su casa en el rancho
cuando regresen de la luna de miel. En cualquier lugar del rancho que les
guste. Esta escritura, hijo, esta escritura es por todo el rancho. Ahora es
tuyo y de Lali.
Oh. Dios. Mío. Tuve que sentarme antes de desmayarme. Miré a
Peter, que ahora tenía lágrimas rodando por su rostro. Se acercó a su abuelo y
lo abrazó. Intercambiaron algunas palabras y luego abrazó a Emma. No podía
pensar con claridad. ¿El rancho era nuestro?
—Abuelo, abuela, ni siquiera sé qué decir. ¿Están seguros de
que están listos para darme todo a mí? ¿Y si lo estropeo?
Garrett se echó a reír. —Juan Pedro, estaré aquí a cada paso
del camino para ayudarte.
Peter se volvió y tomó mi mano para ayudarme a levantarme.
Nos despedimos de Emma y Garrett otra vez; les dimos las gracias una vez más
por el regalo de boda tan increíblemente generoso y nos dirigimos a la
camioneta.
Mientras nos alejábamos, empecé a emocionarme. Peter me miró
y me tomó la mano, besando mis anillos.
—¿Estás lista, cariño?
Le sonreí y me sentía tan nerviosa. ¡Me sentía como si fuera
mi primera vez de nuevo!
—¡Estoy tan lista que no tienes idea! ¿Puedes acelerar un
poco? ¡No estoy segura de que pueda esperar otras tres horas para estar
contigo!
Peter echó la cabeza hacia atrás y se rió mientras conducía
un poco más rápido.
Maaaas!
ResponderEliminaromg!!!!!! que lindooo y la mama de peter fue a la boda!!!
ResponderEliminarhay les reglaron ya el ranchooo awwwww
++++++++++++++++++++++++++++
ResponderEliminarQue buenos los abuelos de peter!!
Son un amoooor!
mas por fa :D
ResponderEliminarjajaja que lindos <3
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