Peter
Me senté en la mecedora del pórtico esperando a que Lali
volviera de hablar con Rochi. Todavía no podía creer que hubiese golpeado a mi
mejor amigo.
Me pasé las manos por la cara… ¡Mierda! ¿Por qué mierda Gas tuvo
que joderla tanto? El abuelo todavía no me dejaba hablar con él. Fueron al
granero y esa fue la última vez que los vi.
Había comenzado como un día genial, y ahora estaba bastante
jodido.
Había llevado a Lali a la ciudad para tomar desayuno en uno
de los restaurantes locales. La recordé diciendo que quería ir a comer en un
restaurante tradicional. No se puede conseguir nada mejor que el restaurante de
la señorita Mayes en la ciudad. Las mejores malditas tostadas francesas que he
comido.
El plan era desayunar, pasear por algunas de las pequeñas
tiendas en la calle principal y luego volver a la estancia y cabalgar. Había
quedado encantada por montar a caballo y prácticamente me suplicó que fuéramos
de nuevo hoy.
Cuando el abuelo nos contó de su "plan" para que Rochi
y Gas tuvieran algún tiempo a solas, sabía que todo iba a salir mal. Cómo fue
todo mal, todavía no lo sabía. Oí abrirse la puerta mosquitera y vi al amor de
mi vida saliendo con una mirada tan triste en su rostro. Le tendí la mano, se
acercó y se sentó en mi regazo.
Apoyó la cabeza en mi pecho y dejó escapar un suspiro. Dios,
lo que haría para quedarme así para siempre y nunca dejarla ir. Enterré la cara
en
su pelo y respiré hondo. Joder, olía tan bien, margaritas…
siempre olía como ellas.
—Entonces, ¿te dijo lo que pasó?
—Oh, Dios, Peter… Creo que Gaston realmente la jodió esta
vez. Creo que la apartó para siempre.
Mierda. No me gustaba la forma en que sonaba. Iba a matarlo
si la obligó a hacer algo.
—Él no…
—¡No! ¡Dios, no! ¡Nunca lo haría! Pero ni una vez creí que
alguna vez resultaría así de mal.
Sentí que un escalofrío recorría a Lali, así que la apreté
con más fuerza contra mí.
—¿Podemos dar un paseo? No quiero que tu abuela nos oiga
hablar. No estoy segura de cuánto le dijo Rochi.
—Claro, bebé, vamos a los establos. —Me agaché y tomé su
mano en la mía cuando empezamos a caminar hacia a ellos. Necesitaba ver a Gran
Roy de todos modos. Fue un regalo del abuelo cuando tenía dieciséis años y de
alguna manera se cortó la pierna muy mal; tuvimos que estar pendientes durante
unos días para detectar cualquier signo de infección.
Lali caminó durante unos minutos en silencio. Una vez que
llegamos a los establos, busqué al abuelo y a Gas, pero no los vi en ninguna
parte.
—No hay nadie aquí, cariño.
Comenzó a llorar. Me acerqué y la sostuve en mis brazos. Iba
a matar a Gas por hacer que su hermana se sintiera tan mal, maldita sea. No me
importaba lo jodido que se sintiera.
—Oh, Dios…
—Sólo respira profundamente, cariño —dije mientras pasaba
las manos por su espalda. Una vez que se tranquilizó un poco, se sentó en un
fardo de heno y respiró profundo.
—Dios, me encanta como huele aquí. Ojalá pudiera
embotellarlo y llevarlo a casa conmigo.
Me reí y me puse a caminar hacia el puesto de Gran Roy.
Revisé su pierna y parecía estar bien. Le di un poco de avena y cerré su
puesto. Me senté junto a Lali y tomé su mano en la mía.
—Creo que cuando la batería murió, Rochi se asustó un poco…
si puedes imaginar eso. Gas se enojó y la empujó contra la camioneta y bueno,
una cosa llevó a la otra. Nada de sexo, pero más que besar.
Me dejé llevar de vuelta a un par de noches atrás, cuando Lali
tuvo su primer orgasmo. El solo recuerdo hizo que mi pene saltara.
—¿Qué pasó después?
—Creo que Rochi cometió el error de decirle que quería ir
más lejos y bien… él no. Básicamente le dijo que cometió un terrible error y
que le gustaría poder revertirlo… después de que ella le dijera que lo amaba.
Mierda. Estúpido hijo de puta.
—Lo odia, pero sé que todavía lo ama… Odio verla sufriendo
de esta manera.
—Lo siento, pero puedo decirte que estoy seguro que Gas está
sufriendo probablemente aún más.
Se alejó de mi pecho y me miró. Parecía confundida y molesta
al mismo tiempo.
—¿Cómo diablos crees que está sufriendo más que ella? —silbó
entre dientes.
—Está enamorado de ella.
Dejó escapar una carcajada. —Sí, si así es cómo muestra amor
entonces está mejor sin él.
—Me dijo que está tan enamorado de Rochi que tiene miedo de
que si terminan juntos, algo sucederá, algo malo y la perderá para siempre.
Dijo que prefería tenerla en su vida como una amiga que no tenerla en su vida
en absoluto.
Me miró durante mucho tiempo. Sabía lo que pensaba, porque
pensé lo mismo cuando me lo contó.
—Eso no tiene ni un maldito sentido. ¡Espero que lo sepas!
Dios, amaba esta chica.
—La, le dije exactamente lo mismo. Me gustaría poder
entender su manera estúpida y jodida de pensar, pero no lo hago.
Dejó escapar un suspiro y se sentó allí, en silencio. Joder
que esto sea una lección para mí de no arruinar las cosas con Lali.
Pasamos el resto de la tarde a caballo en el rancho. Le
mostré cada rincón de este. Donde mis primos y yo jugábamos reyes y reinas, a
las escondidas y donde durante la secundaria nos escabullíamos con algunas
de las cervezas que abuelo escondía de la abuela. Entonces
la llevé detrás de la casa del rancho y le mostré cómo disparar un rifle
calibre veintidós. Fue una tarde perfecta.
La cena… no tanto, Gas no dijo ni una palabra, mientras el
abuelo mayormente hablaba de los planes para arreglar el granero principal.
Drake y sus hijos vivían allí y sus habitaciones necesitaban algunos arreglos.
Le dije que regresaría el fin de semana de Acción de Gracias y ayudaría.
Teníamos un juego ese jueves, en el día de Acción de Gracias, pero podía
planear llegar aquí el viernes después del juego y quedarme hasta el domingo
por la noche. Gas finalmente habló y dijo que también planeaba venir. Eso llevó
a la abuela a tener viniendo a Lali y prepararíamos un banquete de Acción de
Gracias el sábado. Pensé que iba a saltar de su silla, estando tan emocionada.
Miré hacia arriba y vi a Rochi entrar en el comedor. Vestida
con pantalones vaqueros y una remera Hulu Hut negra. Llevaba el pelo recogido
en una cola de caballo baja y tenía la sonrisa más falsa que he visto plasmada
alguna vez en su rostro.
—Bueno, mierda… ¡Veo que llego tarde para la cena!
Miré a Gas. Al instante se incorporó y miró a Rochi. Me di
cuenta que no quería nada más que agarrarla y llevarla a algún lugar y hablar
con ella. Por lo que el abuelo me contó de su conversación, le dijo que acababa
de perder lo mejor que alguna vez tendría, luego lo llamó el más estúpido hijo
de puta en el planeta tierra. Además le hizo saber que si quería otra
oportunidad, tenía que retroceder, dejarla enfriar y una vez que ella estuviera
mejor, arrastrarse sobre sus malditas manos y rodillas y rogarle que lo
perdonara.
—Nunca llegas tarde para una cena en esta casa, mi querida
niña —dijo la abuela mientras le daba un guiño.
No miró a Gas ni una sola vez. La abuela le entregó un plato
y todos comenzaron a pasar las chuletas de cerdo, puré de patatas y judías
verdes. ¡Nunca había visto en mi vida a una chica comer tanto como Rochi lo
hizo esta noche!
El resto transcurrió fuera en el pórtico hablando,
escuchando al abuelo y a la abuela contar historias, un par de rondas de dominó
y luego todos nos fuimos a la cama. Antes de ir a dormir, les dije al abuelo y
a la abuela que nos íbamos al día siguiente. Me mataba irme sabiendo que había
mucho trabajo por hacer. Pero pensé que era lo mejor.
Había apartado a Lali a un lado y le pregunté si quería ir a
nuestro árbol una vez más y ver las estrellas. Dio unos saltitos y aplaudió.
—¡Dame quince minutos y te veré abajo en tu camioneta!
Terminamos pasando más tiempo besándonos y tocándonos que
viendo las estrellas. Me tentaba mantenerla fuera toda la noche y hacerlo, pero
sabía que regresaríamos a Austin y que necesitábamos dormir un poco. La besé
durante mucho tiempo en el pórtico antes de que fuera a su cuarto.
—Buenas noches, cariño.
—Buenas noches, Peter. Muchas gracias por una semana tan
mágica. ¡Te amo!
—Eres más que bienvenida, bebé. Dulces sueños.
Después que la abuela hubiera empacado una cesta de picnic
llena de cosas para nuestro camino de regreso a Austin, Rochi y Gas se pusieron
sus iPods y no dijeron ni una sola palabra durante todo el camino a casa. Me
mató no poder tener a Lali en el asiento delantero conmigo, pero Rochi lanzó un
ataque a la idea del "hijo de puta del infierno" sentado a su lado.
Cuando por fin llegamos a la casa, pensé que Rochi iba a
huir de la camioneta antes de que incluso se hubiera detenido.
Llevamos sus maletas y luego Gas volvió a la camioneta una
vez se hubo despedido de Lali y de que Rochi desapareciera en su habitación.
—¿Cuántas semanas faltan para que empiece la temporada de
fútbol de nuevo? —me preguntó mientras salía.
—Tres… así que una vez que eso ocurra y empiecen las clases,
voy a estar muy ocupado, así que sabes que voy a tener que pasar cada minuto
contigo a partir de ahora.
Se rió con esa hermosa risa que calentaba todo mi cuerpo.
—¡Bueno, suena como un castigo terrible de un dios, pero
creo que puedo hacer que funcione!
—¡Te conviene! Te llamaré cuando volvamos a casa. ¿Te
divertiste, cariño?
Justo en ese momento apareció esa sonrisa que podría ponerme
de rodillas. —Sí. Pasé un maravilloso tiempo, algunos momentos destacaron un
poco más que otros, pero maravilloso en general.
Lancé la cabeza hacia atrás y reí. —¡Pienso lo mismo, cariño!
—Me agaché, le di un beso de despedida y me dirigí a la camioneta.
Mientras me alejaba, miré por el espejo retrovisor y ya me
dolía el pecho extrañándola.
+5
Dale les tengo hasta el 50
+5
Dale les tengo hasta el 50
HAY GASTON LA ARRUINASTE BELLO SOLO ESPERO QUE CUANDO EMPIEZE LAS CLASES LO DE LALI Y PETER NO SE ARRUINE TAMBIEN.
ResponderEliminaraaaaaaaaaaa amo a peter enserio es tan tierno pobre de gas y rochi
ResponderEliminarenserio no puedo creer como termino todo :(
ResponderEliminary si el abuelo tiene razon tiene que esperar pero tiene que estar pendiente de que no haga nada por el enojo
Otrooooo
ResponderEliminarOhhh ya la extraña !!
ResponderEliminarOjalá se arreglen las cosas con GAs y Rochi
sí Seguila porfis!!!
ahora si gasston la jodio todo massss
ResponderEliminaragh gaston, deja de ser tan idiota ajjajajajaj
ResponderEliminarseguila