Datos personales

sábado, 5 de julio de 2014

Capitulo: 55



Entré en la sala de espera de urgencias y al instante vi a Gas y, oh, hombre, se veía mal. Se levantó y empezó a caminar hacia mí. Joder… empezó a llorar. Oh, Dios, no… por favor no me la quites.
Chocó contra mí y me abrazó y lloró.

No… Lali…
—Gas, por favor dime que está bien. Por favor dime que está bien, por favor.
Estaba llorando y Rochi se acercó y se puso a nuestro lado.
—No hemos tenido noticias hace alrededor de una hora más o menos. Lo último que nos dijeron fue que la iban a operar para reparar su brazo roto. Sus costillas están magulladas, pero no rotas y dijeron que tiene una conmoción cerebral. Ha estado inconsciente desde que la trajeron, pero 
hicieron una tomografía computarizada y no había signos de trauma cerebral, gracias a Dios.
Gas se alejó y regresó a la silla en la que había estado sentado. Prácticamente tuve que sostenerlo, parecía que iba a colapsar en cualquier momento.
—Si su lesión en la cabeza no es tan grave, ¿por qué no ha despertado?
—No estoy seguro. El médico dijo que su cuerpo trataba de ayudar a curarla o algo así. En realidad, no estaba prestando atención mientras hablaba.
Me acerqué y me senté junto a Gas. Mierda, se veía mal.
—Debo haberme perdido alguna pelea. Espero que Maxi se vea peor que tú.
Gas me miró y sonrió. —Sí que se ve peor. Tiene suerte de que Agus me alejara. Estoy bastante seguro de queno me dejarán entrar a Rebels de nuevo.
Traté de sonreír. No podía dejar de pensar en mi Lali, sola. ¿Estuvo despierta después del accidente? ¿Tuvo miedo?
En el momento que se abrieron las puertas, un tipo alto vestido con bata se acercó y Gas se levantó de golpe.
Nos dijo que Lali tenía el brazo bastante mal. Se lo había roto en dos lugares diferentes por lo que tuvieron que inmovilizarlo para ayudar a que los huesos se mantuvieran estables.
No tenía ninguna hemorragia interna, pero tuvo una conmoción cerebral. Dijo que la pérdida de memoria era una posibilidad, pero que no creía que sucediera. La llevarán a una habitación en una hora y media.
Gracias, Dios… gracias por no quitármela.
Estaba sentado en el sofá con los ojos cerrados cuando escuché a la enfermera acercarse de nuevo. Ya debían haber pasado cuatro horas si estaban revisando sus signos vitales de nuevo.
Esa vez, fingí estar dormido. Me sorprendió que la estúpida perra estuviera coqueteando conmigo cuando mi novia estaba acostada en una cama de hospital, inconsciente. Una vez que se fue, me puse de pie y tiré de la silla en la que Gas había estado sentado más cerca del borde de la cama.
Finalmente había convencido a Gas para que fuera a casa y tomase una ducha, para que comiera algo. Los dos habíamos estado sentados en la habitación de Lali durante las últimas veinticuatro horas. ¿Cuándo iba a despertar? Empezaba a asustarme. Rochi le había estado leyendo en voz alta a Lali la mayor parte del día.
Realmente necesitaba que despertara.
Temía que despertara y recordarara a todos menos a mí. Tomé su mano en la mía y traté de besarla. Su mano izquierda tenía todos los tubos y esas mierdas que salían ya que su mano derecha estaba enyesada.
Puse la cabeza en la cama y empecé a hablar con ella de nuevo.
—Lali, cariño… por favor, despierta, bebé. Necesito que despiertes. Tengo que decirte cuánto te amo. Eres el mundo para mí y no puedo vivir
esta vida sin ti. Tienes que despertar para que podamos comenzar a planificar nuestra vida juntos, tú y yo, en el rancho, bebé. He estado hablando un montón con el abuelo y la abuela sobre nosotros, Lali. Quiero casarme contigo, cariño, y pasar el resto de mi vida amándote.
Pensé que sentí su mano moverse en la mía. Entonces escuché su dulce voz.
—Está bien.
¿Está bien?
Miré hacia arriba y la vi mirándome. Sus hermosos ojos azules miraban directamente los míos, y sólo nos sostuvimos la mirada. Sonrió con esa sonrisa que me ponía de rodillas.
—¡Lali… oh, bebé! ¡Estás despierta! Espera, ¿qué tratabas de decir, cariño?
Extendí la mano y apreté el botón para llamar a la enfermera.
—Dije que sí.
Su voz sonaba tan suave, casi como si tuviera dificultades para hablar. Debía de estar confundida… ¿por qué decía que sí?
—¿Sí a qué, Lali?
—A casarme contigo y pasar el resto de tu vida amándome, eso es lo que dijiste, ¿no?
Diablos. Quería abrazarla y sólo besarla. La amaba tanto, maldición. Debía de recordarme, porque no le diría que sí a un extraño, ¿no? Le sonreí, me levanté e incliné, y la besé suavemente en los labios.
—Sí, cariño, eso fue lo que dije.
La enfermera entró y vio que Lali estaba despierta. Comenzó a preguntarle si se sentía adolorida en algún lugar. Lali dijo que le dolía la cabeza, el brazo derecho y los costados. Otra enfermera entró y comenzaron a caminar alrededor de Lali, quitándole algunos de los cables.
Le envié un mensaje de texto a la abuela, Gas y Rochi para hacerles saber que Lali estaba despierta.
—¿Tiene hambre, señorita Esposito? —preguntó la enfermera.
—Eh, creo que tengo sed más que nada.
Me bajé de un salto de la cama y les dije que iba a ir a buscar un poco de agua fría, pero la enfermera me dijo que lo mejor ahora serían trozos de hielo. Mientras salía, escuché a Lali preguntarle a la enfermera cuánto tiempo había estado allí, porque me veía como la mierda.

Me reí. Iba a estar bien. Ambos íbamos a estarlo.

6 comentarios: