Lali
Navidad en el rancho…
—Emma, por favor, déjame ayudar en algo. ¡Tengo un brazo
bueno, ¿sabes?! Me siento tan inútil sentada aquí.
Emma ha estado cuidándome desde que llegamos al rancho hace
dos días. Pensé que Peter era malo, pero Dios, no tenía nada que envidiarle a
Emma.
Después de que salí del hospital, Peter me llevó a su casa
así podía cuidar de mí. Creí que él y Rochi iban a discutir un montón sobre
donde iba a quedarme, pero Gaston le recordó a Rochi que podía quedarse allí si
quería. Así que, por casi dos semanas he tenido a Gaston, Peter y Rochi
sirviéndome de pies y manos. Estaba tan cansada de ello. Lo único que me
gustaba era que Peter me ayudara a bañarme, lo que casi hizo que Gaston lo
golpeara la primera vez. Eso hasta que Rochi le susurró algo en el oído y él se
limitó a sonreír y luego se dirigió a su habitación.
¡Ugh! ¡Ughh! ¡Ughhh! El simple recuerdo me hace querer
vomitar. Sabía que todavía no tenían sexo, porque Rochi me lo dijo. Supongo que
Gas había sido influenciado por Peter y “estaba esperando por el momento
adecuado”. Dios, iba a explotar si no perdía mi virginidad y no descubría cómo
se sentía Peter en mi interior.
Euge se inclinó y me susurró en el oído.
—Mejor deja de pensar en lo que sea que estás pensando… ¡Tú
cara sonrojada está gritando que tus pensamientos son sucios!
Tuve que reír. Rochi era como una hermana y por lejos la
mejor de mis mejores amigas, pero Euge era una de esas amigas que eran de tus
mejores amigas, pero también era alguien con quien siempre podías contar para
estar allí cuando sea que la necesitaras. Era probablemente la persona menos
egoísta que conocía. Cuando Peter la invitó al rancho para navidad podría
haberlo besado. Los padres de Euge habían fallecido ese verano en un accidente
automovilístico y no tenía nadie más con quien pasar la navidad. Lo que Peter
no le dijo fue que también había invitado a Nico Hayes, su compañero de fútbol
de la universidad.
Nico era probablemente el mayor mujeriego que alguna vez
había conocido, bueno, excepto por los días de puto de Gaston este pasado
otoño. Lo veía con una chica diferente casi todos los días, pero Peter parecía
pensar que Nico sentía algo por Euge. Sabía que cuando Euge lo conoció por
primera vez en mi fiesta de graduación el verano pasado estuvo instantáneamente
atraída por él. Medía un metro ochenta y siete y tenía cabello café claro,
hermosos ojos verdes y un cuerpo de roca. Luego ella habló con él… y todo el
interés desapareció rápidamente. O al menos pensé que fue así. Ninguno de los
dos podía mantener sus ojos alejados del otro. Interesante…
Sentí un cuerpo caliente ponerse detrás de mí, lo que envió
escalofríos por mi cuerpo. Peter. Siempre podía decir cuando entraba a una
habitación… podía sentirlo. Se inclinó y su cálido aliento me tuvo hambrienta
de su toque casi al instante. Me había dado más orgasmos en la pasada semana de
los que creía posibles. La primera semana en casa desde el hospital me trató
como una muñeca de porcelana a causa de mis costillas magulladas. Seguían
doliendo, pero no hay manera de que fuera a decírselo. Si lo hacía, dejaría de
tocarme y ansiaba demasiado su toque.
—Tengo una sorpresa para ti esta tarde, si estas en
condiciones y te sientes bien.
Oh, Jesucristo… La seducción es su voz me puso la piel de
gallina. ¡Diablos, sí! Estaba en condiciones para ello. Ya comenzaba a sentirme
entumecida de estar sentada todo el día. De verdad necesitaba dar un paseo.
Me di la vuelta, me levanté en puntillas y le di un beso.
Dios, lo amaba tanto y pensar que casi lo arruino con mis estúpidas
inseguridades. El pensamiento me hacía sentir enferma.
—¿Caminarías conmigo por un rato afuera? ¡Me estoy volviendo
loca sólo sentada aquí, viendo a todos trabajar!
Peter me dio esa sonrisa torcida y mi corazón se derritió.
No creo que alguna vez me vaya a acostumbrar a cómo me hacen sentir sus
sonrisas.
—Por supuesto, cariño.
Peter le dijo a Emma que saldríamos por algo de aire fresco
mientras se inclinaba y me alzaba en brazos. Me puse a reír.
—¡Peter! Puedo caminar, ¿sabes? ¡Nada más tengo un brazo
roto!
Echó la cabeza hacia atrás y se rió, luego me besó tan
apasionadamente que casi quise llorar.
—Sé que puedes, pero si puedo tomar cualquier excusa para
tener tu cuerpo cerca del mío, voy a hacerlo.
—¿Podemos ir a ver el ternero que nació ayer?
Peter sonrió y me llevó al granero. Babeé sobre él, porque
mi Dios, era la cosa más linda que había visto nunca. Aaron se detuvo en el
Jeep y noté que el cuerpo de Peter se tensaba. Aaron miró a Peter y luego a mí,
y luego de nuevo a Peter. Me dio un guiño y asintió.
—¿Lo tienes todo arreglado? —le preguntó Peter.
—Sí, todo listo. Jenny es increíble. Creo que todo saldrá
perfectamente —dijo Aaron con una enorme sonrisa en el rostro.
—¿Cómo lo está haciendo Jenny, Aaron? No la he visto desde
acción de gracias. —Jenny era la prometida de Aaron. Ella era la chica más
dulce y hacían una pareja maravillosa.
—Está genial, Lali, tuvo que ir a la casa de sus padres para
la cena de navidad, pero llegará mañana, así que podrás saludarla.
—¡Genial!
Aaron se acercó a nosotros y me dio un abrazo rápido antes
de volver su atención a Peter, que ahora parecía bastante nervioso. ¿Qué
diablos le pasaba?
—Amigo, nos encargaremos de ello. No te preocupes… confía en
mí, ¿está bien? ¿A qué hora lo quieres? —le pregunto Aaron a Peter.
—¿Qué tal a las ocho de la mañana? ¿Es demasiado temprano?
—Mierda, no… ¡Estaré encantado de deshacerme de ese pequeño
problema! —Aaron palmeó a Peter en la espalda y se fue.
—¡Feliz Navidad, Aaron! —grité y sacudí una mano.
—¡Feliz Navidad, Lali! —Me dio una sonrisa de oreja a oreja
y luego soltó una carcajada.
Peter se giró hacia mí y sonrió. Me preguntaba qué fue todo
eso.
—Le pedí a Aaron que se encargará de algunas cosas que
necesitaba terminar de inmediato. Me siento mal pidiéndole hacerlo el día de
Navidad —dijo Peter mientras me miraba y su sonrisa se hacía más grande.
—Oh, Peter, no te preocupes por eso. Sé lo mucho que Aaron
se preocupa por ti y tu familia. Estoy segura de que no le importará en lo más
mínimo hacer lo que sea por ti.
Peter me sonrió y se paró frente a mí.
—¿Sabes lo mucho que te amo?
—¡Eh, creo que probablemente deberías mostrarme!
Cuidadosamente puso los brazos a mí alrededor y me levantó.
Alcé mi brazo roto por encima de su hombro mientras envolvía mis piernas
alrededor de su cintura. Mis costillas palpitaban por el dolor, pero hice todo
lo posible para esconderlo. Peter capturó mis labios con los suyos y todo el
dolor se desvaneció. La única cosa que podía sentir era su amor correr por mi
cuerpo. Nos puso lentamente de espaldas contra el granero.
Oh, Dios, podía sentir su creciente erección y empujé las
caderas hacia él. Dejó salir un gemido que me tuvo a punto de volverme loca.
—¡Peter, te deseo tan desesperadamente que no puedo
soportarlo! Por favor… por favor. ¡Estoy muy lista para hacer el amor!
Podía escuchar la suplicante desesperación en mi voz y no me
importaba. ¡Casi dos semanas de dormir junto a este hombre en su cama cada
noche y no poder tener sexo con él estaba matándome!
Me sonrió. —Lo sé, nena, me siento exactamente de la misma
manera. El último par de semanas también han estado matándome, Lali… no tienes
ni puta idea de cuán difícil es contenerme de arrancar tu ropa y tomarte aquí
mismo.
Me empujé contra su entrepierna de nuevo y dejé escapar un
gemido. ¡Necesitaba que este ardor desapareciera!
—Entonces, hazlo, Peter… nadie nos verá…
—Jesús, Lali… por favor, nena, no quiero que tu primera vez
sea de pie contra un granero.
—¡Yo sí! De pie contra un granero, en el pasto, en la
plataforma de tu camioneta… ya no me importa, Peter. Sólo sé que te necesito
tanto.
Peter movió su mano y metió un mechón de cabello tras mi
oreja. Le encantaba hacer eso y a mí me encantaba que lo hiciera.
—Lali, te prometo que pronto, nena. Muy pronto… Por favor,
déjame hacerlo especial para ti. Necesito hacer esto especial para ambos.
Tiré la cabeza hacia atrás y dejé escapar un grito. No me
importó quien escuchara. Miré hacia atrás para verlo dándome esa maldita
sonrisa torcida y no pude evitar sonreír de vuelta.
—¡Bien! Pero te lo digo ahora… tienes treinta días para
hacer que suceda o voy a tomar el asunto en mis propias manos.
Peter se rió entre dientes y besó mi nariz.
—¡Trato! Ahora vamos a comer algo. Me muero de hambre. —Me
bajó suavemente de su cuerpo y luego se acomodó mientras caminábamos de regreso
a la casa del rancho tomados de la mano.
Treinta días… ¡El bastardo tenía únicamente treinta días!
Emma finalmente me dejó a ayudarla guardando los platos
mientras Rochi lavaba y Euge secaba. Los chicos, por supuesto, se encontraban
todos afuera, en el pórtico.
Miré a Rochi, quien tenía una sonrisa tan grande en su
rostro que no podía evitar estar feliz por ella. Gaston le había dado un
hermoso brazalete de James Avery con un dije de caballo en él a primera hora
esta mañana. Luego la llevó a cabalgar y cuando llegaron al lindero del terreno
en el rancho Lanzani, había una enorme puerta de hierro negra que tenía las
letras A y P juntas con un círculo alrededor. Significaba “Rochi por siempre”.
¡Peter me dijo que recibiría mi regalo más tarde esta noche!
No podía esperar. En ese momento vi a Emma voltear y mirarme. Tenía lágrimas en
sus ojos. Agarró mi mano y me llevo a la sala de estar. Envolvió mi cuerpo en
el más amoroso abrazo del mundo.
—¡Emma, ¿qué pasa?!
—Lali, querida… no pasa nada. Todo es simplemente perfecto.
Tú estás bien y aquí y Juan Pedro está tan enamorado de ti… lo veo cada vez que
te mira. ¿Sabes que cada vez que entras a una habitación, tiene que contener la
respiración? Gracias por hacer a Juan Pedro tan feliz.
No sabía qué decir. Sentí lágrimas correr por mi rostro.
Pensar que casi pierdo esto hace apenas dos semanas. Amo a esta mujer más de lo
que nunca pensé que era posibleq.
—Emma, también amo a Juan Pedro… más de lo que amo cualquier
cosa. Él tiene el mismo efecto en mí, pero mucho más… muchísimo más. Su sonrisa
derrite mi corazón y me hace querer hacer todo lo que esté en mi poder para
mantenerla en su rostro. Su toque, bueno… ¡Estoy segura que puedes imaginar
cómo me hace sentir! —Sentí mi rostro calentarse—. En realidad, debería ser yo
la que te agradezca por ayudar a criar un hombre tan increíble. Él no sólo me
ha hecho la mujer más feliz en la tierra, sino que… prácticamente me salvó,
Emma, si es que eso tiene algún sentido.
Asintió y ambas comenzamos a llorar y a reír al mismo
tiempo.
Garrett y Peter entraron a la sala de estar y los dos se
veían tan condenadamente confundidos.
—¡Mujeres! ¡Nunca las entenderé, no importa cuán viejo me
vuelva!
Emma se acercó y besó a Garret y me parece haber visto la
rápida palmada en el trasero que le dio a ella. Peter estaba mirándome con esos
hermosos ojos azules.
—¿Estas preparada para tú sorpresa, cariño?
Mi corazón empezó palpitar con fuerza. Se veía tan apuesto
parado ahí, pero también se veía bastante asustasto. Probablemente le
preocupaba que no me fuera a gustar lo que eligió para mí. Extendí la mano y
sentí el collar de margaritas que me había dado para mi graduación. Luego miré
mi brazalete. Nunca me sacaba ninguno de los dos y me molesté en el hospital
cuando me di cuenta que me los habían quitado.
Me acerqué, tomé su mano y asentí.
Estaba tan confundida cuando Peter empezó a llevarme al
Jeep. Me ayudó a entrar y luego me dio un beso rápido en la mejilla. Corrió
hacia el otro lado y se subió.
—¿A dónde vamos?
—Vamos a la cabaña de caza.
—¿La cabaña de caza que me mostraste en mi primer tour del
rancho?
—¡Sí! Esa.
Cuando pasamos por ahí recuerdo haberle hecho un comentario
a Peter sobre lo romántico que era tener una cabaña aquí, en el medio
del rancho. Era una cabaña pequeña y tenía una apariencia
muy rustica. Lucía como si hace tiempo alguien hubiera tenido un jardín en
frente de la casa. Gritaba romance para mí. Peter se rió y dijo que era un
basurero y nadie había estado ahí en años. ¿Por qué demonios me llevaba allí?
Peter debió sentir mi confusión. Extendió una mano y la puso
en mi pierna. Los hormigueos comenzaron instantáneamente y se fueron justo a mi
estómago. ¿Cómo me seguía haciendo eso? Es decir, hemos estado saliendo por
seis meses ya. Pensé que desaparecería, pero a veces se sentía como si se
volviera más intenso.
El sol ya estaba comenzando a bajar mientras nos dirigíamos
al camino de grava del rancho. Era impresionante. Pasamos un gigantesco roble y
vi la cabaña. Estoy segura de que el grito fue fuerte, porque Peter levantó su
mirada hacia mí.
Era la cosa más hermosa que alguna vez había visto. Todo el
exterior de la cabaña tenía luces blancas de Navidad. Cuando Peter se acercó,
comencé a temblar. Oh, Jesucristo… Podía ver las luces encendidas dentro de la
cabaña, pero no podía distinguir el interior.
Peter se detuvo y estacionó. Me quedé sentada allí, atónita.
Él caminó alrededor y me ayudó a salir del Jeep. Lo observé y no supe qué
decir.
—¿Cuándo hiciste esto? ¿Cómo lo hiciste? ¡Dios mío, Peter es
hermoso!
Peter dejó salir una pequeña risa.
—No lo hice. Aaron y Jenny lo hicieron por mí. ¿Te gusta
hasta ahora?
—¿Hasta ahora? ¿Hay más? Quiero decir: ¡Sí! Es tan hermoso,
pero creí que dijiste que este lugar era un basurero.
—Cuando tú mencionaste cuán romántica pensabas que era, tuve
una idea así que hablé con el abuelo acerca de arreglarla y él estuvo de
acuerdo.
Tomó mi mano y empezó a guiarme por el pórtico delantero y
cuando estuvimos allí, me detuve en seco. Margaritas… por todas partes. En
floreros, en cubos, yaciendo en un banco e incluso un ramo de margaritas en una
bota vaquera. Santo infierno… pensé que amaba a este hombre antes, pero ahora
mi corazón parecía como si fuera a explotar por el amor que sentía.
Me di la vuelta para mirar a Peter, que veía cada una de mis
reacciones. —Peter, no… ¡No se ni siquiera qué decir, todo es tan hermoso!
—Hay más adentro, Lali…
Oh, ¿había más?
Peter me dijo que cerrara los ojos, así que lo hice mientras
me guiaba hacia la cabaña. Escuché cómo cerraba la puerta y volteaba mi cuerpo
un poco, y luego sentí su cálido aliento contra mi oído mientras me decía que
abriera mis ojos. Los mantuve cerrados otros cuantos segundos antes de abrirlos
lentamente.
Diablos.
Comencé a llorar tan pronto como vi la pequeña habitación de
la cabaña. Miré alrededor de la habitación, sin estar segura de qué me gustaba
más. Rápidamente noté una enorme cama tamaño familiar cubierta con margaritas y
pétalos de rosa. Al lado de la cama había una mesita que tenía algunas velas
blancas encendidas y un florero lleno de margaritas moradas.
Moví los ojos y aterrizaron en un pequeño escritorio que
tenía más velas encendidas en él y un reproductor iPod. Justo en ese momento, Peter
levantó el brazo con un control remoto y Magic de Colbie Caillat comenzó a
sonar. Llevé una mano a mi boca… ¿cómo me recordó diciendo que amaba esta
canción? Me puse a llorar aún más.
Peter se inclinó y preguntó sobre mi cara, mientras limpiaba
una lágrima, si eran lágrimas de felicidad. Todo lo que pude hacer fue asentir.
Seguí moviendo los ojos hacia la derecha. Observé una pequeña cocina y en cada
superficie había más velas blancas y floreros de margaritas de cada color que
pudieras imaginar. Había una pequeña mesa de comedor en el lado derecho del
cuarto cubierta de chocolate con fresas, frutas, más velas blancas y rosas
rojas y blancas.
Me puse a temblar. ¿Peter planeó todo esto? Miré al piso
cubierto de margaritas y pétalos de rosa.
Cerré mis ojos para controlar las lágrimas que caían como
lluvia. Giré y vi a esos hermosos ojos azules. Peter se acercó y me besó. Me
perdí en su beso y no estoy segura de cuánto tiempo nos besamos, pero ahora
Stay with me de Colbie Caillat sonaba.
—Juan Pedro… Oh, Dios… ¿Planeaste todo esto? —Sabía que a Peter
le encantaba cuando decía su verdadero nombre. Se lo decía todas las mañanas
porque me había dicho que amaba oírlo de mis labios a primera hora.
—Sí, cariño. Le dije a Aaron exactamente como quería que
luciera todo y él y Jenny comenzaron temprano esta mañana y lo hicieron. ¿Te
gusta?
Me quedé mirándolo. Se acercó y puso un dedo en mi boca para
callarme, y se rió.
—Peter… ni siquiera tengo las palabras para describirte cuán
maravilloso es esto. Es… —Di la vuelta alrededor y observé la habitación entera
otra vez—. Es mágica.
—¡Bien… eso es lo que buscaba! Ahora, para tu regalo de
Navidad, mi dulce Lali…
—¿Este no es?
Peter echó la cabeza hacia atrás y se rió.
—No, nena, este es sólo el comienzo.
Oh, Jesús… mi corazón latía con fuerza. Me paré en seco.
¡Oh, Dios! ¡Oh, bendita madre mía! Peter se dio la vuelta y
me miró.
—¿Qué pasa, cariño?
—Peter… ¿cuándo dijiste que tenías un plan…? Tú… nosotros
vamos a… Oh, Dios… —Puse una mano sobre mi boca otra vez.
Peter me agarró y me sostuvo cerca de él. Su corazón latía
tan rápido y fuerte como el mío. No era de extrañar que hubiera estado nervioso
todo el día.
—Sí, nena… pretendo hacerte el amor una y otra vez esta
noche.
Oh. Dios. Mío. Mis rodillas se sentían débiles. Finalmente.
Me lancé a sus brazos y me abrazó con mucha ternura.
—Oh… Jesús… ¡No podrías haber hecho nada más especial! ¡Te
amo tanto!
—Oh, pero estás equivocada, Lali. Todavía tengo un regalo de
navidad que darte. —Se alejó y tomó mi mano de nuevo. Me llevó hacia una mesa.
Únicamente podía imaginar lo que iba a darme. Oh… tal vez
algo sexy para usar, desde que me dijo esta mañana que no podía darme mi regalo
en frente de todos. Quería dar saltos de alegría debido a la emoción.
Peter me sentó en la silla. Noté que había una botella de
champaán en hielo posada en la mesa. ¡Oh, demonios, sí! Voy a celebrar por fin
por perder mi virginidad y con el hombre más maravilloso del
mundo. Sonreí mientras miraba el champán y toda la fruta en
la mesa. ¡Las rosas olían tan bien!
Ni siquiera me di cuenta cuando Peter se puso el piso. Lo
miré y me quedé sin aliento cuando vi que se arrodilló sobre una rodilla y
tenía una caja de joyería en sus manos. No podía respirar. Oh, Dios… Observé la
caja y luego a sus ojos, llenos de tanto amor.
—Lali, tenía planeado decir todas las razones por las que
quiero que seas mi esposa. He estado practicando desde hace una semana. Pero…
todas esas palabras… no pueden ni empezar a describirte lo mucho que te amo. Lo
mucho que quiero pasar el resto de mi vida contigo. Poder despertar cada mañana
y mirar esa sonrisa que pone mi mundo patas arribas. Vivir en el rancho
contigo, tener hijos contigo… hacer el amor en el pórtico contigo cuando
estemos en nuestros noventa. Te amo tanto, Lali, y quiero pasar el resto de mi
vida amándote, cariño. ¿Me concederías el honor de ser mi esposa?
Peter abrió la caja y reveló un hermoso anillo de compromiso
ovalado de zafiro azul estilo clásico. El zafiro tenía un borde finamente
intrincado y lo envolvían diamantes blancos incrustados que continuaban bajando
por cada parte de la banda de oro blanco. Era el anillo más hermoso que alguna
vez había visto.
Levanté la mirada hacia Peter y me puse a llorar. ¿Cómo
recuerda este hombre cada cosa que le digo? Le dije una vez que amaba los
zafiros azules.
—¡Sí! ¡Sí, por supuesto! ¡Nada me haría más
feliz que convertirme en tu esposa, Juan Pedro! —¡Nunca lo había visto sonreír
tan ampliamente en mi vida! Me deslicé hacia el suelo con él y nos besamos.
¡Tenía que besarlo con tanta pasión y amor como pudiera! Necesitaba mostrarle
con este beso lo mucho que significaba para mí, lo mucho que lo amaba
Nunca en mi vida me había sentido tan amada.
:3 lo mas tierno del mundo
Ahhhhh le pidio matrimonio que tierno massdd es ahdjsjdjdbdbkabd
ResponderEliminarAMO DE MANERA SOBRENATURAL ESTA NOVELA!!!! ME ENCANTA. ESTOY ENAMORADISIMA DE PETER ♥ ES LA PERSONA MAS TIERNA DE ESTE MUNDOOO
EliminarSubi un cap mas, queremos Rock Jajaja
jjjJJAJAJ estamos igual con el anonimo jajajaj
ResponderEliminarre tierno segui,llaaaaaaaaaaaaaaaaa
Massssss
ResponderEliminarAy por dios me morí de.amor con este capitulo !! <3
ResponderEliminarSe viene RockLaliter Siiiii !!!
Seguila
Massasa
ResponderEliminarhay que hermoso todo pero la verdad quiero el rock jajajaja
ResponderEliminarnoooo peter es un amor jajaja y me encanta por que estoy segura que todos ya saben :) jajaja quisiera saber como se puso gas jajajajaj
Maaas!!
ResponderEliminarUn capitulo increible!!
ResponderEliminarSigue!!
++++++++++++++
ResponderEliminarMeencantooo!
ResponderEliminarSeguiloo
Hayy me muero q tierno peterrr
ResponderEliminarMaass