Lali
El resto del verano pasó volando. Fuimos al lago Travis unas
cuantas veces y dos veces tomamos el barco de los padres de Agus. ¡Era enorme!
Cande
y Agus realmente parecían ir en serio y me di cuenta que Cande se había
enamorado mucho de Agus y él se sentía de la misma manera. Rochi vino una vez y
trajo a Jason pero de alguna manera se las arreglaron para mantenerse alejados
al otro lado de la embarcación, lejos de Gaston. Había estado allí con una
chica de nombre Kassie… creo que ese era su nombre. Mierda, no podía mantenerme
al día con ellos. Gaston parecía tener una chica diferente en su brazo desde
que volvimos del rancho. Oí a Peter hablar con él en la cocina una mañana,
cuando Gaston regresó de una carrera de todas las chicas con las que había
estado llevando a casa.
—No puedes sacarla de tu maldita cabeza, Gas… no importa
cuántas chicas traigas a casa, nunca serán Rochi.
Peter se había alojado en mi casa más a menudo de lo que se
quedaba en la suya. No pude no enterrar mi cabeza en la almohada de nuevo al
tratar de ahogar a una puta gritando—: ¡Sí, oh, Dios, Gas, más duro, más
rápido! Argh… Era demasiado para mi pobre estómago.
Rochi parecía pasar todo el tiempo libre que tenía con
Jason. Por alguna razón no me gustaba y mi instinto me decía que no era el
hombre adecuado para ella. Nunca me gustó en la escuela y estaba bastante
segura de que recordé a Gaston diciendo que era un puto cuando estaban en la
escuela secundaria.
Esta era la última noche antes de que comenzaran las
prácticas de fútbol. Fuimos a Chuy para cenar, el restaurante favorito de Peter,
y luego de vuelta a mi casa para ver una película. Rochi estaba fuera con Jason
y quién sabía a qué hora iba a estar en casa. Estaba bien vestida e iba al club
de campo, ya que era el aniversRochio de los padres de Jason. Así que nos quedamos
solos durante la mayor parte de la noche.
De alguna manera, Peter y yo fuimos capaces de controlarnos
y no rasgar las ropas del otro. Me di cuenta de que se estaba haciendo más
difícil para que se detuviera antes de que las cosas fueran demasiado lejos. No
había tenido otro orgasmo desde el rancho y estaba prácticamente lista para
pedírselo a Peter. Creo que tenía miedo de no ser capaz de detenerme. Para ser
honesta conmigo.
Pero había algo en esta noche y el dolor entre mis piernas
no se iba. La forma en que Peter seguía frotando el pulgar en la parte trasera
de mi cuello me estaba volviendo una loca y estaba dispuesta a correr el riesgo
de no ser capaz de detenerme para sólo aliviar ese maldito dolor.
Decidí que tenía que tomar el asunto en mis propias manos.
Me moví tan rápido que no creo que Peter supiera lo que había sucedido. Envolví
las piernas alrededor de él y me senté a horcajadas en el sofá. Empecé a
enterrar mis manos en ese desordenado pelo suyo que me volvía loca. Entonces lo
hice… me sacudí contra su ya dura erección.
Oh, Dios. Me sentí tan bien, pero mierda, necesitaba más.
Dejé escapar un gemido y Peter agarró mis caderas, acercándome a él. Me apreté
más contra él y lo siguiente que supe era que Peter me había quitado la
camiseta y se tomó un poco de tiempo al quitar mi sostén. Mi corazón empezó a
latir con fuerza. Oh, vaya. Mierda… esta sería la primera vez que vería mis
pechos desnudos.
Una vez que el sujetador se liberó y Peter lo deslizó por
mis brazos, se quedó mirándome. Se humedeció los labios y pensé que iba a
explotar. Se quedó sentado allí, mirándome con una estúpida sonrisa en su
rostro.
—Peter… por favor, tócame por todo lo santo.
Me miró y me dio esa maldita sonrisa torcida. Oh, Dios mío…
Podría venirme sólo por esa mirada.
—¿Apurada, nena?
Tiré la cabeza hacia atrás y gemí. Necesitaba más. Deseé que
sus malditos pantalones no estuvieran. Oh, Jesús, se sentía como si estuviera
tan cerca.
—Peter… —Pude oír la desesperación en mi voz y no me
importaba.
En ese momento, sacó los brazos de detrás de su espalda y me
agarró de las muñecas y las mantuvo allí con su mano. Se inclinó hacia mi pecho
y puso su boca sobre uno de mis pezones y lo chupó. Usó su otra mano para girar
y tirar del otro pezón.
Santo puto infierno, no podía pensar con claridad. Me estaba
volviendo loca.
—Lali… Ah, joder, me encanta verte así.
Lancé la cabeza hacia atrás y le miré a la cara, gritando—:
¡Pues, mierda, me haces sentir bien, maldita sea!
Ese hijo de puta se rió mientras volvía a chupar mi pezón.
Justo entonces movió sus caderas y allí estaba… el alivio que necesitaba. Gemí
de nuevo cuando golpeó el punto que necesitaba que tocara tan desesperadamente.
—¿Ahí, nena? ¿Es ahí donde lo necesitas?
Oh, Dios… Mi cuerpo comenzó a homiguear. Joder, estaba tan
cerca. Sólo hacía falta un empujón más de sus caderas y lo perdería.
—¡Oh, Dios mío! ¡Peter, eso es! —Tiró la cabeza hacia atrás
y empecé a gritar su nombre. Sentí que dejaba de chupar mi pezón, pero nunca
dejó de girar y tirar del otro. Oh. Dios. Mío. Esta sensación era jodidamente
fantástica.
Oh, santo infierno, creo que acabo de dejar mi cuerpo. Oí a Peter
decirme algo, pero me sentía en una niebla. Me estaba moviendo, ¿por qué
diablos me movía? Me acostó en el sofá.
¿Qué demonios decía? No podía pensar… Justo cuando pensaba
que el pulso de mi cuerpo se había detenido, lo sentí comenzar de nuevo. Algo
había cambiado, sin embargo, algo se sentía diferente. Oh, Dios mío… Se sentía
tan bien.
—Jesús, nena, estás tan mojada. Abre los ojos y mírame, Lali.
Espera… ¿Qué?
Abrí los ojos y miré sus hermosos ojos azules. Estaba
tendido junto a mí y pude sentir… Oh, Dios mío, ¿era su mano? Oh, Jesús. Su
mano estaba en mis pantalones, dentro de mis bragas.
—Lali, estás tan jodidamente húmeda, bebé.
Todo lo que pude pensar para decir era—: ¡Só!
Estaba tocando mi clítoris y se sentía tan bien que no
quería que se detuviera… ¡Nunca!
—Oh, Dios, Peter… No, no te detengas.
Me besó suavemente y mordisqueó mi labio inferior. Entonces
sentí que deslizaba un dedo en mi interior. Moví las caderas contra su mano.
—¿Se siente bien, Lali? Dime que se siente bien.
Traté de hablar, realmente lo intenté, pero no pude. Lo
único que podía hacer era gemir. Puso otro dedo en mi interior, y luego otro, y
comenzó a mover su mano más rápido mientras su pulgar frotaba mi sensible
pezón.
Oh, mierda. Sentí que me corría de nuevo. Extendí la mano y
agarré sus brazos mientras él se inclinaba hacia abajo y empezaba a besar y
mordisquear mi labio inferior una vez más. Un empuje más de mis caderas y me
vine abajo.
Estaba bastante segura de que iba a desmayarme por la
intensidad de ese orgasmo. Lo sentía continuar y continuar y la verdad es que
necesitaba que se detuviera antes de que me matara. Estaba gritando en la boca
de Peter, pero nunca dejó de besarme.
Finalmente, mi pulso disminuyó como también los besos de Peter.
Solté lentamente sus brazos. Abrí los ojos y lo vi sonreírme. No pude evitar
sonreírle en respuesta.
—¿Eso ayudó a aliviar el dolor, nena? —dijo Peter mientras
se inclinaba y me besaba suavemente.
Todavía trataba de recuperar el aliento. —Creo que sí.
Peter se echó a reír y se sentó. Me quedé allí por un minuto
o dos hasta que conseguí regular mi respiración. Lo vi ajustarse a sí mismo y
luego pasar una mano por su cabello. Necesitaba agradecerle. Me senté y puse
las piernas alrededor para sentarme en el sofá. Bajé al suelo y me volví para
mirarlo.
—Lali, ¿qué diablos estás haciendo? —dijo Peter cuando
empecé a empujarlo contra el sofá y a desabrocharle los pantalones. Me agarró
las manos y negó con la cabeza.
—¿Por qué no, Peter? —pregunté, relinchando.
Sólo me miró y negó con la cabeza. —Lali, no necesito que lo
hagas, cariño.
Pasé la mano por su dura erección y arqueé una ceja hacia
él.
—Eh, no pareciera.
Comencé a desabrochar sus pantalones y bajé la cremallera.
Vaya…
—A comando, ¿eh?
—¡Joder, Lali!
Echó la cabeza hacia atrás y sonreí mientras lo veía
estremecerse al sentir el escalofrío de cuando lo toqué. Mierda. ¡Era enorme!
Bueno, no era como si pudiera compararlo con otro, ya que con toda justicia, es
la primera vez que veo realmente un pene. Al menos de cerca y en persona. Pensé
que se sentía grande cuando lo tomé en el río del rancho, pero verlo. Santas
campanas del infierno, ¿cómo diablos iba a caber eso en mí?
Empecé a mover la mano de arriba abajo a lo largo de su eje.
La forma en que respiraba hacía que me calentase de nuevo. El pensar que lo
estaba haciendo sentir así era increíble.
—¿Lo estoy haciendo bien, Peter?
—¡Sí! ¡Dios mío, sí! Lali, no te detengas… ¡Más rápido,
nena!
Sonreí e hice lo que pidió. Lo siguiente que supe es que
respiraba aún más rápido.
—Lali, estoy a punto de venirme… ¡Oh, Dios, Lali!
Mi corazón latía como loco. ¿Qué hacía? ¿Debía seguir
adelante? ¿Parar cuando empiece a correrse? Oh, mierda, debería haberle hecho más
preguntas a Rochi. Justo en ese momento, Peter dejó escapar un gemido y gritó
mi nombre, pero esta vez con mucha más pasión. Miré hacia arriba y vi su rostro
mientras seguía moviendo la mano de arriba abajo.
¡Vaya! Incluso era hermoso cuando se venía. Sentí algo
deslizarse en mi mano, así que aparté los ojos de Peter y miré hacia abajo. Sí,
era semen. Esparcido en toda mi mano. Era la segunda vez que lo hacía y me
sentía muy, muy orgullosa. Gracias a Dios nunca le hice esto a Pablo cuando me
lo suplicó.
Peter levantó la cabeza y me miró, y sonreí cuando me dio
tal sonrisa.
Una vez que recuperó el aliento, me sonrió aún más
ampliamente. —¿Nunca habías hecho esto antes del río, Lali?
—¡Nop! —le dije, poniendo enfásis en la p.
—¡Jesús, eso fue increíble!
En ese momento, oí el coche de Jason entrar por el camino. Peter
y yo miramos por la ventana, y luego hacia mi mano cubierta de esperma aún
envuelta alrededor de su polla. Me levanté de golpe y agarré mi sujetador y
camisa, y los dos corrimos hacia mi habitación y entramos al
baño, donde nos limpiamos y reímos como niños de cinco años.
Peter me dio la vuelta, me levantó y me puso en el mostrador del baño.
—Algún día, Lali, cariño, cuando estés lista… Vamos a hacer
el amor y te prometo que será la noche más mágica de tu vida. —Se inclinó y me
besó apasionadamente cuando escuchamos a Rochi discutir con Jason en la sala de
estar. No nos perturbó, ya que siempre lo hacían.
Santa madre de todas las creaciones, este hombre sabía cómo
hacer que las mariposas llenasen mi estómago.
—Te amo tanto.
—También te amo, cariño. Muchísimo.
epa! jjajajaajjja
ResponderEliminarseguila,
Me derrito d amooor
ResponderEliminarmaass
OMG...sin comentarios ..sólo Seguila porfis!!
ResponderEliminarEsto se esta poniendo algo caliente....Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!!
ResponderEliminarMaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!!
ResponderEliminarOmg yo querian que lo hagan pero que bueno que esperen hasta casarse masssss
ResponderEliminar