Datos personales

martes, 1 de julio de 2014

Capitulo: 45


Rochi
Oh, santos demonios. ¡Nunca había experimentado algo así en toda mi vida! ¡Quería más! Necesitaba más. Necesitaba a Gas tanto que dolía físicamente.
Lo dije antes de que siquiera supiera que las palabras salían de mi boca. Lo declaré y le dije a Gas que quería tener sexo con él. Oh, Jesús, ¿por qué dije eso?
Su rostro se puso blanco y se tensó.
—No, no, esto fue un error, Rochi. Uno que no debería haber pasado.
Espera… ¿Qué? Tuve que sacudir la cabeza para aclarar mis pensamientos. ¿Acaba de decir que lo que pasó entre nosotros fue un error? ¿Que eso nunca debió haber sucedido?
—¿Qu… Qué? —Apenas podía hablar. ¿Cómo podía decir eso? Ese fue el momento más increíble de mi vida. ¿Cómo podía decir eso? Vi la forma en que me miraba. Él también lo sintió. ¡Sé que lo hizo!
—Lo siento tanto, nena, nunca debí dejar que eso pasara. Te prometo que jamás volveré a hacerlo.
Oh, Dios mío, estaba tan jodidamente confundida en ese momento que sólo quería gritar. Me pasé las manos por el cabello y sacudí la cabeza para aclarar mis pensamientos.
—¿Qué demonios estás diciendo, Gas? ¿Cómo puedes decir que fue un error? ¿Cómo… cómo me puedes hacer eso, hacerme sentir de esa manera y luego decirme que fue un error? ¡No! ¡No fue un error! No me arrepiento de haber hecho lo que hicimos.
Gas se apartó de mí y se pasó las manos por el pelo. Me miró de arriba abajo y se concentró en mis pantalones cortos, todavía desabrochados.
—Gas, te quiero. Te he querido durante tanto tiempo, por favor, no digas que esto fue un error. —Comencé a caminar hacia él, pero levantó sus manos para detenerme.
—¡No! Lo jodí. No quise hacerlo, Rochi. Tú… ¡Tienes un puto novio! —dijo, mirándome sorprendido.
Negué con la cabeza. No, no iba a usar a Jason para salirse de esto.
—No quiero a Jason. ¡Te quiero a ti, Gaston! ¡Te amo!
Se quedó allí y me miró, sorprendido. Al principio, parecía aliviado cuando le dije que no quería a Jason, luego lucía confundido y después… no sabía cómo leer sus gestos. Las emociones corriendo por su rostro empezaban a asustarme. Parecía… ¿enojado?
Se echó a reír. ¿Por qué demonios se reía?
—¿Me amas? No, no lo haces, sólo quedaste atrapada en un momento que nunca debí haber dejado que sucediera. Todo fue un error, Rochi. Si pudiera regresar en el tiempo para evitar que sucediera, lo haría. No significó nada.
Sentí las lágrimas llenando en mis ojos. ¡No! No lloraría. No quiso decir lo que dijo. ¿Cómo podía estar diciéndome esto ahora?
—Pensé… pero pensé que me querías, Gas. La forma en que me mirabas…
Pasó la mano por su pelo y se alejó de mí. No me podía mover; me quedé mirándolo. Respiró hondo y se dio la vuelta para mirarme de nuevo. No había ninguna emoción en su rostro.
—Rochi, lo siento si te ilusioné. Yo… sólo me dejé llevar por el momento y no pensé con claridad. No significó nada y creo que tenemos que olvidar que esto sucedió.
No podía respirar. Oh, Dios mío, no podía respirar… Todo mi mundo acababa de ser puesto patas arriba. El único hombre que he amado, que siempre he querido, básicamente me dijo que me fuera a la mierda. Sentí una lágrima deslizarse por mi cara. Ni siquiera podía mover la mano para limpiarla.
El rostro de Gas se retorció con dolor. Se acercó y extendió la mano para limpiar la lágrima.
Di un paso atrás.
—¡Jamás. Me. Toques. De. Nuevo! Bastardo. No puedo creerlo. —Lo perdí y me abalancé sobre él y comencé a golpear mis puños contra su pecho—. ¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste hacerme esto? —Sólo me agarró y me abrazó mientras golpeaba su pecho con mis puños.
Oh, Jesús, mis piernas comenzaron a ceder. Empecé a deslizarme hacia el suelo, él conmigo y me abrazó mientras lloraba. Lo odiaba, lo odiaba con todo lo que tenía.
¡No! No tenía permitido consolarme después de haber arrancado mi corazón. Lo alejé de mí y me levanté. Oí a alguien acercándose.
Gas se levantó y se acercó a mí. Tenía lágrimas en los ojos, pero no me importaba una mierda.
—¡Te odio! —dije a través de los dientes apretados.
—Rochi…
—No, no, ya no tienes que decirme cómo la jodiste, hijo de puta. Nunca te perdonaré por esto. ¿Me entiendes, Gas? ¡Nunca! ¡Te odio! ¡Joder, te odio!
Le grité tan fuerte que retrocedió, conmocionado. Me abroché los pantalones cortos y caminé hacia el otro lado de la camioneta. Temblaba de pies a cabeza y me sentía mal del estómago.
Parecía que era Drake. Gracias a Dios, no podía soportar estar cerca de Gas en estos momentos. De repente, me sentí como una puta barata. ¡¿Cómo pude ser tan malditamente estúpida?! ¡Y pensar que le pedí tener sexo conmigo!
Drake detuvo la camioneta, salió y comenzó a caminar hacia la parte trasera.
—¡Hola! ¡El señor Mathew me dijo que salieron en la camioneta! ¡Debe haber olvidado que Peter le dijo que necesitaba una batería nueva! Compré una en la ciudad esta mañana.
Me volví para mirar al idiota, que seguía viéndome. Parecía que iba a vomitar. Esperaba que lo hiciera. Tal vez pondría algo en su cena de esta noche, así se pondría mortalmente enfermo y vomitaría toda la maldita noche. Me aparté de él y me acerqué a Drake, que sacaba la batería para la camioneta de la parte trasera de la suya.
—Drake, eh, realmente necesito volver a la casa. ¿Puedes regresar con Gas, por favor, para que regrese en la camioneta?
—Rochi, espera, tenemos que hablar…
Me di la vuelta y lo miré, deteniéndolo a media frase. Nunca supe que podía odiar a alguien tanto como lo odiaba ahora.
—No, creo que dijiste todo lo que tenías que decir, así que ahora es mi turno.
Pasé junto a un Drake muy confundido y fui derecho a Gas.
—¡Cuando llegue a casa con Jason, mi novio, puedes estar seguro que no me estará diciendo que fue un error después de que terminemos follando por primera vez!
Gas cerró los ojos brevemente y luego los abrió de nuevo. Sus ojos parecían estar llenos de dolor, pero lo conocía mejor, joder.
Me di la vuelta y me detuve frente a Drake.
—¿Las llaves están en la camioneta?
—Ah, eh… sí. —Como que me sentía mal por el tipo, pero, oh, bueno, mierda. Estaba harta de toda esto.
Apenas logré volver a la casa del rancho en una sola pieza. Casi no podía ver a través de las lágrimas que corrían por mi cara. Vi a Peter y Lali sentados en el pórtico con Emma. Traté de limpiar las lágrimas, pero no paraban. Estacioné la camioneta por el granero y empecé a caminar hasta la casa. Pude ver a Lali sonriéndome, pero tan pronto como me vio realmente, su sonrisa se desvaneció y comenzó a correr hacia mí.
—Rocio. Oh, Dios mío, ¿qué sucede?
—Tu hermano, tu hermano eso es lo que pasa. Es un idiota bueno para nada, un hijo de puta. Lo odio. Joder, lo odio.
—¿Qué… qué hizo? —En ese momento, se puso una mano en la boca y empezó a negar con la cabeza—. No lo hizo.
Comencé a reír, vaya broma. —No. Supongo que soy un bajón a lo que eso se refiere. Si me disculpas, creo que necesito tomar un largo baño y acostarme un rato.
—Rochi, dime lo que hizo —dijo, agarrando mi brazo.
Me volví y la miré, las lágrimas regresaron.
—Me esperanzó por unos breves minutos antes de que me arrancara el corazón, lo tirara al suelo y lo enterrara profundamente en la tierra con sus botas.
Me volví y vi a Peter con las manos cerradas en puños. Traté de sonreír mientras me dirigía al pórtico. Emma me detuvo y me dio un abrazo que me causó otro ataque de llanto. Me ayudó a entrar en la casa y subir las escaleras. Me llevó al baño y llenó la bañera con agua caliente mientras yo permanecía allí, mirando al vacío.
¿Cómo pude haber sido tan estúpida?
—Rocio, los hombres son criaturas estúpidas. A veces aman tanto algo que los asusta, y tratan de alejarlo lo más lejos que pueden —dijo, quitando el cabello de mis ojos llorosos, rojos e hinchados.
Empecé a negar con la cabeza. —Emma… ningún hombre que ame a una mujer alguna vez dice las cosas que él dijo.
Dejó escapar una risita cuando me ayudó a desvestirme. —Te sorprenderías, mi querida niña. Te sorprenderías.
Me senté en la bañera durante no sé cuánto tiempo. Salí sólo cuando ya no podía soportar el agua fría. Me envolví en la toalla que Emma había dejado cerca y luego la extendí para que se secara. Poco a poco, caminé al dormitorio que Lali y yo compartíamos. Debe haber entrado y dejado algo de ropa para que me pusiera. Eran mis cómodos pantalones azul y camisa blanca sin mangas. Me metí en ellos de alguna manera. Todo mi cuerpo se sentía entumecido. No sabía que una persona pudiera dañar tan gravemente a otra.
Me senté en la cama y fue cuando oí a Lali gritándole a Gas.
—¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste destruirla de esa manera?
Luego oí a Gas y a Peter discutiendo. Me levanté y me acerqué a la ventana. Los vi parados junto al granero más cercano a la casa. No pude oír lo que contestó Gas, pero lo siguiente que supe fue que Peter le dio un puñetazo. Lali se puso en medio y le dijo que se detuviera. El corazón me latía a mil por hora.
¡Mierda! ¡Todo esto era mi culpa!
Garrett se acercó, cogió a Gas del brazo y se alejaron hacia los establos. Lali se echó hacia atrás con Peter, observándolos alejarse. Gas se volvió y miró directamente hacia la ventana donde yo me encontraba. Parecía que lloraba.
No. Ese bastardo de corazón frío no tenía una pizca de amor corriendo por sus venas.
Lo odiaba…
De repente me sentí tan cansada.

Dormir, sólo necesitaba dormir.

6 comentarios:

  1. omg!!!!!11 no enserio lo odiooo pobre de rochi

    ResponderEliminar
  2. Que maldito hijo de bicht eso nos se hace gaston hay lo odio

    ResponderEliminar
  3. hay no que horrible es gas :/
    llore todo el cap :(

    ResponderEliminar
  4. Otroo porfa! Gracias por subir :D

    ResponderEliminar
  5. dios gaston no puede ser mas idiota porque no puede seguila queiro saber como continua

    ResponderEliminar
  6. Oh por dios que triste lo que le hizo Gas a Rochi me partió el alma...pero jamás pensé que Peter iva a pegar a Gas...no lo puede creer..
    Seguila porfis!!!

    ResponderEliminar