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Lali
Emma, Rochi y yo pasamos casi toda la tarde limpiando y
guardando la comida de nuestra fiesta de Acción de Gracias. Todos los chicos
salieron al pórtico y oí a Garrett decir algo sobre una persona llamada Jess, que
iba a traer un nuevo caballo.
Los ojos de Rochi se iluminaron con eso.
Cualquier cosa que tuviera que ver con los caballos y ahí se encontraba.
—Chicas, ¿por qué no dejan de hacer eso y van a la cuadra
principal y echan un vistazo a la nueva potrilla que llegó?
—¿Cuántos años tiene, Emma? —preguntó Rochi mientras se
quitaba el delantal que tenía puesto. Había estado sonriendo desde que ella y Gaston
regresaron ayer de su viaje. Supongo que las cosas habían salido bien, porque
no podía mantener sus manos lejos de ella ni ella de él. Emma tuvo que decirle
que se comportara al menos cinco veces durante la cena.
—Tiene tres y es una belleza. Gaston la compró para su nuevo
terreno. —Rochi y yo movimos nuestras cabezas y miramos a Emma. Se dio cuenta
de su error en el momento en que salió de su boca.
—Espera, ¿qué nuevo terreno, Emma? ¿Porque Gaston compró un
caballo? —le pregunté.
—¿Quieres decir que no te ha dicho? —dijo Rochi, aturdida.
—No… ¡No tengo ni idea de lo que están hablando!
Emma sacudió la cabeza y miró hacia el fregadero, donde dejó
el último plato. —No es mi trabajo decirle las cosas de Gaston a Lali.
Rochi se echó a reír. —¡Bueno, es el mío ahora! Gas va a
comprar los doscientos cincuenta acres de tierra en el lado norte del rancho Lanzani.
—¿Qué? ¿Por qué no me lo habías dicho? Y más importante,
¿cómo? ¿Cómo demonios…? Oh, lo siento, Emma. ¿Cómo diablos puede permitirse el
lujo de comprar un terreno de doscientos cincuenta acres de tierra?
Rochi movió la cabeza y se encogió de hombros. Sabía que Gas
había trabajado durante el año después de la temporada de fútbol, pero eso fue
sólo durante el semestre de primavera. Entonces me acordé de mi coche. ¿Cómo
pudo darse el lujo de comprar el coche… con dinero en efectivo? ¿Y ahora
compraba caballos? ¡Algo no encajaba! Ni estando de interno en una firma de
arquitectos podría conseguir esa cantidad de dinero. Sé que dijo que había
guardado el dinero de nuestra abuela y era un buen ahorrador, pero vamos.
Necesitaba saber cómo.
Giré sobre mis talones y me dirigí hacia los establos. Rochi
me siguió al instante. No hablé en todo el camino, tenía demasiadas cosas
corriendo por mi mente. Dios mío… ¿¡Y si vendía drogas!?
—¡Deja de pensar tanto, Lali! ¡Dios! Puedo oír los malditos
engranajes en tu cerebro. Sólo dale a Gas una oportunidad para que te lo diga.
No salgas corriendo y empieces a acusarlo de vender drogas o algo.
Mierda… ¿cómo sabía lo que pensaba? ¿Lo dije en voz alta por
error? Doblamos la esquina y vi a Drake, Aaron, Gaston, Peter y… ¿una chica?
Era probablemente de mi altura y peso, pero vestía unos
súper ajustados vaqueros que marcaban su trasero, unas botas de vaquero y una
apretada camiseta azul marino. ¿Qué demonios?
Peter y Aaron estaban hablando con ella, y ella lanzó la
cabeza hacia atrás, riendo de algo que Peter acababa de decir. No me gustó
inmediatamente. No sabía quién era, pero sabía que no me gustaba en lo más
mínimo.
—Jesús, María y José, ¿quién coño es la vagabunda vestida
como vaquera? —dijo Rochi mientras la miraba de arriba abajo. Los ojos de Gaston
se iluminaron como un árbol de navidad cuando vio a Rochi. Me miró y sonrió
mientras se acercaba a mí.
—La, quería esperar hasta que todo estuviera terminado, pero
parece que esta semana va a ser tan… eh, sí, me compré un terreno aquí. El que
se une a los pastizales en el norte del rancho de los Lanzani. Está a unos
doscientos cincuenta acres. —Luego miró a Rochi y sonrió aún más—. Lo compré
con la esperanza de convertirlo en un rancho de caballos, y mecompré mi primera potrilla. Es un ella. Puedes llamarla como
tú quieras Rochi, es toda tuya.
Rochi lo miró, atónita. Nunca había visto en mi vida Rochi
quedarse muda… nunca. En todos los años que llevaba conociéndola. Se quedó
mirando a Gas y me di cuenta de que su sonrisa empezaba a fallar. Miré a Rochi
y tenía una lágrima rodando por su rostro. Lo siguiente que supe es que saltaba
a los brazos de Gas y envolvía las piernas alrededor de su cintura.
—¡Oh, Dios mío! ¡Me compraste un caballo! ¡Oh, Jesús! —Gas
comenzó a reír mientras se acercaba a la yegua y Rochi lo besaba por todas
partes como loca.
—¡Jesús, consigan una habitación! —gritó Peter mientras me
miraba y guiñaba un ojo. Luego regresó su atención a la señorita teñida de
rubio con ajustados vaqueros y tetas falsas de vaquera. Le dio un rápido
abrazo… ¿En serio? Y luego se volvió para abrazar a Aaron. ¿Vieja amiga?
¿Prima? ¿Quién era esta chica?
—Hola, cariño, ¿quieres ver la yegua? Es una belleza.
—Estoy bastante seguro de que ya le voy a echar un vistazo.
—Peter me dio una mirada confusa y se volvió hacia el caballo. Cabrón.
»Claro, vamos a ver los nuevos caballos de Rochi —le dije
mientras sacudía la cabeza.
Para el resto de la noche nadie habló de la señorita teñida
de rubio con ajustados vaqueros y tetas falsas de vaquera, así que yo tampoco.
Era como si nunca hubiese estado allí. Arrinconé a Gas para saber cómo demonios
había podido comprar toda esa mierda. Resultó que tomó una parte del dinero que
recibimos de nuestra abuela y lo invirtió. Supongo que lo hacía bastante bien.
Había apartado dinero para un coche, la universidad para mí y algo más, por si
quería usarlo para una boda.
¿Una boda? Bien. No pensaría en eso por un tiempo. Todo el
cuerpo de Peter se tensó cuando me reí de necesitar el dinero para una boda.
Pensé que era extraño, pero aún me sentía molesta por la señorita pantalones
ajustados como para prestar atención en ese momento a Peter.
A la mañana siguiente me levanté y Rochi no estaba. Dios,
segundo día consecutivo que se había levantado a primera hora de la mañana.
Empezaba a pensar que ella y Gas salían a escondidas a hacer algo. Agh… no
necesitaba visualizar eso en este momento. No eso. Sacudí la cabeza para borrar
la imagen de mi mente.
Me puse unos pantalones de chándal y una sudadera de fútbol
de la universidad. Parecía que hacía frío. Bajé a la cocina. ¿Nueve y media?
¿Qué demonios? ¿Por qué todo el mundo me dejó dormir hasta
tan tarde? ¿Y a dónde diablos habían ido todos?
Salí al pórtico y vi a Emma y a Garrett en una intensa
conversación. Se detuvieron en el momento en que salí.
—Oh, perdón, no quise interrumpirlos —dije mientras empecé
comenzaba a entrar en la casa de nuevo.
—Tonterías, querida Lali, tu nunca podrías interrumpir.
¿Estás buscando a Juan Pedro, cariño?
Asentí y sonrió.
—Creo que bajó al establo hace poco. Iba a alimentar a los
caballos.
—Oh… qué bien… Eh, gracias, iré a, eh, a buscarlo. —¿Por qué
tartamudeaba?
Me dirigí a la cuadra principal y oí voces. Doblé la esquina
y la vi… apoyada en el granero con Peter inclinado a su lado, su brazo apoyado
contra un puesto. Ella estaba sonriendo y riéndose de algo que él había dicho.
De inmediato tuve la misma sensación que tuve cuando me encontré con Pablo. Me
quedé allí. Finalmente Peter levantó la mirada. Me dio la sonrisa torcida que
hacía que mi ropa interior cayera y dejó caer el brazo, y comenzó a caminar
hacia mí. Me congelé. ¿Por qué se encontraba solo y con una chica? La miré y me
sonrió con una sonrisa socarrona.
No sé por qué lo hice, pero me di la vuelta y me alejé. —¿Lali?
—me llamó Peter. En cuanto di la vuelta a la esquina y lo perdí de vista, eché
a correr. No tenía ni idea de a dónde diablos iba, pero corría tan rápido como
podía.
—¡Lali, detente! —gritó Peter. Sabía que nunca sería capaz
de huir. ¡Mierda! Peter corría cada día. Corrí hasta el depósito y tuve que
poner las manos en mis rodillas e inclinarme.
Oh, mierda… tenía que empezar a correr de nuevo. Trataba de
aspirar el aire, pero mis pulmones se sentían como si estuvieran cerrados.
—¿Qué carajo, Lali? ¿Qué haces huyendo de esa manera?
Tengo. Que. Recuperar. El. Aliento.
Me levanté y traté de dejar de pensar en el calambre que
tenía. Santa mierda… creo que necesitaba empezar a correr… está bien, quizás
caminar y luego correr. Oh, Dios mío, divagaba en mis malditos pensamientos
ahora.
Peter se acercó y me dio la vuelta para que lo mirara.
—¿Qué fue eso? ¿Por qué huiste?
Una vez que recuperé el aliento, me dejé llevar. Me sentía
cansada, irritable, estresada por la escuela, por no ver lo suficiente a Peter,
además de tener que ver a las chicas babear por él… y ahora esto. Ambos en el
granero, con él mirándola como si estuviera a punto de besarla… Oh, mierda…
puta vaquera.
—Oh, lo siento, Peter. Es sólo que parecía que los dos
necesitaban un momento privado para terminar lo que sea que estuvieran a punto
de comenzar.
—¿Qué? Lali, ¿de qué estás hablando?
—Vete a la mierda, ¿vale? Dejaste que durmiera toda la
mañana para qué así pudieras pasar algún tiempo con la rubia oxigenada. Se
veían muy cómodos. Diría su nombre, pero lo curioso es que nunca me la
presentaste ayer… sobre todo después de que te diera un largo abrazo de
despedida… Joder.
Empecé a caminar, pero joder… todavía tenía el calambre.
¡Maldita sea!
—Lali, no te alejes de mí. Detente un maldito minuto.
—Me voy a casa.
Vi como se pasaba ambas manos por el cabello y luego por su
cara.
—Nena, por favor, deja… no puedo hacer esto, Lali. Todo lo
que hacemos es discutir y sigues enfadándote conmigo y no tengo ni puta idea de
por qué. Así que, me viste hablando con Jess, es la hija de Drake. Todos hemos
crecido juntos. Joder, es como una hermana pequeña para mí, Lali. No iba a
besarla o hacer cualquier cosa con ella para el caso. ¡Te quiero! ¡Maldita sea,
Lali! ¿Por qué no puedes ver que te amo…? Sólo te quiero a ti.
Nunca serás querida por nadie…
—¡Mierda! ¡¿Cuándo saldrá su voz de mi maldita cabeza?!
—¿De quién es la voz, Lali?
Lo hice otra vez. Me di la vuelta y vi el dolor en los ojos
de Peter. ¿Por qué desconfiaba de él últimamente? Realmente no creía que
estuvieran a punto de besarse, así que, ¿por qué corrí de esa manera?
Me sentía mal del estómago y apenas me senté, empecé a
llorar. Peter estuvo sobre sus rodillas en dos segundos.
—¡Lali! ¿Qué te pasa? ¿Te sientes enferma?
Sólo me lancé a él. Envolvió sus brazos a mí alrededor y
luego se sentó y me llevó a su regazo. Frotó mi espalda y siguió diciendo que
todo estaría bien. Pero no me sentía bien.
—¡Peter, no sé qué está mal conmigo! Sigo esperando a que
pase algo malo. Estoy tan cansada de la escuela ya, estoy estresada, mi madre
no deja de llamarme, tú difícilmente estás alrededor y cuando te llego a ver,
tengo que ver como las chicas que se lanzan a ti… Estoy esperando a que te
canses de mí y te vayas. —Empecé a sollozar.
—Cariño, lo siento tanto. No sabía que tu madre había estado
llamando. Me gustaría que me lo hubieras dicho, o a Gas. Sé que la escuela es
estresante, nena, tienes que tomar muchas clases. El fútbol está casi acabando,
y podremos estar juntos más a menudo. Todo va a salir bien. Necesitas hablar
conmigo, Lali, no podemos seguir peleando por alguna tontería que no significa
nada, ¿vale?
Asentí y lo miré. Sus ojos azules se encontraron con los
míos y contuve el aliento por la mirada ardiente que me daba. Poco a poco,
empezó a tirar de mí hacia abajo, me recostó en la hierba y comenzó a besarme.
Después de regresar a tierra, Peter se inclinó contra mi
oreja y me susurró al oído—: ¡Otra primera vez, nena! ¡Un orgasmo junto al
depósito!
Solté una carcajada y miré su hermosa sonrisa. Tal vez todo
iba a estar bien.
Diciembre…
—No puedo creer que te vayas a casar, Cande. ¿Qué demonios?
¿No crees que es demasiado pronto? —dijo Rochi por quinta vez desde que nos
recogió del apartamento de Cande.
—Rochi, estoy locamente enamorada de Agus y él está
locamente enamorado de mí. Queremos casarnos tan pronto como sea posible, así
que no, no creo que sea demasiado pronto.
—¡Acaban de comprometerse hace poco más de dos semanas, por
el amor de Dios! —dijo Rochi, sacudiendo la cabeza.
Agus le había pedido a Cande que se casara con él en Acción
de Gracias, justo en frente de toda su familia. Ella, por supuesto, dijo que sí
y de inmediato comenzó la planificación de una boda para el día de San
Valentín. Las clases habían acabado por este semestre y, finalmente, sentí que
podía relajarme. Cuando Cande llamó y nos preguntó si podíamos ir a ver el
Hotel Driskill, no dejamos pasar la oportunidad de ir y hacer algo diferente.
Gas se encontraba con Agus, ayudándole a arreglar algo en el
barco de su padre y Peter planeaba reunirse con James, el novio de su prima
Shannon, quien volaría un día antes que ella para estar con Peter. Suponía que
Shannon y James eran novios en el instituto e iban al rancho a menudo. Peter no
había visto a ninguno de los dos en unos pocos años. Se iban a casar ese fin de
semana.
—Bien, señoritas. Así que, así está la cosa. Vamos a ver dos
salones de baile diferentes. Estoy tratando de mantener esto pequeño, pero
tengo la sensación de que la madre de Agus me va a dar una lista de invitados
de una milla de largo. Así que lo tengo en duda. Estoy pensando en no más de
trescientas personas.
—¡Trescientas personas! —dijimos Rochi y yo al mismo tiempo,
igual de alto.
—Ya lo sé… me gustaría dejarlo en ciento cincuenta, y ese es
mi objetivo, pero no estoy segura de que la futura suegra monstruosa se sienta
de la misma manera. Así que, recuerdénmelo mientras estemos buscando. Ustedes
son mis damas de honor… este es su trabajo.
Tuve que reír, porque Cande era del tipo de
chica que acabaría huyendo a Las Vegas para casarse, pero la madre de Agus… era
otra cosa. No le debería tomar mucho tiempo darse cuenta de que Cande
no iba a aguantar su mierda.
Recorrimos diversas salas de banquetes y sabía que Rochi se
sentía tan aburrida como yo. Era la que tomaba notas y juré por Dios que si Cande
decía—: ¿Escribiste eso, Lali? —Una puta vez más, iba a meterle el portátil por
el trasero.
Argu, el hombre que nos guió durante el recorrido era como
un palo en el culo. Era un hombre mayor que seguía hablando de servidores,
camareros, sillas, manteles, velas votivas, porcelanas, objetos de plata,
flautas, pistas de baile… ¡Oh, Dios mío! ¡No podía soportarlo más! Rochi caminaba
delante y fue hasta las puertas de la cocina.
Nos acercamos mientras el hombre hablaba del catering.
—¿Lali, escribiste eso? —Sólo la miré.
—Sí. Sí, lo hice… —dije con una sonrisa forzada.
Vi a Rochi caminar hasta otra puerta, la que conducía a las habitaciones
de hotel. ¡Eso es lo que quería ver! Oí que eran muy románticas y Agus pensaba
pasar la noche en el hotel antes de que volaran a Barbados. En ese momento, oí Rochi
aspirar una profunda bocanada de aire.
—Santa madre de todo lo bueno, oh, mierda.
Nuestro guía dejó de hablar al instante y miró a Rochi. Cande
le lanzó una mirada asesina y traté de ocultar mi risa. Rochi se acercó a mí y
me agarró del brazo, llevándome hacia la puerta del pasillo.
—¡Gracias, eso fue lo más excitante que tuve en todo el día!
—Pensé que habías dicho que Peter se encontraba con el novio
de su prima ahora —dijo Rochi, mientras miraba hacia la puerta que conducía a
las habitaciones.
—Lo está.
—Sí, no lo creo… —Me detuvo, me hizo agachar la cabeza y me
dijo que mirara por la ventana.
¿Peter? Estaba de pie en una de las puertas de las
habitaciones. En ese momento, se abrió la puerta y oí el grito de una chica.
Inmediatamente saltó a los brazos de Peter y envolvió sus piernas alrededor de
su cintura.
Oh. Jesús. Esto no estaba sucediendo… no…
Se veía tan feliz de verlo como él. Entonces lo besó. No un
beso profundo, pero un rápido beso en los labios. Luego entró en la habitación
y cerró la puerta.
Me desplomé en el suelo. Ese hijo de puta me engañaba.
Sentía que iba a llorar… Miré a Rochi, que me agarró del brazo y me levantó.
—¡Oh no, no lo hagas… no… vamos! ¡Cande! Código azul.
¡Ahora!
Cande se dio la vuelta, me miró y luego a Rochi.
—¡¿Qué?! —Se volvió y se disculpó con nuestro chico
turístico—. Voy a estar en contacto con usted, pero me encantó todo. ¡Gracias!
—gritó Cande mientras corría para ponerse al día con nosotras.
Finalmente alcanzó a Rochi mientras llegábamos al vestíbulo
y Rochi me sentaba en una silla. Las miré.
—Vamos —dijeron ambas al mismo tiempo.
Lo perdí… nunca había llorado tanto en mi vida. Me mecía
hacia adelante y atrás y lo único que podía oír era a mi madre. Nunca serás
querida por alguien. Puse las manos sobre mis oídos. ¡Tenía que dejar de pensar
en eso! Quería gritar. Estaba pasando lo mismo que con Maxi y Pablo.
—¡Sabía que… Rochi te lo dije… te dije que tenía la
sensación de que algo ocurría! ¡Te lo dije! Probablemente ha estado tratando de
encontrar una manera de deshacerse de mí. ¡Incluso Emma y Garrett actuaban
extraño en Acción de Gracias! ¡Probablemente les dijo que iba a romper conmigo!
Oh, Dios mío, mi pecho dolía. No podía respirar. Cande se
puso de rodillas y cogió mi rostro para mirarme de frente.
—Lali, mírame, si bien es cierto…
—¡Mandy, lo vi! La vi, saltó a sus brazos y lo besó, y luego
entraron en una habitación…
—Si es verdad, Lali, no te merece. Es un cabrón hijo de
puta. —Cande miró a Rochi—. Necesitamos a Euge.
Rochi sacó su teléfono celular y lo siguiente que escuché
fue “Código Azul”, y que se reuniría con nosotras en mi casa en treinta
minutos.
Empecé a sacudir la cabeza. Cogí una profunda respiración y
luego metí la mano en mi bolso. Saqué mi teléfono celular. Me temblaban las
manos. Rochi me miró y negó con la cabeza. Puse mi mano en la suya mientras
presionaba el número de Peter.
—¡Hola, cariño! ¿Te estás divirtiendo con las chicas?
¡Jodido cabrón!
—Sí… ha sido un viaje muy informativo, por no decir lo
menos.
—La, ¿qué está mal? Suenas molesta.
—Así que, ¿estás con James, Peter?
—Ah, sí, estamos aquí, sentados, recordando los viejos
tiempo y adquiriendo un poco de…
—Nunca. Me. Llames. De. Nuevo. No quiero volver a hablar
contigo de nuevo, Peter, ¿me entiendes?
Rochi se agachó y tiró de mi brazo para que me pusiera en
pie y camináramos. Sabía que eso haría que Peter estuviera fuera de la
habitación en menos de cinco minutos y lo último que quería era verle.
—Lali, ¿de qué estás hablando? ¿Qué diablos sucede ahora?
—Te vi… te vi con esa puta. ¡Maldito hijo de puta, la
besaste! ¡Lo vi esta vez Peter, con mis propios malditos ojos!
Silencio sepulcral.
—Lali, no sé a quién o lo que viste, pero seguro que no era
yo besando a otra chica. ¿Dónde estás, Lali?
—Sé lo que vi, y lo que vio Rochi… ambas vimos como besabas
a esa chica y créeme, estaban muy cariñosos entre sí, prácticamente follando en
público. Te odio. ¡Te odio, Peter!
—Jesucristo, Lali, no sé de qué coño estás hablando. ¿Estás
en casa? ¡Iré ahora!
—¡No te molestes, no voy a estar allí! Adiós, Peter… espero
que valiera la pena.
Colgué el teléfono y me puse a llorar. Rochi regresó con el
teléfono, hablando con Euge.
—Olvida nuestro último lugar de encuentro… vamos a tú casa.
Pasé el resto de la noche llorando y quejándome, tomando
tragos de algo que ardía como la mierda cuando lo tragaba. Ni siquiera sé qué
diablos bebía. Terminé por apagar mi teléfono, porque Peter no paraba de
llamar. Gaston comenzó a llamar a Rochi y cuando le contó lo sucedido, todo lo
que escuché fue a Gas gritando que iba a matar a Peter.
Finalmente perdí el conocimiento alrededor de las tres y
media. Me desperté cuando llamaron a la puerta. Me senté y, Oh, Dios mío… mi
cabeza palpitaba. Euge corrió hacia la puerta y salió. Se volvió y dijo que era
Gaston. Abrió la puerta lentamente, para asegurarse de queestuviera solo. Gaston entró y tan pronto como me vio, se
acercó y se sentó en el sofá. Una vez que estuve entre sus brazos, me puse a
llorar.
—Sh, Lali, cariño, todo está bien. No llores cariño… shhh…
Vi a Peter anoche, cuando volvía a casa. Estaba loco de preocupación porque no
podía encontrarte. No creo que incluso pensara en venir aquí.
—¡No me importa, Gaston, no me importa lo preocupado que se
sintiera, porque seguro que no pensaba en mí cuando follaba con una puta en una
habitación de hotel!
—Lali, ¿estás totalmente segura de que era él? Me juró que
estaba con sus primos.
Me aparté de él y simplemente lo miré. Luego miré a Rochi,
que negó con la cabeza.
—¡Sí! Rochi lo vio primero. Gaston, lo vimos… lo vi con mis
propios ojos.
—Está bien… te creo, es sólo que se veía tan histérico y
parecía realmente creíble.
—Sí, bueno, ¿quién sabe cuánto tiempo ha estado engañándome?
No me extraña que no lo viera.
Gaston miró a Rochi.
—Lali, ha sido temporada de fútbol, incluso yo me aunsentaba
una buena parte del tiempo.
—No me importa… —Empecé a sacudir la cabeza… ya lo había
decidido—. No quiero volver a verlo. ¿Me puedes llevar a casa, por favor?
Gas se detuvo en el supermercado, para que pudiera recoger
algunos artículos para cocinar la cena. No pensaba salir de la casa pronto.
—Lali… —Escuché mi nombre y me volví. Era Maxiathon Baker.
Dejé escapar un suspiro. No estaba de humor para él.
—Hola, Maxi, ¿qué sucede? —Me di la vuelta y tomé algunas
fresas.
—Lali ¿estás bien? —Me miró con verdadera preocupación en
sus ojos.
—No, Maxi, no lo estoy… me acabo de enterar de que mi novio
me engañó, por lo que no… no estoy muy bien.
—Mierda, Lali, lamento escuchar eso.
Seguí caminando. Me sentía entumecida.
—Oye, escucha, un grupo de nosotros iremos a Rebels esta
noche, ¿por qué no te unes a nosotros? Como amigos, para que te olvides de
todo.
Al principio, iba a decir que no, pero entonces, algo se
apoderó de mí. Necesitaba una noche fuera, alguien para que mi mente se alejara
de Peter Lanzani.
—Está bien. ¿A qué hora debo esperarte?
Maxi parecía satisfecho… un poco demasiado contento, pero
justo en ese momento, no me importaba.
—¿Cenamos primero?
¿Qué diablos?
—Claro, ¿por qué no?
—¿Qué tal a las seis?
Asentí y traté de darle la mejor sonrisa que pude. —Suena
muy bien… nos vemos luego.
Gaston me sermoneó durante todo el camino de cómo no debería
ir a Rebels esta noche, con nadie, y mucho menos Maxi Baker. Le dije que iba a
ir un montón de gente. Necesitaba que se callara. Podría dormir un par de horas
antes de que Maxi fuera a recogerme. La cabeza me latía con fuerza. Necesitaba
tenerla despejada esta noche, para que pudiera poner mi plan en marcha. Un plan
que consistía en olvidarme de que Juan Pedro Lanzani incluso había entrado en
mi vida a partir de esta noche, a las seis de la tarde.
A las cinco cuarenta y cinco, sonó el timbre. Era un hijo de
puta ansioso. Tenía puesto un vestido negro que apenas llegaba a la mitad de
mis muslos y botas vaqueras rojas. Tenía el cabello medio recogido y me puse el
suficiente maquillaje para que mis ojos destacaran. Me miré por última vez en
el espejo. Mierda, mis ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar.
Traté de poner una sonrisa cuando abrí la puerta. Mi sonrisa
se desvaneció al instante.
Peter.
Me quedé mirándolo mientras me miraba de arriba abajo.
—¿Vas a algún sitio? —Sonaba molesto. Mierda… si alguien
tenía que estar molesta, era yo.
—Sí, de hecho me voy. Tengo una cita, por lo que si no te
importa marcharte, llegará pronto a buscarme.
Empecé a cerrar la puerta, pero la detuvo con la mano.
—No tengo nada que decirte, así que por favor, vete.
—Lali, no follé a una chica anoche. No sé por qué sigues
haciendo esto, pero sinceramente, estoy demasiado cansado de este juego.
¿Qué?
—¿A qué juego te refieres, Peter?
—Tú y esa inseguridad que tienes. He tratado de ser paciente
contigo y no empujarte demasiado rápido, pero todo lo que haces es acusarme de
no quererte, que te engaño. Es una mierda y estoy jodidamente cansado de eso.
—Bueno, ya no tienes que preocuparte de eso, porque ya no
estamos juntos. Por favor, vete ahora.
—¿Con quién vas a salir, Lali? ¡Dime ahora mismo! —gritó Peter
tan fuerte que me hizo saltar.
En ese momento, Maxi entró conduciendo por el camino de
entrada con su BMW. Cerré los ojos y recé para que Peter no lo golpeara. Peter
se volvió y miró el coche y luego se volvió lentamente y me miró.
—Mierda, Lali… eso fue rápido. Tal vez has tenido a Maxi
cerca de ti todo este tiempo, ¿eh? —Extendí la mano y lo abofeteé. Maxi salió
de su coche, pero se detuvo y se quedó allí.
—Te odio. ¿Me oyes? ¡Joder, te odio y no quiero volver a verte
de nuevo! ¡Nunca!
Peter parecía devastado y casi quería decirle cuánto lo
sentía, y que no había querido decir nada de lo que dije… hasta que recordé a
la puta envuelta alrededor de su cuerpo.
—Bien, si esto es lo que quieres, Lali, no te preocupes. Nunca
te molestaré de nuevo.
Peter se dio la vuelta y se alejó de mí. ¿Eso era todo? ¿Se
dio por vencido tan fácilmente?
Lo vi llegar a su camioneta y salir del camino. Tuve que
poner la mano en el marco de la puerta para sostenerme. Entonces me di la
vuelta, corrí al baño y vomité.
TUVIERON 13 COMENTARIOS EN LA VENTANA ANTERIOR !!! :0
Si estuviera en casa les haria un regalo pero solo tengo este cargado al cel
Y.. si ahora comienza el sufrimiento WUAJAJA 😯
TUVIERON 13 COMENTARIOS EN LA VENTANA ANTERIOR !!! :0
Si estuviera en casa les haria un regalo pero solo tengo este cargado al cel
Y.. si ahora comienza el sufrimiento WUAJAJA 😯
Maaaaas!
ResponderEliminarNo yo no quiero que sufrannn masss
ResponderEliminarMass .. y Los quiero juntos .... que no sufran mas
ResponderEliminarme encanto mas pliss y ojala que peter la reme asi lali lo perdona y vuelven a estar juntos
ResponderEliminarQue ?!?!!!! No me niego a creer que Peter engaño a Lali.. Lloré casi todo el capitulo..
ResponderEliminarComo que ahora empieza el sufrimiento??
Maaaaassss te amoo!!!
ResponderEliminarMmmmmmmaaaaaaaaaassssssssssssssss
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