Gaston
Me senté debajo del mismo roble bajo el que me había sentado
el día que Rochi y yo nos quedamos atascados aquí afuera. Estrella de Fuego
estaba caminando alrededor, comiendo tanta hierba como podía. Esperaba que nada
le asustara y saliera corriendo,
porque tenía mi iPod encendido y no sería
capaz de oírlo si lo hacía.
Life After You de Daughtry sonaba. La tenía en repetición
más o menos desde el día que destruí cualquier tipo de futuro con Rochi. Cerré
los ojos y apoyé la cabeza contra el roble. Empecé a imaginarla contra la
camioneta. El sonido de ella diciendo mi nombre, la mirada en su rostro cuando
me dijo que me amaba.
¡Joder!
Dios… ¿Sería capaz de superarla alguna vez? Mi maldito
corazón estaba cansado de sufrir. Había intentado sacármela de la cabeza, pero
incluso en eso apestaba. Si solamente pudiera retroceder en el tiempo a ese día
bajo este árbol. Cambiaría muchas cosas. Le diría lo mucho que la amo y deseo.
Era demasiado tarde.
Se iba a casar.
Sólo entonces sentí algo golpear mi bota. Abrí los ojos y
tuve que cerrarlos de nuevo y frotármelos. ¿Veía cosas? Rochi se encontraba de
pie frente a mí con las manos en las caderas. Sonriéndome. Mi corazón empezó a
latir tan fuerte que podía oírlo. ¿Qué hacía aquí? ¿Cómo sabía siquiera dónde
me encontraba? ¿Qué me hacía pensar que me buscaba?
—¿Sólo vas a sentarte ahí y mirarme, Gas? ¿Quizás estás
pensando en una forma de librarte de nuestra carrera de revancha?
Espera… ¿qué acababa de decir? Sacudí la cabeza y me quité
los auriculares. No podía mover mi cuerpo. Me quedé allí, sentado, mirándola.
—¿Qué… qué estás haciendo aquí?
Echó la cabeza hacia atrás y empezó a reír. Lo siguiente que
supe fue que se acercaba a mí y comenzaba a sentarse a horcajadas sobre mí. Se
quitó el sombrero y lo tiró al suelo. Maldita sea, era hermosa. Cayó en el
suelo y se encontraba sobre sus rodillas, mirándome.
Oh, joder… no te sientes sobre mí… por favor, no te sientes
sobre mí.
—He venido para nuestra carrera de revancha, Gas. ¿No
recuerdas que el otro día, en mi cumpleaños, me prometiste una revancha? —Se
lamió los labios mientras bajaba la vista hacia mi boca. Nunca en mi vida había
querido besarla más de lo que lo hacía en ese preciso momento. ¿Por qué se
encontraba aquí, sin embargo? Iba a casarse con otra persona.
Bajé la vista a su mano izquierda y no vi el anillo. Eché la
cabeza hacia atrás, mirándola y dejó que la sonrisa más malditamente sexy que
había visto se extendiera por su rostro.
—Yo… eh… pensé que no estarías aquí, porque te vas a casar,
así que… supongo que simplemente pensé… simplemente pensé… —Joder, no podía
pensar lo suficiente como para formar ninguna maldita palabra. Se encontraba a
escasos centímetros de distancia de mi entrepierna y me ponía duro por segundos
con el calor proveniente de su cuerpo. ¿Por qué me hacía esto? ¿Cómo venganza,
quizás?
Bajó la mirada hacia su mano izquierda y se encogió de
hombros mientras la sostenía en alto para que la mirara. Entonces lo hizo.
Joder, se sentó encima de mí. Alzó las cejas, mirándome cuando sintió mi erección.
Mi maldita polla me traicionó. Balanceó las caderas lo suficiente como para
volverme jodidamente loco mientras dejaba escapar un pequeño gemido. Sonrió
mientras me miraba.
—No veo un anillo en mi dedo, Gas. Como ves, no estoy
casada, al menos no ahora mismo, y ciertamente no con Jason.
Oh, Dios, todo lo que quería era tomarla y hacerle el amor
aquí y ahora mismo.
—¿Por qué?
Me miró y sacudió la cabeza mientras mantenía esa maldita
sonrisa que me volvía loco en su cara. —No podía casarme con él cuando estaba
enamorada de otra persona. —Se movió contra mi polla.
Mi corazón iba a explotar por lo rápido y fuerte que latía.
Por favor, Dios… por favor, deja que diga que aún me ama.
Le devolví la sonrisa. Era la cosa más hermosa sobre la que
había puesto mis ojos.
—¿Alguien a quién conozca?
Extendió las manos y ahuecó mi rostro. Se lamió los malditos
labios otra vez y bajó la mirada hacia mi boca de nuevo. Se acercó más a mí y
rozó ligeramente sus labios contra los míos. Luego lo hizo otra vez, pero esta
vez mantuvo sus labios sobre los míos.
—Siempre he estado y estaré enamorada de ti, Gaston.
Siempre.
Cerré los ojos cuando sentí la amenaza del ardor de las
lágrimas. Amaba a esta chica tan desesperadamente. No merecía su amor.
Lentamente los abrí para verla mirándome.
—Rochi, nena, he hecho algunas cosas terribles durante los
últimos meses. Cosas de las que me avergüenzo, si pudiera deshacerlas… desharía
el día que estábamos aquí y te aparté… tienes que creerme cuando digo que lo
haría en un latido. Yo… yo…
—Gas, voy a preguntártelo una vez y luego no quiero volver a
hablar de ello nunca jamás. Necesito que seas cien por ciento sincero conmigo,
¿de acuerdo?
—¡Sí! Puedes preguntarme cualquier cosa, Rochi; ¡Nunca
volveré a mentirte!
Cerró los ojos durante unos segundos y cuando los abrió,
había lágrimas construyéndose en ellos. ¡Joder! No podía creer lo mucho que
había herido a esta chica. Iba a tener que conseguir que Peter me golpeara otra
vez, quizás unas cuantas veces.
—Cuando estuviste… cuando estuviste con todas esas chicas…
—Tuvo que aclararse la garganta y hacer una pausa durante un segundo. ¡Diablos!
»¿En qué pensabas cuando te ibas con esas chicas, Gas? ¿Qué
intentabas hacer?
Me quedé atónito. No podía creer que me estuviera
preguntando sobre mis dos meses como hombre promiscuo. Ni siquiera me importó
sentiruna lágrima rodando por mi rostro. Necesitaba ser honesto con ella.
Necesitaba dejarle saber qué diablos pasaba por mi cabeza.
—Rochi… —Mi voz se quebró y fue mi turno de aclararme la
garganta—. Intentaba borrarte de mi mente, de mi corazón, nena. Era la única
manera que se me ocurrió de superarte, pero no funcionó. No importaba con qué
chica estuviera, sólo le rezaba a Dios para que fuese la que te sacara de mi
cabeza, pero nunca funcionó. Nunca funcionó porque estaba tan avergonzado de lo
que hacía que terminaba cerrando los ojos y fingiendo que eras tú con la que me
encontraba. Me desconectaba completamente de ellas y sólo… sólo fantaseaba con
que estaba haciendo el amor contigo, no follando a alguna chica a la que
acababa de conocer en un bar.
Rochi tenía lágrimas rodando por su rostro. ¡Joder! Le hice
daño otra vez. Me odiaba. Maldición, me odiaba a mí mismo. Si ella encontraba
una forma en su corazón para perdonarme, me pasaría el resto de mi vida
haciendo las paces con ella, me prometí en ese momento.
—¿Usaste protección, Gas?
—Siempre.
—¿Sentiste algo por cualquiera de ellas?
—Nada.
—¿Me prometes que has terminado de follar por ahí?
—¡No quiero volver a tocar a otra chica de nuevo en toda mi
vida!
Rochi alzó una ceja en mi dirección y ladeó la cabeza.
Extendió la mano y se limpió las lágrimas de su cara mientras me dedicaba una
sonrisa que, si hubiera estado de pie, me habría hecho caer al suelo.
—¿Estás seguro acerca de esa última afirmación que has
hecho?
—¡Sí! Por supuesto que estoy seguro.
Empezó a reírse y se dispuso a levantarse. Tiré de ella
hacia abajo y la mantuve allí.
—Espera… ¿a dónde vas?
—¡Bueno, considerando que acabas de decir que no quieres
volver a tocar a una chica en tu vida, supongo que quieres que me baje de tu
regazo!
Le sonreí y acerqué sus labios a los míos y la besé. Dejó
escapar un gemido contra mis labios y profundizó el beso. Probablemente fue uno
de los besos más poderosos que había experimentado nunca. Se sentía como si su
amor corriera por mis venas.
Me aparté de ella y esperé a que abriera los ojos.
—Tú no eres una chica cualquiera, Rochi. Eres la única mujer
a la que he amado y me pasaré el resto de mi vida demostrándote eso, pequeña.
Rochi dejó escapar una carcajada mientras echaba la cabeza
hacia atrás.
—Bueno, santa mierda, Esposito… ¡Creo que estamos en el
viaje de nuestras vidas, entonces! Pero tengo un problema —dijo mientras miraba
todo mi cuerpo. Me estremecí bajo su intensa mirada.
—Un problema, cualquier cosa… ¡Sólo dilo!
—Está bien… vas a tener que dejar de poner Truck Yeah cada
maldita vez que estemos en tu camioneta.
¿Qué?
—¡Lali! ¡Ella te dijo eso, esa pequeña traidora!
Rochi se rió mientras se inclinaba para besarme. Justo
entonces oí You Save Me de Kenny Chesney proveniente de mis auriculares. Tuve
que sonreír. Una canción malditamente perfecta. Nos sentamos allí durante otros
pocos minutos y simplemente nos besamos el uno al otro sin sentido. En esos
pocos minutos besando a la mujer de mis sueños, me sentí tan en paz y querido
por otra persona como no me había sentido en mi vida.
—Te amo, Rocio Katherine Igarzabal… tan desesperadamente.
—Te amo, Gaston Michael Esposito. Ahora, vamos a recuperar
nuestros caballos. ¡Tengo una maldita carrera que ganar!
Perdon por a verlas dejado tiradas ayer pero no me sentia bien animicamente pero bue aqui estoy
ojala lo allan disfutado
Masssss
ResponderEliminarMassss
ResponderEliminarMaratón maratón!!!!!
ResponderEliminarSeguila subí más caps
ResponderEliminarAww al fiinnn
ResponderEliminarMaaass
hay que bueno que ya todo esta bien :)
ResponderEliminarpero se que nos haras sufrir
Awwwww me morí de amor..fue increíble el capitulo !!
ResponderEliminarSeguila
Mas!
ResponderEliminar++++++++
ResponderEliminarA ya era hora que algien le dija que tiene que dejar de pir truck yeah masss gastochi es re tierno
ResponderEliminarMaaaaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminar++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
ResponderEliminarSigue :)
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