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martes, 1 de julio de 2014

Capitulo: 44


Gaston
¡Mierda! No podía dormir en absoluto. Todo en lo que podía pensar era en Rochi… Rochi en su bikini… Rochi sin su bikini…
Rochi montando en ese maldito caballo y compitiendo conmigo… Rochi sonriendo mientras se soltaba al mismo tiempo que cabalgaba. Era evidente que le encantaba estar en un caballo y era un jinete muy bueno. Discutimos la mayor parte del condenado día y me culpo por eso. No podía evitarlo. Se veía tan jodidamente linda cuando se enfurecía. A pesar de que peleamos casi todo el día, la conversación que tuvimos mientras estábamos en el río, dejando que nuestros caballos se refrescaran, fueron probablemente los mejores malditos veinte minutos de mi vida. No peleamos, no nos insultamos… sólo hablamos. Me contó que quería vivir en el país, en un lugar no tan grande como el rancho pero con suficiente terreno para caballos. Mi corazón dio un vuelco. Pensaba en comprar la propiedad que respalda el rancho Lanzani. No era nada como este rancho, sólo doscientos cincuenta acres, pero había estado hablando con Garrett anoche y la familia propietRochia de la pequeña granja estaba desesperada por venderla. Supongo que le pertenecía a sus abuelos y ellos querían venderla así podían seguir sus vidas en Austin. Había una pequeña casa estilo rancho en la propiedad, dos pozos y tres tanques. Perfecto para caballos y un poco de ganado, además, Garrett ya me había dicho que podía dejar mi ganado fino en el rancho Lanzani como también los caballos. Era un sueño hecho realidad. Ni siquiera le había dicho a Peter sobre ello todavía.
En el viaje de vuelta a los establos, decidí que iba a hablar con Rochi. Necesitaba ver si podíamos conseguir ser algo más que amigos.
Especialmente ahora que sabía que ella quería la misma vida que yo. Tenía planeado hablar con ella después de la cena. Iba a contarle cómo me sentía y rezaba que ella se sintiera del mismo modo. Me atreví a entusiasmarme.
Eso fue hasta que la vi dar saltos en la planta baja justo antes de la cena con Lali; se emocionó tanto cuando le llegó un mensaje del bastardo infiel de Jason. Su entusiasmo lo dejó claro. Obviamente lo amaba. El maldito malnacido no merecía a Rochi… Ella era demasiado buena para él y terminaría engañándola igual como lo hizo con todas las demás.
Traté de aclarar mis pensamientos para que pudiera conciliar el sueño. Después de dar vueltas y vueltas prácticamente toda la noche, el reloj marcaba las cuatro y media de la madrugada cuando mis ojos finalmente se cerraron.
A la mañana siguiente, me levanté para encontrar a Garrett y Rochi sentados en la cocina tomando café. ¿Dónde diablos estaban todos los demás?
—¿Dónde están todos? —pregunté mientras me servía una taza de café y me sentaba en la mesa.
—Emma fue a la ciudad para asistir a una reunión de la iglesia; Peter mencionó algo sobre darle a Lali otra primera vez y se fueron al pueblo. El viejo aquí estaba quejándose conmigo acerca de una cerca que necesita ser reparada. —Me reí por lo bajo ante la mención del abuelo de Peter como viejo.
—¿Qué cerca necesitas arreglar, Garrett? Puedo ir y arreglarla por ti —dije mientras Rochi levantaba rápidamente la cabeza y me miraba.
—Bueno, está en el lado norte del rancho… colindante contra la propiedad que estás interesado en comprar —dijo Garrett con una sonrisa torcida en su rostro.
Mierda… Rochi se enderezó y me dio una mirada llena de conmoción.
—¿Qué? ¿Vas a comprar una propiadad aquí? ¿Cuándo lo decidiste? ¿Lali lo sabe? ¿Peter? ¿Qué en el mundo vas a hacer aquí? No puedo creer que no nos dijeras…
—Por el amor de Dios, Rochi, por favor cállate de una vez —dije mientras sacudía mi cabeza. Maldita sea, esta chica podía parlotear sin parar.
Rochi me disparó una mirada llena de odio y me di cuenta que quería decirme algo en respuesta, pero no lo hizo ya que Garrett estaba presente.
—De todo modos, de vuelta a lo de la cerca… Puedo tomar el camión e ir ahora —dije, sintiendo a Rochi mirándome. Estoy seguro que tenía un millón de preguntas que quería hacerme. Gracias a Dios tenía que ir a arreglar esa cerca.
—Oh, Gas, sería estupendo puesto que Peter se fue con Lali y Drake y los chicos fueron a la ciudad para comprar comida y hacer unos recados. Sin embargo, no quiero que vayas solo… Rochi, ve con él. Te hará bien tomar algo de aire fresco.
Rochi y yo miramos a Garrett y dijimos al mismo tiempo—: ¡¿Qué?!
—No, de verdad, Garrett, estoy perfectamente bien con ir solo, no es necesRochio que ella venga.
Rochi asintió, de acuerdo.
—Síp, es decir, planeaba sentarme en el columpio del pórtico y leer, así que…
—Bueno, entonces es mejor. Lleva tu libro y lee mientras Gas arregla la cerca. Tengo una regla bastante estricta… y es que nadie puede ir solo a los prados.
—Oh, bueno, eh… —dijo Rochi mientras se encogía de hombros y me miraba.
Jodidamente genial. Justo lo que necesitaba. Iba a tener que escucharla hablar sin parar durante al menos una hora mientras arreglaba la cerca.
—Pero quiero que lleves la camioneta; voy a alistarla mientras van a ponerse algo de ropa adecuada. —Si no lo conociera mejor, habría jurado que acababa de darme una sonrisa maliciosa y un guiño. ¿Qué demonios?
Me levanté para ir a cambiarme. Miré lo que Rochi llevaba puesto: pantalones cortos, una camiseta y sandalias.
—Tal vez deberías ponerte zapatillas, Rochi.
Sólo me miró, asintió y subió las escaleras.
Cinco minutos después, estaba caminando hacia la camioneta que Garrett ya había sacado de la casa y tenía en marcha. Qué extraño. Oí cerrarse la puerta delantera y me volteé para ver a Rochi salir con la misma ropa pero con un par de botas vaqueras de color negro.
Santa mierda. Nunca en mi vida había visto algo tan malditamente sexy como esta chica en un par de pantalones cortos y botas vaqueras.
Tuve que tomar algunas medidas para aliviar mi creciente erección, erección que se presionaba contra mi maldita cremallera.
Caminó hacia la camioneta y me sonrió mientras se sentaba en el asiento del pasajero. Mierda, incluso tenía un sombrero vaquero. ¿Cómo diablos no noté el sombrero? Dejé que mis ojos recorrerieran sus piernas. Dios, cómo deseaba a esta chica, pero necesitaba controlarme. Tenía un novio… no se suponía que fuera mía.
Garrett me dio una palmada en la espalda y un guiño.
—Puse suficiente agua para ustedes e incluso unos cuantos dulces… ¡Por si acaso! —Luego se echó a reír mientras caminaba de vuelta hacia la casa. Se despidió con la mano y nos gritó—: ¡Que se diviertan!
Subí a la camioneta y miré a Rochi, quien simplemente se encogió de hombros y se puso los audífonos. Síp… esto iba ser divertido.
Me pasé la siguiente hora reparando una cerca que juraba parecía que había sido cortada a propósito. Nah… ¿quién rayos cortaría la cerca a propósito? Estaba a punto de terminar cuando levanté la mirada hacia Rochi, que se encontraba sentada en la camioneta leyendo su libro. Joder, se veía tan ardiente con las piernas apoyadas así. Lucían tan suaves. Apuesto a que lo eran. Pude notarlo cuando traté desesperadamente de ponerle la parte de arriba de su bikini antes de que Dewey la viera. Me sequé el sudor del rostro con la camiseta y empecé a recoger las herramientas.
Joder, son sólo las nueve de la mañana, no es posible que haga tanto calor. Ordené las herramientas y las revisé, luego las puse en el maletero de la camioneta. Dejé caer el alicate en el suelo de metal y Rochi pegó un brinco. Se sacó los audífonos de golpe y me dio una mirada de muerte.
—¡Cabrón! ¡Me asustaste!
—Lo siento.
Agarré una botella de agua de la nevera y tomé un largo trago. No pude evitar darme cuenta que me observaba beber. Me sequé el sudor de la cara una vez más antes de entrar al Jeep.
—Por fin, tardaste bastante tiempo para arreglar una maldita cerca que debería haber estado reparada hace media hora.
—Bueno, si creías que podrías haberla arreglado antes, ¿por qué rayos no llevaste tu dulce trasero allí y me ayudaste?
—Ya… sí, claro. Como que disfrute del espectáculo —dijo con un guiño.
Le di la vuelta a la llave en el encendido, pero no pasó nada. La saqué e intenté de nuevo. Nada. Qué extraño. Le di vuelta otra vez. Nada. Lo hice cuatro veces antes de que Rochi se reacomodara en el asiento, mirando el contacto, queriendo encenderlo.
—Oh, no. ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡Gas, dime que este pedazo de mierda va a partir! —prácticamente gritó Rochi en mi puto oído.
—Bien, este pedazo de mierda va a partir.
Rochi me disparó una mirada y se bajó de un salto de la camioneta.
—¡Haz algo!
—Jesús, Rochi, tranquilízate de una vez, no es como si estuviéramos atascados en medio de la nada. Garrett sabe que estamos aquí y cuando note que no hemos regresado, sabrá que algo está mal. Necesitamos ser pacientes y esperar que alguien venga a buscarnos.
Pasé las manos por mi cabello mientras la veía caminar de un lado al otro con ese dulce trasero balanceándose de lado a lado. Los pensamientos que estaban corriendo por mi cabeza no eran buenos y tenía que parar. Tuve que ajustarme más de una vez.
¡Carajo! Saqué el teléfono para ver cuánto tiempo había pasado; sólo un poco más de una hora y media, así que si Garrett era el único que se percató de la cerca rota, sabría que deberíamos haber terminado a estas alturas e íbamos en marcha.
Después de unos treinta minutos con Rochi caminando de un lado al otro, sacó su celular. Comenzó a caminar por todo el lugar sosteniendo el celular en alto. ¿Qué demonios hacía?
—Rochi, ¿qué rayos haces?
—¡Bueno, mientras tú holgazaneas sentado bajo ese árbol, yo estoy tratando de conseguir señal para llamar a alguien para que así venga a salvarnos!
—¿Salvarnos? —Dejé escapar una carcajada mientras ella se giraba y me apuntaba con el dedo.
—¡Sí! ¡Salvarnos! Se está poniendo cada vez más caluroso aquí y, ¡¿qué pasa si nos quedamos sin agua?! ¿Has pensado en eso, Gas? ¡¿Eh?! —Rochi entró de nuevo a la camioneta y trató de llegar lo más alto que pudo.
—Jesucristo, Rochi, no es como si fuéramos a estar aquí por días. Bájate de allí. Te vas a caer, y te lastimarás.
—¡Vete a la mierda, imbécil! Conseguí señal anoche, tal vez la consiga otra vez.
—Oh, sí, cuando recibiste el mensaje de tu novio… ¿Cómo se siente, Rochi? ¿Salir con un sinvergüenza como Jason Reed? —dije con una sonrisa. Nunca he sabido que ese chico le fuera fiel a cualquier chica con la que alguna vez salió. No podía soportar a ese hijo de puta.
—¿Celos, Gas?
—Difícilmente… —Me mata saber que el tipo puede abrazar a Rochi. Besarla. El pensamiento de él tomando su virginidad… me pone malditamente furioso. No la merece.
—¡Oh, Jesús! ¡No puedo creer esto! Vamos a tener que estar aquí por horas. ¡Nadie ha venido todavía y han pasado más de dos horas! ¡¿Qué pasa si todos se fueron?! ¡¿Qué pasa si piensan que decidimos ir al río a refrescarnos o que decidiste ir a visitar el pequeño pedazo de tierra que quieres?! Qué pasa si Garrett sale y no le avisa a nadie a dónde fuimos, y Peter y Lali regresan y simplemente piensan que estamos montando o… o… mierda, no sé… ¡Lo qué estarían haciendo dos personas que no pueden soportar estar cerca una de la otra! Maldita sea. ¡¿Por qué no me llega la señal?!
Rochi se bajó de la camioneta y comenzó a caminar de un lado a otro de nuevo, sosteniendo su teléfono en alto. ¡Iba a ahorcarla si no cerraba la maldita boca pronto!
—¡Vamos! Teléfono de mierda… ¡¿Para qué diablos pago por toda esa mierda extra si no puedo siquiera obtener una maldita buena señal?! Quizás deberíamos caminar. ¡Tal vez deberíamos gritar! Sí… entonces alguien nos escucharía. El sonido viaja bastante rápido aquí.
¡Oh, por todo lo santo! ¡No puedo soportarlo más! ¡Necesito hacerla callar!
—Tal vez si sólo…
Me levanté de un salto y la agarré, empujándola contra la camioneta. Miré esos hermosos ojos verdes y mi jodido corazón se derritió.
—Quizás, Rocio, simplemente necesitas cerrar la boca.
No sé por qué lo hice, pero la besé. Dios, sus labios se sentían como el cielo… Al igual que el último beso que me dio en la fiesta de Agus. El mismo beso con el que había estado soñando cada día desde que ocurrió.
Tenía miedo de que me alejara, pero abrió más la boca cuando soltó un pequeño gemido, y dejé que mi lengua empezara a explorar. Profundizó el beso, agarrando mi cabello y acercándome incluso más. Santa mierda. Mi cabeza daba vueltas. Antes de que pudiera detenerme,
la presioné incluso más contra la camioneta. Quería meterme en su maldito cuerpo y quedarme ahí para siempre.
Comencé a meter las manos bajo su camiseta. Su piel era tan suave que no podía soportarlo. Ella movió sus manos bajo la mía y empezó a moverlas a lo largo de mi espalda, enviando sacudidas a través de todo mi cuerpo. Nunca en mi vida había experimentado un beso tan potente.
Justo cuando pensaba que no podía ponerse mejor, extendió una mano entre nosotros y comenzó a moverla a lo largo de mi erección. Gemí en su boca y ella se presionó contra mí incluso más. Me estiré hacia abajo y empecé a desabrochar sus pantalones cortos; estaba a punto de deslizar mi mano en ellos cuando entré en razón.
¿Qué demonios hacía? Tenía que parar. Ahora mismo, antes de que esto llegara más lejos. Empecé a apartar mi mano, pero la cogió. Estaba prácticamente jadeando cuando se alejó de mis labios.
—¡No! Por favor, no te detengas, Gas. Por favor… lo necesito demasiado.
Mi maldito cerebro dejó de funcionar y puse las manos bajo sus pantalones cortos y dentro de sus bragas. Corrí un dedo a través de sus labios y lentamente lo deslicé dentro de ella. Mierda.
—Joder, estás tan mojada, Rochi. —Gimió mientras empujaba sus caderas en mi mano y empezaba a moverse. Deslicé otro y luego otro dedo dentro de ella y empecé a moverlos más rápido mientras la besaba.
Rochi se apartó y echó la cabeza hacia atrás. No podía quitar mis ojos de ella. Agarró mi camiseta y comenzó a mover las caderas más rápido.
—¡Oh, Jesús, Gas! Oh, Dios. ¡Sí! ¡Oh, Gas, sí!
Metí la otra mano bajo su camiseta y le saqué el sujetador. Subí su camiseta y empecé a chupar sus pezones. Olía tan jodidamente bien, como a vainilla. Provoqué un pezón con mi lengua y luego lo apreté con mis dientes. Fue entonces cuando comenzó a gritar mi nombre.
Creí que iba a morir allí mismo cuando escuché mi nombre salir de sus hermosos labios. Me alejé de su pecho y la miré mientras se deshacía en mis brazos. La sentí apretarse alrededor de mis dedos; fue lo más caliente que alguna vez había experimentado. Parecía que su orgasmo continuaría por siempre antes de que finalmente volviera a levantar la cabeza y me mirara. Me sentí como si estuviera apoderándose una parte mi alma. Lentamente, comenzó a sonreírme. Mierda, su sonrisa… si tan sólo supiera que esa sonrisa podía hacerme hacer cualquier cosa que pidiera.
No podía respirar. Mi corazón estaba latiendo más rápido que nunca, resonando en mis oídos. La respiración de Rochi comenzó a regularse mientras me miraba fijamente. No podía parar de mirarla. Mis ojos se posaron en sus labios cuando los lamió. Maldición, mis rodillas casi cedieron. Retiré las manos de sus pantalones cortos.
¿Qué diablos acababa de hacer?
—Gas, te deseo más que a nada. Quiero sentirte dentro de mí; por favor, te necesito…
¿Qué? ¡No! ¡No! Esto estaba mal.
—No, no, esto fue un error, Rochi. Uno que no debería haber pasado.




QUE HP gas -_-
5+


8 comentarios:

  1. enserio hay que matar a gas, por favor eso es lo que mas quiere la quiere a ella pero no hace nada por dios ahora si que ella esta mas que entregada pero nooooooo el no hace nada

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  2. no puedo creer lo que es gas lo odio!!!!!!!!!!111111

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  3. Otroo porfa! Gracias por subir :D

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  4. Queeeeeee??!!!!!
    No oh por dios Gas que...ash no puede ser tan tonto !!!

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  5. Por dios gas es un hijo de puta como le puede decir a rochi eso masssssss++++++++++++++++++

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