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jueves, 10 de julio de 2014

Capitulo: 60


Lali
—¡Santas campanas del infierno! ¡Jesús, María y José! ¡Te pedí que mantuvieras un ojo en ella, Cande!
—¡No me grites, Rochi! ¡Se fue cuando no estaba mirando!

—¡Joder! ¡Esa pequeña mierda está tratando de ver a Peter! ¡Todas… vayan! ¡Búsquenla!
—Eh, Rochi… ¿a quién demonios le estás diciendo que vaya… si sólo eres tú, Cande y yo? —dijo Euge con una sonrisa.
Me eché a reír cuando abrí la puerta del baño.
—Eh, señoritas, sólo fui al baño.
—Jesús, Lali, deja de hacer eso. Sé que estás tratando de despistarnos, tú, pequeña caliente, para ir a ver a Peter. Una vez que escuchaste a Cande decir que estaba a dos kilómetros por la carretera ha sido tu misión irte. ¡No me mientas!
—No tengo ni idea de lo que estás hablando, Rochi.
—¡Cristo, si quiere ir a ver a Peter digo que la llevemos! Podemos dejarla allí, saludar a los chicos y luego volver —dijo Euge mientras se bebía otra cerveza.
Las tres nos volvimos para mirarla. ¿Qué sucedía con ella?
—Ah, ¿estás borracha? —preguntó Rochi mientras se acercaba y tomaba la lata de cerveza vacía de la mano de Euge.
—¡No! ¡No estoy borracha! Sólo decía que si Lali quiere ver a su prometido, ¿quiénes somos nosotras para detenerla? Eso es todo. Dios…
—Oh, diablos.
¿Por qué Rochi le sonreía a Euge de esa manera?
—¿Por qué me miras así, Rochi?
—Diablos… ¡Quieres ver a Nico, ¿no?! —prácticamente gritó Rochi.
Cande saltó de arriba abajo, aplaudiendo.
—¡Sabía que te gustaba! ¡Lo supe cuando los vi bailando en la boda!
—Espera… ¿qué? ¿Te gusta Nico, Euge? ¿Desde cuándo? ¡Pensé que no podías soportarlo! ¡Oh, Dios mío… ¿dónde he estado que no sabía esto?! —No podía creer que Euge estuviera enamorada de… Nico… el mujeriego Nico!
Euge sólo se sonrojó y se encogió de hombros. —Tiene algo. No lo sé.
—Bueno, ya sabes, Agus me dijo que desde la boda, Nico prácticamente renunció a lo de ser un mujeriego. ¡Los chicos siguen burlándose de él por perder su contacto con las mujeres!
Nos miramos. Rochi levantó una ceja hacia mí y yo miré a Cande y luego a Euge.
—Oye, esa casa en el lago tiene seis jodidos dormitorios… es más que suficiente para que las cuatro echemos un polvo —dijo Rochi mientras se acercaba y cogía su bolso—. Vamos, perras. Vamos a conseguir algo de acción. Gas me envió un texto y he decidido perdonarlo y permitirle tener sexo conmigo.
—¡Oh, por Dio! ¡Yo no estoy durmiendo con Nico! —gritó Euge.
—No sé. Todo lo que sé es que quiero tener sexo con Gaston.
—¡Ugh! ¡Oh, Dios! ¡Es mi hermano, diablos! Qué asco.
—Vamos, chicas, ya que soy la única que no ha estado bebiendo, yo conduzco —dijo Cande mientras cogía las llaves y nos dirigíamos a la fiesta.
Nico abrió la puerta y lució sorprendido al vernos de pie allí. Una vez que vio a Euge, sonrió.
—¿Qué diablos están haciendo aquí? Esto es una fiesta privada.
—Fuera del camino, gilipollas —dijo Rochi mientras pasaba a Nico.
—Hola, Euge, ¿cómo has estado? —le preguntó Nico a Euge dulcemente.
—Yo, eh, he estando bien… sintiéndome un poco borracha, pero bien.
Me pareció oír murmurar a Nico “hijo de puta”. La forma en que miraba a Euge me hizo sonreír. Si tuviera que adivinar diría que estaba muy interesado en nuestra pequeña Euge.
—¿Dónde está Gas?
—Está sentado en la terraza con Agus y Peter.
Rochi comenzó a correr. Jesús… si no la conociera mejor, pensaría que ella era la que se iba a casar. Mientras caminábamos, pude ver a Gaston pasándose las manos por el pelo mientras que Peter y Agus parecían que querían vomitar. ¿Qué sucedía? Peter miró a Rochi y al principio frunció el ceño. ¿Eh? Pero luego me vio y sonrió con esa hermosa sonrisa que derretía mi ropa interior.
Rochi abrió la puerta y se acercó a la espalda de Gas. Me di cuenta de que Peter le dio un golpe a Gas en la pierna… casi como si estuviera tratando de que dejara de hablar. Rochi puso las manos sobre los ojos de Gaston y susurró—: ¿Adivina quién se sentía un poco sola? —Gaston salió volando de la silla, atónito.
¿Qué estaba pasando aquí? Cande se acercó y se sentó en el regazo de Agus mientras empezaban a besarse. Miré a cada chico, primero Agus, después Peter y luego Gaston. Algo estaba mal. Realmente mal. Lo pude ver en el rostro de Gaston. Negó con la cabeza hacia mí, como para decirme que no dijera nada.
Peter se acercó y me agarró la mano.
—Hola, cariño, ¿qué están haciendo aquí? —Me senté en su regazo y pude sentir su erección al instante. Mmh… es por eso que estoy aquí. Me moví un poco y sonrió. Me agaché y acRochicié a mi segundo chico preferido detrás de las orejas. Gus sólo movió la cola y se volvió a dormir.
—Estaba desesperada por verte, en serio, seguía tratando de escapar de la maravillosa fiesta de spa que habíamos hecho para ella. Así que en lugar de tratar de mantenerla alejada de ti, decidimos traértela —dijo Rochi mientras frotaba su trasero contra la entrepierna de mi hermano. Diablos. ¡Iba a vomitar!
Gaston le dio la vuelta y le susurró algo al oído. La vi asentir. Gaston se inclinó y le preguntó algo a Agus, a lo que respondió—: Latercera a la izquierda. —Gaston tomó la mano de Rochi y la llevó de vuelta a la casa.
Santa mierda. ¡Iban a ir a tener sexo! Cande le preguntó algo a Agus y él se echó a reír. Ambos se pusieron de pie y comenzaron a entrar en la casa. Él se inclinó y le susurró a Peter—: Toma la más grande amigo.
Peter se limitó a asentir y luego me miró.
—Jesús… ¿en serio todos fueron a tener sexo? —le pregunté mientras miraba a Agus y Cande entrar y decirles algo a Euge y Nico, que estaban de pie junto a la barra de la cocina, hablando.
—Eso parece, cariño. Ahora, ¿qué es eso de que estás desesperada?
Me eché a reír. Me incliné y le susurré a Peter al oído—: Realmente lo deseo, señor Lanzani. ¡Ahora!
Peter se había levantado y caminado hasta la casa más rápido de lo que canta un gallo. Mientras entrábamos, vimos a Nico y a Euge tan enfrascados en una conversación que no se dieron cuenta de que pasábamos por allí.
Peter y yo hicimos nuestro camino hasta el dormitorio principal. ¿Siempre me sentiría tan nerviosa con él? Sólo la idea de hacer el amor con él tenía a mi estómago haciendo volteretas.
* * *
—Oh, Dios mío. ¿Va a seguir mejorando, Peter? —le dije mientras yacía sobre su pecho, tratando de recuperar el aliento.
Él soltó una carcajada mientras acariciaba mi espalda con su mano… arriba y abajo. Dios, se sentía tan bien.
—Tengo la sensación de que va a ser aún mejor cuando nos casemos.
Levanté la mirada hacia él. Me sonrió, pero me di cuenta de que algo andaba mal.
—Peter, ¿qué sucede con Gaston?
Dejó escapar un suspiro.
—Joder, Lali, no puedo ser el que te lo cuente. No quiero serlo.
Oh, no… era malo. ¿Pasó algo con la propiedad? ¿Uno de sus caballos o… Oh, Dios, el caballo de Rochi?
—Peter, vi la expresión de su cara. Es grande… dime lo que está pasando.
Peter me alejó de él y se sentó.
—Lali, no puedes decirle a Rochi una palabra de lo que estoy a punto de decirte. Prométeme, bebé, que no vas a decir nada.
Oh, santa mierda. Tal vez no quería saber.
—Eh, bien. Te lo prometo, Peter. No voy a decir una palabra.
—Gas tiene que comprobar algo antes de decírselo a Rochi.
—Bien…
—Es decir, tal vez ni siquiera sea cierto.
—¡Peter! ¡Sólo dime!
Se pasó las manos por el pelo. Oh, Dios, como quería ser yo quien hiciera eso. Concéntrate, Lali, concéntrate.
—Gas recibió una llamada como hace cuarenta y cinco minutos, de parte de Kika. La chica con la que durmió esa noche en tu fiesta de graduación.
—Está bien… ¿qué quería?
—Creo que Gas habló con ella el fin de semana antes de Acción de Gracias. Se encontró con ella en Rebels y terminó follándola en su camioneta esa noche.
Lindo… no era la imagen que quería en mi cabeza ahora mismo.
Asentí y él siguió hablando. —Bueno, de todos modos, lo llamó y le dijo que estaba embarazada de siete meses y que el bebé era suyo.
Mierda. ¡No!
—¡Oh, no! ¡No, Peter, no! ¡Esto va a destruir a Rochi! ¿Por qué no usó protección?
—Él jura que lo hizo, le dijo que era imposible, pero ella le dijo algo sobre encontrar un pedazo de condón en su ropa interior esa noche. Pero Gas dijo que no estaba borracho y cuando revisó el condón, no estaba roto.
—Entonces está mintiendo Peter. ¡Tiene que estar mintiendo!
—Gas piensa lo mismo, pero la única manera de saber con certeza es esperar hasta que nazca el bebé y tomar una prueba de paternidad.
—¿Por qué esperó hasta estar embarazada de siete meses para decir algo?
—Kika dijo que escuchó de un amigo que Gas iba a casarse. Debe pensar que se va a casar este fin de semana, y quería decírselo antes de que se casara.
—Oh, Dios mío, qué perra. Rochi va a matarla, Peter.
—Sí, lo sé. Pero bueno, no dejes que esto arruine nuestro día, ¿bien? Gas se hará cargo de todo. Tienes que confiar en él, La, ¿bien?
Asentí. Cristo. Iba a preguntarle a Rochi que se casara con él la noche del sábado, después de la boda. ¿Se lo va a contar antes?
—¿Va a decirle a Rochi?
—Sí, sólo necesita hablar con Kika primero, y luego le va a decir a Rochi.
—¿Sigue pensando en pedirle que se case con él este fin de semana?
—¡Sí! Por supuesto que lo va hacer, cariño. La ama más que a nada.
—Tiene que decírselo pronto, Peter. No creo que debería esperar.
Peter asintió, pero sé que se sentía tan perdido como yo.
Empecé a pensar en la conversación que tuve con Rochi ayer. Estábamos terminando los arreglos de la fiesta que Jenny había enviado para que hiciéramos y Rochi estaba hablando sobre su deseo de querer formar una familia inmediatamente. Sobre cómo no podía esperar para ver la cara de Gaston cuando le dijera por primera vez que estaba embarazada. Oh, Dios mío… me dolía el pecho.

Pobre Rochi.

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