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lunes, 7 de julio de 2014

Capitulo: 57


Peter
Lali se alejó de mí después del que juraba fue el beso más poderoso de mi maldita vida. Jadeaba con fuerza mientras me miraba. Tenía una cosa más que hacer.

Tomé el anillo de la caja y se lo puse en la mano izquierda. No es que estuviera contento, pero me alegré de que se rompiera el brazo derecho en lugar del izquierdo. Se quedó mirando el anillo durante unos minutos antes de que esos hermosos ojos azules miraran en los míos de nuevo. Estuve a punto de preguntarle si quería una copa de champán cuando me di cuenta que miraba hacia arriba, hacia la cama enorme y luego de vuelta a mí.
Bueno, bueno… mi pequeña y dulce Lali se sentía ansiosa por pasar a la parte más divertida de la noche.
Bajó la mirada a mis labios mientras comenzaba a lamer los suyos. Luego se mordió el labio inferior.
Santo infierno… Nunca la deseé más de lo que lo hacía en este momento.
—Todavía tienes treinta días…
Soltó una carcajada y volvió a mirar la cama. Esto fue todo. Iba a hacer el amor con ella. Mi corazón latía con fuerza. Me sentía como si fuera mi primera vez, estaba tan jodidamente nervioso. Me puse de pie y extendí una mano hacia la suya. Puso su mano izquierda en la mía, la ayudé a levantarse y comenzó a retroceder hacia la cama. Se detuvo
justo en el extremo de ella. Dios, se veía tan hermosa a la luz de velas. Colbie Caillat, su cantante favorito, cantaba en el fondo. No podría haber sido más perfecto.
—¿Tienes miedo, Lali?
—No.
—¿Estás nerviosa, bebé?
—Sí.
—No estés nerviosa, Lali.
—¿Qué pasa si…? ¿Y si no hago algo bien?
¡Oh, Dios! ¿Podía ser más malditamente linda?
Le sonreí y empujé unas hebras de su cabello detrás de su oreja.
—Lali, no tienes nada de qué preocuparte, cariño. Va a ser perfecto.
Por mucho que quería simplemente tirarla en la cama y llegar a ella, también quería tomarme mi tiempo y saborear cada momento. Me encantaba darle a Lali todas sus primicias. Esta era la más importante. Una que recordaría el resto de su vida.
Iba vestida con pantalones de mezclilla y una camiseta de fútbol de la universidad de Texas. Rochi me contó lo mal que Lali se sentía porque el suéter rojo que compró no cabía más por su escayola. Extendí la mano y tomé su cara mientras rozaba suavemente sus labios con los míos un par de veces.
—Más…
Dejé escapar una risa. —Eres una cosita codiciosa, ¿no?
Sentí su sonrisa en mis labios. Levantó la mano izquierda y empezó a pasarla por mi pelo. Por supuesto, esperaba que durara al menos dos minutos dentro de ella. Ya empezaba a volverme loco. Bajé las manos y le levanté la camiseta, rompiendo el beso sólo para pasarla por encima de su cabeza. Mis manos comenzaron a temblar cuando me agaché y empecé a desabrochar sus vaqueros. Una vez que estuvieron desabrochados, lentamente llevé mis labios a los suyos y comencé a besar su cuello… entre sus pechos y luego hacia abajo, hasta su estómago, mientras le deslizaba los pantalones por las piernas. Levantó un pie y luego el otro. Me incliné y le besé la parte superior del muslo mientras dejaba escapar un suave gemido.
Joder. Su cuerpo era perfecto. Cuando empecé a ponerme de pie, me di cuenta de que tenía una tanga roja… La miré fijamente durante
unos segundos antes de seguir subiendo y mis ojos se posaron en el sujetador a juego de encaje rojo. Tenía los pechos más sorprendentes. Se sentía como si estuviera viéndolos por primera vez. La miré a los ojos y la encontré observando cada movimiento que hacía. Me incliné para besarla suavemente en los labios. Tomó mi mano y la llevó detrás de ella para desenganchar el sujetador. Lo sentí abrirse y lentamente utilicé ambas manos para bajarlo por los hombros, el brazo izquierdo y con cuidado sobre su brazo derecho enyesado.
Incluso con ese maldito yeso rosa que tenía, todavía era la cosa más sexy que había visto.
Me quedé allí, mirando sus pechos. Levanté las manos y tomé ambos mientras Lali echaba la cabeza hacia atrás y gemía. Me incliné hacia abajo y tomé uno en mi boca mientras deslizaba la otra mano por su estómago y pasaba un dedo a lo largo de la línea de su ropa interior. Sentí temblar todo su cuerpo y se sentía como si mi polla fuera a explotar.
—Oh, Dios, Juan Pedro.
—Lo sé, bebé…
Volví a besar y chupar sus pechos mientras deslizaba una mano en sus bragas. Empujó sus caderas contra mí y dejó escapar un gemido.
Joder. Me encantaba sentirla desarmarse por mi tacto.
Moví mi boca hasta su cuello y comencé a besarla a lo largo de su cuello y clavícula. Poco a poco deslicé un dedo dentro de ella. Contuvo el aliento.
—Oh, joder.
Mierda, estaba tan jodidamente mojada.
—Jesús, Lali… bebé, estás tan húmeda y lista.
—Peter. Oh, Dios, eso se siente tan bien.
Llevé otro dedo y lo deslicé dentro. Dios, ¿cuánto más podría aguantar?
—Más, Peter. Por favor, más.
Tuve que sonreír contra su cuello. Realmente era una cosita codiciosa.
Deslicé otro dedo. Estaba tan jodidamente apretada, tan jodidamente mojada… Inclinó la cabeza hacia atrás y gimió de nuevo.
Tomé mi pulgar y empecé a moverlo contra su sensible protuberancia. Comenzó a sacudir las caderas y frotarse más duro contra
mi mano. Empecé a deslizar los dedos dentro y fuera más rápido. Me di cuenta de que se acercaba. Me agarró con la mano izquierda y empezó a gritar mi nombre mientras enterraba la cabeza en mi pecho.
Joder, podía sentir su orgasmo apretando mis dedos. La cabeza me daba vueltas mientras Lali seguía gritando mi nombre. Joder… este tiene que ser el orgasmo más largo que ha tenido.
Finalmente dejó de gritar mi nombre y sentí su cuerpo empezar a aflojarse en mis brazos. Me quedé allí y la abracé mientras su respiración se regulRochizaba. Echó la cabeza hacia atrás y me miró.
—¡Guau!
—Exacto. ¡Creo que esa fue la cosa más caliente que he visto, Lali!
Lali echó a reír. Su sonrisa se desvaneció cuando sentí su mano tratando de deshacer los botones de mis vaqueros. Pobre bebé, tenía un momento difícil con sólo ser capaz de usar su mano izquierda. Saqué mi mano de sus bragas y agarré su mano y la moví lejos de mis vaqueros. Poco a poco le quité las bragas y la acosté sobre la cama. Sentí su cuerpo empezar a temblar. Sabía que estaba nerviosa. Mierda, yo también esperaba no perder el control y hacerle daño.
—Lali, bebé, acuéstate…
Sus ojos se hicieron más grandes y se agarró a mi camisa. Comenzó a sentarse en la cama. Joder, mi corazón latía a mil por hora. De hecho, podía oírlo en mis oídos. Comenzó a deslizarse hacia atrás hasta que estuvo recostada con la cabeza en las almohadas. Me arrodillé al lado de su cuerpo, ya que nunca soltó el abrazo de muerte que tenía en mi camisa. Tuve que sonreír ante lo dulce e inocente que era. Y pensar que yo iba a ser el único hombre que alguna vez entrara en ella casi me hizo llorar. Lo último que necesitaba era llorar en estos momentos.
Me incliné hacia abajo y rocé mis labios contra los suyos. Capturó mi labio inferior con los dientes y empezó a sonreír. Retrocedí para mirarla. Sólo quería ver su hermoso y perfecto cuerpo, esperando por mí… sólo por mí.
—¿Peter?
—¿Mmh?
—¿Qué ocurre? ¿Por qué me estás mirando fijamente? —dijo mientras su voz se quebraba.
—Nada, bebé… Nada de nada. Sólo estoy mirando tu hermoso cuerpo. Eres tan jodidamente hermosa.
Comenzó a cubrir sus pechos y miré su cara ponerse roja.
—No, Lali, nunca te cubras, me encanta mirar tu cuerpo. Esta es la primera vez que te he visto totalmente desnuda, cariño, y quiero verlo todo.
—Oh… Bien.
Tan. Jodidamente. Linda.
Me levanté de nuevo y empecé a quitarme los pantalones. Los ojos de Lali se hicieron más grandes cuando deslicé los vaqueros por mis piernas y salí de ellos. Vi sus ojos moviéndose de arriba abajo por mi cuerpo, con una mirada hambrienta cuando se detuvo dos veces para mirar con mayor insistencia, una vez en mi pecho y mi tatuaje y luego otra vez en mi polla. Su boca formó una pequeña O y empezó a lamer sus labios. Mierda, me encantaría tener esa boca alrededor de mi polla, pero no esta noche… Esta noche era para Lali.
Me agaché y saqué un condón. Se apoyó sobre los codos.
—No necesitamos eso.
—¿Qué? ¡Por supuesto que sí, Lali!
—No, Peter, en serio. Estoy tomando la píldora.
¿Qué? ¿Por qué coño tomaba la píldora?
—Después de regresar de la estancia la primera vez, decidí que era mejor comenzar a tomarla por si acaso, ya sabes, en caso de que no pudiéramos detenernos la próxima vez. —Se encogió de hombros, mientras explicaba sus razones. Joder, la amaba.
Sin preservativo. Nunca había tenido sexo sin condón antes. Iba a hacer más difícil no venirme en el segundo que entrara en su cuerpo.
—¿Siempre has usado condón, Peter?
—¡Sí! —No puedo creer que incluso acabara de preguntar eso.
—Es por eso que tu rostro está blanco… la idea de no usar uno, ¿te asusta sentirte más cómodo usándolo?
Mierda, ¿le preocupaba eso?
—Lali, bebé, no es eso. —Me arrastré hasta la cama y me acerqué a ella y me sostuve a mí mismo por encima de su cuerpo. Dejó caer la cabeza sobre la almohada—. Me preocupa que vayas a sentirte tan jodidamente bien que no dure ni treinta segundos.
—Oh… Ah, bueno… eh… —Arrugó la nariz y sonrió. No pude haberla amado más en ese momento.
—Te amo, Lali —dije mientras me inclinaba hacia abajo y comenzaba a rozar suavemente mis labios contra los suyos.
—Oh, Juan Pedro… Yo también te amo.
Me di cuenta de que estaba frustrada con su brazo roto. Seguía tratando de levantarlo, así que finalmente lo tomé y lo puse sobre su cabeza. Extendió la mano izquierda y la pasó por mi cabello. Luego por un lado de mi cara, el cuello y finalmente terminó en mi pecho. No me quitaba la camisa muy a menudo, así que sabía que era una sorpresa para ella. Había conseguido un poco la noche de su cumpleaños y me rogó que la dejara lamer mi tatuaje. Me moría de ganas de dejarla, pero sabía que iba a perder el control. Esta noche era un juego totalmente diferente.
Con la punta de sus dedos comenzó a delinear el tatuaje. En primer lugar en mi pecho y luego por encima de mi hombro y mi brazo… mi cuerpo empezó a temblar. Se inclinó y besó mi pecho y solté un gemido.
—Si me tiendo sobre ti, Lali, ¿voy a lastimar tus costillas, cariño?
Me miró, sorprendida. No creía que me hubiera dado cuenta de que cada vez que la abrazaba y la levantaba, hacía una mueca de dolor.
—Te diste cuenta, ¿eh?
—Sí, bebé, no quiero hacerte daño.
—Confía en mí, no vas a hacerme daño, Peter… me estás matando, aunque por hacerme esperar.
Me reí y le pLalizqué la nariz.
—¿De dónde vino esta pequeña Lali codiciosa?
—Eh, ha estado aquí todo el tiempo, simplemente no puede esperar a que su futuro marido sea su amante por más tiempo.
Futuro marido…
Me incliné para besarla y me agarró por la parte de atrás del cuello. Chupó mi lengua, haciendo que soltara un gemido. Me tiró más abajo cuando abrió las piernas aún más.
Mierda. Mi polla estaba pegada a ella. Me incliné y deslicé un dedo dentro de ella. Joder.
—Jesús, Lali… estás tan jodidamente mojada, bebé.
—¡Sí! Peter, te deseo tanto… por favor… —me rogó mientras empujaba sus caderas contra mí.
Deslicé dos dedos en su interior y comencé a trabajarlos dentro y fuera. Lali dejó escapar un gemido y empezó a mover las caderas. Estabaa punto de correrse. Saqué mis dedos y me acerqué a ella de nuevo. Me miró, brevemente confundida.
—Quiero que te vengas otra vez, pero conmigo en tu interior, Lali.
Jadeó bruscamente. Sus ojos capturaron los míos y me abrazó por un momento. Iba a hacer el amor con la única chica que he amado. Mi corazón se llenó de tanto amor por ella. Querido Dios, por favor déjame ser lento y suave con ella.
Poco a poco, empujé la cabeza de mi polla contra su apertura. Sus ojos se hicieron más grandes y un momento de pánico cruzó sobre su rostro.
—Voy a ir lento, bebé, pero tienes que relajarte… ¿Puedes relajarte para mí, Lali?
—¿Qué pasa si…? ¿Y si no entra?
No quería reírme de lo inocente que era su pregunta. Me agaché y empecé a besarla mientras poco a poco empezaba a entrar en ella.
—Va a entrar, bebé, confía en mí… relájate, La.
Sentí su cuerpo relajarse. Incluso su apretón en mi brazo era relajante. Empujé un poco más y me sentí deslizarme fácilmente con lo jodidamente mojada que estaba.
La vi hacer una mueca de dolor y me detuve. Le hacía daño. ¡Joder! Nunca había estado con una mujer virgen, así que no estaba seguro de si debía ir despacio o simplemente empujar… como sacar una curita… rápido y firme.
Joder, ¿estoy pensando en curitas?
—No te detengas. —Lali empujó sus caderas contra las mías.
Oh, dulce Jesús… Nunca me había sentido tan puro en mi vida.
—Ohhh, Lali, estás tan apretada, bebé, y tan jodidamente caliente —le susurré al oído.
—Peter, por favor…
Sólo un poco más y estaría completamente dentro. Lali dejó escapar un pequeño gemido que casi me mató. Poco a poco empecé a entrar y salir de ella. Me sentía en el cielo.
Capturé su boca con la mía y la besé con pasión.
—Oh, Dios… Peter. Jesús, se siente tan bien…
—Lali, te sientes como el cielo, bebé.
—¿Puedes ir más rápido?
¿Realmente me preguntó eso?
—Sí, bebé… ¡Más rápido!
Cogí el ritmo y me di cuenta que se movía junto a mí. Oh, mierda, no iba a durar mucho más tiempo haciéndolo tan rápido.
Entonces vi su cuerpo comenzar a tensarse. La sentí apretarme la polla. Mierda, vamos, Lali, bebé, por favor.
—¡Oh, Peter! ¡Oh, Dios, sí! —Arqueó la espalda y eso fue todo… Lo perdí.
—¡Oh, mierda, Lali!
Nos vinimos juntos. ¿Cuán jodidamente perfecto era eso? Venirnos juntos la primera vez que hacíamos el amor.
Me apoyé sobre los codos. Los dos jadeábamos como si acabáramos de correr una maldita maratón.
Abrí los ojos para ver que me miraba. Esos ojos azules lucían más brillantes y su sonrisa… Oh, diablos, su sonrisa era para morirse. Nos quedamos así durante unos minutos. Poco a poco salí de ella y rodé hacia su lado izquierdo para evitar su brazo roto.
—Peter, nunca imaginé que se iba a sentir tan bien. Siempre he oído que la primera vez duele mucho. Me dolió al principio, pero luego rápidamente se convirtió en nada más que puro placer.
Solté una carcajada y pasé una mano por su pelo. Acabo de hacer el amor con Lali y quería saltar arriba abajo en la cama y lanzar unos cuantos puños.
—Estoy más que contento de que te haya gustado, cariño. Se sentía como el cielo puro para mí. Nunca había experimentado algo así, Lali.
Sonrió mientras colocaba su escayola a través de mi pecho. Era totalmente cierto. Tuve sexo antes, pero nunca he hecho el amor.
—Eh, Peter, ¿cuándo podemos hacerlo otra vez?
—¡Jesús, Lali! ¿Está lista ya?
Me miró con una mirada tan inocente en su cara y asintió.

Apoyó la cabeza en mi pecho y antes de que me diera cuenta la oí respirar suavemente mientras se deslizaba en un sueño. Cerré los ojos y soñé con las muchas veces que pensaba hacer esto otra vez. ¡Sólo necesitaba un mínimo de treinta minutos y luego la podía despertar de nuevo!


PERDONN!! POR NO SUBIR PERO MI INTERNET ANDA MUY MUY LENTO Y AHORITA ESTOY COLGADA DE UNA SEÑAL DE LA CALLE POR ESO PASO RAPIDO

20 comentarios:

  1. Sí por fin lo hicieron Jaja !!!!
    Me.encantó tan tierno Pitt
    seguila

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  2. Me encantoooo!
    Maaaas ++++++++

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  3. Subi otro porfaaa!!!!

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  4. Me encanta!
    Son tan tiernooos
    Maaas porfa

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  5. ++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

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  6. Sigueeeeee pooooorrr favoooor!!

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  7. hola me encanta tu novela pero cuando vas a subir de nuevo??? mas plisss

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  8. Genial el capitulo!
    Espero que subas el siguiente pronto!
    Besos!

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  9. Másssssss quiero másss

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  10. Holaa volvi uhh q dificil ponerme al dia ahora jajajaja pero ya lo haré gracias por comentar
    http://casijuegosca.blogspot.com.ar/

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  11. ++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

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