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jueves, 6 de febrero de 2014

Capitulo 2

VOLVIII¡¡¡



—¿Quién diablos es Jaime? 
Mi corazón se estremeció un poco, y traté de calmar la picazón de miedo en mi cuerpo.

 —¿Mis hermanos no te metieron en esto? 
—No, nena, no lo creo.
—Oh Dios —me lamenté, llevando mi mano sobre mis ojos.
—¿Así que me estás diciendo que no te colaste en mi cama a propósito? 
Quité mi mano y lo miré a los ojos. 
—¡Por supuesto que no! Ni siquiera te conozco. 
—Bueno, dame la oportunidad de llegar a conocerte mejor.  —Se presionó en  mí  otra  vez,  y  por  un  breve  instante,  luché  contra  el  deseo  recorriendo  mi cuerpo. Después de todo, nunca había besado a un extraño o estado en la cama de un extraño. Yo nunca había estado en la cama de un novio. Mi experiencia con los chicos era prácticamente inexistente.
—No, me tengo que ir —murmuré contra sus labios urgentes.
—No tienes que luchar. Te prometo que no voy a pensar mal de ti en el futuro. Y te haré sentir tan jodidamente bien, que no pensarás mal de ti tampoco, Ángel.
Cuando fue muy claro que no me iba a dejar, mi deseo quedó rociado con ira. ¿Quién demonios se creía sujetándome abajo y tratando de llegar a conocermemejor? Sacando toda la fuerza que pude reunir, llevé mi rodilla contra su ingle.
—¡Joder! —gimió, rodando fuera de mí.
Aprovechando la oportunidad, me arrastré fuera de la cama. Abrí la puerta del dormitorio y pisé fuerte hacia el pasillo. 
—De acuerdo, chicos ya han tenido su diversión, ¡así que corten la mierda! ¡Será mejor que traigan su lamentable culo ahora mismo! —grité.
Tres pares de piernas colgaban de las literas. Casi al unísono, saltaron al suelo. Tres pares de ojos legañosos, de muy tatuados roqueros en varios estados de desnudez, me miraron con expresiones desconcertadas.
—Oh mierda —murmuré antes de que me lanzara hacia adelante y todo se volviera negro.
Peter:
Abrasador dolor destrozó mi entrepierna, y gemí de dolor. En un momento me había estado besando con un ángel salido del cielo y al siguiente un infernal incendio hizo estragos en mis bolas.
En mi bruma, oí al ángel gritando con su jodida cabeza moviéndose y luego escuché un fuerte golpe. Una vez pude ver bien de nuevo, apreté los dientes y me tambaleé fuera de la cama. Agarré mis adoloridas bolas a través de mis boxers y tropecé con la puerta del dormitorio.
El  ángel  que  se  volvió  una  perra  furiosa,  estaba  hecho  un  ovillo  en  el pasillo. Poli se sentó a su lado, sosteniendo su cabeza en su regazo, mientras que mis otros  compañeros  de  banda,  Nicolas  y  Vico,  se  arrodillaban,  mirándola  con asombroso silencioso.
Cuando Nicolas  me  vio en  la  puerta, entrecerró  sus  ojos  oscuros. Él se levantó  y  dio  un  paso  hacia  mí,  apretando  la  mandíbula  ajustadamente.  Su musculosa forma de 1.86 podría haber sido amenazante si yo no le conociera como lo totalmente tierno que era.
—Amigo, ¿qué carajo está pasando? 
Alcé las manos. 
—¿Cómo diablos voy a saberlo? Me desperté encontrándola en mí cama ¡y luego me clavó las bolas!
Poli sacudió su morena cabeza peluda y soltó una risita.
—Tienes que trabajar en tu juego, hombre.
Le di la vuelta antes de moler el sueño de mis ojos con los puños.
—Pensé que era Paula, quiero decir, ella siempre se cuela en mi cama en las paradas de la gira. Pero la chica estaba diciendo algo sobre un tipo llamado Jaime y sus hermanos poniéndome en mi lugar.
—Eso tiene total sentido. Quiero decir, ¿qué dulce chica, puritana como esta va a estar recibiéndote en tu cama? —comentó Vico, sus ojos azules brillando con diversión mientras hacía girar el pequeño diamante en su oreja.
Todos miramos a la chica. No, definitivamente no era material de groupie como Paula. Me recordaba a la esposa de Nicolas, Eugenia. Ellos habían sido novios desde la secundaria, y de alguna manera su relación había sobrevivido a los últimos ocho  años  de  locura  mientras  nuestra  banda  se  trasladaba  desde  el  garaje  a  los principales escenarios del país.
Rascándose la oscura barba en la barbilla, Poli sonrió con malicia.
—Hmm, con el vestido veraniego y la diadema, ella luce como del tipo de Sookie Stackhouse de True Blood. Pura pero sexy como el infierno.
Vico arrugó la nariz y sacudió la sucia cabeza rubia. 
—Oh diablos no. ¡Ella es cien veces más caliente en la cara que Sookie!     —Hizo un gesto al escote del ángel—. Y maldita sea, miren esos pechos.
Nicolas gruñó de frustración. 
—Chicos,  ¡podrían  dejar de  pensar  con  sus  penes durante  un  minuto,  y centrarse en el hecho de que tenemos a una pobre y desamparada chica desmayada en el suelo! 
—Has  estado  casado  por  mucho  tiempo,  Nic  —murmuré,  sin  dejar  de disfrutar de las características de la rubia. Se había sentido como el cielo presionada contra mí. Bueno, hasta que ella bloqueó mi polla dolorosamente.
Ante  su  gemido,  todos  saltamos  hacia  atrás  como  si  hubiéramos  sido sorprendidos  haciendo  algo  que  no  deberíamos  hacer.  Ella  parpadeó  un  par  de veces, llevando su mano a su frente. Sus cejas se fruncieron mientras frotaba sus dedos  en  su  cabello.  Luego  sus  ojos  se  abrieron,  y  ella  levantó  la mirada  hacia nosotros. Su cara se arrugó con la mortificación. 
—Oh Dios, no fue una pesadilla. 
Poli se echó a reír.
—Sabes,  las  chicas  están  generalmente  mucho  más  emocionadas  sobre conocernos de lo que tú lo estás.
Sus ojos azules se agrandaron. 
—Oh, lo siento si soné grosera. No quise decirlo de la forma en que salió.
Crucé los brazos sobre mi pecho.
—Clavarme en las bolas fue grosero, nena.
Ella inclinó la cabeza hacia un lado y me dio una mirada de muerte antes de tirarse a sí misma en una posición sentada.
—No dejarías de molestarme. ¿Qué otra cosa se supone que debía hacer? —espetó.
Nico se erizó mientras cerraba la brecha entre nosotros. 
—De  alguna  manera  te  las  arreglaste  para  dejar  ese  dato  fuera  de  tu historia. 
AJle tendió la mano.
—Vamos, Sookie, te llevaré arriba de ese sucio piso.
Ella le lanzó una mirada de perplejidad.
—Pero mi nombre no es Sookie. Es Mariana, bueno, Lali. 
Una vez que Poli tiró de ella, cayó sobre su pecho, tratando de no perder el equilibrio. Puse los ojos cuando el pareció estar disfrutando un poco demasiado de ella presionada contra él mientras sus manos agarraban con los puños su camisa para mantener el equilibrio.



Nico debe haberse  dado  cuenta también porque tomó a Lali por el brazo.
—Ven aquí y siéntate. —Hizo un gesto hacia una de las sillas del capitán.
—¿Te divertiste sintiéndola imbécil? —le susurré a Poli.
Sonrió.
—Ha sido un pedacito de cielo justo aquí.  —Cerró los ojos y extendió su mano a su corazón—. Diablos linda, esas tetas se sienten increíbles. Me gustaría metértelo hasta que estés gritando.
Lali se congeló en frente de nosotros. Ella se apartó de Nicolas y se dio la vuelta. 
—¡Ni te lo pienses sucio!
Los ojos de Poli se abrieron, y sus cejas se alzaron en estado de shock.
—¿Cómo diablos sabes español?
—Mis padres eran misioneros. Pasé la mayor parte de mis primeros años en el extranjero, México, América Central y Brasil. Mi portugués no es tan bueno como mi español sin embargo. —Ella inclinó la cabeza ante Poli—. ¡Pendejo!
—¡Ja! ¡Soy un imbécil por decir eso! —Él se echó a reír—. Mis disculpas, Sookie, quiero decir, Lali.—Luego extendió una de sus manos—. Soy Pablo. Pablo Martiez,  también  conocido  como  Poli,  el  extraordinario  baterista  de Runaway Train y tu potencial latin lover.
Lali sonrió mientras se acercaba para estrecharle la mano.
—Lali Esposito.
Los oscuros ojos de Poli se agrandaron. 
—No jodas, ¿Esposito, como Parroquia Esposito en True Blood? ¡Ves, podrías totalmente ser Sookie
—Todo un hombre encantador, ¿no es así Poli?—preguntó Lali con una risita.
—Lo que sea por ti, mi amor. Quiero decir, ¿sabes lo jodidamente bueno que es escuchar un fluido español viniendo de un par de labios como los tuyos?   
—Sus ojos rodaron hacia atrás en su cabeza de placer.
—No, pero estoy segura de que vas a elaborarlo para mí, ¿no?
No pude evitar reírme. Cuanto más hablaba Lali/Ángel del Infierno, más comenzaba a comprenderla. Ella no se impresionaba por estrellas como nosotros, y ella le dio un testimonio de eso tan bueno como pudo conseguir, a mis adoloridas bolas.
Vico dio un paso adelante y le ofreció su mano a Lali. 
—Soy Victorio  d'alessandro, bajista y si estás en busca de un hombre de verdad, una opción mucho mejor que ese idiota. —Él señaló con el pulgar a PABLO.
Pablo se llevó a los labios la mano de Lali.
—Solo recuerda. Los hombres latinos son los mejores. 
—Voy a tratar de recordar eso —murmuró. Mientras ella retiraba su mano de la de PABLO, la llevó a su cabeza.
—Uf, ¿por qué estoy todavía tan mareada? 
Poli se zambulló en el refrigerador por una botella de agua y se la dio a Lali mientras Nicolas se arrodillaba a su lado.
—¿Tal vez pon tu cabeza entre tus rodillas? —sugirió, en una voz tranquila y relajante. Al mismo tiempo, Vico arrebató una toalla de papel y corrió bajo el grifo antes de entregárselo a Lali.
Miré  a  mí  alrededor  a  mis  compañeros  de  banda  con  una  mezcla  de incredulidad. Fueron cayendo todos sobre sí mismos para impresionar a Lali con sus consideraciones. Eso nunca, nunca sucedió con una mujer en el autobús. Las chicas estaban allí para sorprendernos e impresionarnos con sus talentos sexuales.
Tan pronto como terminaban, eran enviadas fuera del autobús sin ceremoniasBueno, supongo que los motivos de Nicolas eran diferentes. Él era la figura del padre y cuidador de la banda, además de ser el padre de Jude de cuatro años y Melody  de  ocho  meses.  Y a pesar de las  tetas  y los culos  tirados  en  su cara las veinticuatro horas de los siete días, se mantenía fiel a su esposa. Aunque yo le daba una mierda sobre eso, realmente lo admiro por ser leal.
Lali dio un suspiro irregular. 
—Estoy bien. Realmente, no tienen que preocuparse por mí. —Se alisó el cabello  hacia  atrás  y  se  limpió  unas  motas  de  polvo  de  su  vestido—.  Soy hipoglucémica así  que a veces  me desmayo cuando  no como... que  junto con la adrenalina de estar en la cama de un extraño y verlos a todos en lugar de a mis hermanos me hizo desmayarme. 
Después de tomar  un indeciso sorbo de agua, Lali  acarició sus mejillas hacia abajo con la toalla de papel. Cuando levantó la vista, se encontró con todos mirándola. 
—Así que, uhm,  supongo que  se estarán preguntando  cómo acabé aquí, ¿eh?
Nicolas hizo un gesto al pase autorizado situado en su amplio escote. 
—Voy  a  tomar  una  salvaje  conjetura  y  decir  que  tienes  el  autobús equivocado.
Lali asintió.  A continuación, se lanzó  a una historia acerca de por qué estaba incluso en Rock Nation. Cuando explicó sobre el roadie y Jacob’s ladder, exhalé una respiración.
—Pensó que me estabas buscando.
—¿Eh ? —preguntó.
―Soy  Peter Lanzani(Jake  Slater nombre del personaje).  Es  probable  que  no  te    prestara  mucha  atención, ¿verdad?  --Ella asintió con la cabeza-Quiero decir, Jake Slater y Jacob’s Ladder juntos de corrido suenan un poco similares si el imbécil ni siquiera oyó nada más allá de la J él solo supuso que venías a verme. 
Las cejas de Lali se dispararon. 
—¿Y a menudo tienes chicas al azar llegando a tu autobús con equipaje y un estuche de guitarra? —respondió ella.
La sonrisa que le di causó manchas de color rosa en las mejillas de Lali. 
—No importa —murmuró, mirando lejos de mí.
El  sonido  de  su  teléfono  vibrando  en  la  mesa  nos  interrumpió.  Ella  lo agarró frenéticamente y se lo llevó a la oreja. 
—¡Jaime, oh Dios mío, es tan bueno saber de ti! 
La voz en la otra línea habló frenéticamente. Ella negó con la cabeza. 
—No, no, no he huido de la gira. Es que... Yo, uhm, me subí al autobús equivocado.
Ante su respuesta, su rostro se ensombreció por la furia.
—¿En  serio?  Bueno,  tal  vez  uno  de  ustedes,  imbéciles,  ¡debería  haber venido a encontrarme! —Con sus siguientes palabras, farfulló indignada—: ¡No me reprendas sobre maldiciones! ¡Soy una mujer adulta, y voy a decir lo que quiera! No puedo creer que me tengas en el altavoz.Leon, si no dejas de reírte, ¡voy a sacar la  mierda  de ti  en el  momento en  que  te vea!  ¡Y si  piensas  que no  puedo,  solo recuerda Costa Rica!
No  pude  evitar  reírme  de  su  ardiente  personalidad.  Los  otros  chicos  se divertían por igual con sus arranques frente a nosotros.
—¿Cómo sucedió esto? Había más de un centenar de autobuses ahí afuera, Jaime. Cuando pregunte por Jacob’s Ladder, pensaron que quería decir Peter(Jake Slater). 
La voz de Jaime gritó del otro lado tan fuerte que todos pudimos oír:
—¡¡¡¿Estás en autobús de Runaway Train?!!!
—Sí —respondió ella. Ante su siguiente respuesta, ella soltó un bufido—. Bueno, solo he conseguido hacerlo con el baterista y el bajista hasta el momento, pero estoy pensando que podría conseguir un trío e ir y golpear a los otros. ¡Tal vez haga un gang bang con los roadies cuando paremos para la cena!
Vico hizo un ruido ahogado en su garganta mientras Poli murmuraba: 
—No me jodas —en voz baja. Incluso yo no pude detener mi bajo vientre de agitarse ante su imaginativa sugerencia.
Ella puso los ojos en blanco. 
—Jaime, ¿podrías darme un poco de crédito? He mantenido mi virginidad durante tanto tiempo. Creo que la voy a mantener por un tiempo.
Todos  nosotros  intercambiamos  miradas  salvajes.  Vico  tiró  con  tanta fuerza de su diamante que se le salió de la oreja y cayó al suelo. Poli buscó la cerveza junto a él y la vació en un largo engullen, su pecho subiendo y bajando con fuerza mientras miraba a Lali. Incluso Nicolas parecía traumatizado por su declaración.
Todos nosotros teníamos que estar pensando lo mismo. ¿Cómo era posible que una chica tan caliente como la que estaba frente a nosotros sea… virgen?
Lali se dio la vuelta y vio nuestras expresiones. Un rubor entró en sus mejillas, y ella bajó la cabeza.
Se dejó caer en su silla y hundió la cabeza entre sus rodillas. 
—No  puedo  creer  que  haya  admitido  eso  en  una  habitación  llena  de hombres —susurró. 
Cuando Jaime dijo algo más, su voz se quebró por la emoción. 
—Mira,  solo  necesito  saber  cómo  vamos  a  arreglar  esto.  —Después  de sollozar durante unos segundos, levantó su cabeza y escaneó nuestros rostros—. Sí, un segundo. —Le pasó el teléfono a Nicolas—. Él quiere saber el horario de su gira, así voy a ser capaz de bajar del autobús y subirme a un avión tan pronto como sea posible.
Él  asintió  con  la  cabeza  mientras  tomaba  el  teléfono  y  se  alejaba  de nosotros. 
—Oye Jaime, soy Nicolas Riera, y no te preocupes, hombre, voy a cuidar bien de Lali hasta que podamos llevarla de vuelta con ustedes. —Él se echó hacia  atrás  como  si  hubiera  sido  sorprendido—.  Eso  no  fue  lo  que  quise  decir. Además,  soy  un  hombre  casado.  Ahora  aquí  es  donde  estamos...  —Su  voz  se desvaneció mientras caminaba por el pasillo.
Vico palmeó la espalda de Lali tranquilizadoramente. 
—Oye, no te preocupes. Todo va a estar bien.
Con la cabeza entre sus manos, murmuró:
—Gracias. Espero que sí.
Apartando  a  Vico  fuera  del  camino,  me  arrodillé  al  lado  de  Lali.
Tomando su barbilla en mis manos, saqué su cabeza para mirarla a los ojos.
—No te preocupes, Ángel. Tu hermano y Nico lo arreglarán. Te prometo que te pondremos de vuelta en tu pequeño mundo civilizado, tan pronto como sea posible y antes de que puedas quedar demasiado traumatizada por estar en nuestra presencia.
Ella golpeó mi mano.
—¿Qué quieres decir con civilizado? 
Me encogí de hombros.
—Solo quise decir que es obvio que estás acostumbrada a un cierto estilo de vida. 
Sus  rubias  cejas  se  dispararon  hasta  que  pensé  que  podrían  llegar  a  su diadema blanca.
—¿Estás insinuando que soy una mocosa mimada que está acostumbrada a que todo el mundo haga una reverencia a cada uno de sus caprichos?
—Tal vez
Lali entrecerró los ojos en mí.
—Mis  padres eran misioneros.  ¿Por lo menos  entiendes  lo  que  significa eso?
Una sonrisa curvó mis labios.
—Yo sé todo acerca de la posición del misionero, Ángel. De hecho, creo que yo estaba tratando de que te familiarizaras con ella antes cuando bloqueaste mi polla.
—¡Eres seriamente asqueroso! —gritó impulsándose fuera de la silla. Casi se vino abajo sobre mí antes de que pudiera ponerse de pie. Empujó su dedo en mi pecho—.  Voy  a  tener  que  hacerte  saber  que  no  soy  una  diva  que  no  puede sobrevivir sin alguien que me cuide. Las vidas de los misioneros y sus familias son muy simplistas, así que confía en mí cuando digo que he visto un montón de dura mierda.  Sí,  vivimos  en  grandes  ciudades  como  Río  en  Brasil  y  Guadalajara  en México,  pero  también  hemos  recorrido  a  través  de  las  selvas  y  pasado  días  sin duchas y menos teléfonos celulares y Wi-Fi. ¡Así que puedo asegurarte que no hay nada que tú y tu banda de felices malhechores puedan hacer para asustarme!
Puse los ojos.
—Oh,  por  favor.  Jodidamente  te desmayaste al ver  a  los  chicos,  por  no hablar de que te volviste loca y pusiste todas tus bragas de encaje en una torcedura cuando te besé.
—¿Estás  tratando  de  decir  que  yo  no  podría  lograrlo  en  este  autobús?            —respondió ella.
Incliné mi cabeza hacia ella.
—Vamos, Ángel. Podrías morir mil muertes si aún tuvieras que pasar una noche aquí con nosotros y nuestros impulsos furiosos, sexo, lenguaje atroz y malos modales en la mesa.
—Pareces  olvidar  que  tengo  tres  hermanos  mayores.  Estoy  muy familiarizado con los chicos revoltosos.
Cruzando los brazos sobre mi pecho, sonreí hacia ella. 
—¿Estás diciendo que si tuvieras la oportunidad de bajarte del autobús en las próximas horas, no lo harías?
Ella avanzó hacia adelante, de pie cara a cara conmigo.
—¿Me estás diciendo que no tengo el coraje para quedarme?
—Sí, lo hago.
Poli levantó las manos.
—Caray, ¿qué jodidos creen que están haciendo?
—¿Cuáles  son  las  condiciones  para  que  me  pruebe  ante  ti?  —preguntó Lali.
Sin pensarlo, espeté: 
—Una semana en el autobús. 
Su resistente —como clavos— voluntad flaqueó un poco. 
—¿Una semana? —chilló, con la voz quebrada.
Vico trató de empujarnos aparte. 
―Bueno, eso es realmente divertido, pero ustedes dos pueden parar ahora —argumentó.
Cuando ninguno de los dos nos echamos atrás, dijo:
—Permítanme  recordarles  que  Lali  tiene  una  gira  a  la  cual  unirse,  y tenemos una también. Nadie tiene que demostrarle nada a nadie, ¿de acuerdo?
Aparté mi mirada de Lali para mirarlo. 
—Esto no es nada contigo, hombre. Esto es entre Ángel y yo.
—Es Lali —gruñó.
Arqueé las cejas hacia ella. 
—Entonces, ¿qué va a ser, Ángel?
Furia destelló en sus ojos azules antes de que se diera la vuelta. Ella pisoteó juntó a Nicolas y le arrebató el teléfono. 

—Jaime, ha habido un cambio de planes.
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Chicas no podia subir porque estaban mis primos y mis tios y no podia dejar sola a mi primita porque se aburriria y ademas el media fire no me funcionaba, me gustaria que poder subirles mas cap hoy pero estoy un poco bajon y no estoy de animos

Gracias por leer y aguantarme :3

4 comentarios:

  1. Holaa me encanta la novela :D LO MEJOR FUE LA PATADA EN LOS HUEV** jajajajjaa ok me encanto eso ajajajaja asi se defiende Lali sii!

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  2. Ya me descargue la saga que me dijiste :D jajajaja yo vine con una pequeña recomendacion por si te interesa jajaja son mis 3 libros preferidos...
    -Prohibido enamorarse de Adam Walker
    -El chico que se escabulle en la ventana de mi cuarto
    -Hotel California
    :D

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  3. QUIERO MAAS y espero que ella pase esa semana alli jajaja quiero maas y ya subi mas :D besitos
    http://casijuegosca.blogspot.com.ar/
    http://amorencopos.blogspot.com.ar/

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  4. OH POR DIOS, OH POR DIOS, OH POR DIOS.
    si ella se queda ahi no tardara en entrar en la cama de Peter y Peter no tardara en abrir su corazon a ella.
    esperemos a que la magia del amor los envuelva....
    ya subi mas (: http://yourworldofnovels.blogspot.com/2014/02/capitulo-nueve.html

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