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domingo, 16 de febrero de 2014

Capitulo:5



Vaya. ¿Cómo podría estar teniendo una reacción hacia él? ¡Era un idiota egocéntrico!

Su mirada se dirigió a mi guitarra. 
—Así que tocas algunas baladas. ¿Puedes hacer algo más?
Apretando  mis  labios  ante  su  desafío,  empecé  tocando  la  apertura  de Highway to Hell de AC / DC. Peter inmediatamente rompió a reír. 
—Maldita  sea,  Ángel,  justo  cuando  empiezo  a  subestimarte,  vas  y  me pruebas que estoy equivocado.
Aun tocando, bromeé: 
—Y  yo  aquí  te  subestimé  pensando  que  nunca  podrías  admitir  cuando estabas equivocado en algo.
—Normalmente no lo hago. Pero tengo la sensación de que voy a hacer una excepción contigo en un montón de áreas. —Ante su malvada sonrisa, supe exactamente lo que quería decir.
—Sueña —murmuré.
—Fantasear es saludable, ya sabes. Tal vez deberías probarlo más.
Cerrando mis ojos, seguí tocando
Highway to Hell
. Me lamí los labios. 
—Hum, sí, tienes razón. Fantasear es agradable.
—¿Acerca  de  qué  estás  pensando,  Ángel?  —preguntó  Peter,  su  aliento flotando cerca de mi mejilla—. ¿O debería decir en quien estás pensando?
—En ti  —susurré. Mis ojos se abrieron para fijarme  en  su  expresión  de sorpresa.
—¿En serio?
—Mmm…hmm —contesté un poco sin aliento para dar énfasis. Él arqueó las cejas con expectación—. ¡Estoy fantaseando sobre lo que sería pegarte en las bolas de nuevo por ser un cerdo egoísta!
La  risa  de  los  otros  chicos  se  hizo  eco  a  mí  alrededor,  mientras  Peter  se limitaba a sacudir la cabeza. Con una sonrisa, respondió:
—Sin embargo, admítelo. Todavía estabas pensando en mis bolas.
—Eres imposible.
Antes de que Peter pudiera darme otra respuesta ingeniosa, mi estómago rugió tan fuerte que casi se hizo eco por toda la habitación. La expresión de Peter se volvió preocupada cuando su mirada apuntó a mi abdomen.
—¿Por qué no nos dijiste que estabas tan hambrienta?
Una risita avergonzada escapó de mis labios. 
—De alguna forma ha pasado demasiado para ir a prestar mucha atención a mi estómago.
—¿Te gustan las tortillas? —preguntó él mientras se levantaba de un salto.
—Sí, claro.
—Entonces, una tortilla sale.
—Uhm,  gracias.  —Mi  mandíbula  cayó  abierta  mientras  veía  a  Peter encaminarse  a  la  cocina  y  sacar  los  suministros  necesarios  para  hacerme  un desayuno tardío. Puse suavemente mi guitarra en su estuche.
—¿Ustedes  chicos  quieren  una?  —preguntó  por  encima  de  su  hombro mientras comenzaba batiendo los huevos.
—No,  creo  que  voy  a  comerme  esas  sobras  de  la  pizza  —respondió  Poli, haciéndolo a un lado en la nevera.
Vico arrugó la nariz. 
—Eres repugnante. —Él asintió con la cabeza hacia Peter—. Voy a tomar una.
—¿Nico? —preguntó Peter.



—Nah, voy a prepararme un sándwich cuando regrese. Es casi la hora de mi charla en Skype con Euge.
Cuando se dirigió a la habitación, Peter resopló. 
—No hagas nada obsceno con Euge ahora que Ángel está en el autobús.
Nicolas se dio la vuelta para dispararle a Peter una mirada de muerte. 
—¡Tú  sabes  muy  bien  que  Jude  y  Melody  siempre  están  ahí  para  mis llamadas, imbécil!
Con  una  risita,  Peter  volvió  a  trabajar  en  sus  obras  maestras  culinarias mientras Brayden cerraba de golpe la puerta del dormitorio. Poli se acercó a la mesa con una caja de Domino’s y comenzó a empujarse varios pedazos fríos de pizza de peperoni.
—¿Estás siquiera masticando eso? —pregunté.
Él me guiñó un ojo y dijo:
—Tengo un gran apetito, Ángel.
Moví el dedo hacia él. 
—Los modales, ¿recuerdas?
Sin apartar sus ojos de los míos, tomó una servilleta de la mesa y se limpió delicadamente las comisuras de la boca.
Sonreí. 
—No es el sucio de afuera lo que me preocupa, pervertido.
Poli echó la cabeza hacia atrás y rugió. 
—Maldita sea, Lali, de seguro que estoy emocionado por tenerte  en el autobús con nosotros. Vas a ser divertida como el infierno.
—Espero que sí. No quiero ser un jamelgo. —Ante el tintineo travieso en sus ojos oscuros, yo negué con la cabeza.—Ni siquiera vayas allí.
—¿Qué quieres decir?
—No  digas  algo  cursi  como  “Ooh  nena,  tú  puedes  cabalgarme  toda  la noche… ¡dos o tres veces!”
Los ojos oscuros de Poli se ensancharon mientras su porción de pizza caía sobre la mesa. 
—Está bien, es realmente espeluznante cómo puedes leer mi mente, pero de nuevo... ¡joder! ¡Es tan ardiente que puedas pensar como un hombre!
Me eché a reír. 
—Hermanos mayores, ¿recuerdas?
Una amplia sonrisa se extendió en su rostro. 
—Recuérdame agradecerles algún día por educarte bien, Ángel.
Vico se pasó la mano por el cabello despeinado. 
—Hablando de tus hermanos, vi parte de su espectáculo. No son malos.
—¿No son malos? —resoplé indignada.
El color rosa tiño sus mejillas. 
—Bueno, tú sabes lo que quiero decir... para rockeros ligeros.
Poli asintió con la cabeza. 
—Sí, cuando se presentaron, de algún modo me esperaba alguna mierda a lo Jonas Brothers. Pero ellos son realmente duros para ser rockeros cristianos.
Apoyando mis codos sobre la mesa, miré a Poli y Vico. 
—¡Mis  hermanos  son  músicos  fantásticos!  Quiero  decir,  ¿ustedes  dos pueden tocar varios instrumentos?
—Bueno, no… —comenzó Vico.
Les sonreí antes de cruzar los brazos sobre mi pecho. 
—A pesar de que probablemente él es el menos inclinado a la música, Jaime es un demonio de baterista, y puede escribir una canción como nadie en el negocio. Gas puede tocar la guitarra, el bajo, el banjo, el dulcimele y el piano, por no hablar de que tiene una voz increíble para la armonización. Y Leon… él toca el bajo, el  violín  y  canta  también.  Junto  con  Jaime,  han  estado  escribiendo  sus  propias canciones y componiendo su propia música desde que tenían diez años.
Vico levantó sus manos en señal de derrota. 
—Reconozco mi error, Ángel. ¡Tus hermanos son completos y totales patea traseros! 
Peter volcó una tortilla en un plato y añadió: 
—Y su hermana es bastante dura también. 
Me eché a reír. 
—Gracias, por todos los elogios sobre patear traseros, en general, del ADN de mi familia. 
Después de guiñarme, Peter arrastró los pies a la nevera y sacó un cartón de jugo de naranja. 
—Preferiría una Coca-Cola Zero, si tienes.  
Él me ignoró mientras servía dos vasos grandes antes de entregarme uno. 
—JN es mejor para ti.
Vico sacudió la cabeza. 
—Dice el chico que tiene una cerveza en el desayuno casi todos los días. 
—Cállate,  idiota.  —Mirándome,  dijo—:  Tú  pasaste  hace  unos  treinta minutos de un nivel bajo de azúcar en la sangre, ¿recuerdas?
—Tienes razón. —Me tomé un largo trago de mi jugo de naranja, y tuve que admitir que estaba bueno—. Gracias. 
—De nada, Ángel. 
Di un suspiro de frustración. 
—¿Por qué todos insisten en llamarme así? 
Peter hizo un gesto a mi vestido. 
—Por un lado, estás toda cubierta de blanco. 
—Pero es solo un vestido de verano. 
Equilibrando tres platos, Peter se acercó a la mesa y sirvió nuestras tortillas. 
—En segundo lugar, apareciste de la nada como un ángel caído del cielo. 
—Qué poético —lo corté.
Poli sonrió.
—Por no hablar de que eres una de las 180 chicas que están por lo general en este autobús. 
—Definitivamente  —contestó  Peter.  Inclinando  la  cabeza,  me  clavó  la mirada—. Y luego tienes la más hermosa aura de luz sobre ti, pura y exquisita. 
Casi me atraganté con mi jugo de naranja con la sinceridad de sus palabras. 
—¿En serio? 
—Sí, la tienes.  —Después, sentándose frente a mí, Peter añadió—: Y, por último, te sentías como el paraíso absoluto pegada a mí en la cama. 
Y así, el momento perfecto se hizo añicos. 
—Por favor —dije, agarrando mi tenedor. Cuando mordí la tortilla, cerré los  ojos  del  éxtasis  que  experimentó  mi  estómago—.  Guau,  esto  está  realmente bueno
—Soy bueno en un montón de cosas, además de cantar y tocar la guitarra —respondió Peter.
Abrí un ojo para mirar hacia él. 
—Hay más hermosas insinuaciones allí para mí, ¿no es así? 
Peter sonrió mientras tomaba el vaso para servirme más jugo de naranja. 
—No, estoy siendo un buen chico. 
—Lo dudo seriamente.
La mesa quedó en silencio ya que todos nos engullimos nuestra comida.
Nicolas salió de la habitación con una sonrisa de oreja a oreja. 
—¿Supongo por tu expresión que la llamada ha ido bien? —pregunté.
Sonrió. 
—Melody dijo “papá” hoy y me lanzó besos. Nunca había hecho eso antes. 
—Aw, eso es dulce —contesté.
La expresión de Nicolas se oscureció. 
—Odio que vayan a pasar dos semanas más hasta que llegue a verlas. Jude se hace más grande y más grande cada vez que lo veo.
—Tal  vez  deberías  pensar  en  traerlos  a  lo  largo  de  la  gira  de  nuevo   —sugirió Peter.
Lo miré con asombro. 
—¿Te gustan los niños? 
Él me dio su sonrisa de firma. 
—Claro que sí. Especialmente Jude y Melody. También me gusta tener a Euge alrededor porque ella cocina para nosotros y limpia.
Nicolas lanzó una servilleta a Peter y lo golpeó en la cara.



—Mi esposa no es tu cocinera y mucama, idiota. 
—Ya  lo  sé,  twatwaffle.  Pero  más  que  nada,  me  gusta  la  forma  en  que tenerlas a tu alrededor te pone de buen humor. Cuando tienes a tus hijos alrededor y te vas lejos a menudo, esa mierda corre más suave para todos nosotros.
Apretando la mandíbula, Nico cerró de golpe la puerta del refrigerador. 
—En algún momento esa declaración fue decente y redentora, pero como siempre tienes que malograrla —se quejó, llevando su comida de la mesa.
Elevé los brazos por encima de mi cabeza, bostecé. 
—¿Cansada  ya  de  nosotros,  Ángel?  —preguntó  Peter  con  una  sonrisa divertida.
—No, es solo que no dormí mucho anoche. Los nervios y todo. Luego tuve que levantarme al amanecer para llegar al aeropuerto para mi vuelo.
Con expresión de preocupación, Nico se inclinó hacia adelante en su silla.
—¿Por qué no vas a descansar un rato? 
Miré alrededor a los chicos. 
—¿No les molesta? 
Poli negó con la cabeza. 
—Nah, probablemente vamos a chocar de nuevo entre nosotros mismos. Tuvimos  una semana  consecutiva  de  conciertos  antes  del  Rock  Nation,  así  que nuestros culos se arrastran.
—Oh, está bien. 
Dramatizando con la mano en el pecho Peter dijo galantemente:
—Te dejaré tener el dormitorio
—Eso es muy amable de tu parte, pero siempre puedo tomar uno de los catres.
Con un brillo en sus ojos, Peter respondió: 
—Insisto. 
—Gracias, entonces. 
Cuando me levanté de mi asiento, él hizo lo mismo. Tomando mi maleta, Peter la hizo  rodar por el pasillo  hasta el  dormitorio. Eché  un vistazo  atrás a los chicos y vi sus boquiabiertas expresiones, con los ojos abiertos de incredulidad.
Poniendo un pie delante del otro, me arrastré detrás de él. Una vez que Peter giró mi maleta en el interior, se dio la vuelta. 
—Todo  tuyo,  Ángel.  Nos  aseguraremos  de  despertarte  para  la  cena. Probablemente nos detendremos un poco más temprano de lo normal debido a que las tortillas no nos van a mantener por mucho tiempo, y estamos casi sin alimentos.
—Oh, está bien, gracias. 
Peter no se movió de la puerta, así que tuve que ir más allá de él. Nuestros cuerpos se apretujaron entre sí, y peleé con el familiar cosquilleo que erizó mi piel al  estar  tan  cerca  de  él.  Era  una  sensación  a  la  que  no  estaba  acostumbrada  a experimentar con nadie. Una vez que estuve dentro, me volví hacia él.
—Es muy amable de tu parte que me dieras el dormitorio. La privacidad es agradable. 
Él se acercó más a mí. 
—Bueno,  solo  para  advertirte,  la  cerradura  está  rota.  Así  que,  si  me necesitas para vigilar la puerta mientras te cambias a algo un poco más cómodo, me encantaría. Ya sabes, para que los chicos no echen un vistazo a tu mercancía.
—¡Qué  dulce de  tu parte!  —Me  di  cuenta  que me movía  delante  de  él. Llevando  la  mano  a  su  pecho,  le  di  un  empujón,  mandándolo  a  volar  hacia  el pasillo—. Me aseguraré de poner mi equipaje en frente de la puerta por si acaso—Con  una  sonrisa  enfermiza,  dulce,  añadí—:  Y  gracias  otra  vez  por  ser  tan considerado cuando se trata de mi mercancía. 
Detrás  de  Peter,  los  chicos  soltaron  una  carcajada.  En  lugar  de  la  ira,  la diversión brillaba en sus ojos azul cielo.
Él movió su dedo. 
—Voy  a  llegar  a  ti  en  algún  momento,  Ángel.  Voy  a  romper  todas  las paredes que has construido a tu alrededor.
—Tendremos que esperar y ver, entonces. —Con eso, le cerré la puerta en las narices.


Me sacudí despertando. Mis párpados se abrieron. Cuando miré a mi oscuro alrededor,  el  pánico  se apoderó de  mí.  Espera,  ¿dónde  diablos  estaba?  Mirando alrededor de la habitación ennegrecida, intenté conseguir orientarme. 
—Ugh  —murmuré cuando todos los eventos del día se agolparon en mi mente.
Cuando la lámpara de la mesita de noche se encendió, salté de mi piel. Peter se sentó en el borde de la cama, prácticamente encima de mí. 
—¿Q…qué  demonios  estás  haciendo?  —Chillé,  apretante  la  sábana alrededor de mí.
Puso los ojos. 
—No  permitas  que  tus  bragas  se  revuelvan,  Ángel.  No  estoy  aquí  para repetir  la  actuación  de  esta  mañana.  —Con  un  movimiento  de  un  zapato,  él añadió—: Lamento haber interrumpido tu sueño de belleza, pero toda mi mierda está aquí. 
—Oh, lo siento —murmuré.
—Además de eso, vamos a parar para la cena, así que pensé que sería mejor despertarte. 
—Gracias. 
Él arqueó las cejas traspasándome. 
—¿Sabías que roncas? 
Mis ojos se abrieron con horror. 
—¡No lo hago! 
—Sí, lo haces. 
Cubriendo mi boca, dije:
—Oh Dios, ¿lo hago? 
Peter sonrió, asintiendo con la cabeza. 
—Es un poco lindo, sin  embargo. No hay nada como el fuerte ronquido que los chicos hacen. 
—Que mortificante. 
—Te avergüenzas con demasiada  facilidad,  Ángel.  ¿Cómo  harás  durante una semana con nosotros, si por roncar un poco te sales de quicio? 
—Voy a estar bien, gracias. 
Poli asomó la cabeza por la puerta 
—Oigan, tengo que recoger mis cosas. 
—Adelante.  —Lancé  la  sábana—.  Ahora,  si  me  disculpan,  voy  por  mis cosas e iré al cuarto de baño para poder vestirme para la cena. 
Peter abrió los brazos antes de caer de espaldas sobre la cama. 

—Adelante.  —Al  ver  que  no  me  movía,  gruñí  con  frustración.  Justo cuando empecé a saltar por encima de Peter, Poli tiró la puerta del armario abierta para conseguir su ropa. Ya que estábamos en el tan estrecho dormitorio del bus, no pude moverme. Para mi horror absoluto, me caí a horcajadas sobre Peter. 

+1
Esto es como una marton extendida

3 comentarios: