Cuando me encierro
en el sucio cuarto
de baño lucho
para mantener mis emociones
bajo control. Me
sentí como si estuviera
en un carrusel
defectuoso. En un
minuto Peter está mostrando interés en
mí y en el próximo
se engancha con una camarera al azar.
¿Cuál demonios era su problema? Supongo que la mejor
pregunta era cuál era mi problema.
¿Por qué en
todo el mundo
iba a remotamente
interesarme en un imbécil que haría eso? Tendría que ser una
ilusa para pensar que alguien como Peter Lanzani estaría en realidad interesado
en mí o en estar dispuesto a renunciar a su existencia de mujeriego.
—¡Soy tan estúpida! —exclamé.
Una vez que terminé en el baño, respiré hondo antes de
salir. Casi esperaba que Peter estuviera esperando por mí para tratar de hablar
o explicarse a sí mismo, pero una vez más, me decepcionó. En su lugar, estaba
sentado en la mesa con la barbilla apoyada en una mano, mientras que los otros
chicos hablaban y reían.
Mientras
fácilmente me senté
en la mesa,
no me atreví
a mirarlo. Era demasiado
embarazoso. Intenté ocuparme
con mi teléfono.
Pero sentí sus
ojos ardiendo en mí.
A continuación, el
calor de su cuerpo se
acercó mientras se inclinaba, haciendo que contuviera la
respiración.
—Ángel, lo que pasó allá atrás…
Fue interrumpido por
el teléfono. Una
mirada en el
identificador de llamadas y se
paró de la silla.
—Amigo, ¿qué va mal?
—Es Sally —respondió Peter antes de salir del restaurante.
A pesar de que me odiaba a mí misma por ello, pregunté:
—¿Quién es Sally?
—Su tía —respondió
Poli con una
mueca. Luego bebió
lo último de su cerveza
antes de añadir—: Espero que no signifique que algo está mal con su mamá.
Entonces seguí a
los chicos fuera
del restaurante. Frank
aún no había llegado, así que nos quedamos bajo el
toldo esperándolo. Mirando hacia la noche, vi
la forma de Peter. Su
teléfono presionado firmemente en
la oreja mientras se paseaba por el estacionamiento. Con su
mano libre, gesticulaba frenéticamente.
Fuera lo que
fuera que su
tía estaba diciendo
estaba obviamente muy
molesto.
Apenas terminó la llamada telefónica, la familiar camioneta
negra entró chillando en el estacionamiento.
—¡Peter! —llamó Poli.
Sin responder, llegó a nosotros. Esta vez no se molestó en
abrirme la puerta o ayudarme a entrar. En cambio, desapareció en el asiento de
atrás sin decir una palabra a nadie.
Me subí y luego me mordí el interior de la mejilla. ¿Debía
olvidar lo idiota que había sido antes y por lo menos ver cómo está? Aunque una
parte de mí quería decirle dónde podía irse, finalmente me tragué el orgullo y
me volví en mi asiento para mirarlo. Su expresión era oscura, mientras miraba
hacia adelante.
—¿Todo bien? —pregunté tentativamente.
—Bien —murmuró él
Al darme cuenta de que no estaba de humor para hablar, me
acomodé en mi asiento y miré a través del parabrisas.
Mientras que los
chicos fueron ruidosos
y bulliciosos en
el camino de regreso, Peter no dijo una palabra. Una
vez que la camioneta se detuvo en la parte delantera del autobús, saltó y
golpeó los escalones de la entrada.
—¿Me pregunto, qué bicho le picó el culo? —preguntó Vico
antes de salir.
Todos los chicos se habían bajado de la camioneta cuando
Frank me tocó el hombro. Me volví hacia él, sorprendida.
—Lali, conozco a Peter, y por la forma en que actuaba, me
preocupa que algo malo le haya sucedido su familia. Él no se abre con
facilidad, pero si puedes, por favor trata de averiguar lo que está pasando.
—Pero viste que no me dijo ni dos palabras antes.
—Lo sé. Pero, por favor, sigue intentándolo.
—Está bien, lo
intentaré. —Salí de
la camioneta y
me dirigí hacia
el autobús. Mientras que los otros chicos estaban descansando alrededor
de la sala de estar, Peter estaba notablemente ausente. Estiré el cuello para
ver si se había metido en el cuarto de baño.
—¿Dónde está Peter?
—les pregunté mientras
el conductor del
autobús ponía en marcha el motor.
—Él agarró su iPod y se fue a la cama.
Una mirada al reloj del microondas demostró que eran solo
las ocho. No me podía imaginar a alguien como Peter yéndose a la cama tan
temprano. Decidí mejor cambiar de tema.
—Hablando de eso, ¿dónde voy a estar durmiendo esta noche?
—Es mi noche en
la cama, pero voy a
dártela totalmente a ti
—ofreció Vico.
—No, no, no quiero ningún trato especial. Dije en serio lo
de la apuesta, y lo de experimentar todos los aspectos de la vida en la carretera.
He dormido en un gallinero antes, y puedo hacerlo de nuevo.
Poli sonrió.
—Déjame adivinar. Prefieres una cama de abajo.
Asentí con la cabeza.
—Sí, me gusta estar cerca de la tierra. Un par de años
atrás, estaba en la litera de arriba cuando tuvimos una tormenta de granizo. El
autobús se deslizó por las carreteras resbaladizas y me caí.
―Entonces la primera litera de abajo es tuya, Lali —dijo Nicolas
con una sonrisa.
—Gracias.
Él hizo un gesto hacia el sofá.
—Estábamos a punto de ver una película si deseas unirte a
nosotros.
—Nada para mayores de 17 espero —bromeé.
Nico rio.
—No, tal vez un poco de comedia con Will Ferrell. ¿Estaría
bien?
—Si se trata de Ricky Bobby, tienes un trato.
—Las grandes mentes piensan igual.
—Deja que me cambie. —Cuando entré a la habitación, me
detuve afuera del lugar de Peter—. ¿Peter? —pregunté tentativamente. Cuando no
respondió, seguí adelante. Aunque empujé mi equipaje y la caja de la guitarra
contra la puerta, me quité mi vestido a una velocidad récord. Entonces me puse
mi andrajosa camiseta de Jacob’s Ladder y pantalón de yoga. Deslicé mi cabello
en una cola de caballo y luego volví a salir.
La apertura de la película ya estaba reproduciéndose cuando
me acomodé al lado de Nicolas en el sofá. A pesar de que probablemente todos
hemos visto la película un millón
de veces, nos
estábamos riendo histéricamente. Tuve
que admitir que fue divertido pasar el rato con los chicos sin Peter. Su
ausencia parecía
llevarse la presión,
y Poli y Vico se
comportaron como hermanos,
en lugar de amantes potenciales.
Después de que pusieron Step-Brothers, el agotamiento del
día, junto con la calma del autobús, me dio sueño. Mis ojos se pusieron más y
más pesados hasta que finalmente me
quedé dormida. Cuando
me desperté, la
película estaba terminando, y
tenía la cabeza en el hombro de Nicolas. Me aparté de él.
—¡Oh, lo siento tanto!
Sonrió.
—Está bien. Estabas cansada. —Miró a los otros chicos—.
Probablemente deberíamos llevar el culo a la cama. Mañana será otro largo día
de viaje antes del próximo show.
Una vez que todos nos turnamos para ir al baño, nos
instalamos en nuestros refugios. Miré mi teléfono y contesté algunos textos de
los chicos. Gracias a Dios, mis padres estaban en una conferencia con eventos,
por lo que los chicos tuvieron que
darles la noticia
hasta dentro de
unas horas después
de mi equivocación.
Debido a que
era tan tarde,
no había tenido
una llamada llena
de ira como normalmente hubieran hecho.
En cambio, fue
una descarga de
textos intensos de
mi padre que
si no hubiera sido
ministro se habrían
equiparado a "¿Qué
diablos crees que
estás haciendo en un
autobús con un
grupo de rockeros
calientes?" Mi mamá,
que siempre era la
pacifista, fue incluida
en los mensajes
e intentó razonar
con mipadre, era
bastante divertido teniendo
en cuenta que
estaban en la
misma habitación.
Finalmente, fui a la yugular diciéndole que como ministro no
debería ser tan sentencioso. Después de una larga pausa, finalmente respondió
con:
Estás en lo cierto, Lali. Sabemos que tienes una buena
cabeza sobre tus hombros. Solo asegúrate de que dejas a tu conciencia y a tu
brújula moral guiarte.
Luché contra el impulso de poner los ojos en blanco por el
épico viaje de culpabilidad establecido a mis pies. En su lugar, rápidamente
escribí de nuevo:
Por supuesto que lo haré. Los veré en una semana.
Mis padres estarían volando a ver mi primer concierto con
los chicos. Se suponía que debía haber tenido esta semana como preparación,
pero ahora estaría bajando del autobús
y directo para
mi primer show.
Me tragué la
bilis por el pensamiento.
Después de decirles buenas noches, puse mi teléfono abajo y
me establecí en la estrechez. Mientras cerraba los ojos, un largo gemido vino
de cerca de mi cabeza. Me tomó cerca de dos segundos para descifrar que estaba
demasiado cerca de Peter para mi mayor comodidad. Cada vez que empezaba a
dormirme, Peter hacía un ruido, y me despertaba de nuevo.
Acomodé mi almohada, por lo que parecía la enésima vez y
traté de ignorar los sonidos que provenían de la litera de Peter. El calor
inundó mi cara cuando los quejidos y gemidos aumentaron.
¡Por Dios, suena como algo de una película porno!
Con mis hermanos, tuve una muy buena idea de lo que estaba
haciendo, y eso me enfureció, especialmente después de lo que había sucedido
antes con Billie Jean.
Todos ellos me juraron que serían perfectos caballeros si me
quedaba en el autobús.
En silencio, echaba
chispas.
¿Qué clase de maníaco sexual era Peter que tiene que hacer
eso de nuevo justo después de lo del restaurante?
No me importa
si necesita aliviar
algo de estrés
después de la
llamada
anterior. ¡Esto es una mierda!
Dándome la vuelta en el colchón, crucé mis brazos sobre mi
pecho antes de que un frustrado gruñido escapara de mis labios.
—¿No puedes dormir, Ángel? —La profunda voz de Poli preguntó
detrás de mí cortina.
Abrí la pesada tela. Estaba recostado en su cama, hojeando
una revista de deportes.
—No, no puedo dormir con todo el escándalo que pasa a mi
lado.
Se encontró con mi mirada y sonrió.
—No dejes que
las sexys bragas
de encaje con
las que sueño
que estás usando consigan una
sacudida. No se está masturbando.
—Eso no es lo que estaba pensando.
—Sí, claro —resopló con un guiño.
Como si fuera una señal, Peter dejó escapar un largo gemido.
Negué con la cabeza.
—Uhm bueno, si no está haciendo eso, entonces, ¿él está
bien?
—Ha estado teniendo muchas pesadillas últimamente. Trato de
ignorarlo, dejo que mantenga la fachada y que no se vea como un cobarde.
Puse los ojos en blanco.
—¿Te has parado a pensar que tal vez deberías preguntarle si
algo le está pasando?
Poli arqueó las cejas hacia mí.
—Si empiezo a ponerme todo sensiblero y cosas así, Peter me
preguntará cuando me creció una vagina.
—Bueno, creo que
alguien debería ver
cómo esta. Quiero
decir, suena como si tuviera
dolor físico y emocional.
Cuando Poli no se
movió, lancé un suspiro
exasperado y salí
fuera de mi litera.
No podía creer
que después de
todo lo que
había pasado con Peter
en las últimas doce horas,
todavía me quedara una pizca de atención para él. Pero había visto algo en su
interior, algunos atisbos de decencia, que me hizo preocuparme y cuidar de él,
incluso cuando no debería.
Lancé a Poli una mirada asesina a la que levantó las
manos.
—Mira, mi amor,
lo chicos no
hacemos la mierda
sentimental, ¿de acuerdo? Si
despierto a Peter en este momento para abrazarlo, se súper enojaría.
No le hice caso y de puntillas fui hasta Peter. Con manos
temblorosas, abrí la pesada cortina de su lugar de descanso.
Peter tenía la
sábana torcida alrededor
de su cintura.
Una capa de
sudor cubría su pecho tatuado. Su frente se arrugó, y su boca se curvó
en una mueca. Mi mano vaciló por encima de su hombro. Por último, lo sacudí con
suavidad.
—Peter, despierta —insistí en voz baja.
Su cuerpo se sacudió antes de que sus salvajes ojos se
abrieran de golpe y barrieran en la parte superior de la litera.
—Shh, está bien —murmuré.
La mirada frenética de Peter recorrió la mía, mientras abría
la boca y jadeaba en busca de aire.
Le di una sonrisa tranquilizadora mientras le frotaba el
hombro.
—Estabas teniendo una pesadilla
Peter continuó respirando
ruidosamente. Me eché
hacia atrás mientras balanceaba sus piernas fuera de la
cama y se ponía de pie en la alfombra.
Sentado en el borde de la cama, se inclinó hacia adelante y
puso su cabeza entre las manos.
—Lo siento, te desperté —respondió él.
Con mi lado
protector a toda
marcha, me acerqué
más a él, llevando la mano a su cabello.
Suavemente, le pasé los dedos por los
mechones oscuros, manchados de sudor,
empujándolos fuera de sus ojos.
—No me despertaste. Estaba preocupada por ti.
Su cabeza se sacudió mientras la sorpresa inundaba su
rostro.
—¿En serio?
Asentí con la cabeza.
—Parecías un poco mal después de tu llamada telefónica con
tu tía. Luego, con la pesadilla. —Miré a Poli que curiosamente nos observaba—.
Sé que la mayoría de los chicos no son lo suficientemente hombres como para
manejar las emociones y los problemas…
Poli resopló.
—Esas son tus palabras, no las mías.
—De todos modos,
solo quería que
supieras que estoy
aquí para ti. Si
necesitas hablar de algo o si solo necesitas a alguien para sentarse contigo
hasta que puedas volver a dormir, entonces estoy aquí.
Con los ojos muy abiertos y la boca abierta, Peter me miró
por un momento como si me hubieran crecido cuernos.
Al darme cuenta de que no estaba llegando a ningún lado con
él, levanté mis manos.
—O puedo dejarte solo y volver a dormir. Cualquier cosa está
bien.
Cuando me di la vuelta para irme, Peter me agarró la
mano.
—Espera —me ordenó con voz ronca.
—Bien.
—Es una oferta muy dulce, Ángel. Me hace sentir como un
idiota. Necesito decirte cuánto siento lo de antes. Eso fue un verdadero
movimiento idiota. No es que importe, pero ella
vino a mí. Pero debería haber
dicho que no y realmente pretender lo
que te dije.
No me esperaba una disculpa de él, así que me tomó un minuto
antes de que pudiera procesar mis pensamientos, menos aún reconocer lo que
había dicho.
—Gracias.
—Cuando me dio
una sonrisa avergonzada,
suspiré—. Por mucho que aprecio
escuchar eso, no es lo que realmente te molesta, ¿verdad?
Negó con la cabeza.
—Es solo que... —Se aclaró la garganta—. Mi tía Sally estaba
llamando por mi madre. Dijo que mamá no quería que me preocupe en medio de la
gira y se negó a decir la verdad de lo que estaba pasando...
—¿Qué pasa? —insistí.
Su pecho subía y bajaba con fuerte respiraciones.
—Después de haber estado en remisión durante tres años, el
cáncer de mi madre ha vuelto
a aparecer. Tía
Sally dice… —Su
rostro se contorsionó
en agonía—. Ella dice
que no hay
nada que puedan
hacer esta vez,
no hay más tratamientos. Le
están dando la
medicina para que
esté cómoda en
sus últimos meses...
Di un grito ahogado.
—Oh, Peter, lo siento tanto. —Tomé sus manos entre las mías
y las apreté.
La expresión de su rostro era uno de pura angustia y desolación, y mi pecho se contrajo por el dolor que
sentía que irradiaba de él.
Las lágrimas brotaron de sus atormentados ojos azules.
—Es solo que... —Hizo un gesto hacia las literas—. Puedes
preguntarles a los otros chicos cuan absolutamente niño de mamá soy. Después de
que mi padre se fue con su secretaria y se volvió a casar, yo era su mundo.
Ella es todo para mí. Ni siquiera puedo pensar en... —Sus palabras se ahogaron
por la emoción, y luego se puso a
llorar. Bueno, era
más estridente, los
sollozos estremecían su
cuerpo.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello,
tirando de él hacia mí. Enterró su cara en mi estómago, su cuerpo agitado y
temblando por sus gritos
Su llanto atrajo a Nico de su lugar de descanso, mientras
que Vico salió tambaleándose de la
habitación. Ambos se
quedaron mirando a Peter con incredulidad como si fuera una forma de
vida alienígena. No sé si fue el llanto o el hecho de que estaba envuelto en
mis brazos. Cuando miré hacia Poli, su expresión era de
shock, pero también
había dolor en
sus ojos. Después
de todo, él
había crecido con Peter y conocía muy bien a su madre.
Le di una mirada empática a Poli.
—Susan no —dijo suavemente. Se apretó los ojos con fuerza, y
sabía que estaba luchando por no llorar—. Hijo de puta —murmuró en voz baja.
Lo siguiente que supe fue que caí hacia atrás cuando Peter
se sentó en sus rodillas en el
piso del autobús.
Tirando de mis
caderas, me tiró
a su lado, envolviéndome en un abrazo de oso.
—Shh, todo va a estar bien —le canté al oído.
Sacudió la cabeza violentamente hacia atrás y hacia
adelante.
—No, no lo estará. Si no hubiera sido tan malo, la tía Sally
nunca habría llamado. —Mi cuerpo
se sacudió tan
fuerte con sus
sollozos que mis
dientes resonaron juntos—. Oh Dios, no puedo soportar esto, Ángel. Voy a
morir sin ella.
A pesar de
que había crecido
viendo a mis
padres manejar feligreses emocionales a diario, me sentí
completa y totalmente indefensa cuando se trataba de consolar
a Peter. Traté
de encontrar las
palabras correctas para
consolarlo mientras le frotaba en amplios círculos la espalda.
—Escucha, voy a llamar a mis padres y les voy a decir que la
pongan en su lista de oración. ¡Quiero decir, que no llaman a la iglesia de mi
padre, la cabeza de Dios por nada! Y tal vez hay otro médico que la pueda ver. Ya sabes, tener una segunda
opinión o algo así. —Mi mente daba vueltas con pensamientos mientras trataba de
pensar en algo que hacer o decir para consolar a Peter ya que continuaba
sollozando incontrolablemente. Tan pronto como pensé en otra, le espeté—: Oye,
uno de los diáconos de nuestra iglesia está en la junta directiva de un centro
de tratamiento contra el cáncer. Podemos conseguirle a tu mamá una cita allí.
Los sollozos de Peter comenzaron a disminuir,
pero mantuvo sus brazos
firmemente a mí alrededor. Su voz, ronca por el llanto, llegó amortiguada
contra mi pecho.
—Te lo agradezco, Ángel. Pero tía Sally lo dejó muy claro.
El cáncer ha vuelto, y no hay una maldita cosa que yo pueda hacer, salvo verla
morir.
—Lo siento tanto. Daría cualquier cosa si pudiera quitarte el dolor.
—Gracias —murmuró. Se echó hacia atrás para mirarme. Las lágrimas brillaban en sus ojos azules, mientras que su expresión seguía contraída en la miseria—. Realmente quieres decir todo eso, ¿no? —Cuando arrugué las cejas, confundida, respondió—: El querer tomar mi dolor y lo que harías por mi mamá.
—Por supuesto que sí.
Siguió observándome con una mirada de incredulidad como si pensara que en cualquier momento podría desaparecer, como si fuera una ilusión. Su mano temblorosa descansó en mi mejilla.
—Realmente eres un ángel, ¿no es así?
Sonreí.
—No, solo soy alguien que se preocupa por ti y tu madre.
—Pero, ¿no lo ves? Nunca he conocido a una chica que realmente se preocupara por mí y no porque soy Peter Slater de Runaway Train.
—Y eso es triste porque a pesar de algunos de tus fallos, realmente vale la conocerte y preocuparse por ti.
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Me emocionè....casi lloro.....maaassss
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