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lunes, 17 de febrero de 2014

Capitulo: 6



Para mi horror absoluto, me caí a horcajadas sobre Peter.
Cuando llamé su atención, él sonrió y me guiñó un ojo. Mi cara enrojeció.
—¡Poli, date prisa con la maldita puerta ! —le espeté.
Él echó un vistazo alrededor y resopló de risa. 
—Ups, mi culpa. 
Suspiré con exasperación.
—Cualquier día, Poli.  —En el momento en que lo dije, sabía que se iba a tomar todo su tiempo, haciendo cualquier  cosa para mantenerme en la precaria situación con Peter.
—No  tienes  que  irte,  Ángel.  Estoy  seguro  de  que  esto  podría  ser  una situación ganar-ganar para los dos —bromeó Peter.
Lo miré por un momento antes de lanzarme de nuevo al otro lado de la cama. Negué con la cabeza hacia él.
—¿Por qué tiene que hacer eso? 
—¿Hacer qué? 
—Actuar  constantemente  como  un  prostituto  que  solo  ve  a  las  mujeres como objetos sexuales. 
Peter arqueó una ceja. 
—Oh, lo siento. ¿Acabo de objetivarte? 
—Sí  —susurré  antes  de  reducir  los  ojos  en  él—.  ¿Es  mucho  pedir  que llevemos una conversación civilizada sin siempre tener que decir algo que tenga que ver con nosotros haciéndolo? 
Las cejas de Peter se arrugaron. 
—¿Y hay algo de malo en eso?
―Para  mí  lo  hay.  ―Le  di  una  mirada  puntiaguda—.  Y  para  nuestra apuesta. 
Él se dio la vuelta en su lado de la cama, ahora estábamos cara a cara. 
—No voy a perder esta apuesta, Ángel. 
—Entonces empieza a jugar según las reglas. —Con la sonrisa más dulce que pude reunir, moví mis pestañas hacia él—. O voy a empezar  a caminar por aquí en ropa interior. 
Su boca se abrió.  —¡No te atreverías! 
—Pruébame, muchachote. Mi sostén y bragas deportivas son básicamente un bikini, ¿por qué no? 
Mirándome sin hablar, Peter tomó un aliento desigual.
—Nunca voy a intimidarte, ¿verdad? 
Me encogí de hombros. 
—Nop. 
—Maldición. No sé cómo diablos voy a tomarte, Ángel. 
—¿Por qué tienes que “tomarme”? ¿No puedes hablarme como lo harías con cualquier chica? 
Con una mueca de desprecio, respondió:  —Si hago eso, no nos va a ayudar. 
Apoyé mi cabeza en mi codo. 
—¿Cuándo fue la última vez que realmente tuviste una conversación con una mujer, además de tu madre, que no implicara hablar sucio?
—No tengo ni idea —respondió
—Ya me lo imaginaba. 
—Espera un segundo... —Él chasqueó los dedos—. En realidad, el martes. Hablé con mi hermanita por teléfono.
Mis cejas se alzaron por la sorpresa. 
—¿Tienes una hermana? 
—Bueno, ella es mi media hermana.  Mi padre y mi madrastra cada uno tenían  un  hijo  cuando  se  casaron.  Luego  tuvieron  a  Allison.  Ella  está  en  sus carcomidos y consentidos quince.
Sonreí a la sinceridad en su voz cuando hablaba de su hermana. 
—Apuesto a que idolatra a su hermano mayor. 
Acostándose en su espalda, Peter deslizó sus manos bajo su cabeza y sonrió.
—Sí, lo hace. Quiero decir, ella siempre pensó que yo era muy genial, pero aún más desde que llegué a lo grande. —Su expresión se oscureció lentamente—. Algunos imbéciles dan pena al respecto, como tratar de ser sus amigos solo para ver lo que pueden obtener de ella. No me gusta eso. 
—Pobrecita. A veces debe ser difícil tener un hermano famoso.
Peter frunció el ceño. 
—Trato de hacer las paces con ella todo el tiempo regalándole mierda.
Me eché a reír. 
—Por lo tanto ¿por qué ella es la pequeña hermana mimada?
—Supongo. Demonios, los chicos  y yo estaremos tocando en sus Dulces Dieciséis en pocas semanas.
—Oh,  eso  es  tan  dulce.  —Le  di  un  codazo  juguetonamente—.  Quién supondría que eres un buen tipo en el fondo, enterrado profundamente.
Poli cerró la puerta del armario.
―Bien, listo.
—Finalmente —murmuró Peter mientras se levantaba de la cama.
Señalando a sus jeans y camisa polo, Poli dijo:
—Oye, dame un poco de crédito. No es fácil cambiarse detrás de la puerta del armario para proteger a la señorita de ojos inocentes de allá.
Me reí cuando me levanté hasta quedar sentada. 
—Un minuto estás tratando de hacer que te vea desnudo, y luego me estas protegiendo.
AJ me guiñó un ojo. 
Solo sé que yo haría cualquier cosa, y me refiero a cualquier cosa, por ti, mi amor.
Agarré mi vestido y las botas vaqueras de la cómoda. 
—Muchas gracias
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 Peter

Tan pronto como Lali  desapareció en el cuarto de baño, Poli arqueó las cejas inquisitivamente hacia mí.
—Es mejor que estés malditamente feliz de que fui yo y no Nicolas el que regresó aquí.
—¿Qué se supone que significa eso? —pregunté mientras me deslizaba en un par de jeans limpios.
—Dijiste que ibas a venir aquí a conseguir tu mierda y a despertar a Lali, y  en  lugar  de  eso  estés  de  vuelta  en  la  cama  con  ella.  Demonios,  ella  estaba montándote.
—Eso  fue  culpa  tuya,  no  mía,  abriendo  la  puerta  del  armario  como  lo hiciste.
—Mmm… mmm —respondió, alzando las cejas sugestivamente.
Me encogí de hombros.
—Confía en mí, no estaba contenta conmigo estando en la cama con ella.
—¿Pero tú lo estabas?
Me congelé a mitad de camino de tirar una camisa con olor más fresco por encima de mi cabeza. Echando un vistazo a través del cuello de la camisa, le disparé una mirada a Poli. 
—Sé realista, amigo. No estoy interesado en Lali.
Sonrió.
—Sigue diciéndote eso. —Él se dirigió hacia la puerta, pero luego se volvió hacia mí—. Así que si no estás interesado, ¿te importaría que haga una jugada por ella? 
Por razones que no podría entender, mi mandíbula se apretó ante la idea de Lali y Poli. Al mismo tiempo, mis puños se apretaron a mis costados. 
—Ella  no  es  estúpida.  Sabe  exactamente  lo  perros  que  somos  los  tres cuando se trata de mujeres.
—Podría tratar de cambiar su idea.
—Sí, buena suerte con eso —murmuré mientras pasaba a su lado.
Usando mi puño que aún seguía apretado por el comentario de Poli, golpeé la puerta del baño.
—¿Sigues  allí,  Ángel?  A  algunos  del  resto  de  nosotros  nos  gustaría  un tiempo con el  espejo.
—Ya voy, ya voy —murmuró mientras desbloqueaba la cerradura. Cuando abrió la puerta, contuve el aliento ante la vista de ella. De alguna manera en los pocos minutos que Lali había estado en el cuarto de baño había logrado no solo vestirse,  sino  también  refrescarse.  Su  largo  cabello  rubio  caía  en  ondas  por  su espalda mientras también se había vuelto a aplicar un poco de maquillaje. Sus labios llenos brillando con brillo me rogaban que los alcanzara y pusiera los míos sobre ella.
—¿Qué? —preguntó mientras colocaba las manos en sus caderas.
Tratando de encubrir a mis lujuriosos pensamientos, le sonreí
—Nada. Solo que te limpias rápido.
Una risita escapó de esos suculentos labios suyos. 
—Sí, viene de crecer con un cuarto de baño, seis personas, y la mayoría de las veces sin un montón de agua caliente. Deberías ver algunas de las condiciones en las que he tenido que estar lista antes.
Pasó  junto  a  mí y luego  sobre Poli que estaba jugando con el sistema de entretenimiento.
Mientras mi mirada instantáneamente se afilaba en el suave meneo de sus caderas mientras caminaba por el pasillo del autobús, Vico me esquivó entrando al baño.
—¡Oh, demonios no, amigo! ¡Yo estaba aquí primero!
Él me lanzó una sonrisa maliciosa  
—Estabas  demasiado  ocupado  comiéndote  con  los  ojos  el  culo  de  Lali para preocuparte por el cuarto de baño.
—Yo no estaba  comiéndome su culo  con los ojos  —susurré  en voz  baja mientras le empujaba fuera del camino.
Comenzamos a darnos codazos entre nosotros por el tiempo en el espejo cuando la música sonó de repente por todo el sistema de altavoz del autobús. Él y yo intercambiamos una mirada antes de que ambos gimiéramos al unísono:
—¡Poli, no esa mierda mexicana otra vez! —grité.
De vez en cuando, Poli insistía en torturarnos con el tipo de música de Banda y Cumbia con el que creció hasta que le dábamos suficiente mierda para apagarla.
Asomé la cabeza por la puerta del baño. 
—Amigo, en serio, no puedo tomar…
Antes de que pudiera darle más quejas por la música, la vista de Poli bailando con Lali me sorprendió en silencio. Bueno, no era el baile tradicional o del tipo haciendo el coito, al que yo estaba acostumbrado en los clubes y conciertos.
Era el tipo que solía ver cuando iba a las fiestas familiares de Poli.
Poli podría seriamente poner en vergüenza a los tipos de Bailando con las Estrellas. Había nacido con un ritmo natural que mejoró con su forma de tocar la batería. Por no hablar de que cuando bailaba  tenía sin esfuerzo toda esa cosa del meneo y balanceo de caderas del latino que hacía que las bragas de las mujeres se derritieran. Pero por el momento, no estaba tan preocupado con los movimientos de Poli como lo estaba con los de Lali. Apoyado en la puerta, vi como Lali bailaba tan fácilmente como Poli. A pesar de los pasos más difíciles, se mantenía, igualando sus  fluidos  movimientos.  Estaba  asistiendo  a  un  gran  espectáculo  de  pista considerando el dobladillo de su vestido que provocativamente giraba hacia atrás y adelante.
Rascándome    la  barba  a  lo  largo  de  mi  mandíbula,  no  pude  evitar preguntarme  si podía hacer todo  eso  con sus caderas cuando estaba  de  pie, qué podría hacer de espaldas.
Poli atrapó mi mirada y me hizo un guiño.
—Es algo natural, ¿verdad?
—Oh sí, ella puede moverse. 
Olvidándome  potencialmente  de  afeitarme,  y  menos  aún  de  fijar  mi cabello, me acerqué a ellos. 
—¿Dónde aprendiste a hacer eso, Ángel?
Sin perder el paso, Lali respondió: 
—A  lo  largo  de  los  años,  hemos  vivido  en  varios  lugares  de  México: Guadalajara, Ciudad de  México. Yo era solo una niña, pero fui a un montón de fiestas. Todo el mundo quería enseñar a bailar a la pequeña gringa rubia. —Ella se rio—. Y ya que mis hermanos eran mayores que yo y querían impresionar a las chicas, me reclutaron como pareja. Así que, al final, aprendes las cosas.
Crucé los brazos sobre mi pecho.
—Estoy  seriamente  impresionado.  Eres  una  verdadera  triple  amenaza: cantas, tocas la guitarra y bailas.
Poli osciló a Lali a través del sucio piso del autobús.
—Ella  es  una  amenaza  cuádruple,  ¡porque  está  buena  como  el  infierno también! 
Lali puso los  ojos en blanco,  pero todavía  dejó que Poli le  diera vueltas alrededor y luego la inclinara mientras la canción llegaba a su fin.
Mientras yacía recostada en sus brazos, le pregunté:
—Dime, ¿hay algo que no puedes hacer, Ángel?
—Hmm, ¿tal vez aprobar mis exámenes  de enfermería o encontrar a un chico decente?
Poli gimió. 
—¡Tienes uno justo aquí, mi amor! Di la palabra y podemos recrear toda esta escena después... en el dormitorio.
Lali lo golpeó en el pecho juguetonamente. 
—Me  prometiste  parar  con  toda  esta  cosa  del  sexo.  Un  caballero, ¿recuerdas? 
—Sí, sí —murmuró con tristeza mientras tiraba de ella hacia arriba.
Ella se echó a reír mientras se alisaba el cabello y acomodaba los tirantes de su vestido de verano. 
—Honestamente, Poli, nada te detiene, ¿verdad? Quiero decir, yo escojo Los Caminos De La Vida de tu colección en español, porque sé que es la canción menos sexy del mundo. Se trata de un tipo preocupándose por su madre muriendo por amor de Dios.
Mi pecho se tensó ante la mención de la muerte de una madre, y mi mano se dirigió inmediatamente a mi bolsillo donde descansaba mi teléfono. 
—Oigan, me encontraré con ustedes afuera, ¿de acuerdo?
Lali asintió mientras Poli decía: 
—Voy a reunirme con NicolAS Y VICO.
—Me parece bien.  —Tan pronto como bajé los escalones del autobús, le marqué a mi mamá. Contestó al segundo timbre

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BIENVENDASSS :
elisa y  vsyasabs_laliter :  (¿COMO TE LAMAS?)


+1 y suo


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