:(
No podía soportar estar con Lali un minuto más. Su sola presencia
había enviado diminutas grietas por mi muro cuidadosamente construido de emociones.
Ella estaba llegando a mi tan rápido y tan pronto.
Ninguna mujer, excepto mi madre, había visto alguna vez a
través de mi yo real, y no estaba cerca de dejar a Lali entrar.
Así que bajé hecho una furia los escalones del autobús y
comencé a caminar rápido por el estacionamiento.
―¿Peter? ―llamó Nico.
―Debe haberse enojado o algo así ―contestó Vico.
Ignorándolos, abrí de un tirón la puerta del restaurante y
estiré el cuello en busca del baño. Una vez adentro, salpiqué agua en mi cara e
intenté encontrar mis rumbos. Una imagen destelló ante mis ojos, una que tenía
casi idéntica pureza como la de Lali. Su nombre era Stephanie, y ella había
sido mi primer y único amor.
Tenía dieciocho cuando
la conocí, ella
era aprendiz de
mi madre en el estudio de
danza. Salimos por
dos años antes
que yo tomara
la decisión de abandonar el colegio e ir por la carretera
con los chicos. Cuando no pude darle la dedicación que ella necesitaba,
simplemente rompió conmigo, desgarró mi corazón en pedazos.
Por supuesto, las
canciones que escribí
desde esa experiencia
infernal impulsaron a Runaway Train al estrellato. No me había sincerado
con otra chica desde entonces, y
seguro como el
infierno que no podía ahora con todo en mi mundo dando
vueltas sin control. No podía dejar que los sentimientos que estaba experimentando
por Lali se apoderaran del control.
Después de recuperarme lo mejor que pude, dejé el baño y me
dirigí por el buffet de desayuno. Llenando mi plato hasta el borde, luego me di
vuelta y fui a buscar algún lugar
para sentarme. Ante
la vista de Lali sentada
con los otros chicos, rápidamente esquivé su mesa
para sentarme haciendo, con Frank y algunos de los roadies.
Por el rabillo del ojo, vi la expresión de duda curiosa de Lali
volverse casi herida. Su reacción me
causó pinchar mi
tostada francesa con
un poco más de
determinación que la que yo debería tener.
Sí, era un bastardo al ignorarla después de todo lo que
habíamos pasado la noche anterior y
esta mañana. Pero
no podía seguir
sincerándome con ella y
sintiendo lo que
sentía. Tenía jodidamente
escrito choque de
trenes por todos lados.
―¿Estás bien hoy? ―preguntó Frank.
―Bien ―murmuré a través de mi tocino.
―Peter…
―No quiero hablar de eso, ¿de acuerdo?
―De acuerdo, hijo. ―Después de tomar un meditabundo sorbo de
su café, inhaló una respiración irregular―. Solo para que sepas, tu mamá me llamó esta mañana.
Me ahogué con mi jugo de naranja. Después de sucumbir a un
ataque de tos, cuestioné: ―¿Lo hizo?
Frank asintió.
―Sabe que Sally te llamó, y quería que le asegurase que me
mantendré vigilándote. Teme que serás… destructivo.
La agonizante idea de mi mamá muriendo una vez más se
deslizó por mi alma, y luché por respirar. Las náuseas colisionaban sobre mí, y
temí que estuviera a punto de vomitar mi desayuno. Sabía que tenía que hablar
con ella de nuevo. Así que me tambaleé
fuera de mi silla y salí corriendo del
restaurante. Cuando ella contestó el teléfono, exigí: ―¿Por qué?
Mamá suspiró.
―Pensé que era para mejor.
―¿Pensaste que no decirle a tu único hijo que te estás
muriendo es para mejor? ¿Sabes cuán enfermo y retorcido es esto?
―No quería disgustarte quedando solo unas semanas en tu
gira.
Un gruñido frustrado vino desde abajo en mi garganta.
―¿Por una vez, dejarás de ponerme a mí y a todos los demás
primero? Este es el momento para ser malditamente egoísta. Quiero decir, estás…
―Cerrando los ojos, todavía no podía recomponerme de decir las palabras de
nuevo.
―Cariño, habrá suficiente tiempo para que nosotros digamos
nuestro adiós cuando salgas de la carretera.
―Que se joda eso. Estoy volviendo a casa ahora.
―No, Pedro, no estás volviendo
―Mira, los chicos
están todos de acuerdo. Demonios,
Vico incluso está preparado
para usar el
poco conocimiento que
tuvo en la escuela
de leyes para enfrentarse cara a cara con los
ejecutivos si nos dan alguna mierda al respecto.
―Todavía soy tu madre, y digo no.
Un sollozo atormentado se ahogó en mi garganta. Agarré el
teléfono más apretado contra la oreja mientras intentaba contener las emociones
y la cordura en control.
―Pero no tenemos
tanto tiempo juntos.
¿Cómo puedes ser
tan jodidamente cruel y negarme un momento contigo?
―¡Pedro, tu vocabulario es absolutamente atroz! ―me regañó.
―¡Basta! No quiero
escuchar sobre lo
mal que lo
estoy haciendo, ¿de acuerdo? ―Mira, hay
tiempos difíciles para
todos, cariño. Hay
un montón de personas que trabajan para ti y dependen de ti y también lo hacen sus familias.―Cuando
comenzaba a protestar, suspiró―. Soy un desastre ahora mismo, cariño, ambos,
emocional y físicamente. No quiero que me veas de este modo. Antes de que
supiera con seguridad si era terminal, comencé a tratarme otra vez solo por las
dudas. Me destrozó. Así que dame unas semanas, ¿está bien? ―Ante su sorbido, rompí
a llorar―. Cariño, quiero más que nada tener un mes o dos solo para ser tu madre
y cuidarte antes de que tengas que cuidar de mí.
Las lágrimas chorreaban por mis mejillas cuando pensaba
sobre todo lo que ella estaba pasando para tener tiempo de ser una mamá para
mí.
―¿Por qué tienes que ser así?
Se rio por lo bajo.
―Peter, es esta terquedad que ambos compartimos, ¿recuerdas?
―Te amo… Dios, en verdad te amo ―lloriqueé.
―Lo sé, bebé. Tan alto como el cielo, ¿recuerdas?
Yo estaba llorando tan fuerte que no podía responder. A
pesar de que ella no podía verme, asentí con la cabeza en reconocimiento de la
frase que me había enseñado cuando era un niño.
¿Sabes cuánto te amo, Juan Pedro?
¡Tan alto como el cielo, mamá!
Eso es cierto, dulce niño.
―Juan Pedro ―comenzó mi madre en la voz suave y baja que solía
usar desde que yo era un niño―. Sé que es difícil, pero intenta poner todo esto
detrás de ti.Concéntrate en tu música. Encuentra un escape en ella, y por las
siguientes tres semanas, dale a tu público el mejor espectáculo que puedes
posiblemente hacer. Y cada noche que
lo hagas puedes
estar seguro de
que me estás
haciendo sentir orgullosa de tu
fuerza y coraje.
Con las palmas
de las manos,
intenté limpiar el
rastro de lágrimas,
el desastre lleno-de-mocos en que se había convertido mi rostro.
―Está bien, lo intentaré.
―Ese es mi chico. Te llamaré todos los días.
―Mejor lo haces.
―Lo haré. Te amo, cariño.
―También te amo.
Y con eso se había ido. Agachándome, coloqué las palmas en
mis rodillas.
Mi cuerpo subía y bajaba y se sacudía mientras intentaba
reanimarme a mí mismo.
―¿Peter?
Cerré fuertemente los ojos, deseaba que ella se alejara. No
podía tratar con ella y punto, especialmente no de este modo.
Serpenteó los brazos alrededor de mi cintura.
―Bebé, ¿qué está mal? ―canturreó Paula en mi oído.
―Mierda que posiblemente no entenderás. Además, acabo de
decirte que no quiero jodidamente hablar de ello, ¿bien?
Alejándose de mí, Paula metió los dedos debajo de mi
barbilla y me obligó a mirarla.
―Oh, Peter, luces como el infierno.
―Gracias ―gruñí.
―Siento no poder hacerlo ayer. Confía en mí, si vas a
ponerte así cuando me vaya, solo abandonaré mi trabajo ―bromeó.
―Apenas trabajas tal como es ahora. Es un milagro que no te
despidan con lo mucho que pides que te releven.
Se rio.
―Esa es la ventaja de trabajar para el servicio de remolques
de tu abuelo. Es difícil despedir a la familia.
―Lo que sea.
―Además, le gusta
poder decirle a
todos que estoy
interrumpiendo el trabajo para
pasar tiempo con Peter Lanzani de Runaway Train.
Luché contra el impulso de decirle que su abuelo era muy
superficial al disfrutar el hecho de que ella no era más que una groupie,
uniéndose conmigo en diferentes paradas de la gira.
La lengua de Paula pasó
por el lóbulo
de mi oreja,
causándome un estremecimiento.
―Podría trabajar en ti a tiempo-completo. Porque confía en
mí bebé, es aguafiestas tener un trabajo real que me mantiene lejos de ti y de
esa fantástica polla tuya ―dijo
arrastrando las palabras.
La lujuria en
su voz provocó
que mi traidora polla diera un
tirón.
―¿Eso es cierto?
―Mmm-hmm. ―Una sonrisa
como-la-de-un-gato se curvó
en sus labios―. ¿Me extrañaste?
La verdad era que no la había extrañado. Seguro, extrañé el
sexo, pero allí nunca, jamás habría
algo más fuerte
entre Paula y
yo. Pero desesperadamente necesitaba un escape
emocional justo ahora, y lo único que podía pensar era follar mis problemas
fuera de mi mente.
―Sí, lo hice.
―Hmm, ¿quieres mostrarme cuánto cuando regresemos al
autobús?
―Seh, pero primero necesito conseguir joder bien.
Se rio entre dientes.
―Son casi las diez en punto, Peter.
―No me importa una mierda. Ve a decirle a tu padre que
quiero su petaca, la que tiene las cosas buenas adentro.
―Esta biiiiien, si dices eso. ―Pasó las manos arriba por mi
pecho―. Solo no te pongas tan colocado donde no puedes hacerme gritar al menos
tres veces.
Forcé una sonrisa en mis labios.
―Ahora ¿por qué querría hacer eso?
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:( todas queriamos pero peter askajskjaska
no lo odien tanto ni lo puteen mucho dejen insultos para despues D;
no hay problem Yeni
Uhh pobre peter q lio
ResponderEliminarMaaass
Peter se metiò en un gran lui
ResponderEliminarMAaaaasssss
Holaa volvi estuve perdida un tiempo jajajaja oye odio a paula FUE INSTANTANEO ajajjaja ya vi la foto y fue rechazo ajajajajajjaa oye gracias por apsarte :D
ResponderEliminarYo creo que esto hara sufrir a Lali :( no me gusta nada -.- PARA NADA jajajaja no la hagas sufrir :P oye ya subi mas en los dos blogs, estoy corta de tiempo xq es muy tarde aqui nos vemoos
ResponderEliminarhttp://casijuegosca.blogspot.com.ar/
http://amorencopos.blogspot.com.ar/