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martes, 18 de febrero de 2014

Capitulo: 9


Me  incliné  cerca  de  ella.  Mi respiración acariciando el lóbulo de su oreja, y tembló. 
—Así  que  me  pusiste  caliente  y  duro.  ¿Vas  a  dejarme  ahora  tan insatisfecho?
Su pecho subía y bajaba con pesadas respiraciones. 
—¿Estás citando a Romeo y Julieta?
—¿Por qué actúas tan sorprendida?
—No  me  pareciste  mucho  el  tipo  de  chico  que  le  gusta  leer,  menos Shakespeare.
—Estoy  lleno  de  sorpresas,  Ángel.  —Mis  manos  apretaron  más  sus caderas—. Solo tienes que conocerme un poco mejor.
Lali puso los ojos en blanco. 
—¿En serio acabas de usar una frase trillada conmigo?—¿Quién dijo que era una frase? Quizá de verdad quiero que me conozcas mejor. —Cuando ella arqueó sus cejas, me reí—. Y no solo en el sentido bíblico.
—¿Con todo lo que sabes sobre mí y lo de no haber tenido sexo, todavía quieres conocerme?
Por razones que aún no llegaba a comprender, asentí. 
—Sí, lo hago.
Ella se me quedo mirando como si esperara que en cualquier minuto fuera a decir “¡Caíste! ¡Solo estaba bromeando!” Pero cuando no lo hice, una lenta sonrisa apareció en su rostro

—Bien, puedo intentar que consigas conocerme mejor. —Ella mordisqueo su labio inferior, lo que no hacía nada por mi erección—. Y quizá pueda darte una oportunidad para hacer lo mismo contigo también. 
Y quizá pueda darte una oportunidad para hacer lo mismo contigo también.

—Bien. Me alegra escucharlo. —Me removí en mi silla—. ¿Podrías ahora levantarte  de  mí  regazo? Tu pequeña  actuación  me  ha dejado  necesitando  otro momento a solas en el baño.

Sus mejillas se sonrojaron cuando entendió mi significado. 
—No muy caballeroso admitir eso conmigo.
Me reí.
—Estoy hablando sobre algo de agua fría en ello, Ángel. Dame un poco de crédito no de ir a hacérmelo en un baño de un restaurante.
Ahora el matiz rosado en sus mejillas se esparció por su cuello. 
—Oh, uh, bien. —Ella rápidamente salió de mi regazo, y sin otra mirada hacia mí, se acomodó de regreso en su silla.
Dándoles un guiño a los chicos, dije:
—En  seguida  vuelvo.  —Le  lance  teléfono  a  Poli—.  Adelante,  escríbele  a Frank que estamos listos y pide la cuenta.
—Lo haremos —replicó Poli.
Casi había alcanzado el baño cuando alguien agarró la parte trasera de mi camiseta y me empujó fuerte.
—¿Qué mierda? —grité, tropezando hacia atrás mientras era empujado a una habitación oscura y la puerta se cerraba—. Uhm, ¿qué demonios?
La  luz se encendió para revelar  a una  sonriente Billie  Jean. Mientras se inclinaba hacia atrás contra la puerta y escuché el distintivo clic de la cerradura.
Luego caminó hacia adelante. 
—No te reconocí al principio, pero ahora sé quién eres.
Arqueé mis cejas hacia ella. 
—¿Y quién es ese?
—Peter Lanzani de Runaway Train.
—Síp, ese soy yo.
Su mirada dejó la mía para mirar el bulto en mis pantalones. 
—Parece como que tienes un pequeño problema. —Ella se rio—. Supongo que debería decir un gran problema. —Sus ojos, llenos con deseo, se encontraron los míos—. Daría lo que sea por encargarme de eso por ti.
Oh  mierda.  Esto  no  estaba  pasando.  ¿Cómo  era  posible  que tuviera  una nena  caliente  queriendo  echar  un  polvo  a  no  menos  de  diez  metros  lejos  de  la virgen a la cual acababa de pedirle me diera una oportunidad para ser un caballero?
Esto eran todos los tonos de jodido. Mientras la habitación se cerraba alrededor de mí, sabía que necesitaba salir de aquí rápido.
Cuando empezaba a ir hacia la puerta, Billie Jean se interpuso enfrente de mí. 
—¿Por favor?
Mi  polla  tiró  ligeramente  a  su  persistencia.  Obviamente  había  tenido suficiente  provocación  por  una  noche.  Tratando  de  aclarar  mi  mente,  sacudí la cabeza. 
—Sí,  bueno,  mi  transporte  está  por  llegar  en  dos  minutos,  así  que realmente no tengo tiempo para follarte.
Sus dedos se acercaron a la cremallera de mis pantalones.  Me estremecí mientras ella tomaba mi erección en su mano. 
—Yo sería feliz con solo ser capaz de decir que se lo chupe a Peter Lanzani.
—Realmente  necesito  irme  —argumenté  débilmente  mientras  ella  se hundía hasta sus rodillas. Cuando me tomo profundamente en su caliente  boca,gruñí. Ya no había más que discutir, acababa de rendirme y dar permiso en el sucio depósito rodeado de servilletas extras y paquetes de salsa.
Cualquier placer que lograra conseguir de la experiencia sería fugaz en los momentos que vendrían después. En realidad me sentía sucio y usado por primera vez  en  toda  mi  vida,  y  eso  era  decir mucho.  ¿Qué  demonios  estaba  pensando?
Quería llegar a conocer a Lali no conseguir una mamada por alguna mesera al azar en un depósito. Mi cabeza cayó atrás contra una caja de sal, y yo suspiré con disgusto.
Cuando Billie Jean se levantó del suelo, ni siquiera podía mirarla. 
—Gracias cariño —dijo ella.
—Sí,  lo  que  sea  —murmuré  mientras  me  dirigía  a  la  puerta.  Estaba abrochándome y ajustando mi polla cuando choque con Lali en el pasillo.
Calor fluyo en sus mejillas a mis acciones. 
—Oh oye, ¿sabes dónde están los baños? —preguntó ella.
En  ese  breve  instante,  ella  totalmente  malinterpreto  la  situación.  Pero cuando Billie Jean apareció detrás de mí, Lali miró entre nosotros, y luego sus ojos se ampliaron. Fue como si una bombilla se hubiera encendido en su cerebro, y ella sabía sin una sombra de duda que la erección que había causado antes acaba de ser atendida por Billie Jean, la mesera grosera que se había negado a hablarle.
Lali se me quedó mirando y dio una suave sacudida de cabeza. 
—¿Querías la oportunidad de conocerme, huh?
—Lali, yo…
—¿Dónde está el baño de damas? —le demandó a Billie Jean.
—Al final del pasillo.
Apartando su mirada hacia el suelo, Lali murmuró:
—Gracias.

¡

Santamalditamierda! Lo había jodido a lo grande.

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Cortito pero bue...
·_·

los proximos son imperdibles
+2

3 comentarios:

  1. Más más más ......lo jodió a lo grande peter esta vez Jaja otro cap x faaa

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  2. Pobre lali, no se como peter la va a mirar a la cara ahora Quiero más cap Alee

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