Me incliné cerca de ella. Mi respiración acariciando el lóbulo de su oreja, y tembló.
Su pecho subía y bajaba con pesadas respiraciones.
—¿Estás citando a Romeo y Julieta?
—¿Por qué actúas tan sorprendida?
—No me pareciste mucho el tipo de chico que le gusta leer, menos Shakespeare.
—Estoy lleno de sorpresas, Ángel. —Mis manos apretaron más sus caderas—. Solo tienes que conocerme un poco mejor.
Lali puso los ojos en blanco.
—¿En serio acabas de usar una frase trillada conmigo?—¿Quién dijo que era una frase? Quizá de verdad quiero que me conozcas mejor. —Cuando ella arqueó sus cejas, me reí—. Y no solo en el sentido bíblico.
—¿Con todo lo que sabes sobre mí y lo de no haber tenido sexo, todavía quieres conocerme?
Por razones que aún no llegaba a comprender, asentí.
—Sí, lo hago.
Ella se me quedo mirando como si esperara que en cualquier minuto fuera a decir “¡Caíste! ¡Solo estaba bromeando!” Pero cuando no lo hice, una lenta sonrisa apareció en su rostro
—Bien, puedo intentar que consigas conocerme mejor. —Ella mordisqueo su labio inferior, lo que no hacía nada por mi erección—. Y quizá pueda darte una oportunidad para hacer lo mismo contigo también.
Y quizá pueda darte
una oportunidad para hacer lo mismo contigo también.
—Bien. Me alegra escucharlo. —Me removí en mi silla—.
¿Podrías ahora levantarte de mí
regazo? Tu pequeña actuación me ha
dejado necesitando otro momento a solas en el baño.
Sus mejillas se sonrojaron cuando entendió mi
significado.
—No muy caballeroso admitir eso conmigo.
Me reí.
—Estoy hablando sobre algo de agua fría en ello, Ángel. Dame
un poco de crédito no de ir a hacérmelo en un baño de un restaurante.
Ahora el matiz rosado en sus mejillas se esparció por su
cuello.
—Oh, uh, bien. —Ella rápidamente salió de mi regazo, y sin
otra mirada hacia mí, se acomodó de regreso en su silla.
Dándoles un guiño a los chicos, dije:
—En seguida vuelvo.
—Le lance teléfono
a Poli—. Adelante,
escríbele a Frank que estamos
listos y pide la cuenta.
—Lo haremos —replicó Poli.
Casi había alcanzado el baño cuando alguien agarró la parte
trasera de mi camiseta y me empujó fuerte.
—¿Qué mierda? —grité, tropezando hacia atrás mientras era
empujado a una habitación oscura y la puerta se cerraba—. Uhm, ¿qué demonios?
La luz se encendió
para revelar a una sonriente Billie Jean. Mientras se inclinaba hacia atrás
contra la puerta y escuché el distintivo clic de la cerradura.
Luego caminó hacia adelante.
—No te reconocí al principio, pero ahora sé quién eres.
Arqueé mis cejas hacia ella.
—¿Y quién es ese?
—Peter Lanzani de Runaway Train.
—Síp, ese soy yo.
Su mirada dejó la mía para mirar el bulto en mis
pantalones.
—Parece como que tienes un pequeño problema. —Ella se rio—.
Supongo que debería decir un gran problema. —Sus ojos, llenos con deseo, se
encontraron los míos—. Daría lo que sea por encargarme de eso por ti.
Oh mierda. Esto
no estaba pasando.
¿Cómo era posible
que tuviera una nena caliente
queriendo echar un
polvo a no
menos de diez metros lejos
de la virgen a la cual acababa de
pedirle me diera una oportunidad para ser un caballero?
Esto eran todos los tonos de jodido. Mientras la habitación
se cerraba alrededor de mí, sabía que necesitaba salir de aquí rápido.
Cuando empezaba a ir hacia la puerta, Billie Jean se
interpuso enfrente de mí.
—¿Por favor?
Mi polla tiró
ligeramente a su
persistencia. Obviamente había
tenido suficiente
provocación por una
noche. Tratando de aclarar mi
mente, sacudí la cabeza.
—Sí, bueno, mi
transporte está por
llegar en dos
minutos, así que realmente no tengo tiempo para follarte.
Sus dedos se acercaron a la cremallera de mis
pantalones. Me estremecí mientras ella
tomaba mi erección en su mano.
—Yo sería feliz con solo ser capaz de decir que se lo chupe
a Peter Lanzani.
—Realmente
necesito irme —argumenté
débilmente mientras ella
se hundía hasta sus rodillas. Cuando me tomo profundamente en su
caliente boca,gruñí. Ya no había más que
discutir, acababa de rendirme y dar permiso en el sucio depósito rodeado de
servilletas extras y paquetes de salsa.
Cualquier placer que lograra conseguir de la experiencia
sería fugaz en los momentos que vendrían después. En realidad me sentía sucio y
usado por primera vez en toda
mi vida, y
eso era decir mucho.
¿Qué demonios estaba
pensando?
Quería llegar a conocer a Lali no conseguir una mamada por
alguna mesera al azar en un depósito. Mi cabeza cayó atrás contra una caja de
sal, y yo suspiré con disgusto.
Cuando Billie Jean se levantó del suelo, ni siquiera podía
mirarla.
—Gracias cariño —dijo ella.
—Sí, lo que
sea —murmuré mientras
me dirigía a
la puerta. Estaba abrochándome y ajustando mi polla cuando
choque con Lali en el pasillo.
Calor fluyo en sus mejillas a mis acciones.
—Oh oye, ¿sabes dónde están los baños? —preguntó ella.
En ese breve
instante, ella totalmente
malinterpreto la situación.
Pero cuando Billie Jean apareció detrás de mí, Lali miró entre nosotros,
y luego sus ojos se ampliaron. Fue como si una bombilla se hubiera encendido en
su cerebro, y ella sabía sin una sombra de duda que la erección que había
causado antes acaba de ser atendida por Billie Jean, la mesera grosera que se
había negado a hablarle.
Lali se me quedó mirando y dio una suave sacudida de
cabeza.
—¿Querías la oportunidad de conocerme, huh?
—Lali, yo…
—¿Dónde está el baño de damas? —le demandó a Billie Jean.
—Al final del pasillo.
Apartando su mirada hacia el suelo, Lali murmuró:
—Gracias.
¡
Santamalditamierda! Lo había jodido a lo grande.
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Cortito pero bue...
·_·
los proximos son imperdibles
+2
los proximos son imperdibles
Más más más ......lo jodió a lo grande peter esta vez Jaja otro cap x faaa
ResponderEliminarPobre lali, no se como peter la va a mirar a la cara ahora Quiero más cap Alee
ResponderEliminarMaasssss
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