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martes, 18 de febrero de 2014

Capitulo: 8



¿Qué demonios estaba  mal conmigo? ¿Por qué me importaba una mierda  sobre  Lali actuando con Poli? Quiero decir, ella dejó bastante claro que no iba a darnos la hora del día a ninguno de nosotros. 

Mientras lavaba mis manos, capté un destello de mí mismo en el espejo.
—Consigue un poco de control, amigo. No quieres involucrarte con ella  —murmuré.
—¿Huh? —preguntó un sujeto en una cabina.
—Nada —murmuré antes de salir por la puerta.
Afortunadamente,  cuando  regresé  del  baño Lali y poli  ya  no  estaban cantando y habían regresado a la mesa. Desde que los aperitivos habían llegado, todos empezamos a atacarlos. Lali hizo un buen trabajo eliminando uno de ellos también.  Una vez  que fueron devorados,  esperamos  ansiosamente  que  nuestros platos principales llegaran. Moví mis ojos hacia donde Lali retorcía la pajilla de su soda de dieta. Una pregunta saltó en mi mente, y actúe con ella. 
—Entonces Lali, tienes veintiuno y eres legal, ¿no bebes?
—No, no lo hago —respondió ella, antes de tomar un sorbo de su soda de dieta.
—¿Entonces la cafeína es tú única sustancia ilícita? —insté con una sonrisa.
Con un encogimiento de hombros, respondió:
—Supongo.
—¿Alguna vez probaste una cerveza?
Ella miró mi espumosa jarra y arrugó su nariz. 
—No, gracias.
—Oh vamos. Solo intenta un sorbo. —Deslicé mi cerveza más cerca de ella. Cuando mordió su labio, no pude evitar provocarla un poco más—. ¿No me digas que tienes miedo de probarla?
Lali movió su mirada para encontrar la mía, y el fuego que destellaba en sus ojos me hizo removerme  en mi asiento. Joder, ¿cómo es  posible que la Srta. Remilgada  me  afecte  solo  con  una  mirada?  Solo  podía  imaginar  que  con  el apropiado atizador, esa llama podría ser abrasadora en la habitación.
Sin una palabra hacia mí, ella se estiró y agarró mi jarra. Lamió sus labios mientras yo me  inclinaba hacia adelante, silenciosamente retándola a continuar. Tomó un trago antes de que sus ojos se ampliaran, y se girara lejos para escupir la cerveza.
—¡Oh.Dios.Mío!  ¿Cómo  bebes  eso?  ¡Sabe  cómo  a  orina  de  caballo!                 —exclamó pasando su mano a través de la boca.
Vico y Poli se rieron a su respuesta.  
—¿Últimamente  has  estado  bebiendo  mucha  orina  de  caballo,  Ángel?        —pregunté, mientras tomaba mi cerveza de regreso.
Ella frunció el ceño hacia mí. 
—No, no lo he hecho. Ni siquiera he estado alrededor de un caballo desde que fui tirada de uno cuando tenía diez y me rompí el brazo.
—Necesitas volver a montar.
Lali me dio una mirada fulminante. 
—Y déjame adivinar: ¿tú eres el hombre para enseñarme?
Ignoré su insinuación de enseñar a montar


 —Bueno, crecí en una finca y tengo seis caballos, bueno, mi mamá y yo tenemos.
La expresión de desdén de Lali lentamente se desvaneció, y me miró con curiosidad. 
—¿Todavía vives en la finca con tú mama?
—Cuando no estoy de gira, es el único lugar donde quiero estar.
—¿No en la gran ciudad, no intercambiando parejas y en fiestas salvajes?
Sonreí y sacudí mi cabeza. 
—No, dame una zona aislada con fogatas, todo terreno y pesca por encima de eso.
—Hmm,  no  te  hubiese  imaginado  como  el  tipo  de  chico  que  prefiere lugares aislados.
Poli resopló. 
—No conseguirás ningún lugar más aislado que donde Peter creció en Ball Ground, Georgia.
Las cejas de Lali se arrugaron. 
—¿Pero pensé que ustedes se conocían desde adolescentes?
—Así es. Después que mi mamá y papá se divorciaron, él se fue y se mudó a Atlanta. Lo visitaba los fines de semana y la familia de Poli vivía al lado.
Poli asintió. 
—Mi familia siempre ha sido citadina. Nosotros realmente no hacemos lo de  las  regiones  apartadas,  los  campesinos  sureños  no  son  realmente  tolerantes, ¿sabes?
Me reí. 
—Oh por favor, eso no es cierto.
—Sí, claro. No sabes cuantas veces conseguí el “No eres de por aquí, ¿no es así chico?” —  imitó Poli su mejor acento rústico.
Golpeé su brazo. 
—Yo digo que eso es  una mierda, Poli. Mi familia  sureña son unas de las mejores personas que conoces y no lo niegues.
Poli sonrió. 
—De acuerdo, quizá disfruté un poco estar en el campo con Peter.
—Síp, le enseñé a su afeminado trasero de chico de la ciudad a cazar, pescar y tender el lazo.
La boca de Lali cayó abierta. 
—¿También tienes vacas?
—Nah, mi papá las tiene.
Poi codeó a Lali. 
—¿Escuchaste  eso?  De  vez  en  cuando,  Peter  se  suelta  y  suena  como  un pueblerino.
Puse mis ojos en blanco. 
—Lo que sea.
Lal sonrió. 
—Me  gusta  el  acento  sureño.  Quiero  decir,  tenía  doce  cuando  nos mudamos de regreso a los Estados Unidos, así que realmente no puedo llamarme una Texana, pero obviamente amaba el lugar. El hermano de mi papá tiene este enorme  rancho  que  está  fuera  en  el  medio  de  la  nada.  Puedo  pasar  días  solo vagando alrededor en los campos y a lo largo de los arroyos, alimentando las vacas, y acariciando los caballos. —Un pequeño temblor corrió a través de ella—. Juro que un día conquistaré mí miedo montando uno de nuevo.
Me le quedé  mirando  por  un  momento,  asimilando  la  sinceridad  en sus palabras. Yo nunca, jamás, había conocido una chica que pareciera amar tanto el campo como yo. 
—No tendrás mucho  tiempo para ranchos si empiezas a presentarte con tus hermanos.
Su expresión se oscureció un poco. 
—Y que lo digas. Van a ponernos en una agotadora gira en otoño. No puedo siquiera recordar en cuantas ciudades estaremos. Apenas conseguiremos  llegar a casa para navidad. —Ella suspiró—. Esa no es la vida que veía para mí misma. Por primera  vez  en  mi  vida, tengo  algo  de  raíces, y  quiero  que  se  quede  así.  —Sus mejillas se sonrojaron un poco mientras agregaba—: Sin mencionar que quiero un hogar para mí y niños.
Poli se rio. 
—¿Quieres todo eso ahora?
—En realidad sí. —Ella ladeó  su cabeza hacia él—.  ¿Crees  que soy muy joven para estar casada y tener hijos?
Al mismo tiempo, Vico, Poli, y yo respondimos al unísono:
—Absolutamente.
Ella puso los ojos en blanco. 
—Considerando las fuentes, elegiré ignorar eso.
—¿Qué se supone que significa eso? —pregunté.
Billie Jean, junto con otra mesera, interrumpió la conversación trayendo nuestra comida. Una vez que ellas dejaron la mesa, Lali se inclinó sobre sus codos y me observó con una dura mirada.
—Significa que ustedes tres están por nada más que sexo sin ataduras. No pueden imaginar a nadie queriendo más que solo una noche de ligues y enganches sin sentido. Estoy segura que si le preguntara a Nicolas, él se sentiría diferente.
Nico le dio un guiño a Lali. 
—Pero probablemente no soy la mejor persona para preguntar. Siempre he sido un alma vieja. EUGE y yo nos casamos cuando teníamos tu edad, y Jude vino un año después. —Una genuina sonrisa se formó en sus labios—. No tomaría nada, no el estrellato, la adulación de las fans, o el dinero, por lo que mi familia significa para mí.
La expresión de Lali se derritió con sus palabras, y ella prácticamente se hizo un charco a sus pies. 
—Aw, eso es tan dulce. —Ella se estiró hacia él y palmeó su brazo—. Yo espero tener lo que tú algún día.
—Lo tendrás. Solo sé paciente. El chico correcto vendrá, uno que acepte todo sobre ti y respete tus límites y carácter.
Lali le dio una sonrisa a Nico. 
—Gracias.
A la mención de sus “límites”, quedaba una pregunta que tenía que hacer. 
—Entonces Ángel…
Ella resopló y exageró un suspiro. 
—¿Tienen que seguir llamándome así?
—Bien. Lali  —empecé  con  una  sonrisa—,  ¿lo  que  declaraste  antes  es realmente cierto? Ya sabes, sobre ser virgen, ¿o solo estabas engañándonos para tratar de guiarnos y conseguir entrar en tus bragas?
—Peter —advirtió Nicolas.
Alcé mis manos.
—¿Qué está mal con hacer una simple pregunta para una aclaración?
—Porque parte de tu apuesta con Lali suponía que fueras un caballero, y la última vez que chequeé, un caballero no pregunta a una mujer su pasado o la falta de él.
Lali sacudió su cabeza. 
—Está bien, Nicolas. No me importa responder la pregunta. —Ella miró directo a mis ojos—. Sí, es cierto, soy virgen.
—Demonios —murmuró Poli.
—¿Pero cómo es eso humanamente posible? —preguntó Vico.
Lali se rio. 
—Debido a que tengo una fuerte creencia, pero también tengo estándares bastante altos.
Miré abajo a su mano. 
—¿Entonces dónde está tu anillo de pureza?
Sus mejillas se sonrojaron un poco. 
—Bueno,  no  llevo  uno  porque  significan  que  estás  esperando  al matrimonio, y yo necesariamente no creo en eso.
—¿No lo haces? —presioné.
—Lo hacía cuando era más joven, pero ahora, es más sobre esperar hasta que esté enamorada.
Arrugué mis cejas. 
—¿Así que todo lo que se necesita es que te enamores de algún sujeto, y te rendirás? ¿Solo así? —Chasqueé mis dedos para mayor efecto.
—Dices eso como si fuera algo fácil. Enamorarse profundamente de alguien y que te corresponda es realmente un milagro.
—Entonces,  suena  como  que  mantendrás  tu  tarjeta  V  por  un  tiempo, Ángel.
Ella se encogió de hombros. 
—Ya veremos. Solo sé que la espera valdrá la pena.
—Bien por ti, Lali —dijo Nicolas, a través de su boca llena de carne.
Con un gruñido de disgusto, respondí:
—Todo es magnífico para ti, pero tengo que decir algo más en nombre de los hombres. Yo, nunca podría tenerlo duro por una virgen.
Lali jadeó y dejó caer su hamburguesa. 
—¡Mentiroso!
—¿Disculpa?
—T-tú  estabas…  bueno,  ya  sabes,  esta  mañana  en  la  cama  conmigo —farfulló ella.
Tragando un bocado de mi hot dog con chile, puse mis ojos en blanco. 
—Eso  es  porque  al  principio  pensé  que  eras  Pula  quien  siempre  está apareciéndose para acostarse conmigo cuando estoy en la carretera.
Golpeando su dedo en mi pecho, ella contra ataco. 
—Oh no, tu seguías lanzándote hacia mí cuando encendiste la luz y viste que no era Paula. —Ella apretó sus labios—. Quizá no sepa mucho, pero sé que era eso.
Los chicos se rieron a lo que yo sacudí la cabeza.
—Lo siento, Ángel, pero todavía hay un punto vacío. Al momento, no tenía idea de que eras virgen. Si hubiese sabido lo que sé ahora, mi erección hubiese sido derribada rápidamente.
Poli resopló. 
—Oh vamos, Peter. Eso es un montón de mierda. Cualquier sujeto que mire a Lali, virgen o no, totalmente tendría una erección.
—Uhm, gracias… creo —replicó Lali.
Con un guiño, Poli dijo:
—Solo,  para  que  sepas,  yo  no  tendría  ningún  problema,  mi  amor.  En cualquier momento o en cualquier lugar.
—Yo  tampoco  —agregó  Vico.  Él  lamio  sus  labios  sugestivamente  hacia
Lali.
Ella dejó salir un frustrado soplido. 
—No puedo creer que estemos discutiendo esto de entre todas las cosas y estoy a punto de decir gracias, Poli y Vico, por admitir que podrían… bueno, ya saben, incluso por una virgen. —Ella miró hacia Nicola quien abrió los ojos.
Alzando su mano arriba defensivamente, él rápidamente argumentó:
—No puedo comentar en esta conversación.
Las mejillas de Lali se ruborizaron a su comentario. 
—¡Oh no, no quise decirlo por ti!  —Luego ella enterró  la cabeza en sus manos—. Esto es humillante.
Nico se movió en su asiento y aclaró su garganta. 
—Sin embargo diré esto. —Lali tentativamente alzó su cabeza para mirar hacia él—: Mi esposa, Euge, era virgen. —Él le dio una tímida sonrisa—. Ambos lo éramos.
—¿En serio? —preguntó Lali.
Él asintió. 
—Nunca me molestó que ella no hubiese estado con nadie.
Yo gruñí. 
—Sí, porque ustedes eran unos adolescentes calientes de dieciséis años, que no conocían nada más.
Nico estrechó sus ojos hacia mí. 
—Sí, bueno, hubo un año que nos separamos justo cuando la banda se dio a conocer, y yo me acosté con todo lo que se movía, tratando de olvidar cuanto amaba y necesitaba a Euge. —Una expresión feroz se esparció por su rostro—. Pero ninguna de esas experiencias significó nada comparado con hacer el amor con Euge, y ella solo ha estado conmigo. Sí, quizá hayamos sido dos adolescentes torpes en el pasado,  pero  nada  era  más  jodidamente  sexy  que  nosotros  descubriéndolo  todo juntos.
Me quedé mirando a Nicolas en shock. Nunca lo había escuchado hablar tan  apasionadamente  sobre  sexo  con  Euge.  Él  usualmente  era  muy  reservado  y trataba  de  patear  nuestros  traseros  cuando  aludíamos  cualquier  cosa  que  los involucrara a ellos haciéndolo. Su cosa favorita para hacer era gritar “¡Esa es mi esposa, cabrón!” o “¡Esa es la madre de mis hijos!” cuando hacíamos comentarios estúpidos sobre Euge siendo  una ninfomaníaca.
—Guau—murmuró Lali ante su declaración.
Él sonrió hacia ella. 
—Lo siento, me dejé llevar un poco.
Ella sacudió la cabeza. 
—No, lo aprecio, y estoy segura que Euge también lo haría.
Exhalé ruidosamente

—A pesar de lo que ustedes tres idiotas digan, me mantengo firme a mi declaración de que no lo haría o podría ponerme duro por una virgen.  —Cuando Lali inclinó su cabeza hacia mí, dije—: Bien. No podría sabiendo  que lo es, ¿qué tal eso?
Ella mordió su labio y giró su cabeza de mí. La mesa cayó en un incómodo silencio antes de que Lali murmurara:
—Uhm, ya regreso. —Ella prácticamente se cayó de la silla y corrió de la mesa. 
Después de tragar el resto de mi cerveza, miré arriba para ver a los chicos observándome. 
—¿Qué?
Nicolas se inclinó hacia adelante a través de la mesa por lo que sus codos chocaron con los míos. 
—Eres un total y completo cretino por lastimar sus sentimientos sobre la cosa de ser virgen.
—¿Soy un cretino por decir la verdad?
Poli resopló desdeñosamente hacia mí. 
—Se llama jodido filtro, hombre. Trata de usarlo de vez en cuando.
Cuando miré hacia Vico, él estrechó sus ojos. 
—No  es  para  nada  agradable  hacer  sentir  mal  a  Lali  sobre  sí  misma, especialmente cuando es tan jodidamente caliente como lo es.
Abrí mi  boca para  discutir  cuando el chillido  del micrófono  de  karaoke atrajo  mi  atención  al  escenario.  Mirando  hacia  nosotros,  Lali  me  dio  una empalagosa, dulce sonrisa. Mi estómago inmediatamente se contrajo, y sabía que estaba en problemas y a punto de ser llamado públicamente un idiota.
—Espero que no les importe que cante otra vez.
El disperso grupo de camioneros silbaron y rieron apreciativamente, lo que causó que Lali sonriera y sin aliento dijera:  —Gracias. 
Agarrando fuerte el micrófono, dijo:
—Es solo que realmente me gustaría ganar una apuesta esta noche, y cantar esta canción es la única forma que vi que podría ser capaz de hacerlo.  —Una vez más sus ojos azules se encontraron con los míos—. Peter, esta es para ti.
Ella asintió hacia el DJ quien presionó el botón de reproducir de la música.
Tomó dos segundos para mí reconocer los golpes bajos de apertura. 
—Oh,  joder  —murmuré  mientras Like  a  Virgin empezó  a  sonar  a  todo volumen en el bar. Tan pronto como algunos de los camioneros borrachos se dieron cuenta de la canción, gritaron y aplaudieron.
Desde el instante en que ella empezó a cantar, fue como si Lali enviara un rayo de lujuria directo hacia mí. Quiero decir, yo sabía poner un acto cuando estaba en el escenario, así que  el hecho de  que fuera una  artista debió hacer  su conducta menos creíble. Pero, demonios, que era convincente para tentar. Cada baile y  movimiento  de su  atractivo  cuerpo,  cada vez que ella  sacudía  su cabeza hacia atrás y pasaba sus dedos a través de su cabello, cada elegante paso que tomaba y cada golpe de caderas estaba volviéndome jodidamente loco.
Si pensaba que yo estaba impresionado, los otros chicos estaban con la boca abierta  y los  ojos  amplios  a  su actuación.  Por  la esquina de  mi  ojo,  atrapé  a  Poli tragando su cerveza como un hombre muriendo de sed. Incluso, Nicolas estaba viendo a Lali de una manera que no lo había visto hacer en años, aunque era más inocente a como Poli, Vico y yo estábamos comiéndola con los ojos.
Moviéndome en mi asiento, sabía que no iba a ser mucho tiempo antes de que perdiera la apuesta. Miré hacia abajo a mi traidora polla. Cuando miré arriba hacia Lali otra vez, un ruido de dolor escapo de mis labios mientras se desataba un infierno bajo mi cinturón a lo que vi. Bajándose hasta sus rodillas, ella empezó a hacer lo impensable.
Empezó a arrastrarse hacia el final del escenario, nunca perdiendo el ritmo de la letra. Sentado debajo  de  ella,  tuve  un vistazo  directo  a  la  parte  baja  de  su vestido con una vista épica a su fabuloso escote. Cuando ella alcanzó el final del escenario, movió sus piernas alrededor, y por un breve momento, tuve un destello de sus muslos antes de que dejara colgando sus piernas en el borde.
Ella saltó abajo y se movió hacia nuestra mesa. Sin una mirada a los otros chicos, me dio un seductor movimiento con su dedo. Sacudí la cabeza  y sonreí, tratando de hacerle creer que no estaba teniendo un efecto sobre mí, lo que era una maldita mentira. Pero Lali no se estaba creyendo nada de ello. Se movió hacía mí mientras pasaba su mano sobre sus caderas y trasero y cantaba sobre ser tocada por primera vez. Luego sus dedos se deslizaron por mi cabello y a través de mi mejilla para ahuecarla y luego juguetonamente golpearla.
Justo cuando pensé que se dirigía de regreso al escenario, ella retrocedió y se sentó a horcajadas sobre mí. Un siseo se escapó de mis labios mientras empezaba a mover su trasero a  través de mi entrepierna. No pude evitar lanzar mi cabeza atrás y gemir. Me han dado bailes expertos en mis días donde pagaba a algunas de las strippers más codiciadas en el negocio. Lali era torpe y no sabía exactamente como montar para darle a mí polla mayor placer, pero diablos si no podía sentir su caliente, pequeño centro quemando a través de mis pantalones. Había estado duro antes, pero imaginaba que en cualquier minuto con sus quejidos y las partes de los ohh y ahh de la canción estaría saliendo por mí cremallera.
Incluso en su inexistente experiencia, ella sabía lo que estaba pasando, sin juego de palabras. Con la canción todavía sonando, Lali miró por encima de su hombro y me lanzó una mirada triunfante. 
—¿Ahora aceptas antes los chicos que con conocimiento y disposición te pusiste duro por una virgen, o debería continuar?
Aunque mi polla habría disfrutado su continuo medio intento de baile de regazo, sacudí mí cabeza. 
—Bien, Ángel tu ganas.
Mientras Poli y Vico aplaudían y aullaban, Lali empezó a deslizarse fuera de mi regazo. Cuando lo hizo, agarré su brazo y le di la vuelta a donde ella estaba frotándose contra mí  otra  vez,  pero esta vez estábamos  cara a cara. Una mirada sorprendida  destelló  en  sus  oscuros  ojos  azules.  Me  incliné  cerca  de  ella.  Mi respiración acariciando el lóbulo de su oreja, y tembló. 
—Así  que  me  pusiste  caliente  y  duro.  ¿Vas  a  dejarme  ahora  tan insatisfecho?


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