Sam no pudo dormir por la noche. Dormía maravillosamente durante el día mientras yo trabajaba, pero por las noches se quedaba despierto. Jessica parecía estar en algún tipo de depresión, y
cuando llegué a la puerta, ella me entregó a Sam y se fue a su habitación y lloró. La Sra. Mary dijo que era normal. Jessica sufrió un cambió en su vida, así que no me preocupo por eso, demasiado, excepto que yo no estaba consiguiendo nada de sueño. Jessica durmió toda la noche, y si trataba de despertarla, ella rompía en llanto. Cuando ella lloraba, Sam lloraba, así que sólo la dejaba sola.
Él y yo nos unimos durante este tiempo. Hablé con él acerca de todo lo que no le podía decir a nadie más. Le hablé sobre la vida con Jessica y cómo él la amaría, pero que no espere nunca una mamá normal. Le aseguré que él estaría bien, porque yo siempre estaría ahí si me necesitaba. Le hablé de Peter. Vacié mi alma a un bebé recién nacido, pero hizo más fácil respirar libremente de nuevo cuando hablaba sobre él. Sam, calmado, sonrió y dio una patada. A él le gustaba que yo hablara, así que lo hacía. Yo lo hacía feliz, y me ayudó a sobrellevar la situación.
No importa qué tan especial eran estos tiempos en las primeras horas de la mañana, todavía transcurrían en mi. Luché contra el impulso de arrastrarme a un rincón en el trabajo y dormir. Algunas noches, Sam dormía dos horas seguidas, si lo ponía al lado de mi cama. Esas noches siempre funcionaba mejor teniendo por lo menos 5 horas de sueño. Jessica y yo no hablabamos mucho. Cuando llegaba a casa, ella se iba a su cuarto a llorar y escuchar música de los 80’s. Siempre tomaba a Sam antes de irme cada mañana, lo alimentaba, le ponía un pañal limpio y su ropa para el día. La llamé desde el trabajo y le recordé acerca de la hora de comer porque no parecía tenerlo junto. Estaba empezando a ponerme nerviosa acerca de dejarlo en casa con ella, pero me recordé que ella era la mamá, no yo.
La escuela comenzó de nuevo. Gas se había ido dos semanas antes, y yo me quedé en el jardín, saludándolo con la mano mientras se alejaba.
Al principio, me entró el pánico porque me preocupaba lo que pasaría si me encontrara de nuevo en la manta oscura. Pero entonces me acordé de Sam, y el comportamiento inestable de Jessica, y supe que ese escenario no podría suceder. Tenía alguien a quien cuidar ahora. No podía perder de nuevo. Mi vida ya no me pertenecía.
A veces, parecía que mi tiempo con Jax pasó en otra vida. Pero el recuerdo de su sonrisa y su risa me recordó lo cerca que había estado de la felicidad. Suspiré, agarré mi mochila y bajé la mirada hacia Sam, profundamente dormido. Dejé mi puerta abierta y lo dejé en la cuna junto a mi cama. Abrí la puerta de Jessica y ella se giró, mirándome con los ojos rojos e hinchados.
—Llegaré tarde si no me voy. Lo alimenté hace una hora y trae un pañal limpio. Está durmiendo en mi habitación. —Me detuve ahí y me obligué a no darle ninguna instrucción sobre el cuidado de su hijo.
Bostezó y se estiró. —De acuerdo. Gracias, Lali. Sé que te he necesitado mucho últimamente. Parece que no puedo lograrlo sola. —Sonaba casi herida.
Asentí y la dejé ahí. No sabía qué decirle porque lo que yo quería decir era: “¡Crece! ¡Tienes un bebé!” y sabía que no podía, así que sólo me fui.
Mi paseo en bicicleta a la escuela era corto y estaba ahí y en el edificio con un montón de tiempo para encontrar mi nuevo casillero y mi primer periodo de clases. La gente me miraba, y unas cuantas susurraban, pero no les hice caso y me centré en mi tarea. Recibí un casillero en la parte superior este año en medio del pasillo. Al parecer, a los de último año les daban una mejor ubicación de casillero.
—Oye, extraña —dijo una voz familiar detrás de mí y me giré para ver a Amanda. No había pasado mucho tiempo con ella porque no quería pasar el rato con su hermano y sus amigos.
—Hola, Amanda, ¿Cómo estás?
Ella sonrió y se encogió de hombros. —¡Genial! ¡Finalmente somos de último año!
Sonreí y deseé que me importara. —Sip, finalmente de último —dije, fingiendo entusiasmo.
Sus ojos parecían simpáticos. —Lo siento por todo lo que pasó. Gas me dijo algo de eso ante de que se fuera porque él quería que tuviera un ojo en ti y llamarlo si lo necesitabas.
No pude evitar sonreír ante sus palabras. —Tu hermano es un muy buen amigo a quien no merezco —admití y me giré a poner el resto de mis libros en mi casillero antes de correr tarde a clase.
Se echó a reír. —Si, bueno, eso sería porque desea que te preocupes por él como lo haces por Peter Lanzani. —Se congeló y se mordió el labio mientras me veía hacer una mueca de dolor—. Lo siento mucho, yo... Gasarcus me dijo que no hablara sobre Peter.
Negué con la cabeza. —No, está bien. La gente va a hablar de él y voy a aprender a lidiar con ello.
Ella asintió, pero no parecía muy segura. —Bueno, será mejor que vaya a clase. Tal vez te vea por ahí más tarde. Puede ser que tengamos algunas clases juntas.
Sonreí y asentí. —Eso estaría bien.
Ella sonrió y se volteó para irse, pero se detuvo y miró hacia mí. —Yo, bueno... es eh... bueno no sé si esto está fuera de los límites para hablar, pero ¿Es “Don’t Cry” sobre ti?
Mi garganta se cerró al recordar la canción que había escuchado en innumerables ocasiones, me acurruqué mientras los recuerdos pasaban sobre mí. Últimamente, había dejado de escucharla porque me ponía de un humor del cual no podía escapar. Sam me necesitaba y no podía hacerle eso a él. Quería creer que la canción era para mí, pero no lo sabía con certeza. Conocía los acordes en los que había trabajado cuando estábamos juntos. Pero no estaba segura de si eso tenía algo que ver conmigo.
Me encogí de hombros. —No lo sé.
Ella suspiró tristemente y se fue. Me tomó un momento para calmarme mientras las palabras llenaban mi cabeza. Tuve que controlarme y llegar a clase. Después de varias respiraciones profundas, me di la vuelta y fui al salón 223. Empecé mi día libre este año con trigonometría. Qué emocionante.
Después de dos clases con personas haciéndome preguntas sobre Peter que yo no quería contestar, la idea de ir a la cafetería en donde iba a ser la fuente principal de información sobre Peter Lanzani me hizo temblar. Me quedé en mi casillero más de lo necesario y luego fui a la biblioteca en su lugar. Podría comer cuando llegara a casa. Empezaría con mi tarea. Me puse en las mesas, saqué mi libro de trigonometría, y comencé a trabajar.
Mis ojos, sin embargo, tenían dificultad para mantenerse concentrados y tenía que luchar para evitar que se cerraran.
—¡Lali! ¡Despierta! ¡Lali! —Levanté mi cabeza para ver a Amanda frunciendo el ceño hacia mí—. ¿Todo bien? —preguntó, recordándome a su hermano mayor.
Me froté los ojos y asentí. —Si, supongo que tengo que dormir más. —Sabía que necesitaba dormir más. Pero no iba a hacerlo hasta que consiguiera dormir a Sam durante la noche.
—Bueno, vamos, estás tarde para Literatura y el señor Harris casi no me dejó venir a buscarte. Le dije que pensabas que tu próxima clase era Español y accedió a que viniera a encontrarte.
Sonreí ante su imaginación. —Gracias.
Tomó mis libros y tiró de mi brazo. —No me lo agradezcas ahora. Es posible que estemos en problemas si no te das prisa. Y deshacerse de la mirada de “me acaba de despertar”. Hará volar mi encubrimiento.
Me froté la cara y asentí.
Primero tuvimos que ir a mi casillero y cambiar mis libros.
—¿Por qué estabas en la biblioteca de todos modos? —preguntó ella mientras tomaba los libros correctos.
—Porque no quería hacerle frente al almuerzo y a las preguntas de todos —murmuré.
Ella asintió. —Bueno, ya te lo perdiste. La única razón por la que no fuiste bombardeada en la biblioteca fue porque en el momento en que todo el mundo se dio cuenta dónde estabas, ya se había acabado el almuerzo.
Suspiré y cerré la puerta de mi casillero. —Quiero volver a ser invisible —me quejé y disminuí el paso con Amanda.
Amanda frunció el ceño y sacudió la cabeza. —No va a pasar. Tienes que prepararte. El baile de graduación es el próximo mes, y vas a ser golpeada por un gran tiempo con peticiones para llevarte.
Eso ni siquiera era una opción. No iba a salir con nadie. Me negué a ir a ningún baile.
—Bueno, ayúdame a correr la voz de que yo no bailo —murmuré mientras abría la puerta del salón y entramos.
Por suerte, el señor Harris solo me dio una mirada severa, pero no dijo nada. Me deslicé en la única mesa libre, detrás de un chico alto y de cabello oscuro cuya cabeza bloqueaba mi vista del pizarrón. Me inclinaba para escribir los números de las páginas que se suponía que íbamos a leer de tarea cuando el chico alto delante de mí se giró.
—Eres Lali Esposito, ¿No? —preguntó sonriendo.
Asentí deseando poder mentir y decirle que NO.
Se aclaró la garganta. —Soy Dameon Wallace. —Le di una pequeña sonrisa amable y busqué la página que se suponía que estábamos leyendo—. ¿Hablas o tienes algo contra mí?
Suspiré y levanté la mirada. Liberó lo que él suponía que era una sonrisa encantadora. No estaba mal realmente. Era lo suficientemente atractivo. Sus ojos azules carecían de la intensidad de acero de los ojos azules de Peter. Su sonrisa no parecía muy sincera. Tal vez más seguro de si mismo y arrogante.
—Estoy tarde para la clase y trato de ponerme al día. —Me dedicó una sonrisa torcida que al parecer también pensaba que era linda.
—No te preocupes, no te perdiste de mucho. Así que, ¿Soltera de nuevo? —En mi estómago se formó un nudo. Le di una sonrisa tensa y asentí antes de volver a mi libro—. ¿Cuáles son tus planes para después de la escuela? Estaba pensando en que podríamos ir a tomar algo y bajar a la playa.
Sonaba tan seguro de si mismo y de su oferta, que tuve que recordarme a mi misma que yo era una buena persona y no maliciosa.
Esbocé una sonrisa y dije—: Trabajo después de clases, lo siento. —Regresé a tratar de leer mi página.
—¿Después del trabajo? —Ahora parecía un poco inseguro.
—Lo siento, pero tengo que ir directamente a casa, hacer mi tarea y ayudar a mi madre con mi pequeño hermano. —Quería agregar: “No voy a estar saliendo con nadie, así que déjame en paz”, pero me contuve y volví a mi lectura.
Me observó unos segundos más y luego lo oí suspirar y darse vuelta en su asiento. Traté de comprender lo que estaba leyendo, pero no podía concentrarme en las palabras. Odiaba sentirme como si fuera un elemento para ser estudiado en un estante de exhibición. Todo el mundo quería observar y ver lo que haría.
Una vez que la campana sonó, tomé mis libros y me dirigí a la puerta tan rápido como era humanamente posible. Tenía que escapar. Lejos, muy lejos.
—Oye, Lali, espera —llamó Amanda detrás de mi.
Fui más lento y me giré para verla corriendo por alcanzarme.
—¿Qué te dijo Dameon Wallace? —Casi gritó de alegría.
Fruncí el ceño y traté de recordar nuestra unilateral conversación. —Bueno, me invitó a salir, dije que no, y eso fue todo. —Mantuve mis ojos en el pasillo y no pensé en la gente que me miraba.
—¿Él te invitó a salir? —preguntó, con una reverencia silenciosa. Simplemente asentí—. Dios mío, absolutamente es el chico más caliente en Sea Breeze. Sabes que es un mariscal de campo, y no sólo eso, tiene varias escuelas de la SEC. interesadas en él.
No tenía idea y no me importaba. Me encogí de hombros y abrí mi casillero para sacar mi bolso.
—Eso es genial. Bien por él —contesté.
Se quedó mirándome con la boca abierta. —No puedo entender cómo le dijiste que no. nadie le dice que no. Las chicas sueñan con él por las noches. Él es hermoso. ¿Has visto sus brazos? —Se echó aire—. Guau —agregó para un efecto extra.
Rodé los ojos. —En realidad, Amanda, si te gusta tanto, entonces sal con él. Simplemente no estoy interesada.
Amanda suspiró y se inclinó contra el armario. —Si él supiera de mi existencia, entonces lo haría. Pero, hasta hoy, nunca lo he visto interesado en una chica de esta escuela. Sale con chicas universitarias.
Me puse el bolso sobre mi hombro. —Bueno, al parecer ha cambiado de opinión —murmuré.
—Es tan lindo. No sé cómo lo rechazaste —siguió diciendo Amanda.
Me caía bien Amanda, pero no estaba de humor para esto. No estaba interesada en este chico. —Tengo que ir a trabajar. Gracias de nuevo por despertarme.
Ella asintió y me dirigí a la salida. Mi primer día de regreso y ya estaba odiando la escuela. Si tan solo pudiera camuflarme y pasar desapercibida, esto sería soportable. Levanté la mirada para ver a Dameon dirigiéndose a mi camino y aceleré el paso. Me pregunté cuán obvio sería si corriera a mi bicicleta. Mi ritmo acelerado al parecer le alertó de que no estaba de humor para hablar, porque no corrió tras de mi. Tenía que ir a trabajar, pero antes quería llamar y comprobar a Sam.
La primera semana completa no fue muy bien. La única buena noticia era que Dameon había tomado la indirecta y me dejó sola. Sin embargo, después de quedarme dormida de nuevo en la biblioteca durante el almuerzo, me di cuenta de que iba a tener que dejar de ir allí. Me obligué a hacerle frente a la multitud del almuerzo. En realidad, no había sido tan malo como pensaba. Amanda me guardó un asiento a su lado, y me gustaban sus amigos. Dylan McCovey quería rememorar un poco demasiado su fiesta del cuatro de julio, pero, aparte de eso, estaba bien.
La mayoría de los días, me senté a la mesa y los escuché hablar. De vez en cuando, alguien me hacía una pregunta o intentaba que me uniera a la conversación, pero mis insuficiencias sociales, mezcladas conmigo estando agotada, no contribuían a un buen conversador.
El viernes, Dylan finalmente tuvo el valor de preguntarme sobre “Don’t Cry” y estaba orgullosa de la forma en que lo manejé. Me las arreglé para hablar claro a través del nudo en mi garganta. Mi respiración no llegó a ser demasiado apretada.
En todas las apariencias externas, parecía normal e imperturbable.
Con éxito respondí—: No sé sobre quién es. Nunca la cantó para mí. —Sin ahogarme una vez.
El lunes, pasé a través de mi primer periodo sin quedarme dormida, que resultó ser un milagro porque Sam todavía no podía lograr obtener ajustados sus días y noches, ni siquiera un poco. Incluso, ya le había llamado a la Sra. Mary y le pregunté qué debía hacer y me dijo que teníamos que mantenerlo más despierto durante el día. El problema con eso fue cuando Jessica quería que estuviera durmiendo, así ella no tenía que lidiar con él. Odiaba admitirlo a mi misma, pero mi madre no estaba siendo una mamá muy buena para Sam. Principalmente lo ignoraba, y todavía lloraba con frecuencia. No podía explicarle todo eso a la Sra. Mary porque haría que Jessica sonara mal, y no me atreví a echarla abajo ante los ojos de nadie. Ella parecía tan frágil.
De todas formas, aún estaba logrando mantenerme despierta en la escuela, y después de luchar contra mis pesados párpados durante una conferencia muy aburrida, me dirigí directamente al baño y poder salpicarme agua fría en el rostro para despertar. Tuve que luchar contra este adormecimiento. No iba a sacar las notas para una beca si no me podía mantener despierta en clases. Di un paso alrededor de un grupo de chicas para pasar por el congestionado vestíbulo, y una de ellas me señalo.
Estaba acostumbrada a eso, lo ignoré y mantuve mis ojos en el baño.
Sin embargo, una se dio la vuelta. —¿Lali Esposito?
Me detuve y consideré mentir sobre mi nombre, diciendo que no, que de hecho era Ivana, una estudiante de intercambio que no hablaba bien el inglés. Pero en cambio, me di la vuelta para ver a la pequeña pelirroja a quien había conocido en la fiesta del 4 de julio. De inmediato me di cuenta de ese brillo hostil en su mirada.
—Hola, soy Mary Ann Moore. Nos conocimos en la casa de Dylan este verano, pero dudo que te acuerdes de mí, después de todos los que conociste esa noche. —Hizo una pausa, como si tuviera que decir algo, pero continué mirándola fijamente, a la espera de lo que ella quería conmigo—. Si, bueno, um, tengo la nueva edición de Teen Follower, y hay una foto de Peter Lanzani con su nueva novia, Alana Harvey. Ella va a estar en su nuevo video musical... ya sabes, el que se llama “Don’t Cry.”
Entendí lo que esta chica quería ahora, y no sabía qué le había hecho para odiarme tanto. Mi garganta se secó y se empezó a cerrar. Así que decidí no responder. Ella sonrió como si estuviera contenta con mi reacción y me entregó la revista.
—Las estrellas de rock son criaturas tan volubles. Uno nunca sabe a quién van a querer después. Toma la revista, yo no la necesito. —Y con eso, chasqueó los dedos y el grupo que la rodeaba la siguió como una escuela de peces.
Traté de tragar, pero no sirvió de nada. No lo podía manejar. El dolor volvió de nuevo y no tenía la fuerza para detenerlo. Me giré para correr, y Amanda estaba ahí bloqueando mi camino.
—Ella sólo está siendo mala contigo por Dameon. Ahora, ven conmigo, te ayudaremos a recobrar la compostura en el baño.
Caminé obedientemente detrás de ella. —¿Qué tiene que ver Dameon con esto? —le pregunté, tendiéndole la revista que ella había puesto en mis manos.
Amanda me llevó al baño y tomó la revista por mí. —Dameon y Mary Ann salieron este verano. Cuando se enteró de que él estaba interesado en ti, entonces te convertiste en su enemiga. Incluso, cuando se enteró de que tú lo echaste a volar. Creo que eso hace que no le agrades más.
Fruncí el ceño. —¿Por qué?
Amanda humedeció una toalla de papel. —Porque tú ignoraste lo que ella quiere tanto. Mira, la cosa es que Dameon salió con ella este verano y, bueno, después de algunas semanas, él dejó su apartamento. Ella lo quiere de vuelta, ya que salir con Dameon la haría la chica más popular de la escuela.
Suspiré y cerré los ojos. —La preparatoria es tan estúpida —murmuré.
Amanda movió su mano y limpió mi cara con una toalla de papel húmeda y fría. —Tienes que conseguir control sobre ti misma. Si todo el mundo piensa que puede llegar a ti mostrándote fotos de Peter con otras chicas, serás atacada por ellos.
Me acerqué a la descartada revista y la levanté en contra de mi voluntad. Ahí, en la página que tenía delante de mi, estaba Peter en los Teen Choice Awards y en su brazo estaba una hermosa rubia con el cabello rizado. Inhalé profundamente y me desplomé contra la pared.
—Maldición, Lali, ¿Qué estás buscando en eso? —Amanda fue a quitármela, pero negué con la cabeza y me aferré a ella con firmeza.
—No, déjame leerlo. —Sabía que lo que habían escrito en estas cosas no era verdad, pero de alguna manera quería hacerme más daño.
—¡No! —dijo Amanda firmemente y bruscamente la quitó de mis manos.
Lo dejé pasar.
Ella la volteó. —Joder, por lo menos tus rizos son naturales —dijo antes de lanzar la revista a la basura.
Cerré los ojos ante el dolor y me senté en el suelo. El manto oscuro parecía venir por mí, y sabía que iba a tener que luchar más para evitar que llegara a mí. Había paz en el vació, pero luego no sería capaz de cuidar a Sam si entraba en ella, y Sam me necesitaba. Sacudí la cabeza y me levanté rápidamente, antes de que me alcanzara. Me concentré en mi reflejo en el espejo y calmé mis funciones hasta que la mirada atormentada dejara mis ojos. Amanda vino detrás de mí y me tomó del brazo.
—Sólo fue una foto publicitaria —dijo en voz baja.
Asentí porque ella había tenido razón. La foto de él con la chica no había sido tan difícil como verlo tan feliz en ella. Yo también quería ser feliz. Él podía ser feliz. ¿Por qué no iba a serlo? Porque yo había sido la que amó demasiado. Sólo me llevaría más tiempo que él sonreír con tanta intensidad. Tenía que trabajar en ello. Pensando en los que me rodean, quienes me aman tenían que ser el primer lugar para empezar. Luego estaba Sam, quien me necesitaba. Tenía que aprender a ser fuerte. Una vez había creído que era muy fuerte. Ahora, tenía que encontrar ese yo de nuevo.
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Subo otro??
Más!!!!! Me encanta!
ResponderEliminarSiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii otro
ResponderEliminarsiii sube otro !!!!! masssssssssssssss-
ResponderEliminarmasssssssssss.
ResponderEliminarotro
ResponderEliminarpor favor otro..cuando el reencuentro??
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