Cuando abrí la puerta, un Hummer familiar paró en la
entrada.
Peter bajó y caminó a mi encuentro.
Sonrió
tímidamente. —Me llamaron
del hospital tan
pronto dieron de alta a tu madre.
Sonreí y miré directamente a sus ojos, que estaban ocultos
detrás de unas gafas de sol oscuras. Usaba una gorra de los Gigantes de Nueva
York hacia abajo sobre su frente.
—¿Veo que estas disfrazado?
Sonrió y asintió. Asentí hacia la Hummer y reí.
—Deberías conducir un vehículo que no llamara la atención si intentas no ser
detectado.
Frunció el ceño.
—¿Qué? Esta es la cosa más barata en el garaje.
Reí. —Entonces, ¿Me llevas al trabajo?
Sacudió su cabeza. —Nop, vamos a ir al cine. Tienes libre el
resto del día.
—No puedes ir al cine.
Levantó sus cejas.
—¿Quieres apostar?
Abrió la puerta del coche, me cogió por la cintura y me
levantó hacia el tanque que llamaba
barato. Se deslizó en el asiento del conductor y se dirigió hacia el gran cine
de la ciudad.
—Peter , no te das cuenta que la gente va a reconocerte en
tu disfraz si te miran de cerca.
Sonrió hacia mí. —Lo sé, pero no tendrán la oportunidad.
Esperé una explicación.
—He estado haciendo esto por un tiempo, así que sé
esconderme de los fans, confía en mí.
Esperaba que tuviera
razón. Odiaría que
fuéramos bombardeados por locas
fans adolescentes. Quizás estaba acostumbrado, pero no era algo que quería
experimentar. Llegamos a la parte trasera del cine y una puerta se abrió. Un
hombre mayor vestido de negro salió.
Peter sonrió. —Te sujeto la puerta.
Empecé a decir que
podía hacerlo, pero puso su dedo sobre mi boca y me guiñó un ojo.
—Quiero hacerlo.
Me derretí en
mi asiento. Mi
puerta se abrió
y me cogió
por la cintura y me dejó en el
suelo.
—Sr. Lanzani, si
viene por este
camino, tenemos el
teatro cerrado tal como requirió.
Peter cogió mi mano.
Me di cuenta
que estábamos entrando
por la salida de
emergencia del cine
y nadie a parte de
este hombre sabia
que estábamos aquí. No
había pensado en
esto.
Caminamos dentro
y Peter ondeó su mano hacia las
butacas.
—Haz tu elección. —Sonrió. S
eñalé hacia el centro y suspiró con alivio. —¡Perfecto! Mi
sitio favorito.
Se giró hacia el hombre de la puerta.
—¿Todas las puertas han sido aseguradas? —preguntó Peter.
El hombre asintió. —Sí Señor, nadie puede entrar.
Peter le alcanzó al hombre lo que asumí era dinero. Se giró
y tomó mi mano, y fuimos a nuestros asientos.
—¿Qué estamos viendo?
—pregunté cuando el
hombre nos dejó
un carrito con ruedas con dos cajas de palomitas, dos bebidas, dos de
nachos con queso y cualquier dulce disponible en el stand.
Fruncí el ceño hacia Peter. —¿Has invitado a un armamento?
Sonrió, cogió nuestras bebidas y las dejó en los sujeta
vasos.
—No, pero las películas me dan hambre y no sabia lo que
querías.
—Palomitas.
Alcanzó una
caja, pasándomela y
cogió otra
. —Preguntaste que íbamos a ver.
Sonreí y me metí una
mano llena de palomitas en la bota.
—Night Horse.
Quería ver
esta película después
de haber visto
el previo en televisión la otra noche. Y luego me
golpeó.
—Pero Night Horse aún no la están dando. No estará en los
cines hasta el viernes próximo.
Sonriendo hacia
mí me guiñó
un ojo.
—Para todos
los demás, pero para ti y para mí, están a punto de
darla.
Como si fuera
una señal, las
luces cayeron, la
gran pantalla parpadeó, y la película
empezó. Cuando me di cuenta
de que no tendríamos que ver los créditos, empecé a
decir algo y luego pensé en su contra.
Hoy era el primer día que me sentía como si estuviera saliendo con alguien de
otro mundo. Antes, Peter había sido un chico, un chico normal, con el
que podía hablar.
Hoy se había
convertido en la estrella
del Rock. Me molestó. Miré su
cara y vi al chico que cantaba Wanted
Dead or Alive en una guitarra
que había rogado
y agotado. Una
pequeña sonrisa apareció en sus
labios. Me sonrojé
y se inclinó
para susurrar en
mi oído.
—Si sigues mirándome así, se me hará muy dificil
centrarme en la película de lo que ya es.
Fruncí el ceño. —¿Porqué estas teniendo un momento difícil?
Sonrió con malicia
y dejó las
palomitas abajo antes
de tomar mis manos.
—Por que estoy con
una chica hermosa que me fascina y estamos en una oscura habitación solos, y
todo lo que quiero hacer es sentarme y mirarla,
pero sé que
si lo hago,
no seré capaz
de evitar besarle
sus muy perfectos y tentadores
labios.
Tragué fuerte
y mi corazón
bombeaba en mi
pecho. De repente,
la oscuridad de alrededor
parecía que me
encerraba y una
fuerza que ninguno de
los dos parecía
capaz de controlar,
mantenía nuestros ojos atrapados. La
mano de Peter salió
de la mía,
deslizándose detrás de mi
cuello y se inclinó. Los labios del
único chico que alguna vez podía amar
tocaron los míos y olvidé donde estábamos y todo lo que estaba a nuestro
alrededor. Su otra mano se deslizó detrás de mi cabeza y la acunó cuando
me besaba suavemente.
Su lengua tocó
mi labio inferior
y abrí con cuidado,
sabiendo que era
lo que él
quería. En el
momento en que su
lengua se deslizo dentro de mi boca, un gemido bajo salió de mi garganta y
sus manos acercaron aún más mi cabeza. Pronto mis manos
hicieron su camino detrás de su cuello y se enredaron en su cabello. Parecía
como que me estaba cayendo,
pero no me importaba.
Me aferré a
él y dejé que mi lengua
explorara. En el
momento en que
mi lengua tocó
la suya, gruñó, liberándome y sentándose hacia atrás,
poniendo distancia entre nosotros. Me preocupé por si había hecho algo mal, me
congelé, mirando, insegura de qué decir.
Se frotó la
cara con sus
manos y me
dio la sonrisa
torcida que amaba.
—Lo siento, pero,
guau yo, uh, no estaba… quiero decir, sabia que seria bueno, pero, guau,Lali ,
tu sabor es increíble.
Mantuve mis ojos
bajos, aún sin
estar segura de
lo que había pasado.
Podría haberlo besado
durante todo el
día.
El guau me
llevó a pensar que
le había gustado tanto como a mí,
pero quería saber por qué había
parado. Como sea,
no iba a
preguntar. Estudié mis
manos un momento. Su
dedo se deslizó
por debajo de
mi mentón y
dejé que me levantará la cara para encontrar sus ojos.
—¿Qué estas pensando?
Sacudí mi cabeza. No
iba a contestar.
—Sabes por que he parado. ¿Verdad?
Quería parecer madura
y decir sí,
pero tampoco quería
mentir, así que a regañadientes
sacudí mi cabeza.
—No.
Suspiró y sonrió
hacia mí.
—Ahora, quiero saber
lo que estas pensando. —Se
giró en su
asiento para enfrentarme
completamente—.Lali, ese fue
el beso más
increíble que he
experimentado en mi
vida. Nunca me había perdido completamente en un beso, antes. Me hizo
querer cosas que no
estoy apunto de conseguir. Eres
perfecta. Pero no
tengo la fuerza para besarte
durante mucho tiempo y mantener mis manos lejos de ti.
Dejé que su
explicación me penetrara
y asentí. Centré
mi atención en la pantalla y
gruñó. De repente, sus manos se deslizaron por mi pelo y giró mi
cara hacia él. Su sonrisa
se convirtió en una mirada
ardiente delante de mis
ojos y otra
vez tocó mis
labios con los suyos. Abrí pronto esta
vez y estaba
dentro de mi
boca, haciendo que mi corazón
corriera y mis manos temblaran. Deslicé mis manos por su pelo
y una vez más me
permití tocar su lengua. Esta vez cuando dejó salir un gruñido, me apretó
más cerca, y
escuché un gemido
que me di
cuenta salió de
mí. Me acomodé tanto
como la silla
me dejó y me presioné
cerca. Quería estar incluso
más cerca. Rompió
el beso otra
vez. Pero antes
de que pudiera llorar la pérdida, me llevó
hasta su regazo. Se apoderó de mi
boca y dejó que sus manos recorrieran mis brazos mientras me besaba. La
respiración de Peter era rápida
y superficial, y me derretí.
Recorrí su pecho
con mis manos y su cuerpo se
estremeció bajo mi toque. Gimió y su beso se volvió más frenético.
Se volvió más
difícil respirar y mi corazón
martilleaba salvajemente en mi pecho. Me presioné contra él y otro
gruñido salió de su pecho mientras me
echaba hacia atrás.
Estábamos sentados mirándonos el uno al otro, jadeando por aire.
No necesitaba una explicación esta vez. Al final, me sentó de nuevo en el
asiento y tomó una profunda respiración.
—Podía ser conveniente
que no te
tocara hoy otra
vez. No soy suficientemente fuerte para parar otra
vez. Al menos no por las próximas veinticuatro horas.
—Vale —contesté y sonreí.
Me volví hacia la gran pantalla.
Saber que disfrutaba
tanto besándome, tanto
como yo disfruté
besándolo, hizo que mi corazón se llenará un poco más.
En algún
punto, finalmente alcanzamos
lo que nos
habíamos perdido de película. Peter se las arregló para comerse todas
sus palomitas, una bolsa de
M&M y algunos
nachos con queso.
Solo hice la
mitad del camino en mis palomitas
y comí unos cuantos de sus nachos con
queso, los cuales me dio. Bueno, no tuvo que esforzarse mucho. En el minuto que
levantó uno hacia mi boca, lo tomé. Salimos
del cine tan
fácilmente como habíamos
entrado. Peter se deslizó de
nuevo en su disfraz.
—¿Qué hay de caminar en la playa?
Me gustaba la idea, especialmente en éste momento del día.
—Suena bien, pero no vayamos a una playa pública.
Apuntó hacia su gorra y gafas de sol.
—Voy disfrazado y nadie va a mirar tan cerca para darse
cuenta de que soy yo.
Pensé en Amanda
y sus amigas.
Si descubrían a Peter, las
cosas podrían salirse de las manos,
rápido.
—Conozco a gente
en la playa pública. Recuerda, vivo aquí. Voy al
colegio con esos chicos. Y si alguno de ellos viene para hablar conmigo, se
darán cuenta.
Peter no dijo nada, pero el ceño se le frunció en sus rasgos
perfectos.
—¿Qué dije? —Pregunté, cuando no contestó.
Miró hacia mí como si no quisiera contestar mi pregunta.
—Supongo que olvidé
que tienes una vida
aparte de mi casa y
yo. Me gusta
tenerte toda para mí,
sé que es
egoísta, pero el
hecho de que
vayas a volver
al colegio a vivir la vida normal de una adolescente, con fiestas y
partidos de futbol y bailes, me pone celoso como el infierno.
Dejé salir una
risa sorprendida.
—Mi vida es
mucho más fácil
de aceptar que la tuya. Vas a estrenos de películas, estás en las
portadas de las revistas y el canal de Entretenimiento11 sigue todo lo que
haces. Tengo que vivir contigo
volviendo al otro mundo.
Cuando estás en el
escenario, perteneces a todos los demás.
No respondió por lo que parecía por siempre. Nos detuvimos
en una parte aislada de la playa y apagó el motor.
—Sé que
estar conmigo no
es fácil. Pero quiero
que entiendas que nadie me tiene, o incluso me ha tenido,
excepto tú.
Tragué, con la
emoción construyéndose dentro
de mí. Asentí. Insegura de que mi voz no fuera a
funcionar. Deslizó un rizo detrás de mi oreja.
—Nunca había conocido
a nadie que hubiera
pasado a la
estrella y encontrara
mi verdadero yo.
Pero incluso si no hubieses encontrado al Peter que el mundo no conoce.
Querría ser tuyo.
Cuando me sonreíste
por primera vez,
estuve perdido. Simplemente tuve
suerte con el resto de ti.
Quería inclinarme sobre él pero no lo hice.
—Vamos, vamos a pasear antes de que empiece a besarte otra
vez y me fuerce a usar poderes sobre humanos para detenerme.
Me reí y
salimos de la Hummer. Cuando
caminamos hacia la
orilla del agua, Peter cogió mí mano. La brisa de la noche y el sonido
de las olas eran calmantes. Era fácil olvidar la realidad fuera de aquí.
—Cuando llegué a casa anoche, quería llamarte en el momento
y me di cuenta de que no podía. Resultó difícil ir a dormir sin oír tu voz y
saber que estabas bien —admitió Peter.
—Siento que no
pudieras llamarme, pero me hace feliz saber que me echaste de menos.
Se rió. —No
solo te eché
de menos. Estaba
obsesionado por lo que
estarías haciendo y
si estabas bien
y con quien
estabas hablando. Me di
cuenta de que tendré momentos difíciles cuando el verano se termine.
Paró y me giré hacia él.
—Tengo un evento
para la caridad
en el que
tengo que estar
la semana que viene. Van a subastar
algunas cosas mías
y tengo que estar allí. Quiero que vengas conmigo.
Mi corazón martilleó en mi pecho. Entrar en su mundo era algo
que nunca esperé hacer.
—No lo sé. Tengo que trabajar y mi mamá.
—Por favor, por mí. No me hagas irme otra vez sin ti.
Me aparté
de sus ojos
suplicantes. Me harían
prometerle cualquier cosa.
—Peter no encajaré
en tu mundo.
No tengo ninguna
ropa que usar para
algo como eso,
y no tengo
ni idea de
qué decirle a
la gente o cómo
actuar y las cámaras me harán un manojo de nervios.
Se paró detrás
de mí, me presionó contra él y
descanso su mentón sobre mi cabeza.
—Serás vestida por mí estilista personal y no tendrás que
hablar con nadie
aparte de mí.
Sí, las cámaras
irán, pero todo
lo que tienes que
hacer es sonreír.
Nunca te dejaré
sola, excepto cuando
tenga que cantar y
entonces puedes esperarme
en la parte
de atrás del escenario.
Quería hacerlo feliz. Quería conocer cada parte de su vida,
pero me aterrorizaba.
—No lo sé —susurré.
Nos paramos allí mucho tiempo sin decir nada. Al final, me
giró para enfrentarlo.
—Por favor, necesito mi aire.
Mi voluntad se desmoronó y asentí.
—Vale. Hablaré con mi madre.
Su rostro
serio se rompió
en una sonrisa
y me besó de
nuevo. Me sujetó la
espalda y eso
hizo que quisiera
presionarme más cerca.
Me apartó antes de que pudiera hacerlo.
—Sabes tan bien —susurró.
Recorrió sus dedos por mi pelo y rizó un mechón entre sus
dedos—. Amo tu cabello —dijo
suavemente y continuó jugando con
el. Mi cara ardió con un calor increíble.
—Demasiado tarde. Ya
he visto tu sonrojo. Para de intentar ocultarlo de mí. Creo que es adorable.
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:3
AL FIN EL BESO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
hoy ya no tocaba capitulo pero queria darles el beso ya que es lo que todos esperabamos :D
aw más tiernos encima Vinierno los besos me encanto Gracias por el cap! Besos Naara
ResponderEliminarHola!!! soy nueva lectora, empece ante ayer y ya me lei todas las novelas del blog, ME ENCANTAN!!!! gracias por subirlas, me encantaron los besos ¿no se pueden resistir mucho a rockanrollear (no se muy bien como se escribe)? es increible la quimica
ResponderEliminarBesos <3
son mas lindos me encanta
ResponderEliminarte espero tengo nove laliter http://amorporcasiangeless.blogspot.mx/
besos!