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jueves, 16 de enero de 2014

Capitulo: 14




Gruñí  frustrada  por  mi  propia  estupidez.  Ya encontraría  la  forma  de  superar  esto.  Abotoné  mi  camisa  y  tomé  otro respiro tranquilizador, sólo en caso de que Peter aún se encontrara sentado en la cocina. 

Cuando  abrí  la  puerta  de  la  lavandería  y  salí,  Peter bloqueó  mi camino. Debí haber esperado que me siguiera. Peter Lanzani no era rechazado por  una  chica.  Esto  no  era  algo  que  supiera  manejar.  Suspiré,  sabiendo que  no  podría  pasar  sin  que  me  lo  permitiera,  así  que  me  aparté  para poner algo de distancia entre nosotros.
—Lali,  por  favor,  habla  conmigo.  —Buscó  mi  mano,  pero inmediatamente la quité y metí ambas en los bolsillos—.Lali, por favor.
 Odiaba  al  pequeño  niño  inseguro  que  veía  en  sus  ojos  y  odiaba  el hecho de que me afectara.
Demonios. 
—No  hay  nada  de  que  hablar,  Peter.  Trabajo  aquí,  somos  amigos, supongo, y tú has pasado demasiado tiempo conmigo. Tu novia está aquí. No hay problema. Ahora, si puedes apartarte.
Tomó  mis  brazos  y  suavemente,  pero  con  firmeza,  me  empujó  de vuelta a la lavandería y cerró la puerta a sus espaldas.
 —¿Qué estas haciendo? —pregunté cuando me di cuenta de que nos había encerrado.
 —Necesitamos  aclarar  algunas  cosas  y no puedo dejar  que  vayas a trabajar hasta que sepa que las entiendes.
 Odiaba  la  manera  en  que  actuaba  como  si  necesitara  algún recordatorio de la realidad. Me tensé y giré mi vista hacia la ventana.
—¿Recuerdas cuando te dije que tenía que hacerme fotos con todas las chicas adolescentes y estrellas que estén cerca para hacer publicidad? —No me  giré  ni respondí a sus palabras. Suspiró—.  Sé que lo recuerdas. De  todas  maneras,  a  mí  y  a  Star  nos  lanzaron  juntos  cuando  teníamos quince  años.  Ella  es  versión  en  chica  para  el  mundo  adolescente,  y  a  la gente le  gusta  soñar con  romances entre nosotros. Ya que  los dos hemos pasado  nuestros  años  adolescentes  frente  a  la  cámara,  nos  hemos convertido en amigos.
Las  nauseas  se  revolvieron  dentro  de  mí.  No  necesitaba  un recordatorio de que Star sería muchísimo mejor como pareja para él.
—Pero  amigos  es  lo  único  que  siempre  hemos  sido.  No  voy  a mentirte,  al  principio  sí  intentamos  tener  una  relación.  Parecía  natura para  nosotros,  pero  fallamos  miserablemente.  Fuimos  capaces  de terminarlo y mantenernos como amigos. No sabía que iba a venir ayer. Y durante años ha estado enamorada de un chico de su ciudad natal. Han luchado  por  hacer  que  las  cosas  funcionen,  pero  con  su  estilo  de  vida, nunca  tienen  bastante  tiempo  para  estar  juntos.  Acaba  de  enterarse  de que él va a casarse la semana que viene. Dejó a una chica embarazada y Star  está  destrozada  por  todo  este  asunto.  Así  que  vino  aquí  a  verme. Necesitaba a un amigo.
Dejó  de  hablar,  y sabía que tenía  que  girarme y responder. Sólo  es que no estaba muy segura de cómo, sin actuar como la desesperada idiota enamorada  en  la  que  me  había  convertido.  Tomé  aire  profundamente  y exhalé, esperando calmar mis emociones, y entonces me di la vuelta.
—No tenías que explicarme nada. Desde el principio supe que vivías en un mundo del que no sé nada, y del que nunca sabré. Aún cuando ella era  tu novia,  lo  único  de  lo  que  deberías  sentirte  culpable  es  de  besar  a alguien  más.  No  me debes ninguna explicación. Simplemente soy  alguien con quien pasaste algún tiempo durante un par de semanas en verano. —Forcé  una  sonrisa  y  asentí  mi  cabeza  hacia  la  puerta—.  Ahora  que  ya hemos aclarado todo, tengo que ir a trabajar.
Caminé  hasta  la  salida  y  la  mano  de  Peter voló  y  agarró  mi  brazo. Cerré los ojos y esperé a que hablara.
—¿Crees que sólo eres alguien con quién pasé un tiempo?
Tragué  el  bulto  de  mi  garganta.  Me  miraba  con  incredulidad,  y  no estaba segura de qué decir. Le regresé la mirada. Parecía molesto y dolido. Odiaba saber que lo había lastimado.
 —¿Entonces, qué soy Peter? —me escuché murmurar—. ¿Cómo puedo alguna vez ser más que eso?
Me atrajo hacia él. 
—Has sido más que eso desde la noche que te llevé a casa. ¿Quieres saber  qué  eres?  —Tomó mi mano y la  colocó  sobre  su  corazón—. Eres la dueña de esto.
 Mis ojos se llenaron de lágrimas.  —No quiero amarte —logré decir a pesar del grosor en mi garganta.
 —Dios, espero que sí lo hagas, porque te pertenezco completamente —susurró, y luego se inclinó y me besó con tanta emoción que las lágrimas escaparon y se deslizaron por mi rostro.
Sostuvo mi cara al besarme, hasta que  mis  rodillas  se  debilitaron  y  me  sostuve  en  sus  brazos  para  evitar caerme.  Cuando  rompió  el  beso,  no  me  soltó,  por  suerte,  ya  que,  sin  su soporte, no tendría la fuerza para mantenerme en pie.
-Debí haber venido y decírtelo, pero seguía llorando y llorando por todo lo que había pasado. Necesitaba que la escucharan y yo lo hice. Sabía que lo había arruinado cuando vine a buscarte anoche y ya te habías ido. Prométeme  que  nunca  te  irás  sola  a  tu  casa  de  nuevo.  Me  quedé  en  la entrada de tu  casa  después de cerciorarme de que  tu bici  estuviera allí y miré las ventanas durante un rato, preguntándome cuál sería la tuya. Si lo hubiese sabido, entonces te hubiese buscado, pero no quise despertar a tu madre. —Colocó un rizo detrás de mi oreja y temblé ante su tacto—. Estoy intentando  obligar  a  mi  cuerpo  a  que  te  deje  ir  antes  que  la  Sra.  Mary venga  a  buscarte,  pero  vas  y  tiemblas  cuando  te  toco  y  debilitas  mi decisión de soltarte.
 Descansé mi cabeza sobre su pecho y sonreí. Me amaba. Sabía que, inevitablemente,  mi  corazón  dolería  cuando  se  fuera,  pero  sabía  que  me amaba.
***
 Después del trabajo, esperé a Peter en el cenador. Le había prometido a Amanda que iría a la fiesta con ella esta noche. Me envió un mensaje a través  de  Gas con  la  hora  y  el  lugar  donde  nos  encontraríamos.  Lo había  olvidado  hasta  que  me  lo  recordó.  Necesitaba  hablar  con  Peer al respecto,  porque  si  él  quería  hacer  algo  conmigo, tenía  que  cancelar  mis planes anteriores. Ojalá  no  hubiera  aceptado  la  invitación  de  Amanda,  pero  parecía muy emocionada por presentarme a la gente.
—¿Por qué frunces el ceño, preciosa? —Peter entró en el cenador y se sentó a mi lado.
—No me di cuenta que lo fruncía. Solo estoy pensando.
—¿En qué?
Suspiré. 
—Me invitaron a una fiesta en la casa de un chico, de la escuela. La hermana  menor  de  Gas,  Amanda,  está  en  mi  curso  y  ella  me  invitó para que  la  acompañara.  Le  dije  que  sí,  pero  eso  fue  ayer cuando  me fui temprano por lo de Star.
Se inclinó hacia atrás y colocó su brazo a mi alrededor.
 —Bueno, ¿Estarías en contra de ir a la fiesta con una cita?
 Me enderecé.
 —¿Una cita?
Sonrió.  —Sí, a menos que te avergüence que te vean conmigo en público.
No estaba segura de a qué se refería. Obviamente, no podía significar que iría como él mismo
—. ¿Dices que quieres ir a la fiesta?
Asintió.  —Sí, creo que sí.
 Fruncí el ceño y decidí comentar lo obvio.  —Eres  consiente  que  esas  personas  van  a  abalanzarse  sobre  ti, ¿Verdad?
Encogió los hombros.
 —Al  principio,  probablemente,  pero  me  imagino  que  superaran  la sorpresa inicial y nos dejaran solos.
 —Puedo cancelarlo.
Sacudió la cabeza, se levantó, y se giró para verme. 
—Voy por una razón egoísta. Quiero que sepan que eres mía.
—De  acuerdo,  pero, ¿Qué sentido tiene, aparte de ser la envidia de todas las chicas de la ciudad?
Sonrió.  —Le haré saber a la población masculina que no estás disponible y que se mantengan alejados.
 Me reí.
 —De acuerdo entonces, “Señor Importante Estrella de Rock,” vamos a  esa  fiesta  para  que  puedas  intimidar  a  todos  los  chicos  que  se encuentren a ochentas kilómetros a la redonda. 
* * *
 Nos detuvimos en mi casa y corrí adentro para cambiarme de ropa. Aparentemente, la vestimenta requerida eran  trajes de baño. Me puse  un pareo negro transparente sobre el bikini, un par de sandalias altas negras en los pies y me dejé el cabello suelto con sus salvajes rulos naturales. Por  primera  vez  en  mi  vida,  podía  ser  acusada  de  vanidosa,  y  lo sabía,  pero  esta  noche  quería  verme  digna  de  Pter.  Me  coloqué  algo  de pintalabios rojo, rímel, entonces di un paso atrás y aprecié mi trabajo. Mi reflejo  me  sorprendió.  El  rímel  negro  en  verdad  hacía  que  mis  pestañas resaltaran. Fui a la sala de estar para despedirme de Jessica. Apartó la mirada del reality de la televisión y me miró de arriba a abajo, y sonrió de oreja a oreja.
 —Puedes  agradecérmelo  por  esos  buenos  genes  que  decidiste  lucir esta noche 
Rode los ojos.  —Llegaré tarde.
Me despidió con la mano.
  —Ten cuidado y todo eso.
 Suspiré y me dirigí hacia la puerta. Ni siquiera me había preguntado para  quién  me  había  vestido  así.  La  mayoría  de  las  chicas  de  mi  edad desearían que sus madres las dejaran en paz y yo sólo deseaba que la mía se interesara. Tomé mi bolso y salí a encontrarme con Peter y su Hummer. Lo había dejado afuera por miedo a que Jessica estuviera rondando la casa en ropa interior. Salió del Hummer y su mirada me recorrió. Me alegraba haberme puesto  las  sandalias  altas,  porque  sabía  que  ayudaban  a  que  mis  largas piernas se vieran menos flacuchas.
Dejó salir un silbido bajo. 
—Guau, estás increíble.
Me sonrojé y le di una sonrisa. 
—Gracias —respondí.
Frunció el ceño. 
—Ahora, ¿Podrías volver a entrar y arreglarte un poco menos sexy?
—¿Qué?
Suspiró.  —Estabas preocupada de que llamara demasiado la atención y vas y dejas salir todas tus armas letales.  —Sus ojos examinaron mis piernas de nuevo—. Maldita sea, Lali, me va a costar mucho controlarme esta noche y juro que si veo a un chico comiéndote con los ojos, tendrá el privilegio de decirle al mundo que su culo fue pateado por Peter Lanzani.
 Me reí y rodé los ojos.  —Eres un poco tendencioso.
 Levantó las cejas. —¿Hay espejos en tu apartamento?
Asentí. —¿Usaste alguno, o lograste convertirte en la fantasía de todo chico sin ninguna ayuda visual?
 Caminé a su lado.  —Estás exagerando, vámonos de una vez .
Sus brazos se deslizaron alrededor de mi cintura y me atrajo contra su pecho. Escondió su rostro en mi cuello y gruñó. 
—Hueles a gloria.
 Sonreí y me incliné hacia él.
 —Gracias.
 Besó  mi  cuello  y  lamió  mi  oreja.  Mis  rodillas  se  debilitaron  y  mi cuerpo se llenó de escalofríos.
 —Peter—susurré—,  si  continúas  haciendo  eso,  vas  a  tener  que cargarme hasta la Hummer. No soy tan fuerte.
 Rió  contra  mi  cuello,  abrió  la  puerta  y  me  sentó  en  mi  asiento.  Me regaló una última sonrisa,  la cual envió más  escalofríos y a continuación cerró la puerta. Nunca antes me había sentido verdaderamente sexy, pero esta noche lo hacía. Y sabía que era por él. Así que quizá pueda ser creíble que estemos juntos. Pero en verdad lo dudaba. Condujo  por  el  camino  de  entrada,  e  inmediatamente  reconocí  a Amanda buscándome a mí y a mi bici. Me giré hacia Peter.  —Cuando Amanda me vea salir de éste vehículo contigo, le va a dar un ataque. Así que prepárate.
Se rió.  —Actúas como si no estuviera acostumbrado a ser tratado como una celebridad. —Apretó mi mano—. No pasa nada. Deja de preocuparte. Esto es  normal  para  mí.  Normalmente  no  vivo  escondiéndome  como  lo  hago aquí. Sé como manejarlo. Tomé aire profundamente y exhalé. 
—Vamos.
Peter colocó su mano sobre mi pierna.
 —Voy a hacerlo publico, así que quédate tranquila.
 Sostuvo  mi  mano  mientras  caminábamos  hacia  Amanda,  quien  se quedó petrificada en el sitio con la boca abierta.
—Hola, yo, um, traje un invitado. Espero que no haya problema.
Sonaba  estúpido,  pero  no  sabía  qué  más  decir.  Cubrió  su  boca abierta de par en par con una mano temblorosa.
—Sí,  no  hay  problema  —dijo  detrás  de  su  mano,  mirando  a  Peter incrédula y sonreí, porque entendía completamente su incredulidad. —Amanda,  este  es  Peter, Peter,  esta  es  Amanda,  una  amiga  de  la  Escuela
Peter tendió su mano y le lanzó su sonrisa letal, temía que ella fuera a desmayarse. Sacudió su mano y lo miró sorprendida, pero parecía no ser capaz de decir ni una palabra.
—Me alegro de conocerte, Amanda. —Amanda lloriqueó.
Finalmente Peter rompió el saludo y dio un paso atrás. Amanda logró componerse.
 —De  acuerdo,  genial,  um,  venid  por  aquí.  Dylan  va  a  querer,  um, conocerte.
Me  giré  hacia  Peter y  me  sonrió  para  tranquilizarme.  Seguimos  a Amanda,  que  seguía  echándonos  miraditas  cada  poco  segundos  para asegurarse  de  que  no  nos  hubiéramos  desvanecido.  La  casa  parecía bonita, pero nada comparado con la que vivía Peter. De dos pisos, una casa estilo  de  playa  amarilla,  la  gente  ocupaba  cada  puerta  y  unas  cuantas ventanas. Pasamos por la casa hacia donde estaba la música en vivo. En el centro del patio trasero había un largo escenario. La gente estaba bailando en frente del escenario y por todo el puente que conectaba la casa con la arena blanca de la playa. Seguimos  a  Amanda  unos cuantos  pasos  hasta  llegar  al área  de  la fiesta. Una fogata ardía en la playa y más gente estaba ahí fuera. Comencé a  notar  que  la gente  nos miraba,  tratando  de decidir  si este  era  o no,  de hecho,  Peter Lanzani.  Amanda  nos  llevó  hasta  un  grupo  de  chicos  sentados alrededor  de  un  jacuzzi,  bebiendo  con  unas  chicas  en  bikinis  diminutos. Se aclaró la garganta, y un tipo alto y flaco con la cabeza rapada se volvió hacia ella.
—Dylan, esta es mi amiga, Lali, de la que te hablé.
Me miró y me lanzó una pequeña sonrisa. 
—Amanda  dijo  que  estabas  en  la  escuela  el  año  pasado.  ¿Cómo  es que te desperdicié? —preguntó, su sonrisa se convirtió en una arrogante.
Antes  de  que  pudiera  pensar  en  algo  que  decir,  Amanda  aclaró  su garganta de nuevo, y dijo: —Y él es su cita esta noche, Peter Lanzani.
Dylan  pasó  de  mirarme  lascivamente  a  mirar  a  Peter,  que  pasó  su brazo alrededor de mi cintura. Peter actuaba calmado y cómodo, casi como si conociera a todos aquí y no estuviera a punto de ser atacado por locos admiradores.
-Peter Lanzani. —Dylan se puso en pie y se quedó mirando incrédulo. De  nuevo,  Peter,  siempre  tan  amable,  le  tendió  la  mano—.  Siento  haber invadido tu fiesta.
  Sacudiendo la cabeza, Dylan se recuperó un poco y tomó la mano de Peter. 
—¡De ninguna manera! Diablos, no estás invadiendo mi fiesta.Eres Peter Lanzani.  No  necesitas  una  invitación  en  ningún  lado,  hermano. Especialmente aquí.
Las  chicas  en  el  jacuzzi  se  recuperaron  de  su  conmoción  inicial  y salieron del agua para venir donde estábamos.
—¡Oh  dios  mío!  ¡Soy  una  gran  admiradora  tuya!  Me  llamo  Gabby Montess. Tengo tu nuevo CD en mi auto, ¿Me lo podrías firmar por favor?
Peter sonrió amablemente y asintió. 
—Estaría encantado, Gabby.
Gabby  tomó  la  mano de  su,  todavía, muda amiga  y  gritaron juntas mientras corrían por el CD y un bolígrafo. Otros, dándose cuenta de lo que estaba  pasando,  nos  tenían  rodeados  en  segundos.  Chicas,  gritando  el nombre de Peter, agitaban papeles y bolígrafos hacia él, así como camisetas y  zapatos  y  bolsos  e  incluso  un  par  de  bragas.  Peter estuvo  forzado  a soltarme para firmar autógrafos, así que decidí echarme a un lado. Di un paso hacia atrás y una chica de pie detrás de mí me empujó a un lado. Me hundí más atrás de la multitud, siendo codeada y forcé mi camino hacia la libertad. 
En  cuanto  alguien  perdió  el  control,  esto  se  convirtió  en  un frenesí. La  banda  dejó de  tocar. Oí  gritos  y proclamaciones  de la  multitud, diciendo que debían estar soñando. Las chicas se empujaban y gritaban su nombre. Los  chicos  incluso  se peleaban  para  acercarse  más  a  él.  Escuché a un  chico  diciendo  que  había  escrito  una  canción  que  quería  que  Peter escuchara.  Esto  era  una  locura y  yo  había  dejado  que  él caminara hacia ella.
Suspiré y me di la vuelta cuando escuché a una chica  preguntarle a alguien que estaba a su lado: —Me pregunto si me firmaría un autógrafo en el estómago.
 Me di cuenta de lo mucho que otras chicas se lanzaran sobre él. Yo lo  tenía  para  mí  y  era  fácil  pensar  que  éramos  normales,  pero  él  nunca sería  corriente.  Él  siempre  sería  alguien  a  quien  yo  no  podría  mantener
. Miré  fijamente  hacia  el  agua  y  decidí  escapar  hacia  la  serenidad  de  la ahora desierta playa.
—¡Disculpad!  ¡Disculpad!  ¡Escuchad  todos,  por  favor!  —La  voz  de Dylan McCovey vino de los altavoces. Me di la vuelta para verlo de pie en el escenario.  Se  veía  bastante  complacido  consigo  mismo—.  Me  doy  cuenta de  que  tenemos  a  un  invitado  muy  especial  esta  noche,  pero  si  queréis quedaros  en  esta  fiesta,  tendré  que  pediros  que  os  comportéis  como  si  fuera uno de nosotros y le deis a Peter algo de espacio. Si no podéis hacer esto, os tendré que acompañar fuera de la propiedad.
Miré  hacia  la  multitud  de  alrededor  de  Peter y  muchas  chicas protestaron  y  se  quejaron  después  del  discurso  de  Dylan,  pero  lo escucharon. Incluso a través de la estrecha multitud, no pude ver a Peter y pensé  que  aún  tendría  que  lidiar  con  varios  admiradores  antes  de arreglárselas para quedar libre. Me giré hacia la orilla y me pregunté si él sería capaz de encontrarme si me iba hacia la playa.
Unas manos se deslizaron alrededor de mi cintura. 
—No me digas que ibas a dejarme con la multitud y te ibas a ir sola —susurró Peter en mi oído. Me apoyé sobre él y disfruté de la comodidad de sus  brazos.  Odiaba  lo  perdida  que  había  estado  cuando  había  sido  de todos, menos mío—. Dylan no es un mal anfitrión. Sólo le hice saber que quería libertad esta noche para estar contigo y se hizo cargo.
Sonreí. —Bueno,  estás  haciendo  de  su  fiesta  el  evento  más  extraordinario que esta ciudad jamás ha visto.
 Peter  besó mi cabeza.  —¿Estás bien? —preguntó en voz baja.
 Asentí.  —Estoy bien.
 Aflojó su agarre y se acercó a mi lado, todavía sosteniéndome contra su lado. 
—¿Quieres que nos escapemos por ahí, solos tú y yo, o quieres estar en esta fiesta a la que vinimos? Sólo para que lo sepas, estaré de acuerdo en lo que decidas.
Quería  escapar  y  mantener  a  Peter sólo  para  mí.  Pero  también  vine esta  noche  porque  Amanda  me  invitó  y  quería  estar  con  ella  un  rato  y conocer a las otras personas. La multitud pronto volvió a la fiesta. Muchos seguían  mirando  a  Peter.  No  los  podía  culpar.  Yo  quería  quedarme mirándolo.
—Creo  que  debería  buscar  a  Amanda  y  mezclarme  —dije  de  mala gana.  Peter me  tomó  de  las  manos  y  me  acercó—.    Cuando  esto  termine, podemos estar algún rato a solas. 
Me sonrió maliciosamente.  —Pasar el rato a solas contigo es mi pasatiempo favorito.
 Me sonrojé y me di la vuelta hacia el corazón de la fiesta. A medida que  pasábamos  entre  la  gente,  iban  presentándose  a  sí  mismos,  y  Peter nunca dejó de ser agradable y educado. Estrechaba sus manos y algunos valientes invitados le pedían que autografiara sus cosas. Amanda vino a mi lado. 
—Oye, siento lo de antes. Espero que Dylan lo haya hecho todo más fácil.
—Sí, lo hizo. Ya  lo esperábamos,  o algo similar, así que no  fue  una gran sorpresa.
 Amanda sonrió. 
—Bueno, él es el ídolo adolescente más sexy de América. 
Peter le sonrió y pareció como si ella fuera a desmayarse, así que le di un  codazo  en  las  costillas.  Necesitaba  esforzarse  en  no  abrumar  a  las chicas con su sonrisa. Amanda se controló a sí misma.
—Vale, pues entonces quiero presentarte  a algunos  amigos. Pero  —dijo ella—, probablemente estén más interesados en conocer a tu cita.
 —No hay problema, ya lo se.
Nos  llevó  hacia  un  grupo  de  chicas  que  me  resultaban  familiares. Recordaba a unas de ellas de la escuela. 
—Oigan,  chicas,  quiero  presentaros  a   Lali.  Estuvo  en  la  escuela durante  las  últimas  semanas.  También  vendrá  en  el  último  curso.  Lali, esta es Jessie… —Una pequeña rubia con cabello corto—, Mary  Ann… —Una  pequeña  pelirroja,  con  cabello  ondulado  y  una  sorprendente  piel bronceada—, y Peyton. —Una morena alta.
Todas las chicas me sonrieron, pero sus ojos se desviaron hacia Peter.
—Te recuerdo de español —dijo Peyton, mirando de mí hacia Peter. Cuando  miré  hacia  él,  la  atención  de  Peter parecía  estar  enfocada exclusivamente en mí. Me sonrió tranquilizadoramente.
—Entonces, ¿Cómo os conocisteis? —preguntó Mary Ann, y los tres pares de  ojos  se  centraron  en  Peter.
 Sólo  Amanda parecía  acordarse  de  mi presencia.
Peter apretó mi mano.
 —La  conocí  a  través  de  un  amigo  en  común.  Después  caí  bajo  sus encantos y, al parecer, no tengo suficiente.
 Me  sonrojé,  y  las  cuatro  chicas  tuvieron  pintadas  unas  cursis sonrisas en sus rostros y una de ellas incluso suspiró.
 —Guau,  no  puedo  creerme  que  la  novia  de Peter Lanzani viva  en  Sea Breeze.
Comencé a corregirla. Yo no era la novia de Peter y él se iría pronto.
—Bueno…
—Ella  se  preocupa  por  mi  privacidad.  Pero,  me  gusta  el  hecho  de que quiera tenerme todo para ella. 
Su mano apretó la mía y contuve una carcajada. Amanda suspiró. 
—¿Mi hermano sabe algo de Peter?
Miré a Peter y asintió.  —Sí, lo sabe.
 Amanda sacudió su cabeza.
—Lo  juro,  él  sabe  algo  como  esto  y  ni  siquiera  piensa  en  que  es lo suficientemente importante como para compartirlo conmigo.
 —No  seas  dura  con  él.  Le  pedí  que  no  se  lo  contara  a  nadie  —le aseguré.
Amanda no se tranquilizó, pero se encogió de hombros.  —Bueno, no creo que me olvide de cómo me he quedado cuando te he  visto  salir  de  su  auto  sosteniendo  su  mano,  juro  que  creí que  estaba alucinando.
 Me reí y Peter se rió a mi lado.
 —Voy a presentarles a otras personas —dijo Amanda a sus amigas—. Y seguro que tienen hambre. Os veo luego, chicas.
 Durante la siguiente hora, nos presentó a tantas personas que sabía que no podría recordarlos a todos.  Pero, sin duda, ellos me recordarían a mí.  De  alguna manera yo  me  aparecía  famosa  a sus ojos.  Se  me  ocurrió que no quería ser el centro de atención. Me preocupaba que no fuera capaz de lidiar con la manera en que esto cambiaba mi vida. Nos sentamos cerca de la fogata y escuchamos a los chicos hablar sobre la próxima temporada de  fútbol.  Todos  parecían  muy  emocionados  y  listos  para  que  iniciara. Trataban  de  impresionar  a  Peter con  sus  historias  e  incluso  un  par  le preguntaron  a Peter sobre su  gira  y  su habilidad para tocar  la  guitarra  de oído. Él respondió a sus preguntas como si se las supiera desde siempre. Su  habilidad  para  actuar  tan  cómodamente  en  cualquier  situación  me asombraba.  Hicimos  una  pequeña  multitud  cuando  otros  comenzaron  a notar que él estaba respondiendo preguntas y conversando. Esta multitud no  parecía  tan  alocada  como  la  de  antes,  sólo  curiosa.  Me  comí  una salchicha que Peter asó para mí mientras hablaba. La había hecho mientras respondía preguntas sobre Star. Todos los chicos parecían tener preguntas sobre la princesa del pop. Cuando terminamos de comer, se puso de pie y me tomó de la mano.
—Si nos disculpáis, quiero bailar con Lali.
Sus  rostros  brillaron  con  decepción  y  creo  que  incluso  escuché  a alguien suspirar. Caminamos  lo  bastante  cerca  para  escuchar  la  música.  Se  agachó, me quitó los tacones y los colocó al lado de sus zapatos. Me sacó de la luz y me puso a la luz de la luna en la playa. Le asintió al pinchadiscos. Que se  había  colocado  en  lugar  de  la  banda,  y  luego  me  asintió  a  mí.  La canción  comenzó  e  inmediatamente  reconocí  la  voz  que  venía  de  los altavoces.  Peter me  sujetó  más  cerca  mientras  su  suave  voz  de  terciopelo cantaba suavemente las palabras de su canción.
—Déjame sujetarte cerca sólo por esta noche. Cuando no estás en mis brazos,  nada  parece  estar  bien.  Sólo  ver  tu  sonrisa  ilumina  mis  noches oscuras. Así que, nena, por favor baila conmigo bajo la luz de la luna.
Peter se echó hacia atrás e inclinó mi rostro hacia el suyo.
—Tu  roce  es  mi  única  adicción.  Tus  latidos  me  quitan  el  aliento. Romperás mi corazón si no te quedas. Tus suspiros me cantan cada noche y tu risa es  mi único  sol. Abrázame y susúrrame que  me amas.  Abrázame  y dime  que  no  hay  un  mundo  sin  ti  a  mi  lado.  Abrázame,  necesito  que  me guíes. No puedo vivir sin ti. Abrázame y susúrrame que me amas. Abrázame y dime que no hay un  mundo sin ti  a  mi lado.  Abrázame, necesito que  me guíes.
La  canción  terminó,  y  yo  estaba  en  los  brazos  de  Peter ,  incapaz  de apartar mi mirada de sus ojos azules de acero oscuros con emoción.
 —Nunca había entendido esas palabras hasta esta noche. Las canté, pero  no  las  escribí.  No  quise  grabar  la  canción,  pero  perdí  la  batalla. Ahora, cuando cante esas palabras, tendré un rostro que poner detrás de ellas.  —Se  detuvo  y  trazó  una  línea  desde  mi  oreja  hasta  mi  barbilla—. Sólo  espero  ser  capaz  de  hacerle  frente  a  esas  palabras  cuando  esté  a miles de kilómetros lejos.

Tragué  el  nudo  que  tenía  en  mi  garganta.  No  quería  pensar  en  la idea de él a miles de kilómetros lejos. Apoyé mi cabeza contra su pecho y me sujetó más cerca.
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Wwwii¡¡¡ SE AREGLARON :D


cada dia somos mas¡¡¡
Bienvenida Leti :)

7 comentarios:

  1. Muchas gracias !!! Es súper atrapante la historia ! Me encanta. Besos !

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  2. Holaa me paso a contestar tus mensajitos :D jajaja amoo la novela y lo sabes y aun guardo mi esperanza de que Peter nunca se valla o que se la lleve con el y la saque de al lado de su mama -.- en serio algo asi tiene que pasar o Peter recibira su merecido jajajaja oie quiero maaas

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  3. Ya subi mas novela en http://amorencopos.blogspot.com.ar/
    y aun no subi en http://casijuegosca.blogspot.com.ar/ Pero pasa igual jajajaja la estoy adelantando por eso no subi... besos y gracias por pasar siempre

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  4. Ya esta me enamore Jaja q tierno es peterrrrrr dios yo quiero un hombre asi..... NO quiero q se separen MASSSS ALEEE .besoss
    Naty

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  5. la parte que el le explica lo de su amiga no se porque me imagine que eran lali y peter su vida su vida real la parte de intentamos tener una relación pero no funciono nos queremos Somos amigos hay fue horrible sera que estoy sensible =( la última parte sí me gusto. Perdón por mi comentario no tan lindo pobre el cap pero fue eso lo que sentí... Besos Naara

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