Gruñí frustrada
por mi propia
estupidez. Ya encontraría la
forma de superar
esto. Abotoné mi
camisa y tomé
otro respiro tranquilizador, sólo en caso de que Peter aún se encontrara
sentado en la cocina.
Cuando abrí la
puerta de la
lavandería y salí, Peter
bloqueó mi camino. Debí haber esperado
que me siguiera. Peter Lanzani no era rechazado por una
chica. Esto no
era algo que
supiera manejar. Suspiré,
sabiendo que no podría
pasar sin que
me lo permitiera,
así que me
aparté para poner algo de
distancia entre nosotros.
—Lali, por favor,
habla conmigo. —Buscó
mi mano, pero inmediatamente la quité y metí ambas en
los bolsillos—.Lali, por favor.
Odiaba al
pequeño niño inseguro
que veía en
sus ojos y
odiaba el hecho de que me
afectara.
Demonios.
—No hay nada
de que hablar,
Peter. Trabajo aquí,
somos amigos, supongo, y tú has
pasado demasiado tiempo conmigo. Tu novia está aquí. No hay problema. Ahora, si
puedes apartarte.
Tomó mis brazos
y suavemente, pero
con firmeza, me
empujó de vuelta a la lavandería
y cerró la puerta a sus espaldas.
—¿Qué estas haciendo?
—pregunté cuando me di cuenta de que nos había encerrado.
—Necesitamos aclarar
algunas cosas y no puedo dejar que
vayas a trabajar hasta que sepa que las entiendes.
Odiaba la
manera en que
actuaba como si
necesitara algún recordatorio de
la realidad. Me tensé y giré mi vista hacia la ventana.
—¿Recuerdas cuando te dije que tenía que hacerme fotos con
todas las chicas adolescentes y estrellas que estén cerca para hacer
publicidad? —No me giré ni respondí a sus palabras. Suspiró—. Sé que lo recuerdas. De todas
maneras, a mí y a
Star nos lanzaron
juntos cuando teníamos quince años.
Ella es versión
en chica para
el mundo adolescente,
y a la gente le
gusta soñar con romances entre nosotros. Ya que los dos hemos pasado nuestros
años adolescentes frente
a la cámara,
nos hemos convertido en amigos.
Las nauseas se
revolvieron dentro de
mí. No necesitaba
un recordatorio de que Star sería muchísimo mejor como pareja para él.
—Pero amigos es lo único
que siempre hemos
sido. No voy a
mentirte, al principio
sí intentamos tener
una relación. Parecía
natura para nosotros, pero
fallamos miserablemente. Fuimos
capaces de terminarlo y
mantenernos como amigos. No sabía que iba a venir ayer. Y durante años ha
estado enamorada de un chico de su ciudad natal. Han luchado por
hacer que las
cosas funcionen, pero
con su estilo
de vida, nunca tienen
bastante tiempo para
estar juntos. Acaba
de enterarse de que él va a casarse la semana que viene.
Dejó a una chica embarazada y Star
está destrozada por
todo este asunto.
Así que vino
aquí a verme. Necesitaba a un amigo.
Dejó de hablar,
y sabía que tenía que girarme y responder. Sólo es que no estaba muy segura de cómo, sin
actuar como la desesperada idiota enamorada
en la que me había
convertido. Tomé aire
profundamente y exhalé, esperando
calmar mis emociones, y entonces me di la vuelta.
—No tenías que explicarme nada. Desde el principio supe que
vivías en un mundo del que no sé nada, y del que nunca sabré. Aún cuando ella
era tu novia, lo
único de lo
que deberías sentirte
culpable es de
besar a alguien más.
No me debes ninguna explicación.
Simplemente soy alguien con quien pasaste
algún tiempo durante un par de semanas en verano. —Forcé una
sonrisa y asentí
mi cabeza hacia
la puerta—. Ahora
que ya hemos aclarado todo, tengo
que ir a trabajar.
Caminé hasta la
salida y la
mano de Peter voló
y agarró mi brazo.
Cerré los ojos y esperé a que hablara.
—¿Crees que sólo eres alguien con quién pasé un tiempo?
Tragué el bulto
de mi garganta.
Me miraba con
incredulidad, y no estaba segura de qué decir. Le regresé la
mirada. Parecía molesto y dolido. Odiaba saber que lo había lastimado.
—¿Entonces, qué soy
Peter? —me escuché murmurar—. ¿Cómo puedo alguna vez ser más que eso?
Me atrajo hacia él.
—Has sido más que eso desde la noche que te llevé a casa.
¿Quieres saber qué eres?
—Tomó mi mano y la colocó sobre
su corazón—. Eres la dueña de
esto.
Mis ojos se llenaron
de lágrimas. —No quiero amarte —logré
decir a pesar del grosor en mi garganta.
—Dios, espero que sí
lo hagas, porque te pertenezco completamente —susurró, y luego se inclinó y me
besó con tanta emoción que las lágrimas escaparon y se deslizaron por mi
rostro.
Sostuvo mi cara al besarme, hasta que mis
rodillas se debilitaron
y me sostuve
en sus brazos
para evitar caerme. Cuando
rompió el beso,
no me soltó,
por suerte, ya
que, sin su soporte, no tendría la fuerza para
mantenerme en pie.
-Debí haber venido y decírtelo, pero seguía llorando y
llorando por todo lo que había pasado. Necesitaba que la escucharan y yo lo
hice. Sabía que lo había arruinado cuando vine a buscarte anoche y ya te habías
ido. Prométeme que nunca
te irás sola
a tu casa
de nuevo. Me
quedé en la entrada de tu casa
después de cerciorarme de que tu
bici estuviera allí y miré las ventanas
durante un rato, preguntándome cuál sería la tuya. Si lo hubiese sabido,
entonces te hubiese buscado, pero no quise despertar a tu madre. —Colocó un
rizo detrás de mi oreja y temblé ante su tacto—. Estoy intentando obligar
a mi cuerpo
a que te
deje ir antes
que la Sra.
Mary venga a buscarte,
pero vas y
tiemblas cuando te
toco y debilitas
mi decisión de soltarte.
Descansé mi cabeza
sobre su pecho y sonreí. Me amaba. Sabía que, inevitablemente, mi
corazón dolería cuando
se fuera, pero
sabía que me amaba.
***
Después del trabajo,
esperé a Peter en el cenador. Le había prometido a Amanda que iría a la fiesta
con ella esta noche. Me envió un mensaje a través de Gas
con la
hora y el
lugar donde nos
encontraríamos. Lo había olvidado
hasta que me
lo recordó. Necesitaba
hablar con Peer al respecto, porque
si él quería
hacer algo conmigo, tenía que
cancelar mis planes anteriores.
Ojalá no
hubiera aceptado la
invitación de Amanda,
pero parecía muy emocionada por
presentarme a la gente.
—¿Por qué frunces el ceño, preciosa? —Peter entró en el
cenador y se sentó a mi lado.
—No me di cuenta que lo fruncía. Solo estoy pensando.
—¿En qué?
Suspiré.
—Me invitaron a una fiesta en la casa de un chico, de la
escuela. La hermana menor de Gas, Amanda,
está en mi
curso y ella
me invitó para que la
acompañara. Le dije
que sí, pero
eso fue ayer cuando
me fui temprano por lo de Star.
Se inclinó hacia atrás y colocó su brazo a mi alrededor.
—Bueno, ¿Estarías en
contra de ir a la fiesta con una cita?
Me enderecé.
—¿Una cita?
Sonrió. —Sí, a menos
que te avergüence que te vean conmigo en público.
No estaba segura de a qué se refería. Obviamente, no podía
significar que iría como él mismo
—. ¿Dices que quieres ir a la fiesta?
Asintió. —Sí, creo
que sí.
Fruncí el ceño y
decidí comentar lo obvio. —Eres consiente
que esas personas
van a abalanzarse
sobre ti, ¿Verdad?
Encogió los hombros.
—Al principio,
probablemente, pero me imagino
que superaran la sorpresa inicial y nos dejaran solos.
—Puedo cancelarlo.
Sacudió la cabeza, se levantó, y se giró para verme.
—Voy por una razón egoísta. Quiero que sepan que eres mía.
—De acuerdo, pero, ¿Qué sentido tiene, aparte de ser la
envidia de todas las chicas de la ciudad?
Sonrió. —Le haré
saber a la población masculina que no estás disponible y que se mantengan
alejados.
Me reí.
—De acuerdo entonces,
“Señor Importante Estrella de Rock,” vamos a
esa fiesta para
que puedas intimidar
a todos los
chicos que se encuentren a ochentas kilómetros a la
redonda.
* * *
Nos detuvimos en mi
casa y corrí adentro para cambiarme de ropa. Aparentemente, la vestimenta
requerida eran trajes de baño. Me
puse un pareo negro transparente sobre
el bikini, un par de sandalias altas negras en los pies y me dejé el cabello
suelto con sus salvajes rulos naturales. Por
primera vez en
mi vida, podía
ser acusada de
vanidosa, y lo sabía,
pero esta noche
quería verme digna
de Pter. Me
coloqué algo de pintalabios rojo, rímel, entonces di un
paso atrás y aprecié mi trabajo. Mi reflejo
me sorprendió. El
rímel negro en
verdad hacía que
mis pestañas resaltaran. Fui a la
sala de estar para despedirme de Jessica. Apartó la mirada del reality de la
televisión y me miró de arriba a abajo, y sonrió de oreja a oreja.
—Puedes agradecérmelo
por esos buenos
genes que decidiste
lucir esta noche
Rode los ojos.
—Llegaré tarde.
Me despidió con la mano.
—Ten cuidado y todo
eso.
Suspiré y me dirigí
hacia la puerta. Ni siquiera me había preguntado para quién
me había vestido
así. La mayoría
de las chicas
de mi edad desearían que sus madres las dejaran en
paz y yo sólo deseaba que la mía se interesara. Tomé mi bolso y salí a
encontrarme con Peter y su Hummer. Lo había dejado afuera por miedo a que
Jessica estuviera rondando la casa en ropa interior. Salió del Hummer y su
mirada me recorrió. Me alegraba haberme puesto
las sandalias altas,
porque sabía que
ayudaban a que
mis largas piernas se vieran
menos flacuchas.
Dejó salir un silbido bajo.
—Guau, estás increíble.
Me sonrojé y le di una sonrisa.
—Gracias —respondí.
Frunció el ceño.
—Ahora, ¿Podrías volver a entrar y arreglarte un poco menos
sexy?
—¿Qué?
Suspiró. —Estabas
preocupada de que llamara demasiado la atención y vas y dejas salir todas tus
armas letales. —Sus ojos examinaron mis
piernas de nuevo—. Maldita sea, Lali, me va a costar mucho controlarme esta
noche y juro que si veo a un chico comiéndote con los ojos, tendrá el
privilegio de decirle al mundo que su culo fue pateado por Peter Lanzani.
Me reí y rodé los
ojos. —Eres un poco tendencioso.
Levantó las cejas.
—¿Hay espejos en tu apartamento?
Asentí. —¿Usaste alguno, o lograste convertirte en la
fantasía de todo chico sin ninguna ayuda visual?
Caminé a su
lado. —Estás exagerando, vámonos de una
vez .
Sus brazos se deslizaron alrededor de mi cintura y me atrajo
contra su pecho. Escondió su rostro en mi cuello y gruñó.
—Hueles a gloria.
Sonreí y me incliné
hacia él.
—Gracias.
Besó mi
cuello y lamió
mi oreja. Mis
rodillas se debilitaron
y mi cuerpo se llenó de escalofríos.
—Peter—susurré—, si
continúas haciendo eso,
vas a tener
que cargarme hasta la Hummer. No soy tan fuerte.
Rió contra
mi cuello, abrió
la puerta y
me sentó en
mi asiento. Me regaló una última sonrisa, la cual envió más escalofríos y a continuación cerró la puerta.
Nunca antes me había sentido verdaderamente sexy, pero esta noche lo hacía. Y
sabía que era por él. Así que quizá pueda ser creíble que estemos juntos. Pero
en verdad lo dudaba. Condujo por el
camino de entrada,
e inmediatamente reconocí
a Amanda buscándome a mí y a mi bici. Me giré hacia Peter. —Cuando Amanda me vea salir de éste vehículo
contigo, le va a dar un ataque. Así que prepárate.
Se rió. —Actúas como
si no estuviera acostumbrado a ser tratado como una celebridad. —Apretó mi
mano—. No pasa nada. Deja de preocuparte. Esto es normal
para mí. Normalmente
no vivo escondiéndome
como lo hago aquí. Sé como manejarlo. Tomé aire
profundamente y exhalé.
—Vamos.
Peter colocó su mano sobre mi pierna.
—Voy a hacerlo
publico, así que quédate tranquila.
Sostuvo mi
mano mientras caminábamos
hacia Amanda, quien
se quedó petrificada en el sitio con la boca abierta.
—Hola, yo, um, traje un invitado. Espero que no haya
problema.
Sonaba estúpido, pero
no sabía qué
más decir. Cubrió
su boca abierta de par en par con
una mano temblorosa.
—Sí, no hay
problema —dijo detrás
de su mano,
mirando a Peter incrédula y sonreí, porque entendía
completamente su incredulidad. —Amanda,
este es Peter, Peter,
esta es Amanda,
una amiga de la Escuela
Peter tendió su mano y le lanzó su sonrisa letal, temía que
ella fuera a desmayarse. Sacudió su mano y lo miró sorprendida, pero parecía no
ser capaz de decir ni una palabra.
—Me alegro de conocerte, Amanda. —Amanda lloriqueó.
Finalmente Peter rompió el saludo y dio un paso atrás.
Amanda logró componerse.
—De acuerdo,
genial, um, venid
por aquí. Dylan
va a querer,
um, conocerte.
Me giré hacia Peter
y me
sonrió para tranquilizarme. Seguimos
a Amanda, que seguía
echándonos miraditas cada
poco segundos para asegurarse de
que no nos
hubiéramos desvanecido. La
casa parecía bonita, pero nada
comparado con la que vivía Peter. De dos pisos, una casa estilo de
playa amarilla, la
gente ocupaba cada
puerta y unas
cuantas ventanas. Pasamos por la casa hacia donde estaba la música en
vivo. En el centro del patio trasero había un largo escenario. La gente estaba
bailando en frente del escenario y por todo el puente que conectaba la casa con
la arena blanca de la playa. Seguimos
a Amanda unos cuantos
pasos hasta llegar
al área de la fiesta. Una fogata ardía en la playa y más
gente estaba ahí fuera. Comencé a
notar que la gente
nos miraba, tratando de decidir
si este era o no,
de hecho, Peter Lanzani. Amanda
nos llevó hasta
un grupo de
chicos sentados alrededor de un jacuzzi,
bebiendo con unas
chicas en bikinis
diminutos. Se aclaró la garganta, y un tipo alto y flaco con la cabeza
rapada se volvió hacia ella.
—Dylan, esta es mi amiga, Lali, de la que te hablé.
Me miró y me lanzó una pequeña sonrisa.
—Amanda dijo que
estabas en la
escuela el año
pasado. ¿Cómo es que te desperdicié? —preguntó, su sonrisa
se convirtió en una arrogante.
Antes de que
pudiera pensar en
algo que decir,
Amanda aclaró su garganta de nuevo, y dijo: —Y él es su
cita esta noche, Peter Lanzani.
Dylan pasó de
mirarme lascivamente a
mirar a Peter,
que pasó su brazo alrededor de mi cintura. Peter actuaba
calmado y cómodo, casi como si conociera a todos aquí y no estuviera a punto de
ser atacado por locos admiradores.
-Peter Lanzani. —Dylan se puso en pie y se quedó mirando
incrédulo. De nuevo, Peter,
siempre tan amable,
le tendió la
mano—. Siento haber invadido tu fiesta.
Sacudiendo la
cabeza, Dylan se recuperó un poco y tomó la mano de Peter.
—¡De ninguna manera! Diablos, no estás invadiendo mi fiesta.Eres
Peter Lanzani. No necesitas
una invitación en
ningún lado, hermano. Especialmente aquí.
Las chicas en
el jacuzzi se
recuperaron de su
conmoción inicial y salieron del agua para venir donde
estábamos.
—¡Oh dios mío!
¡Soy una gran
admiradora tuya! Me
llamo Gabby Montess. Tengo tu
nuevo CD en mi auto, ¿Me lo podrías firmar por favor?
Peter sonrió amablemente y asintió.
—Estaría encantado, Gabby.
Gabby tomó la
mano de su, todavía, muda amiga y
gritaron juntas mientras corrían por el CD y un bolígrafo. Otros,
dándose cuenta de lo que estaba pasando, nos
tenían rodeados en
segundos. Chicas, gritando
el nombre de Peter, agitaban papeles y bolígrafos hacia él, así como
camisetas y zapatos y
bolsos e incluso
un par de
bragas. Peter estuvo forzado
a soltarme para firmar autógrafos, así que decidí echarme a un lado. Di
un paso hacia atrás y una chica de pie detrás de mí me empujó a un lado. Me
hundí más atrás de la multitud, siendo codeada y forcé mi camino hacia la
libertad.
En cuanto alguien
perdió el control,
esto se convirtió
en un frenesí. La banda
dejó de tocar. Oí gritos
y proclamaciones de la multitud, diciendo que debían estar soñando.
Las chicas se empujaban y gritaban su nombre. Los chicos
incluso se peleaban para
acercarse más a
él. Escuché a un chico
diciendo que había
escrito una canción
que quería que Peter
escuchara. Esto era una locura y
yo había dejado
que él caminara hacia ella.
Suspiré y me di la vuelta cuando escuché a una chica preguntarle a alguien que estaba a su lado:
—Me pregunto si me firmaría un autógrafo en el estómago.
Me di cuenta de lo
mucho que otras chicas se lanzaran sobre él. Yo lo tenía
para mí y era fácil
pensar que éramos
normales, pero él
nunca sería corriente. Él
siempre sería alguien
a quien yo
no podría mantener
. Miré fijamente hacia
el agua y
decidí escapar hacia la serenidad
de la ahora desierta playa.
—¡Disculpad!
¡Disculpad! ¡Escuchad todos,
por favor! —La
voz de Dylan McCovey vino de los
altavoces. Me di la vuelta para verlo de pie en el escenario. Se
veía bastante complacido
consigo mismo—. Me
doy cuenta de que
tenemos a un
invitado muy especial
esta noche, pero
si queréis quedaros en
esta fiesta, tendré
que pediros que
os comportéis como
si fuera uno de nosotros y le
deis a Peter algo de espacio. Si no podéis hacer esto, os tendré que acompañar
fuera de la propiedad.
Miré hacia la
multitud de alrededor
de Peter y muchas
chicas protestaron y se
quejaron después del
discurso de Dylan,
pero lo escucharon. Incluso a
través de la estrecha multitud, no pude ver a Peter y pensé que
aún tendría que
lidiar con varios
admiradores antes de arreglárselas para quedar libre. Me giré
hacia la orilla y me pregunté si él sería capaz de encontrarme si me iba hacia
la playa.
Unas manos se deslizaron alrededor de mi cintura.
—No me digas que ibas a dejarme con la multitud y te ibas a
ir sola —susurró Peter en mi oído. Me apoyé sobre él y disfruté de la comodidad
de sus brazos. Odiaba
lo perdida que
había estado cuando
había sido de todos, menos mío—. Dylan no es un mal
anfitrión. Sólo le hice saber que quería libertad esta noche para estar contigo
y se hizo cargo.
Sonreí. —Bueno,
estás haciendo de
su fiesta el
evento más extraordinario que esta ciudad jamás ha
visto.
Peter besó mi cabeza. —¿Estás bien? —preguntó en voz baja.
Asentí. —Estoy bien.
Aflojó su agarre y se
acercó a mi lado, todavía sosteniéndome contra su lado.
—¿Quieres que nos escapemos por ahí, solos tú y yo, o
quieres estar en esta fiesta a la que vinimos? Sólo para que lo sepas, estaré
de acuerdo en lo que decidas.
Quería escapar y
mantener a Peter sólo
para mí. Pero
también vine esta noche
porque Amanda me
invitó y quería
estar con ella
un rato y conocer a las otras personas. La multitud
pronto volvió a la fiesta. Muchos seguían
mirando a Peter.
No los podía
culpar. Yo quería
quedarme mirándolo.
—Creo que debería
buscar a Amanda
y mezclarme —dije
de mala gana. Peter me
tomó de las
manos y me
acercó—. Cuando esto
termine, podemos estar algún rato a solas.
Me sonrió maliciosamente.
—Pasar el rato a solas contigo es mi pasatiempo favorito.
Me sonrojé y me di la
vuelta hacia el corazón de la fiesta. A medida que pasábamos
entre la gente,
iban presentándose a sí mismos,
y Peter nunca dejó de ser
agradable y educado. Estrechaba sus manos y algunos valientes invitados le
pedían que autografiara sus cosas. Amanda vino a mi lado.
—Oye, siento lo de antes. Espero que Dylan lo haya hecho
todo más fácil.
—Sí, lo hizo. Ya lo
esperábamos, o algo similar, así que
no fue
una gran sorpresa.
Amanda sonrió.
—Bueno, él es el ídolo adolescente más sexy de América.
Peter le sonrió y pareció como si ella fuera a desmayarse,
así que le di un codazo en
las costillas. Necesitaba
esforzarse en no
abrumar a las chicas con su sonrisa. Amanda se controló
a sí misma.
—Vale, pues entonces quiero presentarte a algunos
amigos. Pero —dijo ella—,
probablemente estén más interesados en conocer a tu cita.
—No hay problema, ya
lo se.
Nos llevó hacia
un grupo de
chicas que me
resultaban familiares. Recordaba
a unas de ellas de la escuela.
—Oigan, chicas, quiero
presentaros a Lali. Estuvo
en la escuela durante las
últimas semanas. También
vendrá en el
último curso. Lali, esta es Jessie… —Una pequeña rubia con
cabello corto—, Mary Ann… —Una pequeña
pelirroja, con cabello
ondulado y una
sorprendente piel bronceada—, y
Peyton. —Una morena alta.
Todas las chicas me sonrieron, pero sus ojos se desviaron
hacia Peter.
—Te recuerdo de español —dijo Peyton, mirando de mí hacia Peter.
Cuando miré hacia
él, la atención
de Peter parecía estar
enfocada exclusivamente en mí. Me sonrió tranquilizadoramente.
—Entonces, ¿Cómo os conocisteis? —preguntó Mary Ann, y los
tres pares de ojos se
centraron en Peter.
Sólo Amanda parecía acordarse
de mi presencia.
Peter apretó mi mano.
—La conocí
a través de
un amigo en
común. Después caí
bajo sus encantos y, al parecer,
no tengo suficiente.
Me sonrojé,
y las cuatro
chicas tuvieron pintadas
unas cursis sonrisas en sus
rostros y una de ellas incluso suspiró.
—Guau, no
puedo creerme que
la novia de Peter Lanzani viva en Sea
Breeze.
Comencé a corregirla. Yo no era la novia de Peter y él se
iría pronto.
—Bueno…
—Ella se preocupa
por mi privacidad.
Pero, me gusta
el hecho de que quiera tenerme todo para ella.
Su mano apretó la mía y contuve una carcajada. Amanda
suspiró.
—¿Mi hermano sabe algo de Peter?
Miré a Peter y asintió.
—Sí, lo sabe.
Amanda sacudió su
cabeza.
—Lo juro, él
sabe algo como
esto y ni
siquiera piensa en
que es lo suficientemente
importante como para compartirlo conmigo.
—No seas
dura con él.
Le pedí que
no se lo
contara a nadie
—le aseguré.
Amanda no se tranquilizó, pero se encogió de hombros. —Bueno, no creo que me olvide de cómo me he
quedado cuando te he visto salir
de su auto
sosteniendo su mano,
juro que creí que
estaba alucinando.
Me reí y Peter se rió
a mi lado.
—Voy a presentarles a
otras personas —dijo Amanda a sus amigas—. Y seguro que tienen hambre. Os veo
luego, chicas.
Durante la siguiente
hora, nos presentó a tantas personas que sabía que no podría recordarlos a
todos. Pero, sin duda, ellos me
recordarían a mí. De alguna manera yo me
aparecía famosa a sus ojos.
Se me ocurrió que no quería ser el centro de
atención. Me preocupaba que no fuera capaz de lidiar con la manera en que esto
cambiaba mi vida. Nos sentamos cerca de la fogata y escuchamos a los chicos
hablar sobre la próxima temporada de
fútbol. Todos parecían
muy emocionados y
listos para que
iniciara. Trataban de impresionar
a Peter con sus
historias e incluso
un par le preguntaron a Peter sobre su gira
y su habilidad para tocar la
guitarra de oído. Él respondió a
sus preguntas como si se las supiera desde siempre. Su habilidad
para actuar tan
cómodamente en cualquier
situación me asombraba. Hicimos
una pequeña multitud
cuando otros comenzaron
a notar que él estaba respondiendo preguntas y conversando. Esta
multitud no parecía tan
alocada como la
de antes, sólo
curiosa. Me comí
una salchicha que Peter asó para mí mientras hablaba. La había hecho
mientras respondía preguntas sobre Star. Todos los chicos parecían tener
preguntas sobre la princesa del pop. Cuando terminamos de comer, se puso de pie
y me tomó de la mano.
—Si nos disculpáis, quiero bailar con Lali.
Sus rostros brillaron
con decepción y
creo que incluso
escuché a alguien suspirar.
Caminamos lo bastante
cerca para escuchar
la música. Se
agachó, me quitó los tacones y los colocó al lado de sus zapatos. Me
sacó de la luz y me puso a la luz de la luna en la playa. Le asintió al
pinchadiscos. Que se había colocado
en lugar de
la banda, y
luego me asintió
a mí. La canción
comenzó e inmediatamente reconocí
la voz que
venía de los altavoces. Peter me
sujetó más cerca
mientras su suave
voz de terciopelo cantaba suavemente las palabras de
su canción.
—Déjame sujetarte cerca sólo por esta noche. Cuando no estás
en mis brazos, nada parece
estar bien. Sólo
ver tu sonrisa
ilumina mis noches oscuras. Así que, nena, por favor
baila conmigo bajo la luz de la luna.
Peter se echó hacia atrás e inclinó mi rostro hacia el suyo.
—Tu roce es
mi única adicción.
Tus latidos me
quitan el aliento. Romperás mi corazón si no te quedas.
Tus suspiros me cantan cada noche y tu risa es
mi único sol. Abrázame y
susúrrame que me amas. Abrázame
y dime que no
hay un mundo
sin ti a
mi lado. Abrázame,
necesito que me guíes. No puedo vivir sin ti. Abrázame y
susúrrame que me amas. Abrázame y dime que no hay un mundo sin ti
a mi lado. Abrázame, necesito que me guíes.
La canción terminó,
y yo estaba
en los brazos
de Peter , incapaz
de apartar mi mirada de sus ojos azules de acero oscuros con emoción.
—Nunca había
entendido esas palabras hasta esta noche. Las canté, pero no
las escribí. No
quise grabar la
canción, pero perdí
la batalla. Ahora, cuando cante
esas palabras, tendré un rostro que poner detrás de ellas. —Se detuvo y
trazó una línea
desde mi oreja
hasta mi barbilla—. Sólo espero
ser capaz de
hacerle frente a
esas palabras cuando
esté a miles de kilómetros lejos.
Tragué el nudo
que tenía en
mi garganta. No
quería pensar en la
idea de él a miles de kilómetros lejos. Apoyé mi cabeza contra su pecho y me
sujetó más cerca.
----------
Wwwii¡¡¡ SE AREGLARON :D
cada dia somos mas¡¡¡
Bienvenida Leti :)
Muchas gracias !!! Es súper atrapante la historia ! Me encanta. Besos !
ResponderEliminarMasss
ResponderEliminarHolaa me paso a contestar tus mensajitos :D jajaja amoo la novela y lo sabes y aun guardo mi esperanza de que Peter nunca se valla o que se la lleve con el y la saque de al lado de su mama -.- en serio algo asi tiene que pasar o Peter recibira su merecido jajajaja oie quiero maaas
ResponderEliminarYa subi mas novela en http://amorencopos.blogspot.com.ar/
ResponderEliminary aun no subi en http://casijuegosca.blogspot.com.ar/ Pero pasa igual jajajaja la estoy adelantando por eso no subi... besos y gracias por pasar siempre
Ya esta me enamore Jaja q tierno es peterrrrrr dios yo quiero un hombre asi..... NO quiero q se separen MASSSS ALEEE .besoss
ResponderEliminarNaty
la parte que el le explica lo de su amiga no se porque me imagine que eran lali y peter su vida su vida real la parte de intentamos tener una relación pero no funciono nos queremos Somos amigos hay fue horrible sera que estoy sensible =( la última parte sí me gusto. Perdón por mi comentario no tan lindo pobre el cap pero fue eso lo que sentí... Besos Naara
ResponderEliminarmás más más más
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