Peter
Era un bastardo, un completo y total idiota por dejar tirada
a Lali. Me doy cuenta de eso al momento que cierro la puerta de la
suite detrás de
mí. Luego el
sentimiento persiste mientras
entro a mi habitación y me quito la ropa. Con el trasero desnudo, caigo en la
cama y entierro mi cara en la almohada.
La primera razón por la que me fui es porque la
aparición de Jude me asustó hasta la mierda. No sabía cuánto había visto, y no
quería a Nico pateando mi trasero por
asustar a su
hijo porque Lali
se estaba encargando
de mis necesidades
y aliviándome. Pero luego me di cuenta de que
la razón principal por la que había huido fue porque estaba
asustado.
Sí, no sabía cómo lidiar con lo que estaba sintiendo por Lali.
Sabía que la amaba en el estudio y luego cuando unía eso con la parte sexual,
era jodidamente derribado y abrumado emocionalmente. Así que hice la única cosa
que los hombres asustados hacen.
Huí.
Y me sentía
como el mayor
cretino, especialmente cuando
recibí sus mensajes con
interrogantes. Quiero decir, debí responderle en seguida y mentido diciendo que
estaba bien o que estaba cansado. Pero no, fui incluso un mayor idiota porque
no solo no respondí, sino que apagué mi maldito teléfono porque no sabía qué
demonios decirle
Y aunque estaba mental y físicamente exhausto, el sueño me
evadió. A los dos de la mañana, empujé mi trasero fuera de la cama y empecé a
caminar de un lado a otro por la habitación. Pensamientos fuera de control
giraban a través de mi mente tan rápido que tropecé con mis pies.
No había ninguna
duda. Yo estaba
verdaderamente, jodidamente enamorado
de Lali.
Pero en el
fondo, conocía la
raíz de mi
problema con Lali.
Estaba enamorado de una chica que era demasiado buena para mí. Lali
tenía un corazón tan comprensivo y
puro, una belleza
interna que no
merecía ser manchada
o destruida. Solo nos conocíamos desde hace tres semanas, y yo ya la
había lastimado muchas veces con mi estupidez. Conociéndome, continuaría
lastimándola una y otra vez. Así que quizá debería alejarme. ¿No sería mejor
para ella a largo plazo?
Nunca podría darle
lo que merecía. Ella quería el cuento de hadas de “vivieron felices para siempre” con un esposo
e hijos, y yo no sabía una mierda sobre eso.
Pasando la mano por mi cabello, pensé sobre ir a ella en la
mañana y decirle que lo que sea que tuviéramos se había terminado. Pero la sola
imagen de alejarme de ella causó un
dolor agudo que traspasaba mi
pecho, y tenía que
luchar para respirar.
No, no podía alejarme, no cuando la amaba. Nunca había amado
tanto a una chica, y no podía imaginar jamás amar más a alguien. Quería ver a
dónde nos llevaba esta locura que empezamos. Quería reclamarla como mía en cada
forma posible. Demonios, cuando pensaba en ello, casi podía visualizarme
poniendo un enorme y brillante diamante en su dedo.
Y luego un pensamiento me golpeó, que quizá ya lo había
jodido tanto y la había perdido. Ahí fue cuando las paredes empezar a cerrarse
alrededor de mí. Me puse mis ropas y me dirigí hacia la puerta. Mirando la
puerta de la suite enfrente de mí, toqué ligeramente la puerta.
—¿Lali? —llamé.
Sabía que probablemente no podía escucharme si estaba en la
habitación con los niños, pero silenciosamente esperaba que quizá Melody
hubiese despertado por un biberón o alguna mierda que los bebes hacían. Golpeé
un poco más fuerte, pero todavía no hubo respuesta. Tomando el teléfono de mi
bolsillo, lo encendí.
Luego envié un mensaje de texto diciéndole cuánto lo sentía
y qué idiota había sido.
Mi último mensaje decía:
Ángel. Estoy justo
afuera en la puerta listo para rogar por tu perdón. Si es necesario
arrodillarme en el maldito pasillo del hotel, lo haré. Así es lo mucho que lo
siento y cuánto significas para mí.
Cada uno seguía sin ser leído y sin
respuesta.
Resoplando agitado, caminé por el pasillo hacia los ascensores.
Necesitaba algo de tiempo para aclarar mi cabeza, y no había mejor lugar que
las calles de mi segundo hogar para
hacerlo. Caminé un
par de cuadras,
asimilando las vistas
y sonidos. Atlanta no
era Nueva York
cuando se refería
a nunca dormir
o a multitudes, así
que no tenía
que preocuparme sobre
chocar con un
montón de personas que podrían
reconocerme.
Pero sin importar
cuán lejos caminara,
la paz nunca
vino a mi
mente. Finalmente cuando regresé al hotel, eran casi las cinco. Supe al
instante que no era una hora apropiada, iría hacia Lali y rogaría su perdón.
Colapse sobre la cama y cometí el error de revisar mi
teléfono. Cada uno de mis textos habían sido leídos, pero sin ninguna
respuesta. Lagrimas picaron mis ojos, causando que me sintiera como un absoluto
y completo debilucho. Después de agotarme a mí mismo con llanto,
caí en un sueño sin descanso y cuando los primeros rayos de
sol empezaron a asomar a través de las ventanas, desperté.
Revisando mi teléfono, vi que todavía no había ninguna
respuesta de Lali. Con un cansado suspiro, me levanté de la cama. Mientras
tomaba una ducha rápida, ensayé en mi cabeza exactamente lo que iba a decirle a
Lali. Sabía que algo de arrastrarse tenía que hacerse en orden para lo que
había hecho, y desde que mi boca usualmente arruinaba la mayoría de los
momentos entre nosotros, quería estar preparado.
Acababa de salir de la ducha y envolver una toalla alrededor
de mi cintura cuando escuché un golpe en la puerta.
Mi corazón se aceleró al pensamiento de que mi ángel había
venido a mí.
Abrí la puerta.
—Ángel, yo…
Pero no era Lali. En
su lugar, Paula
estaba de pie
allí con una
sonrisa gatuna a través de sus labios.
—¡Hola bebé!
—¿Qué estás haciendo aquí? — demandé.
Una mirada extraña destelló en su rostro.
—Estoy aquí por
ti por supuesto.
¿No siempre vengo
a los shows
para encargarme de las necesidades de
mi hombre? —Sus ojos recorrieron mi frente medio desnudo—. Diablos, luces
bastante bien como para comerte esta mañana.
Cuando empezó a besarme, retrocedí.
—Mira, Paula, lo siento, pero ya no hay nada entre tú y yo.
El color desapareció lentamente de su cara mientras ella
temblaba.
—¿Estás con alguien más, no es cierto?
—Sí, pero…
Ella estrecho sus ojos.
—Es esa santurrona
cuyo nombre gritaste
cuando estábamos teniendo sexo. ¿Verdad?
Pasé las manos a través de mi cabello mojado.
—Sí, lo es. Así que realmente necesitas irte.
Las resistente uñas de Paula se desvanecieron mientras se
estiraba por mí.
—Por favor no hagas esto, Peter. Hemos estado juntos, por un
largo, largo tiempo.
—Hemos estado teniendo sexo un largo tiempo, pero no había
nada más entre nosotros.
—¡Eso no es cierto! —se opuso ella.
—Sí lo es.
Antes de que pudiera detenerla, se lanzó hacia mí,
envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello y trepando sobre mi cuerpo. Y
porque el universo amaba jugar conmigo, fue en ese preciso momento que la puerta
de la suite a través del pasillo se abrió, y Lali y Euge caminaron fuera.
A la vista
de mí enredado
en los brazos
de Paula, los
ojos de Lali
se abrieron en shock mientras una mano volaba hasta su boca.
—¡Espera, no, esto no es lo que parece! —argumenté.
En lugar de dejarme ir, Paula se apretó más fuerte a mí. Lali
dio una ligera sacudida de cabeza antes de empezar a caminar por el pasillo.
—¡Lali! —grité. Tratando de controlar mi
rabia, forcé a Paula fuera de mí—. ¡Vete de aquí ahora antes de
que haga que te echen! —espeté.
—¡Por favor no hagas esto Peter!
Corrí detrás de Lali. Finalmente la alcance en los
ascensores.
—Ángel, por favor escúchame. No había nada pasando con Paula.
Lo juro por mi vida y la de mi madre.
Lali sacudió la cabeza tan rápido que temí que fuera a
desprenderse.
—No puedo seguir haciendo esto, Peter. No puedo seguir
siendo tirada de un lado a otro por tu inmadurez emocional. Un minuto me dejas
tirada haciéndome sentir usada y sucia y al siguiente encuentro a tu ex-amante
sobre ti. Es demasiado.
—¡Pero esta mañana no es lo que piensas! Paula vino a
verme, y cuando le dije que
las cosas se
habían terminado entre nosotros, se
me lanzó. —La incredulidad todavía colgando en los ojos
de Lali, gruñí en frustración.
—¿Analizarías lo que
realmente viste por
un minuto? Paula
estaba desesperadamente encima de mí, no al revés. Ni siquiera la estaba
tocando.
Las puertas del ascensor de abrieron, y ella entró.
—Por favor, Ángel.
Leíste mis mensajes.
Sabes cuán jodidamente
lo lamento.
Lágrimas brillaron en sus ojos azules.
—Sí, bueno, a veces lamentarlo no es suficiente.
—¡No hagas esto! —rogué.
Ella sostuvo mi mirada hasta que las puertas se
cerraron.
—¡Maldición! —grité
golpeando mi palma en la puerta del ascensor. Un hombre pasando trató de
esconder su diversión a mi precaria situación. Después de todo yo estaba en el
pasillo con solo una toalla.
Cuando caminé de regreso a mi habitación, Paula se había
ido. Una vez que golpeé la puerta cerrándola agarré mi teléfono.
Sabía que tenía
que llamar a
la otra mujer
que amaba por
consejo. Ella respondió al
segundo timbre.
—Mamá…
—¿Juan Pedro, que ocurre?
—Estoy enamorado, pero lo he jodido todo.
Ella ni siquiera me regañó por mi lenguaje.
—Oh cariño, dime qué pasó.
—Entonces le conté cada detalle posible—. Sí amas a Lali como aseguras,
entonces tendrás que seguir luchando por ella. No puedes rendirte
--¿Qué puedo hacer para que hable conmigo?
—Necesitas hacer algo dulce por ella para probarle cuánto te
importa.
—¿Pero qué?
Mamá se rió.
—Cariño, no puedo decirte eso. Tienes que averiguarlo por ti
mismo. Tiene que venir de tu corazón, no del mío.
—Muchas gracias —murmuré.
—Todo lo que puedo decirte es que luches por ella. No te
rindas hasta que la convenzas de que hable contigo.
—Está bien, lo haré.
—Buena suerte, cielo.
—Gracias.
Una vez que colgué con mamá, caminé alrededor de la
habitación, tratando de pensar en
gestos enormes. Finalmente
llamé a una
florería local y gasté una pequeña fortuna
en cada rosa
que tenían en
la tienda. Incluso
aunque estaba apenado como el
infierno, recité por varios minutos sobre lo que debía escribir en la tarjeta.
Los chicos estaban escribiéndome
sobre el desayuno, así
que de mala gana me puse algo de
ropa. Me dirigí abajo al comedor del hotel donde ellos estaban esperando por
mí. Cuando me desplomé en la silla, Poli miró alrededor de la mesa.
—¿Dónde está Lali?
Nicolas se rió antes de darle un guiño a Euge.
—¿No me digas que necesita un día para recuperarse de cuidar
a nuestros pequeños monstruos?
Después de mover a Melody sobre su cadera, Euge me lanzó una
mirada molesta.
—No, todo fue bien con los niños
Las cejas de Nicolas se arrugaron.
—¿Entonces dónde está?
—¿Por qué no le preguntas al Sr. Idiota aquí? —espetó Euge.
—¡Mami dijo una mala palabra! —exclamó Jude desde su lugar
en el regazo de Vico.
—Um, ¿por qué tú y yo no vamos a lanzar unas monedas a la
fuente, huh? —sugirió Vico. Mientras
pasaba a mí lado, susurró—:
Será mejor tenga
toda la maldita historia cuando
regrese.
Una vez que Jude estuvo fuera del alcance del oído, cada par
de ojos en la mesa se fijaron en mí.
—De acuerdo, así que lo jodí bastante.
Las cejas de Nicolas se arrugaron en preocupación.
—Quizá deberías empezar desde el principio.
Moví mi mano por el cabello y solté una respiración
irregular.
—Mira, anoche, Lali y yo nos dejamos llevar un poco.
Un sonido estrangulado salió de la garganta de Nicolas.
—¿Por favor dime que mi hijo no los vio haciendo nada?
—¡Dios no! habíamos terminado para el momento que él se
despertó por una pesadilla y vino buscando a Lali.
Nicolas tocó el puente de su nariz.
—¿Podrías explicar exactamente qué pasó?
Me removí incómodamente en el asiento.
—Después de que Lali puso
a los niños
en la cama,
nosotros nos enrollamos un poco.
Cuando terminamos, Jude despertó y quería a Lali. Estaba avergonzado por que él
casi nos atrapaba, así que desaparecí. Y luego no le escribí para decirle
—¡Una vez más eres un idiota! —replico Euge.
—Lo siento, ¿de acuerdo? Soy nuevo en toda esta cosa de
relaciones. Estaba garantizado que iba a arruinarlo.
Euge resopló exasperadamente.
—Ahora diles qué pasó después.
Los oscuros ojos de Poli se ampliaron con incredulidad.
—¿Hay más?
—Desafortunadamente sí.
—Luego expliqué sobre Pula presentándose y Lali viéndola colgada sobre mí.
—Dios Bendito, Peter, tú de verdad tienes un don para
arruinarlo —bromeó Nicolas.
—Y que lo digas —murmuré miserablemente.
—Tienes que arreglarlo, amigo —dijo Poli.
—Lo he intentado.
Diablos, acabo de
gastar una maldita
fortuna por docena, tras docena
de rosas para ella. Y aún así no quiere hablar conmigo.
Rascando su barbilla, Poli replicó:
—De acuerdo, entonces tiene que ser algo un poco más grande
que solo flores.
Él miró hacia Euge.
—Tú eres chica. ¿Qué debería hacer?
Ella puso los ojos en blanco antes de pasarle a Melody a Nicolas.
Entonces se sentó a mi lado.
—Peter, te he conocido por ocho años, y la mayor parte de esos
años, has sido absolutamente asqueroso con tu trato hacia las mujeres.
—Gracias por la charla para dar ánimos —murmuré.
Ella alzó una mano.
—Déjame terminar.
—Bien.
—Incluso aunque has hecho un movimiento bastante idiota,
puedo decir que Lali te gusta mucho. Quiero decir nunca antes te he visto
actuar así alrededor de una chica. —Moví la cabeza estando de acuerdo—. Me
aventuraría a decir que aunque ha sido un torbellino las últimas tres semanas
incluso podrías amarla.
Tragué fuerte bajo su escrutinio y el de los chicos.
—Sé que es rápido, pero me he enamorado de ella eso es
seguro. Y sí, me gusta amarla.
Los ojos de Euge se nublaron mientras que la boca de Nicolas
se abría en sorpresa.
—¿En serio amigo?
—Sí… en serio.
—¿Ya se lo has dicho? —preguntó AJ.
—No, aún no.
—Entonces tienes que decirle —ordenó Euge.
—Sí, bueno, me encantaría hacer eso, pero ella no está
hablando conmigo de momento.
Poli sacudió la cabeza.
—Ese es el por qué tienes que hacer algo jodidamente épico
para hacerla ver la luz.
—¿Y qué sugiere usted que haga Sr. Latin Lover? ¿La llamo al
escenario y le canto sobre cuánto la amo?
Los ojos de Poli sobresalían
mientras Euge respiraba
fuerte. Cuando miré hacia Nicolas, él sonrió.
—Eso es exactamente lo que deberías hacer.
Tanto Poli como Euge asintieron en acuerdo.
—¿Como cuando usualmente subimos a una fan, debería subirla
a ella en su lugar?
Poli chasqueo sus dedos.
—¡Demonios sí!
—Eso suena estupendo, pero ¿cómo demonios voy a conseguir
que vaya al show? Ella no responde mis llamadas o mensajes o siquiera abre la
puerta.
Euge agarró mis manos.
—Tú déjame esa parte a mí.
No respondí por un minuto. En su lugar, me perdí en mis
pensamientos sobre cómo hacer esta noche la más increíble para Lali. Y luego lo
entendí.
—Euge, ¿llevarías a Lali de compras mientras ensayamos?
—¿Quieres que la distraiga o algo?
—No, es solo que necesito que vaya vestida de blanco como la
primera vez que la vi.
La expresión de Euge se suavizó.
—Oh Peter, eso es tan
dulce y romántico.
Sonreí.
—Gracias. Me alegra
tener tú voto de confianza.
—Luego me giré hacia Nico y Poli—.
Vamos a
necesitar un tiempo de ensayo extra
hoy para agregar
la canción que quiero cantar.
—¿No harás la usual? —preguntó Poli.
—No, ésta tiene que ser completamente diferente y especial
para Lali.
Nicolas ladeó su cabeza hacia mí.
—¿Y cuál canción estás planeando cantar?
Con un guiño, respondí:
—Es una sorpresa que planeo revelar en el ensayo
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Perdon
Se que habia prometido maraton este finde pero las cosas se me re complicaron con el colegio y con suerte espuedo editar los cap en la madrugada cuando termino mis tareas asi que Lo siento mucho pero nose cuando de verdad les pueda dar una maraton
Pd: Esta semana les voy a dejar los cap programados hasta el jueves porque tengo que estudiar para LA prueba de historia pero de todos modos leo sus comentarios ;)
BESOS
Aww maass
ResponderEliminarMaaaaasssss*-*
ResponderEliminarMass nove
ResponderEliminarNo te preocupes subi cuando puedas
Me encanta la nove