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domingo, 23 de marzo de 2014

Capitulo: 26

Peter


Era un bastardo, un completo y total idiota por dejar tirada a Lali. Me doy cuenta de eso al momento que cierro la puerta de  la  suite  detrás  de  mí.  Luego  el  sentimiento  persiste mientras entro a mi habitación y me quito la ropa. Con el trasero desnudo, caigo en la cama y entierro mi cara en la almohada.

La primera razón por la que me fui es porque la aparición de Jude me asustó hasta la mierda. No sabía cuánto había visto, y no quería a Nico pateando mi trasero por  asustar  a  su  hijo  porque  Lali  se  estaba  encargando  de  mis  necesidades  y aliviándome. Pero luego me di cuenta de que 
la razón principal por la que había huido fue porque estaba asustado.
Sí, no sabía cómo lidiar con lo que estaba sintiendo por Lali. Sabía que la amaba en el estudio y luego cuando unía eso con la parte sexual, era jodidamente derribado y abrumado emocionalmente. Así que hice la única cosa que los hombres asustados hacen.
Huí.
Y  me  sentía  como  el  mayor  cretino,  especialmente  cuando  recibí  sus mensajes con interrogantes. Quiero decir, debí responderle en seguida y mentido diciendo que estaba bien o que estaba cansado. Pero no, fui incluso un mayor idiota porque no solo no respondí, sino que apagué mi maldito teléfono porque no sabía qué demonios decirle
Y aunque estaba mental y físicamente exhausto, el sueño me evadió. A los dos de la mañana, empujé mi trasero fuera de la cama y empecé a caminar de un lado a otro por la habitación. Pensamientos fuera de control giraban a través de mi mente tan rápido que tropecé con mis pies.
No  había  ninguna  duda.  Yo  estaba  verdaderamente,  jodidamente enamorado de Lali. 
Pero  en  el  fondo,  conocía  la  raíz  de  mi  problema  con  Lali.  Estaba enamorado de una chica que era demasiado buena para mí. Lali tenía un corazón tan  comprensivo  y  puro,  una  belleza  interna  que  no  merecía  ser  manchada  o destruida. Solo nos conocíamos desde hace tres semanas, y yo ya la había lastimado muchas veces con mi estupidez. Conociéndome, continuaría lastimándola una y otra vez. Así que quizá debería alejarme. ¿No sería mejor para ella a largo plazo?
Nunca podría  darle lo  que merecía. Ella  quería el cuento de hadas de  “vivieron felices para siempre” con un esposo e hijos, y yo no sabía una mierda sobre eso.
Pasando la mano por mi cabello, pensé sobre ir a ella en la mañana y decirle que lo que sea que tuviéramos se había terminado. Pero la sola imagen de alejarme de  ella causó un dolor  agudo que traspasaba  mi  pecho,  y  tenía que  luchar  para respirar.
No, no podía alejarme, no cuando la amaba. Nunca había amado tanto a una chica, y no podía imaginar jamás amar más a alguien. Quería ver a dónde nos llevaba esta locura que empezamos. Quería reclamarla como mía en cada forma posible. Demonios, cuando pensaba en ello, casi podía visualizarme poniendo un enorme y brillante diamante en su dedo.
Y luego un pensamiento me golpeó, que quizá ya lo había jodido tanto y la había perdido. Ahí fue cuando las paredes empezar a cerrarse alrededor de mí. Me puse mis ropas y me dirigí hacia la puerta. Mirando la puerta de la suite enfrente de mí, toqué ligeramente la puerta. 
—¿Lali? —llamé.
Sabía que probablemente no podía escucharme si estaba en la habitación con los niños, pero silenciosamente esperaba que quizá Melody hubiese despertado por un biberón o alguna mierda que los bebes hacían. Golpeé un poco más fuerte, pero todavía no hubo respuesta. Tomando el teléfono de mi bolsillo, lo encendí.
Luego envié un mensaje de texto diciéndole cuánto lo sentía y qué idiota había sido.
Mi último mensaje decía: 
Ángel. Estoy justo afuera en la puerta listo para rogar por tu perdón. Si es necesario arrodillarme en el maldito pasillo del hotel, lo haré. Así es lo mucho que lo siento y cuánto significas para mí.
 Cada uno seguía sin ser leído y sin respuesta.
Resoplando agitado, caminé por el pasillo hacia los ascensores. Necesitaba algo de tiempo para aclarar mi cabeza, y no había mejor lugar que las calles de mi segundo  hogar  para  hacerlo.  Caminé  un  par  de  cuadras,  asimilando  las  vistas  y sonidos.  Atlanta  no  era  Nueva  York  cuando  se  refería  a  nunca  dormir  o  a multitudes,  así  que  no  tenía  que  preocuparme  sobre  chocar  con  un  montón  de personas que podrían reconocerme.
Pero  sin  importar  cuán  lejos  caminara,  la  paz  nunca  vino  a  mi  mente. Finalmente cuando regresé al hotel, eran casi las cinco. Supe al instante que no era una hora apropiada, iría hacia Lali y rogaría su perdón.
Colapse sobre la cama y cometí el error de revisar mi teléfono. Cada uno de mis textos habían sido leídos, pero sin ninguna respuesta. Lagrimas picaron mis ojos, causando que me sintiera como un absoluto y completo debilucho. Después de agotarme a mí mismo  con llanto,  caí en  un sueño  sin descanso y cuando los primeros rayos de sol empezaron a asomar a través de las ventanas, desperté.
Revisando mi teléfono, vi que todavía no había ninguna respuesta de Lali. Con un cansado suspiro, me levanté de la cama. Mientras tomaba una ducha rápida, ensayé en mi cabeza exactamente lo que iba a decirle a Lali. Sabía que algo de arrastrarse tenía que hacerse en orden para lo que había hecho, y desde que mi boca usualmente arruinaba la mayoría de los momentos entre nosotros, quería estar preparado.
Acababa de salir de la ducha y envolver una toalla alrededor de mi cintura cuando escuché un golpe en la puerta.
Mi corazón se aceleró al pensamiento de que mi ángel había venido a mí.
Abrí la puerta. 
—Ángel, yo…
Pero  no  era  Lali.  En  su  lugar,  Paula  estaba  de  pie  allí  con  una  sonrisa gatuna a través de sus labios. 
—¡Hola bebé!
—¿Qué estás haciendo aquí? — demandé.
Una mirada extraña destelló en su rostro. 
—Estoy  aquí  por  ti  por  supuesto.  ¿No  siempre  vengo  a  los  shows  para encargarme de las necesidades de  mi hombre?  —Sus  ojos recorrieron  mi frente medio desnudo—. Diablos, luces bastante bien como para comerte esta mañana.
Cuando empezó a besarme, retrocedí. 
—Mira, Paula, lo siento, pero ya no hay nada entre tú y yo.
El color desapareció lentamente de su cara mientras ella temblaba. 
—¿Estás con alguien más, no es cierto?
—Sí, pero…
Ella estrecho sus ojos. 
—Es  esa  santurrona  cuyo  nombre  gritaste  cuando  estábamos  teniendo sexo. ¿Verdad?
Pasé las manos a través de mi cabello mojado. 
—Sí, lo es. Así que realmente necesitas irte.
Las resistente uñas de Paula se desvanecieron mientras se estiraba por mí.
—Por favor no hagas esto, Peter. Hemos estado juntos, por un largo, largo tiempo.
—Hemos estado teniendo sexo un largo tiempo, pero no había nada más entre nosotros.
—¡Eso no es cierto! —se opuso ella.
—Sí lo es.
Antes de que pudiera detenerla, se lanzó hacia mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello y trepando sobre mi cuerpo. Y porque el universo amaba jugar conmigo, fue en ese preciso momento que la puerta de la suite a través del pasillo se abrió, y Lali y Euge caminaron fuera.
A  la  vista  de  mí  enredado  en  los  brazos  de  Paula,  los  ojos  de  Lali  se abrieron en shock mientras una mano volaba hasta su boca. 
—¡Espera, no, esto no es lo que parece! —argumenté.
En lugar de dejarme ir, Paula se apretó más fuerte a mí. Lali dio una ligera sacudida de cabeza antes de empezar a caminar por el pasillo.
—¡Lali!  —grité.  Tratando de controlar  mi  rabia,  forcé a Paula  fuera de mí—. ¡Vete de aquí ahora antes de que haga que te echen! —espeté.
—¡Por favor no hagas esto Peter!
Corrí detrás de Lali. Finalmente la alcance en los ascensores. 
—Ángel, por favor escúchame. No había nada pasando con Paula. Lo juro por mi vida y la de mi madre.
Lali sacudió la cabeza tan rápido que temí que fuera a desprenderse. 
—No puedo seguir haciendo esto, Peter. No puedo seguir siendo tirada de un lado a otro por tu inmadurez emocional. Un minuto me dejas tirada haciéndome sentir usada y sucia y al siguiente encuentro a tu ex-amante sobre ti. Es demasiado.
—¡Pero esta mañana no es lo que piensas! Paula vino a verme,  y cuando le dije  que  las  cosas  se  habían  terminado  entre  nosotros,  se  me  lanzó.  —La incredulidad todavía colgando en los ojos de Lali, gruñí en frustración.
—¿Analizarías  lo  que  realmente  viste  por  un  minuto?  Paula  estaba desesperadamente encima de mí, no al revés. Ni siquiera la estaba tocando.
Las puertas del ascensor de abrieron, y ella entró. 
—Por  favor,  Ángel.  Leíste  mis  mensajes.  Sabes  cuán  jodidamente  lo lamento.
Lágrimas brillaron en sus ojos azules. 
—Sí, bueno, a veces lamentarlo no es suficiente.
—¡No hagas esto! —rogué.
Ella sostuvo mi mirada hasta que las puertas se cerraron. 
—¡Maldición!  —grité golpeando mi palma en la puerta del ascensor. Un hombre pasando trató de esconder su diversión a mi precaria situación. Después de todo yo estaba en el pasillo con solo una toalla.
Cuando caminé de regreso a mi habitación, Paula se había ido. Una vez que golpeé la puerta cerrándola agarré mi teléfono.
Sabía  que  tenía  que  llamar  a  la  otra  mujer  que  amaba  por  consejo.  Ella respondió al segundo timbre. 
—Mamá…
—¿Juan Pedro, que ocurre?
—Estoy enamorado, pero lo he jodido todo.
Ella ni siquiera me regañó por mi lenguaje. 
—Oh cariño, dime qué pasó.  —Entonces le conté cada detalle posible—. Sí amas a Lali como aseguras, entonces tendrás que seguir luchando por ella. No puedes rendirte
--¿Qué puedo hacer para que hable conmigo?
—Necesitas hacer algo dulce por ella para probarle cuánto te importa.
—¿Pero qué?
Mamá se rió. 
—Cariño, no puedo decirte eso. Tienes que averiguarlo por ti mismo. Tiene que venir de tu corazón, no del mío.
—Muchas gracias —murmuré.
—Todo lo que puedo decirte es que luches por ella. No te rindas hasta que la convenzas de que hable contigo.
—Está bien, lo haré.
—Buena suerte, cielo.
—Gracias.
Una vez que colgué con mamá, caminé alrededor de la habitación, tratando de pensar en  gestos  enormes.  Finalmente  llamé  a  una  florería local  y  gasté una pequeña  fortuna  en  cada  rosa  que  tenían  en  la  tienda.  Incluso  aunque  estaba apenado como el infierno, recité por varios minutos sobre lo que debía escribir en la  tarjeta.  Los chicos  estaban  escribiéndome  sobre  el desayuno,  así  que de  mala gana me puse algo de ropa. Me dirigí abajo al comedor del hotel donde ellos estaban esperando por mí. Cuando me desplomé en la silla, Poli miró alrededor de la mesa. 
—¿Dónde está Lali?
Nicolas se rió antes de darle un guiño a Euge. 
—¿No me digas que necesita un día para recuperarse de cuidar a nuestros pequeños monstruos?
Después de mover a Melody sobre su cadera, Euge me lanzó una mirada molesta. 
—No, todo fue bien con los niños
Las cejas de Nicolas se arrugaron. 
—¿Entonces dónde está?
—¿Por qué no le preguntas al Sr. Idiota aquí? —espetó Euge.
—¡Mami dijo una mala palabra! —exclamó Jude desde su lugar en el regazo de Vico.
—Um, ¿por qué tú y yo no vamos a lanzar unas monedas a la fuente, huh? —sugirió  Vico.  Mientras  pasaba  a mí lado,  susurró—:  Será  mejor  tenga  toda  la maldita historia cuando regrese.
Una vez que Jude estuvo fuera del alcance del oído, cada par de ojos en la mesa se fijaron en mí. 
—De acuerdo, así que lo jodí bastante.
Las cejas de Nicolas se arrugaron en preocupación. 
—Quizá deberías empezar desde el principio.
Moví mi mano por el cabello y solté una respiración irregular. 
—Mira, anoche, Lali y yo nos dejamos llevar un poco.
Un sonido estrangulado salió de la garganta de Nicolas. 
—¿Por favor dime que mi hijo no los vio haciendo nada?
—¡Dios no! habíamos terminado para el momento que él se despertó por una pesadilla y vino buscando a Lali.
Nicolas tocó el puente de su nariz. 
—¿Podrías explicar exactamente qué pasó?
Me removí incómodamente en el asiento. 
—Después  de  que  Lali  puso  a  los  niños  en  la  cama,  nosotros  nos enrollamos un poco. Cuando terminamos, Jude despertó y quería a Lali. Estaba avergonzado por que él casi nos atrapaba, así que desaparecí. Y luego no le escribí para decirle

—¡Una vez más eres un idiota! —replico Euge.
—Lo siento, ¿de acuerdo? Soy nuevo en toda esta cosa de relaciones. Estaba garantizado que iba a arruinarlo.
Euge resopló exasperadamente. 
—Ahora diles qué pasó después.
Los oscuros ojos de Poli se ampliaron con incredulidad. 
—¿Hay más?
—Desafortunadamente sí.  —Luego expliqué  sobre  Pula presentándose  y Lali viéndola colgada sobre mí.
—Dios Bendito, Peter, tú de verdad tienes un don para arruinarlo —bromeó Nicolas.
—Y que lo digas —murmuré miserablemente.
—Tienes que arreglarlo, amigo —dijo Poli.
—Lo  he  intentado.  Diablos,  acabo  de  gastar  una  maldita  fortuna  por docena, tras docena de rosas para ella. Y aún así no quiere hablar conmigo.
Rascando su barbilla, Poli replicó:
—De acuerdo, entonces tiene que ser algo un poco más grande que solo flores.
Él miró hacia Euge. 
—Tú eres chica. ¿Qué debería hacer?
Ella puso los ojos en blanco antes de pasarle a Melody a Nicolas. Entonces se sentó a mi lado. 
—Peter, te he conocido por ocho años, y la mayor parte de esos años, has sido absolutamente asqueroso con tu trato hacia las mujeres.
—Gracias por la charla para dar ánimos —murmuré.
Ella alzó una mano. 
—Déjame terminar.
—Bien.
—Incluso aunque has hecho un movimiento bastante idiota, puedo decir que Lali te gusta mucho. Quiero decir nunca antes te he visto actuar así alrededor de una chica. —Moví la cabeza estando de acuerdo—. Me aventuraría a decir que aunque ha sido un torbellino las últimas tres semanas incluso podrías amarla.
Tragué fuerte bajo su escrutinio y el de los chicos. 
—Sé que es rápido, pero me he enamorado de ella eso es seguro. Y sí, me gusta amarla.
Los ojos de Euge se nublaron mientras que la boca de Nicolas se abría en sorpresa. 
—¿En serio amigo?
—Sí… en serio.
—¿Ya se lo has dicho? —preguntó AJ.
—No, aún no. 
—Entonces tienes que decirle —ordenó Euge.
—Sí, bueno, me encantaría hacer eso, pero ella no está hablando conmigo de momento.
Poli sacudió la cabeza. 
—Ese es el por qué tienes que hacer algo jodidamente épico para hacerla ver la luz.
—¿Y qué sugiere usted que haga Sr. Latin Lover? ¿La llamo al escenario y le canto sobre cuánto la amo?
Los  ojos  de  Poli  sobresalían  mientras  Euge  respiraba  fuerte.  Cuando  miré hacia Nicolas, él sonrió.
—Eso es exactamente lo que deberías hacer.
Tanto Poli como Euge asintieron en acuerdo. 
—¿Como cuando usualmente subimos a una fan, debería subirla a ella en su lugar?
Poli chasqueo sus dedos. 
—¡Demonios sí!
—Eso suena estupendo, pero ¿cómo demonios voy a conseguir que vaya al show? Ella no responde mis llamadas o mensajes o siquiera abre la puerta.
Euge agarró mis manos. 
—Tú déjame esa parte a mí.
No respondí por un minuto. En su lugar, me perdí en mis pensamientos sobre cómo hacer esta noche la más increíble para Lali. Y luego lo entendí. 
—Euge, ¿llevarías a Lali de compras mientras ensayamos?
—¿Quieres que la distraiga o algo?
—No, es solo que necesito que vaya vestida de blanco como la primera vez que la vi.
La expresión de Euge se suavizó.
 —Oh Peter, eso es tan dulce y romántico.
Sonreí. 
—Gracias. Me alegra  tener tú voto de confianza.  —Luego me giré hacia Nico y  Poli—. Vamos  a  necesitar  un  tiempo de ensayo  extra  hoy  para  agregar  la canción que quiero cantar.
—¿No harás la usual? —preguntó Poli.
—No, ésta tiene que ser completamente diferente y especial para Lali.
Nicolas ladeó su cabeza hacia mí.
—¿Y cuál canción estás planeando cantar?
Con un guiño, respondí:

—Es una sorpresa que planeo revelar en el ensayo

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Perdon
Se que habia prometido maraton este finde pero las cosas se me re complicaron con el colegio y con suerte espuedo editar los cap en la madrugada cuando termino mis tareas asi que Lo siento mucho pero nose cuando de verdad les pueda dar una maraton 
Pd: Esta semana les voy a dejar los cap programados hasta el jueves porque tengo que estudiar para LA prueba de historia pero de todos modos leo sus comentarios ;)
BESOS 

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