Datos personales

domingo, 16 de marzo de 2014

Capitulo: 20

 


Peter
 Op

A pesar de que luché  con fuerza contra  ello, los próximos cuatro días  se  movieron  a  una  retorcida  velocidad  con  los  shows consecutivos. Hubiera dado cualquier cosa para detener el reloj, así mi tiempo
con Lali podría haber sido saboreado y durado más tiempo. Ella era todo lo que podría alguna vez querer o necesitar en una chica, y con el tiempo que pasábamos juntos, mas cuenta me daba que no la había estado cagando con Lali cuando le dije que nunca había conocido a alguien como ella.
Quiero decir, ¿qué otra chica se sentaría conmigo, hablando todas las horas de la noche de música, vida y familia? Ella era la única chica a la que había sido capaz de arrastrar a un IHOP después de un show y luego regresar al autobús para una sesión de improvisación. Cantamos duetos de canciones locas como de Conway Twitty y Loretta Lynn Mississippi, Lousiana Man y luego de Ozzy Osbourne y Lita Ford If I close My Eyes Forever.
 Cuando  Lali  consiguió  eclipsarme  aprendiendo  y  cantando  algunas  de nuestras canciones, le juré que la arrastraría al escenario conmigo para el siguiente show.
—¡Oh infiernos no! — había respondido.
Para su última noche en el autobús, le había pedido a Lali que durmiera conmigo de nuevo, pero esta vez teníamos la cama  para nosotros  mismos. Nada pasó más que dormir en cucharita pero estuve fLeonz de tenerla a mi lado.
Pero  demasiado  pronto  fue  domingo,  el  día  que  ella  tenía  que  reunirse finalmente con los chicos. Nos detuvimos por un sombrío desayuno en el Cracker Barrel, el lugar favorito de Lali para comer. Aunque apenas comió. En su lugar, ella empujó su comida alrededor mientras miraba  entre nosotros y me destrozaba.
Con un gruñido frustrado, dejé caer mi tenedor y golpeé ruidosamente mi plato.
—¿Podrías  detener  eso?  Estas  personas  van  a  pensar  que  te  estamos secuestrando o abusando o algo así por cuan triste te ves.
Ella sorbió y se limpió su nariz con su servilleta.
—No puedo evitarlo. Voy a extrañarlos chicos.
A pesar de que ella dijo “chicos”, ella me miró significativamente.
—Nosotros también te vamos a extrañar —murmuró Poli con la boca llena de panqueques. A la disgustada expresión de ella, él sacó su labio—. ¿Qué puedo decir?  Estoy  sintiendo  tu  pérdida,  Ángel.  Solo  debo  empacarlo  porque  soy  un comedor emocional. 
Su comentario trajo una fugaz sonrisa a su rostro, pero demasiado pronto se hubo ido. Una vez que nosotros terminamos de comer, Lali llamó un taxi para venir a recogerla.
—Podemos llevarte al hotel.
—Está fuera de su ruta. Ya me he impuesto lo suficiente —sostuvo.
Con una sonrisa le respondí.
—Sí, pero eres una imposición terriblemente linda.
Ella se rio.
—Gracias.
Fue entonces que me  colgué  hacia atrás y observé  a Lali pasar por sus adioses con los chicos. Vico fue el primero.
Él la abrazó y le susurró algo en su oído que la hizo reír. Cuando Ncolas dio un paso adelante, las lágrimas brillaron en los ojos de Lali. Tomando las manos de  ella  en  las  suyas,  él  le  habló  suavemente  a  lo  cual  ella  meció  su  cabeza  en acuerdo. Ella se inclinó arriba y le besó su mejilla antes de que él la jalara a sus brazos.  Frotó  amplios  círculos  sobre  su  espalda  mientras  ella  sorbía  su  nariz.
Cuando ella finalmente se echó atrás, Bray le besó la mejilla.
Cuando  Poli  anduvo  hacia  ella,  Lali  no  pudo  detener  la  sonrisa  que  se Formó en sus labios. En una voz baja y tierna, él comenzó a hablar en español. Ella inclinó su cabeza y lo escuchó, a veces riendo a veces llorando. Cuando él terminó, la envolvió en sus brazos y la apretó con fuerza.
Mientras más tiempo Lali permanecía en los brazos de Poli con más fuerza tuve que pelear contra los celos que rebotaban a través de mí.
Cuando  finalmente  la  liberó,  él  le  besó  ambas  mejillas.  Luego  Lali  se volvió hacia mí con lágrimas brillando en sus ojos, y sentí que  había  sido pateado en la tripa.
Este era. El momento que había estado temiendo por días, el momento en que en realidad tenía que decirle adiós a mi Ángel. Tomando su mano, la llevé lejos del autobús, así podíamos tener un poco de privacidad. Cuando habíamos puesto suficiente  distancia  entre  nosotros  y  los  chicos,  me  volteé.  Círculos  oscuros  se formaron bajo los ojos de Lali, y anoche sentí sus sollozos aun a pesar de que ella creyera que yo estaba dormido.
Meciéndome adelante y atrás sobre mis talones, metí las manos dentro de los bolsillos traseros de mis jeans descoloridos y agujereados.
—Entonces…
—Entonces… —repitió Lali torpemente.
Levanté mi cabeza hacia ella.
—Es un poco estúpido decir adiós porque no es como que no nos vamos a ver nunca o hablar otra vez el uno con el otro. Tengo tu número y tú tienes el mío.
—Sí.  Sin  tener  en  cuenta  lo  que  pase  con  nosotros,  siempre  seremos amigos.
—Exactamente.  No  termina  solo  porque  estas  bajándote  del  autobús. Diablos, somos incluso ahora colaboradores de canción.  
Ella mordió abajo en su labio para evitar que las lágrimas que se agruparon en sus ojos se escapasen.
—Seguro.
Tomé un paso tentativo hacia ella.
—Ángel, ¿qué diablos está pasando en esa cabeza tuya?
Mirándome fijamente, Lali me dio una sonrisa poco entusiasta.
—Es  solo  que  no  puedo  dejar  de  preguntarme  si  esa  no  es  la  línea  que utilizas con todas las otras chicas. “oye nena, este no es un adiós”. Sin mencionar tu épica declaración cargada de “tengo tu número”. Estaba pensando que ha habido una serie de chicas angustiosamente mirando sus teléfonos esperando solo por una llamada tuya que nunca llegó.
Mis cejas se arrugaron en cólera.
—Antes que nada, no te estoy dando alguna línea. Cuando digo que te veré de  nuevo  y  que  te  llamaré,  significa  jodidamente  eso.  Y  segundo,  puede  haber habido una serie de chicas dejando este autobús como tu pero te aseguro como el infierno que no conseguí sus números.
--¿No lo hiciste?
—No, Ángel, no lo hice. —Cepillé las sedosas hebras rubias de su cabello lejos del rostro de Lali para frotar tiernamente mi pulgar a través de su mejilla.
—Sea lo que sea que se está iniciando entre nosotros, te aseguro como el infierno que no quiero que termine.
Absorbió una áspera respiración.
—¿Así que también sientes fuertemente esto?
Sonreí.
—Por supuesto que sí. Es como estar siendo  atacado por un jodido rayo todas y cada una de las veces que estas cerca de mí. Me haces pensar cosas... sentir cosas que nunca antes tuve.
—Así que tú también —susurró suavemente. Sus palmas aplanadas contra mi pecho—. Peter, lo siento por lo que dije antes. No sé qué hacer con todo lo que estoy sintiendo, sobre todo ya que no tengo experiencia con los hombres.
—Y  yo  podría  argumentar  que  estamos  aquí  en  el  mismo  barco  siendo totalmente jodidos en no tener ni idea de lo que hacer.
Subiendo su mano, cubrió la mía que ahuecaba su rostro.
—Sé que la gente me dirá eso porque soy inexperta con los chicos, que me equivoco en lo que estoy sintiendo por ti. —Ella sacudió la cabeza—. Pero sé sin una sombra de duda que la intensidad de lo que siento es real.
Coloqué suaves besos como plumas a lo largo de su mano y dedos.
—Mmm, ¿ahora?
—Me he enamorado de ti, Peter.
Por un breve instante, sentí como que ella me había clavado en las bolas otra  vez.  Sus  palabras  me  pegaron  con  fuerza.  Después  de  unas  cuantas respiraciones calmantes, me las arreglé para sonreír.
—Bien, eso es bueno porque me he enamorado jodidamente de ti, Ángel.
Ella se rio
—Tienes tal manía con las palabras.
—¿Qué puedo decir? Sacas el romántico en mí.
El taxi se detuvo en el autobús y me estremecí. Mi pecho se derrumbó ante la  perspectiva  de  ella abandonándome  y  tuve  que  luchar por  respirar. Me sentí como un completo y total cobarde. Maldición, ¿cuándo había quedado reducido a un chico dependiente quien necesitaba a una mujer para vivir? Pero tanto como odiaba  admitirlo,  la  verdad  era  que  necesitaba  a  Lali.  Ella  estaba  viviendo  y respirando paz en mi alma atormentada, un ángel enviado directamente del cielo.
Solo una mirada de ella podría calmarme instantáneamente. Con todo lo que está sucediendo con mi mamá, no sabía cómo lo haría sin ella.
Ya que ella me podía leer tan bien, Lali lanzó sus brazos alrededor de mi cuello y se presionó con fuerza contra mí.
—Desearía que no tuviera que dejarte. Te necesito desesperadamente pero sé que tú me necesitas más.
—Solo estas a una llamada de distancia, ¿cierto?   —pregunté, odiando el modo en que mi voz se rompió con emoción.
—Si por supuesto. Día o noche. Si algo pasa con tu mamá o te molesta o si no puedes dormir, solo puedes llamarme, ¿de acuerdo?
Gruñí.
—Me haces sonar como un total cobarde.
Ella rio tontamente, causando con su cálido aliento calentar mi cuello.
—Solo  tienes  un  increíble,  tierno  corazón,  bebé.  Por  eso,  siempre  vas a sentir más y a doler más que a otras personas. —Apartándose, me miró—. Además, no es una señal de debilidad necesitar de otras personas.
—No, no lo es.
—¿Entonces me llamaras?
—Oh  infiernos  sí,  lo  haré.  —Me  incliné  para  besarla.  Aun  a  pesar  que quería presionarla contra el autobús y causar estragos a su boca mientras mis manos recorrían sus increíbles tetas, sabía que no podía hacer eso. No solo porque no se me  ocurriría  faltarle  el  respeto  a  mi  chica  dándole  al  taxista  o  a  los  chicos  un espectáculo tan obsceno, sino porque no quería avanzar demasiado rápido con ella.
No solo era por su falta de experiencia era porque quería hacer todo perfecto para ella… y para mí.
Así  que  con  toda  la  moderación  que  pude  reunir,  rocé  mis  labios castamente  contra los  suyos. Cuando  ella suspiró en  frustración, la aparté.  A su expresión  decepcionada,  no pude  evitar  reírme.  Ahuecando sus  mejillas  en mis manos, pregunté.
— ¿Cuál fue tu primera parte del dueto que cantamos, Ángel?
—Uhm, ¿fue acerca de no moverse demasiado rápido y hacerlo durar?
—Buena rima, pero sí, conozco esa línea. —Cuando sus cejas se fruncieron, sonreí abiertamente—. No he tenido una relación con una chica desde el gran éxito de la banda. Estoy acostumbrado a amar en la vía más rápida, y bueno, tú en el mejor de los casos eres la vía de emergencia.
—Oye ahora —rio, golpeando mí brazo juguetonamente.
—Por lo tanto tenemos que tomarnos esto lento. Quiero saborear lo que estoy sintiendo y no arruinarlo poniéndome demasiado físico muy rápido.
Lali me frunció los labios.
— ¿Y que si quiero algunas partes de una relación física contigo? No estoy hablando del trato completo… bueno, al menos todavía no.
Eché mi cabeza atrás y gemí.
—Gracias por tratar de matarme, Ángel. Me has conocido una semana y tus reglas son estar enamorada de la persona, ¿recuerdas?
Ella mordisqueó su labio inferior
—Sí, bueno, tal vez estoy en mi camino de enamorarme de ti.
Al bocinazo del claxon del taxi, dejé salir un exasperado aliento.
—Ambos tenemos la jodida peor sincronización. 
—¿Pero por lo menos continuaremos esta conversación más tarde, cierto?
—Sí, lo haremos. —Agarré su maleta y su estuche de guitarra.
—Espera, no lo hagas.
—Si lo hago. Es la cosa caballerosa por hacer.
Ella movió la cabeza y luego dio un paso detrás de mí. Acomodé sus cosas en el maletero y luego cerré la tapa.
—Ten cuidado.
—Gracias. Tú también.
—E impresiónalos esta noche.
—Trataré.
Sonreí mientras abría la puerta trasera para ella.
—Lo harás, y sabes que siempre tengo la razón.
Ella rodó sus ojos pero luego sonrió.
—Adiós, Peter.
—Adiós, Ángel.
Cuando empezó a pasarme para meterse en el taxi, la detuve. A veces hay momentos que sabes que te arrepentirás si no sigues a tu corazón. Agarrando la parte trasera de su cuello, incliné su cabeza hacia la mía. Entonces llevé mi boca a la suya. Esta vez dejé que el calor de mi lengua se deslizara en sus labios abiertos.
Cuando ella hizo un pequeño gemido en la parte posterior de su garganta, apreté mis  brazos  alrededor  de  su  cintura.  Dios,  ella  sabía  bien.  Podría  haber  seguido besándola la tarde entera, pero una sinfonía de silbidos y abucheos interrumpió mi momento de felicidad pura.
Me aparté para ver a Poli, Ncolas y Vico parados al lado del autobús. El calor inundó el rostro de Lali mientras yo gruñía:
—Muchas gracias, chicos.
—¡Agárrale el culo, chica! (poli lo dijo en español )
Los ojos de Lali se estrecharon antes de que ella gritara:
—¡Cállate, imbecil!  (español)
—¿Qué dijo? —la interrogué con una sonrisa.
—Agárrale el trasero, chica —respondió.
—¿Y qué le dijiste?
Ella sonrió.
—Le dije que se callara y lo llamé imbécil.
Me reí.
—Me aseguraré de golpear la mierda fuera de él por ti.
—Gracias —respondió. Echándoles un vistazo a los chicos, ella sacudió la cabeza—. Estoy tentada de darles el dedo pero en su lugar solo lo agitaré.
—Adiós, Lali —llamarón al unísono.
Ella se volteó hacia mí.
—Hablamos más tarde.
—Es una promesa.
Sin otra muestra de afecto, se dejó caer en el asiento.
—El Hilton, por favor —ordenó Lali cortésmente.
—Muy  bien,  pero  para  que  lo  sepas,  el  taxímetro  ha  estado  corriendo, cariño —respondió el taxista.
—Está bien —ella me echó un vistazo y sonrió—, valió la pena.
—Has dado en el puto clavo —respondí antes de cerrar la puerta.

Como una chica enferma de amor, me quede saludándola hasta que el taxi desapareció sobre la colina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario