LALI
Cuando llegué al hotel, los tres chicos me estaban esperando
en el vestíbulo. Puse los ojos, pero sonreí a pesar de mí misma.
—¡No me digan
que tenían miedo
que me pudiera
haber perdido y marchado con otro grupo de rockeros rebeldes?
Jaime se rio entre dientes mientras me daba un abrazo de
oso.
—No, solo queríamos hacer lo correcto por esta vez y darte
la bienvenida en persona.
—Oh, eso es dulce.
Los ojos azules de leon brillaban.
—También está el hecho de que tenemos que estar en la arena
en una hora para las pruebas de sonido y todo.
Negué con la cabeza.
—Justo cuando pensaba
que ustedes estaban
jugando a los
hermanos sobreprotectores, tú machacas mis sueños.
Gas tiró su brazo alrededor de mi hombro.
—Te he echado de menos, niña. —Él me dio un beso en la
mejilla—. ¿Estás emocionada por esta
noche?
La sola mención de la actuación causó que mi estómago se
estancara.
—Sí y no.
Él asintió a medida que nos precipitábamos por las puertas
giratorias del hotel.
—Recuerdo la primera
vez que actué
frente a una multitud
llena de decenas de miles de
personas.
Le di un codazo juguetón en las costillas.
—No ayudas, querido hermano.
Él me sonrió. Éramos los inseparables a juego de la familia
con el cabello
rubio y los ojos azules. Gabe y Leon eran verdaderos hermanos
gemelos con el hecho de que Gabe era cerca de ocho centímetros más alto que Leon,
mientras que Leon era el más fuerte de los dos. El único rasgo de coincidencia
era que tenían el cabello negro azabache de nuestro padre, si bien todos compartíamos los ojos azules de nuestra madre. Incluso si eran
mis hermanos, tenía que admitir que eran de buen aspecto. Por supuesto, Gas
había estado comprometido durante seis meses con una chica
llamada Valerie que
trabajaba en la
iglesia de nuestro
padre. Como Nicolas, que ni
siquiera miraba a las otras chicas. Ahora los gemelos... esa era otra historia.
—Vas a estar bien, La. Después de todo, solo estás cantando
un dueto con Bemjmin y una canción con nosotros —dijo Leon mientras sostenía la
puerta de la limusina abierta para mí.
Mientras me dejaba
caer en el
interior, dejé escapar
un suspiro de frustración.
—Oh, por supuesto,
solo dos canciones.
Esas son dos
excelentes oportunidades para mí para cantar fuera de tono, caerme fuera
del escenario, etc
—Te preocupas demasiado. Solo tienes que ir por ahí y
divertirte. Haz de cuenta que es como cuando éramos niños.
—O podrías hacer el viejo adagio y fingir que todo el mundo
está desnudo —sugirió Leon mientras meneaba las cejas.
Le di un puntapié a su pie con el mío.
—¡Eres tan asqueroso!
Después de hacer el corto viaje a la arena, la limusina se
detuvo en la parte posterior. El jefe de seguridad de los chicos, Manny, abrió
la puerta y me dio una sonrisa radiante.
—Me alegro de verte de nuevo, Lali.
Le di un
abrazo a todo
su metro noventa
y dos y
ciento treinta y seis
kilogramos suyos.
—Me alegro de verte de nuevo también. —Hice un gesto hacia
atrás a los chicos—. ¿Los mantienes alineados?
Sonrió.
—Estoy tratando. Es un trabajo duro.
Riendo, respondí:
—Solo lo puedo imaginar.
Mientras Manny nos
acompañaba al interior,
alguien vestido de
negro equipado con un auricular vino corriendo hasta mí.
—Te buscan en el escenario en este momento para tu ensayo
con Bemjmin.
—Oh, está bien. —Me volví hacia los chicos—. Nos vemos en un
rato.
—Noquéalos hasta la muerte, niña —llamó Gabe.
Cuando llegué al escenario, Bemjmin estaba sentado en un
taburete con su guitarra, haciendo un
recorrido a través
de sus otras
canciones. Después de terminar la canción, él me miró y atrapó
mi mirada. Su rostro se iluminó.
—¡Lali! —gritó antes de apresurarse a tirar de mí en sus
brazos. Nosotros solo nos habíamos
encontrado un par de veces
antes, pero por la forma en que
actuaba, habrías pensado que éramos amigos que se perdieron la pista hace
tiempo o antiguos amantes. Peter se
habría ido para el segundo escenario.
—Veo que lo lograste sana y salva.
Me eché a reír.
—Sí, lo hice.
—Muy bien. Estoy feliz como el infierno por cantar
contigo. —Saludó a un técnico que vino a
entregar mí micrófono.
—¿Lista?
—Por supuesto.
Después de ensayar con Bemjmin, vi a los chicos pasar a su
equipo antes de unirse a ellos en el escenario. Durante los primeros shows, solo
estaría cantando un cover de
The Band Perry If
I Die Young.
Entonces los chicos planearon llevarme como vocalista, lo que Gas usualmente hacía. Una vez que
pasamos por todo, fuimos
conducidos a nuestros
camerinos. Mientras los
chicos se atragantaban con la
comida, apenas podía bajar un trozo de bizcocho hecho en casa de mi madre.
Cuanto más cerca estaba la hora del show, más pequeño se
hacía el espacio lleno de gente. Se sentía como una colmena de abejas fuera de
control con todas las conversiones zumbando
alrededor de mí.
Estilistas, gente de
vestuario,
representantes y roadies entrando y saliendo. No había
privacidad o tiempo para recuperar el aliento, con toda la locura.
Cuando mis padres entraron en la sala, se precipitaron hacia
mí como si yo fuera una rehén
que había sido
liberada de su cautiverio. Fue
increíblemente irónico teniendo en cuenta que estábamos en contacto,
hablábamos, o les enviaba mensajes de texto todos los días que estuve con Peter
y los chicos.
—¿Cómo estás cariño? —preguntó mamá.
Me eché a reír.
—Tan bien como estaba más temprano cuando hablamos.
—Te ves bien —conjeturó papá.
—Peter y los chicos cuidaron muy bien de mí.
Mamá y papá intercambiaron una mirada ante mi mención de Peter.
—¿Qué? —pregunté.
Metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones caqui,
papá se aclaró la garganta.
—Bueno, tu madre y yo estábamos hablando de que parecías
hablar mucho de este chico Peter cuando hablamos.
Yo sabía lo que quería decir, pero no podía.
—Me gusta.
Mamá inhaló con fuerza.
—¿Como un novio?
Con una sonrisa, respondí:
—Tal vez. —Tomé las miradas de horror que destellaban en sus
rostros—. ¿Hay algo de malo en eso?
—Uh, no, Mariana, no lo hay. Es solo que... —trastabilló papá.
Mamá intervino por él.
—Es solo que una relación con un músico es difícil. Quiero
decir, mira a Gas y Valerie.
—Sí, lo sé. Pero a veces no se puede evitar tener
sentimientos por alguien.
Las cejas de papá prácticamente se salieron de su
cabeza.
—¿Así que puedes ir realmente en serio con este chico?
—Sí, papá. Me gusta mucho Peter Lanzani de Runaway Train.
Sí, solo lo he conocido por una semana. Sí, él es un chico malo con tatuajes y
piercings, y sí, él es su peor pesadilla cuando se trata de la persona con la que va
a salir su niña. —Me
incliné más cerca de él—. No, él no se está aprovechando de mí, y no, no me va a
convertir en una
chica mala perforada
y con tatuajes.
—Con una sonrisa tentativa, agregué—: Ambos vamos a sacar
lo mejor de cada uno mientras vemos a dónde nos lleva. ¿De acuerdo?
La boca de
papá que se
había abierto durante
unos segundos antes rápidamente se cerró. Creo que fue una
de las primeras veces que lo había visto sin habla. Me volví hacia mamá que
estaba igual de atónita.
—Lali, estamos listos para ti —dijo Renee, mi estilista.
—Me tengo que ir.
—Miré entre los dos—. Así que estamos bien, ¿todo está bien?
—Claro cariño —respondió mamá. Sonaba un poco más convencida
de lo que parecía. Mi
papá, por su parte, continuaba mirándome
en estado de shock.
Supongo que no podía culparlos por estar conmocionados por
mi declaración. Iban a necesitar más tiempo para absorberlo todo.
Dejando a mis padres detrás, me dirigí al cuarto de peluquería
y maquillaje.
Al momento en que me senté en la silla, mi estómago se
contrajo en apretados nudos. La nerviosa
energía zumbaba a través de mí. Taconeando sin descanso mibota en el suelo,
miré en el espejo con luz delante de mí como el jefe de la banda de estilistas,
Renee, hacía mis rizos grandes y más grandes. Por la forma en que estaba
fijando el cabello en su lugar con spray,
estaba bastante segura de que la mitad
de la capa de ozono se estaba agotando.
Tratando de calmarme, me tomé unas cuantas respiraciones profundas
para aclararme mientras me sentaba vestida con una túnica de seda.
Cuando me atreví a tomar mi reflejo en el espejo, mis
nervios se fueron a toda marcha. Una vez que Renee terminó con mi cabello,
Becca, la maquilladora se hizo cargo y comenzó a dar el máximo. Nunca había
tenido mucha base o rubor en toda mi vida, por no hablar de las pestañas postizas
que me hicieron sentir como una puta total.
—¿Estás segura de que esto no es demasiado? —le pregunté.
Becca resopló con desdén.
—A menos que
quieras parecer un
cadáver bajo las
luces del escenario, podrás ir con la corriente.
Así que fui con la corriente, que también incluía un tocado
con la mayor parte de una peluca de Dolly Parton. Un roadie asomó la cabeza por
la puerta.
—Diez minutos, Lali.
—Oh Dios —murmuré antes de que todo mi cuerpo empezara a
temblar de pies a cabeza.
—¡Por Dios, La, deja de taconear! —gruñó Leon en la silla
junto a la mía.
Inmediatamente calmó mi pie.
—Lo siento. Es una cosa de un tic ansioso.
—Vas a estar bien —aseguró a Gas. Cuando miré a través de mi
cabello esponjado, sonrió.
—Lo sé. Es que yo todavía tengo miedo de olvidarme de las
letras o caerme de bruces
Su mirada se desvió a mis botas.
—Te ajustan bastante bien, ¿no?
—Oh, sí.
—Entonces estarás bien.
Renee me palmeó los hombros.
—Muy bien. Tiempo para conseguir tu vestuario.
Me bajé de la silla y la seguí a través de la puerta. Sin
embargo, tenía que ver lo que habían elegido para mí. Sabía que los chicos
nunca se preocupaban por lo que llevaban puesto, y yo había visto lo mismo cuando
estaba en el autobús de Runaway Train. Cuando atravesaba el
pasillo, un roadie
me tocó en el
hombro antes de empujar el teléfono en mi oreja.
—Tienes una llamada.
Mis cejas se fruncieron.
—Gracias —le contesté antes de ponerme el teléfono a la
oreja—. ¿Hola?
—Oye Ángel.
Esas dos palabras
enviaron un escalofrío
a través de
mí, y me
hicieron patinar hasta detenerme.
—Hola, Peter —contesté sin aliento.
—Te estoy llamando por dos razones.
—¿Ah, sí?
—Una es para
demostrarte que soy
un hombre de
palabra cuando te prometí que llamaría. Y como un jodido
perrito enfermo de amor, ni siquiera pude esperar un par de horas para escuchar
tu voz.
Sonriendo como una tonta, luché por recuperar mí
aliento.
—Me alegro de que me demostraras que estaba equivocada.
Ahora, ¿cuál es la segunda razón?
—Quería llamarte antes
de ir al
escenario y desearte
buena suerte. Me imaginé que estabas muy nerviosa.
Me mordí el labio para no gritar en voz alta ante su
consideración.
—Lo estoy... y gracias. Es muy amable de tu parte llamar.
—No tienes ni idea de lo dulce que podría ser por ti.
Con un bufido, respondí:
—Solo cuando estoy
pensando en el chico increíblemente romántico
y sincero que eres, ahí está el verdadero Peter entrando alto y claro
para recordarme que eres un verdadero lujurioso.
Él se echó a reír.
—Tuve que darte un poco de insinuaciones, Ángel, para que te
relajes.
—Bueno, todavía estoy
nerviosa como el infierno. Mis
rodillas están temblando, y creo
que podría vomitar.
Peter respiró profundamente.
—Lali, te dije que
no tienes nada de qué preocuparte. Tienes
una voz poderosa en el interior, todo un infierno de hermoso paquete.
Solo ve ahí afuera y canta con todo de ti como lo hiciste cuando lo
practicamos.
Solo escuchar su
voz profunda decir mi nombre
realmente hizo que mi
cuerpo se estremeciera.
—Gracias, Peter. Y lo haré.
Con mi corazón acelerado, me debatí si decir lo que había en
mi corazón.
Finalmente, espeté:
—Voy a fingir que
estoy cantando de nuevo contigo, en lugar de Benja.
Eso me ayudará a pasar a través de ello.
El silencio llegó del otro lado de la línea, y por un
momento, pensé que lo había perdido.
—¿Peter?
—Estoy aquí, Ángel. Y me alegro de oír eso. Me gustaría
poder estar allí cantando contigo.
—A mí también. —Un
roadie diferente del que trajo el teléfono dijo:
—Tú vestuario está esperando por ti en el camerino.
—Oh, me tengo que ir. Pero gracias por llamarme. No sabes lo
mucho que significa para mí.
—De nada, nena.
Ahora ve y
patea algunos culos
en el escenario,
¿de acuerdo?
—Me eché a reír.
—Claro que lo haré.
—El roadie entonces me hizo pasar a una habitación al final del
pasillo.
—Aquí está, Cari
—dijo el roadie.
Una chica con el cabello rosa me miró hacia arriba.
—Ya era hora —murmuró Cari. Sus manos fueron a los
bastidores llenos de ropa en frente de ella. Ella sacudió un vestido de color
coral y me lo mostró.
—Aquí tienes.
Rápidamente me metí
detrás del separador
y deslicé mis
botas. Luego siguió mi bata.
Desde que el corpiño era strapless, me bajé también mi sujetador. Jadeando y
resoplando, me las arreglé para meterme en el vestido.
—Uhm, ¿hay alguna posibilidad de que tengas una talla
diferente?
—Usualmente todos los vestidos son a la medida, pero no
estuviste aquí para uno a la medida —espetó Cari.
Alcanzó la abertura, y subió mi cremallera con dureza. Mirándome,
ella asintió con la cabeza,
—Eso luce ardiente.
—No puedo. Respirar —jadee.
Ladeando la cabeza hacia mí, Cari puso los ojos.
—Escucha cariño, vas a tener que lidiar con eso. Tal vez
podrás usar otro conjunto con tus
hermanos, pero estás
en el escenario
con Bemjmin en
cinco minutos.
Un golpe a la puerta.
—¿Ves?
—Bien —resoplé. Apenas
era capaz de
agacharme y tirar
de las botas.
Temía que en cualquier momento el cierre podría explotar.
—Ella es decente —dijo la chica.
Sin embargo, otro roadie asomó la cabeza por la puerta.
—Cinco minutos, señorita EsPOSITO.
Le sonreí.
—Por favor, llámame, Lali. Y ya voy.
Él
asintió con la
cabeza y tirar de las
botas.
Temía que en cualquier momento el cierre podría explotar.
—Ella es decente —dijo la chica.
Sin embargo, otro roadie asomó la cabeza por la puerta.
—Cinco minutos, señorita EsPOSITO.
Le sonreí.
—Por favor, llámame, Lali. Y ya voy.
Él asintió con
la cabeza y
abrió la puerta.
Mirando hacia atrás,
vi mi apariencia.
—Mierda —murmuré.
Ni siquiera quiero
pensar en lo que papá
diría al ver mi atuendo. Estoy bastante segura de que tendría
una coronaria tapada al ver el vestido. Termina muy por encima de mis rodillas,
y tiene bastantes adornos rosas y piezas de encaje, mis pechos lucían como si
fueran a aparecer por la parte superior en cualquier minuto. Seguí al roadie de
la puerta al escenario. Gracias a Dios que tenía mis fieles botas vaqueras y no
los tacones, o estoy bastante segura de que me habría suicidado.
Cuando llegamos a los bastidores, Bemjmin estaba terminando
su hit Just the Girl for Me. A medida que los roadies volteaban para cambiar el
set, Bemjmin dejó la guitarra y tomó el micrófono del pedestal.
—Así que me gustaría presentarles a ustedes a una chica muy
especial. No solo es la hermana pequeña y potencial nueva cantante de los
increíbles Jacob’s Ladder, también es
mi compañera de
dúo esta noche
para mi canción
final. ¡Reciban todos a la señorita Lali Esposito!
Respiré profundo y me
empujé fuera de los bastidores. Lance mi mejor sonrisa de
mega voltios, empecé
por el escenario,
saludando locamente a la multitud.
Justo cuando pensaba que mi brazo podría caerse, alcancé a Bemjmin.
Silbó en el micrófono y luego me guiñó un ojo.
— Señoras y señores, me olvidé de decirles lo absolutamente
caliente que es, ¿no?
—Gracias, Bemjmin. —Hice
una pausa para
dejar que mi
mirada rodara sobre él—. Te ves
muy bien esta noche también —le contesté, haciendo mi mejor esfuerzo para
trabajar con la situación.
Volviendo hacia el público, sonrió.
—Ella es dulce
también, ¿verdad? —Ellos
silbaron y aplaudieron
en respuesta—. Esperen hasta que la escuchen cantar. Van a perder la
cabeza, ella no solo es una chica muy hermosa, también tiene una voz increíble.
Moví mi mano despectivamente ante él.
—Me estás avergonzando con todos los elogios.
—Entonces, ¿estás lista para deslumbrar a Des Moines?
Sonreí hacia el público.
—Sí, lo estoy.
Bemjmin asintió con la cabeza.
―Muy bien, entonces. Vamos a hacerlo.
La familiar melodía
de Don’t You Want
to Stay
hizo eco a través
de la arena. Tan
pronto como llegó
mi parte en
el coro, todo
el nerviosismo se desvaneció, y di todo de mí. Con solo un ensayo rápido, no sabía exactamente qué esperar de Bemjmin.
Y al igual que le había prometido a Peter, me imaginé que era
Peter para quien cantaba, en lugar de Bemjmin. En el momento
en que llegué a mí solo, Bemjmin estaba muy cerca. Me guiñó un ojo como diciendo
‘’Vamos a darles un infierno de
un espectáculo”. pero
tengo la impresión
de que podría
estar realmente disfrutando de
su roce contra
mí o el arrastrar sus
manos sobre mis brazos y mi espalda un poco demasiado.
Pero como una profesional sabía que tenía que actuar así,
forcé una sonrisa en mi rostro
y actué como
si lo estuviéra
disfrutando tanto como
él. Cuando terminamos, aplausos
sonaron a nuestro alrededor.
—Gracias —murmuré sin aliento en el micrófono.
Todo el fuerte silbido atravesó mis tímpanos. Podía ver
ahora por qué los chicos llevaban tapones para los oídos. Bemjmin me atrajo
hacia él y me dio un beso en la mejilla.
—Gracias por darle a
nuestra chica Lali una
cálida bienvenida. Tengo muchas ganas de trabajar muy cerca de
ella en los próximos meses. —Entonces me guiñó el ojo de nuevo, y yo apreté los
dientes para no torcerme lejos de su abrazo demasiado cerca para mi comodidad
—¡Gracias de nuevo! Los veré de nuevo en la siguiente
canción —dije antes de apresurarme fuera del escenario.
Esperando en los bastidores, los chicos se lanzaron sobre mí
antes de que pudiera entregar el micrófono
al técnico. Jaime
me tomó en sus brazos
para un abrazo de oso.
—¡Muy bien!
—No puedo. Respirar —murmuré.
—Ups —respondió dejándome ir.
Le sonreí.
—Pero gracias.
El siguiente que me abrazó fue Gas.
—¡Buen trabajo, pequeña!
Con una amplia sonrisa, Leon me golpeó en la espalda y
gritó:
—¡La, diste en el clavo!
—Oh, son tan dulces
por venir a verme.
—Y esta vez se trata de sinceridad. Hay dos canciones que
siguen antes de nuestro grupo.
—Que lindos —reflexioné, pellizcando la mejilla de Leon.
—¡Oye, no me estropees el maquillaje! —se quejó.
—Este niño bonito —murmuró Gas en voz baja.
—Hablando de bonito,
eso es un
poco más que
un vestido —comentó Jaime.
—Si me cambiaré antes de su grupo
—Eso suena bien ―dijo papá detrás de mí. Me di la vuelta y
sentí la calidez inundar mis mejillas.
—Yo no tengo nada que ver con esto.
Me miró un momento antes de que una sonrisa se extendiera
por su cara.
—No es lo que yo habría elegido, pero seguro que luces
hermosa en él.
—¿En serio?
Mamá asintió.
—Y has sonado maravillosa, cariño. —Sí, nos impresionaste mucho —respondió papá.
—Gracias.
Entonces Cari, la estilista, se dirigió a mí.
—Vamos, Lali. Tengo otro vestido para que te pruebes.
—Está bien. —Me volví
hacia los chicos—. Buena suerte. Nos vemos en un rato. —Les di a papá y mamá un rápido abrazo y beso
antes de que Cari me llevara al cuarto
de vestuario.
Después que vi mi nuevo vestuario, decidí que Cari era más
un creadora de milagros que un demonio. Había encontrado un vestido largo, esta
vez ligeramente brillante, de tirantes y un corpiño de cuentas. Era de color morado
oscuro.
—Eso es hermoso.
—Me alegro de que te guste —murmuró Cari mientras
desabrochaba mi dispositivo de tortura que tenía por conjunto.
Ahora que mi
primera actuación había
pasado, la mayor
parte de mi nerviosismo se
había disipado. Solo
había una persona
en el mundo
con quién quería hablar.
—Uhm, ¿sabes que le pasó a mi teléfono?
Al presionar un botón, Cari habló en su auricular.
—Necesito el celular de Lali tráelo al camerino. Pronto.
—Oh, en realidad no es tan grande mi apuro.
Cari puso los ojos.
—Confía en mí, cariño. Hay que hablarles de esta manera a
estos roadies y técnicos. Si no eres una perra, no hacen la mierda.
Como para ilustrar su punto, alguien llamó a la puerta.
—¿Ves? —me preguntó con una sonrisa.
Me apresuré en el vestido mientras ella se acercaba a la
puerta. Apenas la
abrió, lo tomó del roadie y luego lo trajo a mí.
—¡Gracias! —dije.
Una vez que hubo ahuecado el vestido y ajustado las correas,
me envió en camino. Rápidamente le marqué a Peter.
Él contestó al tercer timbrazo.
―Oye ángel.
—Tuve que llamar para decirte que ¡lo hice! ¡Canté, y todo
fue genial!
Él se rio entre dientes.
—Te dije que lo harías. Y una vez más, tengo siempre razón.
—Tú siempre tan listillo —le respondí con una sonrisa.
—En el fondo, te gusta eso de mí.
—Tal vez.
—Entonces, ¿qué—Tal vez.
—Entonces, ¿qué estás haciendo ahora?
—Tropezar alrededor de los bastidores antes de continuar con
los chicos
—¿No sigues nerviosa?, ¿verdad?
—No, en realidad me siento increíble, es como un alto nivel
de adrenalina.
Me podría acostumbrar a esta sensación.
—Eso es lo que actuar delante de un público hará
contigo.
—Hablando de
multitudes, me aman en serio, y les encantó el dúo con Bemjmin. Bueno,
a mí también,
excepto por el
hecho de que
él tiene un poco
demasiado en él.
Un gruñido salió en el otro extremo de la línea.
—Sí, dile a mi chico Bemjmin que la próxima vez que quiera
sentirse parte de mi chica y prácticamente se jorobe acercándose a ella en el
escenario lo menos que voy a hacer con él es romper la mano que usa con su
guitarra
—Él no me
estaba sintiendo. Él…
—Me quedé inmóvil
en medio del pasillo—. Espera, ¿cómo sabes que lo
hizo?
—Porque yo lo vi.
Mi corazón se estremeció hasta pararse mientras miraba
frenéticamente alrededor.
—¿Estás ahí?
Él se echó a reír.
—Desearía
estarlo, Ángel. Me
hubiera gustado especialmente
verte de cerca y personalmente en
ese pequeño y travieso vestido rojo que llevabas.
—¿Pero cómo ?
—Tuve a un técnico que me enviaba transmisión en vivo.
—¿Lo has hecho por mí?
—Demonios sí. No me quería perder tu primera actuación por
nada en el mundo, sobre todo después de nuestro ensayo.
— Oh, Peter... eso es tan dulce.
—He tratado de decirte antes lo dulce que puedo ser para
ti —respondió con diversión vibrando en su voz.
—Lo sé.
—Vas a pensar
que soy aún
más dulce cuando
vuelvas al autobús
y encuentres las flores que te envié.
—¿En serio? —chillé
—Bueno, algunas de
ellos son de
todos nosotros, pero
hay una docena especial solo de mí.
Mi corazón se hinchó en mi pecho por lo que me temía que iba
directo a estallar.
—Oh guau, eso es tan dulce y atento. Dile gracias a los
chicos.
—Lo haré.
—Eres increíble.
—Lo sé.
Me reí.
—Que ególatra.
Un roadie me saludó para llamar mi atención.
—Cinco minutos —dijo.
—Oh, Peter, tengo que irme —me lamenté.
—Espera, tengo que preguntarte algo.
—Por supuesto. ¿Qué?
—Quería ver si vendrías conmigo a los dulces dieciséis de mi
hermana en dos semanas. Dado que los chicos y yo estamos tocando, estamos
haciendo un granfin de semana. La esposa de Nicolas, Euge, estará volando con
los niños. ¿Crees que puedes hacerlo?
Oh guau. Peter
me estaba invitando
a algo que
implicaba conocer a su familia.
Esto era enorme... y rápido.
Respira, Lali.
—Uhm, sí, claro
—Si tienes que amortiguar el golpe con tus hermanos por
quedarte lejos conmigo, puedes decirles
que tengo la
intención de tenerte
en el estudio
para grabar I’ll take you with me.
—¡Santa mierda! —exclamé.
Peter se rio entre dientes.
—¿Eso significa que quieres venir?
—Sí,
definitivamente quiero ir.
No puedo creer
que aún desees
grabar conmigo.
—Por supuesto que
sí, y uno
de mis lugares
favoritos para grabar
se encuentra en Atlanta.
—Guau, esto sigue siendo tan increíble.
— Bueno, créelo. Habrá un billete de avión esperando en el
hotel. Mi gente se ha ocupado de todo, incluyendo el hotel.
Todo está en mí.
—Eso es demasiado. No puedo dejar que hagas eso, Peter.
—Sí, puedes, y lo harás. Es mi viaje, así que es mi regalo.
—Eres tan mandón.
Él se echó a reír.
—Sí, y es mejor que te acostumbres.
—Está bien, está bien, acepto.
—Me alegra oír eso, Ángel.
Cuando el roadie reapareció y me hizo una seña al escenario, suspiré de frustración.
—Me tengo que ir, Peter.
—Muy bien. Voy a hablar contigo más tarde esta noche, y
luego te veré en dos semanas..
Volvisteeeee!!! Esto esta increible!!!!
ResponderEliminarMaaaaaaasssssssssssss
Si entiendo lo del cargador sorry por ser tan pesada pasa que me encanta tu nove entiendeme jajajaja
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