Datos personales

domingo, 16 de marzo de 2014

Capitulo: 21



LALI
Cuando llegué al hotel, los tres chicos me estaban esperando en el vestíbulo. Puse los ojos, pero sonreí a pesar de mí misma.
—¡No  me  digan  que  tenían  miedo  que  me  pudiera  haber perdido y marchado con otro grupo de rockeros rebeldes?

Jaime se rio entre dientes mientras me daba un abrazo de oso. 
—No, solo queríamos hacer lo correcto por esta vez y darte la bienvenida en persona. 
—Oh, eso es dulce. 
Los ojos azules de leon brillaban.
—También está el hecho de que tenemos que estar en la arena en una hora para las pruebas de sonido y todo. 
Negué con la cabeza.
—Justo  cuando  pensaba  que  ustedes  estaban  jugando  a  los  hermanos sobreprotectores, tú machacas mis sueños. 
Gas tiró su brazo alrededor de mi hombro. 
—Te he echado de menos, niña. —Él me dio un beso en la mejilla—.  ¿Estás emocionada por esta noche? 
La sola mención de la actuación causó que mi estómago se estancara. 
—Sí y no. 
Él asintió a medida que nos precipitábamos por las puertas giratorias del hotel.
—Recuerdo  la  primera  vez  que  actué  frente  a  una  multitud  llena  de decenas de miles de personas.
Le di un codazo juguetón en las costillas. 
—No ayudas, querido hermano.
Él me sonrió. Éramos los inseparables a juego de la familia con el cabello
rubio y los ojos azules. Gabe y Leon eran verdaderos hermanos gemelos con el hecho de que Gabe era cerca de ocho centímetros más alto que Leon, mientras que Leon era el más fuerte de los dos. El único rasgo de coincidencia era que tenían el cabello negro azabache de nuestro  padre, si bien todos compartíamos los  ojos azules de nuestra madre. Incluso si eran mis hermanos, tenía que admitir que eran de buen aspecto. Por supuesto, Gas había estado comprometido durante seis meses con una  chica  llamada  Valerie  que  trabajaba  en  la  iglesia  de  nuestro  padre.  Como Nicolas, que ni siquiera miraba a las otras chicas. Ahora los gemelos... esa era otra historia.
—Vas a estar bien, La. Después de todo, solo estás cantando un dueto con Bemjmin y una canción con nosotros —dijo Leon mientras sostenía la puerta de la limusina abierta para mí.
Mientras  me  dejaba  caer  en  el  interior,  dejé  escapar  un  suspiro  de frustración.
—Oh,  por  supuesto,  solo  dos  canciones.  Esas  son  dos  excelentes oportunidades para mí para cantar fuera de tono, caerme fuera del escenario, etc
—Te preocupas demasiado. Solo tienes que ir por ahí y divertirte. Haz de cuenta que es como cuando éramos niños.
—O podrías hacer el viejo adagio y fingir que todo el mundo está desnudo —sugirió Leon mientras meneaba las cejas.
Le di un puntapié a su pie con el mío. 
—¡Eres tan asqueroso! 
Después de hacer el corto viaje a la arena, la limusina se detuvo en la parte posterior. El jefe de seguridad de los chicos, Manny, abrió la puerta y me dio una sonrisa radiante.
—Me alegro de verte de nuevo, Lali. 
Le  di  un  abrazo  a  todo  su  metro  noventa  y  dos  y  ciento  treinta  y  seis kilogramos suyos. 
—Me alegro de verte de nuevo también. —Hice un gesto hacia atrás a los chicos—. ¿Los mantienes alineados?
Sonrió.
—Estoy tratando. Es un trabajo duro.
Riendo, respondí: 
—Solo lo puedo imaginar. 
Mientras  Manny  nos  acompañaba  al  interior,  alguien  vestido  de  negro equipado con un auricular vino corriendo hasta mí.
—Te buscan en el escenario en este momento para tu ensayo con Bemjmin.
—Oh, está bien. —Me volví hacia los chicos—. Nos vemos en un rato. 
—Noquéalos hasta la muerte, niña —llamó Gabe.
Cuando llegué al escenario, Bemjmin estaba sentado en un taburete con su guitarra,  haciendo  un  recorrido  a  través  de  sus  otras  canciones.  Después  de terminar la canción, él me miró y atrapó mi mirada. Su rostro se iluminó. 
—¡Lali! —gritó antes de apresurarse a tirar de mí en sus brazos. Nosotros solo nos habíamos  encontrado un par  de  veces  antes, pero por la  forma  en  que actuaba, habrías pensado que éramos amigos que se perdieron la pista hace tiempo  o antiguos amantes. Peter se habría ido para el segundo escenario.
—Veo que lo lograste sana y salva.
Me eché a reír.
—Sí, lo hice. 
—Muy bien. Estoy feliz como el infierno por cantar contigo.  —Saludó a un técnico que vino a entregar mí micrófono.
—¿Lista?
—Por supuesto.
Después de ensayar con Bemjmin, vi a los chicos pasar a su equipo antes de unirse a ellos en el escenario. Durante los primeros shows, solo estaría cantando un  cover  de  The  Band  Perry If  I  Die  Young.
  Entonces  los  chicos  planearon llevarme como vocalista,  lo que Gas usualmente hacía. Una vez que pasamos por  todo,  fuimos  conducidos  a  nuestros  camerinos.  Mientras  los  chicos  se atragantaban con la comida, apenas podía bajar un trozo de bizcocho hecho en casa de mi madre.
Cuanto más cerca estaba la hora del show, más pequeño se hacía el espacio lleno de gente. Se sentía como una colmena de abejas fuera de control con todas las  conversiones  zumbando  alrededor  de  mí.  Estilistas,  gente  de  vestuario,
representantes y roadies entrando y saliendo. No había privacidad o tiempo para recuperar el aliento, con toda la locura.
Cuando mis padres entraron en la sala, se precipitaron hacia mí como si yo fuera  una  rehén  que  había  sido  liberada  de  su  cautiverio.  Fue  increíblemente irónico teniendo en cuenta que estábamos en contacto, hablábamos, o les enviaba mensajes de texto todos los días que estuve con Peter y los chicos.
—¿Cómo estás cariño? —preguntó mamá.
Me eché a reír. 
—Tan bien como estaba más temprano cuando hablamos.
—Te ves bien —conjeturó papá.
—Peter y los chicos cuidaron muy bien de mí. 
Mamá y papá intercambiaron una mirada ante mi mención de Peter.
—¿Qué? —pregunté.
Metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones caqui, papá se aclaró la garganta. 
—Bueno, tu madre y yo estábamos hablando de que parecías hablar mucho de este chico Peter cuando hablamos.
Yo sabía lo que quería decir, pero no podía. 
—Me gusta. 
Mamá inhaló con fuerza.  —¿Como un novio? 
Con una sonrisa, respondí: 
—Tal vez. —Tomé las miradas de horror que destellaban en sus rostros—. ¿Hay algo de malo en eso?
—Uh, no, Mariana, no lo hay. Es solo que...  —trastabilló papá.
Mamá intervino por él. 
—Es solo que una relación con un músico es difícil. Quiero decir, mira a Gas y Valerie.
—Sí, lo sé. Pero a veces no se puede evitar tener sentimientos por alguien.
Las cejas de papá prácticamente se salieron de su cabeza. 
—¿Así que puedes ir realmente en serio con este chico?
—Sí, papá. Me gusta mucho Peter Lanzani de Runaway Train. Sí, solo lo he conocido por una semana. Sí, él es un chico malo con tatuajes y piercings, y sí, él es su peor pesadilla cuando se trata de la persona  con la que va  a salir su niña.          —Me incliné más cerca de él—. No, él no se está aprovechando de mí, y no, no me va  a  convertir  en  una  chica  mala  perforada  y  con  tatuajes.  —Con  una  sonrisa tentativa, agregué—: Ambos vamos a sacar lo mejor de cada uno mientras vemos a dónde nos lleva. ¿De acuerdo? 
La  boca  de  papá  que  se  había  abierto  durante  unos  segundos  antes rápidamente se cerró. Creo que fue una de las primeras veces que lo había visto sin habla. Me volví hacia mamá que estaba igual de atónita.
—Lali, estamos listos para ti —dijo Renee, mi estilista.
—Me tengo que ir.  —Miré entre los dos—. Así que estamos bien, ¿todo está bien? 
—Claro cariño —respondió mamá. Sonaba un poco más convencida de lo que  parecía.  Mi  papá,  por su  parte, continuaba  mirándome  en  estado de  shock.
Supongo que no podía culparlos por estar conmocionados por mi declaración. Iban a necesitar más tiempo para absorberlo todo.
Dejando a mis padres detrás, me dirigí al cuarto de peluquería y maquillaje.
Al momento en que me senté en la silla, mi estómago se contrajo  en apretados nudos. La nerviosa energía zumbaba a través de mí. Taconeando sin descanso mibota en el suelo, miré en el espejo con luz delante de mí como el jefe de la banda de estilistas, Renee, hacía mis rizos grandes y más grandes. Por la forma en que estaba fijando el cabello en su lugar con spray,  estaba bastante  segura de que la mitad de la capa de ozono  se estaba agotando. Tratando de  calmarme,  me tomé unas cuantas respiraciones profundas para aclararme mientras me sentaba vestida con una túnica de seda.
Cuando me atreví a tomar mi reflejo en el espejo, mis nervios se fueron a toda marcha. Una vez que Renee terminó con mi cabello, Becca, la maquilladora se hizo cargo y comenzó a dar el máximo. Nunca había tenido mucha base o rubor en toda mi vida, por no hablar de las pestañas postizas que me hicieron sentir como una puta total.
—¿Estás segura de que esto no es demasiado? —le pregunté.
Becca resopló con desdén.
—A  menos  que  quieras  parecer  un  cadáver  bajo  las  luces  del  escenario, podrás ir con la corriente.
Así que fui con la corriente, que también incluía un tocado con la mayor parte de una peluca de Dolly Parton. Un roadie asomó la cabeza por la puerta. 
—Diez minutos, Lali. 
—Oh Dios —murmuré antes de que todo mi cuerpo empezara a temblar de pies a cabeza.
—¡Por Dios, La, deja de taconear! —gruñó Leon en la silla junto a la mía.
Inmediatamente calmó mi pie.
—Lo siento. Es una cosa de un tic ansioso.
—Vas a estar bien —aseguró a Gas. Cuando miré a través de mi cabello esponjado, sonrió.
—Lo sé. Es que yo todavía tengo miedo de olvidarme de las letras o caerme de bruces
Su mirada se desvió a mis botas. 
—Te ajustan bastante bien, ¿no?
—Oh, sí. 
—Entonces estarás bien.
Renee me palmeó los hombros. 
—Muy bien. Tiempo para conseguir tu  vestuario.
Me bajé de la silla y la seguí a través de la puerta. Sin embargo, tenía que ver lo que habían elegido para mí. Sabía que los chicos nunca se preocupaban por lo que llevaban puesto, y yo había visto lo mismo cuando estaba en el autobús de Runaway Train. Cuando atravesaba  el  pasillo,  un  roadie  me  tocó  en el  hombro  antes  de empujar el teléfono en mi oreja.
—Tienes una llamada.
Mis cejas se fruncieron. 
—Gracias —le contesté antes de ponerme el teléfono a la oreja—.  ¿Hola?
—Oye Ángel.
Esas  dos  palabras  enviaron  un  escalofrío  a  través  de  mí,  y  me  hicieron patinar hasta detenerme. 
—Hola, Peter —contesté sin aliento.
—Te estoy llamando por dos razones. 
—¿Ah, sí? 
—Una  es  para  demostrarte  que  soy  un  hombre  de  palabra  cuando  te prometí que llamaría. Y como un jodido perrito enfermo de amor, ni siquiera pude esperar un par de horas para escuchar tu voz.
Sonriendo como una tonta, luché por recuperar mí aliento. 
—Me alegro de que me demostraras que estaba equivocada. Ahora, ¿cuál es la segunda razón? 
—Quería  llamarte  antes  de  ir  al  escenario  y  desearte  buena  suerte.  Me imaginé que estabas muy nerviosa.
Me mordí el labio para no gritar en voz alta ante su consideración. 
—Lo estoy... y gracias. Es muy amable de tu parte llamar.
—No tienes ni idea de lo dulce que podría ser por ti. 
Con un bufido, respondí:
—Solo  cuando  estoy  pensando  en  el  chico  increíblemente  romántico  y sincero que eres, ahí está el verdadero Peter entrando alto y claro para recordarme que eres un verdadero lujurioso.
Él se echó a reír. 
—Tuve que darte un poco de insinuaciones, Ángel, para que te relajes.
—Bueno,  todavía  estoy  nerviosa  como  el  infierno.  Mis  rodillas  están temblando, y creo que podría vomitar.
Peter respiró profundamente. 
—Lali, te dije  que no  tienes nada de  qué preocuparte.  Tienes  una voz poderosa en el interior, todo un infierno de hermoso paquete. Solo ve ahí afuera y canta con todo de ti como lo hiciste cuando lo practicamos.
Solo escuchar  su voz  profunda decir  mi nombre  realmente  hizo  que  mi cuerpo se estremeciera.
—Gracias, Peter. Y lo haré.
Con mi corazón acelerado, me debatí si decir lo que había en mi corazón.
Finalmente, espeté:


 —Voy a fingir que estoy cantando de nuevo contigo, en lugar de Benja.
Eso me ayudará a pasar a través de ello.
El silencio llegó del otro lado de la línea, y por un momento, pensé que lo había perdido.
—¿Peter?
—Estoy aquí, Ángel. Y me alegro de oír eso. Me gustaría poder estar allí cantando contigo.
—A mí también.  —Un roadie diferente del que trajo el teléfono dijo: 
—Tú vestuario está esperando por ti en el camerino. 
—Oh, me tengo que ir. Pero gracias por llamarme. No sabes lo mucho que significa para mí.
—De  nada,  nena.  Ahora  ve  y  patea  algunos  culos  en  el  escenario,  ¿de acuerdo?
—Me eché a reír. 
—Claro que lo haré.  —El roadie entonces me hizo pasar a una habitación al final del pasillo. 
—Aquí está, Cari  —dijo el roadie.
Una chica con el cabello rosa me miró hacia arriba. 
—Ya era hora —murmuró Cari. Sus manos fueron a los bastidores llenos de ropa en frente de ella. Ella sacudió un vestido de color coral y me lo mostró. 
—Aquí tienes. 
Rápidamente  me  metí  detrás  del  separador  y  deslicé  mis  botas.  Luego siguió mi bata. Desde que el corpiño era strapless, me bajé también mi sujetador. Jadeando y resoplando, me las arreglé para meterme en el vestido.
—Uhm, ¿hay alguna posibilidad de que tengas una talla diferente?
—Usualmente todos los vestidos son a la medida, pero no estuviste aquí para uno a la medida —espetó Cari. 
Alcanzó la abertura, y subió mi cremallera con dureza. Mirándome, ella asintió con la cabeza, 
—Eso luce ardiente.
—No puedo. Respirar —jadee.
Ladeando la cabeza hacia mí, Cari puso los ojos. 
—Escucha cariño, vas a tener que lidiar con eso. Tal vez podrás usar otro conjunto  con  tus  hermanos,  pero  estás  en  el  escenario  con  Bemjmin  en  cinco minutos.
Un golpe a la puerta. 
—¿Ves? 
—Bien  —resoplé.  Apenas  era  capaz  de  agacharme  y  tirar  de  las  botas.
Temía que en cualquier momento el cierre podría explotar.
—Ella es decente —dijo la chica.
Sin embargo, otro roadie asomó la cabeza por la puerta. 
—Cinco minutos, señorita EsPOSITO.
Le sonreí. 
—Por favor, llámame, Lali. Y ya voy.
Él  asintió  con  la  cabeza  y  tirar  de  las  botas.
Temía que en cualquier momento el cierre podría explotar.
—Ella es decente —dijo la chica.
Sin embargo, otro roadie asomó la cabeza por la puerta. 
—Cinco minutos, señorita EsPOSITO.
Le sonreí. 
—Por favor, llámame, Lali. Y ya voy.
Él  asintió  con  la  cabeza  y  abrió  la  puerta.  Mirando  hacia  atrás,  vi  mi apariencia. 
—Mierda —murmuré.
Ni siquiera quiero  pensar en  lo  que papá  diría  al ver mi  atuendo. Estoy bastante segura de que tendría una coronaria tapada al ver el vestido. Termina muy por encima de mis rodillas, y tiene bastantes adornos rosas y piezas de encaje, mis pechos lucían como si fueran a aparecer por la parte superior en cualquier minuto. Seguí al roadie de la puerta al escenario. Gracias a Dios que tenía mis fieles botas vaqueras y no los tacones, o estoy bastante segura de que me habría suicidado.
Cuando llegamos a los bastidores, Bemjmin estaba terminando su hit Just the Girl for Me. A medida que los roadies volteaban para cambiar el set, Bemjmin dejó la guitarra y tomó el micrófono del pedestal.
—Así que me gustaría presentarles a ustedes a una chica muy especial. No solo es la hermana pequeña y potencial nueva cantante de los increíbles Jacob’s Ladder,  también  es  mi  compañera  de  dúo  esta  noche  para  mi  canción  final. ¡Reciban todos a la señorita Lali Esposito!
Respiré profundo y  me empujé fuera de los bastidores. Lance mi mejor sonrisa  de  mega  voltios,  empecé  por  el  escenario,  saludando  locamente  a  la multitud.
Justo cuando pensaba que mi brazo podría caerse, alcancé a Bemjmin.
Silbó en el micrófono y luego me guiñó un ojo. 
— Señoras y señores, me olvidé de decirles lo absolutamente caliente que es, ¿no? 
—Gracias,  Bemjmin.  —Hice  una  pausa  para  dejar  que  mi  mirada  rodara sobre él—. Te ves muy bien esta noche también —le contesté, haciendo mi mejor esfuerzo para trabajar con la situación.
Volviendo hacia el público, sonrió. 
—Ella  es  dulce  también,  ¿verdad?  —Ellos  silbaron  y  aplaudieron  en respuesta—. Esperen hasta que la escuchen cantar. Van a perder la cabeza, ella no solo es una chica muy hermosa, también tiene una voz increíble.  
Moví mi mano despectivamente ante él.
—Me estás avergonzando con todos los elogios. 
—Entonces, ¿estás lista para deslumbrar a Des Moines? 
Sonreí hacia el público.
—Sí, lo estoy. 
Bemjmin asintió con la cabeza. 
―Muy bien, entonces. Vamos a hacerlo. 
La  familiar  melodía  de Don’t  You  Want  to  Stay
 hizo  eco a través  de  la arena.  Tan  pronto  como  llegó  mi  parte  en  el  coro,  todo  el  nerviosismo  se desvaneció, y  di todo de mí. Con solo un ensayo rápido,  no sabía exactamente qué esperar de Bemjmin. Y al igual que le había prometido a Peter, me imaginé que era
Peter para quien cantaba, en lugar de Bemjmin. En el momento en que llegué a mí solo, Bemjmin estaba muy cerca. Me guiñó un ojo como diciendo ‘’Vamos a darles un  infierno  de  un  espectáculo”.  pero  tengo  la  impresión  de  que  podría  estar realmente  disfrutando  de  su  roce  contra  mí  o  el  arrastrar  sus  manos  sobre  mis brazos y mi espalda un poco demasiado.
Pero como una profesional sabía que tenía que actuar así, forcé una sonrisa en  mi  rostro  y  actué  como  si  lo  estuviéra  disfrutando  tanto  como  él.  Cuando terminamos, aplausos sonaron a nuestro alrededor. 
—Gracias —murmuré sin aliento en el micrófono.
Todo el fuerte silbido atravesó mis tímpanos. Podía ver ahora por qué los chicos llevaban tapones para los oídos. Bemjmin me atrajo hacia él y me dio un beso en la mejilla. 
—Gracias  por  darle a  nuestra chica  Lali  una  cálida  bienvenida.  Tengo muchas ganas de trabajar muy cerca de ella en los próximos meses. —Entonces me guiñó el ojo de nuevo, y yo apreté los dientes para no torcerme lejos de su abrazo demasiado cerca para mi comodidad
—¡Gracias de nuevo! Los veré de nuevo en la siguiente canción —dije antes de apresurarme fuera del escenario.
Esperando en los bastidores, los chicos se lanzaron sobre mí antes de que pudiera entregar  el  micrófono  al  técnico.  Jaime  me  tomó en  sus brazos  para  un abrazo de oso. 
—¡Muy bien! 
—No puedo. Respirar —murmuré.
—Ups —respondió dejándome ir.
Le sonreí. 
—Pero gracias. 
El siguiente que me abrazó fue Gas. 
—¡Buen trabajo, pequeña! 
Con una amplia sonrisa, Leon me golpeó en la espalda y gritó: 
—¡La, diste en el clavo! 
—Oh, son  tan dulces por venir a verme. 
—Y esta vez se trata de sinceridad. Hay dos canciones que siguen antes de nuestro grupo.
—Que lindos —reflexioné, pellizcando la mejilla de Leon.
—¡Oye, no me estropees el maquillaje! —se quejó.
—Este niño bonito —murmuró Gas en voz baja.
—Hablando  de  bonito,  eso  es  un  poco  más  que  un  vestido  —comentó Jaime.
—Si me cambiaré antes de su grupo
—Eso suena bien ―dijo papá detrás de mí. Me di la vuelta y sentí la  calidez inundar mis mejillas.
—Yo no tengo nada que ver con esto. 
Me miró un momento antes de que una sonrisa se extendiera por su cara. 
—No es lo que yo habría elegido, pero seguro que luces hermosa en él. 
—¿En serio? 
Mamá asintió. 
—Y has sonado maravillosa, cariño.  —Sí, nos impresionaste mucho —respondió papá.
—Gracias. 
Entonces Cari, la estilista, se dirigió a mí. 
—Vamos, Lali. Tengo otro vestido para que te pruebes. 
—Está bien.  —Me volví hacia los chicos—. Buena suerte. Nos vemos en un rato.  —Les di a papá y mamá un rápido abrazo y beso antes de que  Cari me llevara al cuarto de vestuario.
Después que vi mi nuevo vestuario, decidí que Cari era más un creadora de milagros que un demonio. Había encontrado un vestido largo, esta vez ligeramente brillante, de tirantes y un corpiño de cuentas. Era de color morado oscuro. 
—Eso es hermoso. 
—Me alegro de que te guste —murmuró Cari mientras desabrochaba mi dispositivo de tortura que tenía por conjunto.
Ahora  que  mi  primera  actuación  había  pasado,  la  mayor  parte  de  mi nerviosismo  se  había  disipado.  Solo  había  una  persona  en  el  mundo  con  quién quería hablar. 
—Uhm, ¿sabes que le pasó a mi teléfono?
Al presionar un botón, Cari habló en su auricular.
—Necesito el celular de Lali tráelo al camerino. Pronto.
—Oh, en realidad no es tan grande mi apuro. 
Cari puso los ojos.
—Confía en mí, cariño. Hay que hablarles de esta manera a estos roadies y técnicos. Si no eres una perra, no hacen la mierda.
Como para ilustrar su punto, alguien llamó a la puerta.
—¿Ves? —me preguntó con una sonrisa.
Me apresuré en el vestido mientras ella se acercaba a la puerta. Apenas la
abrió, lo tomó del roadie y luego lo trajo a mí. 
—¡Gracias! —dije.
Una vez que hubo ahuecado el vestido y ajustado las correas, me envió en camino. Rápidamente le marqué a Peter.
Él contestó al tercer timbrazo. 
―Oye ángel. 
—Tuve que llamar para decirte que ¡lo hice! ¡Canté, y todo fue genial! 
Él se rio entre dientes. 
—Te dije que lo harías. Y una vez más, tengo siempre razón.
—Tú siempre tan listillo —le respondí con una sonrisa.
—En el fondo, te gusta eso de mí. 
—Tal vez. 
—Entonces, ¿qué—Tal vez. 
—Entonces, ¿qué estás haciendo ahora? 
—Tropezar alrededor de los bastidores antes de continuar con los chicos
—¿No sigues nerviosa?, ¿verdad? 
—No, en realidad me siento increíble, es como un alto nivel de adrenalina.
Me podría acostumbrar a esta sensación.
—Eso es lo que actuar delante de un público hará contigo. 
—Hablando  de multitudes,  me  aman en serio, y les encantó el dúo con Bemjmin.  Bueno,  a  mí  también,  excepto  por  el  hecho  de  que  él  tiene  un  poco demasiado en él. 
Un gruñido salió en el otro extremo de la línea. 
—Sí, dile a mi chico Bemjmin que la próxima vez que quiera sentirse parte de mi chica y prácticamente se jorobe acercándose a ella en el escenario lo menos que voy a hacer con él es romper la mano que usa con su guitarra
—Él  no  me  estaba  sintiendo.  Él…  —Me  quedé  inmóvil  en  medio  del pasillo—. Espera, ¿cómo sabes que lo hizo? 
—Porque yo lo vi. 
Mi corazón se estremeció hasta pararse mientras  miraba  frenéticamente alrededor. 
—¿Estás ahí? 
Él se echó a reír. 
—Desearía  estarlo,  Ángel.  Me  hubiera  gustado  especialmente  verte  de cerca y personalmente en ese pequeño y travieso vestido rojo que llevabas.
—¿Pero cómo ? 
—Tuve a un técnico que me enviaba transmisión en vivo.
—¿Lo has hecho por mí? 
—Demonios sí. No me quería perder tu primera actuación por nada en el mundo, sobre todo después de nuestro ensayo.
— Oh, Peter... eso es tan dulce. 
—He tratado de decirte antes lo dulce que puedo ser para ti  —respondió con  diversión vibrando en su voz.
—Lo sé. 
—Vas  a  pensar  que  soy  aún  más  dulce  cuando  vuelvas  al  autobús  y encuentres las flores que te envié. 
—¿En serio? —chillé 
—Bueno,  algunas  de  ellos  son  de  todos  nosotros,  pero  hay  una  docena especial solo de mí. 
Mi corazón se hinchó en mi pecho por lo que me temía que iba directo a estallar.
—Oh guau, eso es tan dulce y atento. Dile gracias a los chicos.
—Lo haré. 
—Eres increíble.
—Lo sé. 
Me reí. 
—Que ególatra.
Un roadie me saludó para llamar mi atención. 
—Cinco minutos —dijo.
—Oh, Peter, tengo que irme —me lamenté.
—Espera, tengo que preguntarte algo. 
—Por supuesto. ¿Qué? 
—Quería ver si vendrías conmigo a los dulces dieciséis de mi hermana en dos semanas. Dado que los chicos y yo estamos tocando, estamos haciendo un granfin de semana. La esposa de Nicolas, Euge, estará volando con los niños. ¿Crees que puedes hacerlo? 
Oh  guau.  Peter  me  estaba  invitando  a  algo  que  implicaba  conocer  a  su familia. Esto era enorme... y rápido.
Respira, Lali.
—Uhm, sí, claro  
—Si tienes que amortiguar el golpe con tus hermanos por quedarte lejos conmigo,  puedes  decirles  que  tengo  la  intención  de  tenerte  en  el  estudio  para grabar I’ll take you with me.

—¡Santa mierda! —exclamé.
Peter se rio entre dientes. 
—¿Eso significa que quieres venir? 
—Sí,  definitivamente  quiero  ir.  No  puedo  creer  que  aún  desees  grabar conmigo.
—Por  supuesto  que  sí,  y  uno  de  mis  lugares  favoritos  para  grabar  se encuentra en Atlanta. 
—Guau, esto sigue siendo tan increíble. 
— Bueno, créelo. Habrá un billete de avión esperando en el hotel. Mi gente se ha ocupado de todo, incluyendo el hotel. 
Todo está en mí.
—Eso es demasiado. No puedo dejar que hagas eso, Peter.
—Sí, puedes, y lo harás. Es mi viaje, así que es mi regalo.
—Eres tan mandón.
Él se echó a reír.
—Sí, y es mejor que te acostumbres.
—Está bien, está bien, acepto.
—Me alegra oír eso, Ángel.
Cuando el roadie reapareció y me hizo una seña al escenario, suspiré de frustración. 
—Me tengo que ir, Peter.
—Muy bien. Voy a hablar contigo más tarde esta noche, y luego te veré en dos semanas..

2 comentarios:

  1. Volvisteeeee!!! Esto esta increible!!!!
    Maaaaaaasssssssssssss

    ResponderEliminar
  2. Si entiendo lo del cargador sorry por ser tan pesada pasa que me encanta tu nove entiendeme jajajaja

    ResponderEliminar