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domingo, 16 de marzo de 2014

Capitulo: 19

Lali


A la mañana siguiente cruzamos Indiana, la siguiente parada en la gira  de Runaway  Train.  Cuando  nos  sentamos  alrededor  de  la mesa  desayunando,  la  electricidad  en  el  aire  era  palpable.  Era increíble ver
el cambio viniendo a través de los chicos a medida que se acercaban a su próxima actuación.  A medida que nos acercábamos más y más a Indianápolis, más inquietos se volvían. El autobús apenas podía contenerlos a los cuatro. Poli tamborileaba sin descanso en una versión más pequeña y plástica de su batería real. La experiencia de la Ivy League de Vico se mostraba mientras él se centraba en la práctica del golf en la Wii. Aunque Nico normalmente era el más sensato, caminaba de un lado a otro como un animal enjaulado, deteniéndose de vez en cuando para mensajearse de ida y vuelta con Euge.
Con auriculares atascados en sus oídos, Peter era el menos inquieto de los chicos. Supongo que necesitaba la música para desconectarse de los otros. Se sentó frente a mí en la mesa de la cocina, coloreando algunos bocetos que Nicolas había hecho para la próxima portada del álbum de la banda.
En cuanto a mí, me quedé como el infierno fuera de lo suyo y estudié para mi  examen  de  enfermería.  Eran  poco  después  de  las  dos  cuando  llegamos  al estacionamiento  del  Centro  de  Música  de  Klipsch.  Yo  había  estado  leyendo  y tratando de desconectarme de las payasadas de los chicos. Pero Peter apareció frente a mí, saltando sobre las puntas de sus pies y me tendió la mano.
—Vamos —me ordenó.
Levanté una ceja con desconfianza.
—¿Precisamente a dónde vamos?
Sonrió.
—Ya lo verás. Es una sorpresa.
—No soy realmente muy fan de las sorpresas. La última de ellas me hizo subir al autobús equivocado y caer en la cama del famoso Peter Lanzani
Con una sonrisa, respondió:  —Eso parece más bien un sueño hecho realidad que una sorpresa que salió mal.
Me eché a reír.
—Se podría decir que sí. 
—Vamos.  Confía  en  mí  en  esto.  —Su  tono  se  había  vuelto  casi quejumbroso.
Apretando  los  labios,  no  pude  evitar  el  temblor  de  emoción  que  me embargó ante su expresión esperanzada.
—Está bien. Sorprendeme entonces —le contesté, poniendo mi libro en la mesa.
—¡Ja! Sabía que caerías. Nadie puede resistirse a mis encantos.
—Demasiado ególatra —murmuré en voz baja mientras ponía mi mano en la suya.
Cuando comenzamos a bajar por el pasillo del autobús, Nicolas agarró el brazo de Peter. 
—¿A dónde vas ? Tenemos pruebas de sonido y ensayo en una hora.
—Tengo que  hacer algo para Lali.  —Él  me miró y sonrió—. Ya  sabes, compensarla por ser un bastardo inimaginable y un idiota ayer.
Las cejas de Nicolas se levantaron con sorpresa, pero no discutió.
—Está bien, hombre, lo que sea.
Después de bajar los escalones del autobús, Frank estaba esperando junto a un musculoso hombre afroamericano que parecía que podría derribarnos a Peter y a mí al mismo tiempo.
—Lali, este es Lloyd —presentó Peter, haciendo un gesto al chico.
Lloyd miró a Peter. 
—Es LL, muchas gracias.
Peter se echó a reír.
—Me encanta burlarme de él por su nombre real. 
—Sí, y un día, voy a hacerte pagar por ello pequeño idiota —amenazó LL.
Dudé por un momento antes de extender mi mano.
—Uhm, encantada de conocerte.
Su expresión oscura se iluminó, y me dio una sonrisa. 
—Igualmente.
Con LL por detrás de nosotros, Frank  nos llevó a la arena. Una  vez que llegamos dentro, Peter levantó la mano.
—Seguiremos solos desde aquí.
—Voy a dar la vuelta, pero no me estoy yendo —respondió LL.
—No hay problema.
Mientras caminábamos a través de la oscura parte posterior de la arena, me reí.
—Hola Cleveland —murmuré en voz baja.
—¿Qué? —preguntó Peter.
—Estaba pensando que parece que estamos un poco perdidos, y yo estaba totalmente teniendo un momento de This is Spinal Tap.
Girando hacia mí, Peter se quedó boquiabierta.
—En realidad conoces la película
—Por supuesto que sí. Yo solía verla con los chicos todo el tiempo.
Sacudió la cabeza lentamente hacia adelante y atrás.
—¿Cómo es que en verdad eres real? 
—¿Eh?
Peter sonrió.
—Eres como el sueño húmedo de un hombre. 
Arrugando la nariz, le contesté:
—Ugh, gracias por el cumplido. 
—Bueno, eso no salió precisamente como yo pretendía.
—Espero que no. 
Hizo una mueca mientras se pasaba las manos por el cabello. 
—Solo quise decir que eres la chica soñada de un músico, un paquete total y completo. Entiendes lo que es hacer frente a la industria, y el regalo y maldición que puede ser la musa. Además, sabes todo acerca de la música y el canto. Para colmo, eres alguien con quien un hombre podría simplemente salir y ver comedias estúpidas. ¿Sabes lo que es tener a una hermosa chica delante de mí que totalmente me entiende?
—Gracias —murmuré. Mis mejillas ardieron al instante ante sus palabras.
Cuando él se quedó mirándome fijamente, finalmente admití—: Por cierto, eso fue por mucho el mejor de los cumplidos.
—No hay  de  qué.  —Agarró  mí mano—.  Ahora  vamos.  Tengo  una gran sorpresa para ti.
—Una vez más, realmente, en verdad no me gustan las sorpresas —protesté mientras me arrastraba aún más detrás del escenario.
—Te va a gustar esta.
Finalmente, caminamos a través de los bastidores. En lugar de parar, Peter me  tiró  directo  al  escenario.  Miré  a  la  vacía,  pero  enorme  arena.  Inclinando  la cabeza, me di la vuelta y observé atentamente todo.
—Guau, este lugar es intenso. 
—Me  encanta  cuando  es  así  —confesó  Peter,  haciendo  un  gesto  a  la multitud que estaba corriendo por ahí con el equipo—. Es como la calma antes de la  tormenta.  —Saltó  sobre  las  puntas  de  sus  pies,  y  todo  su  cuerpo  vibró  de emoción.
—¿La tormenta que es el huracán Peter? —bromeé.
Él se echó a reír.
—Eso tal vez sea la tormenta tropical Peter y más como el huracán Runaway Train.
Sonreí.
—Me encanta el hecho de que nunca dejas a los chicos fuera de la ecuación. No al estilo de Adam Levine y los otros chicos de Maroon 5.
Peter negó con la cabeza.
—La disquera trató esa mierda por un tiempo después de que fuimos un éxito. Pero soy yo y los chicos, o no es nada.
Alcanzándolo, le golpeé el pecho. 
—Hay un gran corazón ahí. 
Su mano se cerró sobre la mía y la apretó a ras contra su camisa. 
—No sabes lo que significa para mí que seas capaz de ver eso a través de toda la mierda. 
—Veo mucho más de lo que podrías imaginar. 
—¿Y? —solicitó.
Tragué saliva bajo la intensidad de su mirada. 
—Me gusta lo que veo. Mucho.
Luego llevó mí mano a su boca y rozó sus labios con ternura a través de mis nudillos.
—Me alegro de oír eso.
Mi pulso latía como un cañón en mis oídos, y yo estaba segura de que Peter podía  oírlo.  Justo  cuando  él  se  acercó  a  mí,  una  voz  resonó  desde  abajo  del escenario:
—Estamos listos cuando lo estén.
Sus ojos se cerraron momentáneamente. 
—El peor jodido momento —se quejó antes de volverse hacia el chico. —Gracias Joe.  Será mejor poner este show en marcha.
—¿Show? —le pregunté en un chillido.
Peter se volvió hacia mí. 
—Sí, ayer por la noche después de tu conversación telefónica con el jodido idiota…
—Bemjmin —corregí
—Lo que sea. De todos modos, pensé en lo asustada y nerviosa que estabas ante la perspectiva de no tener mucho tiempo de ensayo a dúo con el idiota, así que pensé que podría ayudar. 
De pronto, Joe estaba a mi lado empujando un micrófono en mí mano. 
—Peter, ¿qué está pasando? —le pregunté.
—Vas  a  practicar  tu  dueto  para  que  estés  perfecta  para  la  noche  del domingo.
—Pero, ¿cómo…?
Agitó su micrófono hacia mí. 
—Vamos a cantar juntos. 
—¿Qué? —prácticamente grité.
Haciendo caso omiso de mi sorpresa, él dijo: 
—Yo sé que no será lo  mismo ya que vamos a  tener que usar la música grabada.  Quiero  decir,  los  chicos  no  habrían  tenido  tiempo  de  aprenderse  la canción, pero yo sé todas las palabras
Me acordé de esta mañana, cuando él tenía sus auriculares puestos, y mi corazón se estremeció hasta detenerse.
—¿Memorizaste la canción?
—Claro que lo hice. —Él me guiñó un ojo—. Por suerte para ti, aprendo rápido.
—No puedo creerlo —murmuré.
Peter sonrió mientras metía un mechón de cabello detrás de mí oreja. 
—¿Estás lista para sacudir esta arena?
Si  antes  tenía  dudas  acerca  de  la  profundidad  de  mis  crecientes sentimientos  por  Peter,  se  evaporaron  en  ese  momento.  Yo  había  estado  con  él durante  cuarenta  y  ocho  miserables  horas,  pero  de  alguna  manera  me  había enamorado de él. Espera, ¿cómo era eso posible? Siempre me había burlado de la idea del amor a primera vista. Cosas como esas no sucedían. Lujuria a primera vista, claro, pero ¿amor? Nunca.
Pero ahora, mientras Peter se ponía delante de mí, me preguntaba si podría ser cierto. Bueno, era parcialmente cierto, ya que justo después de que puse los ojos en él no sentí amor, sino ira, sobre todo cuando lo golpeé en las bolas.
—Ángel, ¿me oíste? 
—Eh, ¿qué? 
—¿Te pregunté si estabas lista?
—Uh,  sí,  claro.  —Me  aclaré  la  garganta y traté de recuperar el aliento.
¿Cómo diablos se supone que iba a cantar cuando mi respiración era tan errática? Peter me evaluó con una mirada escéptica. 
—¿Estás segura? Tu rostro se ha vuelto verde como si estuvieras a punto de vomitar.
Una risita escapó de mis labios, y me tapé la boca.
—Supongo que estoy nerviosa.
Las cejas de Peter se elevaron en sorpresa.
—¿En serio? Soy solo yo aquí.
Eres exactamente lo que me pone muy nerviosa.

—Lo  sé,  pero  realmente  no  he  hecho  ningún  calentamiento  o  escalas tampoco. Podría sonar como una vaca enferma o algo así.
Hizo un gesto con el micrófono en su mano con desdén hacia mí.  —No tienes que hacer nada de eso. Quiero decir, para eso son los ensayos,
¿cierto? 
—Si  tú  lo  dices.  —Entonces  balanceé  la  cabeza—.  Entonces  vamos  a hacerlo antes de que pierda los nervios. 
Peter me guiñó un ojo antes de decir:
—Está bien, ponlo, Joe. 
En cuestión  de  segundos,  la  música  llegó  a  todo  volumen  a  través  de  la arena, haciéndome saltar. Peter se llevó el micrófono a los labios:
—Realmente odio dejar ir este momento —comenzó.
No podía moverme, era como si me hubieran disparado con una pistola taser y estuviera completamente paralizada. Ni siquiera pestañeé o incluso respiré. Me quedé mirando a Peter mientras cantaba su letra con pasión y sentimiento. Fue cuando dejó de cantar que regresé a mí misma.
—¡Corta la música! —gritó Peter. Una vez que la canción llegó a su fin, Peter me dio una mirada de perplejidad—. ¿Qué pasó? 
—¿Eh?
—Uhm, no te metiste en el coro.
Oh Dios. Había estado tan cautivada por la voz y la actuación de Peter que me había olvidado por completo de cantar. 
—Yo…  uh…  supongo  que  fueron  los  nervios  que  llegaron  a  mí,  y  me dejaron en blanco —mentí.
Con una sonrisa, se acercó y me frotó el brazo. 
—Vamos, no tienes que estar nerviosa. Solo desconéctate de todo lo que nos rodea y céntrate en mí y en la música. 
Sí, claro, ¡centrarme en ti fue lo que me metió en problemas para empezar!

Decidí que sería mejor centrarme en la música junto con la letra que debería estar cantando. 
—Está bien. Vamos a intentarlo de nuevo. 
—¡Una vez más Joe! —gritó Peter.
Esta vez estaba igual de cautivada por la interpretación de Peter que antes, pero me las arreglé para entrar con mi parte del coro. Cuando mi voz resonó en el auditorio, salté, lo que causó que Peter reventara en carcajadas. 
—¡Oye, totalmente me arruinaste esta vez! 
Él levantó las manos en señal de rendición. 
—Lo siento. ¡Pero si hubieras visto la expresión de tu cara! 
—Peter —le gruñí.
—De  acuerdo,  de  acuerdo,  lo  siento.  —Se  volvió  para  mirar  fuera  del escenario—. Lo siento Joe. Vamos a hacerlo desde arriba de nuevo. 
Esta vez lo hicimos sin ningún problema. Cuando llegó el momento para cantar mí solo, mantuve mi mirada fija en Peter todo el tiempo. El brillo que ardía en sus ojos me hizo estremecer, pero mantuve mi atención y, finalmente, estuve completamente perdida en la música. La letra tenía tanto sentido para lo que estaba experimentando con Peter. Quería estar allí en ese momento con él durante tanto tiempo como me fuera posible.
Cuando la música llegó a su fin, Peter sonrió.
—Lo hiciste, Ángel.
—¡Lo hice!  —chillé. Entonces procedí  a hacer una  pequeña  danza  de la fLeoncidad en el escenario, lo que hizo reír a Peter.
—¿Es  ese  tu  baile  de  la  victoria?  —preguntó,  su  voz  vibrando  con diversión
Mientras  continuaba  sacudiendo  mis  caderas  y  saltando  sobre  mis  pies, asentí. 
—Sí, creo que lo es.
Negó con la cabeza  y luego se inclinó para  rizar la parte superior de mi cabello. 
—Eres una boba.
—Oye, el hecho mismo de que canté en una enorme arena se merece algo así. 
—¿Quieres intentarlo de nuevo? 
—Ooh, ¿podemos?
—Claro que podemos. —Una sonrisa maliciosa curvó sus labios—. Soy Peter Jodido Lanzani, y puedo hacer lo que yo quiera.
Mirando  al  techo,  dejé  escapar  un  suspiro  de  frustración,  lo  que  sopló algunos de los mechones de mi cabello fuera de mí cara. 
—Justo cuando creí que tu ego no podía ser más grande.
—Dejando mí ego fuera de esto, esta vez necesitas centrarte no solo en tu forma de cantar, sino en cómo lo haces también. Claro que  alcanzaste todas tus notas la última vez, pero estabas un poco rígida.
—¿Lo estuve?
Peter se rio de mi mortificación. 
—Yo no diría que eras robótica, pero tienes que aflojarte un poco. Deja que tu cuerpo sienta las letras tanto como tu mente lo hace. 
—Está bien —murmuré.
Esta vez, cuando la música llegó, Peter se volvió completamente diferente.
Era como si se desconectara de todo lo demás. Su canto era más sincero y lleno de emoción. Si yo pensaba que era difícil centrarme antes, era aún más difícil esta vez porque yo  estaba  tan  fascinada  por él, tanto  por  su interpretación  como por mi enamoramiento.
Cuando  comencé  mi  solo,  Peter  se  acercó  a  mí,  envolviendo  un  brazo alrededor  de  mi  cintura.  Ya  que  pensé  que  podría  estar  tratando  de  hacerme tropezar, mantuve mi concentración intensa, pero al mismo tiempo, dejé que mi cuerpo siguiera al suyo.
Cuando  llegó  el  momento  del  coro  de  nuevo, su  mano  fue a  acunar  mi mejilla. Cerré los ojos y seguí cantando mientras me inclinaba hacia su contacto.
Cuando  él  se  alejó  de  mí,  yo  lo  seguí,  tomando  su  mano  en  la  mía  y entrelazando nuestros dedos.
Terminamos la canción con nuestras manos entrelazadas y nuestros ojos fijos en el otro. A medida que la música llegaba a su fin, sentí que  en cualquier momento Peter podría oír el estruendo de mi corazón.
—¡Eso fue increíble, estuviste increíble! —exclamó Peter.
—¿Así que lo hice mejor en la parte de la interpretación? 
Él hizo un rápido asentimiento. 
—Sin  embargo,  me  permito  sugerir  que  no  consigas eso  cuando  estés cantando con Bemjmin. 
—¿Por qué? 
Sonrió.
—Porque me pondrás celoso si lo miras del mismo modo en que me miraste a mí.

Traté  de  no  fundirme  en  un  charco  en  el  suelo  del  escenario  ante  la emoción de su comentario.
—Está bien, entonces. Eso es solo para ti.
—Bien. Me alegra oír eso.
El  resto  del  día  fue  un  torbellino  de  acontecimientos.  Después  de  que termináramos de cantar con Peter, los otros chicos llegaron al estadio para hacer sus pruebas  de  sonido  y  ensayos.  Frank  me  puso  una  identificación  de  personal autorizado alrededor de mi cuello, y me paré en los bastidores y los observé. Una vez que la prueba de sonido finalizó, nos apresuramos a ir al otro lado de la calle para  una  cena  temprana.  No  podía  creer  la  cantidad  de  comida  que  los  chicos comieron. Estaba demasiado nerviosa por  ellos para comer, pero ellos comieron todo, inclusive el postre.
Luego regresamos al estadio para estar listos para el show. Mientras que Peter y los otros chicos eran conducidos para las pruebas de último minuto y luego a los camerinos di una vuelta alrededor, observando los bastidores llenarse de gente que nunca antes había visto.
Runaway Train tenía un gran equipo y séquito en comparación  al  de  mis  hermanos.  Estaba  haciendo  mi  mejor  esfuerzo  para mantenerme fuera del camino cuando mi teléfono sonó con un mensaje.
Era Peter. 
¿Dónde estás?
 Esperando a que ustedes estén listos.
Vuelve aquí con nosotros.
No quiero estar en el medio.
Nunca estás en el medio. Estás conmigo.
Mirando  sus  palabras,  tuve  que  tomar  unas  cuantas  respiraciones profundas. 
¿Estás seguro?
¡Trae tu lindo trasero aquí ahora!
Sonreí. 
Eres tan mandón.
Ahora, Ángel.
¡Sí, señor!
Cuando comencé a cruzar la habitación para encontrar a Peter, una mano se  acercó  y me  agarró  del brazo.  Grité mientras  me tiraba  hacia  abajo sobre  su regazo. Un brillo lujurioso ardía en sus ojos oscuros. 
—Hola sexy, ¿dónde te has estado escondiendo todo este tiempo?
Fue entonces cuando lo reconocí como Tyler Mains, el cantante principal de Vanquished,  el  grupo  de  apertura  de Runaway  Train.  Su  cabello  oscuro  ya estaba arreglado a la perfección junto con su pesado maquillaje para el escenario
Supongo  que  su  idea  de  matar  los  últimos  minutos  antes  de  subir  al  escenario incluía pensar que me podía molestar.
—¡Yo  no  he  estado  escondiéndome  en  ningún  lugar!  —le  espeté, golpeando sus manos. Empecé a retorcerme fuera de su regazo cuando sus brazos se deslizaron alrededor de mi cintura.
Sus ojos bebieron mi apariencia. 
—Es solo que no se ve tu tipo tan a menudo por aquí. Quiero decir, eres un  coño  de  primera.  —Sonrió  mientras  tocaba  el  dobladillo  de  mi  vestido—. Mmm, esto es para morirse cuando se trata de un polvo rápido. ¿Ya tienes planes para después del show? 
—Sí idiota, y no implica ser tu juguete, muchas gracias. 
Sonrió. 
—Ooh  una  luchadora.  Eso  me  gusta.  —Entrelazando  sus  dedos  por  mi cabello,  me  tiró  más cerca,  donde el  aliento  a  alcohol  atravesaba  mi  mejilla—. ¿Follas tan ferozmente como hablas? 
—¡Suéltame! —grité.
—¡Sácale tus jodidas manos de encima, antes de que te rompa algo más que la mano con la que tocas, Tyler! —gruñó Peter.
Mi mirada pasó desde el Sr. Idiota Mains a Peter que estaba de pie sobre nosotros. Apretó los puños a los costados mientras la vena en su cuello latía con furia. Tyler inmediatamente me dejó ir. 
—Lo siento, lanzani. No sabía que era tu pedazo de culo. —Él me sonrió—. Hombre, realmente debes ser una folladora increíble si Peter está dispuesto a llegar a la defensiva por ti. Pero desde que he compartido coños con él en la misma noche, ¿piensas  que  mientras  está  en  el  escenario  me  podrías  mostrar  lo  que  es  tan sorprendente entre tus muslos?
—¡Hijo de puta! ¡Voy a patear tu puto trasero! —gruñó Peter mientras se lanzaba hacia adelante.
—¡No, Peter!  —grité. Por un momento, me quedé atrapada entre los dos. Negué con la cabeza hacia él—. No vale la pena, él no vale la pena —argumenté
Tan pronto como Peter se echó atrás, Tyler rio entre dientes y murmuró “cobarde” en voz baja. La sangre hervía dentro de mí, y extendí la mano y golpeé la mejilla de Tyler. Fuerte. 
—¡No te atrevas a hablar de mí o sobre mí así jamás! —Luego me arrastré fuera de su regazo—. ¡Y para que conste, eres el último hombre en la tierra que alguna vez dejaría que me tocara! —Sin decir una palabra a Peter, salí corriendo a su camerino. Peter estaba cerca de mis talones, porque casi le cerré la puerta en la cara.
Poli y Vico se levantaron de sus sillas de maquillaje, sorprendidos por miindignación.
—¿Qué pasó? —preguntó Vico.
Estaba casi demasiado molesta para hablar, así que balbuceé, 
—E… ese idiota de Mains trató de molestarme y luego dijo cosas... —Me estremecí.
Poli salió disparado de su silla. 
—¡Voy a patearle el culo!
Peter levantó la mano. 
—Tranquilo, Terminator, no hay necesidad. Me hice cargo de él. —Él me miró y sonrió—. Bueno, podría decir que Ángel lo manejó por su cuenta. 
Las cejas de Peter se levantaron en sorpresa. 
—¿Qué has hecho? 
—Le di una cachetada.
Con una sonrisa, Peter añadió:  —Sí, y ella también lo regañó. 
Una amplia sonrisa curvó los labios de Poli. 
—Claro que sí, chica. ¡Tú sigue pateando culos y llamándolos por nombres!
Me reí
—Gracias, lo haré. 
Desde  detrás  de  mí,  los  brazos  de  Peter  serpentearon  posesivamente alrededor de mi cintura. Él acarició mi cuello, y me estremecí gratamente. 
—Siento  que  hayas  tenido  que  pasar  por  eso.  Sé  que  te  dijo  bastantes mierdas viles. 
—Lo hizo. Pero lo regañé.
El  maquillador  le  hizo  una  seña  a  Peter,  y  él  suspiró  con  resignación mientras sus brazos se separaban de mí. Me acomodé en el sofá y comencé a ver toda la preparación para que los chicos de Runaway Train estuvieran listos.
Cuando estaban casi terminando, oí el rugido de la multitud y la música de apertura de Vindicated. 
—Espero que se caiga de bruces esta noche —murmuré.
Vico y Peter se rieron a carcajadas, mientras que Poli me miró por encima del hombro. 
—Si pudiera encontrar una buena pimienta roja en polvo y ponerla en sus
pantalones, me aseguraría de que no gozara de ninguna acción groupie esta noche.
Me eché a reír. 
—Poli, eso es terrible. 
Él sonrió con malicia mientras movía las cejas. 
—Solo tienes que decir la palabra. Siempre puedo hacer que un roadie me traiga un poco.
—Creo que estoy bien, pero gracias de todos modos. 
Una vez que los chicos habían terminado con el cabello y el maquillaje, se encaminaron hacia el guardarropa. Peter apareció unos minutos más tarde con un par de ajustados pantalones de cuero, junto con una camisa roja que se extendía a
través de sus músculos. 
—¿Cómo me veo? —me preguntó.
—¡Guau... te ves increíble
Peter miró sus pantalones con desdén. 
—Se trata de piel artificial para que podamos ser políticamente correctos. Gracias a Dios tengo un cambio de vestuario a mitad del espectáculo, porque me gustaría mucho más estar en jeans.
—Sí, pero esos pantalones son....  —Miré hacia él y sonreí—. Muy,  muy sexys! 
Un brillo perverso ardió en sus ojos. 
—¿Estás diciendo que tengo que quedarme con estos y usarlos para ti en otro momento? 
Me eché a reír. 
—Ahora no sé sobre eso. 
Peter tiró de mí hacia él cuando Ncolas asomó la cabeza por la puerta. 
—Está bien, Peter, es la hora. 
—Siempre en el peor jodido momento —murmuró Peter en voz baja.
A continuación, tomó mi mano y empezó a llevarme hasta la puerta. Lo seguí a ciegas, mientras nos movíamos a través de los roadies y técnicos.
Cuando llegamos a bastidores, Peter se volvió hacia mí. 
—Pensé en conseguirte un lugar en la tribuna de honor, pero tendrás una mejor vista aquí. 
—¿Así que puedo quedarme aquí y verlos? —le pregunté.
—Por  supuesto.  —Me  atrajo  hacia  él—.  Te  quiero  tan  cerca  como  sea posible. 
—Gracias. 
—También le dije a Frank que mantenga un ojo en Tyler. 
—Aunque eso es muy caballeroso de tu parte, creo que puedo manejar las cosas por mi cuenta. 
Peter se rio entre dientes.
—Estoy seguro de que sí, Ángel, pero me va a hacer sentir mejor saber que te están cuidando.
—Está bien. Lo que sea que haga flotar tu bote —le contesté.
Mientras Vanquished hacía su salida del escenario, Peter apretó sus brazos alrededor de mí. Tyler solo nos dio una mueca fugaz antes de alejarse. A continuación, la iluminación del escenario cambió mientras la música de Runaway  Train comenzaba.  Poli  entró  al  escenario  primero,  saludando  a  la multitud y levantando sus dedos con el signo de rock. Por los silbidos y aplausos, era sin duda  un favorito  del público. Se acomodó detrás de la  batería  y  giró  los palillos entre los dedos varias veces antes de comenzar un ritmo alegre. Volví mi atención de él hacia un técnico que le estaba entregando a Vico su bajo. Bajó la cinta  por  su  cabeza  y  la  ajustó  a  su  cuerpo  antes  de  correr  hacia  el  escenario, agitándose  locamente  y  sonriendo  como  el  gato de  Cheshire. Luego,  se unió  al ritmo de Poli. Ya equipado con su guitarra, Ncolas asintió con la cabeza al ritmo que venía del escenario. No sabía cómo supo cuándo hacer su entrada ya que el ruido era tan fuerte, pero luego entró mientras las luces del escenario comenzaron a parpadear y cambiar los colores.
Peter se inclinó hacia mi oído. 
—Tiempo de hacer magia.
Mientras empezaba su gran entrada al escenario, le agarré el brazo. Cuando le di un beso en la mejilla, me dio una mirada inquisitiva. 
—Eso es para la suerte —le grité por encima del rugido de la multitud.
Una sonrisa curvó sus labios. 
—Gracias, Ángel, pero no necesito nada de eso. 
Le golpeé el brazo juguetonamente. 
—¡Eso es por ser un ególatra de nuevo! 
Se rio y me guiñó un  ojo. Las luces del escenario volvieron a cambiar y eran rojas  mientras  Peter entraba.  La  frenética muchedumbre se  volvió  aún más loca. El ruido causaba un zumbido en mis oídos, y reprimí el impulso de meter los dedos en ellos.
Cuando  Peter  tomó  el  micrófono  del  soporte,  su  característica  sonrisa arrogante se extendió por sus labios. Un rugido atronador resonó en el estadio. 
―¡Hola Indianápolis! ¿Están listos para rockear? —preguntó Peter.
Ante su respuesta, miró sobre su hombro a Vico y Ncolas. Ellos negaron con la cabeza. 
—Espera. Creo que no los he oído. Les pregunté si estaban ¡listos para el JODIDO ROCK!
Si fuera posible sonar incluso más fuerte, la multitud lo hizo. Pisotearon con sus pies, aplaudieron, silbaron y gritaron. Peter sonrió y asintió con la cabeza. 
—Eso está mejor. —Las luces se apagaron y luego el ritmo de apertura de su  más  reciente  éxito, Unravel  Me,  comenzó  a  sonar.  La  canción  contó  con demasiada  guitarra,  y  me  sorprendieron  las  habilidades  de  Ncolas  y  Vico.
También estaba el hecho de la emoción que Peter emitía mientras cantaba. En un momento  su  voz  tenía  un  endurecido  punto  de  amargor  en  canciones  como Unravel Me o Twisted Reality.
 Luego, cuando se trataba de las baladas, instantáneamente cambiaba otra vez, y su voz era suave, aterciopelada y hacía eco a través del estadio. Mi favorita de las suyas era Never Before You, que sabía  por los chicos, que Ncolas había escrito para Lily. Cerré los ojos y me tambaleé con la música. Era difícil admitir para mí misma hasta qué punto la voz de Peter me afectaba emocional y físicamente, sobre todo al oírle cantar sobre el amor.
Cuando la canción terminó, abrí los ojos para encontrar a Peter mirándome.
Debo haber tenido una expresión muy seria en mi cara porque me guiñó un ojo y luego se pasó la lengua por los labios sugestivamente. A pesar de que debería estar enojada, no podía dejar de reír. Solo Peter encontraba una manera de arruinar un momento potencialmente romántico. Moví un dedo hacia él, y echó hacia atrás la cabeza y rio.
Luego vino la parte del show donde traían a un fan al escenario para que Peter le cantara. Mis ojos se abrieron cuando una señora mayor fue llevada por uno de los tramoyistas. Con los ojos abiertos de asombro, la mujer miró a Peter. Cuandoél sonrió y le guiñó un ojo, se ruborizó y rio como una joven adolescente, mientras él comenzaba con Your Smile.

Después  de  un  par  de  canciones  más  movidas,  el  espectáculo  había terminado, y los chicos estaban saliendo del escenario, agotados y chorreando de sudor. No pude evitar lanzarme hacia Peter. Envolviendo mis brazos alrededor de él, dejé que me diera vueltas. 
—Supongo que eso significa que te ha gustado, ¿eh? —me gritó al oído para que lo escuchara sobre la multitud.
Apartándome, lo miré a su cara sonriente. 
—¿Me  gustó?  ¿Me  estás  tomando  el  pelo?  ¡Me  encantó!  ¡Estuviste increíble! 
—Sí, y estoy sudando como un cerdo ahora. 
Me acurruqué más cerca de él. 
—Si  consigo  empaparme  en  sudor,  es  probable,  que  pueda  hacer  una fortuna de este vestido en Ebay  —bromeé.
—Oh, puedo pensar en varias cosas más que hacer para que termine incluso más sudado. —Él movió las cejas.
Me empujé fuera de sus brazos. 
—¡No, gracias! Creo que voy a pasar. 
—Claro que sí, Ángel.  —Miró a Poli y Vico que ya estaban rodeados por una multitud de chicas—. Dame cinco minutos para cambiarme y luego te llevaré a cenar. 
Miré hacia mi vestido. 
—Espero que en algún lugar muy sencillo. 
—Estaba pensando en IHOP o en algún lugar así. Nada demasiado lujoso, Ángel. 
Me eché a reír. 
—Tú sí que sabes cómo agasajarme con un banquete, ¿no?
—Lo que sea  —murmuró antes de desaparecer en el camerino. Fiel a su palabra,  Peter  volvió  a  aparecer  en  menos  de  cinco  minutos,  usando  jeans agujereados y una camiseta negra. Por supuesto, conseguía hacer que un saco de arpillera luciera caliente y sexy. Mientras hacíamos nuestro camino hacia la salida, me preguntó: 
—¿Te importa si Bray se une a nosotros? 
—No, por supuesto que no. —Nos metimos en la limusina—. ¿Poli y Vico no vienen? 
Peter hizo una mueca. 
—No, ellos están ocupados. 
De repente, entendí su significado. 
—Oh, ya veo. —Pensar en ellos con chicas al azar me dio náuseas—. Si yo no estuviera aquí, ¿estarías ocupado también? 
Mirando por la ventana, Peter se negó a mirarme a los ojos. 
—Sí, probablemente.
—Lo siento si te estoy impidiendo algo. 
Su cabeza giró para mirarme fijamente. 
—No me estás impidiendo hacer  nada.  Estoy exactamente dónde quiero estar en este momento con quién quiero estar.
—Oh —murmuré.
—No suena como si me creyeras.
—No, es solo que me sorprende, eso es todo.
Él arqueó las cejas hacia mí. 
—¿Qué quiera comer panqueques contigo en lugar de estar con una tonta al azar? 
Respiré fuerte por su resumen. 
—Sí, más o menos.
Peter sonrió. 
—Bueno,  créelo,  Ángel,  porque  es  la  verdad.  Eres  todo  lo  que  quiero  o necesito en este momento. 
Girado mi cabeza, traté de ocultar la tonta sonrisa que se extendió por mis mejillas. Peter Lanzani quería estar conmigo en lugar de con las groupies. Esa era una sensación bastante increíble.

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Perdon de nuevo y gracias a las chicas que me entendieron...
julietha no subia por la razon de no tener el cargador y yo trato de subir siempre pero a veces no puedo, voy a hacer la maraton este fin de semana pero esta semana voy a subir todos los dias.
Maria no podia encontrar el cargador y resien ayer lo pude comprar, no les subi porque estaba adaptando algunos cap y tenia muchas tareas  y hoy subo tarde porque los domingo yo no suelo subir porque paso el dia con mis papas
 bueno besos...
 hoy subo dos mas antesde irme a dormir

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