Lali
A la mañana siguiente cruzamos Indiana, la siguiente parada
en la gira de Runaway Train.
Cuando nos sentamos
alrededor de la mesa
desayunando, la electricidad
en el aire
era palpable. Era increíble ver
el cambio viniendo a través de los chicos a medida que se acercaban a su próxima actuación. A medida que nos acercábamos más y más a Indianápolis, más inquietos se volvían. El autobús apenas podía contenerlos a los cuatro. Poli tamborileaba sin descanso en una versión más pequeña y plástica de su batería real. La experiencia de la Ivy League de Vico se mostraba mientras él se centraba en la práctica del golf en la Wii. Aunque Nico normalmente era el más sensato, caminaba de un lado a otro como un animal enjaulado, deteniéndose de vez en cuando para mensajearse de ida y vuelta con Euge.
el cambio viniendo a través de los chicos a medida que se acercaban a su próxima actuación. A medida que nos acercábamos más y más a Indianápolis, más inquietos se volvían. El autobús apenas podía contenerlos a los cuatro. Poli tamborileaba sin descanso en una versión más pequeña y plástica de su batería real. La experiencia de la Ivy League de Vico se mostraba mientras él se centraba en la práctica del golf en la Wii. Aunque Nico normalmente era el más sensato, caminaba de un lado a otro como un animal enjaulado, deteniéndose de vez en cuando para mensajearse de ida y vuelta con Euge.
Con auriculares atascados en sus oídos, Peter era el menos
inquieto de los chicos. Supongo que necesitaba la música para desconectarse de
los otros. Se sentó frente a mí en la mesa de la cocina, coloreando algunos
bocetos que Nicolas había hecho para la próxima portada del álbum de la banda.
En cuanto a mí, me quedé como el infierno fuera de lo suyo y
estudié para mi examen de
enfermería. Eran poco
después de las
dos cuando llegamos
al estacionamiento del Centro
de Música de
Klipsch. Yo había
estado leyendo y tratando de desconectarme de las payasadas
de los chicos. Pero Peter apareció frente a mí, saltando sobre las puntas de
sus pies y me tendió la mano.
—Vamos —me ordenó.
Levanté una ceja con desconfianza.
—¿Precisamente a dónde vamos?
Sonrió.
—Ya lo verás. Es una sorpresa.
—No soy realmente muy fan de las sorpresas. La última de
ellas me hizo subir al autobús equivocado y caer en la cama del famoso Peter
Lanzani
Con una sonrisa, respondió:
—Eso parece más bien un sueño hecho realidad que una sorpresa que salió
mal.
Me eché a reír.
—Se podría decir que sí.
—Vamos. Confía en
mí en esto.
—Su tono se
había vuelto casi quejumbroso.
Apretando los labios,
no pude evitar
el temblor de
emoción que me embargó ante su expresión esperanzada.
—Está bien. Sorprendeme entonces —le contesté, poniendo mi
libro en la mesa.
—¡Ja! Sabía que caerías. Nadie puede resistirse a mis
encantos.
—Demasiado ególatra —murmuré en voz baja mientras ponía mi
mano en la suya.
Cuando comenzamos a bajar por el pasillo del autobús, Nicolas
agarró el brazo de Peter.
—¿A dónde vas ? Tenemos pruebas de sonido y ensayo en una
hora.
—Tengo que hacer algo
para Lali. —Él me miró y sonrió—. Ya sabes, compensarla por ser un bastardo
inimaginable y un idiota ayer.
Las cejas de Nicolas se levantaron con sorpresa, pero no
discutió.
—Está bien, hombre, lo que sea.
Después de bajar los escalones del autobús, Frank estaba
esperando junto a un musculoso hombre afroamericano que parecía que podría
derribarnos a Peter y a mí al mismo tiempo.
—Lali, este es Lloyd —presentó Peter, haciendo un gesto al
chico.
Lloyd miró a Peter.
—Es LL, muchas gracias.
Peter se echó a reír.
—Me encanta burlarme de él por su nombre real.
—Sí, y un día, voy a hacerte pagar por ello pequeño idiota
—amenazó LL.
Dudé por un momento antes de extender mi mano.
—Uhm, encantada de conocerte.
Su expresión oscura se iluminó, y me dio una sonrisa.
—Igualmente.
Con LL por detrás de nosotros, Frank nos llevó a la arena. Una vez que llegamos dentro, Peter levantó la
mano.
—Seguiremos solos desde aquí.
—Voy a dar la vuelta, pero no me estoy yendo —respondió LL.
—No hay problema.
Mientras caminábamos a través de la oscura parte posterior
de la arena, me reí.
—Hola Cleveland —murmuré en voz baja.
—¿Qué? —preguntó Peter.
—Estaba pensando que parece que estamos un poco perdidos, y
yo estaba totalmente teniendo un momento de This is Spinal Tap.
Girando hacia mí, Peter se quedó boquiabierta.
—En realidad conoces la película
—Por supuesto que sí. Yo solía verla con los chicos todo el
tiempo.
Sacudió la cabeza lentamente hacia adelante y atrás.
—¿Cómo es que en verdad eres real?
—¿Eh?
Peter sonrió.
—Eres como el sueño húmedo de un hombre.
Arrugando la nariz, le contesté:
—Ugh, gracias por el cumplido.
—Bueno, eso no salió precisamente como yo pretendía.
—Espero que no.
Hizo una mueca mientras se pasaba las manos por el
cabello.
—Solo quise decir que eres la chica soñada de un músico, un
paquete total y completo. Entiendes lo que es hacer frente a la industria, y el
regalo y maldición que puede ser la musa. Además, sabes todo acerca de la
música y el canto. Para colmo, eres alguien con quien un hombre podría
simplemente salir y ver comedias estúpidas. ¿Sabes lo que es tener a una
hermosa chica delante de mí que totalmente me entiende?
—Gracias —murmuré. Mis mejillas ardieron al instante ante
sus palabras.
Cuando él se quedó mirándome fijamente, finalmente admití—:
Por cierto, eso fue por mucho el mejor de los cumplidos.
—No hay de qué.
—Agarró mí mano—. Ahora
vamos. Tengo una gran sorpresa para ti.
—Una vez más, realmente, en verdad no me gustan las
sorpresas —protesté mientras me arrastraba aún más detrás del escenario.
—Te va a gustar esta.
Finalmente, caminamos a través de los bastidores. En lugar
de parar, Peter me tiró directo
al escenario. Miré
a la vacía,
pero enorme arena.
Inclinando la cabeza, me di la
vuelta y observé atentamente todo.
—Guau, este lugar es intenso.
—Me encanta cuando
es así —confesó
Peter, haciendo un
gesto a la multitud que estaba corriendo por ahí con
el equipo—. Es como la calma antes de la
tormenta. —Saltó sobre
las puntas de
sus pies, y
todo su cuerpo
vibró de emoción.
—¿La tormenta que es el huracán Peter? —bromeé.
Él se echó a reír.
—Eso tal vez sea la tormenta tropical Peter y más como el
huracán Runaway Train.
Sonreí.
—Me encanta el hecho de que nunca dejas a los chicos fuera
de la ecuación. No al estilo de Adam Levine y los otros chicos de Maroon 5.
Peter negó con la cabeza.
—La disquera trató esa mierda por un tiempo después de que
fuimos un éxito. Pero soy yo y los chicos, o no es nada.
Alcanzándolo, le golpeé el pecho.
—Hay un gran corazón ahí.
Su mano se cerró sobre la mía y la apretó a ras contra su
camisa.
—No sabes lo que significa para mí que seas capaz de ver eso
a través de toda la mierda.
—Veo mucho más de lo que podrías imaginar.
—¿Y? —solicitó.
Tragué saliva bajo la intensidad de su mirada.
—Me gusta lo que veo. Mucho.
Luego llevó mí mano a su boca y rozó sus labios con ternura
a través de mis nudillos.
—Me alegro de oír eso.
Mi pulso latía como un cañón en mis oídos, y yo estaba
segura de que Peter podía oírlo. Justo
cuando él se
acercó a mí,
una voz resonó
desde abajo del escenario:
—Estamos listos cuando lo estén.
Sus ojos se cerraron momentáneamente.
—El peor jodido momento —se quejó antes de volverse hacia el
chico. —Gracias Joe. Será mejor poner
este show en marcha.
—¿Show? —le pregunté en un chillido.
Peter se volvió hacia mí.
—Sí, ayer por la noche después de tu conversación telefónica
con el jodido idiota…
—Bemjmin —corregí
—Lo que sea. De todos modos, pensé en lo asustada y nerviosa
que estabas ante la perspectiva de no tener mucho tiempo de ensayo a dúo con el
idiota, así que pensé que podría ayudar.
De pronto, Joe estaba a mi lado empujando un micrófono en mí
mano.
—Peter, ¿qué está pasando? —le pregunté.
—Vas a practicar
tu dueto para
que estés perfecta
para la noche
del domingo.
—Pero, ¿cómo…?
Agitó su micrófono hacia mí.
—Vamos a cantar juntos.
—¿Qué? —prácticamente grité.
Haciendo caso omiso de mi sorpresa, él dijo:
—Yo sé que no será lo
mismo ya que vamos a tener que
usar la música grabada. Quiero decir,
los chicos no
habrían tenido tiempo
de aprenderse la canción, pero yo sé todas las palabras
Me acordé de esta mañana, cuando él tenía sus auriculares
puestos, y mi corazón se estremeció hasta detenerse.
—¿Memorizaste la canción?
—Claro que lo hice. —Él me guiñó un ojo—. Por suerte para
ti, aprendo rápido.
—No puedo creerlo —murmuré.
Peter sonrió mientras metía un mechón de cabello detrás de
mí oreja.
—¿Estás lista para sacudir esta arena?
Si antes tenía
dudas acerca de
la profundidad de
mis crecientes sentimientos por Peter, se
evaporaron en ese
momento. Yo había
estado con él durante
cuarenta y ocho
miserables horas, pero
de alguna manera
me había enamorado de él. Espera,
¿cómo era eso posible? Siempre me había burlado de la idea del amor a primera
vista. Cosas como esas no sucedían. Lujuria a primera vista, claro, pero ¿amor?
Nunca.
Pero ahora, mientras Peter se ponía delante de mí, me
preguntaba si podría ser cierto. Bueno, era parcialmente cierto, ya que justo
después de que puse los ojos en él no sentí amor, sino ira, sobre todo cuando
lo golpeé en las bolas.
—Ángel, ¿me oíste?
—Eh, ¿qué?
—¿Te pregunté si estabas lista?
—Uh, sí, claro.
—Me aclaré la
garganta y traté de recuperar el aliento.
¿Cómo diablos se supone que iba a cantar cuando mi
respiración era tan errática? Peter me evaluó con una mirada escéptica.
—¿Estás segura? Tu rostro se ha vuelto verde como si
estuvieras a punto de vomitar.
Una risita escapó de mis labios, y me tapé la boca.
—Supongo que estoy nerviosa.
Las cejas de Peter se elevaron en sorpresa.
—¿En serio? Soy solo yo aquí.
Eres exactamente lo que me pone muy nerviosa.
—Lo sé, pero
realmente no he
hecho ningún calentamiento
o escalas tampoco. Podría sonar
como una vaca enferma o algo así.
Hizo un gesto con el micrófono en su mano con desdén hacia
mí. —No tienes que hacer nada de eso.
Quiero decir, para eso son los ensayos,
¿cierto?
—Si tú lo
dices. —Entonces balanceé
la cabeza—. Entonces
vamos a hacerlo antes de que
pierda los nervios.
Peter me guiñó un ojo antes de decir:
—Está bien, ponlo, Joe.
En cuestión de segundos,
la música llegó
a todo volumen
a través de la arena,
haciéndome saltar. Peter se llevó el micrófono a los labios:
—Realmente odio dejar ir este momento —comenzó.
No podía moverme, era como si me hubieran disparado con una
pistola taser y estuviera completamente paralizada. Ni siquiera pestañeé o
incluso respiré. Me quedé mirando a Peter mientras cantaba su letra con pasión
y sentimiento. Fue cuando dejó de cantar que regresé a mí misma.
—¡Corta la música! —gritó Peter. Una vez que la canción
llegó a su fin, Peter me dio una mirada de perplejidad—. ¿Qué pasó?
—¿Eh?
—Uhm, no te metiste en el coro.
Oh Dios. Había estado tan cautivada por la voz y la
actuación de Peter que me había olvidado por completo de cantar.
—Yo… uh… supongo
que fueron los
nervios que llegaron
a mí, y me dejaron
en blanco —mentí.
Con una sonrisa, se acercó y me frotó el brazo.
—Vamos, no tienes que estar nerviosa. Solo desconéctate de
todo lo que nos rodea y céntrate en mí y en la música.
Sí, claro, ¡centrarme en ti fue lo que me metió en problemas
para empezar!
Decidí que sería mejor centrarme en la música junto con la
letra que debería estar cantando.
—Está bien. Vamos a intentarlo de nuevo.
—¡Una vez más Joe! —gritó Peter.
Esta vez estaba igual de cautivada por la interpretación de Peter
que antes, pero me las arreglé para entrar con mi parte del coro. Cuando mi voz
resonó en el auditorio, salté, lo que causó que Peter reventara en
carcajadas.
—¡Oye, totalmente me arruinaste esta vez!
Él levantó las manos en señal de rendición.
—Lo siento. ¡Pero si hubieras visto la expresión de tu
cara!
—Peter —le gruñí.
—De acuerdo, de
acuerdo, lo siento.
—Se volvió para
mirar fuera del escenario—. Lo siento Joe. Vamos a
hacerlo desde arriba de nuevo.
Esta vez lo hicimos sin ningún problema. Cuando llegó el
momento para cantar mí solo, mantuve mi mirada fija en Peter todo el tiempo. El
brillo que ardía en sus ojos me hizo estremecer, pero mantuve mi atención y,
finalmente, estuve completamente perdida en la música. La letra tenía tanto
sentido para lo que estaba experimentando con Peter. Quería estar allí en ese
momento con él durante tanto tiempo como me fuera posible.
Cuando la música llegó a su fin, Peter sonrió.
—Lo hiciste, Ángel.
—¡Lo hice! —chillé.
Entonces procedí a hacer una pequeña
danza de la fLeoncidad en el
escenario, lo que hizo reír a Peter.
—¿Es ese tu
baile de la
victoria? —preguntó, su
voz vibrando con diversión
Mientras
continuaba sacudiendo mis
caderas y saltando
sobre mis pies, asentí.
—Sí, creo que lo es.
Negó con la cabeza y
luego se inclinó para rizar la parte
superior de mi cabello.
—Eres una boba.
—Oye, el hecho mismo de que canté en una enorme arena se
merece algo así.
—¿Quieres intentarlo de nuevo?
—Ooh, ¿podemos?
—Claro que podemos. —Una sonrisa maliciosa curvó sus
labios—. Soy Peter Jodido Lanzani, y puedo hacer lo que yo quiera.
Mirando al techo,
dejé escapar un
suspiro de frustración,
lo que sopló algunos de los mechones de mi cabello
fuera de mí cara.
—Justo cuando creí que tu ego no podía ser más grande.
—Dejando mí ego fuera de esto, esta vez necesitas centrarte
no solo en tu forma de cantar, sino en cómo lo haces también. Claro que alcanzaste todas tus notas la última vez,
pero estabas un poco rígida.
—¿Lo estuve?
Peter se rio de mi mortificación.
—Yo no diría que eras robótica, pero tienes que aflojarte un
poco. Deja que tu cuerpo sienta las letras tanto como tu mente lo hace.
—Está bien —murmuré.
Esta vez, cuando la música llegó, Peter se volvió
completamente diferente.
Era como si se desconectara de todo lo demás. Su canto era
más sincero y lleno de emoción. Si yo pensaba que era difícil centrarme antes, era
aún más difícil esta vez porque yo
estaba tan fascinada
por él, tanto por su interpretación como por mi enamoramiento.
Cuando comencé mi
solo, Peter se
acercó a mí,
envolviendo un brazo alrededor de
mi cintura. Ya
que pensé que
podría estar tratando
de hacerme tropezar, mantuve mi
concentración intensa, pero al mismo tiempo, dejé que mi cuerpo siguiera al
suyo.
Cuando llegó el
momento del coro
de nuevo, su mano
fue a acunar mi mejilla. Cerré los ojos y seguí cantando
mientras me inclinaba hacia su contacto.
Cuando él se
alejó de mí,
yo lo seguí,
tomando su mano
en la mía y entrelazando
nuestros dedos.
Terminamos la canción con nuestras manos entrelazadas y
nuestros ojos fijos en el otro. A medida que la música llegaba a su fin, sentí
que en cualquier momento Peter podría
oír el estruendo de mi corazón.
—¡Eso fue increíble, estuviste increíble! —exclamó Peter.
—¿Así que lo hice mejor en la parte de la
interpretación?
Él hizo un rápido asentimiento.
—Sin embargo, me
permito sugerir que
no consigas eso cuando
estés cantando con Bemjmin.
—¿Por qué?
Sonrió.
—Porque me pondrás celoso si lo miras del mismo modo en que
me miraste a mí.
Traté de no
fundirme en un
charco en el suelo del
escenario ante la emoción de su comentario.
—Está bien, entonces. Eso es solo para ti.
—Bien. Me alegra oír eso.
El resto del
día fue un
torbellino de acontecimientos. Después
de que termináramos de cantar con
Peter, los otros chicos llegaron al estadio para hacer sus pruebas de
sonido y ensayos.
Frank me puso
una identificación de
personal autorizado alrededor de mi cuello, y me paré en los bastidores
y los observé. Una vez que la prueba de sonido finalizó, nos apresuramos a ir
al otro lado de la calle para una cena
temprana. No podía
creer la cantidad
de comida que
los chicos comieron. Estaba
demasiado nerviosa por ellos para comer,
pero ellos comieron todo, inclusive el postre.
Luego regresamos al estadio para estar listos para el show.
Mientras que Peter y los otros chicos eran conducidos para las pruebas de
último minuto y luego a los camerinos di una vuelta alrededor, observando los
bastidores llenarse de gente que nunca antes había visto.
Runaway Train tenía un gran equipo y séquito en comparación al
de mis hermanos.
Estaba haciendo mi
mejor esfuerzo para mantenerme fuera del camino cuando mi
teléfono sonó con un mensaje.
Era Peter.
¿Dónde estás?
Esperando a que ustedes estén listos.
Vuelve aquí con nosotros.
No quiero estar en el medio.
Nunca estás en el medio. Estás
conmigo.
Mirando sus palabras,
tuve que tomar
unas cuantas respiraciones profundas.
¿Estás
seguro?
¡Trae tu
lindo trasero aquí ahora!
Sonreí.
Eres tan
mandón.
Ahora,
Ángel.
¡Sí,
señor!
Cuando comencé a cruzar la habitación para encontrar a Peter,
una mano se acercó y me
agarró del brazo. Grité mientras me tiraba
hacia abajo sobre su regazo. Un brillo lujurioso ardía en sus
ojos oscuros.
—Hola sexy, ¿dónde te has estado escondiendo todo este
tiempo?
Fue entonces cuando lo reconocí como Tyler Mains, el
cantante principal de Vanquished,
el grupo de
apertura de Runaway Train.
Su cabello oscuro
ya estaba arreglado a la perfección junto con su pesado maquillaje para
el escenario
Supongo que su
idea de matar
los últimos minutos
antes de subir
al escenario incluía pensar que
me podía molestar.
—¡Yo no he
estado escondiéndome en
ningún lugar! —le
espeté, golpeando sus manos. Empecé a retorcerme fuera de su regazo
cuando sus brazos se deslizaron alrededor de mi cintura.
Sus ojos bebieron mi apariencia.
—Es solo que no se ve tu tipo tan a menudo por aquí. Quiero
decir, eres un coño de
primera. —Sonrió mientras
tocaba el dobladillo
de mi vestido—. Mmm, esto es para morirse cuando se
trata de un polvo rápido. ¿Ya tienes planes para después del show?
—Sí idiota, y no implica ser tu juguete, muchas
gracias.
Sonrió.
—Ooh una luchadora.
Eso me gusta.
—Entrelazando sus dedos
por mi cabello, me
tiró más cerca, donde el
aliento a alcohol
atravesaba mi mejilla—. ¿Follas tan ferozmente como
hablas?
—¡Suéltame! —grité.
—¡Sácale tus jodidas manos de encima, antes de que te rompa
algo más que la mano con la que tocas, Tyler! —gruñó Peter.
Mi mirada pasó desde el Sr. Idiota Mains a Peter que estaba
de pie sobre nosotros. Apretó los puños a los costados mientras la vena en su
cuello latía con furia. Tyler inmediatamente me dejó ir.
—Lo siento, lanzani. No sabía que era tu pedazo de culo. —Él
me sonrió—. Hombre, realmente debes ser una folladora increíble si Peter está
dispuesto a llegar a la defensiva por ti. Pero desde que he compartido coños
con él en la misma noche, ¿piensas
que mientras está
en el escenario
me podrías mostrar
lo que es tan
sorprendente entre tus muslos?
—¡Hijo de puta! ¡Voy a patear tu puto trasero! —gruñó Peter
mientras se lanzaba hacia adelante.
—¡No, Peter! —grité.
Por un momento, me quedé atrapada entre los dos. Negué con la cabeza hacia él—.
No vale la pena, él no vale la pena —argumenté
Tan pronto como Peter se echó atrás, Tyler rio entre dientes
y murmuró “cobarde” en voz baja. La sangre hervía dentro de mí, y extendí la
mano y golpeé la mejilla de Tyler. Fuerte.
—¡No te atrevas a hablar de mí o sobre mí así jamás! —Luego
me arrastré fuera de su regazo—. ¡Y para que conste, eres el último hombre en la
tierra que alguna vez dejaría que me tocara! —Sin decir una palabra a Peter,
salí corriendo a su camerino. Peter estaba cerca de mis talones, porque casi le
cerré la puerta en la cara.
Poli y Vico se levantaron de sus sillas de maquillaje,
sorprendidos por miindignación.
—¿Qué pasó? —preguntó Vico.
Estaba casi demasiado molesta para hablar, así que balbuceé,
—E… ese idiota de Mains trató de molestarme y luego dijo
cosas... —Me estremecí.
Poli salió disparado de su silla.
—¡Voy a patearle el culo!
Peter levantó la mano.
—Tranquilo, Terminator, no hay necesidad. Me hice cargo de
él. —Él me miró y sonrió—. Bueno, podría decir que Ángel lo manejó por su
cuenta.
Las cejas de Peter se levantaron en sorpresa.
—¿Qué has hecho?
—Le di una cachetada.
Con una sonrisa, Peter añadió: —Sí, y ella también lo regañó.
Una amplia sonrisa curvó los labios de Poli.
—Claro que sí, chica. ¡Tú sigue pateando culos y llamándolos
por nombres!
Me reí
—Gracias, lo haré.
Desde detrás de
mí, los brazos
de Peter serpentearon
posesivamente alrededor de mi cintura. Él acarició mi cuello, y me
estremecí gratamente.
—Siento que hayas
tenido que pasar
por eso. Sé
que te dijo
bastantes mierdas viles.
—Lo hizo. Pero lo regañé.
El maquillador le
hizo una seña
a Peter, y él
suspiró con resignación mientras sus brazos se separaban
de mí. Me acomodé en el sofá y comencé a ver toda la preparación para que los
chicos de Runaway Train estuvieran listos.
Cuando estaban casi terminando, oí el rugido de la multitud
y la música de apertura de Vindicated.
—Espero que se caiga de bruces esta noche —murmuré.
Vico y Peter se rieron a carcajadas, mientras que Poli me
miró por encima del hombro.
—Si pudiera encontrar una buena pimienta roja en polvo y
ponerla en sus
pantalones, me aseguraría de que no gozara de ninguna acción
groupie esta noche.
Me eché a reír.
—Poli, eso es terrible.
Él sonrió con malicia mientras movía las cejas.
—Solo tienes que decir la palabra. Siempre puedo hacer que
un roadie me traiga un poco.
—Creo que estoy bien, pero gracias de todos modos.
Una vez que los chicos habían terminado con el cabello y el
maquillaje, se encaminaron hacia el guardarropa. Peter apareció unos minutos
más tarde con un par de ajustados pantalones de cuero, junto con una camisa
roja que se extendía a
través de sus músculos.
—¿Cómo me veo? —me preguntó.
—¡Guau... te ves increíble
Peter miró sus pantalones con desdén.
—Se trata de piel artificial para que podamos ser políticamente
correctos. Gracias a Dios tengo un cambio de vestuario a mitad del espectáculo,
porque me gustaría mucho más estar en jeans.
—Sí, pero esos pantalones son.... —Miré hacia él y sonreí—. Muy, muy sexys!
Un brillo perverso ardió en sus ojos.
—¿Estás diciendo que tengo que quedarme con estos y usarlos
para ti en otro momento?
Me eché a reír.
—Ahora no sé sobre eso.
Peter tiró de mí hacia él cuando Ncolas asomó la cabeza por
la puerta.
—Está bien, Peter, es la hora.
—Siempre en el peor jodido momento —murmuró Peter en voz
baja.
A continuación, tomó mi mano y empezó a llevarme hasta la
puerta. Lo seguí a ciegas, mientras nos movíamos a través de los roadies y
técnicos.
Cuando llegamos a bastidores, Peter se volvió hacia mí.
—Pensé en conseguirte un lugar en la tribuna de honor, pero
tendrás una mejor vista aquí.
—¿Así que puedo quedarme aquí y verlos? —le pregunté.
—Por supuesto. —Me
atrajo hacia él—.
Te quiero tan
cerca como sea posible.
—Gracias.
—También le dije a Frank que mantenga un ojo en Tyler.
—Aunque eso es muy caballeroso de tu parte, creo que puedo
manejar las cosas por mi cuenta.
Peter se rio entre dientes.
—Estoy seguro de que sí, Ángel, pero me va a hacer sentir
mejor saber que te están cuidando.
—Está bien. Lo que sea que haga flotar tu bote —le contesté.
Mientras Vanquished hacía su salida del escenario, Peter apretó
sus brazos alrededor de mí. Tyler solo nos dio una mueca fugaz antes de
alejarse. A continuación, la iluminación del escenario cambió mientras la
música de Runaway Train comenzaba. Poli
entró al escenario
primero, saludando a la multitud
y levantando sus dedos con el signo de rock. Por los silbidos y aplausos, era
sin duda un favorito del público. Se acomodó detrás de la batería
y giró los palillos entre los dedos varias veces
antes de comenzar un ritmo alegre. Volví mi atención de él hacia un técnico que
le estaba entregando a Vico su bajo. Bajó la cinta por
su cabeza y
la ajustó a
su cuerpo antes
de correr hacia
el escenario, agitándose locamente
y sonriendo como
el gato de Cheshire. Luego, se unió
al ritmo de Poli. Ya equipado con su guitarra, Ncolas asintió con la
cabeza al ritmo que venía del escenario. No sabía cómo supo cuándo hacer su
entrada ya que el ruido era tan fuerte, pero luego entró mientras las luces del
escenario comenzaron a parpadear y cambiar los colores.
Peter se inclinó hacia mi oído.
—Tiempo de hacer magia.
Mientras empezaba su gran entrada al escenario, le agarré el
brazo. Cuando le di un beso en la mejilla, me dio una mirada inquisitiva.
—Eso es para la suerte —le grité por encima del rugido de la
multitud.
Una sonrisa curvó sus labios.
—Gracias, Ángel, pero no necesito nada de eso.
Le golpeé el brazo juguetonamente.
—¡Eso es por ser un ególatra de nuevo!
Se rio y me guiñó un
ojo. Las luces del escenario volvieron a cambiar y eran rojas mientras
Peter entraba. La frenética muchedumbre se volvió
aún más loca. El ruido causaba un zumbido en mis oídos, y reprimí el
impulso de meter los dedos en ellos.
Cuando Peter tomó
el micrófono del
soporte, su característica sonrisa arrogante se extendió por sus labios.
Un rugido atronador resonó en el estadio.
―¡Hola Indianápolis! ¿Están listos para rockear? —preguntó Peter.
Ante su respuesta, miró sobre su hombro a Vico y Ncolas.
Ellos negaron con la cabeza.
—Espera. Creo que no los he oído. Les pregunté si estaban
¡listos para el JODIDO ROCK!
Si fuera posible sonar incluso más fuerte, la multitud lo
hizo. Pisotearon con sus pies, aplaudieron, silbaron y gritaron. Peter sonrió y
asintió con la cabeza.
—Eso está mejor. —Las luces se apagaron y luego el ritmo de
apertura de su más reciente
éxito, Unravel Me, comenzó
a sonar. La
canción contó con demasiada
guitarra, y me
sorprendieron las habilidades
de Ncolas y Vico.
También estaba el hecho de la emoción que Peter emitía
mientras cantaba. En un momento su voz
tenía un endurecido
punto de amargor
en canciones como Unravel Me o Twisted Reality.
Luego, cuando se
trataba de las baladas, instantáneamente cambiaba otra vez, y su voz era suave,
aterciopelada y hacía eco a través del estadio. Mi favorita de las suyas era Never
Before You, que sabía por los chicos,
que Ncolas había escrito para Lily. Cerré los ojos y me tambaleé con la música.
Era difícil admitir para mí misma hasta qué punto la voz de Peter me afectaba
emocional y físicamente, sobre todo al oírle cantar sobre el amor.
Cuando la canción terminó, abrí los ojos para encontrar a Peter
mirándome.
Debo haber tenido una expresión muy seria en mi cara porque
me guiñó un ojo y luego se pasó la lengua por los labios sugestivamente. A
pesar de que debería estar enojada, no podía dejar de reír. Solo Peter encontraba
una manera de arruinar un momento potencialmente romántico. Moví un dedo hacia
él, y echó hacia atrás la cabeza y rio.
Luego vino la parte del show donde traían a un fan al
escenario para que Peter le cantara. Mis ojos se abrieron cuando una señora
mayor fue llevada por uno de los tramoyistas. Con los ojos abiertos de asombro,
la mujer miró a Peter. Cuandoél sonrió y le guiñó un ojo, se ruborizó y rio
como una joven adolescente, mientras él comenzaba con Your Smile.
Después de un
par de canciones
más movidas, el
espectáculo había terminado, y
los chicos estaban saliendo del escenario, agotados y chorreando de sudor. No pude
evitar lanzarme hacia Peter. Envolviendo mis brazos alrededor de él, dejé que
me diera vueltas.
—Supongo que eso significa que te ha gustado, ¿eh? —me gritó
al oído para que lo escuchara sobre la multitud.
Apartándome, lo miré a su cara sonriente.
—¿Me gustó? ¿Me
estás tomando el
pelo? ¡Me encantó!
¡Estuviste increíble!
—Sí, y estoy sudando como un cerdo ahora.
Me acurruqué más cerca de él.
—Si consigo empaparme
en sudor, es probable, que
pueda hacer una fortuna de este vestido en Ebay —bromeé.
—Oh, puedo pensar en varias cosas más que hacer para que
termine incluso más sudado. —Él movió las cejas.
Me empujé fuera de sus brazos.
—¡No, gracias! Creo que voy a pasar.
—Claro que sí, Ángel.
—Miró a Poli y Vico que ya estaban rodeados por una multitud de chicas—.
Dame cinco minutos para cambiarme y luego te llevaré a cenar.
Miré hacia mi vestido.
—Espero que en algún lugar muy sencillo.
—Estaba pensando en IHOP o en algún lugar así. Nada
demasiado lujoso, Ángel.
Me eché a reír.
—Tú sí que sabes cómo agasajarme con un banquete, ¿no?
—Lo que sea —murmuró
antes de desaparecer en el camerino. Fiel a su palabra, Peter
volvió a aparecer
en menos de cinco minutos,
usando jeans agujereados y una
camiseta negra. Por supuesto, conseguía hacer que un saco de arpillera luciera
caliente y sexy. Mientras hacíamos nuestro camino hacia la salida, me
preguntó:
—¿Te importa si Bray se une a nosotros?
—No, por supuesto que no. —Nos metimos en la limusina—. ¿Poli
y Vico no vienen?
Peter hizo una mueca.
—No, ellos están ocupados.
De repente, entendí su significado.
—Oh, ya veo. —Pensar en ellos con chicas al azar me dio
náuseas—. Si yo no estuviera aquí, ¿estarías ocupado también?
Mirando por la ventana, Peter se negó a mirarme a los
ojos.
—Sí, probablemente.
—Lo siento si te estoy impidiendo algo.
Su cabeza giró para mirarme fijamente.
—No me estás impidiendo hacer nada.
Estoy exactamente dónde quiero estar en este momento con quién quiero
estar.
—Oh —murmuré.
—No suena como si me creyeras.
—No, es solo que me sorprende, eso es todo.
Él arqueó las cejas hacia mí.
—¿Qué quiera comer panqueques contigo en lugar de estar con
una tonta al azar?
Respiré fuerte por su resumen.
—Sí, más o menos.
Peter sonrió.
—Bueno, créelo, Ángel,
porque es la
verdad. Eres todo
lo que quiero
o necesito en este momento.
Girado mi cabeza, traté de ocultar la tonta sonrisa que se
extendió por mis mejillas. Peter Lanzani quería estar conmigo en lugar de con
las groupies. Esa era una sensación bastante increíble.
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Perdon de nuevo y gracias a las chicas que me entendieron...
julietha no subia por la razon de no tener el cargador y yo trato de subir siempre pero a veces no puedo, voy a hacer la maraton este fin de semana pero esta semana voy a subir todos los dias.
Maria no podia encontrar el cargador y resien ayer lo pude comprar, no les subi porque estaba adaptando algunos cap y tenia muchas tareas y hoy subo tarde porque los domingo yo no suelo subir porque paso el dia con mis papas
bueno besos...
hoy subo dos mas antesde irme a dormir
Perdon de nuevo y gracias a las chicas que me entendieron...
julietha no subia por la razon de no tener el cargador y yo trato de subir siempre pero a veces no puedo, voy a hacer la maraton este fin de semana pero esta semana voy a subir todos los dias.
Maria no podia encontrar el cargador y resien ayer lo pude comprar, no les subi porque estaba adaptando algunos cap y tenia muchas tareas y hoy subo tarde porque los domingo yo no suelo subir porque paso el dia con mis papas
bueno besos...
hoy subo dos mas antesde irme a dormir
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