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viernes, 1 de marzo de 2013
Capitulo 7:
—¡Ese imbécil se robó mi primer beso! —gemí. Peter se echó a reír y me sentí aún
peor. ¡No podía creer que se estaba riendo de mí!—. ¡No es gracioso, Peter! El
primer beso de una chica es importante para ella. Sólo porque seas una clase de
súper puta a la que no le importa, y probablemente no recuerda su primer beso, no
significa que las pequeñas cosas no son importantes —dije, con rabia, golpeando
su pecho.
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—Ángel, cálmate. Él no te robó tu primer beso —dijo, seriamente, mirando
directamente a sus ojos, haciéndome sentir ingravidez con sus estúpidos ojos
azules de mujeriego.
—¿De qué estás hablando? ¡Él lo hizo! Él sólo me besó y me lo robó —gruñí, con
una lágrima cayendo de mi ojo. Él la limpió con su pulgar y sacudió su cabeza.
—Sí, él sólo te besó, pero ese no fue tu primer beso. Yo lo fui hace mucho tiempo
—explicó, con una media sonrisa que hacía que su rostro pareciera hermoso.
¿De qué diablos estaba hablando? Nunca me había besado. Fruncí el ceño, tratando de recordar.
—¿Recuerdas cuando me lastimé al caer de ese árbol en mi jardín? Tenía trece
años y mi maldita pierna me dolía demasiado, y me preguntaste que podías hacer
para que el dolor se fuera. —Él cerró sus ojos y sacudió la cabeza con el recuerdo,
con una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios.
Di un grito ahogado. Oh, dios mío. ¡Eso es verdad! Él me pidió que lo besara y eso
hice, bueno, dos veces en realidad. Dijo que todavía estaba doliéndole y me pidió
que lo besé de nuevo. Justo después de eso, Gas salió de la casa y nos sorprendió.
Le dio un puñetazo en el rostro a Peter por eso.
Oh, mierda. ¡Peter tenía mi primer beso! No estaba segura de cómo sentirme sobre eso, fue realmente agradable esa vez. Él estaba siendo muy dulce ese día, estaba subiendo al árbol para bajar mi pelota que había quedado atrapada ahí. Supongo que eso era bueno, al menos si Peter tenía mi primer beso, significaba que no fue robado por un imbécil mientras estaba borracha en una fiesta.
Le sonreí y me devolvió la sonrisa.
—Ese también fue mi primer beso, y aún lo recuerdo —dijo en voz baja, guiñando
un ojo en broma.
—Bueno, has tenido muchos desde entonces, y algo más —afirmo, refiriéndome a
todas las chicas con las que se ha acostado.
—Sí, pero ese es todavía el primero y el mejor —susurró, besando la parte superior
de mi cabeza y tirando de sus brazos a mí alrededor, metiendo mi cabeza en el
hueco de su cuello.
Sólo nos quedamos en silencio; no sabía que decir, así que me quedé callada.
Después de un rato, todavía estaba despierta por el ruido que llegaba de la fiesta.
Eran como la una de la mañana, así que probablemente se prologaría por lo menos
una hora. Me di la vuelta para ver a Peter observándome.
—Tampoco puedes dormir, ¿eh? —preguntó, sonriendo.
Negué con la cabeza.
—¿Por qué no sales y sacas provecho a la fiesta? No tiene sentido que estemos
aquí despiertos. —Me alejé de él para que pudiera salir de la cama.
Pero él negó con su cabeza y me haló de nuevo a su pecho.
—Estoy bien donde estoy.
Después de aproximadamente media hora, levanté mi cabeza y lo miré, se había
quedado dormido y se veía tan tranquilo y dulce, y sin mencionar sexy. Prefiero
nunca mirarlo de esta manera.
Sabía que él era guapísimo y tenía un cuerpo impresionante, pero nunca se me
había ocurrido mirarlo así. Mis ojos se movieron hacia su pecho. Él estaba
realmente increíble y tenía abdominales perfectos.
Acerqué uno de mis dedos y tracé las líneas de sus músculos en su estómago, sólo
preguntándome cómo se sentiría.
Él se estremeció.
—Me siento un poco violado —afirmó, haciéndome saltar y alejar mi mano
rápidamente.
Me reí porque había sido sorprendida.
—Bienvenido a mi mundo, me haces sentir así todo el tiempo. —Me encogí de
hombros.
—Supongo que sí, lo siento —dijo, casualmente. Inmediatamente me pregunté por
qué él no era así todo el tiempo; sí lo fuera, probablemente estaría enamorada de
él como las demás chicas lo estaban.
—Oye, viendo que no podemos dormir... ¿Qué te parecer jugar? —sugirió en tono
emocionado, lo que era probablemente una mala señal.
Puse mis ojos en blanco, tratando de no pensar en los estúpidos juegos que él
propondría.
—No estoy jugando contigo; será algo como un juego de quitarse la ropa, o algo
que implicará que me veas desnuda —dije, frunciendo el ceño y haciendo una
mueca con los labios.
Él se rió y tomó mi labio inferior entre su pulgar y dedo índice.
—Sin pucheros, Ángel. Si el viento cambia te quedarás atascado así —bromeó,
corriendo su pulgar por mi labio.
El movimiento me hizo agua por alguna razón. Saqué mi lengua y lamí su pulgar en
broma, esperando que él se alejara y me dijera que era asqueroso. Pero no lo hizo.
En cambio, un pequeño gemido surgió de su garganta. El sonido hizo que algo
muy profundo dentro de mí cosquilleara y palpitara.
Movió su cabeza cerca de la mía y luego se detuvo, sus labios estaban a pocos
milímetros de los míos. No podía respirar, mi corazón estaba acelerado, pero no
era el usual miedo que tenía, era porque quería que me besara. Él pareciera estar
esperando que le diera una señal para decir que estaba bien.
Tragué saliva y cerré la distancia, presionando mis labios a los suyos ligeramente.
Se sentía como si él me diera un shock, mi cuerpo empezó a temblar y vibrar con la
necesidad de él tocándome. Un millón de mariposas parecían alzar el vuelo en mi
estómago, pero sabía que no era causado por el alcohol.
Respondió de inmediato, acercándome a él y recorriendo mi espalda con sus
manos. Levanté mis brazos y los puse alrededor de su cuello, enredando mis dedos en su cabello castaño y sedoso. Sus labios eran suaves y encajaban perfectamente en los míos. Él chupó suavemente mi labio inferior y abrí mi boca, sin realmente saber que esperar de mi primer beso adecuado.
Deslizó su lengua en mi boca y masajeó la mía con ternura. El sabor de él era
increíble mientras exploraba mi boca entera. Todo mi cuerpo estaba quemando,
queriendo más...
De repente, se apartó, haciéndome gemir y me pregunté en que me había
equivocado. Él levantó la cabeza a mi puerta, apretando su mano sobre mi boca
para mantenerme callada.
—Grita que estás bien —susurró. Lo miré, confundida.
—¡Lali! ¡Abre la puerta! —gritó Gas, golpeando la puerta con fuerza.
Peter asintió con la cabeza y me retiró su mano de mi boca. Me aclaré rápidamente la garganta.
—Gas, estoy bien. Estoy cansada, así que vete —grité, tratando de hacer mi voz
sonar enojada.
—La, ¿Has visto a Peter? —preguntó Gas, a través de la puerta. Miré a Peter,
horrorizada. ¿Qué diablos se supone que tengo que responder a eso? Sí, en
realidad está en la cama conmigo, medio desnudo, y acabo de tener mi lengua en su garganta. Ahora te puedes ir, que estás interrumpiendo. Sí, no creo que eso le agradaría mucho a mi hermano.
—Me fui a casa —susurró Peter, asintiendo con la cabeza alentadoramente.
—Dijo que se iba a casa, Gas. Ahora vete —grité, mordiéndome los labios y
esperando que él se lo hubiera creído. Peter inclinó su cabeza hacia abajo y sentí
sus suaves labios de nuevo en los míos de nuevo, alejándose con un suspiro
cuando Gas vuelve a gritar.
—Lali, ¿estás bien? Suenas un poco extraña.
Me reí.
—Sí. Me enfermé así que vine a la cama, pero ahora estoy bien. Te veré en la
mañana. Oh, y por cierto, no voy a limpiar, así que necesitas hacerlo todo —
bromeé, sonriendo ante la idea de que él limpiara toda la casa solo.
—Lo que sea, La, ambos sabemos que me ayudarás de todos modos —dijo
Gas, riendo.
Miré hacia Peter, que sonreía con su hermosa sonrisa y presionó sus labios contra
los míos de nuevo, haciendo que el cosquilleo volviera al instante.
Su mano se deslizó lentamente por mi lado mientras su lengua regresaba a mi
boca, su sabor en mis papilas gustativas. Él llegó a la parte inferior de la camisa que usaba y deslizó su mano por debajo, recorriendo mi muslo con su mano y tocando mi cadera. Sus dedos trazaron lo largo del material de la tanga, de modo que su mano estaba en mi trasero.
Mi piel parecía arder dónde me tocaba.
Fue en ese momento que regresé en mí misma. Esto era demasiado rápido. Moví
mi cabeza hacia atrás y saqué su mano para que dejara de moverse por mi top.
—Oh, lo siento. Demasiado rápido, ¿cierto? —preguntó, un poco culpable. Asentí
con la cabeza, tratando de recuperar el aliento y calmar a mi cuerpo—. Está bien,
Ángel. Vamos a dormir, entonces —sugirió, con una gran sonrisa.
Se alejó un poco de mí y se recostó, halándome a su lado.
Puse mi cabeza en su pecho y colgué mi pierna sobre él y mis brazos en su cintura.
Él se agachó y tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos.
Sus labios rozaron la parte superior de mi cabeza y cerré los ojos, sintiéndome más feliz de lo que había estado por mucho tiempo.
Justo antes de dormir tuve una horrible sensación de que esto era un error que
terminaría pagando por la mañana. Quiero decir, estaba con el mejor amigo de mi
hermano, que era un total mujeriego, y que sólo se preocupaba por él mismo...
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¿ lo pagara realmente lali o solo es paranolla?
*Chicas aviso que por el finde semana no creo que suba ya que voy a la playa y el lunes
voy a aser otra maraton ya que el martes empiezo en mi nuevo liceo vueno xau.... Buen finde¡¡
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Me encantooooooooooooooooo♥
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