Me cambié rápidamente y caminé hacia el automóvil. Peter estaba allí,
inclinado casualmente contra el auto, charlando felizmente con Justin y
Spencer, otro chico de mi equipo.
—¡Eh! —canturreé mientras caminaba hacia a ellos.
Peter sonrió con una hermosa sonrisa hacia mí.
—Esta es mi señal muchachos, tengo que llevar a la dama a nuestra primera cita
real. Nos vemos la próxima semana —dijo, indicándoles que se alejaran con un
movimiento rápido de su mano.
La boca de Justin cayó abierta y miró de Peter hacia mí varias veces.
—¿Cita? Pero... quiero decir… ¿qué? ¡Pensé que era el mejor amigo de tu hermano!
Ni siquiera te gusta; siempre dices que él es un gilipollas mujeriego. ¡Siempre que
te he dicho sobre cuán caliente él estaba, tú solamente decías que no tocarías su
trasero con ETS ni aunque que te pagaran! —dijo Justin, frunciendo el ceño, y
mirándome confuso.
Gemí y cerré mis ojos. Literalmente estaba tan puesta en aprietos que deseé que la tierra se abriera y me tragara. ¿Cómo podía él decir eso justo enfrente de Peter? No es que yo no le haya dicho en su cara en más de una ocasión, pero todavía me
sentía horrible. Escuché a Peter comenzar a reír, por lo que me arriesgué a mirarlo,
él no se veía enfadado o algo.
—Gracias, Jus —refunfuñé, dándole una mirada que debería ser capaz de matarlo
en el acto. Peter se acercó y agarró mi mano, tirándome a su lado, todavía
sonriendo.
—Es privilegio de una dama cambiar de opinión —le dijo a Justin con un guiño,
abriendo la puerta del auto para mí.
—Los veré la próxima semana, chicos, prometo que no llegaré tarde —prometí,
besando sus mejillas antes de entrar el auto. Peter les dio a ambos la cosa del
apretón de manos típicas de hombre, y corrió al lado del conductor. Cuando
arrancó el auto me miraba con una sonrisa.
—Lo lamento —murmuré, ruborizándome otra vez.
—No te preocupes por eso. No es nada que no haya escuchado antes de tu
hermosa boca —contestó con una sonrisa.
No podía menos que sonreír, estaba lleno de los elogios hoy, pero alguna parte de
mí estaba preocupada de si les había dicho todo esto a otras chicas. ¿Esperaba que yo tuviera sexo con él después de un par de citas? Porque si lo hacía, entonces él iba a estar muy decepcionado. Decidí que teníamos que hablar de ello. Me refiero a, ¿cuál era su punto de siquiera intentarlo, si solamente me estaba usando para el sexo y yo no estaba planeando renunciar en cualquier momento?
—¿Entonces, a dónde iremos a almorzar? —preguntó, sacándome repentinamente
de mi pequeña discusión interna.
—Um. ¿No me importa, qué te gustaría? —pregunté. Me disparó una mirada
coqueta y una sonrisa picara. Hice rodar mis ojos hacia él; ¡realmente es un loco
jugador del sexo!
—Comer, Peter—añadí, cruzando mis brazos sobre mi pecho, tratando de parecer
severa.
Solamente se rió y comenzó a conducir.
—¿Qué hay de comida china? ¿Te gusta esa, verdad? —me preguntó, mirándome
por el rabillo del ojo.
—¡Sí, adoro la comida china! —gorjeé felizmente, sonriendo abiertamente como si
hubiera ganado la lotería. Gas odiaba la comida china entonces prácticamente
nunca la tenía; Peter sonrió y nos condujo al restaurante sobre la calle principal.
Estábamos sentados, comiendo nuestra comida. Habíamos estado charlando
felizmente durante casi una hora y estaba nuevamente sorprendida por cuán fácil
era hablar con él. Lo había conocido durante doce años y nunca realmente sólo
hablado apropiadamente acerca de cosas. Su pierna rozó la mía debajo de la mesa y me hizo saltar, no por miedo, sino porque envió una pequeña sacudida a través de mi sistema, haciendo que el cabello de mi nuca se erizara y que mi pulso se acelerará.
Decidí que ya era tiempo de aclararlo, había sólo una otra pareja en el restaurante
entonces nosotros podríamos hablar libremente, pero simplemente no sabía cómo
comenzar.
—Peter, creo que tenemos que hablar de algo —dije tranquilamente. Él ladeó
ligeramente su cabeza y me miró curiosamente.
—¡Bien! ¿Qué pasa? —suspiré, solamente tenía que sacarlo y ver lo que él pensaba
de ello.
—Realmente no sé lo que tú quieres de mí; quiero decir, puedes tener a cualquier
chica que quieras. Soy una ruina emocional por Dios… quiero decir... Me
estremezco cada vez que alguien me toca. Yo… no puedo darte lo que tú quieres
—divagaba con el ceño fruncido. Wow, salió un poco diferente de lo que pensaba,
pero al menos esto tiene el punto de vista.
—Estás preocupada por el sexo —declaró, mirándome intencionadamente, no
pareciendo estar molesto por esta conversación en absoluto.
Tragué aire y asentí.
—Solamente... no estoy lista para algo como esto, así que si eso es lo que
realmente quieres, entonces no hay ningún punto para empezar algo —dije en voz
baja, mirando abajo hacia mi plato y deseando que la tierra me tragara otra vez.
Él colocó su mano bajo mi barbilla y levantó mi rostro para mirarlo; estaba
sonriendo con una hermosa sonrisa.
—Puedo esperar el tiempo que tú quieras. Realmente estoy loco por ti, no es sobre
sexo —dijo tiernamente, haciendo que mi corazón empiece a correr.
¿Habla en serio o esto es un truco para que entonces me dé por vencida antes?
—¿Y si te digo que no creo en tener sexo antes del matrimonio? —pregunté,
probándolo.
mas noveeee
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