Epílogo
UN AÑO y medio después, Peter estaba
en la iglesia de Pine Ward, con Vico a su lado. Trisha, su sobrina, había
recorrido el pasillo lanzando pétalos de rosa y Cande intentaba que Alay y Tomas
no correteasen por el pasillo.
Las tres llevaban vestidos del mismo
tono rosado, pero el de Alay, que tenía casi dos años y medio, llevaba unos
volantitos en las mangas. Tomas, con un diminuto esmoquin que intentaba
quitarse a toda costa, miraba la escena con una sonrisa en los labios.
El organista empezó a tocar la Marcha Nupcial y a Peter se le paró el
corazón cuando Lali apareció en la puerta de la iglesia con un precioso vestido
blanco.
Iba del brazo de su orgulloso padre,
pero los ojos de Peter estaban clavados solo en ella. Amarse el uno al otro era
tan fácil...
Y allí estaba, suya.
Su corazón se hinchó de alegría al
pensar eso.
Peter miró sus brillantes ojos
castaños y luego el bonito vestido blanco con escote barco que se ajustaba en
las caderas y caía en forma de capa...
¿Eran plumas?
¿La falda estaba hecha de plumas? Peter
soltó una carcajada. Aunque las plumas no eran ridículas, todo lo contrario.
Eran suaves, brillantes y destacaban la belleza del vestido. Eran perfectas.
Como ella.
Lali era una persona encantadora y
una madre maravillosa, pero también era una mujer divertida. Tenía un lado
festivo que seguramente los había ayudado a los dos a superar la muerte de Gaston.
Por fin, llegó a su lado y, después
de mirarse a los ojos, los dos se volvieron hacia el altar para hacer sus
promesas.
«Amarnos y respetarnos hasta que la
muerte nos separe».
Después de la ceremonia hubo
fotografías, abrazos, parabienes... tardaron una hora, pero por fin subieron a
la limusina que los llevaría al banquete. Cuando llegaron al club de campo, Peter
ayudó a Lali a bajar del coche con su vestido de plumas.
Ella sonrió, poniéndose de puntillas
para besarlo.
–Te quiero.
–Y yo a ti.
El fotógrafo señaló un cenador
cubierto de flores y empezó a hacer indicaciones sobre el orden de las
fotografías.
Cande, Trisha, Lali e incluso Alay se
apresuraron a seguirlas, pero Peter se quedó un poco atrás. No lo necesitaban
para hacer fotos de la novia y las damas de honor.
Contento, se apoyó en un árbol,
escuchando el canto de los pájaros y mirando a su esposa y a su hija posar para
las fotografías.
Pero, de repente, sintió algo en el
aire. Era casi como si alguien estuviese hablándole al oído...
Miró alrededor, pero en aquella zona
del jardín no había nadie. Intentó relajarse, pero la sensación se repitió, más
fuerte en aquella ocasión.
Y, de inmediato, supo qué era.
Peter levantó la cabeza para mirar el
cielo.
–No sé dónde estás, pero tengo la
sensación de que estas aquí, a nuestro lado. Te debo una, pero no puedes ser
una sombra entre nosotros para siempre. No por morirte sino por salvar a Lali.
Ella cree que tú la salvaste el día del accidente y yo la creo... así que,
gracias.
La inesperada sensación se
intensificó y Peter se dio la vuelta para mirar a Lali, posando con sus hijos
en brazos.
Luego miró el cielo de nuevo.
–La adoro y voy a cuidar de ella para
siempre. La querré mientras viva, tienes mi palabra.
Un golpe de viento movió su pelo y,
de repente, cesó como por arte de magia.
Alguien le dio un golpecito en el
hombro y cuando se volvió vio a Lali frente a él.
–Las fotografías, Peter.
Incapaz de controlarse, él la abrazó
y la besó con todas sus fuerzas, como si no fuera a tener la oportunidad de
besarla de nuevo.
–¿Y eso? –preguntó ella después.
–Es una promesa.
–¿Otra? ¿No nos hemos hecho
suficientes promesas ante el altar?
–Sí, pero esta es especial –Peter
apartó el flequillo de su frente–. Voy a cuidar siempre de ti.
Ella sonrió.
–Lo sé. Siempre lo he sabido.
–Yo también.
Lali le ofreció su mano y Peter la
tomó, decidido a cumplir todas y cada una de las promesas que había hecho.
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Y es el final... :(
Mañana voy a subir para que elijan la proxima nove ;)
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