Peter
—¿Cuál es el nombre del bebé? —preguntó Lali curiosamente a su mamá. Ella
había
estado tan calmada. Sabía que esto probablemente la estaba matando por
dentro
pero ella estaba montando un acto, probablemente para el beneficio de
Gas.
Sus ojos estaban apretados; su mano estaba sosteniendo la mía un poco
fuerte
como para que estuviera bien.
—Matt —respondió Margaret, luciendo triste.
Lali sonrío.
—Bueno, no hay nada que podamos hacer al respecto
ahora, supongo. Tendremos que ver como es este Nicolas mañana. Pero no quiero
tener nada con ese hombre jamás —declaró, como si no importara que el hombre que la
golpeó, abusara sexualmente de ella por años, y finalmente intentando violarla,
estuviera de regreso y quisiera verla otra vez. Se puso de pie y soltó mi mano.
Instintivamente salté y me puse de pie también. Gas estaba todavía realmente
molesto, sabía que él jamás lastimaría a Lali a propósito pero si se salía de
control ella podría ser lastimada por accidente, así que necesitaba estar allí,
sólo por si acaso—. Voy
a recostarme. Tengo un dolor de cabeza —murmuró Lali, alejándose sin una sola lágrima. Esto era
malo; ella de verdad lo perdería en cualquier momento, podía decirlo por la manera
en que sus hombros se encorvaron ligeramente.
Agarré
su mano.
—¿Quieres algo de compañía? —pregunté, rezando para que no me alejara.
—Sí. De acuerdo. —Asintió ligeramente y se alejó sin esperar por
mí.
Necesitaba
hablar con Gas primero, asegurarme que él no fuera a salir por ahí sin
mí o
algo.
—Estaré ahí en un minuto. Sólo voy a ayudar a Gas
a limpiar la mesa —mentí,
asintiendo
hacia las astillas de madera esparcidas por el suelo. Ella asintió y se alejó rápidamente.
La miré caminar por el pasillo antes de girarme hacia Gas—. No te atrevas a ir ahí por tu cuenta. Estoy
hablando en serio,Gas. Si quieres ir, entonces iré contigo —susurré en tono de advertencia.
Él
frunció el ceño pero asintió de mala gana.
—No voy a ir al menos que haga falta. Si él no
se acerca a nosotros no quiero tener nada que ver con él. Si se acerca a ella,
lo mataré —gruñó.
Asentí,
sabía que lo haría, podía verlo por su rostro. Stephen Walker estaría con la
mierda
hasta el cuello, porque si Gas no lo mataba, entonces yo lo haría si se
acercaba
sólo un poco a mi Ángel.
—Escucha, necesito ir allá y asegurarme que
ella está bien. Hablaremos más tarde sobre esto. No hagas nada imprudente,Gas—dije severamente. Él asintió y yo prácticamente
corrí por el pasillo hacia ella. Entré en su habitación; ella estaba
enrollada
en una bola en su cama, sollozando su dolor. Odiaba verla así; me trajo
aquellos
recuerdos de cuando solía verla así cada noche desde que tenía ocho. La vista
de eso ahora estaba rompiendo mi corazón.
Me
acosté enfrente de ella y envolví mis brazos a su alrededor apretadamente,
lanzando
mi pierna alrededor de las de ella, empujándola cerca de mí mientras
descansaba
mi barbilla en la cima de su cabeza. Si él la llegaba a tocar otra vez iba a
matarlo. No la dejaré vivir su vida asustada por un hombre. No me importaba si terminaba
gastando todo mi tiempo en ello, mientras ella estuviera segura, eso era todo
lo que necesitaba.
Después
de media hora sollozando histéricamente, su respiración se volvió más
profunda.
Me retiré lentamente y miré hacia ella. Se había quedado dormida. Su
cara
estaba roja e hinchada, estaba manchada con lágrimas, pero aun así lograba
verse
como la chica más hermosa en el mundo. Besé su frente gentilmente y limpié sus
lágrimas, desenredándome lo más cuidadosamente que podía.
Salí a
hurtadillas de su habitación y encontré a Gas sentado en el sofá; su madre
estaba
en la cocina haciendo la cena. Me senté cerca de Gas dejando mis ojos
vagar
por su cara. Lucía tan estresado; no lo había visto así desde un par de años.
La
última vez que lo vi así fue cuando su papá se puso en contacto hace dos años, cuando
teníamos dieciséis. Eso fue cerca de un año después de que lo hubiésemos golpeado
fuerte y sacado a patadas.
Aparentemente,
Stephen había querido verlos otra vez para redimirse, o eso dijo él de
cualquier manera Gas se había vuelto loco, justo como antes, y en términos no vacilantes
le dijo a su papá que si se acercaba otra vez a Lali , lo cortaría en
pedazos.
Fue sólo suerte que esa conversación pasara por teléfono; de otro modo
ese
imbécil se estaría descomponiendo en su tumba en estos momentos.
—¿Todo bien Gas? —pregunté, agarrando su hombro, apretándolo
suavemente.
Él
suspiro y asintió.
—¿Está bien ella? —preguntó en voz baja.
Sacudí
mi cabeza.
—No —admití tristemente. Miré mientras su cara se
enfurecía; odiaba ver a Gas tan furioso—. Pero, está dormida ahora.
—Necesitas ayudarme Peter—murmuró cerrando sus ojos.
—Por supuesto —coincidí, asintiendo rápidamente. Haría lo que
sea para mantener a salvo a mi Ángel, cualquier cosa en el mundo.
—No la quiero sola por su cuenta. Uno de
nosotros necesita estar con ella a toda
hora.
¿Puedes quedarte mientras yo voy a trabajar durante la semana? —preguntó, mirándome esperanzado.
Sonreí
con un poco de culpa.
—Siempre lo hago Gas. No te preocupes. Todo
estará bien. Ella estará bien. —
Sonreí
de modo tranquilizador. Nunca dejaría que nada la lastimara otra vez. Lo
permití
cuando ellos eran niños y nunca me perdonaré por eso. Quiero decir, si le
hubiera
dicho algo a mi mamá o mi papá, quizás hubiera parado antes de que
fuera
demasiado lejos.
Él
asintió.
—Sí, lo sé. Escucha, sobre mañana, no sé cómo
va a reaccionar con este chico
Nicolas.
Ya sé que él no sabe nada, pero ¿Qué si el empieza a preguntarle por qué no lo
vemos? Podía molestarla en la escuela. Ella odia eso. Ella tiene años en esto ahora
—dijo tristemente.
—Gas, sólo tenemos que ver como juega. —Tomé un profundo respiro y decidí
decirle
acerca de lo que había estado pensando desde que su madre dijo que ese
imbécil
estaba de regreso en el pueblo. No estaba seguro como Gas reaccionaria a mi
sugerencia, sin embargo; tenía la esperanza que lo viera de forma que estaba
pensando
sobre ella—.
Sabes me iré a la universidad en un par de meses. Bueno,
iba a
rechazar mi beca a Boston e ir a una universidad más cercana aquí así todavía podría
quedarme con ella, pero si pasa lo peor, la llevaré conmigo a Boston. Puede transferirse
de escuela —sugerí,
encogiéndome de hombros, esperando por su reacción.
He estado
pensando bastante sobre esto los últimos meses, desde que recibí la
carta
de aceptación. Esa universidad era una oportunidad increíble para mi carrera, pero
no quería irme. No quería dejar a Lali ni siquiera antes de estar juntos, pero
pienso que no sobreviviría ahora que finalmente la tengo. Estaba pensando sobre
o ir a una universidad local, o preguntarle para que viniera conmigo a Boston.
El problema era que Lali sólo tenía dieciséis, así que estaba seguro de que
tendría que tomar la primera opción y quedarme aquí con ella. Ahora que esta situación
se había presentado, regresaba a la idea de preguntarle para que viniera conmigo.
Podría alejarla de todo; podríamos tener un nuevo comienzo donde ella no
pensaría sobre él cada día, donde no tendría que preocuparse sobre encontrarse
con él cada vez que saliera de la casa.
Esperaba
que Gas se volviera loco conmigo por siquiera sugerir alejarla de él, pero me
sorprendió cuando no lo hizo. Él sólo asintió.
—Gracias, amigo —dijo tristemente.
—Voy a preguntarle a tu mamá si puedo pasar la
noche —dije,
poniéndome de pie y dirigiéndome a la cocina. Margaret todavía estaba molesta;
sus ojos todavía estaban rojos por las lágrimas.
Ella
se acercó a mí y me abrazó apretadamente.
—Eres un buen chico, Peter, siempre
lo has sido —dijo con una lágrima en su ojo.
—¿Es eso un, “sí, puedes compartir la cama
con mi hija,Peter”? —bromeé, tratando de aligerar el ambiente. Funcionó,
ella se rió.
—Sí, de acuerdo. —Asintió, poniendo los ojos en blanco y
suspirando
audiblemente.
La besé
en la mejilla.
—Todo va a estar bien. Gas y yo cuidaremos por
las dos —le
prometí mientras la
abrazaba
fuertemente.
Ella
asintió.
—Sé que lo harán. Sólo cuida también de Gas por
mí. Tengo el sentimiento que va a hacer algo imprudente y meterse en problemas —dijo ella frunciendo el ceño.
—Lo cuidaré. No te preocupes por nada. —Sonreí y la solté gentilmente—. Voy a
buscar
algo de ropa en mi casa. No tardaré mucho. —Me giré y prácticamente corrí a mi casa,
tratando de ser lo más rápido posible.
Mi
mamá estaba planchando en la sala.
—Oye, mamá. Me quedaré con Ángel esta noche —le informé mientras la pasaba
sin
siquiera esperar por una respuesta. Empujé ropa limpia y mis libros de la
escuela
dentro de mi bolso, antes de dirigirme de regreso a ver a mi mamá. No la
había
visto desde el viernes por la mañana cuando salí de mi habitación,
pretendiendo
que había pasado la noche aquí como es usual.
—¿Cómo van Lali y tú? —preguntó ella, sonriendo felizmente.
Sonreí,
pensando sobre cuán bien nos estábamos llevando antes de que todo esto
pasara
hace unas horas.
—Increíble. Realmente increíble —admití.
Ella
me dio una brillante y feliz sonrisa.
—Ustedes dos están teniendo cuidando, ¿cierto? —preguntó, mirándome con
advertencia.
Sonreí
y asentí.
—Sí, mamá, Ángel está tomando la píldora —declaré poniendo los ojos en blanco.
Ella
jamás me había preguntado sobre mi vida sexual antes ¿y ahora de repente
estaba
interesada?—.
Escucha, tengo que irme. Margaret está de regreso así que
está
haciendo la cena. Sólo vine para tomar algo de ropa. —Moví el bolso en mi
hombro,
mirando a la puerta con ansiedad; sólo quería regresar allí rápido en caso
de que
ella despertara.
Mamá
me miró con curiosidad.
—¿Margaret está en casa y va a dejar que te
quedes con Lali? —preguntó,
luciendo
un poco sorprendida. Sonreí, sabiendo que bajo circunstancias normales
Margaret
hubiera pateado mi trasero sólo por preguntar si podía quedarme, pero
con
todo lo que había pasado a ella parecía no importarle.
—Sí, dijo que estaba bien. —La besé en la mejilla—. Te veo mañana en la noche
cerca
de las nueve cuando Gas llegue a casa del trabajo, ¿de acuerdo? —dije sobre mi hombro mientras caminaba hacia
la puerta.
Suspiró
dramáticamente.
—Fue lindo verte,Peter—dijo sarcásticamente.
Me
reí.
—Te amo, Mamá.
—También te amo —dijo, justo mientras cerraba la puerta.
Corrí
tan rápido como pude a la casa de Lali, ella todavía estaba dormida en la
misma
posición. Sólo eran la siete treinta; quizás ella duerma toda la noche. Me
acosté
cerca de ella otra vez, mirando por encima de ella. Instantáneamente, se
apretó
cerca de mí, de la misma manera que lo hacia cada noche. La envolví
fuertemente
en mis brazos y cerré mis ojos, tratando de pensar en otra cosa que
no
fuera el peor recuerdo de mi vida. La imagen de caminar dentro mientras su
padre
trataba de forzarla mientras ella yacía en la alfombra del salón sangrando.
Después
que él se fue, admitió que su padre la había estado tocando desde que
ella
tenía cinco. Después de esa confesión, nunca más habló sobre eso. Creo que lo enterró
tan profundo dentro de ella y pretendió como si no hubiera pasado o algo, como
en un estado de negación supongo. La única vez que veías los efectos de ello,
era cuando las personas la tocaban y entraba en pánico.
Un
tiempo después, Gas trajo dos platos de comida. Miró a Lali con una
expresión
de dolor en su cara.
—¿Crees que deberíamos despertarla y hacer que
coma algo? —susurró.
Sacudí
mi cabeza.
—No, déjala dormir. Si despierta con hambre
entonces le haré algo —dije
en voz
baja,
mientras empezaba a comer mi pasta ávidamente. Se sentó al pie de su cama sólo
viendo su sueño por un rato—. Estará bien,Gas—prometí.
Suspiró
y asintió.
—Sí lo sé. Buenas noches,Peter. —Sonrió tristemente mientras tomaba mi plato
vacío
y el plato sin tocar de Lali y se deslizó fuera de su habitación. Me envolví
alrededor
de ella otra vez y la vi dormir hasta que no pude quedarme despierto
más tiempo.
uhhhh que mal momento estan pasando lali y su familia :( Espero que todo salga bien :) Seguilaaaaa porfaaaaa me encanta
ResponderEliminarMe encaantaa!!! Posta!
ResponderEliminarSubi mas! Porfa!!
Besos! Aby:)
me encantooo, leere desde un principio, yo tambien subo te pasas?
ResponderEliminarya me pase y tu nove esta barbara la voy a empesar tam bien a leer
Eliminarme encanto el cap esta nove esta super buena
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