—¿Te importa si me
siento contigo? —me preguntó mirándome de manera
esperanzadora.
Vi a Gas tensarse desde la esquina de mi ojo. Miré alrededor de la mesa
completa.
—Um…. —me callé, mordiéndome el labio.
—No importa,
no te preocupes. Sólo pensé que debería presentarme. —Se encogió de
hombros, ruborizándose con más fuerza, cambiando de un pie a otro
incómodamente.
Rochi me pateó por debajo de la mesa.
—¡Ay! ¿Por qué
demonios fue eso? —pregunté, frotándome la pierna. Me miró
ferozmente. Sabía exactamente por qué era, tenía que pedirle que se
sentara con
nosotros por ella o no escucharía el final de esto esta tarde. ¡Oh Dios,
mátame
ahora!—. Está bien,Nicolas. Agarra una silla, puedes sentarte en el extremo de
aquí —sugerí, moviendo mi bandeja para que él pudiera poner su plato y su
bebida.
Él sonrió y se relajó.
—Gracias,Lali—dijo,
sonriendo agradecidamente mientras se alejaba para agarrar una silla a un par
de mesas de distancia.
Volteé haciaRochi, frunciendo el ceño.
—¡Eso dolió endemoniadamente,Rochi!
En serio, ¡no es tan ardiente! —le dije en un susurro gritado.
—Sí lo es. —Asintió con
entusiasmo, riendo y terminé riendo con ella. Maldita chica cachonda.
Nicolas se sentó en el extremo de la mesa.
—Así que, esto
es raro, ¿eh? —afirmó, sonriendo tímidamente.
Reí incómodamente.
—Vaya, eso es
un eufemismo y medio. Si piensas que es raro, prueba con
desconcertante y embarazoso —bromeé, haciéndolo reír.
—No soy tan
malo —se quejó, fingiendo dolor.
Decidí simplemente salir de ahí y preguntar lo que me había estado
molestando
toda la mañana.
—¿Cómo sabes
quién soy? —pregunté en voz baja.
Él sonrió.
—Sthepen me
mostró una foto tuya. Sin embargo no he visto una de tu hermano,
así que no tengo idea de quién es —explicó, encogiéndose de hombros.
¿Mi papá tenía una foto mía? En realidad no estaba muy segura de cómo
sentirme
al respecto. ¿Por qué demonios tendría una foto mía, y no una de Gas? Ni
siquiera quería pensar demasiado en esa pregunta en caso de que se me ocurriera
una respuesta que no me gustara.
Apunté a Gas.
—Él está justo
ahí.Gas,Nicolas.Nicolas,Gaston—dije, ondeando una mano entre
ellos en presentación.
—Eh, ¿cómo te
va? —gruñóGas, su rostro era severo y para nada amigable.
Nicolas se retorció un poco en su asiento… Gas podía ser bastante intimidante si quería serlo.
—Sí, bien
gracias. Es bueno conocerte —respondió nerviosamente.
Rochi me pateó de nuevo bajo la mesa en el lugar exacto de la vez
anterior,
haciéndome contraerme de dolor. La miré ferozmente en advertencia; ella
obviamente quería que la presentara también.
—Nicolas,
estos son mis amigos, Sean, Sarah y Rochi. Este es mi novio,Peter—
afirmé, presentando a cada uno de los que estaban en nuestro extremo de
la mesa.
Nicolas sonrió cálidamente.
—Oigan, lo
siento, soy malo con los nombres. Probablemente los olvide en media
hora —admitió, haciendo una mueca ligeramente.
Rochi encendió su modo coqueteo, lanzando su cabello sobre el hombro,
sonriendo seductoramente.
—Yo también
soy terrible con los nombres. Tenemos algo en común —ronroneó,
examinándolo lentamente. Él se echó a reír, luciendo incómodo. No
parecía que
estuviese acostumbrado en absoluto a la atención de las féminas.
—Entonces, ¿a
qué escuela ibas antes de esta? —pregunté, tratando de ayudarlo
un poco.
Me sonrió agradecidamente.
—En realidad
iba a una escuela para chicos en Mersey —respondió, encogiéndose de
hombros. OK, eso explica el sonrojo y el estar incómodo. Casi podía ver el cerebro
de Rochi funcionando con la idea de enseñarle nuevos trucos y entrenarlo.
No pude evitarlo pero sentí lástima por el pobre chico.
—¿Una escuela
para chicos? Bueno eso no es divertido. —Rochi sonrió, comiendo una patata
frita, obviamente tratando de lucir sexy.
Peter estalló en carcajadas a mi lado.
—Rochi , deja
al pobre chico en paz, es su primer día —se burló.
Gas miró a Rochi con una expresión ligeramente molesta en su rostro. De
repente
me di cuenta de lo que estaba sucediendo. ¡Gas estaba totalmente
flechado por
Rochi!
—Vi eso,Gas—declaré,
sonriéndole con complicidad. Él se estremeció y trató de
parecer inocente. Sip, ¡totalmente celoso!—. Entonces,
¿qué clases tienes esta
tarde? —pregunté, volteando de nuevo hacia Nicolas, tratando de mantener la
conversación.
Me sentía un poco mal por él; obviamente estaba como pez fuera del agua
aquí.
Sacó su horario y me lo tendió. Le di un vistazo y casi me ahogo con mi sándwich…tenía todas y
cada una de las clases de la tarde conmigo
—Tengo las
mismas —dije en voz baja, tendiéndoselo de vuelta. Peter frotó su
mano en mi pierna tiernamente y me incliné hacia él en busca de apoyo. Nicolas
parecía un buen chico pero no lo quería cerca de mí todo el tiempo.
Probablemente podría lidiar con la conversación ocasional, pero ¿y si
iba a casa y
mi padre le preguntaba por mí? Él sabría demasiadas cosas sobre mí para
mi gusto.
—¿Sí?
¡Impresionante! ¿Crees que podrías enseñarme el camino y esas cosas? — preguntó
esperanzadamente. Asentí lentamente, no podía decir exactamente no.
Paula se acercó pavoneándose; ahora sólo tenía dos botones abrochados en
su
camisa.
—Hola,Nicolas.
¿Quieres venir y sentarte conmigo? —preguntó, enroscando su
cabello alrededor de un dedo.
—Paula, te
faltan unos cuantos botones ahí, cariño —dije inocentemente.
Me miró ferozmente.
—Se supone que
luce así, fenómeno Emo —espetó repugnantemente.
—En realidad,
sí creo que tienes razón. Vi que esa camisa la usaba exactamente así una
prostituta en una esquina ayer por la noche —respondí,
sonriendo amablemente.
—¿Pasas el
rato en las esquinas de las calles? —preguntó ella, sonriendo,
obviamente pensando que había ganado.
—Cuando me
encuentro con tu mamá lo hago. —Me encogí de hombros.
Peter y Nicolas estallaron en carcajadas.
—Perra —murmuró ella
mientras salía echando pestes. Rochi y Sarah chocaron los cinco en alto,
soltando risitas tontas como chicas locas bajo los efectos de las
drogas.
—Eres graciosa
—dijo Nicolas,
sonriéndome.
—Sí, creo que
tal vez sólo arruiné tus posibilidades de cogértela hoy. Sin embargo
te dará otra oportunidad mañana así que no te preocupes —me burlé
mientras
empezaba a comer de nuevo.
Él volteó la nariz hacia arriba.
—Ella ha
estado volviéndome loco toda la mañana; está quejándose sobre una
chica que le robó a su novio. ¿Qué clase de sujeto saldría con alguien
como ella de todos modos? Debe ser total idiota —se burló,
encogiéndose de hombros.
La mesa entera, excepto por Peter, se echó a reír.
—Er, ese
idiota sería yo. Pero nosotros no estábamos saliendo —declaró Peter,
sacudiendo la cabeza.
Nicolas se sonrojó como loco.
—Oh lo siento —murmuró,
encogiéndose ligeramente de dolor.
Envolví el brazo alrededor de Peter.
—No te
preocupes, chico amante, tu gusto ha mejorado desde entonces —dije en
un arrullo, halándolo más cerca de mí.
—Ángel, mi
gusto siempre ha sido el mismo. La fruta prohibida. —Se inclinó
rápidamente, mordiendo mi cuello, haciéndome reír tontamente. Gas se
aclaró la
garganta y Peter se alejó con un suspiro y puso los ojos en blanco.
Dejé que Rochi hablara con Nicolas por el resto del almuerzo, añadiendo
preguntas o respuestas ocasionales cuando necesitaba hacerlo. En realidad era
un chico agradable. Habría sido más sencillo si fuese un cretino, entonces de
esa forma yo habría sido capaz de apartarlo y no sentirme como un pedazo de mierda
después.
Le mostré sus clases y se sentaba junto a mí cuando podía. Cuando el
timbre sonó para el final del día suspiré de alivio.
—¿Entonces te
diriges directamente a casa? —preguntó Nicolas, sonriendo,
mientras caminábamos hacia mi casillero.
Sacudí la cabeza.
—No. Tengo que
esperar que Gas y Peter terminen su práctica.
—Sí, ¿qué
juega Gas? —preguntó curiosamente.
—Hockey sobre
hielo.
—Genial.
Sabes, podría darte un aventón si quieres —ofreció—. Mi mamá y
Stephen me compraron un auto impresionante por mi cumpleaños —añadió,
sonriendo de oreja a oreja. Sentí mi corazón hundirse ante el sonido de
su nombre
de nuevo, la forma en que lo usaba en una conversación casual me
asustaba a muerte.
—Um, gracias
por la oferta, pero los voy a esperar. Por lo general es Peter el que
viene después porque Gas se va a trabajar —dije
rápidamente.
—¿Dónde
trabaja Gas? —preguntó, apoyándose contra los casilleros.
—En el
gimnasio Benny. —Metí los libros en mi bolso con demasiada fuerza
doblando todas las páginas, porque me estaba poniendo incómoda.
—Parece que no
le caigo bien a Gas—murmuró Nicolas, luciendo un poco triste.
Sonreí tranquilizadoramente.
—No te conoce.
Es sólo que esto es raro para nosotros, eso es todo. No hemos
visto a nuestro padre en tres años, entonces de repente se aparece aquí
y ¡bang!,
tenemos otro hermano y un hermanastro. A Gas no le gusta el cambio —expliqué,
tratando de rodear el problema un poco.
Él asintió, luciendo pensativo.
—Sí, supongo
que es difícil. Entonces, ¿crees que podría esperar contigo hasta que su
práctica termine y nosotros podamos llegar a conocernos el uno al otro un poco más?
Quiero decir, no quiero que esto siga siendo incómodo para ninguno de nosotros,
estoy aquí ahora así que creo que tenemos que hacerlo lo mejor posible —preguntó,
mirándome esperanzadoramente.
¡Sagrados cubos de mierda! No sabía qué decir, así que no dije nada,
asentí y cerré mi casillero.
—¿Quieres que
nos sentemos afuera en el frente? Por lo general me siento bajo el árbol y
espero —dije mientras salíamos del edificio.
—Suena bien —acordó,
siguiéndome con una pequeña sonrisa.
Caminé hacia el gran roble donde usualmente me sentaba y hacía mi tarea
y me
senté apoyándome contra éste. Él se dejó caer frente a mí, agarrando un
par de
hojas de hierba, jugando con ellas nerviosamente. Había una pequeña
margarita al lado de mi pie, así que la recogí y la metí en la parte trasera de
mi cola de caballo porque me recordaba a la que Peter había recogido para mí
antes de la práctica de baile después de esa primera noche en que nos besamos.
Estaba tan incómoda que me retorcía en el lugar, tratando de pensar en
algo que
decir.
—Así que, tu hermano menor, Matt… Bueno,
supongo que ahora también es mi
hermano, de todas formas lo que iba a decir es, ¿cómo es él? —pregunté curiosamente.
Él sonrió.
—Es lindo. Es
un dolor en el trasero, especialmente cuando llora en la noche, pero
es lindo. Tengo una foto si quieres verla —ofreció,
sacando su billetera y
tendiéndomela.
Sonreí e impacientemente la abrí, queriendo ver al pequeño bebé. Mi
aliento
quedó atrapado en mi garganta cuando vi la foto, no era sólo el bebé,
era una foto
familiar. Miré a mi padre; él estaba sonriendo orgullosamente con un
brazo
alrededor de su nueva esposa y el otro alrededor de Nicolas quien estaba
sosteniendo a un niñito rubio. Mi padre parecía más viejo, su cabello
había
cambiado y se había vuelto un poco más grisáceo, pero sus ojos eran lo
que más
me llamó la atención. Recordaba esos ojos siendo duros y fríos y siempre
furiosos,
pero estaba diferente aquí, sonriente y cálido, lucía amable y
bondadoso.
—Lindo, ¿eh? —dijo Nicolas.
Aparté mis ojos de mi padre y miré al pequeño bebé; era lindo,
regordete, cabello
rubio, ojos marrones y una gran sonrisa. Miré a la señora en la
fotografía; ella tenía cabello marrón y ojos grises igual que mi mamá y yo. Se
veía agradable.
—¿Esta es tu
mamá? —pregunté, señalándola.
Él sonrió y asintió.
—Sí. Su nombre
es Ruby —dijo, recuperando su billetera cuando terminé.
No podría sacar de mi cabeza la imagen de mi padre sonriendo. ¿Él había
cambiado? Inspeccioné a Nicolas, parecía feliz, sin raspones o cortes,
ni cojera
delatora ni mueca de dolor ni nada.
—Así que, ¿te
la llevas bien con él? —pregunté con curiosidad, observando su
rostro por su reacción.
—¿Con Matt? Sí
él está bien. Será mejor cuando sea más grande y pueda hacer
más cosas —respondió, encogiéndose de hombros.
Tragué.
—No, me
refiero a mi padre —aclaré, tratando de no retroceder ante la idea de él.
Nicolas se encogió de hombros y asintió, pero no dijo nada—. Debe ser
difícil tener a un tipo viniendo después de años de ser sólo tú y tu mamá —declaré,
tratando de empujar por una respuesta.
¿Mi padre estaba lastimándolo a él también, o tal vez al bebé, o a su
mamá?
Inmediatamente estuve agradecida de que no hubiera otra chica viviendo
con él. El abuso físico era malo; Gas se llevó la peor parte de eso, pero el
abuso sexual, eso dejaba cicatrices mentales que sabía que todavía no habían
terminado. Los
recuerdos de esos domingos destellaron en mi mente y me mordí el
interior de la
mejilla para evitar llorar.
Él asintió y miró al suelo.
—Fue un poco
difícil, pero ellos han estado juntos por más de dos años ahora, así
que… —Su voz se desvaneció, y se encogió
de hombros. Abrí la boca para empujar el asunto más allá pero él me interrumpió—. Así que,
¿por cuánto tiempo han estado juntos Peter y tú? —preguntó,
arrancando un poco más de hierba y
rodándola en sus manos para hacer una bola.
Sonreí ante el pensamiento de Peter.
—Una semana y
media.
—Él es amigo
de tu hermano, ¿cierto? —preguntó.
—Sí. Lo he
conocido desde que tenía cuatro años —confirmé, amando hablar de
Peter. Incluso estaba extrañándolo en realidad. Me quedé acostumbrada a
verlo
todo el día el fin de semana así que era difícil volver a verlo sólo
durante el
almuerzo—. Así que, cuéntame más acerca de ti —sugerí,
acostándome sobre mi
vientre y apoyando mi cabeza en mis manos, mirándolo.
Él se acostó también y habló sobre su vida, lo que le gustaba y lo que
no. Era un
patinador aficionado y entraba en competiciones y otras cosas los fines
de semana, hacía acrobacias y piruetas. Extrañaba a sus amigos. Nunca ha tenido
una novia. Su comida favorita era el pollo al curry. Acababa de comenzar a
decirle la mía cuando divisé a Peter trotando hacia mí a través del estacionamiento,
tan apuesto que era casi doloroso mirarlo. Me puse de pie de un salto y sonreí
cuando él envolvió sus brazos alrededor de mí, levantándome y estrellando sus
labios contra los míos. Le devolví el beso hambrientamente.
Él se apartó después de unos segundos.
—Necesito
tener algo de tiempo a solas contigo —susurró mientras me besaba de
nuevo, más tierno esta vez.
Sonreí.
—¿Qué, justo
ahora? ¿No puedes esperar hasta que lleguemos a casa? —bromeé.
Él sacudió la cabeza.
—No, pero
puedo esperar hasta el estacionamiento en la parte de atrás del
gimnasio después de que dejemos a Gas —sugirió,
sonriendo perversamente.
—En tus
sueños,Peter—dije, riendo y poniendo los ojos en blanco.
—Probablemente
—acordó mientras
me bajaba, sosteniéndome cerca de su lado,
riendo ante mi expresión horrorizada. Nicolas se empujó hacia arriba y
estaba allí
parado torpemente—. Gracias por cuidar de mi chica
por mí —dijoPeter, sonriendo
amigablemente.
—Sí, no hay
problema —murmuró nerviosamente Nicolas, pateando su zapato
contra la hierba. Gas caminó hacia nosotros, mirando entre Nicolas y yo
con una
expresión confundida—. Bueno, supongo que los veré
mañana chicos. Gracias por
dejarme pasar el tiempo contigo,Lali—dijo Nicolas,
sonriendo.
—Sí, fue
divertido. Oye, vamos a ver ese auto tuyo antes de que te vayas —sugerí, asintiendo
hacia atrás al estacionamiento. Él sonrió orgullosamente.
—¿Qué auto
tienes? —preguntó Gas curiosamente y comenzamos a caminar.
Sabía que eso atraparía el interés deGas. Sonreí y tiré de Peter un poco
hacia atrás, dejando que Gas y Nicolas fueran al frente, dándoles un pequeño
momento. Gas necesitaba ver por sí mismo que Nicolas estaba bien antes de que
dejara de
fruncirle el ceño. Para el momento en que los alcanzamos, Gas estaba
sentado
detrás del volante de un BMW Z4 azul medianoche, frotando sus manos por
el
tablero cariñosamente.
—Oh mierda,
este es un bonito auto —ronroneó Peter , deslizando la mano por el
techo con los ojos ensanchados. Agarró mi mano y me acercó a él—. Cuando sea
un jugador de hockey multimillonario, te compraré uno de estos —declaró,
enredando su mano en mi cabello, mirándome a los ojos y haciéndome
sentir
ligeramente ingrávida.
Me presioné contra él y mordí ligeramente su barbilla.
—Prefiero
tener un Ferrari —bromeé.
Él suspiró dramáticamente.
—Vaya, OK,
espero firmar con un buen equipo si vas a ser así de exigente —
respondió, mientras me besaba, haciéndome anhelar que deslizara sus
manos por
mi cuerpo.
Después de otros diez minutos de babear sobre el auto de Nicolas finalmente
salimos y fuimos a dejar a Gas en el trabajo. Salté al asiento delantero
y sostuve la mano de Peter durante todo el camino a casa, emocionada por un
momento de
intimidad. No es que fuese a ser fácil con mi mamá en casa durante la
semana,
pero estoy segura de que nos las arreglaremos. Incluso sólo abrazarse en
el sofá
sonaba como el cielo justo ahora.+2
Chicas llegamos a los 100 miembros en el grupo HAAAAAAAAAAAAAA¡¡¡¡¡¡¡¡ :) :))
No sé pero no me gusta Nico :S no sé me suena a MALO jajajajaja seguilaaaa porfaaaaa
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