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sábado, 13 de abril de 2013

Capitulo: 16



—Entonces, ¿vienen o no chicos? —pregunté, porque todavía estaban sentados en
el sofá.

—Sí, está bien —suspiró Gas. Obviamente no quería venir, tal vez Peter estaba
obligándolo. Agarró sus llaves y se dirigió a la puerta—. Voy a buscar el auto al
porche. Los veo ahí.
—Oh, mierda, me olvidé mi cartera —dijo Rochi, volviendo a mi habitación.
Inmediatamente Peter me agarró y me besó, empujándome gentilmente contra la
pared. Envolví mis brazos alrededor de su cuello, apretando los dedos en su
cabello.
—Mmm, te he extrañado —murmuró contra mis labios.
—¿En serio? No tenía idea. ¿Podrías hacerlo más obvio? —bromeé, haciéndolo reír.
Me besó de nuevo, chupando ligeramente mi labio inferior, pidiendo entrar.
Ansiosamente abrí mi boca para él; metió su lengua, explorando cada parte de mi
boca, provocando que sienta mariposas en el estómago. Alguien se aclaró la
garganta y nosotros saltamos alejándonos, pensando que era Gas.
Afortunadamente no lo era, era Rochi.
Tenía la sonrisa más grande que alguna vez había visto en su cara.
—Ustedes dos se ven calientes juntos —declaró, sonriéndome.
Peter se rió y pasó su brazo alrededor de mis hombros.
—Ángel se ve caliente con quien quiera que esté. —Sonrió y besó mi mejilla
suavemente.
—Aww, ¡eso es tan dulce! —arrulló Rochi, poniendo una mano sobre su corazón, y
mirándolo con adoración.
Puse los ojos en blanco.
—Oh, ¡vamos! Vamos a llegar tarde si no nos vamos ahora. —Agarré su mano y la
empujé hacia la puerta. Me di la vuelta y le tiré mis llaves a Peter, quien cerró la
puerta delantera detrás de él. Mientras me entregaba las llaves, sus dedos rozaron
los míos a propósito, haciéndome gemir un poco en la parte posterior de mi
garganta.
—Oye, Peter, no te importaría ir atrás con Lali, ¿verdad? Realmente me quiero
sentar en el frente —dijo Rochi desde el auto, guiñándome un ojo.
Vi a Gas negar con la cabeza a Peter, obviamente pidiendo ayuda. Peter sonrió en
su dirección.
—No. Está bien, si quieres ir en el frente. —Me miró por la esquina de su ojo y le
sonreí sutilmente a Rochi. Amaba a mi mejor amiga; bendita sea, me estaba dando algo de tiempo con él.
Me subí a la parte de atrás y Peter se deslizó a mi lado, presionando su rodilla
contra la mía. Puse las manos en mi regazo y sonreí. Se estiró y tomó mi mano,
sujetándola con fuerza y poniéndola en el asiento del medio y movió su pierna
para taparla de la vista en el caso de que Jake se diera la vuelta. Aunque no había
muchas posibilidades, teniendo en cuenta que estaba manejando, pero supongo
que es mejor prevenir que lamentar. El toque casual de Peter me estaba enviando
chispas de electricidad a través de mi brazo. Me mordí el labio y miré por la
ventana, luchando con el deseo de sujetarlo y besarlo hasta que no pudiera
respirar. Después del más largo e insoportable viaje en auto, llegamos a la bolera.
Está bien, eso fue un poco exagerado, sólo duró diez minutos, pero todo el tiempo
estuve luchando conmigo misma para no saltar sobre él y sujetarlo con fuerza.
Éramos ocho jugando a los bolos: Peter, Gas, Rochi, Sarah, Sean, su novia Terri, que había traído a su hermano Pablo, que había venido desde la universidad, y yo.
Parecía que a Peter le había desagradado Pablo instantáneamente por alguna razón.
Estaba siendo lo suficientemente educado, pero su sonrisa no llegaba a sus ojos. En realidad me estaba divirtiendo a pesar de estar perdiendo completamente. Era
terrible en los bolos y la única razón por la que había venido era para estar con mis
amigos. Lo más destacado de toda la experiencia fue ver a Peter jugar. Cuando él se inclinaba para lanzar la bola, obtenía una perfecta visión de su trasero, y apenas
podía contener mi disfrute.
—No eres demasiado buena en eso de los bolos, ¿huh? —preguntó Pablo, sentándose junto a mí y sonriendo.
Reí.
—No. Nunca le encontré el truco —admití, sacudiendo la cabeza con fingido
horror.
—Podría enseñarte si quieres. Todo se trata de la posición —ronroneó
sugestivamente.
Tragué saliva nerviosamente, pero traté de que no se notara.
—Posición, ¿de verdad? ¿Eso es por qué lo he estado haciendo mal todos estos
años? —Sonreí, un poco incómoda, pero honestamente me gustaba coquetear,
siempre y cuando no obtengan la idea equivocada y comiencen a tratar de
tocarme.
—Soy una especie de experto con las posiciones. Sería más que feliz de darte
algunas lecciones —ronroneó, inclinándose más cerca de mí y haciendo que me
inclinara hacia atrás para mantener algo de espacio personal.
—Bueno, es mi turno ahora, así que ¿qué sugieres? —pregunté, parándome y
eligiendo mi bola.
Se paró y caminó cerca detrás de mí.
—Definitivamente te sugeriría mover tus caderas con la bola. Tal vez deberías
separar más las piernas, te dará más balance —dijo, moviendo las cejas.
Me reí de su propuesta; Dios, ¡éste chico es tan obvio!
—Bueno, gracias por los consejos, veré cómo me va —reí y caminé para tomar mi
turno. Mi bola fue directo, hasta el borde y solo golpeó un pino. Mi segunda bola
se fue directamente a la canaleta—. Mmm, Pablo. Creo que tal vez deberías trabajar con tus consejos. Como que elevaste mis esperanzas aquí, y me siento un poco decepcionada —bromeé, haciendo un mohín.
Se rió.
—Wow, nunca había decepcionado a una chica antes —dijo, sonriendo orgullosamente.
—¿Demasiado engreído? —pregunté, riendo.
—¿Quieres descubrirlo? —me provocó.
—Mmm, déjame pensarlo. —Estreché los ojos y los pasé por su cuerpo,
lentamente, desde la cabeza hasta los dedos del pie y hacia arriba nuevamente,
asegurándome de morderme mi labio de manera coqueta. Él estaba sonriendo
ampliamente—. ¿Puedes voltearte? —pregunté, tratando de ocultar mi risa.
—¿Quieres que me de vuelta? —preguntó, sonriendo.
Asentí.
—Voy a necesitar ver la parte de atrás, no estoy segura si quiero aceptar tu oferta
—dije con desdén. Me guiñó un ojo y se dio vuelta, obviamente pensando que
estaba de suerte. Me mordí el labio para evitar reírme y modulé ¡Qué idiota! a Rochi y Sarah que se estaban riendo como locas drogadas—. Está bien, puedes voltearte de nuevo —dije después de unos segundos.
Se volvió a mí.
—Bueno, ¿te gusta lo que ves? —preguntó, sonriéndome confiado.
Me incliné hacia él.
—No, en realidad no. Simplemente no lo haces para mí, pero gracias por la oferta
—declaré, sonriendo y guiñando un ojo mientras volvía a los asientos. Podía oír a
mis amigas estallar en carcajadas, Sarah y Rochi chocaron los cinco. Pablo sólo me estaba mirando con la boca abierta, obviamente no acostumbrado al rechazo. Le eché un vistazo a Peter, se veía herido y enojado.
¡Oh, mierda! ¿Qué hice? Simplemente estaba coqueteando, ¡no debería haber
hecho nada! Traté de llamar su atención pero él apartó la mirada al tablero de
puntuaciones, ignorándome. Mi corazón se hundió.
Gas fue a buscar bebidas entre los juegos así que tomé la oportunidad para hablar
con Peter; ni siquiera había mirado en mi dirección desde todo el incidente de
Pablo.
—Hola —dije, moviéndome para sentarme junto a él.
—Hola —murmuró, mirando a las personas a nuestro lado jugar.
—¿No me vas a hablar? —pregunté, asustada de que dijera no.
Suspiró.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó tristemente, sacudiendo la cabeza, aún sin
mirarme.
Tomé su mano y lo arrastré hasta los baños. Cuando entramos al baño de mujeres
cerré la puerta detrás de nosotros y la trabé con llave.
—Lo siento. No me di cuenta que eso te molestaría. No quise decir nada con eso.
Estaba coqueteando conmigo, sólo estaba bromeando, eso es todo —expliqué,
tratando de que me mirara, pero sólo cerró los ojos por un segundo antes de
mirarme otra vez.
—Ángel, eso fue difícil de ver. —Me empujó a su pecho, mirándome a los ojos;
podía ver que lo había herido mucho.
—Lo siento, Peter. Honestamente, no quise decir nada con eso, sólo me estaba
divirtiendo. La gente no sabe que estamos juntos así que difícilmente podía decir:
“Pablo, deja de coquetear conmigo, mi novio está sentado justo allí” ¿o si? —
pregunté, poniendo los brazos alrededor de su cuello.
Suspiró.
—Supongo que no. —Todavía se veía molesto, y me sentía terrible por haberlo lastimado.
—Aunque necesitas confiar en mí, nunca haría nada para lastimarte a propósito. Lo
siento. —Tiré su cara hacia la mía y lo besé tiernamente.
Respondió de inmediato, besándome de vuelta y tirándome más cerca de él.
Deslizó una mano y sujetó mi trasero, ni siquiera me afectó en lo absoluto, bueno,
lo hizo pero no en una mala manera, me gustó, quería más. Tomé su otra mano y
la puse encima de mi cuerpo, haciéndola apretar mi pecho. Se apartó, mirándome
un poco sorprendido; le sonreí y lo volví a empujar hacia mí. Me besó con avidez,
masajeando mis pechos. Su boca viajó por mi cuello, haciéndome temblar con
deseo. Deslicé mi mano debajo de su camiseta, dibujando los músculos en su
pecho, haciéndolo gemir. Lentamente movió su mano a la parte inferior de mi
camiseta y la deslizó por debajo, pasando los dedos a través de mi piel,
moviéndola lentamente hasta que llegó a mis pechos donde los masajeó a través
de mi sujetador haciéndome gemir entrecortadamente.
Después de unos minutos se apartó, sonriéndome, sus ojos bailando con
entusiasmo. Puso su frente contra la mía, ambos estábamos respirando con
dificultad.
—Lo siento. No quise ser posesivo —dijo, besando la punta de mi nariz.
—No tienes nada por lo que disculparte, tonto. Ninguno de los dos ha hecho esto
antes, así que tenemos que encontrar la manera de que funcione para ambos. —Lo
besé tiernamente otra vez, saboreando la sensación de sus labios suaves contra los míos.
Suspiró.
—Creo que tenemos que salir ahora, antes de que la gente se dé cuenta que
faltamos.
—Otro minuto no hará daño —susurré, sonriendo coqueta. Se rió y se inclinó para
besarme de nuevo.
-----------------------------------------------------------------------------------Perdon pero
 tenia muchas tareas

¿quieren maraton?

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