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sábado, 20 de abril de 2013

Capitulo:21


Debemos habernos quedado dormidos, porque desperté con Peter todo
desparramado encima de mí. Miré su reloj. Mierda, ¡eran más de las nueve!
Gas ya debía estar en casa. Lo sacudí para que despertara.

—Hey, me tengo que ir son más de las nueve —dije intentando desenredarlo de
mí. Gimió.
—Diez minutos más Ángel —murmuró soñolientamente.
Sonreí, se veía tan lindo cuando estaba durmiendo. Reí mientras le hacía cosquillas.
—Peter no es de mañana, aún es noche, pero me tengo que ir. Gas se estará
preguntado ¡dónde estoy! —expliqué, finalmente sacándolo de encima de mí y
levantándome. Gimió y me tiró de regreso hacia él, sosteniéndome fuerte contra su
cuerpo, sonriendo soñolientamente. Reí—. ¡Detente! tengo que irme —dije riendo
mientras mordisqueaba el lóbulo de mi oreja.
Sacudió su cabeza.
—No, no quiero que te vayas —murmuró, mientras besaba mi cuello. Lo empuje y
gruñó—. Pero te voy a extrañar —lloriqueó, haciéndome reír incluso más.
—Te veré en una hora. De todas formas tengo tarea que hacer —dije,
encogiéndome de hombros.
Suspiró con resignación.
—Sí, yo también —admitió, haciendo un pequeño puchero. Salí de su cama y fui
hacia la puerta.
—Hey espera, te acompañaré a la puerta. —Agarró mi mano mientras
caminábamos por el pasillo. Asomé la cabeza hacia el living.
—Adiós Pat. Adiós Rick —dije.
—Adiós cariño —respondió Rick, sin sacar los ojos de la televisión. Pat me sonrió.
—Adiós Lali. ¿Se divirtieron? —preguntó dándome un guiño. Me sonrojé y
asentí insegura de que mi voz pudiera salir si intentaba hablar.
Peter rodó sus ojos, me llevó hasta la puerta de enfrente, contra la cual me presionó ligeramente y me besó hasta que me sentí un poco mareada.
—Te veo después de las 10, ¿de acuerdo? —susurró acariciando mi mejilla.
Camine rápidamente hacia mi casa, volteándome para sonreírle a Peter mientras
atravesaba la puerta de enfrente. Bendito sea, él estaba parado en su porche,
viendo para asegurarse de que llegara a salvo a casa y es que sólo vivía como a 9
metros.
Gas estaba sentado en el sofá, esperándome. Mientras pasaba por la puerta, me
miró, con sus ojos estrechos con enojo.
—¿Dónde has estado? ¡Estaba preocupado!. Podrías haber dejado una nota o algo —dijo sacudiendo sus manos de manera desaprobadora.
—Lo siento, estaba en lo de Peter. Pat me invitó a que me quedara a cenar, y pensé, viendo que ya que no estabas aquí, en ir para no quedarme aquí sola —dije
encogiéndome de hombros.
—¡Amo las cenas de Pat! —gimió, la expresión de enojo abandonando su rostro,
para ser remplazada por una de celos.
—Bueno te perdiste una buena, hizo pastel casero y todo —me burlé, sonriendo
malvadamente mientras se lamentaba.
—Bueno, yo disfruté de mi queso a la parrilla —bromeó, haciéndome reír.
—Voy a hacer mis tareas. —Me volteé y comencé a dirigirme al pasillo para ir a mi
cuarto.
—La, espera un minuto. Necesito hablarte de algo —dijo, acariciando el sofá
junto a él, viéndose triste. Me dejé caer a su lado.
—¿Qué pasa Gas? —pregunté, preocupada, se veía realmente molesto por algo.
Tomó un profundo respiro.
—Le hablé a mamá esta noche. —Sonreí.
—¿Sí? ¿Está bien? ¿Viene a casa? —pregunté emocionándome, pensando en que
vería a mi madre antes de dos semanas.
La había extrañado con locura, y las veces que estaba aquí, parecían pasar
demasiado rápido.
Sacudió su cabeza.
—Me dijo algo, pero no quiero que enloquezcas por eso. No hay nada por que
preocuparse. Lo prometo. —Tomó mi mano y me miró, sonriendo tristemente.
Oh demonios, ¡esto va a ser malo!
—¿Qué es? —pregunté imaginándome lo peor.
Nos íbamos a tener que mudar a China. Había perdido su trabajo. Se estaba
volviendo a casar, pero supongo que eso no era algo malo, a menos que el tipo
fuera un idiota. Cientos de cosas pasaron por mi mente, pero la última cosa que
esperaba fue lo que Gas dijo:
—Nuestro padre se contactó con ella. Aparentemente quiere vernos,
recompensarnos por lo que hizo —escupió a través de sus dientes, su tristeza
transformándose en rabia ciega.
No podía respirar. Mis pulmones se rehusaban a trabajar. Mi corazón latía
demasiado rápido, mientras mi cuerpo comenzaba a temblar. Él estaba volviendo.
Quería vernos. La última vez que vi al hombre, me había arrancado mi camisa del
colegio y me había empujado al suelo, mientras se sacaba los pantalones. Estaba a punto de violarme cuando Gas y Peter entraron y lo comenzaron a golpear. Oh
Dios, estaba de vuelta.
Reproduje todos los golpes que nos dio a mí y a Gas, todos los toques que habían
sucedido cuando estaba a solas con él, las palabras susurradas, y las sonrisas
secretas. Mi visión comenzó a tener puntos negros, mientras hiperventilaba. Me iba
a morir, podía sentirlo; mi cuerpo se estaba apagando incapaz de lidiar con los
recuerdos y el dolor.
Era vagamente consiente de los gritos.
—Sólo déjala, ¡puedo ayudarla! —gritó una voz que reconocía.
—Llama al 911 por el amor de Dios. ¡No puede respirar! —gritó Gas.
—Gas, ¡déjala! Yo me encargo, lo prometo —dijo urgentemente la voz de nuevo.
Fui ligeramente empujada y entonces sentí dos fuertes brazos rodeándome, y
presionándome hacia un duro pecho; había un hermoso aroma que reconocí como
el de Peter.
Oh, gracias a Dios, ¡Peter está aquí!. La carrera de mi corazón comenzó a
ralentizarse mientras sentía que presionaba sus labios en mi cuello y respiraba
lento y calmadamente por mi espalda. Intenté igualar mi respiración con la suya.
Me concentré en sentir el constante latido de su corazón contra mi pecho, y los
puntos negros comenzaron a desaparecer.
Después de unos minutos, recuperé el control de mis brazos, y los enredé
apretadamente alrededor de su cintura, aferrándome a él como si fuera la única
cosa que evitaba que me cayera del borde del mundo.
Mi padre estaba regresando, pero yo estaba con Peter, y él no dejaría que nada me lastimara, lo sabia. Así que comencé a sentirme a salvo en sus brazos. Después de lo que pareció una eternidad, fui capaz de hacerme hacia atrás y mirarlo.
—¿Estas bien ahora? —preguntó, poniendo sus manos a ambos lados de mi rostro
y presionando su frente contra la mía.
Asentí y me lamí mis labios, los cuales por algún motivo estaban salados, y me di
cuenta de que estaba llorando. Me limpié el rostro y esnifé. Lentamente me volví
consciente de lo que me rodeaba. Aún estaba en el salón.
Levanté la vista para ver a Gas sentado ahí, conmocionado observándonos a mí y a Peter . Su boca colgaba abierta, y sus ojos muy abiertos. Pensé en hacerme hacia atrás, pero no podía. No me podía alejar de Peter, era mi seguro; era al que
necesitaba, el que me mantendría a salvo de todo esto.
Gas caminó hacia mí, y me sacó de los brazos de Peter, haciéndome lloriquear. Me rodeo en un fuerte abrazo.
—Demonios, Lali. ¡Nunca me hagas eso de nuevo! ¡Creí que te ibas a morir!
Mierda, que me asustaste —despotricó Gas mientras me mecía gentilmente.
—Estoy bien —dije débilmente. Mire hacia a Peter, por tranquilidad y vi que no
estaba ahí, el pánico comenzó a levantarse en mi pecho mientras mi respiración
comenzaba a acortase.
—¿Dónde está Peter? —grité, las lágrimas fluyendo por mi rostro de nuevo. ¡Oh
Dios, me dejó!
Gas me abrazó más fuerte.
—Shh está bien. Sólo respira, shh —murmuró, pero no podía, mis pulmones
estaban demasiados apretados.
—¡Mierda! —jadeó Gas al mirarme—. ¡Peter, vuelve aquí rápido! —casi gritó.
Peter corrió de regreso al cuarto, sosteniendo un vaso de agua que dejó en la mesa bruscamente, tirando la mitad de ésta, antes de envolver sus brazos a mi alrededor.
—Está bien, Ángel —susurró, poniendo sus labios en mi cuello otra vez.
Después de un par de minutos, cuando pude recuperarme, le sonreí a Peter
gratamente. Gas se veía mordazmente enojado.
—¿Qué demonio? Ustedes dos están juntos, ¿no? —rugió
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O.o le van a decir la verdad o le meteran chamuyo otra vez??
y si se entera como va a reaccionar? chan chan 

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