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sábado, 13 de abril de 2013
Capitulo: 17
Esa noche estábamos todos apretados en mi sala de estar. Sean había traído Avatar y ninguno la había visto antes, así que los siete estábamos sentados, comiendo McDonalds. Íbamos a poner la película después. Yo estaba apoyada contra las piernas de Peter; Gas no pareció pestañear, lo que ambos tomamos como una buena señal.
Pablo se movió del sofá.
—Aquí, Sarah, siéntate aquí, me sentaré en el suelo —sugirió, mientras se dejaba
caer a mi lado con una sonrisa coqueta. Me moví incómoda para tener un poco
más de espacio. Sentí a Peter tensarse, así que puse mi mano sobre su pie, frotando mi pulgar sobre la parte superior tranquilizadoramente—. Así que, Lali, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre? —preguntó.
—Un montón de cosas. Me gusta bailar e ir al cine. Ya sabes, cosas normales de
secundaria —contesté, añadiendo énfasis a la palabra secundaria.
Se rió.
—Wow, realmente eres una luchadora, ¿verdad? —dijo, sacudiendo la cabeza.
—No tienes idea —murmuré, dándome vuelta fingiendo ver la televisión.
—¿No quieres hablar conmigo? —preguntó, fingiendo estar herido.
Dejé escapar un suspiro exagerado.
—Sólo estoy tratando de ver esto.
Miró a la televisión y rió.
—¿Este anuncio de sofás nuevos?
Miré a la televisión que estaba pretendiendo ver, y era de hecho, un anuncio.
¡Maldita sea!
—Sip, soy una chica sofá, nunca puedes tener suficientes sofás —bromeé.
—Eres graciosa —se rió, acercándose a mí.
—Gracias, y tú eres muy mayor para mí —declaré, sonriendo con dulzura.
—Sólo tengo diecinueve —me miró desafiante.
Asentí.
—Sí, pero dieciocho es mi límite, así que estás fuera de combate, amigo —dije. Oí a
Peter reír detrás de mí.
—Podría hacerte cambiar de opinión —declaró Pablo con confianza.
Reí sin humor.
—¿Sabes qué? Te apuesto veinte dólares que no tienes nada que me interese —
contesté con la misma confianza.
Se rió sombríamente.
—Tomaré esa apuesta, pero tienes que esperar hasta que tu hermano no esté
mirando. —Miró a Gas un poco nerviosamente.
Suspiré.
—¿Qué es exactamente lo que crees que me interese? ¿Tienes un gatito en el
bolsillo? ¿O tal vez algo de dulce? ¿O las respuestas al examen que tengo mañana
en cálculo? —bromeé, haciéndolo reír de nuevo.
—No. Voy a besarte, y lo vas a amar. —Se encogió de hombros, sonriéndome de
nuevo.
Las piernas de Peter se sacudieron detrás de mí mientras que se movía para
levantarse. Me empujé contra sus piernas y comencé a frotar su pie otra vez.
—¿En serio? Si tú me besas voy a patearte en las bolas. —Sonreí a Pablo,
inocentemente.
—¿Crees que eso me va a alejar de un bombón como tú? —preguntó, mirándome
poco a poco, haciendo que mi piel de gallina un poco.
—Es sólo una advertencia amistosa. —Me encogí de hombros, volviéndome a la
televisión que, afortunadamente, ahora había una película y no un anuncio sobre
sofás.
—Estoy bastante seguro que mi dinero está a salvo. No he tenido quejas antes —
susurró en mi oído, haciéndome que me diera frío de lo cerca que estaba.
—Mmm, bueno, hay una primera vez para todo —dije entre dientes, todavía
frotando el pie de Peter.
Cuando la película terminó Peter fue a su casa, a decirles a sus padres que se iba a quedar aquí y a agarrar un cambio de ropa. En realidad tenía ropa de repuesto en mi habitación, pero no podíamos decirle exactamente eso a nadie. Gas y Rochi
estaban haciendo más palomitas de maíz. Ahora íbamos a ver Terminator Salvation, porque la mayoría no la había visto. Fui al baño. Cuando salí alguien me agarró y me empujó contra la pared. Al principio pensé que era Peter, pero luego me di cuenta que este chico no era lo suficientemente alto. Mi corazón comenzó a correr, el miedo formándose en mi estómago. Pablo se rió y estrelló sus labios contra los míos, bruscamente, sujetando los lados de mi cara para que no pudiera moverme a ningún lado. Traté de apartarlo, pero no se movía. Me mordisqueo el labio, pidiendo entrar, así que apreté mi boca, cerrada, y subí mi rodilla tan fuerte como pude contra su ingle. Me soltó inmediatamente, inclinándose y gimiendo.
—Te lo dije. Esos son veinte dólares que me debes —dije con dulzura mientras
pasaba junto a él y me dirigía a la sala con una sonrisa triunfante pegada a la cara.
Peter estaba sentado de nuevo en el sofá así que rápidamente tomé el lugar junto a
él antes que alguien más lo hiciera.
—¿Estás bien? —preguntó, mirándome y sonriendo.
—Sip —contesté, haciendo estallar la “p”.
Sonrió.
—¿Qué es tan gracioso?
Me reí.
—Pablo—contesté, sonriendo. Justo en ese momento, Pablo entró a la sala,
cojeando ligeramente con su mano sobre su ingle, luciendo como si estuviera
ligeramente adolorido. Tiró un billete de veinte dólares en mi regazo y se sentó en
el otro lado de la habitación.
Peter estalló en carcajadas.
—Esa es mi chica —susurró, haciéndome sonreír.
Después de que todos se habían ido era casi medianoche. Rochi y yo fuimos a la
cama, dejando a Gas y Peter en la sala. Le guiñé un ojo a Peter, mientras me iba a la cama y decidí ponerme el más pequeño de mis pijamas esta noche así podía sentir su piel contra la mía. Me puse mis rosados shorts cortos que tenían encaje púrpura contra la costura. Los combiné con una camiseta apretada del mismo rosado con un poco de encaje púrpura sobre los pechos. Me miré en el espejo y de repente me puse nerviosa. Tal vez me debería cambiar, ¿estaba dando la impresión equivocada? Me mordí el labio. No, está bien, me ha visto con esto antes así que lo usaré.
Volví a mi habitación y Rochi me silbó.
—Wow, Lali, deberías hacer un pequeño viaje a la cocina para tomar un poco
de agua o algo. Dale a Peter algo con lo que soñar —sugirió, mirándome de arriba
a abajo.
En realidad esa no era mala idea, de otra forma no lo vería hasta la mañana.
—¿Eso crees? —pregunté nerviosamente. Asintió con entusiasmo así que decidí
hacerlo antes de arrepentirme—. Está bien —dije riendo mientras abría la puerta.
—¡Adelante! Dale una emoción —hizo señas con entusiasmo cuando dudé en la
puerta.
Tomé una respiración profunda y caminé por el corredor con confianza. Por la
forma en la que está construida nuestra casa tienes que pasar por la sala para ir a
la cocina. Me pavoneé en la sala con mi pequeño pijama.
—¿Alguien quiere algo para tomar? —pregunté inocentemente, caminando junto a
Gas y Peter, que estaban sentados viendo el canal de deportes.
—No, gracias —contestó Gas, sin siquiera mirarme.
Los ojos de Peter se pegaron en mí, su mirada literalmente siguió cada uno de mis
movimientos, con la boca ligeramente abierta y los ojos amplios. Me mordí el labio
para no reírme. Oh sí, ¡totalmente valió la pena!
Tomé dos vasos con agua y volví a pasar por la sala, con Peter quitándome la poca
ropa que tenía con los ojos. Gas lo vio mirando y lo golpeó en la nuca.
—Amigo, ¡deja de pervertir a mi hermana pequeña! De todos modos, tienes novia —gruñó, claramente molesto.
Peter se frotó la nuca.
—Claro, sí, novia —murmuró sonriendo.
Volví a mi habitación, riéndome con fuerza.
—Eso fue tan gracioso —le dije a Rochi, que estaba sentada en la cama
esperándome.
Ella también se comenzó a reír.
—¿Le gustó? —preguntó, moviendo las cejas.
—Sip —confirmé, haciendo estallar la “p”. Me subí a la cama con una sonrisa en el
rostro.
Un poco más tarde escuché a Gas irse a la cama así que sabía que Peter estaba en la suya.
—Rochi, voy a ir a ver a Peter un rato —dije, una vez que supe que Gas estaría
dormido.
—Oh, ¿enserio? ¿Vas a darle otra vista de ese sexy pijama? —bromeó sonriendo.
Me reí.
—Algo por el estilo. No me esperes despierta, puedo tardar un poco —le guiñé un
ojo mientras me paraba de la cama, tomando un celular para poder usar la alarma.
—Diviértete, y no hagas nada que yo no haría —bromeó. En realidad no había
mucho que Rochi no haría, había tenido unos pocos novios y definitivamente no era
virgen. Me reí y dejé la habitación, yendo por el corredor hasta la sala de estar,
donde Peter ya estaba acostado en el sofá bajo el edredón de repuesto. Puse la
alarma a las seis; la hora “sacar a Peter por la ventana” usual, y lo puse en el suelo.
—Hola, Ángel —susurró sonriéndome y quitando el edredón para que pudiera
acostarme a su lado. Me subí con entusiasmo y fundí mi cuerpo contra el suyo.
Suspiró con satisfacción y me envolvió con sus brazos con fuerza—. Por cierto, eso
no fue justo —me regañó, mientras me besaba la frente.
Sonreí burlonamente.
—¿En serio? ¿No te gustó mi pijama? —pregunté inocentemente.
—Amé el pijama, pero no cómo paseaste tu sexy trasero en frente mío con tu
hermano sentado allí —se quejó.
—¿Piensas que tengo un trasero sexy? —lo provoqué.
—Mmm, no lo puedo recordar, déjame ver de nuevo —dijo con voz ronca. Me reí y
giré sobre mi estómago, poniendo las manos bajo mi cabeza.
Volvió a gruñir y lentamente pasó su mano por mi espalda, a través de mi trasero y
por uno de mis muslos antes de volver a subir por el otro. Su mano se detuvo en
mi trasero, trazando la línea del encaje, haciéndome temblar. Vaya, ¿qué me estaba sucediendo? En realidad quería que me tocara. Si hiciera un movimiento para tocarme, no lo iba a detener esta vez. Inclinó su cabeza y besó mi hombro antes de descender y desparramar besos a través de mi espalda y caderas. Besó la parte inferior de los shorts y pasó su lengua a través del final de mi trasero, justo donde se encuentra con la pierna. Di un grito ahogado y él se tensó.
Se apartó rápidamente.
—Lo siento, lo siento. Me dejé llevar —dijo en tono de disculpa.
Me sonrojé como loca.
—Me gusto, Peter—dije con voz ronca, y temblando un poco por el deseo que
estaba corriendo por mis venas.
—¿En serio? —preguntó, sonando sorprendido.
—Oh, diablos, sí —admití con voz entrecortada, sonrojándome otra vez. Wow,
¿acababa de decir eso? ¡Es tan vergonzoso!
Gimió ligeramente y bajó la cabeza, pasando su lengua por el borde del encaje de
nuevo. Esta vez no pude evitar el pequeño gemido que se escapó de mis labios. El
sonido pareció alentarlo porque lo hizo de nuevo, y deslizó su mano por mi muslo
masajeando mi trasero y espalda. Me besó en la espalda, levantando la tela de mi
camiseta para poder besar mi piel. Me di vuelta para que estuviéramos cara a cara
y lo besé, tirando de él hacia mí para que todo su cuerpo estuviera presionando el
mío. Podía sentir su piel contra la mía y me alegré por haberme decidido por la
escasa ropa de dormir. Se estaba excitando escaleras abajo otra vez, podía sentirlo presionando contra mi muslo, pero no estaba asustada esta vez, me alentó.
Levantó las manos y tomó mis pechos; dejé salir un suspiro cuando sentí su mano
caliente a través de la tela de mi camiseta porque no estaba usando sujetador.
Gimió mientras que frotaba su pulgar por mis pezones haciéndolos endurecerse. Él
sólo estaba usando shorts así que froté mis manos por su pecho y estómago,
simplemente asombrada de cuán perfecto y tonificado era.
Me besó en el cuello y a través de mis pechos sobre la camiseta. Mis manos se
enredaron en su cabello castaño y sedoso mientras besaba su camino hasta mi
estómago, apoderándose de mi camiseta con los dientes mientras subía y tirándola hacia arriba, lentamente, exponiendo mi estómago. Gemí y bajó su boca a mi piel desnuda, lamiendo suavemente y soplando sobre ella, haciendo que mi cuerpo casi vibrara con la emoción. Deslizó la mano bajo mi camiseta y lentamente la arrastraba hacia mis pechos, pasando sus dedos sobre ellos mientras continuaba besando mi estómago. Pero estaba besando más alto ahora y mi respiración estaba empezando a acelerarse en la anticipación de él besando mis pechos.
Oh, Dios, sí. ¡Esto es demasiado rápido!
—Lo siento... Peter... para —murmuré.
Retiró su cabeza inmediatamente, y sonrió, con su hermosa sonrisa.
—No tienes que disculparte, Ángel —inclinó su cabeza y me besó de nuevo,
gentilmente. Le sonreí agradecida mientras que giraba para salir de encima de mí,
poniéndome cerca de su pecho, pasando sus dedos a través de mi cabello y me
miraba con amor—. Eres tan hermosa —murmuró, besando mi nariz gentilmente
mientras bajaba mi camiseta por mí. Reí y sacudí mi cabeza. ¡Realmente estaba
lleno de líneas cursis! Tal vez eso le funcionaba para conseguir que las chicas se
acuesten con él. Sonrió, luciendo un poco herido—. No me crees —afirmó.
—¿A cuántas chicas le has dicho eso, Peter? —susurré, no muy segura de que mi
voz sonara bien si hablaba normalmente.
Suspiró luciendo un poco derrotado.
—No puedo cambiar mi pasado, Ángel, créeme que lo haría si pudiera. Nunca he
sentido nada por nadie más, lo juro. Nunca le he dicho a nadie que era hermosa,
sólo a ti. Nada más se compara a ti —dijo, mirándome intensamente, deseando
que entendiera. Mi respiración se atoró en la garganta ante sus dulces palabras. Me apreté más cerca de él y enterré la cara en su pecho, respirando en él. Suspiró con alegría y envolvió sus brazos con fuerza a mí alrededor, besando mi frente—. Buenas noches, Ángel —susurró.
—Buenas noches, Pitt—murmuré contra su piel.
Tenía la sensación de que el plan de no darle mi corazón, había desaparecido
completamente. Todo lo que podía hacer ahora era rogar para que no lo rompiera.
Me acurruqué más cerca de él, descansando mi cabeza en su pecho y quedándome dormida en minutos. Justo cuando comenzaba a perderme creí que lo escuche susurrar algo que sonaba como “te amo”, pero Peter no diría eso, así debió haber sido algo más.
-Qué mierda es esto?! —escuché a Gas bramar cerca.
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noo los descubrio?
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