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sábado, 13 de abril de 2013
Capitulo: 18
-Qué mierda es esto?! —escuché a Gas bramar cerca. Abrí mis ojos y lo miré. Su cara estaba de un rojo brillante y lucía criminalmente molesto.
—¡Gaas no tan alto vas hacer sangrar mis oídos! ¿Qué pasa? —pregunté, sentándome. Pero tan pronto como me moví, me di cuenta que estaba mal. Aún
estaba en el sofá con Peter. ¡Oh no! salté rápidamente y miré a Peter, quien tenía su boca colgando abierta, luciendo completamente en shock. Está bien, necesitaba salvar la situación rápidamente—. ¡Maldita sea Peter! ¡Puaj! ¿Tenías tus manos sobre mí? —grité, pretendiendo estremecerme en horror. Gasme miró, su rostro aún enojado, pero parecía ligeramente confundido ahora.
—Yo… er… no… ¿Qué? —Peter balbuceó.
—¿Qué demonios estabas haciendo con él, Mariana? —Gas gruñó molesto, apuntando a Peter quien se veía confundido a este punto.
—Debí haberme quedado dormida, supongo —fruncí el ceño, agitando mi cabeza
como si estuviera confundida también.
—¿Quedarte dormida? Bueno, ¿qué estabas haciendo con él, en primer lugar? —
pregunto, lanzándole a Peter otra mirada asesina, antes de volverse hacia mí.
¡Bien, vamos, piensa! Oh lo tengo; ¡él tendrá que aceptar esto!
—Tuve un mal sueño, Gas—murmuré, mirando al suelo, y pretendiendo estar
alterada. Jadeó y envolvió sus brazos a mí alrededor, instantáneamente, poniendo
su barbilla en lo alto de mi cabeza.
—Oh mierda, La. Está bien —susurró, balanceándome ligeramente.
—Estaba alterada y pensé que estabas aquí afuera, pero no estabas. Peter me
consoló, eso es todo. Debimos habernos quedado dormidos —susurré,
sintiéndome culpable de que estaba mintiendo. En verdad no estaba lista para que
supiera aún, especialmente después de la forma en la que estaba mirando a Peter.
—Lo siento, solo pensé… bueno, olvídalo —Gas murmuró, tirando de vuelta para
mirarme—. ¿Estás bien? —asentí, mordiendo mi labio para tratar y aliviar algo de la
culpa que sentía. Miró por encima hacia Peter—. Lo siento, hombre, salte a conclusiones y er… gracias por cuidar de mi hermana.
Peter se veía realmente incómodo y me dio una mirada; le di una expresión
suplicante, rogándole con mis ojos que no dijera nada.
—Sí, no hay problema —se encogió de hombros, frotando una mano a través de su
desordenado cabello de cama.
Rápidamente salí del agarre de Gas.
—Me voy a ir y me cambiaré para ir a la escuela. ¿De cualquier manera que hora
es? —pregunté, mirando alrededor buscando mi teléfono celular. ¿Por qué no
había sonado la maldita alarma?
—Aún no son las seis, La. Me desperté temprano —se encogió de hombros.
—Bien, entonces voy por algo de desayuno antes de darme una ducha. Er… gracias, Liam, por anoche —dije, ruborizándome y dándole una pequeña sonrisa.
—Definitivamente fue un placer, Ángel. —me guiñó un ojo, sonriendo felizmente.
Gas lo golpeó en la parte trasera de su cabeza, haciéndolo estremecerse.
—¡Hermana menor! —señaló, rodando su ojos y pisando fuerte, dirigiéndose a la cocina, dejándonos a Peter y a mí en la sala.
Una vez Gas se había ido, Peter me miró.
—No me gusta tener que mentirle a tu hermano, Ángel —susurró, frunciendo el
ceño.
—Lo sé, pero sólo un par de semanas, ¿por favor? —rogué, besándolo rápidamente en los labios y volviendo a correr en dirección a la cocina. Tomó mi mano y me llevó de nuevo hacia él, besándome otra vez, antes de que me diera una de sus hermosas sonrisas. Casi iba dando saltitos a la cocina porque estaba tan feliz. Gas tenía una tostada, así que hice dos cuencos de mi cereal favorito, uno para mí, uno para Peter. Los lleve a la sala y le entregué una, antes de dejarme caer en el suelo junto al sofá.
—Er.... gracias por esto, Ángel, pero no me gusta el Coco Pops —dijo, moviendo su nariz hacia el recipiente.
Le fruncí el ceño, confundida. Siempre estaba comiendo mi cereal. Cada día tenía un plato de Coco Pops.
—Claro que sí, te lo comes todos los días —me miró como si hubiera perdido la
cabeza; ¿pensaba que era estúpida o algo así?
Se echó a reír y sacudió la cabeza.
—No, no lo hago. Hago un plato cada día y pretendo comerlo, antes de que
vengas y me lo arrebates —dijo con una sonrisa sexy y ojos divertidos.
—¿Por qué diablos harías un plato y pretender comerlo? ¿Te gusta hacerme
enojar? —le pregunté, molesta.
—No, Ángel. Me gusta hacerte el desayuno —dijo simplemente.
Di un grito ahogado ante la revelación. ¿Los hizo por mí?
—¿Los haces para mí? ¿Todos los días? —pregunté, boca abierta, sorprendida de que había sido tan dulce y nunca me había dado cuenta. Cada día venía y le hacia algún comentario desagradable acerca de él comiendo en mi casa y que dejara en paz mi cereal, ¿y todo este tiempo lo hacía para mí? Por Dios, ¡eso es tan jodidamente dulce! Se encogió de hombros como si fuera nada. Todo este tiempo pensé que era un idiota, ¡cuando en realidad estaba siendo amable conmigo! Gas entró entonces, así que no podía decir nada. Engullí mi desayuno y prácticamente corrí a mi habitación, tomé mi celular y le envié un mensaje de texto ya que no podía hablar con él:
“¡Gracias, eso es muy dulce! Nunca me di cuenta de que hicieras eso. ¡Voy a darte las gracias adecuadamente más adelante! X” envié. Sonreí para mis adentros y me fui a tomar una ducha.
Cuando salimos del auto de Peter en la escuela, fuimos inundados por la usual
horda de chicas queriendo manosear a Gas y Peter. Rodé mis ojos cuando Paula empujó su camino hacia el frente y envolvió sus pequeños, sucios brazos alrededor de la cintura de mi novio, mirándolo con sus ojos ven a la cama.
—Paula, en serio necesitas alejarte —dijo Peter con severidad, desenvolviéndose de ella y caminando hacia atrás.
—Peter, nene, ¿qué tal si nos saltamos el primer período y vamos a pasar un buen rato? —ronroneó ella sugestivamente, frotando su mano hasta su pecho.
¡Oh, Dios mío, estaba tan celosa que me sentía realmente enferma!
Di media vuelta y me alejé tan rápido como pude, sólo queriendo estar lejos de
todo. Después de un minuto pude escuchar a Rochi corriendo para alcanzarme, me agarró la mano tirando de mí para detenerme.
—En serio, no estoy de humor —casi gritó, dirigiéndome a ella, pero no era ella,
era Peter.
—Hey, sólo quería acompañarte a clase —frunció el ceño y me miró con tristeza.
—Oh, claro... er... Lo siento. Pensé que estabas con Paula, teniendo un poco de diversión —dije sarcásticamente, avergonzada de haberle gritado.
Negó con la cabeza y se acercó a mí.
—No, no estoy con ella, estoy contigo —dijo dulcemente, sonriéndome, y haciendo que mi corazón latiera más rápido.
—Claro, sí, lo siento, sólo.... No sé.... —mi voz se apagó, ruborizándome como un loca.
—Estás celosa —afirmó, al parecer satisfecho de ello. Asentí con la cabeza de mala gana, en realidad no quería admitirlo—. Bien, he estado esperando para que te pusieras celosa por los últimos doce años —dijo, sonriendo como un loco.
Me eché a reír.
—¿En serio? Pues aquí lo tienes entonces, finalmente ocurrió —di una patada a mis zapatos en las piedras; tratando de distraerme de la sensación de celos que todavía estaba corriendo por mis venas. Supongo que iba a tener que acostumbrarme a que las chicas estuvieran sobre él. Era Peter Lanzani, por el amor de Dios, las chicas siempre lo seguían a todas partes, pidiendo su atención.
—Recuerdas la charla que tuvimos ayer, ¿esa acerca de la confianza? Bueno, eso funciona en ambos sentidos, sabes. Nunca te haré daño, pero necesitas creer eso también —puso su dedo debajo de mi barbilla e inclinó mi cabeza hacia arriba, haciéndome mirarlo.
Suspiré, sí bien, supongo que dije eso.
—Confío en ti, sólo es difícil de ver —le contesté, sonriendo, imitando sus palabras de ayer.
Se echó a reír.
—Sí, bueno, lo que se dice por ahí ahora es que tengo una novia por lo que debe poner fin a todo este coqueteo —dijo con confianza, cepillando el pelo de mi cara.
—¿Les dijiste a todos que tienes una novia? —pregunté, sorprendida. Bien, wow, tal vez era más serio de lo que pensé sobre hacer esto funcionar.
—Sí, por supuesto. Tengo una novia. Tengo la más sexy, más bella novia del
mundo, que aún no me da las gracias que me prometió en un texto esta mañana —sonrió, con su sonrisa coqueta y sentí como un millón de mariposas
revoloteaban en mi estómago.
Me reí y me incliné hacia delante hasta que mi boca estaba casi tocando la suya.
—Todas las cosas buenas vienen a aquellos que esperan —me burlé, guiñándole un ojo y alejándome.
Gimió y me atrapó con rapidez.
—No crees que doce años sea tiempo suficiente para esperar —preguntó,
fingiendo sorpresa, haciéndome reír.
—Hmmm, no realmente. Creo que voy hacerte esperar un poco más —le lancé un beso al entrar por la puerta de mi clase de Historia. Lo oí quejarse, pero cuando miré hacia atrás estaba sonriendo, mirándome marcharme. A propósito balanceaba mi trasero, tratando de lucir sexy; debió haber funcionado porque tres chicos de mi clase de historia silbaron e hicieron un comentario acerca de mi sexy trasero. Puse los ojos en blanco. ¡Chicos!
No pude hablar con Peter mucho en el almuerzo, nos sentamos en la misma mesa, pero todo el mundo quería hablar con él.
—Así que, ¿realmente tienes una novia secreta? —preguntó Tim, uno de sus
amigos, lo miraba como si no lo creyera en absoluto.
—Sí —confirmó Peter, pareciendo muy orgulloso de ello. Cada vez que me miraba, me ruborizaba como una loca, y estaba segura de que alguien lo iba notar.
—Ella debe ser una mujer caliente que ha domado a la bestia para sentar cabeza — sonrió Rick.
Peter se rió, sus ojos se posaron en mí por una fracción de segundo.
—Ella es la cosa viva más sexy, hombre —dijo con confianza.
—¿En serio? ¿Es buena follando? —preguntó Rick, recogiendo su emparedado.
—Hombre, en serio, no voy a contestar eso de mi chica —dijo Peter con una
sonrisa.
—Apuesto a que podría sacarla del agua(Sacar del agua: se refiere a superarla) —coqueteó Rochelle, pasando la mano por su brazo.
Se echó a reír.
—Sabes qué, no tendrías ninguna posibilidad. Mi chica es increíblemente hermosa, tanto por dentro como por fuera —Peter se encogió de hombros, tirando de su brazo a distancia, con una sonrisa. Todas las chicas en la mesa hicieron aww y ahh.
Sonreí y trate de comer mi almuerzo. Podía sentir los ojos de Rochi en mí, para que la mirara, ella me sonreía de oreja a oreja. Puse los ojos en blanco, riendo entre dientes.
—No ha dormido con ella, ella no cree en el sexo antes del matrimonio —terció Gas, sonriendo. Me tragué una risa. ¿Le había realmente creído Gas cuando le dijo eso esta mañana? Todos jadearon y miraron a Peter, quien estaba sonriendo como loco.
—¡No me digas! ¿No te has acostado con ella? —preguntó Rick escéptico.
—No, no lo he hecho, pero eso en realidad no es de su incumbencia, chicos —Peter sacudió su cabeza, sonriendo—. Me tengo que ir. Tengo que hablar con el entrenador acerca de la práctica —se encogió de hombros, poniéndose de pie. La mitad de los chicos también se levantaron, después a seguirlo.
Tan pronto como se marcharon, todas las chicas empezaron a planear y conspirar.
Querían saber quién era la chica secreta, y no se detendrían ante nada para descubrirlo, a continuación, cada una de ellas sacó veinte dólares y los puso en el centro de la mesa. Las miré, confundida.
—Entonces, la próxima chica que se acueste con él, se lleva la apuesta —dijo
Paula, con una sonrisa.
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paula es una bitch
ResponderEliminarMaaasdddss
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