5años mas tarde
Liam
Eché un vistazo a mi reloj y me quedé
boquiabierto. Mierda, eran casi las dos y
media.
—Pete, ¡tengo
que irme! ¿Esto va a estar terminado o no? —grité a
través de la
otra habitación.
—Sí, jefe.
Vete. Va a estar hecho, no te preocupes. Llámame cuando salgas y le
daré los últimos retoques, ¿vale? ¡Y buena suerte! —gritó de
vuelta.
—De acuerdo.
Adiós, y gracias por hacer esto —dije mientras corría fuera del
edificio y me metía en el coche.
Oh, mierda, ¡por favor no me dejes llegar tarde!
Me apresuré a la Universidad, presa del pánico, y corrí tan rápido como
pude
alrededor de la parte trasera hasta el campo. Faltaban diez para las
tres ahora y
estaba previsto que comenzara en diez minutos. Me deslicé entre la gente,
buscándolos. Vi a Matt de inmediato, estaba de pie en su silla,
explorando la
multitud. Señaló como un idiota cuando me vio y no pude evitar sonreír.
Comencé a caminar hacia ellos, cuando un tipo se puso delante de mí.
—¡Guau, eres
Peter Lanzani! ¿Puedo obtener tu autógrafo? En serio, guau, soy como tu mayor
fan —dijo entusiasmado, mientras la mujer con la que estaba buscaba en su
bolso papel y un bolígrafo.
Me eché a reír. Todos ellos eran mis mayores fans; en serio, escuchaba
eso como
cincuenta veces al día.
—Claro. —Sonreí
cortésmente, extendiendo la mano para el bolígrafo.
Escribí mi nombre y le di una palmada en el hombro. —Tengo que
encontrar mi
asiento.
—Sí, por
supuesto. ¡Gracias! —cantó, sonriendo violentamente y mirando con
cariño a mi nombre en el trozo de papel.
Sabía que nunca me acostumbraría a esto, gente emocionándose sólo porque
había firmado un trozo de papel. Quiero decir, sí, sé que juego para uno
de los
mejores equipos de América, pero sigo siendo una persona al final del
día. No soy
nadie especial. Soy sólo Peter, y tengo la suerte de que me paguen
grandes
cantidades de dinero por hacer algo que me gusta, no mucha gente puede
decir
eso.
Me abrí paso entre la multitud y me senté al final de la fila. Matt se
zambulló
inmediatamente en mi regazo.
—Ey, chico.
¿Siendo bueno? —pregunté, haciéndole cosquillas, consiguiendo que
se riera y retorciese.
—¿Tienes todo
listo? —preguntó Gas, sonriendo.
Hice una mueca y asentí. —Sí. Dios, tío, estoy tan nervioso.
—Mis manos no
habían parado de sudar en todo el día.
Se echó a reír y sacudió la cabeza. Su novia, Charlotte, se aproximó.
—Vas a estar
bien. Cálmate —dijo, rodando los ojos. Charlotte era increíble, Gas y ella habían
estado juntos durante unos seis meses y él estaba totalmente pillado.
Era su primera novia real, y podía realmente verlo durar.
Saludé a mis padres, quienes estaban sonriendo con orgullo, como siempre
charlando con un extraño cualquiera junto a ellos. Sonreí, mi madre
podría
seriamente iniciar una conversación con un mudo.
—Hola, Peter—saludó
Margaret mientras se apretujaba por el pasillo para
abrazarme.
—Hola,
Margaret. ¿Qué tal? —pregunté, abrazándola de vuelta fuertemente. No la
había visto desde hace casi cuatro meses, porque había estado viajando
con su
nuevo marido, Greg.
—Estoy bien.
Greg no podía venir, está atrapado en Tailandia por algo de
promoción. Está tan molesto por perdérselo —contestó,
frunciendo el ceño.
Sonreí.
—Bueno,
asegúrate entonces de hacer un montón de fotos para él.
Matt saltó de mi regazo y corrió de vuelta hacia su madre. Le sonreí a
Ruby. Ella,
Nicolas y Matt seguían viviendo en Timberfield, pero llegábamos a verlos
bastante,
se quedaban con nosotros en vacaciones y esas cosas. Teníamos
habitaciones más que de sobra, y también volvíamos allí cada vez que podíamos.
Nico y Rochi no duraron mucho. Consiguieron quedar durante un año antes
de
acabar separándose, aunque seguían siendo amigos. Rochi no se había
asentado ni lo más mínimo. Sigue siendo
coqueta y está “probando el terreno”, como a ella le gusta decir, pero siempre fue una gran amiga de Lali por lo que también
se
quedaba con nosotros. Sólo tengo que mantenerla lejos de mis compañeros
de
equipo; podría seriamente comérselos vivos.
Muchas cosas habían sucedido en los últimos cinco años. Stephen Walker,
el padre de Gas y Lali, fue arrestado un año después de que nos marcháramos a
Boston porque aparentemente había estafado dinero a sus clientes. Actualmente
estaba cumpliendo seis años en la cárcel por fraude y malversación de fondos.
Nunca entró en contacto con ninguno de ellos, y todos seguían teniendo la
grabación que Lali le hizo admitiendo el abuso, así que si alguna vez volvía,
todos habían acordado presentar cargos contra él.
De repente, todo el mundo empezó a aplaudir y mi corazón se disparó a
toda
marcha mientras escrutaba la multitud por ella. La divisé de pie a la
izquierda del
escenario, charlando con Samantha, una de sus amigas. Se veía
jodidamente
caliente en su traje de ceremonia de colores azul y gris. No la había
visto durante
todo el día. La había dejado justo después del desayuno. Pensó que hoy
estaba en la práctica, no lo estaba, estaba preparándole una sorpresa como
regalo de
graduación.
Hoy, Lali estaba graduándose de la Universidad con un grado completo en
danza coreográfica. Estaba muy orgulloso de ella, había trabajado tan
condenadamente duro en los últimos años en la Universidad y se estaba
graduando con honores. Traté de escuchar cómo el pequeño hombre daba su
discurso sobre la clase graduada, mientras ellos seguían caminando y
estrechándole la mano, obteniendo su certificado. No podía concentrarme;
estaba
tan malditamente nervioso que de hecho me sentía enfermo. No podía
quitarle los
ojos de encima, estaba tan hermosa. Honestamente seguía quitándome el
aliento
cada vez que la veía.
Los paparazzi también la querían. Siempre estaban siguiéndonos,
queriendo fotos y entrevistas. Adoraban nuestra historia de estar juntos
durante cinco años.
Simplemente amaban a Lali, punto. Siempre estaba en revistas y
periódicos,
pequeñas fotografías comprando con sus amigas o algo así. Siempre
pensaron que era adorable y la gente venía y pedía su autógrafo tanto como me
lo pedían a mí.
Lali encontraba toda la cosa esta divertida y se burlaba hasta la mierda
de mí
cuando nos detenían en la calle o algo.
La gente a menudo me preguntaba cómo es que me quedé estancado, con la
fama y el dinero, y siempre decía lo mismo. Nada de eso era importante para mí;
la única cosa importante era mi Ángel. Era la única cosa que necesitaba. Si
todo lo demás desapareciese mañana, la gran casa, todos los coches, el dinero,
no me importaría.
Mientras todavía pudiese sostenerla por las noches, seguiría siendo el
hombre más afortunado del mundo.
Escuché al Decano gritar su nombre y sonreí, aplaudiendo como un loco.
Estaba
radiante mientras buscaba entre la multitud; me vio y agitó su pequeño
certificado
hacia mí, con orgullo. La guiñé un ojo y la vi saltar fuera del
escenario felizmente.
Estaba removiéndome en mi asiento nerviosamente porque casi había
acabado, era casi la hora. Me froté las manos en los vaqueros, tratando de
secarlas.
Honestamente nunca había estado tan nervioso en toda mi vida.
Después de otros pocos minutos, el último certificado fue entregado, y
la vi
escabulléndose entre la multitud hacia nosotros. Mientras llegaba a mí,
pasó sus
brazos alrededor de mi cuello y me besó. La levanté de sus pies haciéndola
girar en un pequeño círculo mientras disfrutaba la sensación de sus labios
contra los míos.
Se apartó y rió, estaba tan feliz que hacía que mi corazón latiese más
rápido.
—Enhorabuena —susurré,
sonriendo. Me besó de nuevo y la abracé con más
fuerza. Maldita sea, cinco años y todavía no podía tener suficiente de
ella. Me
aparté del beso, muy consciente de que su hermanito estaba sentando
haciendo
ruidos fuertes de besos y cantando “Lali y
Peter, sentados en un árbol”.
—Gracias.
Estaba preocupada cuando no te vi, pensé que no podrías llegar. —
Sonrió mientras la ponía de regreso en sus pies.
Sonreí y le aparté el pelo tras la oreja.
—No me lo
habría perdido por nada en el mundo —contesté.
Fue abrazada por toda su familia. Matt, como de costumbre, se aferraba a
sus
piernas para que no pudiera moverse. Adoraba a su hermana mayor, no que
lo
culpara, quiero decir, ¿quién no adoraría a mi Ángel? Habría que estar
loco. Me
agaché y lo aparté de ella, inclinándolo boca abajo en sus piernas,
haciéndole reír.
—Así que, ¿qué
van a hacer ahora chicos? ¿Vamos a ir a tomar una copa o algo? — Sugirió Lali.
¡Oh, mierda!
Todo el mundo me miró. Bien, genial, añadan más presión, ¡ya estoy
malditamente aterrorizado!
—Um…en realidad, Ángel, me preguntaba si
podría llevarte a un lugar después.
Tengo algo que mostrarte —respondí, procurando no revelar
nada.
Me miró con curiosidad, odiaba las sorpresas.
—¿Sí? ¿Qué? —preguntó,
envolviendo sus brazos a mi alrededor.
Me incliné y le besé la nariz.
—Vas a tener
que esperar y ver —contesté, sonriéndola, sabiendo que esto
probablemente la estaba matando. Frunció el ceño y entornó los ojos
hacía mí,
haciéndome reír; agarré sus manos desenredándolas de mi cintura—. ¿Estás
lista
para irnos ahora? —pregunté, esperanzado.
Asintió y volvió a mirar a su familia quienes estaban sonriendo como
locos; mi
mamá estaba llorando lágrimas de felicidad. Bien chicos, ¡bajen el tono!
Los miró a
todos un poco confundida, obviamente preguntándose por qué estaban
actuando
así.
—Los veré más
tarde entonces. Uno de ustedes tiene llaves, ¿verdad? —preguntó.
Gas le sacudió sus llaves.
—Váyanse. Los
veremos más tarde —indicó, asintiendo hacia la salida.
Envolví mi brazo alrededor de su cintura y caminamos hacia el frente.
—Así que,
¿cómo fue la práctica? —preguntó.
—Um, sí bien —mentí
mientras abría la puerta del coche para ella.
Me besó de nuevo mientras entraba. Estaba sonriendo, obviamente
orgullosa de sí misma por graduarse. Llamé a Pete mientras me dirigía al
asiento del conductor
para decirle que estábamos marchándonos.
Lali
Definitivamente algo estaba pasando. Le eché un vistazo de nuevo,
parecía
nervioso por algo; estaba sentando muy erguido en su asiento. Este no
era el
normal y relajado Peter que amaba hasta la muerte. Después de unos
veinte
minutos conduciendo y hablando brevemente sobre el tiempo y mi ceremonia
de
graduación, nos detuvimos. Sonrió y salió.
Bien, ¿dónde demonios estábamos? Pensé que me llevaría a cenar o algo
así. Bajé y sostuve su mano mientras me conducía hacia adelante, deteniéndose
frente a un edificio con puertas de cristal. Creo que solía ser un gimnasio o
algo así, pero parecía como si hubiese sido hecho recientemente, el exterior
había sido pintado de un bonito color crema y las ventanas habían sido
reemplazadas.
—¿Qué piensas?
—preguntó,
envolviendo sus brazos a mi alrededor desde detrás.
¿Pensar sobre qué? ¿Qué me estoy perdiendo?
—Um, ¿es
genial? —Me encogí de hombros, confundida.
Se echó a reír.
—Bien, no
tienes ni idea de qué te estoy hablando, ¿verdad? —bromeó.
—No. Lo
siento, chico amante, ¿debería? —pregunté, sonriendo
disculpadamente.
—Bueno, ¿ves
ese edificio enfrente tuyo, con las puertas de cristal? —preguntó.
Asentí, todavía un poco desconcertada con respecto a lo qué se trataba
todo
esto—. Es tuyo.
¿Mío? ¿Qué demonios es esto?
Me giré para mirarlo de frente.
—Peter, no
entiendo, cariño. Lo siento —dije disculpándome. Maldita sea,
estaba
arruinándole sus sorpresa.
Sonrió y pasó los dedos por mi mejilla suavemente.
—Lo compré para ti. Está todo hecho en el interior… es un
estudio de baile — explicó.
Oh, condenado Dios, ¡no lo hizo! Jadeé, mirándole para ver si estaba
bromeando.
Me sonrió. No, realmente no estaba bromeando, hablaba totalmente en
serio.
—¡Oh, Dios, Peter,
me estás tomando el pelo! —chillé mientras me lanzaba hacia
él, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello. Habíamos hablado sobre
construir mi propio estudio pero me convenció para esperar un año después de mi
graduación, ¡apuesto que era porque estaba planeando esto! Caray, ¡tengo
el novio perfecto!— ¡Gracias, gracias, gracias! —grité
entusiasmadamente.
Me besó suavemente.
—No hay de
qué. Vamos, echemos un vistazo. —Me giró hacia la puerta, sonriendo
felizmente.
Apenas podía contener mi emoción mientras me entregaba las llaves. Mis
manos
temblaban tanto que ni siquiera podía conseguir introducir la llave en
la cerradura,
por lo que tuvo que hacerlo por mí. Mientras caminábamos por las
puertas, ya
estaba llorando. Había un área de recepción que conducía a dos estudios
de danza, los cuales tenían enormes espejos por toda una pared y magníficos
pisos de madera, ideales para bailar en ellos.
—¡Oh, Peter,
esto es perfecto! —grité.
Sonrió.
—Hice que
alguien viniese y lo diseñara todo. Pero si hay algo que no te guste,
podemos cambiarlo, ¿de acuerdo? —afirmó, tomando mi mano y
empujándome
hacia la puerta—. Vamos a mirar arriba —sugirió, señalando hacia la parte
trasera.
Asentí con la cabeza y salté entusiasmadamente a su lado. Siempre era
tan
malditamente considerado y dulce. Había sido el mejor novio que nadie
podría
pedir durante los últimos cinco años, mejor de lo que jamás hubiese
soñado.
Arriba, había una pequeña sala de recreo con una mesa de billar y una
mesa de
hockey de aire, un bar de zumos y snacks con mesas. Había incluso
vestuarios con duchas y todo. Me tomó la mano y tiró de mí hacia la última
puerta. Se veía muy nervioso de nuevo. No estaba sonriendo ahora.
—¿Estás bien? —pregunté,
apretando mi brazo alrededor de su cintura más
estrechamente. No podía quitar la sonrisa de mi cara. Lo amaba tanto que
era casi
doloroso.
Tragó saliva y asintió, empujando la puerta. Miré para ver la habitación
en
penumbras. Había cientos de pequeñas velas esparcidas por toda la sala,
haciéndola parpadeante y hermosa, las velas se reflejaban en la pared de
espejos.
Había globos rojos y rosas flotando a lo largo de cada centímetro del
techo y
algunos atados a los respaldos de las sillas. Había ramos de rosas rojas
por todas
partes, pétalos rojos y rosas esparcidos por todo el suelo de madera.
Era hermoso.
Lo miré, sorprendida; él sonrió y me introdujo en la habitación,
cerrando la puerta
detrás de mí. Mientras me llevaba hasta el centro de la habitación podía
sentir a mi corazón tratando de estallar fuera de mi pecho. Toda esta situación
era tan
romántica que hizo que mi estómago aleteara y se me pusiera la piel de
gallina.
Me besó suavemente antes de arrodillarse en una pierna frente a mí.
Sentí mis ojos llenándose de lágrimas y resistí el impulso de gritar sí antes
de que me lo pidiera.
Sacó una pequeña caja negra de anillos, levantando la tapa para revelar
un
precioso anillo de diamantes que debía haberle costado una fortuna.
—Ángel, te he
amado desde la primera vez que puse mis ojos en ti. Sólo has sido
tú. Siempre serás tú.
¿Quieres casarte conmigo? —preguntó, luciendo realmente
nervioso. ¿De verdad creía que diría que no?
Tragué saliva ruidosamente. Dios, ¿podía incluso hablar?
—Sí —susurré.
Esbozó una sonrisa de infarto y sacó el anillo de la caja, tomando mi mano y
deslizándolo en mi dedo, dónde encajaba perfectamente.
Se levantó y me agarró, besándome ferozmente. Sonreí feliz contra sus
labios y se apartó para poner su frente en la mía.
—Te amo tanto —susurró.
—Yo también te
amo. —Esas palabras nunca me habían parecido tanto. Tres
pequeñas palabras, ¿cómo podrían posiblemente cubrir todo lo que sentía
por este increíble chico?
—¿Puedo tener
el primer baile de su estudio, futura Sra.Lanzani? —preguntó, con
los ojos bailando de emoción.
Sonreí, ¡oh, Dios, amaba el sonido de ese nombre!
—Por supuesto,
futuro marido —contesté. Mi corazón estaba latiendo demasiado
rápido. Peter aún tenía el poder de encender mi cuerpo en fuego con una
de sus
sonrisas, incluso después de todo este tiempo.
Sacó un pequeño mando de su bolsillo y pulsó algunos botones, haciendo
sonar la
música. Jadeé mientras la canción empezaba. Era nuestra canción. Amazed, por
Boyz II Men, comenzó y me atrajo más cerca, envolviendo sus brazos a mí
alrededor con fuerza.
¿Podría este chico ser más perfecto? No podía quitar mis ojos de él
mientras
bailábamos. Me abrazó fuertemente, una mano subiendo hasta mi cuello,
sus
dedos enredándose en mi pelo. Mi respiración salía en pequeños jadeos
mientras
absorbía cada centímetro de su hermoso rostro, la cara de mi prometido.
Me
apreté a mí misma más cerca, sintiendo su increíble cuerpo presionado
fuertemente contra el mío.
Todo en este momento era hermoso y no quería que terminara nunca.
—Peter,
¿podrías conseguir ser más romántico? —Respiré, frotando mi mano sobre su
pecho suavemente mientras nos balanceábamos lentamente con la canción.
Sonrió.
—Trataré.
Pregúntame de nuevo en cincuenta años —susurró e inclinó su cabeza y me
besó suavemente, robándome el aliento y haciendo que mi corazón chocara
contra mi pecho.
Sin duda, nadie había sido nunca más feliz que yo en este momento. Tenía
una
familia perfecta, un nuevo estudio de danza que había sido mi sueño
desde
pequeña, y el hombre de mis sueños me había pedido ser su esposa. La
vida no
podría ser mejor que esto; sinceramente me sentía como la chica más
afortunada
del mundo.
Fin
DIOS MÍO......casi me da un infarto de lo tierno que fue ese cap. jajajajaja
ResponderEliminarMe encanto en cap. fue tan tierno...tan...tan..que sé yo...tierno jajajaja
No enserio me re contra encanto la nove...estuvo buenissima.
Fue una de mis favoritas y todos los días me ponía angustiada hasta que subías el siguiente cap. ;D
Espero que subas otra nove porque con mucho gusto la leeré!!!!
Piienso lo mismo que Rebeca! Fue de las mejores que lei! Y no son mas tiernos porque no se puede!
ResponderEliminarYo empece a leer tu nove ya empesada entonces los capitulos que ya tenias subidos los lei como en dos dias, me re entuciasmaba! Y me ponia reee feliz cuando subias y me ponia triste cuando terminaba el capitulo!
La trama estaba re buena!
Espero con ansias tu proxima adaptacion!
Besos! Aby:)
Que hermosa Nove, Me encanto el capitulo Peter es un tierno mal*-*
ResponderEliminarAue bueno que les aya gustado 😊
ResponderEliminarestuvo REE buenaaaaa!!!! la lei en 2 dias de lo copada que estaba con tu nove!!! Felicitaciones!
ResponderEliminarBesos, Cata