ULTIMO CAPITULO
Llamé a la puerta y contuve la
respiración, esperando a que abriera. La
puerta se abrió casi de inmediato. Allí
estaba, el hombre que me hizo
perder a mi bebé, el hombre que está
haciendo que mi novio enfrente
cargos por
lesiones corporales graves. Su cara era un
desastre. Él tenía razón; sin duda Pitt
hizo un buen trabajo. Su nariz estaba
vendada e hinchada, casi cada centímetro de su cara estaba rojo y con aspecto
inflamado, y tenía dos horribles ojos morados. No podía dejar de estar un poco orgullosa
de Peter, sabía que no debería estarlo, pero mi chico era un tipo duro.
Él sonrió.
—Lali, vamos
adentro. ¿Cómo estás? —preguntó cortésmente.
¿Está bromeando? ¿Cómo estoy?
Pasé junto a él e ignoré su pregunta.
—Vamos a
prescindir de las cortesías. ¿Qué es lo que quieres para que retires los
cargos contra Peter? —pregunté, deseando que mi voz no
delatara lo aterrada que estaba.
Sonrió, dio media vuelta y entró en la sala de estar, obviamente
esperando que lo
siguiera. Tan pronto como estuvo fuera de la vista, le quité el seguro a
la puerta
para que todo lo que Gas tuviera que hacer fuera abrirla. Luego lo seguí
hasta la
sala.
Por favor, deja que esto funcione, por favor.
—Toma asiento —instruyó,
sentado en el sofá y acariciando el espacio junto a él.
Sabía que tenía que darle por su lado, también sabía que necesitaba
mantenerme
tan cerca de él como pudiera, así que hice mi camino hacia allí y me
senté,
girándome en el asiento para estar frente a él y estar lista para correr
si lo
necesitaba.
—Entonces, ¿de
quién es el bebé? ¿O no lo sabes? —preguntó, burlándose de mí.
Podía sentir mi ira y dolor amenazando con desbordarse debido a que
estaba
hablando de mi bebé.
—Lo perdí
gracias a ti. ¿Por qué me golpeaste? —pregunté, tratando de no llorar.
Se rió, sacudiendo la cabeza como si yo hubiera dicho algo estúpido.
—Te lo tenías malditamente
merecido —dijo con ira.
—Me golpeaste
y me hiciste caer y perder a mi bebé. Es por eso que Peter te
golpeó —contesté con toda naturalidad.
—Ese pequeño
hijo de puta, siempre fue un problema —gruñó, apretando las
manos en puños.
Tragué saliva. ¡Oh, Dios mío, esto no estaba funcionando!
—Fue tu culpa.
Fuiste a nuestra casa buscando pelea, querías que esto pasara —
incité.
Él asintió con la cabeza; una sonrisa maliciosa se deslizó en su cara.
—Sí, estaba
esperando meter a tu maldito hermano en problemas, pero ese
mocoso de al lado se lo impidió. Gas siempre fue un problema, incluso
cuando
eran niños solía ponerse en mi camino —gritó,
sacudiendo la cabeza molesto.
—Gas solía
impedir que me golpearas. Te detuvo cuando trataste de violarme. ¿Es eso de lo
que estás hablando? —pregunté. ¡Oh Dios, por favor responde a la
pregunta!
Me miró furiosamente.
—¿Violación? A
la mierda con eso, no es violación. Eres mi hija; me lo debías por
toda la mierda que tenía que aguantar. Estabas jodidamente madura para
la
cosecha —afirmó, mirándome lentamente, poniéndome la piel de gallina.
Mi mano se cerró alrededor de mi celular en el bolsillo.
—¿Crees que
puedes darles palizas a tu esposa y a tus dos hijos durante años,
abusar sexualmente de tu propia hija y tratar de violarme, y eso está
bien? —
pregunté con la voz quebrada.
—¡Hiciste mi
puta vida una miseria! Necesitabas una buena bofetada para
mantenerte a raya. Te estaba disciplinando, eso es todo —espetó,
levantándose del sofá y agarrándose el cabello.
—¿Disciplina?
Una vez golpeaste a Gas tan fuerte en el estómago que no pudo
comer durante días. Le rompiste el brazo y las costillas. ¡Nos tenías
completamente asustados de hacer cualquier cosa por si te hacíamos enojar! —grité,
tratando de provocarlo.
Se volvió hacia mí y me puse de pie rápidamente, necesitando estar de
pie en caso de que necesitara correr.
—¡Gas se
merecía todo eso! ¡Debería haber ahogado a ese chico al nacer! —gritó, golpeando
su mano en la mesa de café, haciéndome gritar.
—¿Qué hay de
Nicolas, Matt y Ruby? ¿También necesitan disciplina? —pregunté.
Asintió con la cabeza.
—Sí, todos
necesitan aprender un poco de respeto. ¿Dónde está Ruby de todos
modos? —preguntó, con sus ojos tratando de perforar los míos.
—Ha vuelto a
Mersey —mentí.
Hizo un gruñido furioso y agarró la mesa de café, volcándola de manera
violenta.
Me eché hacia atrás cuando casi se estrelló en mis pies.
¡Vamos, Lali, puedes hacer esto!
—Quiero que
retires los cargos contra Peter, y te vayas de la ciudad —declaré de
manera casual.
Se rió y puso los ojos en blanco.
—Bien, eso no
va a suceder. Te diré algo, retiraré los cargos contra ese mocoso, si vienes a
vivir conmigo —ofreció, volviéndome a mirar lentamente. Me sobresalté, sintiéndome
enferma y un poco mareada, luego me di cuenta que era porque no estaba
respirando así que aspiré una respiración entrecortada.
—No. Vas a
retirar los cargos, irte de la ciudad y nunca molestarme a mí o a mi
familia de nuevo. Y cuando digo a mi familia, me refiero a Ruby, Nicolas
y Matt
también —dije con severidad.
¡Oh Dios, esto iba a funcionar! No podía dejar de sonreír; saqué mi
teléfono de mi
bolsillo y presioné enviar. Me reí en silencio antes de volver a poner
mi cara de
póquer.
Él me miraba como si hubiera perdido la cabeza, haciéndolo parecer aún
más
divertido para mí.
—¿Y por qué
iba a hacer eso? —preguntó, con algo de diversión en la voz.
—Porque si no
lo haces, iré a la policía y les contaré todo lo que ocurrió cuando
éramos niños. Confía en mí; el tiempo que pasarás en la cárcel será
mucho más
largo que el que Peter recibirá. Y estarás en una parte mucho peor de la
cárcel
también, donde ponen a los violadores y pedófilos. —Me encogí de
hombros.
Se rió.
—¿Y quién va a
creerle a una puta sucia como tú? Embarazada a los dieciséis años. Soy un
profesional respetado. Puedo permitirme los mejores abogados para hacer pedazos
tu caso, y además, no tienes pruebas. Esto sucedió hace mucho tiempo, es tu
palabra contra la mía —gruñó, dando un paso más cerca de mí.
Sentí la bilis aumentando en mi garganta y rogué que Gas estuviera
cerca. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que envié ese mensaje de texto?
—En realidad,
ahí es donde te equivocas. También tengo tu palabra —corregí,
sonriéndole mientras sacaba mi teléfono celular. Otra vez me miró como
si fuera
estúpida—. Los teléfonos inteligentes de hoy en día tienen todo tipo de artilugios;
cámaras, reproductores de música, calculadoras... grabadoras de voz —dije
alegremente, alzando las cejas ante el último.
Examiné el menú y reproduje la conversación que acababa de grabar en mi
teléfono. Miré su cara con una sonrisa de satisfacción.
—Entonces, ¿de quién es el bebé? ¿O no lo sabes?
—Lo perdí gracias a ti. ¿Por qué me
golpeaste?
—Te lo tenías malditamente merecido.
—Me golpeaste y me hiciste caer y perder a
mi bebé. Es por eso que Liam te golpeó.
—Ese pequeño hijo de puta, siempre fue un
problema.
Detuve la grabación.
—¿Escuchaste
lo suficiente, o quieres escuchar qué más hay aquí? ¿Te acuerdas de lo que
dijiste? ¿Lo que admitiste? Abuso, intento de violación —dije,
sonriendo
como una idiota. Agarró el teléfono y lo lanzó contra el suelo,
aplastándolo con su
pie, fuerte. Luché contra el impulso de reír—. Oh, papi,
ese teléfono me costó
mucho dinero. ¿Sabes cuánto cuesta un iPhone nuevo en la actualidad? —pregunté con
sarcasmo.
Sonrió, obviamente pensando que había ganado.
—No tienes
nada ahora. —Agarró mi muñeca y me atrajo más cerca de él.
Me reí y asentí confirmándolo.
—Tienes razón.
No lo tengo, pero mi familia lo hace. Se las envié hace un
momento. Otras cinco personas tienen esa grabación, y si no quitas tus
sucias y
pervertidas manos de mí en este momento, irán a la policía —declaré con
aire de
suficiencia.
Me abofeteó fuertemente en la cara, haciéndome gritar cuando su mano se
estrelló en mi piel ya inflamada. Me agarré la cara y lo miré fijamente; lo odiaba
más de lo que alguna vez había odiado algo en mi vida.
—¡Retira los
cargos en este momento, vete de la ciudad y nunca vuelvas a ponerte en contacto
con nosotros! De lo contrario, me aseguraré de que las cinco
grabaciones lleguen a la policía. Lo digo en serio, retira los cargos y
vete y lo dejaré estar. Sólo quiero a Peter libre —ordené.
No me importaba nada más. Siempre tendríamos las grabaciones; si alguna
vez se acercaba de nuevo a nosotros yo no tendría ningún problema en presentar
cargos y despacharlo para siempre. Pero no podía hacer eso ahora, Peter todavía
estaba enfrentándose a la cárcel y no podía correr el riesgo de que fuera
declarado culpable y enviado a la cárcel por defenderme.
Mi padre me miraba con odio mientras lo pensaba. Me di cuenta por su
expresión
furiosa que sabía que no había otra opción. Si no quería ser acusado de
intento de
violación, abuso infantil y un par de reportes de agresión entonces
tenía que estar
de acuerdo con lo que yo estaba diciendo.
—Eres igual
que tu maldito hermano —gritó venenosamente, mientras me sacudía
por el brazo.
Sonreí.
—Me tomaré eso
como un cumplido. Gas es el mejor hermano del mundo.
—Pequeña perra
—dijo entre
dientes.
Saqué mi brazo de su agarre.
—Llámalos
ahora, retira los cargos y quiero hablar con ellos después para
asegurarme de que está hecho —ordené. ¡Oh, Dios mío, está
funcionando!
Realmente iba a funcionar.
Oí a un auto frenar con un chirrido afuera y segundos después Gas irrumpió
por la
puerta. Parecía criminalmente furioso cuando saltó hacia nosotros con
los puños
cerrados.
—Gas, todo
está bien. Sólo estábamos hablando. Ha decidido retirar los cargos e
irse de la ciudad. ¿Verdad, Stephen? —expliqué,
burlándome de su nombre.Gas
me miró, con evidente sorpresa en su cara. Me agarró del brazo y me puso
detrás
de él, mientras fulminaba con la mirada a mi padre. ¡Vaya, si las
miradas mataran!
Agarré su brazo, apretando suavemente para llamar su atención—. Todo está
bien
Gas, cálmate. He arreglado todo —declaré, luchando contra la
tentación de dejar
que lo matara, pero no podía dejar que también Gas se metiera en
problemas.
—¿Arreglado
todo? —preguntó, sin apartar los ojos de la cara de mi padre que en
realidad parecía asustado de Gas en este momento. Para ser honesta, no
me
sorprendió que estuviera asustado. Gas podría ser malditamente aterrador
cuando
quería serlo.
—Llámalos y
retira los cargos —ordené. Mi padre nos miró con desprecio y se
volvió para agarrar su teléfono.
Mientras estaba de espaldas, Gas me miró.
—¿Qué pasó?
¿Qué diablos estás haciendo aquí? —preguntó rápidamente.
Sonreí.
—Revisa tu
teléfono.
Frunció el ceño, y sacó su celular.
—Un mensaje de
voz —dijo, lo abrió y lo reprodujo. Vi su cara mientras lo
escuchaba; pasó de ira, a sorpresa, a felicidad. Me miró con orgullo y
metió su
teléfono de nuevo en el bolsillo, envolviendo su brazo alrededor de mis
hombros,
sosteniéndome firmemente a su lado.
Empecé a sentirme un poco débil sobre mis pies, necesitaba sentarme y
descansar.
Todo lo que quería hacer era volver a dormir.
—Gas, mantén
la calma y termina esto, ¿de acuerdo? Él va a irse de la ciudad.
También le envié el mensaje a mamá, Peter, Nico y Ruby, así que sólo
tienes que
asegurarte de que hace lo que dice. Sólo necesito a Peter libre —dije, cuando
me
senté en el sillón detrás de él.
—¿Estás bien? —preguntó, con
algo de preocupación en su voz.
Asentí con la cabeza, sonriendo.
—Estoy
totalmente bien. Sólo tengo que sentarme. Tú puedes encargarte desde
aquí, sólo mantén la calma —respondí, sintiendo que mi cuerpo
se relajaba al saber que no tenía que hablar con él de nuevo. Gas solucionaría
todo, siempre lo hacía.
Vi como mi padre llamó a la policía y retiro los cargos. Gas los llamó
desde su
teléfono y le confirmaron que los cargos habían sido retirados y que
ninguna otra
acción sería tomada contra Peter. Él se cernió protectoramente frente a
mí todo el
tiempo, permaneciendo entre mi padre y yo. Realmente era el mejor
hermano que
alguien alguna vez haya tenido.
Después de unos diez minutos, Gas se volvió hacia mí.
—Estamos
listos para irnos,La. —Tomó mi mano y me levantó del sofá. Me
empujó hacia la puerta frente a él, sus ojos no dejando a mi padre en
ningún
momento—. Será mejor que no vuelvas, viejo. La próxima vez que te vea, te mataré
o iremos a la comisaría a presentar cargos, todos nosotros. No estoy seguro de
qué opción prefiero, personalmente, me encantaría estar allí y verte quemar —afirmó, con
una pequeña sonrisa, como si estuviera imaginándolo. Él no estaba bromeando, no
había ninguna duda en mi mente de que Gas lo mataría, y si no lo hacía Gas,
estaba bastante segura de que Peter lo haría—. ¡Vete de la
ciudad hoy! —gruñó Jake cuando cerró de golpe la puerta, empujándome hacia su auto.
Se aseguró de que estuviera dentro antes de dirigirse a su lado y conducir
velozmente por la calle sin decir una palabra.
Después de dos minutos de conducción se detuvo y apagó el motor. Sus
manos
agarraron el volante con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.
Su
mandíbula estaba apretada con tanta fuerza que me sorprendió que sus
dientes no se rompieran bajo la presión. ¡Bueno, sabía que estaría enojado
conmigo! Tomó unas cuantas respiraciones profundas, obviamente tratando de
calmarse.
—¿Qué demonios
fue eso? —gruñó.
Respingué y lo miré disculpándome. —Gas,
funcionó.
—¿Tienes
alguna idea de cuán malditamente estúpido fue eso,Lali? Piensa en
ello, ¿y si no funcionaba? ¿Y si no recibía tu mensaje? ¿Y si él había
decidido
lastimarte? ¡O peor! —gritó, golpeando furiosamente su
mano contra el volante.
Me sobresalté. Había gritado muy fuerte y se hizo eco en el auto
haciéndolo aún
más fuerte.
—Gas, lo
siento. Tenía que hacerlo; fue la única manera en la que pude pensar
para liberar a Peter. Ahora siempre tendremos esa grabación para que no
se
acerque a nosotros de nuevo —expliqué, rogándole que entendiera
mis razones.
No dijo nada, todavía estaba muy enojado—. Debes estar
orgulloso de mí —
susurré, poniéndole mi cara de cachorro.
Suspiró.
—Me siento
orgulloso de tu idea, La, pero eso fue malditamente estúpido.
Simplemente porque funcionó, no quiere decir que lo que hiciste estuvo
bien. Se
supone que debes estar en el hospital por amor de Dios. ¿Cómo diablos
saliste?
Oh, mierda, por favor, dime que no te escapaste o algo así y que están buscándote
—dijo,
haciendo una mueca.
Me reí y meneé la cabeza.
—Pedí el alta
voluntaria. Estoy bien, sólo necesito reposo en cama, del cual tendré
un montón una vez que mi novio esté fuera de custodia —dije,
sonriendo ante la
idea.
Gas se rió malvadamente.
—¿Sabes qué?
Ya no voy a gritarte. Peter también va a estar seriamente enojado
contigo por hacer esto. Lo dejaré ocuparse de ello —dijo, riendo
mientras
arrancaba el auto de nuevo. Oh, mierda, estaba en lo cierto; Peter iba a
estar muy
enojado de que me pusiera en un peligro como ese. Gas me miró y se rió
de
nuevo—. Bueno, me alegra ya no tener que ser el único en refrenarte todo el
tiempo. Peter puede encargarse. —Se burló de mí y no pude evitar
reír, él en
realidad parecía un poco aliviado—. ¿Necesitas volver al hospital? —preguntó.
Negué con la cabeza. Me sentía bien, sólo estaba cansada y necesitaba
sentarme, mi cuerpo se sentía como si hubiera corrido un maratón pero no sentía
dolor ni nada.
—Estoy bien,
de verdad. Podemos ir a recoger a Peter y luego ir a casa —sugerí,
apoyando mi cabeza en el reposacabezas. Sólo necesitaba que Peter me
abrazara.
—Me dijeron
por teléfono que estará allí otra hora por lo menos. Necesitan
tramitar su salida o algo así. Te llevaré a casa y puedes esperarlo
allí. —Me sonrió
tranquilizadoramente y se dirigió en la dirección de nuestra casa.
Cuando nos detuvimos en nuestro camino de entrada, Ruby y Nicolas salieron
corriendo de la casa, mirándome preocupados.
—Oh, Lali,
¿estás bien, cariño? —preguntó Ruby, preocupándose por mí
mientras caminábamos hacia la casa.
—Estoy bien.
Sólo estoy cansada. —Asentí con la cabeza.
—¿Qué era ese
mensaje? ¿Fuiste a ver a Stephen? —preguntó Ruby, frunciendo el ceño.
Asentí y miré a Gas de manera suplicante; sólo quería ir a la cama.
—Te contaré en
un rato, Ruby. Lali necesita descansar —intervino Gas, dirigiéndome hacia
el pasillo de atrás. Le sonreí agradecida. Ya no podía tratar con ello; estaba
asimilando la realidad de lo que acababa de hacer. Realmente había sido
estúpida. Traté de no imaginar todas las cosas que él podría haberme hecho.
Me estremecí ligeramente y aparté los pensamientos, ya había terminado,
no pasó
nada. Tuve suerte. Gas me siguió hasta mi habitación poniendo mi bolsa
en el
suelo por mí; me quité los zapatos y me metí en la cama con la ropa
puesta. Él se
sentó en el borde de mi cama, mirándome con tristeza.
—La, lamento
mucho que perdieras a tu bebé, lo sabes, ¿verdad? —preguntó
en voz baja.
Asentí con la cabeza.
—Sí, lo sé.
Habrías sido un tío estupendo —bromeé, sonriendo débilmente.
Se rió.
—Sí, habría
malcriado mucho a ese niño, sólo para fastidiarte a ti y a Peter.
Sonreí. —Apuesto a que lo hubieras hecho.
Se agachó y me abrazó, besándome en la mejilla.
—Fuiste muy
valiente, y estoy orgulloso de ti, pero nunca vuelvas a hacer algo
como eso —dijo con fiereza.
Asentí con la cabeza y bostecé.
—No lo haré.
¿Irás a recoger a Peter?
Negó con la cabeza.
—No, le pediré
a Nico que vaya a recogerlo. No quiero dejarte aquí hasta que
sepa que ese cabrón está fuera de la ciudad —respondió.
Asentí con la cabeza y
cerré los ojos, necesitando dormir; estaba física y emocionalmente
agotada.
Me desperté cuando sentí a alguien subiéndose a la cama. Abrí los ojos
atontada y eché un vistazo para ver a Peter metiéndose en la cama conmigo.
Rompí en llanto y arrojé mis brazos alrededor de él. Nunca había estado tan
feliz de ver a nadie en mi vida. Él me abrazó con fuerza, acariciándome el
cabello, meciéndome suavemente
mientras presionaba sus labios contra mi cuello, de la manera que
siempre hacía
cuando yo estaba alterada. Metí mis manos en su cabello y no quise
soltarlo nunca.
Jamás lo quería lejos de mí otra vez.
—Todo está
bien ahora, Ángel. Todo está bien. ¿Cómo te sientes? —preguntó en
voz baja mientras se echaba hacia atrás para mirarme. Sus hermosos ojos
azules
me miraban preocupados. Sonreí y lo besé, presionándome apretadamente
contra
él. Sonrió contra mis labios y retrocedí.
—Estoy bien.
Contenta de verte —prometí, recorriendo su hermosa cara con mis
manos. Se pasó la mano por el cabello, sólo mirándome tiernamente
durante un
par de minutos.
—Gas me dijo
lo que hiciste —dijo, su cara volviéndose dura.
Tragué saliva e hice una mueca.
—Lo siento,
tenía que hacerlo —murmuré en tono de disculpa.
Hundió la cara en el costado de mi cuello.
—No voy a
gritarte, si eso es lo que estás pensando —respondió,
riéndose entre
dientes contra mi piel. Dejé escapar el aliento que no me di cuenta que
estaba
conteniendo y me relajé. Se alejó para mirarme—. Aunque
estoy seriamente
enojado contigo. No me gusta que hayas hecho eso, pero no necesitas que
se te
añada más presión de la que ya tienes. Ya has pasado por mucho —dijo con
tristeza, su mano deslizándose hacia abajo para descansar sobre mi
estómago
ahora vacío—. Sólo voy a decir esto; nunca te pongas en una situación así de
nuevo. Jamás te pongas en
peligro otra vez. No me importa cuál sea la razón; no es una razón lo
suficientemente buena para que salgas herida. ¿Me entiendes? —
gruñó.
Asentí, pude ver que hablaba en serio; estaba dementemente enojado,
también
quería decir mucho más de lo que dijo, pero no lo estaba debido al bebé.
—Entiendo. —Asentí,
sonriendo con aire de culpabilidad—. Te amo, Peter, mucho.
—Él era lo más
importante para mí. Toda esta situación me demostró cuanto lo
amaba, haría cualquier cosa por él, incluso enfrentarme a mi peor
pesadilla.
—Te amo
también, Ángel —susurró, inclinando la cabeza y besándome
suavemente. Para el momento en que se apartó los dos estábamos un poco
sin
aliento.
—Peter, ¿puedo
preguntarte algo? —murmuré mientras él se acomodaba en la cama junto a mí. Asintió, tomando
mi mano y entrelazando sus dedos con los
míos—. ¿Todavía quieres estar conmigo? Contéstame con sinceridad. Después de que
perdí el bebé y todo, ¿todavía me quieres? —pregunté,
mordiéndome el labio, aterrada de que dijera que no.
Me miró como si estuviera loca.
—Ángel,
siempre te he querido. Siempre te querré. Siempre —dijo con
fiereza.
Sonreí, con la felicidad burbujeando dentro de mí. Muy bien, pregúntale, vamos
Lali puedes hacerlo.
—Cuando nos
enteramos que estaba embarazada dijiste que estabas pensando en pedirme que me
mudara a Boston contigo —empecé nerviosa.
Asintió con la cabeza.
—Sí. —Se veía un
poco confundido respecto a dónde iba esta conversación.
—Boston es una
maravillosa oportunidad para ti, ¿no? Y si pudieras harías
cualquier cosa para ir allí, ¿verdad? —pregunté, necesitando
confirmación antes de preguntarle.
Parecía aún más confuso.
—Sí, pero está
bien, quiero quedarme aquí contigo. Eres lo más importante en el
mundo para mí —respondió, besando mi sien suavemente.
Sacudí la cabeza, esa no era la respuesta que quería.
—Peter,
responde a esto honestamente, no pienses en mí. Lo mejor para tu carrera es
Boston, ¿no es así?
Asintió con la cabeza.
—Sí, pero… —comenzó. Puse
mi mano sobre su boca para detener su respuesta.
—Quiero ir
contigo, si todavía quieres que lo haga. Antes dijiste que querías
pedirme que fuera contigo. ¿Todavía quieres eso? —pregunté,
mirando su cara
sorprendida, él no esperaba eso en absoluto. No respondió; seguía
mirándome,
con la boca abierta—.Peter, ¿quieres que vaya contigo?
—repetí,
apretándole
suavemente la mano.
—¿Harías eso
por mí? —preguntó, mirándome con tanto amor que hizo que mi
corazón se derritiera.
Asentí.
—Sí, te
seguiría a cualquier lugar si me lo pidieras.
—Pero estarías
dejando mucho atrás, Ángel. Tu escuela. Tus amigos.Gas. Tu casa —susurró,
ahuecando suavemente mi mejilla inflamada.
Asentí con la cabeza.
—Sí, pero lo
haría para estar contigo, de modo que hace que todo valga la pena.
—Me encogí de
hombros.
—¿Cómo
demonios conseguí una chica como tú? —preguntó, acariciando suavemente mi
mejilla con su pulgar.
—Tal vez
fuiste un asesino en una vida anterior —bromeé, haciéndolo reír.
Asintió.
—Asesino
serial —bromeó, haciéndonos reír a los dos de nuevo. Se inclinó y me
besó con tanta suavidad y ternura que me hizo sentir la chica más especial
y más
afortunada del mundo.
Se apartó del beso demasiado pronto para mi gusto.
—¿Te mudarías
a Boston conmigo, Ángel? —preguntó.
Sonreí y lo abracé fuerte.
—Me
encantaría, Peter.
Necesitaba un nuevo comienzo. Habían pasado tantas cosas aquí que
necesitaba
irme y comenzar de nuevo. Necesitaba olvidar todo y mirar hacia el
futuro, mi
futuro con Peter...
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Y si niñas ya llego el final, esta novela tiene epigolo asi que mas tarde se lo subo.
P1:¿Que les parecio la novela?
P2: ¿Quieren que suba otra?
GRACIAS A TODAS POR APOYARME EN ESTO¡¡¡
Obvio que me encanto la nove!!!!
ResponderEliminarSubi otra si podes!!!!!
Espero el epilogo! Besos!aby:)
AHHHHHHHHHHHHHHHHH me re contra maxi hiper, y todas las palabras más que pueda utilizar, encanto esa nove ;D
ResponderEliminarEstubo mucho más que buenissima jajajajaja
Y OBVIO que quiero que subas otra.....creo que no podré sobrevivir si no subes otra nove jajajaja
Espero el epilogo eh....
ResponderEliminarBesitosssss