Datos personales

sábado, 5 de abril de 2014

Capitulo: 35



—Lo siento. Lo siento. Lo siento —repitió él, apretando la parte trasera de mis  rodillas—.  No  quise 
decir  nada  de  ello,  lo  juro  por  Dios  que  no.  Le  hice prometer a Poli que no te llamara o te dijera que vinieras porque no podía soportar la  idea  de tú  viéndome  así  —dijo  sacudiendo  la  cabeza  con  tristeza—.  Cuando apareciste, pensé que moriría, y no podía pensar en nada más que alejarte. Así que dije e hice esa mierda solo para lastimarte, así te irías.  Tenías razón cuando me llamaste un cabrón.
Cuando jadee, él miro arriba hacia mí, lagrimas brillando en sus ojos. 
—Pero al momento en que me diste la cachetada, fue como si viera todo claramente  otra vez.  No  podía imaginar  no  tenerte  en mi  vida,  y me odié a mí mismo por hacerte eso.
—Oh, Peter —murmuré.
—Y juro por Dios que sí te amo, nunca he amado a ninguna chica como te amo a ti. Eres la cosa más increíble que me ha pasado en la vida. Es solo… que no sé qué hacer con todo esto. —Él golpeo su mano contra su empapado pecho―. Apenas  sé  cómo  estar  con alguien  cuando  estoy  completo.  ¿Cómo  demonios  se supone que voy a estar contigo cuando estoy tan jodidamente roto?
Cualquier  rabia  que  todavía  albergaba  por  él  se  derritió en  un instante. Corrí mis dedos a través de los mechones mojados de su cabello. 
—Bebé, eso es lo que es el amor. Estar al lado de esa persona en las buenas
y en las malas.
—Mereces más de lo que tengo para darte. Debí alejarme de ti hace mucho tiempo en lugar de ser egoísta y tratar de mantenerte conmigo.
Sacudí la cabeza. 
—No habrías sido capaz de mantenerme alejada. Te amo demasiado. Ese es el por qué estoy aquí ahora.
Su rostro se transformó en una máscara de agonía. 
—Ella va a dejarme. Por favor di que te quedarás,  incluso  aunque no te merezca.
—No voy a dejarte.  —Me moví hacia abajo hasta el suelo para envolver mis  brazos  alrededor  de  él—.  Voy  a  estar  aquí  en  cada  paso  del  camino.  Solo apóyate en mí. —Susurré en su oído. Él empezó a sollozar otra vez, aferrándose a mí—. Está bien, bebé —murmuré, pasando mis manos sobre su espalda.
La  lluvia  continuaba  empapándonos  mientras  Peter  lloraba incontrolablemente.  Cuando  él  finalmente  empezó  a  regresar  en  sí,  él  respiró entrecortadamente. 
—Lo siento, Ángel.
Me liberé de su abrazo para mirar sus ojos. 
—No más disculpas, ¿de acuerdo?
Él  asintió  antes  de  levantarse.  Ofreciéndome  su  mano,  me  alzó. Envolviendo  su  brazo  alrededor  de  mi  hombro,  me  atrajo  hacia  él  mientras empezábamos a caminar de regreso a la casa. Cuando entramos, una vez más estaba abrumada  por  toda la  familia y  amigos  llenando  las  habitaciones.  Peter  me hizo entrar en su baño.
Poli  había  traído  mi  bolsa  adentro,  así  que  rápidamente  cambié  mi  ropa empapada mientras Peter también lo hacía.
Estaba secando mi cabello cuando Peter apareció detrás de mí en el baño. 
—Ven  conmigo  a  ver  a  mamá.  —Rápidamente  apagué  la  secadora  y  lo seguí a través del pasillo. Una cama de hospital se encontraba ahora donde la una vez cama con dosel de Susan había estado. Su frágil forma parecía empequeñeceren la cama. Su hermana, Sally, y algunas de sus sobrinas se encontraban en el sofá de la esquina mientras su padre estaba en una silla. Ellos reconocieron mi presencia con sonrisas tristes.
Peter me indicó para que me sentara en una de las sillas que se encontraba cerca de la cama. Me senté mientras lo veía sentarse enfrente de mí. Peter tomó la mano de Susan en la de él y la besó.
—Mamá, estoy aquí —dijo suavemente.
No sé cuánto tiempo nos sentamos así, quietos como estatuas y esperando por algún tipo de respuesta de ella. Jadeé cuando los parpados de Susan finalmente se  abrieron,  y  ella  miró  alrededor  de  la  habitación.  Sabía  exactamente  a  quién estaba buscando. Una vez que la mano de Peter se estiró para tomar su mano, una brillante sonrisa apareció por todo su rostro. 
—Juan Pedro.
—¿Sí, mamá?
—¿Recuerdas la  historia que solía contar sobre el por qué te convertiste en músico?
Las  cejas  de  Peter  se  arrugaron  como  si  estuviera  confundido  por  su pregunta. 
—Uhm, sí, lo hago, pero que…
Ella sacudió la cabeza y luego se giró hacia mí. 
—Siempre  he  molestado  a  Peter  con  que  me  debe  todo  su  éxito  como cantante y guitarrista a mí.
Sonreí. 
—¿Lo hace?
—Oh  sí.  Debido  a  mi  estudio  y  mis  clases  de  baile,  estaba  rodeado  de música mientras estaba  embarazada de  él. Pasaba muchas horas con los grandescomo Mozart, Beethoven, y Brahms. Siempre lo sentía patear más cuando estaba enseñando  una  clase.  Era  como  si  me  estuviera  dejando  saber  que  ya  sentía  la música.
—Esa es una historia muy dulce.
Susan tomó una respiración irregular. 
—Sabes, pensé que nunca sería capaz de tener niños. Después de cuatro perdidas, me había rendido a tener un hijo propio. Mark y yo empezamos a pensar sobre adoptar cuando quedé embarazada otra vez. Con todos los otros embarazos, había sido tan cuidadosa de no estar de pie en los primeros días y semanas, pero esta vez no me permití apegarme. En su lugar, hice todo lo que usualmente hacía, montar a caballo en la granja de mi papá y dar lecciones de baile desde la mañana hasta  la  noche.  No  me  permití  creer  que  estaba  realmente  embarazada.  Pero después  de  que  otro  mes  pasara    todavía  estaba  embarazada,  empecé  a  tener esperanza  y  rezar  porque  esta  vez  fuera  real.  Y  cuando  alcancé  el  segundo trimestre, semanas donde antes había perdido los otros bebes, supe que finalmente conseguiría mi milagro.
Ella giró su cabeza para mirar hacia Peter. Lágrimas corrían libremente por sus mejillas, y él no se molestó en limpiarlas. 
—Mi dulce hijo, tú siempre has sido el sol en mi vida…
Cerrando sus ojos, Peter rogó:
—No hagas esto.
—Tengo que decir adiós, cariño, y tienes que dejarme hacer esto.
Su pecho subía y bajaba con fuertes sollozos mientras hundía su rostro en su pecho. Cuando su mano acarició la cima de su cabeza, no pude contener más mis emociones, y empecé a llorar. A mis sorbidos, Susan sonrió. 
—Lali, después de que me vaya, quiero que le recuerdes a Jacob la historia de su nacimiento. Cuando se deprima y esté tan abatido que no pueda pararse ocuando  piense  que  no  hay  ninguna  razón  para  continuar,  cuéntale  la  historia. Recuérdale que él fue un milagro y el regalo más precioso que jamás haya recibido.
Lágrimas corrían a través de mi rostro y caían en mi regazo mientras me inclinaba hacia adelante para tomar su mano en la mía. 
—Lo haré. Prometo que lo haré.  —Llevé su mano a mis labios y la besé antes de  presionarla  contra mi mejilla—. Prometo asegurarme  de  que él nunca, jamás se rinda, sin importar cuanto lo quiera.
—Le doy gracias a Dios porque te tiene, dulce niña. Cuidarán bien el uno del otro. —Ella sonrió mientras lágrimas brillaban en sus ojos—. Ustedes van a ser tan felices juntos y hacer los más hermosos nietos para mí.
Sus palabras nos hicieron a Peter y a mí llorar más fuerte. 
—Oh mamá —sollozó Peter. Él se levantó para besar tiernamente su mejilla.
—Tienes que dejarme ir, bebé.
Él sacudió la cabeza salvajemente de un lado a otro. 
—No puedo hacerlo. Por favor no me pidas eso.
Ella pasó su mano a lo largo de su rostro. 
—No es un adiós para siempre. Nos veremos otra vez. Y hasta entonces, vivirás una gran y feliz vida y me harás orgullosa.
—Lo haré.
Susan sonrió. 
—Ahora dime adiós.
La angustiada expresión de Peter me rompió, y  lloré abiertamente. Su pecho subía y bajaba con fuertes respiros.
—Adiós, mamá. Te amo muchísimo.
—Gracias, cariño. Yo también  te  amo.  —La mirada de Susan giró hacia mí—. Lali, ¿Recuerdas la canción del ángel de Oh Brother Where Art You?
Vimos  la  película  juntas  probablemente  tres  o  cuatro  veces  cuando  me estaba recuperando de los golpes. Ella  amaba  las  películas  de  los  Hermanos  Cohen  tanto  como  amaba  a George Clooney. 
—Sí, Angel Band. La conozco.
—Cántamela, por favor.
 No  sabía  cómo  podía  respirar  a  través  de  mis  sollozos,  mucho  menos cantar, pero de alguna forma me calmé y traté de conseguir la fuerza que no sabía sí tenía. 
—Mi último sol se está hundiendo rápido, mi carrera está casi por terminar—empecé.
—Eso es. Tan hermosa  —murmuró ella. Luego empezó a cerrar sus ojos mientras  Peter  mantenía  sus  brazos  envueltos  alrededor  de  ella.  Mientras  seguía cantando,  una  tranquila  sonrisa  se  formó  en  sus  labios.  Sus  respiraciones empezaron a ser más y más elaboradas. Cuando llegué al último verso, ella tomó un último respiro.
Y luego se había ido.
Peter se desmoronó, hundiendo su rostro en el pecho de Susan y llorando histéricamente. Una sinfonía de llantos hizo eco a través de la habitación mientras Sally y sus hijas empezaban a llorar al igual que el abuelo de Peter. Caminé alrededor del lado de la cama para envolver mis brazos alrededor de él. 
—Lo siento tanto —murmuré una y otra vez.
Justo cuando pensé que colapsaría de agotamiento por el dolor, Peter alzó su cabeza. Él desenvolvió mis brazos de él.
—Tengo  que  salir  de  aquí  —murmuró  antes  de  salir  corriendo  de  la habitación. Me encontré con Poli en el pasillo. 
—Ve con él —me urgió.
Asentí y luego me apresure detrás de Peter. Cuando llegué al porche, miré de derecha a izquierda antes de correr hacia el granero. 
—¿Peter? —llamé. Silencio hizo eco alrededor de mí. Dando vueltas, corrí por la colina hacia los establos. Me asome en varios puestos hasta que lo vi de pie en uno.
Con lágrimas todavía fluyendo por sus mejillas, Peter estaba ensillando un imponente caballo negro. Sintiendo mi presencia, Peter dijo: 
—Tengo que salir de aquí. Necesito dar un paseo.
Caminé hacia atrás mientras él guiaba el caballo fuera de la caseta. 
—Iré contigo.
Él me miró con sorpresa. 
—Tú no montas caballos después de que fuiste lanzada cuando eras una niña —me recordó.
Un temblor viajó a través de mí ante el recuerdo de todos esos años que habían pasado, pero sacudí la cabeza. 
—Los montaré por ti.
Peter se me quedó mirando por un minuto  antes  de tomar mi mano. Me llevó hasta el caballo. 
—Este es Lennon. —Él me dio una tímida sonrisa—. Nicolas quizá sea un fan de Paul McCartney, pero para mí todo tiene que ver con John Lennon.
—Me gusta.
—¿Lista?
—Tanto como puedo estarlo.
Tensión y palabras sin decir colgaban pesadamente entre nosotros. Estaba perdida en que decir para consolarlo. Él acababa de experimentar la peor perdida en su vida, y tenía miedo de que quizá yo no fuera suficiente para llenar el vacío.
Quizá no había nada que pudiera decir, quizá todo lo que necesitaba era a mí de su lado, mostrándole mi amor y apoyo.
Peter apartó los mechones mojados de mi rostro. 
—Puedes aferrarte fuerte a mí. Yo nunca te dejaré caer, Ángel.
—Y yo tampoco te dejaré a ti. —Envolví mis brazos alrededor de su cuello y me presioné contra él. Le di un largo beso—. Montaremos esta tormenta juntos, Peter. Por siempre y para siempre.
Su cálido aliento sopló a través de mi mejilla. 

—Y tú siempre serás mi dulce ángel, mi gracia salvadora y el amor de mi vida.
falta el epigolo esto esta por terminar por eso le digo gracias a todas las que me leyenron y comentaron mañana subo el epigolo



      GRACIAS¡¡¡

2 comentarios: