Peter
Había estado con Lali por una semana
ahora, y honestamente había
sido la mejor semana de mi vida —o de la vida
de cualquiera, probablemente. Ella era tan perfecta. La había querido durante
tanto tiempo que estaba un poco preocupado de que si alguna vez la conseguía,
nunca sería capaz
de estar a la altura de lo que había imaginado. La había puesto en un
pedestal tan
alto que estaba sorprendido de que realmente tuviera suficiente oxígeno
para
respirar. Pero estar con ella era mejor que cualquier cosa que jamás
hubiera
imaginado.
No podía esperar para esta noche. Como de costumbre, había una fiesta en
la casa de Gas—la celebración de después de los partidos. Definitivamente estaba
planeando bailar con mi chica esta noche. Me puse un par de pantalones
vaqueros rasgados y una camisa blanca y me dirigí hacia su casa. Estaba tan
emocionado por verla que podría romper a cantar en cualquier momento. Aún no
podía creer que alguien como yo fuera tan afortunado de tener a alguien como
ella enamorada de uno. Podía tener a cualquier chico que quisiera; era
preciosa, lista, divertida, y amable. Prácticamente cada chico en la escuela la
deseaba, no es que pudiera culparlos; su cuerpo era de fuera de este mundo, y todo ese baile…
Me esforzaba por verla en su práctica de baile cada sábado, estaba
enloqueciendo encendiéndome viéndola saltar alrededor, sacudiendo el culo. Ella
sinceramente hacía mi boca agua queriéndola tanto. Sería incluso peor mañana
porque realmente había tenido mis manos en ese pequeño culo respingón que
estaría sacudiéndose alrededor.
Fui directo a la cocina, ayudando a Gas a ordenar las bebidas y
aperitivos como de costumbre. Lali estaba probablemente en su habitación haciéndose
ver
increíble, sólo para sacarme la vida de nuevo. Había insistido en flirtear
su precioso culo conmigo todos los días en la escuela por la estúpida apuesta.
Cada día se ponía peor y peor cuando ella golpeaba otro mecanismo. Se estaba
volviendo más segura de sí misma ahora; sabía exactamente cuánto me afectaba, y
definitivamente lo usaba para su ventaja. No es que me importara, estaba
pasando un buen rato haciéndolo y verla disfrutar me hacía feliz.
Lali había estado metiéndose más y más en nuestra relación desde que me
dijo
que me amaba, llevando las cosas más y más lejos. Estaba un poco
preocupado al principio. No quería que ella pensara que todo lo que quería de
ella era sexo, le
había dicho que esperaría y esperaría todo el tiempo que necesitara.
Realmente la
quería más que nada en el mundo. Si creyera que diría que sí, le pediría
que se
casara conmigo ahora mismo, pero no quería apresurarla o presionarla a
nada,
teníamos todo el tiempo del mundo.
Gas había sido estupendo hasta ahora también. Parecía gustarle el hecho
de que
Lali estaba feliz así que no me criticó demasiado acerca de salir con
ella.
Tuvimos algunas palabras el día después que descubrió sobre nosotros,
pero nunca se lo había dicho a Lali. Fueron básicamente amenazas de decapitación
y
castración —lo que sabía que decía en serio. No es que importara, no sería el que
le hiciera daño o terminara esta relación, eso definitivamente dependía
de ella.
Todo lo que quería era cuidar de ella y hacerla feliz.
Una hora más tarde, la gente empezó a llegar para la fiesta. Observé el
pasillo,
esperándola. Normalmente, nunca salía de su habitación hasta que la
fiesta estaba en pleno apogeo, así que sabía que tenía un poco de tiempo. Vi a Paulas
entrar y gemí mientras agarraba a Casey, poniéndolo delante de mí así no me
vería. Había estado molestándome tan mal toda la semana con todo el flirteo,
bueno, todas lo hicieron. No podía creer que las chicas hagan ese tipo de
cosas, y caray lo que estaban ofreciendo, era literalmente en cualquier lugar,
a cualquier hora, y cualquier cosa que yo quisiera. Ni siquiera quería pensar
en lo que Paulas me había ofrecido, la pequeña sucia fulana. Mi mente subconsciente
vagó al par de veces que habíamos salido y tenido sexo, me estremecí un poco
con el pensamiento.
Casey se estaba partiendo de risa.
—En serio, Peter,
sólo sé un hombre y fóllate a alguien para acabar de una vez —
dijo, riendo.
Puse los ojos en blanco ante su estúpido comentario.
—Lo que sea,
la única con la que estaré es mi novia. No estoy interesado en
ninguna de estas mujerzuelas. —Agité la mano con desdén mientras
un par de
chicas me miraban desde el otro lado de la habitación. Alguien agarró mi
brazo,
apretando gentilmente para conseguir mi atención. Oh, por amos de Dios,
¿por
qué diablos no pueden dejarme en paz?— Mira, ¡no
estoy interesado! ¡Tengo
novia! —gruñí con enojo mientras me daba la vuelta.
Mi aliento se atascó en mi garganta, Lali estaba parada allí con un
pequeño
vestido negro que colgaba de su cuerpo bien formado y acababa a la mitad
de su
muslo. Su pelo estaba medio recogido y rizado, y sus ojos estaban
brillando con
diversión. No podía respirar. Estaba tan hermosa que era irreal. Todo lo
que podía
hacer era mirarla como un idiota. Oh mierda, ¡estoy mirando fijamente!
Vale,
vamos, Peter, di algo.
Di algo.
Peter, ¡maldita sea di ALGO!
—Um… hola, Ángel —balbuceé, mi voz sonando escasa. Wow, ¡eso fue realmente zalamero, Peter!
Dios, ¡soy un imbécil! Estaba tan excitado que debe haber sido obvio para todo
el mundo.
Sonrió, su sonrisa encendiendo su cara entera.
—Hola,Peter—ronroneó con
su sexi voz. Gemí mentalmente. Vale aquí viene;
finalmente va a matarme. En realidad no creo que pueda aguantarla
flirteando
conmigo mientras se ve así.
—Estás
preciosa —dije honestamente, mirándola otra vez.
Sonrió e hizo un pequeño giro, haciendo a su vestido elevarse un poco.
Mi corazón comenzó a latir más rápidamente.
—¿Te gusta? —preguntó
mordiéndose el labio. ¿Me gustaba? ¿Estaba bromeando?
Asentí y di un paso más cerca. Podía oler su perfume dejando mi cabeza
un poco difusa.
—Me encanta —confirmé.
Se rió y cerró la distancia, presionando su pecho en el mío. No pude
evitar poner
mis manos en sus caderas, sintiendo el sedoso material bajo mis dedos.
—¿Sabes qué?
Creo que te gustará lo que está debajo incluso más —susurró en mi
oído.
Apreté mi agarre en ella mientras trataba de dar un paso atrás,
manteniéndola
firmemente en mí, no queriendo que se alejara de mí.
—No te burles
de mí esta noche, Ángel. En serio, te ves demasiado caliente, no
puedo soportarlo —supliqué.
Rió y agarró la parte delantera de mi camisa, empujándome imposiblemente
cerca
de ella. La miré a los ojos, sintiéndome siendo arrastrado.
—No estoy burlándome,
Peter. Por cierto, tu ropa se ve malditamente caliente en ti, pero tengo la
sensación de que se verá incluso mejor en el suelo de mi habitación más tarde —dijo
tranquilamente, haciéndome gemir. Cerré los ojos. En serio, me estaba matando.
Besó mi mejilla y se alejó rápidamente, se dirigió a la multitud de personas,
dejándome parado en medio de la cocina con una maldita erección como de
costumbre.
Me volví hacia Casey que estaba mirando a Lali también.
—Maldición, se
ve caliente esta noche. Creo que podría ir a ver si puedo golpear
ese hermoso culo —dijo, meneando las cejas mientras
se dirigió a ir a buscarla.
Agarré su brazo y sacudí mi cabeza, mirándolo en señal de advertencia.
—Ni hablar,
Casey. Sólo mantente alejado de ella, está cogida.
Me miró con curiosidad, luego sus ojos se agrandaron.
—Ella no es tu… —se calló, mirándome sorprendido.
Oh mierda. ¡Oops, bueno ahora él sabe! Asentí lentamente.
—Sí —confirmé. No
pude evitar la sonrisa orgullosa que se extendió por mi cara,
por fin alguien sabía sobre nosotros.
Se echó a reír, sacudiendo su cabeza.
—Gas va a
tener tus bolas cuando lo sepa. En serio, te va a hacer un nuevo agujero del
culo.
Sonreí y palmeé su hombro.
—Ya lo sabe. —Me encogí de
hombros con facilidad, sonriendo mientras su cara se transformó en conmoción.
—¡De ninguna
manera! ¿Te dio una paliza? —preguntó con curiosidad.
Me reí y me señalé a mí mismo. —¿Parece como que me ha dado una
paliza? —
pregunté, riendo.
De repente se vio molesto.
—¿Todo este
maldito tiempo nunca le pedí salir porque pensé que Gas me
cortaría las pelotas, y él no hizo nada? Maldita sea, ¡sabía que debería
haberle
pedido salir! —refunfuñó, viéndose fastidiado.
—Demasiado
tarde ahora —me burlé, palmeando su hombro de nuevo mientras
iba a conseguir una bebida.
Cogí dos chupitos de vodka y me dirigí a ir a buscarla y contarle que
Casey sabía.
No me molesté en decirle que no contara nada; quería esto al
descubierto. No
podía preocuparme menos por el dinero. En un par de años, cuando
estuviera
jugando al hockey profesionalmente, parecería una miseria y podría darle
todo lo
que quisiera.
La vi bailando con Rochi y Sean a un lado. Sonreí mientras envolvía mi
brazo
alrededor de su cintura, haciéndola saltar.
—Ey, novia —susurré en su
oído. Me sonrió por encima del hombro mientras
hundía el culo en mi entrepierna, haciéndome anhelarla de nuevo. La
empujé con
más fuerza contra mí y bailé detrás de ella, le tendí uno de los
chupitos.
—Gracias. —Sonrió
agradecidamente mientras se lo tragaba, estremeciéndose
ligeramente.
—Así que,
tengo algo que contarte —admití tímidamente.
Se volvió para encararme.
—¿Qué es
entonces? —preguntó, sonriendo. Su expresión emocionada me dijo
que obviamente pensaba que era algo bueno.
—Casey sabe
que eres mi chica —dije en voz baja, inclinándome hacia ella así
nadie podía oír.
Jadeó. —¿Él sabe? ¿Cómo? —preguntó, claramente sorprendida,
mientras miraba alrededor sospechosamente.
—Se lo dije
por accidente. Iba a venir y hacer un movimiento contigo, le dije que se alejara
—admití,
sonriendo en tono de disculpa, esperando que no me regañara
por arruinar su plan con Paula y la apuesta.
Puso los ojos en blanco y se acercó a mí.
—Bocazas —me regañó
jocosamente, mientras envolvía sus brazos alrededor de
mi cuello, bailando conmigo de nuevo. La empujé más cerca de mí
envolviéndola
en mis brazos apretadamente, amando la sensación de su cuerpo contra el
mío.
Sonrió felizmente—. Bueno entonces, Peter, si la
gente lo va a averiguar, bien
podríamos darles un espectáculo —flirteó, elevando una ceja
juguetonamente.
¿Qué demonios significaba eso? Sonrió y bajó mi cara hasta la suya,
besándome,
duro. Escuché a la gente jadear y empezar a hablar apresuradamente a
nuestro
alrededor, pero no me importó. Estaba besando a la chica de mis sueños y
ella me
amaba. La empujé más cerca, delineando su labio con mi lengua, queriendo
más.
Después de un minuto o así me retiré del beso y empecé a besar su
cuello,
haciéndola gemir en voz baja. Sonreí contra su cuello porque sabía que
la gente
estaba mirando. Finalmente, no más fingir, no más escuchar a los chicos
hablar
acerca de ella y queriendo darles una paliza. La eché hacia atrás para
mirarla,
estaba sonriéndome, viéndose tan malditamente caliente que era
increíble.
—Te quiero,
Peter —dijo, sus ojos fijos en los míos. Escuché a alguna otra gente
jadear otra vez.
—Yo también te
quiero, Ángel —contesté, inmediatamente.
Sabía que la gente estaba hablando de nosotros, y literalmente la
habitación entera estaba mirando, pero simplemente no me importaba. Todo en lo
que podía
concentrarme era en sus preciosos ojos y cómo estaban mirando
profundamente a
los míos, volviéndome loco. Apreté mis brazos más estrechamente a su
alrededor,
no queriendo que el momento acabara. Me encantaba la forma en que su
increíble
cuerpo estaba meciéndose contra el mío, encendiéndome tanto que era casi
insoportable. Bailamos durante casi una hora. Ahora que la gente sabía
sobre
nosotros, no dejaba su lado, queriendo más tiempo con ella. Nunca
conseguía
pasar tiempo con ella en las fiestas; por lo general, estaba demasiado
ocupado
asegurándome de que no le pasara nada a su casa porque Gas estaba
siempre
borracho o enganchándose con alguna chica por la parte trasera.
Esta noche era la mejor fiesta, sólo porque pude cogerle la mano y
besarla. Incluso las chicas no se me lanzaban, lo que hacía un buen cambio. Me
junté con ella y sus amigos. Rochi era en realidad muy divertida, realmente no
había hablado antes con ella apropiadamente. Por lo general, la única vez que
me hablaba era para flirtear conmigo, así que era raro tener una conversación
normal con ella.
Justo después de medianoche, Lali se presionó contra mí apretadamente.
—Estoy
cansada,Peter. ¿Quieres llevarme a la cama? —preguntó,
levantando las
cejas burlonamente. Oh mierda, ¡pensé que todo el flirteo y las bromas
pararían
ahora que la gente sabía!
Reí y puse los ojos en blanco.
—Claro, Ángel.
—Me encantaría
envolver mis brazos alrededor de su sexi cuerpo
ahora mismo. Sonrió y se volvió para alejarse; puse mis manos en sus
caderas
siguiéndola a través de la multitud de personas, a su habitación. Tan
pronto como
estuvimos a través de la puerta se volvió hacia mí con su cara juguetona
y supe que las bromas no habían terminado aún. Gemí en voz baja. Joder, amaba a
esta chica más que nada, ¡pero estaba volviéndome loco!
Ella aseguró la puerta y se acercó un paso hacia mí, presionando su
tonificado
cuerpo con el mío. Sus manos recorren bajando por mi pecho, lentamente,
poniéndome tan duro que era vergonzoso. ¿Claramente debería ser inmune a
su
encanto para ahora? Me refiero, he estado enamorado de esta chica por
doce años, ¿cómo diablos todavía podía prenderme de esta manera? Nadie nunca se
comparó a mi Ángel, literalmente era la chica más perfecta del mundo.
Incliné mi cabeza para besarla, recorriendo mi lengua a través de su
suave labio
lleno, queriendo profundizar el beso. Ella enredó sus manos en mi
cabello y no
pude evitar sujetarla contra la pared, presionando cada pulgada de mi
cuerpo
contra el suyo. Gimió en el fondo de su garganta y sentí felicidad
burbujeando
dentro de que ella amaba besarme tanto como yo amaba besarla a ella.
Flexioné mis rodillas y la envolví fuertemente en mis brazos,
levantándola de sus
pies. Ella envolvió sus largas piernas alrededor de mí mientras
desabotonaba mi
camisa lentamente; sus dedos persistiendo en mi piel, poniéndome la piel
de
gallina. Cada uno de los toques de Lali eran como nada que hubiera
sentido
antes. Todas esas chicas con las que me había acostado solo para
intentar y
olvidarla, eran nada comparadas con ella. Deseaba con todo mi corazón
que
hubiera esperado y que fuera mi primera, pero todo se sentía como una
primera
vez con ella de todas formas. Cada toque era diez veces mejor que algo
que
hubiera sentido antes, era como si cada lugar en que su piel tocaba la
mía, se
sentía como si me quemara ligeramente, pero de una buena manera. Ella me
ponía nervioso también. No quería hacer nada que ella no quisiera, pero estaba
tan asustado que no pudiera satisfacerla y no quería arruinar nada.
Me alejé del beso, plantando pequeños besos por su cuello, succionando
el
chupón que le había hecho hace unos días para hacerlo más oscuro. Amaba
esa
marca en ella. Saber que era mía me volvía loco. Caminé hacia la cama,
recostándola y subiéndome arriba de ella mientras bajaba mis manos por
su
cuerpo. Cuando llegué al borde de su vestido, deslicé mi mano por
debajo,
subiéndola por su tonificado muslo, haciendo mi camino para poder
apretar su
trasero. No pude evitar gemir al sentirlo. Saber que era el único que
ella dejaría
acercarse así, me hacía sentir como el tipo con más suerte del mundo.
Ella tiró mi camiseta por mis hombros y bajó sus manos por mi pecho.
Cuando
llegó a mis jeans inmediatamente comenzó a desabrocharlos también. Me
tensé
levemente. ¿Qué rayos está haciendo? Me giró sobre mi espalda y se
sentó, a
horcajadas sobre mí, luciendo tan sexi que era irreal. Se mordió el
labio, pareciendo
un poco nerviosa por algo.
—¿Estás bien? —pregunté
curiosamente, frotando mis manos en sus muslos
tranquilizadoramente. ¿Por qué en la tierra está nerviosa? Ella asintió
y sostuvo el
borde de su vestido, levantándolo por su cabeza, sacudiendo su cabello
después,
haciéndolo colgar alrededor de su hermoso rostro. La miré en su sostén
de encaje
negro strapless y ropa interior a juego, y miles pensamientos lujuriosos
bombardearon mi cerebro a la vez. La deseaba tanto que era irreal. Esto
era lo más
lejos que habíamos ido, la había visto sin camiseta pero no casi desnuda
como
esto. Era increíble. Se inclinó y me besó apasionadamente, alejándose
para
mirarme, todavía luciendo un poco nerviosa pero emocionada al mismo
tiempo.
—¿Me deseas,Peter?
—preguntó.
Mierda, ¿es algún tipo de broma o algo? —Ángel, te he
querido desde siempre.
Sonrió haciendo que mi corazón latiera más rápido. —Hazme el amor
—susurró,
besándome suavemente.
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PERDON por no subir pero todavia no entiendo muy bien mi compu nueva
Me encantan sus comentarios de verdad cada vez que los leos me sacan una sonrisa
Les tengo una muy buena noticia, el lunes y el martes no tengo clases asi que lees voy a
aser maraton.
PD: les recomiendo esta nove esta muy buena ( http://diariodeunaprincesarebelde.blogspot.com/ )
mas noveee
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